Al alcalde de Cangas ha venido Dios a verlo
La vigente normativa legal confiere a los alcaldes no solo la dirección de la administración municipal sino también, y cito textualmente la letra m) del apartado 1 del art. 21 de la Ley nº 7/1985, de Bases de Régimen Local, la atribución de “Adoptar personalmente, y bajo su responsabilidad, en caso de catástrofe o de infortunios públicos o grave riesgo de los mismos, las medidas necesarias y adecuadas dando cuenta inmediata al Pleno.”
En una entrada anterior (“Coronavirus y alcaldía”) denuncié la apatía de nuestro alcalde-abogado, que no acaba de tomar decisión alguna relacionada con la pandemia del COVID-19, probablemente a la espera de órdenes de “la superioridad”, lo que está siendo ya un problema endémico de la máxima autoridad local que perjudica a toda la ciudadanía, que permanece expectante a la espera de alguna disposición de aquél al respecto.
Bueno sí, no me acordaba, el alcalde-abogado dictó el famoso bando “de contención reforzada” (?), que es lo único que hasta la fecha figura publicado en la página web del Ayuntamiento, y recomendó, a través de su muro en el Facebook, esa medida inédita, auténtica panacea, remedio estrella, verdadera solución … ocurrencia del siglo … consistente en que las tapas de los contenedores de basura se dejen abiertas para no tener que tocarlas. Sin comentarios !!!
Y como seguimos sin información institucional alguna, he tenido que volver a la citada red social donde el alcalde-abogado agradece emocionado la solidaridad de los vecinos (y vecinas, que diría el) del concejo en lo referente a su disposición para fabricar mascarillas de protección.
El respaldo y apoyo de los habitantes de Cangas ante cualquier catástrofe los conozco desde hace muchos años; y creo que es una de las muchas cosas que nos honran.
Recuerdo ahora que, siendo un niño -y ya llovió-, se desató en medio de la noche un incendio en un edificio sito en pleno casco urbano de la villa, entre las calles Mayor y La Fuente, conocido como “Casa de Don Benemérito” o “Casa de El Rubión”, según su fachada a una u otra calle, un inmueble mas que repleto de un sinfín de familias humildes y numerosas que quedó completamente calcinado, con el correspondiente problema de reubicación de tantos y tantos afectados. Varios de mis amigos y compañeros de la escuela, que residían allí en una aglomeración hoy impensable, nos contaban luego su rescate por parte de sus abnegados progenitores y las vicisitudes que tuvieron que atravesar para tratar de normalizar sus vidas. Jamás se me olvidará aquella experiencia, a pesar de haberla vivido como un simple espectador. Pero, a lo que voy, comoquiera que entonces no había bomberos, los vecinos de Cangas, de todo linaje y condición y fuese la hora que fuese, salían de sus casas provistos de los cubos de los que disponían para con los mismos hacer una cadena humana hasta el río a fin de proveerse de todo el agua que podían para tratar de combatir las llamas.
Y esto mismo sucedía incendio tras incendio, desinteresadamente y sin que nadie se diese la más mínima importancia, porque se trataba de un comportamiento que formaba parte de la genética canguesa.
Pero, dejando a un lado el agradecimiento que el alcalde-abogado expresa a los comercios, mercerías, ferreterías, asociaciones, pueblos, empleados municipales … “mis concejales” … y demás voluntarios, lo que me ha llamado verdaderamente la atención es la expresa referencia que hace “a las monjas de clausura que rápido nos llamaron para coser”.
Lo dicho: al alcalde de Cangas ha venido Dios a verlo. Carece de iniciativas, pero es un hombre agradecido. Algo es algo.
¡¡¡ Ay de mi güey !!!
Parece mentira que un profesional de la abogacía diga estas sandeces de la persona que los Cangueses hemos escogido para representarnos. . No sera ,mas bien que no se doblega a sus deseos. Porque Vds. quiera saltarse la ley
o alguno de sus representados. Tropezo con una corporación que cumple con su deber y hace cumplir la ly
Ante el comentario anterior del tal José María (en adelante, “el comentarista”) yo podía haber procedido a eliminarlo sin publicarlo, y aquí paz y después gloria, o hacerlo y limitarme a decir, poniéndome a su altura, que el comentarista es un “babayo” de manual y entonces, como suele decirse, esperar a que saliera el sol por Antequera. Pero prefiero responder educada, ordenada y cortésmente:
1. Yo no escribo “sandeces” sino que, como ciudadano y contribuyente, ejerzo el derecho a la crítica de los responsables políticos, máxime si estos cobran de mis impuestos, sólo faltaría; censura más o menos jocosa pero, en todo caso, escrupulosamente respetuosa con sus destinatarios. Esto de poder criticar a la clase política es una de las grandezas del Estado de Derecho.
2. Los cangueses (y las canguesas) no han escogido al actual alcalde, sino que quien lo hizo fue el Pleno. Los cangueses (y las canguesas), tanto en el año 2015 como en el año 2019, eligieron a otro candidato distinto que, sin embargo y debido a los sueldos que se pagan a los concejales de IU a costa del erario, no logró la mayoría del Pleno en ninguna de las dos ocasiones. Pero, insisto, quien ganó las elecciones en ambos comicios no fue el acalde-abogado sino otro candidato de un partido distinto.
3. Yo no quiero que el alcalde-abogado se doblegue a mis deseos porque, la verdad, no lo deseo nada; soy heterosexual.
4. Ni yo ni mis defendidos, al menos hasta donde alcanzo, queremos saltarnos la ley. Nos limitamos a reclamar nuestros derechos y en muchas ocasiones hasta lo conseguimos y todo.
5. A pesar de que sería su obligación, la Corporación no cumple con su deber, al menos en mi humilde opinión, que lógicamente vale tanto como la del comentarista, aunque la suya no parezca tan modesta.
6. Y, por último, la Corporación no hace cumplir la ley, aunque debiera, y para comprobarlo nada mejor que preguntarlo en los juzgados y tribunales donde se enjuician sus decisiones.
Pero el comentarista no ha reaccionado así por defender al alcalde-abogado de mis inofensivas críticas, ni mucho menos. Lo ha hecho, porque se ha sentido aludido en mi entrada titulada “El establishment patrio”, en cuyo caso allá él y su suspicacia, aunque yo creo que más bien lo hizo porque considera que le afecta familiarmente un comentario que el pasado viernes día 3 hice en mi muro del “Facebook” cuando, en respuesta a una pregunta de mi amigo Don José Ramón Puerto Alvarez, escribí “Democracia directa, fuera listas cerradas y bloqueadas, fuera asesores, gabinetes y demás inmundicia, que los trabajadores públicos accedan a los puestos cumpliendo. los principios de igualdad, mérito, capacidad y publicidad …”, en cuyo caso el comentarista debería de explicar más pronto que tarde, y antes de que un día lo haga otro, lo que subyace en el fondo de su desaforada reacción.
Y como dice Bugs Bunny (el conejo de la suerte), “eso es todo amigos”.