El despoblamiento de Cangas del Narcea
Los habitantes del concejo de Cangas del Narcea, que en los años 20 del pasado siglo llegaron a ser casi 24.000 personas y que hoy en día superamos escasamente las 12.000, llevamos años viendo su progresivo despoblamiento mientras escuchamos a nuestros gobernantes el manido mantra de que hay que fijar población, pero sin que hasta el momento los mismos hayan concretado nada efectivo al respecto. Cangas del Narcea se hunde día a día, en caída libre, a la vista, ciencia y paciencia de su Alcalde y demás responsables municipales, pese al suculento salario que se autoimpusieron cuatro de los integrantes del denominado equipo de gobierno local (36.500 euros anuales por barba) y que hay que suponer que se paga por algo más que por limitarse a asistir, como simples espectadores, a esta hecatombe que se nos viene encima de forma imparable y con consecuencias irreversibles.
Señor Alcalde de Cangas del Narcea: todo está en la Historia, así que aprendamos de ella. En el siglo XIV la ruta de comunicación de Asturias con Castilla y Galicia a través de Leitariegos era una cuestión primordial. Para mantenerla transitable en los meses de invierno se requería de población en El Puerto de Leitariegos y pueblos próximos, y para ello el rey Alfonso XI (1311-1350) otorgó a sus pobladores el 14 de abril de 1326 un privilegio con el fin de favorecer el asentamiento permanente de una población que mantuviese abierto el paso por el puerto; es el conocido como “Privilegio de Leitariegos” que, entre otros beneficios, eximía a sus habitantes del pago de impuestos, alcabalas y portazgos. Y con esto consiguió que se estableciese población en esta zona, en algunos casos a más de 1.500 m. de altitud, y que se mantuviese hasta finales del siglo XIX. Hoy, sin ese privilegio, la situación es muy distinta y muchos de esos pueblos están casi abandonados.
La medida seguida por Alfonso XI “El Justiciero” hace casi setecientos años debería de aplicarse hoy a Cangas del Narcea. A los habitantes de este territorio, en el que solo se están quedando a vivir los que no tienen la oportunidad de establecerse en otros lugares más prósperos, deberían dárseles unos “privilegios” con el fin de mantener su población e incluso repoblar.
Señor Alcalde de Cangas del Narcea: proponga Vd al Pleno del Ayuntamiento la supresión (total o parcial) de los impuestos municipales sobre bienes inmuebles –“IBI”-, vehículos de tracción mecánica -“viñeta”-, incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana -“plusvalía”-, etc., de esa infinidad de tasas municipales que gravan las actividades más variopintas (por expedición de licencias y otros documentos, por apertura de establecimientos, por recogida de basuras, por servicios del cementerio municipal, por tenencia de animales domésticos, por alcantarillado, por ocupación de terrenos públicos municipales, por vados de acceso a los garajes, por suministro de agua potable, etc.), del precio público municipal por las escuelas infantiles de 0-3 años, etc.
Señor Alcalde de Cangas del Narcea: dígale Vd a su amigo don Adrián Barbón que exima (total o parcialmente) a los habitantes de este municipio del pago de los impuestos autonómicos de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, de patrimonio, de sucesiones y donaciones, de la cuota autonómica del impuesto sobre la renta de las personas físicas –“IRPF”-, etc.
Señor Alcalde de Cangas del Narcea: pídale Vd a su jefe don Pedro Sánchez que exima (total o parcialmente) a los residentes en este concejo del pago del impuesto estatal sobre el valor añadido –“IVA”-, de la cuota estatal del impuesto sobre la renta de las personas físicas –“IRPF”-, etc., y a las empresas radicadas en dicho municipio del impuesto estatal sobre sociedades, etc.
Solo así podremos combatir el creciente despoblamiento del concejo y contribuiremos a fijar población. Todo lo demás, en las actuales circunstancias socioeconómicas, serán simples brindis al sol.
Es hora de dejarse de cantos de sirena. Hay que tomar urgentemente, cuanto antes, decisiones prácticas y efectivas, y ésta de la fiscalidad reducida, avalada por importantes estudios sobre el despoblamiento, es, sin duda, la más eficaz. Lógicamente, esta solución tiene un coste económico para el erario, pero sería mínimo y además susceptible de recuperarse a medio plazo con la actividad económica que se generaría en este territorio. La fiscalidad diferenciada, como instrumento de discriminación positiva, cada vez es más evidente que no solo es posible sino muy necesaria, por no decir imprescindible.
Un buen amigo, cangués en la diáspora, prestigioso economista, profesor universitario y responsable en España de una de las mayores firmas de asesoramiento legal y tributario del mundo, me ha remitido el siguiente texto relacionado con el anterior post y que a continuación transcribo textualmente: “La repoblación o al menos, el mantenimiento de los residentes actuales en el concejo dependerá necesariamente de medidas que los incentiven a quedarse o a trasladarse. Los beneficios fiscales, como tú señalas, significarían incentivos de calado, empezando por los municipales, que no resultarían difíciles de financiar por la autoridad autonómica o por el propio Estado y que a corto plazo pueden resultar muy efectivos, principalmente de cara a los actuales residentes. Pero sobre todo, resultarían decisivas medidas tributarias que incentivasen la localización de actividades empresariales y profesionales en el territorio. La experiencia nos dice que esas resultan las medidas más efectivas, a medio y largo plazo, pues son las que realmente son capaces de crear riqueza y empleo. Y oportunidades de empleo se necesitan de forma urgente en el concejo.
Todo lo anterior es lo que, desde mi punto de vista, resulta NECESARIO, pero no es suficiente. No es suficiente crear una especie de paraíso fiscal en el occidente asturiano. La Comunidad y el Estado deberían replantearse muchas políticas y tomar muchas decisiones más costosas que creo no se encuentran en las agendas. Me refiero a políticas de comunicación, terrestres y digitales, a políticas de promoción territorial, turísticas y culturales, incluidas las deportivas, a políticas de desarrollo de la ganadería e indirectamente, de la agricultura a través de la promoción de los productos Km 0, ecológicos, verdes, etc, etc, etc…
Y podríamos seguir escribiendo la carta a los reyes, pero dudo como apuntaba, que Asturias y Cangas en particular estén en las agendas decisivas. Y de ello, también hay responsabilidades para repartir, a izquierda y derecha, al centro y adentro. Qué fácil fue vivir en y de la burbuja minera!!!!”