La verdad sobre la «autovía» de La Espina a Ponferrada
El eminente ingeniero de caminos, canales y puertos Don Ignacio García-Arango Cienfuegos-Jovellanos, quien fuera funcionario de carrera de la Demarcación de Carreteras de Asturias del Ministerio de Fomento (1970-2012), de la que llegó a ser su jefe (2004-2012), es decir, de las carreteras del Estado, escribió estos días en su página de Facebook, lo siguiente:
“La primera reivindicación es la de unas carreteras seguras y del siglo XXI, que pasa por llevar a cabo de una vez la Autovía del Suroccidente, que una La Espina con la provincia de León por Tineo y Cangas del Narcea, un proyecto aparcado desde 2010, siendo ministro de Infraestructuras José Blanco (PSOE), y de cuya paralización, otros políticos socialistas, como el alcalde de Cangas del Narcea, José Víctor Rodríguez, culpan a la falta de acuerdo entre Asturias y Castilla y León. Este sería solo uno de los brazos que partirían de La Espina, ya que se preveía otro que uniría con la Transcantábrica.
Lo escrito es una falsedad porque nunca hubo ningún proyecto, o conjunto de proyectos, que fuesen de la Espina a Ponferrada y por ello tampoco el Gobierno Central paró nada. Si hubo, en cambio, un Estudio Informativo desde La Espina a Canero que no rebasó la fase técnica. En él se estudiaron varias soluciones de elevados costos y que captaban un tráfico muy bajo por eso, debido a su absolutamente negativa rentabilidad no se sacó a Información Pública nunca.
Dicho esto voy en los párrafos siguientes a entrar en los detalles del estado de ambas inversiones, tras aclararos que no opino como técnico acerca de la conveniencia superior de hacerlas por motivos políticos o de cohesión territorial (este segundo principalmente la Espina Ponferrada pues la de la Espina Canero es muy discutible frente, tanto a la solución actual por la A-8[1], como a la alternativa de ir desde Cornellana a Soto del Barco) porque sea globalmente interesante para la Sociedad hacer obras económicamente ruinosas por sus posteriores beneficios globales para desarrollar una Misión fundamental para España como es la de su cohesión y articulación territorial.
Hablar hoy de la Autovía La Espina Ponferrada es hacerlo acerca de una entelequia que los responsables del Principado, aunque lo conocen perfectamente, mantienen, tras obviar los comentarios que reflejan la realidad, con el fin de desviar la responsabilidad hacia terceros, ya que nunca estuvo en ninguna planificación estatal de infraestructuras.
La construcción de esta autovía por parte de la Administración Central fue un asunto que planteó el Principado en la época del Presidente Areces que reivindicó ese tramo y transmitió al Estado que valía 500 m€.
En un primer momento el presidente Zapatero contestó que vería si lo podía pagar él, no con los presupuestos ordinarios del Ministerio de Fomento sino con los generales del Gobierno. Del análisis realizado por el equipo de don José Blanco se dedujo que el Principado tenía una idea difusa para hacer una carretera convencional, incluso con un trozo de características si definir, que se calificaba con el nombre de vía verde, sin decirse que se entendía por tal, en el tramo Cangas de Narcea Villablino. Así como un proyecto concreto para una Autovía entre la Espina y Cangas del Narcea. Desde el límite de Asturias hasta Toreno, donde acaba la Autovía desde Ponferrada no había nada, pues nada se pactó con Castilla León.
El Ministerio continuó el análisis y tras unas suposiciones para la zona de León, una valoración general del espacio y los conocimientos propios sobre costes, se llegó a un precio total que andaba por el orden de 1450 millones de € en dinero de 2008/09. Precio a la baja, pues se dispararía más si para pasar el puerto hubiera que hacer una autovía, no una carretera.
Por ello esa autovía no está en la red estatal, sino en la del Principado, aunque su Gobierno, para crear un ambiente favorable, reiteró repetidamente que era del Estado.
Por otra parte el retomar el asunto exige revisar el esquema anterior pues el dibujar un híbrido que de autovía pasa a carretera y de está a carretera verde, es un oxímoron, pues algo no puede a la vez ser y no ser autovía y estas no pueden diseñarse para no llegar a ninguna parte. Por ello hay que elegir si se hace una autovía que pueda convertirse en un eje vertebrador (muy caro pues el paso de una zona ambientalmente muy valiosa, que hay que respetar a rajatabla, así lo exige lo que implica muchos túneles y viaductos importantes pues tampoco pueden sembrarse los valles de pilas) del Noroeste Ibérico. Otra opción obvia es hacer una carretera de menos prestaciones para tener menos impacto. Ello haría que para Castilla León pudiera ser más razonable ir desde Ponferrada a Villablino y desde allí enlazar con la autovía Ap-66[2] del Huerna. Hago una acotación: estoy partiendo de la base de la necesidad de estas vías, si entrase a plantear y a analizar el asunto desde los nuevos paradigmas desvirtuaría todo este relato: pero téngase en cuenta.
Valorar el asunto exige reflexionar un momento sobre el significado de Ponferrada, que no solo es, la cabecera de una Comarca y ahora un punto en la A-6[3], sino la cabeza de una nueva Autovía, ya en marcha, que va a vertebrar a Galicia por el interior y que conectará a Ponferrada, cuando llegue a través del Valle del Sil con Órense, con Portugal por varios sitios; entre ellos por Chaves.
Si miramos hacia el suroeste existe un fácil trazado para hacer una Autovía que conecte con la A-52[4] a la altura de Rio Negro del Puente que abre (es la actual N-631) directamente hacia Zamora y la Ruta de la Plata; así como llevarnos a Portugal desde Puebla de Sanabria, con un tramo de 22 km, que nos conduce a Braganza y desde ahí a Porto por la A-4[5] portuguesa.
Este último no es un asunto que esté verde, sino que está vivo desde hace tiempo, ya que se ha tratado la Autopista León Braganza como posible en el seno del Programa Interrreg, desde que, en julio de 2017, la provincia leonesa ha sido incluida oficialmente dentro del Programa Operativo de Cooperación Transfronteriza de España y Portugal (POCTEP 2014-2020).
En este contexto si encaja la autovía la Espina Ponferrada, que (a través de la A-63[6]) conecta con toda la red viaria de interés del Estado en Asturias, ya que potencia a la macro región europea, que muchos soñamos, que, como un inmenso rectángulo nace en Porto y llega al límite del País Vasco.
Por otra parte y a otra escala más local, esta apertura al sur favorecería el plan que, suponemos, tendrá el Principado para, en primer lugar estabilizar la población y después abrir nuevos horizontes en el suroccidente. Dentro de esa estrategia suponemos que se habrá considerado la imbricación de la Comarca con la globalidad asturiana, tanto con el polo Oviedo-Grado-Bajo Nalón como con Valdés. Así como que en el plan tendrán un significado (al igual que las restantes) las infraestructuras de transporte.”
Y este señor, por su formación y experiencia, sabe de lo que escribe.
Luego el Consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial del Principado y el alcalde-abogado, lamentablemente, no nos están diciendo la verdad.
¡¡¡ Ay de mi güey !!!
[1] La A-8 es la conocida como Autovía del Cantábrico que va desde Irún (Guipúzcoa) hasta Baamonde (Lugo).
[2] La AP-66 es la conocida como autopista Ruta de la Plata que va desde Campomanes (Asturias) hasta La Virgen del Camino (León).
[3] La A-6 es la conocida como autovía del Noroeste que va desde Madrid a La Coruña.
[4] La A-52 es la conocida como autovía de las Rías Bajas que va desde Benavente (Zamora) a Vigo (Pontevedra).
[5] La A-4 portuguesa es la conocida como autoestrada Trasmontana que va desde Quintanilla (Braganza) a Oporto.
[6] La A-63 es la autovía que va desde Oviedo a La Espina (Salas).
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