Calle a Pedro Diz Tirado en Cangas del Narcea, ‘por su actividad y celo en pro de las obras públicas de esta comarca’
En los primeros años del siglo XX la villa de Cangas del Narcea necesitaba crecer. La prosperidad que trajeron la apertura de las carreteras de La Espina-Ponferrada y la de Ouviaño, a fines del siglo XIX, todavía no había tenido su reflejo en la trama urbana. Era necesario comunicar el casco viejo, formado por las calles Mayor, La Fuente y la Iglesia, con las nuevas carreteras. La villa tenía que expandirse y comunicarse interiormente. Para ello se hizo un plan de reforma que contemplaba la apertura de tres calles que uniesen la calle Mayor y el Mercado con la calle Uría, que era por donde transitaba la travesía de la mencionada carretera La Espina-Ponferrada.
Para hacer estas calles hubo que derribar casas en la calle Mayor, y ocupar viejas viniellas o callejas y huertas de propiedad particular. La mayor parte de los propietarios cedieron los terrenos gratuitamente, estimulados por la mejora de la villa y también porque estas nuevas calles revalorizaban sus fincas.
Una de estas nuevas calles fue la que se denominó Pedro Diz Tirado, que unirá la calle Mayor y la plaza del Centro (hoy, plaza del notario Rafael Rodríguez) con la calle Uría. En el plano que acompañamos, de 1870, puede verse como era este tramo de la calle Mayor antes de la apertura de esta calle. Para abrir esta nueva vía hubo que derribar una casa, romper la viniella o calleja de Las Huertas y ocupar terreno particular, que cedieron sus dueños gratuitamente y también a cambio de apropiarse de una parte de esta viniella. El resultado fue la calle tal cual la conocemos hoy.
En la calle Diz Tirado nunca se construyó una casa nueva. Solamente se reformaron y repararon las fachadas laterales de la casa de Valle, a la izquierda, subiendo desde la calle Mayor, y del palacio de Peñalba, a la derecha, que, además, mejoró su trasera haciendo un gran jardín cerrado. Estas reparaciones tardaron en hacerse y en 1914 el periódico El Narcea criticaba la actitud de los propietarios de estas casas, recordándoles que, a pesar de un bando del alcalde referente a las viviendas que debían adecentarse, algunas seguían en un estado penoso. Una de estas casas era la de la familia Valle:
“A estas tenemos que añadir la conocida por casa de Pacho Valle, que tiene la fachada que da a la calle Diz Tirado hecha una verdadera porquería… pues más se parece a una choza de los Cadavales que a un edificio situado en la parte moderna de Cangas de Tineo” (“Limpieza pública”, El Narcea, 24 de julio de 1914).
El acuerdo municipal para denominar Pedro Diz Tirado a esta nueva calle se tomó el 21 de junio de 1910. Desde 1901, Diz Tirado era el ingeniero de caminos encargado de las carreteras de esta zona del occidente de Asturias y venía con frecuencia a Cangas del Narcea, como puede comprobarse por la prensa local que anuncia su llegada o salida de la villa. Eran años de mucha actividad en la mejora de la red viaria de esta parte de Asturias; estaban en marcha las carreteras de Grandas de Salime-Cangas del Narcea, La Florida-Cornellana, Ventanueva-Ibias y Ventanueva-Puente-Corbón.
Nuestro hombre había nacido en 1870 en Ponce, en la isla de Puerto Rico, todavía colonia de España. Su padre era Pedro Diz Romero, natural de Torrelavega (Cantabria), licenciado en Jurisprudencia por la Universidad de Valladolid en 1852 y alcalde mayor de Ponce desde 1862; el apellido Diz procedía de Santa Justa de Moraña (Pontevedra), de donde era su abuelo Manuel Diz Díaz, alcalde mayor de Torrelavega. Su madre era Isabel Tirado Hinsch, natural de Ponce e hija de venezolanos. Sus padres estaban los dos viudos cuando se casaron en 1865.
Diz Tirado estudió en Madrid en la Escuela de Ingenieros de Caminos y al terminar la carrera entró en el Cuerpo Nacional de Ingenieros de Caminos, al que perteneció hasta su jubilación en 1940. En su larga dedicación a la obra pública trabajó en carreteras, puertos, ferrocarriles, saneamiento, conducción de aguas, urbanismo, etc. Su primer destino, a fines del siglo XIX, fue León y Palencia. En León participó en 1897 en el proyecto para el ensanche de esta ciudad y redactó en 1900 el proyecto de conducción del agua y red de distribución. En 1900 pasó a la Diputación de Ávila como director de carreteras provinciales y el 1 de mayo de 1901 fue ascendido a ingeniero segundo del Cuerpo de Caminos.
A finales de 1901 fue destinado a Oviedo. En aquel tiempo había en esta demarcación de Obas Públicas un ingeniero-jefe y ocho ingenieros de caminos, todos residente en Oviedo, que tenían a su cargo diferentes sectores de la provincia. Diz Tirado era el encargado de la zona occidental. Algunos de sus proyectos más importantes fueron el de un gran puente metálico sobre el río Navia en la carretera Grandas de Salime-Cangas del Narcea de 1907, y los proyectos de mejora y construcción de los puertos de San Esteban de Pravia de 1905 y de Luarca de 1907. En enero de 1909 asciende a oficial de administración de primera clase.
En 1915 es nombrado ingeniero director de la Junta de Obras del Puerto de Gijón, donde dio un gran impulso al puerto de El Musel, pasando tres años más tarde a Madrid a la Dirección General de Obras Públicas. En los años veinte trabajó como ingeniero asesor en la Zona del Protectorado Español en Marruecos y en los treinta fue ingeniero-jefe de la Tercera Jefatura de Estudios y Construcciones de Ferrocarriles (Cantábrico). Cesó en el servicio activo del Estado el 19 de noviembre de 1940, con setenta años de edad; su último puesto fue el de consejero inspector general del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.
Era un hombre activo, colaborador y preocupado con la divulgación de la ingeniería. Fue vicesecretario de la Cruz Roja en León en 1898; en 1902 y 1903 imparte cursos de Extensión Universitaria en el Centro Obrero de Oviedo sobre “Saneamiento urbano”; fue vocal de la primera junta del Real Automóvil Club de Asturias, y en 1913 es uno de los tres ingenieros de caminos españoles que asiste al III Congreso de Carreteras, celebrado en Londres, en representación del Ministerio de Fomento. Asimismo, colaboró en diferentes revistas (Madrid científico, Revista de obras públicas, África. Revista de tropas coloniales, etc.) en las que publicó numerosos artículos sobre sus proyectos y sobre cuestiones que consideraba de interés divulgar: electricidad popular, saneamiento urbano, obras publicas en Marruecos, comunicaciones radio-eléctricas con la Guinea española, etc.
Por último, debió ser un funcionario eficaz y voluntarioso, al menos, en lo que respecta a su dedicación a las carreteras del occidente de Asturias en aquellos primeros años del siglo XX. Pero también debió ser una persona culta y de trato agradable, con mucho que contar dada su historia familiar y personal. No puede ser casualidad el hecho de que tres poblaciones de esta parte del país le dedicasen en esos años una vía urbana: Grandas de Salime, una avenida; Allande, una plaza, y Cangas del Narcea, una calle. Las razones aparecen expresadas con gran claridad en el acuerdo que, por unanimidad, tomó el Ayuntamiento de Allande, el 12 de septiembre de 1907, de poner el nombre de Pedro Diz Tirado a una plaza en la Pola: “por su actividad y celo en pro de las obras públicas de esta comarca”.
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