Los últimos de Guinea Ecuatorial eran de Cangas del Narcea. Francisco de Villarmental
Hace algunos años, bajo el título: «Hacia el Trópico: José Fernández Rodríguez en Guinea Ecuatorial«, el escritor cangués Alfonso López Alfonso nos relataba en esta misma web la experiencia en Guinea que José le había contado desde su casa de Villacanes en el verano de 2013.
Decía entonces López Alfonso que «sería interesante estudiar cuáles fueron las causas de que unos cuantos cangueses, predominantemente del Río Naviego, pero no solo, se embarcaran con rumbo a Guinea. ¿Quién, cuándo, cómo y por qué fue el primero o los primeros?».
Seguimos sin poder dar respuesta a nada de esto, pero otro colaborador del «Tous pa Tous», esta vez, Enrique RG Santolaya, ha estado con otro de los cangueses que permaneció allí y que vivió, tanto los últimos años de la colonia, como los primeros meses del país independiente.
Guinea Ecuatorial fue un país vinculado a España que se desenvolvió como metrópolis de esta pequeña república del África negra durante cerca de dos siglos (1778-1968). Este período de soberanía hispana no aquietaría el proceso de descolonización auspiciado en el marco de un movimiento global motivado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y al aparecer un gobernador opresor, capaz de apisonar a la urbe y de paso truncar las relaciones con la vieja madre-patria.
El 12 de octubre de 1968 nacía en África un nuevo Estado con el nombre de República de Guinea Ecuatorial. Definitivamente, Guinea Ecuatorial se independizaba de España.
Tras la Independencia de Fernando Poo y el Río Muni, siete mil españoles optaron por permanecer en la recién estrenada Guinea Ecuatorial, pero, ni tan siquiera habían transcurrido seis meses, cuando apresuradamente tuvieron que renunciar a este territorio. Entre ellos, un número importante de cangueses que Enrique RG Santulaya ha bautizado como “los últimos de Guinea Ecuatorial”.
Dice Enrique R.G. Santolaya: «siete mil españoles optaron por permanecer en la recién estrenada Guinea Ecuatorial, pero, ni tan siquiera habían transcurrido seis meses, cuando apresuradamente tuvieron que renunciar a este territorio»
Solamente quería puntualizar que José Avello estuvo casi dos años después del episodio en que los españoles salieron en desbandada de Guinea Ecuatorial como bien dice el citado Santolaya.
Un saludo
Como me alegra haber encontrado el nombre de mi padre en el libro, (Alfonso, de casa Farrucón de Llamas), una parte de él siempre se quedó en la isla, cuando era pequeño me contaba tantas historias curiosas y anécdotas de Guinea que las tengo grabadas en la mente. Se pasaron allí gran parte de su vida él y mi madre también, en la finca Sacriba, distrito de Basupu, hoy día ya no los tengo a ninguno de los dos pero yo sigo llevando la isla dentro de mí muy presente. Todas las fotos que tengo me recuerdan a una época por desgracia olvidada de la historia de España. Mis felicitaciones al autor por el libro, que sirva esto para que por lo menos el esfuerzo de esa gente que cruzó medio mundo para buscarse la vida y trabajo muy duramente no se olvide.
Creo que todos los que somos descendientes de aquellos que estuvieron en Guinea, tenemos un trocín de corazón allí, en Santa Isabel y en Fernando Poo.
Mi padre, era Damián de Placente, de Gillón, (al que me ha hecho tremenda ilusión ver en fotografía y nombrado en este maravilloso relato) y también contaba multitud de anécdotas e historias de su paso por Guinea (lástima de adolescencia «Pasota» la mía y no saber ahora de memoria aquellas historias, ahora que ya no está con nosotros.)
Quisiera saber si hay alguna forma de adquirir ese relato en formato físico, para conservarlo de recuerdo.
Muchas gracias por contarnos también ese trocito de historia de nuestros cangueses.
Encontrar el nombre de mi padre, Damián, y una de sus muchas fotografías de Fernando Poo, me trae mucho recuerdos de mi infancia y de sus historias contadas mil veces con las mismas palabras. Gracias por la publicación.