Publicación de noticias históricas relacionadas con la historia, el arte, la literatura, etc. de Cangas del Narcea.

Escudos de los Martínez en Cangas del Narcea

Escudos con las armas de los Martínez: un árbol a cuyo tronco está atado con una cadena un león, tres flores de lis, y un sol y una luna.

Estas armas aparecen en Casa Bartuelo de Folgueras de Bergame, Casa Bartuelo de la Veiga’l Tachu, Casa Molineiro de Veigaipope y Casa Campa de Veigaperpera.

VEIGAPERPERA / VEGAPERPERA (Parroquia de La Riela / La Regla de Perandones) – Casa Campa

VEIGAPERPERA / VEGAPERPERA

(Parroquia de La Riela / La Regla de Perandones)

Casa Campa

Escudo con las armas de los Martínez: un árbol a cuyo tronco está atado con una cadena un león, tres flores de lis, y un sol y una luna. Las mismas armas aparecen en Casa Bartuelo de la Veiga’l Tachu, Casa Molineiro de Veigaipope y Casa Bartuelo de Folgueras de Bergame.

En este pueblo de Veigaperpera a fines del siglo XVIII y primeras décadas del XIX había siete vecinos y todos eran “hijosdalgos”, pero solo los Martínez eran “hijosdalgos de armas pintar”. En 1787 el propietario de esta casa era Francisco Martínez, y en 1808 y 1824 lo es su hijo Manuel Martínez.

VEIGAIPOPE / VEGAPOPE (Parroquia de La Riela / La Regla de Perandones) – Casa Molineiro

VEIGAIPOPE / VEGAPOPE

(Parroquia de La Riela / La Regla de Perandones)

Casa Molineiro

Escudo con las armas de los Martínez: un árbol a cuyo tronco está atado con una cadena un león, tres flores de lis, y un sol y una luna. Debajo aparece la inscripción y la fecha siguientes: “Estas son las armas de Martínez por varón. Las mandó hacer don Juan Martínez. Año de 1797”. Las mismas armas aparecen en Casa Bartuelo de la Veiga’l Tachu, Casa Bartuelo de Folgueras de Bergame y Casa Campa de Veigaperpera. Este escudo de Casa Molineiro de Veigaipope es el más reciente que existe de las armas de los Martínez.

En efecto, en 1787 el dueño de esta casa, como dice la inscripción del escudo labrada una década después, era Juan Martínez, “hijosdalgo”, que vivía con su hijo José y su nieto Miguel. En 1808 y 1815 el propietario era este Miguel Martínez, que en 1815 presenta a los empadronadores del padrón de hidalguía una escritura hecha ante el escribano José Meléndez de Arvas del 20 de enero de 1778 en la que se dice que estos Martínez eran “hijosdalgo notorio de armas pintar”. En 1825 el propietario es José Martínez.

FOLGUERAS DE BERGAME (Parroquia de Abanceña) – Casa Bartuelo

FOLGUERAS DE BERGAME

(Parroquia de Abanceña)

Casa Bartuelo

Escudo con las armas de los Martínez: un árbol a cuyo tronco está atado con una cadena un león, tres flores de lis, y un sol y una luna. Las mismas armas aparecen en Casa Bartuelo de la Veiga’l Tachu, Casa Molineiro de Veigaipope y Casa Campa de Veigaperpera.

Entre 1787 y 1824 los propietarios de esta casa fueron Bartolomé Martínez, su hijo Manuel y su nieto Antonio Martínez, “hijosdalgo notorios”.

BISUYU / BESULLO – La Casona

BISUYU / BESULLO

La Casona.

Escudo partido. A la izquierda armas de los Queipo de Llano (tres fajas y tres flores de lis, con racimos de uvas en el borde) y a la derecha, de los Flórez (una doncella cruzando un río con una cesta de frutas sobre la cabeza y tres flores de lis, con aspas en el borde). Este escudo es similar al que estaba en el Palacio de los Llano en el barrio de Ambasaguas en Cangas del Narcea y que en la actualidad está en una fachada lateral del Hotel Truita, calle Diz Tirado de esta villa.

En 1787 el dueño de esta casa era Pedro de Llano Flórez. La heredará su hijo Lorenzo de Llano Flórez (1822-1902), que en 1897 derriba la casa antigua y construye la casona que ha llegado hasta nuestros días, que hoy está en ruinas después de un incendio ocurrido en 2006. Una placa de mármol colocada encima de la puerta de entrada a la casa recuerda al dueño y su obra: “Se hizo esta casa por el Sr. D. Lorenzo de Llano Flórez a los setenta y cinco años de edad. Año de 1897”.

Fabricación de orujo en el Occidente de Asturias

Alquitara o alambique para hacer orujo en Las Escolinas, Cangas del Narcea, h. 1970. Fotografía Julio A. Fernández Lamuño. Col. Museo del Pueblo de Asturias.

En la zona occidental de las viejas Asturias, donde aun se cultiva la viña, denominase orujo no al hollejo de la uva, sino al alcohol destilado del mismo por medio de un sencillo alambique de construcción casera. Cuando se pisa la uva, esta es introducida con todo el escobajo en la tina, donde se produce la primera fermentación del mosto por espacio de unas tres semanas. Al cabo de este tiempo se trasiega a las cubas donde ha de sufrir la segunda fermentación, en tanto que el magayu u orujo (que en Grandas de Salime llaman bullo) es llevado a la prensa de husillo para extraer el pie que es un vino de segunda calidad, inferior al del mosto, pero que puede mezclarse con éste para homogeneizar el conjunto. Según se apriete más o menos el magayu, se obtendrá después menos o más orujo, es decir, alcohol etílico.

El alambique o alquitara suele ser de construcción muy sencilla, siendo los mejores los que poseen la caldera de cobre; pero son más frecuentes los económicos fabricados con bidones o depósitos de chapa de hierro de 200 a 300 litros de cabida. A estos se les ajusta una tapadera de cierre hermético y un tubo vertical al que se adapta un terminal de cobre llamado “el capuchu”, que va dentro de un depósito de agua corriente y sirve de condensador de los vapores del orujo, el cual sale al exterior por un tubito lateral, cayendo en forma de delgado hilillo líquido en la garrafa dispuesta al efecto para recogerlo.

Para alcanzar este resultado, ha de prepararse cuidadosamente todo el proceso, necesitándose una persona dedicada a él, sin prisas ni impaciencias: en el fondo de la caldera hay que colocar una capa de paja, preferentemente de centeno (que da menos color al orujo y aguanta bien el calor), aunque en caso de carecer de ella sirve también la de trigo u otra similar. Ya dispuesta esta capa con espesor de algunos centímetros, se echan unos dos baldes de agua (es decir, unos 30 litros) para una caldera de 220 litros, añadiendo la carga de magayu o bullo y apretando ligeramente, hasta llenar la caldera, la cual deberá ser seguidamente cerrada con la tapa ajustada, y cegando cualquier pequeña rendija o fisura por donde pudiera escapar el vapor, con barro o cualquier otro material fácil de encontrar en el medio rural. Se coloca la capucha o refrigerante, se hace gotear el agua de refrigeración y se procede a encender y atizar el fuego, el cual solo puede ser vivo al principio hasta el momento de empezar a hervir la mezcla (cosa que se alcanzar hacia los 90 minutos de haber encendido el fuego). En este punto debe mantenerse la fuerza del fuego más suave, para conseguir una destilación lenta y continuada, ya que si fuera rápida, arrastraría mucha agua y se obtendría un orujo muy flojo, y si fuera demasiado lenta se alargaría la operación hasta la noche (es decir, muchas horas) con poco rendimiento y gran molestia.

La paja de centeno cumple la importante misión de evitar que el magayu se queme o “afume”, accidente que daría mal aroma al producto destilado. Para hacer el fuego tiene especial valor el disponer de buena leña de roble o de faya y, aun mejor, de los cepos o torgos de las carroubas (raíces) de la uz moural (la uz o brezo blancal se arranca mal y, además, tiene poca cabeza y es mala de trocear; en cambio la uz moural es fácilmente arrancable con picachón y proporciona un excelente torgo, muy apto para el fuego, donde genera excelente borrayu o brasa de larga duración). Al cabo de unas siete horas de haber encendido el fuego y tras una destilación de cuatro o cinco horas, debe desocuparse la caldeira, vaciándola de todos los restos, útiles ya solo para el estercolero, pudiendo repetirse la operación en sucesivos días. Es un trabajo que exige paciencia y atención constante al proceso, para evitar tanto el detenimiento de la destilación como el que el exceso de calor la provoque demasiado rápida. Se obtiene así, un orujo o alcohol de una riqueza que oscila entre el 40 y el 60%, generalmente algo más rico al principio y más flojo al final.

Se calcula que para una caldera de doscientos litros de cabida se colocan unos ochenta kilogramos de magayu (tres cestos o maniegos), de los cuales se obtienen entre cinco y doce litros de orujo, según varios factores: cual haya sido el grado de previo estrujado, la calidad meteorológica del año, la madurez de la uva empleada y el grado de apuramiento en la destilación; el promedio normal para dicha carga es de nueve litros. Pero las antiguas viñas de Sanformar (en las aldeas anegadas por el embalse de Grandas de Salime) alcanzaban a dar hasta los 13 litros de aguardiente para la misma carga, en tanto que otras de Arganza (Tineo) solo llegaban a los cinco; eran la consecuencia de las distintas calidades de sus viñas, condicionadas tanto por el emplazamiento y orientación, como por la naturaleza de los terrenos y el régimen de trabajos y cuidados aplicados a ellas.

La fabricación de orujos o aguardientes es una práctica muy extendida en toda la comarca vitivinícola del occidente de Asturias, si bien la paulatina reducción de ésta la va haciendo desaparecer poco a poco, conservándose hoy en Cangas del Narcea, Ibias, Los Oscos, Pesoz, Allande y pocos concejos más. Antaño fue una manera de conseguir un beneficio marginal a la cosecha de vino, y su venta se ha venido haciendo en chigres y locales similares, donde los asiduos clientes suelen apreciarlos más que a conocidos productos alcohólicos con nombres comerciales famosos y de precio muy superior.

La cantidad de orujo obtenida al cabo del año es difícil de conocer, por ser la fabricación muy irregular y en régimen de pura artesanía rural. Últimamente se utilizan para obtener este licor, no solo los magayus autóctonos sino también los de uvas traídas directamente desde las tierras leonesas, uvas que vienen a sumar sus mostos a los caldos conseguidos en las ya escasas hectáreas de viñas aun cultivadas en nuestras tierras del occidente astur.


Tineo, octubre de 1978.


alt

XARCELEI / JARCELEY – Casa el Palacio

XARCELÉI / JARCELEY

Casa el Palacio.

Escudo con las armas de 1º Carballo (un roble y una mujer que aparece partiendo una rama; un castillo y delante de su puerta un hombre), 2º Sierra, 3º Valle / Queipo de Llano, 4º Sierra y 5º Peláez (un hombre pisando a un dragón al que clava una espada en la boca, mientras mira hacia una cruz).

En 1787 el propietario de este palacio era Francisco de Sierra Quiñones. En 1808 es de su primogénito, Francisco José de Sierra y Llanes, coronel de los Reales Ejércitos, Maestrante de Sevilla y uno de los siete asturianos que participaron en las Cortes de Cádiz y que redactaron la Constitución Española de 1812. Francisco José fallece en Avilés en 1820 y pasa la posesión de la Casa de Jarceley a su hijo Francisco Julián de Sierra Abello y Castrillón, que reside en Avilés. Para saber más sobre la casa de Xarceléi véase en esta web del Tous pa Tous la noticia escrita por Xuan F. Bas Costales sobre este palacio en 1820: El palacio de los Sierra en Xarceléi en 1820

Alcaldes de Cangas del Narcea

Pedro José Pidal Carniado, primer marqués de Pidal, fue alcalde de Cangas de Tineo entre septiembre de 1834 y noviembre de 1835.

Presentamos aquí nuestro último trabajo de investigación acerca de los alcaldes de Cangas del Narcea. Abrimos con él un apartado nuevo en Memoria Canguesa con la denominación de Alcaldes de Cangas del Narcea. Tenemos que advertir que la relación de alcaldes que publicamos es aún provisional. Todavía falta información biográfica sobre algunos alcaldes y sobre sus mandatos, que iremos completando poco a poco. Estas faltas se deben a dos razones: primero, no es fácil obtener toda la información que se desea, porque no tenemos toda la documentación necesaria (faltan libros de actas del Ayuntamiento de Cangas del Narcea del siglo XIX, etcétera), y segundo, todo este trabajo de recopilación requiere mucho tiempo y si compartimos la tarea entre tous el trabajo será más llevadero. Por ello, a pesar de estar aún incompleta, hemos decido sacar a la luz esta lista para recabar la colaboración de todos los que dispongan de información sobre las personas que fueron alcaldes de Cangas del Narcea. Alguno echará en falta información sobre los mandatos de los últimos alcaldes, pero esta omisión es consciente y por eso casi no se dice nada sobre los alcaldes que hubo a partir de 1975.


Los alcaldes de Cangas del Narcea desde 1834 hasta la actualidad


Retratos de alcaldes

Manuel Rodríguez González, h. 1880. Col. Menéndez Tablado

Poco a poco van apareciendo los retratos de los alcaldes de Cangas del Narcea. Sin embargo, todavía faltan muchos y para subsanar esta falta solicitamos la colaboración de sus familias. En el Tous pa Tous nos sobra paciencia y con el tiempo esperamos tener completa nuestra iconoteca de autoridades municipales canguesas.

Francisco Álvarez Uría, h. 1885. Col. Álvarez Hurlé

Hoy colocamos en sus correspondientes apartados la “vera efigies” de dieciséis alcaldes: dos pinturas y catorce fotografías. Entre otros, están los rostros de tres alcaldes del siglo XIX: Rafael Uría del Riego, Francisco Álvarez Uría y Manuel Rodríguez González, y de la mayoría de los que ocuparon la alcaldía durante la II República Española.


Los alcaldes de Cangas del Narcea desde 1834 hasta la actualidad


Los alcaldes de Cangas del Narcea desde 1834 hasta la actualidad

Casa Consistorial de Cangas del Narcea, en 1930. Edificio construido en 1798 en la calle Mayor, enfrente del convento de las Dominicas, para ayuntamiento y cárcel; fue derruido en 1951 para ensanchar la calle de la Iglesia y abrir el Cruce. En su fachada estaban el escudo real y la placa colocada en 1908 a la memoria de los voluntarios del Regimiento de Cangas de Tineo en la Guerra de la Independencia.

El alcalde es la mayor autoridad del concejo y la persona que nos representa como colectivo. La historia de los alcaldes es una parte importante de la historia del concejo; el conocimiento de sus ideas y biografías, y de sus proyectos y realizaciones, es imprescindible para conocer el devenir de toda la comunidad.

Comenzamos nuestra lista en 1834, porque ese año, con el nombramiento de Pedro José Pidal como alcalde mayor y presidente del Ayuntamiento de Cangas del Narcea, comienza una nueva etapa en la formación de las corporaciones municipales. Es el resultado del final del Antiguo Régimen, con sus ayuntamientos formados por regidores perpetuos, pertenecientes a unas pocas familias de nobles e hijosdalgos, cuyos cargos se transmitían de padres a hijos. En aquel año y en los siguientes, las reformas introducidas por los liberales cambiarán la política municipal y sentarán las bases del Estado moderno.

La lucha política por la alcaldía siempre fue muy reñida. En la historia contemporánea de nuestro ayuntamiento han sido frecuentes las denuncias por abusos electorales, ineficacia, corrupción, arbitrariedades, etcétera. Desde el siglo XIX son continuas las críticas en la prensa a la gestión de los alcaldes, así como las represalias de estos a los críticos; por ejemplo, en 1894 los redactores de El Eco de Occidente atacaron al alcalde José Pallarés y este puso una multa a su director, y en la segunda década del siglo XX, Gumersindo Díaz Morodo Borí atacó al alcalde José Mª Díaz López Penedela en la prensa local, regional e incluso nacional, y el alcalde logró cerrarle el periódico e incluso encarcelarle. La existencia de varios periódicos locales desde 1882 a 1916 tiene mucho que ver con estas luchas por el poder municipal.

La historia del Ayuntamiento de Cangas del Narcea no puede comprenderse sin tener en cuenta la historia de España; nuestro ayuntamiento siempre ha sido un reflejo de la política nacional y en él se enfrentaron: conservadores y liberales; moderados y progresistas; monárquicos y republicanos; izquierda y derecha, etcétera. E incluso, durante el franquismo, aunque más atemperadas, también existieron diferencias políticas, en este caso entre monárquicos y falangistas. Las convulsiones nacionales también llegaron a la vida municipal: hubo ceses fulminantes de alcaldes y de corporaciones enteras durante los golpes militares del siglo XIX, la Dictadura de Primo de Rivera o la Segunda República Española.

Palacio del conde de Toreno en 1960. Este edificio fue comprado en 1951, durante la alcaldía de José Mª López Morodo, para Casa Consistorial.

La política local estuvo muy unida a la existencia del distrito electoral de Cangas del Narcea, establecido en 1845, de donde salían representantes para las Cortes en Madrid y para la Diputación Provincial de Oviedo. Normalmente un mismo grupo político dominaba los tres ámbitos del poder: el local, el regional y el nacional, y con frecuencia esas afinidades políticas eran también familiares. De este modo, unas pocas familias dominaron casi toda la política canguesa hasta la Guerra Civil: los condes de Toreno y sus parientes y administradores en Cangas del Narcea, los Rodríguez Peláez; los Uría; los Rodríguez-Arango y los De Llano.

No obstante, junto a toda esta maraña de luchas e intereses de la vida política, no debemos olvidar que detrás de muchos de estos alcaldes y de sus corporaciones también existió un interés sincero por trabajar a favor del bien público y por la mejora de las condiciones de vida de los cangueses. Hasta fecha reciente estos cargos no tenían ninguna retribución económica y por eso sus mandatos no solían durar mucho tiempo; antes de 1983, el alcalde que más tiempo permaneció en este cargo estuvo diez años, pero lo habitual era que ocupasen el puesto entre dos y cuatro años.

Las arcas municipales eran más pobres que ricas y la ejecución de muchos proyectos importantes se alargaba durante años y años. La primera vez que se habló en un pleno municipal de la necesidad de ensanchar la calle de la Iglesia, en la villa de Cangas del Narcea, fue en 1868, periódicamente salía esta necesidad en los plenos, pero esta reforma no se llevará a cabo hasta 1951. Lo mismo sucedió con el cementerio municipal, el Instituto de Enseñanza Secundaria, el edificio del juzgado y cárcel, el puente que unía Ambasaguas y el Barrio Nuevo, la biblioteca pública, etcétera.

Por último, tenemos que advertir que la relación de alcaldes de Cangas del Narcea que presentamos es aún provisional. Todavía falta información biográfica sobre algunos alcaldes y sobre sus mandatos, que iremos completando poco a poco. Estas faltas se deben a dos razones: primero, no es fácil obtener toda la información que se desea, porque no tenemos toda la documentación necesaria (faltan libros de actas del Ayuntamiento de Cangas del Narcea del siglo XIX, etcétera), y segundo, todo este trabajo de recopilación requiere mucho tiempo y si compartimos la tarea entre tous el trabajo será más llevadero. Por ello, a pesar de estar aún incompleta, hemos decido sacar a la luz esta lista para recabar la colaboración de todos los que dispongan de información sobre las personas que fueron alcaldes de Cangas del Narcea. Alguno echará en falta información sobre los mandatos de los últimos alcaldes, pero esta omisión es consciente y por eso casi no se dice nada sobre los alcaldes que hubo a partir de 1975.

El trabajo ha podido realizarse debido a las buenas condiciones que existen en el Archivo Municipal de Cangas del Narcea y a las facilidades que hemos tenido para consultar sus fondos gracias a su responsable Marta Veiga Fontaniella y a Ana del Pozo Fernández.

ALCALDE MANDATO
Pedro José Pidal Carniado 6 de septiembre de 1834 25 de noviembre de 1835
Juan Uría y Llano 25 de noviembre de 1835 1 de enero de 1837
José González Regueral 1 de enero de 1837 11 de marzo de 1838
Marcelino Rodríguez-Arango Menéndez 11 de marzo de 1838 1 de enero de 1839
José de Llano y Merás 1 de enero de 1839 1840
Lope María Blanco 1840 Faltan actas municipales
José de Llano Merás 1840 Faltan actas municipales
Domingo Avello y Llano 1841 Faltan actas municipales
Pedro Peláez 1843 Faltan actas municipales
Bernardo Joaquín Martínez 1844 Faltan actas municipales
Juan Uría y Llano 1846 Faltan actas municipales
Alonso Suárez de la Vega 1849 Faltan actas municipales
Lorenzo de Llano Flórez Faltan actas municipales 2 de octubre de 1854
Manuel Valcárcel Ríos 2 de octubre de 1854 26 de julio de 1856
Rafael Uría y Riego 26 de julio de 1856 1862?
Severiano Rodríguez-Peláez y Riego ¿1863-1864? Faltan actas municipales
José Suárez Collar 16 de diciembre de 1864 26 de julio de 1868
Román Rodríguez-Arango Sanfrechoso 26 de julio de 1868 1 de febrero de 1872
Ceferino Gamoneda y Glez del Barreiro 1 de febrero de 1872 24 de agosto de 1873
Benigno Valcárcel Uría 24 de agosto de 1873 30 de junio de 1874
Severiano Rodríguez-Peláez y Riego 30 de junio de 1874 1 de julio de 1879
Leandro Valdés Miranda 1 de julio de 1879 17 de abril de 1881
Joaquín Rodríguez-Arango Sanfrechoso 1 de julio de 1881 1 de julio de 1883
Severiano Rodríguez-Peláez y Riego 1 de julio de 1883 2 de febrero de 1887
Salvador Martínez Valle 2 de febrero de 1887 2 de diciembre de 1889
Román Rodríguez-Arango Sanfrechoso 2 de diciembre de 1889 21 de febrero de 1890
José de Llano Valdés 21 de febrero de 1890 1 de marzo de 1893
Francisco Álvarez Uría 1 de marzo de 1893 1 de enero de 1894
José Claret Quert (alcalde interino) 1 de enero de 1894 18 de febrero de 1894
José Pallarés Nomdedeu 18 de febrero de 1894 20 de noviembre de 1894
Joaquín Rodríguez Martínez 20 de noviembre de 1894 1 de julio de 1895
Manuel Rodríguez González 1 de julio de 1895 25 de septiembre de 1898
José Pallarés Nomdedeu 25 de septiembre de 1898 1 de enero de 1902
Nicolás de Ron Flórez-Valdés 1 de enero de 1902 3 de enero de 1904
José Pallarés Nomdedeu 3 de enero de 1904 1 de enero de 1906
Nicolás de Ron Flórez-Valdés 1 de enero de 1906 1 de enero de 1910
Joaquín Rodríguez Martínez 1 de enero de 1910 23 de octubre de 1913
José Mª Díaz López, Penedela 23 de octubre de 1913 1 de abril de 1921
Marcial Rguez-Arango Glez-Regueral 1 de abril de 1921 17 de enero de 1923
José Mª Díaz López, Penedela 17 de enero de 1923 21 de julio de 1923
Antonio Meléndez González 21 de julio de 1923 3 de octubre de 1923
Apolinar de Castro Isern 3 de octubre de 1923 1 de febrero de 1924
Joaquín García González 1 de febrero de 1924 10 de julio de 1924
Porfirio Ordás Fdez-Sanmarful 10 de julio de 1924 31 de octubre de 1927
Antonio Arce Díaz 31 de octubre de 1927 26 de febrero de 1930
José María Díaz López 26 de febrero de 1930 25 de marzo de 1930
Joaquín Rguez-Arango Fdez-Argüelles 25 de marzo de 1930 5 de febrero de 1931
José Villa Suárez 5  de febrero de 1931 27 de abril de 1931
Joaquín Rguez-Arango Fdez-Argüelles 27 de abril de 1931 15 de mayo de 1931
Mario de Llano González 15 de mayo de 1931 10 de junio de 1931
Higinio García del Valle Peláez 10 de junio de 1931 2 de septiembre de 1931
Jenaro Flórez y Glez Reguerín 2 de septiembre de 1931 23 de septiembre de 1931
Mario de Llano González 23 de septiembre de 1931 1 de noviembre de 1934
Antonio Arce Díaz 1 de noviembre de 1934 21 de febrero de 1936
Mario de Llano González 21 de febrero de 1936 25 de febrero de 1936
Constantino Aumente González 25 de febrero de 1936 10 de mayo de 1936
Francisco Oliveros Menéndez 10 de mayo de 1936 22 de agosto de 1936
Modesto de la Uz Fernández 12 de diciembre de 1936 3 de agosto de 1939
Antonio Arce Díaz 3 de agosto de 1939 18 de diciembre de 1939
Manuel Arias Menéndez 18 de diciembre de 1939 31 de agosto de 1943
Victorino López Rodríguez 31 de agosto de 1943 9 de abril de 1947
José María López Morodo 9 de abril de 1947 3 de febrero de 1952
Manuel Álvarez Cosmen 3 de febrero de 1952 24 de febrero de 1958
José Flórez Sierra 24 de febrero de 1958 29 de noviembre de 1968
Carlos Arce Flórez-Valdés 29 de noviembre de 1968 2 de febrero de 1974
Manuel Miranda Fernández 2 de febrero de 1974 2 de marzo de 1978
Fernando Rodríguez Verano, Tito 2 de marzo de 1978 19 de abril de 1979
José Luis Somoano Sánchez 19 de abril de 1979 23 de mayo de 1983
José Manuel Cuervo Fernández 23 de mayo de 1983 16 de junio de 2007
José Manuel Martínez González 16 de junio de 2007 11 de junio de 2011
José Luis Fontaniella Fernández 11 de junio de 2011 13 de junio de 2015
José Víctor Rodríguez Fernández 13 de junio de 2015 actualidad

[1834-1835] Pedro José Pidal Carniado

Pedro José Pidal y Carniado, primer Marqués de Pidal.

Pedro José Pidal Carniado

(Villaviciosa, Asturias, 1799 – Madrid, 1865)

6 de septiembre de 1834 – 25 de noviembre de 1835

Es nombrado alcalde mayor del concejo de Cangas del Narcea por el Regente de la Real Audiencia de Oviedo, para encargarse “en todos los negocios, contenciosos, políticos y gubernativos”. Pidal se había licenciado en Leyes y Cánones en la Universidad de Oviedo en 1822 y era un fervoroso liberal, que había apoyado en 1820 el levantamiento de Rafael del Riego. Llega a Cangas del Narcea a deshacer el viejo sistema de gobierno municipal basado en regidores perpetuos y a establecer la nueva administración que se estaba imponiendo en España con Isabel II y los liberales. Pidal continuará su carrera política en Madrid como diputado en Cortes por Asturias, donde desarrollará una brillante actividad parlamentaria, y será varias veces ministro de la Gobernación. Era una persona con una gran cultura. Ocupará la presidencia de las academias de Historia y de Bellas Artes de San Fernando, y será miembro de número de la Real Academia de la Lengua. En 1847 recibirá el título de marqués de Pidal.

En el mes de junio de 1835, Pidal coincidió en Cangas del Narcea con el naturalista y botánico francés Durie de Maisonnove (1796-1878), que viajó hasta aquí para recolectar y estudiar plantas. La crónica de su viaje la escribió Jacques Gay y dice sobre este encuentro: “Durie habla muy bien de la suprema autoridad municipal de Cangas, el Alcalde Mayor, caballero de prestancia física y varonil belleza no inferiores a su hidalguía y carácter bondadoso; insigne, además, entre todos los conciudadanos por sus conocimientos en las artes liberales. Recibido por él con suma cortesía, le debe no pocos favores, dignos de perpetua gratitud: le ayudó en todas sus iniciativas, de manera decidida y consciente, no ignorando (como la mayor parte de las otras personas) que el viajero francés buscaba plantas con fines superiores al de preparar una infusión. No olviden, pues, su ilustre apellido, Pidal”.

En 1904 todavía quedaba recuerdo en Cangas del Narcea de la presencia de Pedro José Pidal setenta años antes. Faustino Meléndez de Arvas, secretario municipal, escribió: «El Sr. Pidal, con una energía y una entereza que quisiéramos hoy, no solo para la mayor parte de los alcaldes supeditados, sino también para los débiles gobernadores, y con tan buen deseo como pudiera tenerlo un cangués de pura sangre, puso la primera piedra en la obra de urbanización de Cangas de Tineo, obligando a los señores a blanquear sus casas, arreglando algo sus calles, prohibiendo costumbres poco cultas, e introduciendo otras mejoras dignas de elogio. Y sin embargo, ¡admírese el lector!, su nombre no se ve inscrito en ningún sitio público de la villa, a pesar de que casi se le puede llamar el fundador del moderno Cangas.» (La Ilustración Asturiana, nº 6, junio de 1904).

[1835-1837] Juan Uría y Llano

Juan Uría y Llano

(Ambasaguas, Cangas del Narcea)

25 de noviembre de 1835 – 1 de enero de 1837

La toma de posesión de este ayuntamiento se celebró con una solemnidad especial. Era el primer ayuntamiento del nuevo Estado liberal que se estaba instaurando en España. La corporación había sido nombrada por el Gobernador Civil. La formaban once personas: alcalde, teniente alcalde primero, teniente alcalde segundo, siete regidores y un procurador del común. Se reunieron las corporaciones saliente y entrante, bajo la presidencia de Pedro José Pidal, alcalde mayor y presidente del Ayuntamiento, en la sala capitular del consistorio, el miércoles 25 de noviembre de 1835, a las tres de la tarde. El alcalde mayor exigió al alcalde y a los dos tenientes de alcalde nuevos un juramento de fidelidad a la Corona. Recordemos que el país estaba en guerra civil, dividido entre carlistas o absolutistas y liberales. Así fue el juramento: “puesta cada uno su mano derecha sobre los Santos Evangelios en la forma siguiente: “Juráis a Dios por estos Santos Evangelios ser fieles a la Reina niña señora Dña. Isabel segunda, y durante su menor edad a su augusta madre la Reina Gobernadora, guardar y hacer guardar el Estatuto Real y las leyes del Reino, obedecer al Gobierno, y haberos bien y fielmente en el ejercicio del honroso cargo que se os confía, mirando en todo por el procomunal de este pueblo”. Cada uno contestó: “Si juro”. “Si así lo hiciereis Dios os ayude y sino os lo demande”. A continuación se escenificó la toma de posesión de la nueva corporación con el acto siguiente: “Concluida esta solemne ceremonia dejó el Sr. Alcalde Mayor la silla de la presidencia, en la que colocó al Alcalde y por el orden de su nombramiento practicó lo mismo con todos los demás individuos, que prestaron el juramento, con lo que les dejó posesionados, y se retiró dicho Sr. Alcalde con los que componían el anterior Ayuntamiento”.

El nuevo alcalde era vecino de Ambasaguas, donde aparece empadronado en 1787 como “hijosdalgo notorio”, regidor perpetuo del concejo de Cangas del Narcea y “residente en la ciudad de La Coruña”. Regresó a vivir a Ambasaguas, a la casa que había levantado su antecesor, en la que todavía puede verse la inscripción: “D. Joanes ab Uría me fecit, anno 1712”.

[1837-1838] José González Regueral

José González Regueral

1 de enero de 1837 – 11 de marzo de 1838

Abogado. Aparece empadronado en 1808 en la villa de Cangas del Narcea como “hijosdalgo”. Miembro del Partido Progresista.

En el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid se conserva el Expediente de examen para la incorporación a la Real Chancillería del abogado José González Regueral, natural de Cangas de Tineo, de fecha 17 de abril de 1828.

El 20 de septiembre de 1840 es uno de los firmantes en Cangas del Narcea de una carta de apoyo al general Baldomero Espartero, que también suscribe el siguiente alcalde.

[1838-1839] Marcelino Rodríguez-Arango Menéndez

Marcelino Rodríguez-Arango Menéndez

(Cangas del Narcea, 1807 – 1884)

11 de marzo de 1838 – 1 de enero de 1839

Licenciado en Derecho y magistrado. Hijo de Joaquín Manuel Rodríguez-Arango, de Tebongo, y Manuela Menéndez Flórez, de la villa de Cangas del Narcea. Estuvo casado con Antonia Fernández Rojas, natural de la villa de Cangas, y vivía en el barrio de El Corral.

Miembro del Partido Progresista, formaba parte de la junta gubernativa de este partido en Cangas de Tineo y como tal, es uno de los firmantes de una carta de felicitación al general Baldomero Espartero el 20 de setiembre de 1840.

En abril de 1841 fue nombrado por la Regencia provisional del reino promotor fiscal en propiedad del juzgado de Cangas de Tineo, cargo que venía desempeñando interinamente por elección de la junta de Oviedo. Este puesto lo ocupó hasta 1843, siendo juez de primera instancia Domingo Álvarez Arenas. En julio de ese año fue designado fiscal de la Audiencia de Albacete.

Fiscal en la Real Audiencia Provincial de Oviedo entre 1854 y 1856. El 1 de octubre de 1856 es trasladado a igual plaza en la Audiencia de Cáceres, de donde sería cesado tres semanas después, el día 24 del mismo mes.

Con fecha 16 de octubre de 1860 por Real decreto obtuvo la plaza de magistrado supernumerario en la Audiencia de La Coruña donde venía ejerciendo como fiscal, pasando a ocupar esta misma plaza en la Audiencia de Barcelona el 31 de marzo de 1863.

En 1865, por permuta voluntaria de sus respectivos destinos con Lorenzo del Busto, estuvo destinado en la Audiencia Pretorial de La Habana hasta el 31 de julio 1867; ejerció como presidente de sala en la Audiencia Territorial de Barcelona desde el 14 de noviembre de 1868 hasta marzo de 1870 que fue promocionado a la regencia o presidencia de la Audiencia de Barcelona, puesto para el que fue declarado inamovible en febrero de 1872. Un decreto de febrero de 1874 dispone su cese en el cargo de presidente de la Audiencia de Barcelona pasando a ocupar la presidencia de sala de la Audiencia de Albacete hasta marzo de 1875, jubilándose por inutilidad física el 30 de agosto de ese mismo año.

Liberal exaltado, fue miembro del Partido Progresista, comandante de la Milicia Nacional de Cangas de Tineo en 1843 y presidente de la junta que se constituyó en esta villa durante la Revolución de Septiembre de 1868, que supuso el derrocamiento de la reina Isabel II.

Representó a Cangas de Tineo en la Diputación Provincial interina que se constituyó a consecuencia del alzamiento nacional, elegida en las capitales de partido judicial, conforme a la circular de 25 de octubre de 1868, por resultado de la disolución de la Diputación Provincial anterior por Decreto del Gobierno provisional de la nación. Esta Diputación interina se instaló el 8 de noviembre de ese mismo año hasta el 31 de diciembre de 1870. Rodríguez-Arango que había tomado posesión del acta de diputado el 23 de noviembre de 1868 renunció (sin que conste la fecha) y entró como propietario su suplente José De Riego y Tineo que tomó posesión el 3 de mayo 1869 y como suplente de éste, Francisco Méndez de Vigo y Valdés Miranda.

Fue condecorado con la Gran Cruz de la Real Orden americana de Isabel la Católica el 16 de abril 1871.

Falleció en la villa de Cangas de Tineo a las 11 de la mañana del día 27 de marzo de 1884 a la edad de 76 años.

[1839-1840] José de Llano y Merás

José de Llano y Merás

1 de enero de 1839 – 1840

Natural de Santianes, parroquia de Porley, donde está empadronado como “hijosdaldo notorio” en 1787. En 1824 aparece empadronado en el barrio de El Corral, Cangas del Narcea.

[1840 01-06] Lope María Blanco

[Faltan las actas del Ayuntamiento de Cangas del Narcea entre 1840 y 1854]

Lope María Blanco

1840

Vecino de Regla de Naviego. Era propietario de una casa en la calle Mayor, frente a la casa de Velarde (hoy, Bar Blanco).

[1840 07-12] José de Llano Merás

[Faltan las actas del Ayuntamiento de Cangas del Narcea entre 1840 y 1854]

José de Llano Merás

1840

[1841] Domingo Avello y Llano

[Faltan las actas del Ayuntamiento de Cangas del Narcea entre 1840 y 1854]

Domingo Avello y Llano

1841

Vecino de Courias/Corias.

[1843] Pedro Peláez

[Faltan las actas del Ayuntamiento de Cangas del Narcea entre 1840 y 1854]

Pedro Peláez

1843

[1844] Bernardo Joaquín Martínez

[Faltan las actas del Ayuntamiento de Cangas del Narcea entre 1840 y 1854]

Bernardo Joaquín Martínez

1844

Vecino de la villa de Cangas del Narcea.

Miembro del Partido Progresista, formaba parte de la junta gubernativa de este partido en Cangas de Tineo y como tal, es uno de los firmantes de una carta de felicitación al general Baldomero Espartero el 20 de setiembre de 1840.

En 1845 era propietario de una tienda.

[1846] Juan Uría y Llano

[Faltan las actas del Ayuntamiento de Cangas del Narcea entre 1840 y 1854]

Juan Uría y Llano

1846

[1849] Alonso Suárez de la Vega

[Faltan las actas del Ayuntamiento de Cangas del Narcea entre 1840 y 1854]

Alonso Suárez de la Vega

1849

Falleció en Ribadeo en diciembre de 1888.

alt

[1850 ¿? -1854] Lorenzo de Llano Flórez

alt

Lorenzo de Llano Flórez y su esposa Cándida Valdés, hacia 1880. Fotografía de Ramón del Fresno, Oviedo. Col. José Juan de Llano Herrerías.

Lorenzo de Llano Flórez

(Bisuyu / Besullo, Cangas del Narcea, 1822 – Cangas del Narcea, 1902)

… – 2 de octubre de 1854

Propietario. Dueño de La Casona de Bisuyu / Besullo y de la casa de los Llano en la calle de La Fuente de Cangas del Narcea. Conservador. Casado con Cándida Valdés.


[1854-1856] Manuel Valcárcel Ríos

Manuel Valcárcel Ríos

2 de octubre de 1854 – 26 de julio de 1856

En 1843 era el primer subteniente de la Milicia Nacional de Cangas de Tineo, cuyo comandante era Marcelino Rodríguez-Arango. Era partidario del general Baldomero Espartero y miembro del Partido Progresista. Su alcaldía duró exactamente el tiempo del Bienio Progresista, cuyo gobierno presidió Espartero. Con el golpe de Estado del general Leopoldo O’Donell, en julio de 1856, es cesado él y toda la corporación municipal.