La fuente de El Reguerón cumple cien años, 1909-2009

La fuente del Reguerón en 1910. Fotografía de Eduardo Méndez-Villamil

La villa de Cangas del Narcea nunca tuvo muchas ni buenas fuentes. Hasta que se hizo la traída de aguas, la única fuente en el centro de la villa era la de la calle de La Fuente. Las otras estaban en las afueras, como la fuente del Cascarín y otras. Pero además, el agua de aquella fuente pública nunca gozó de buena fama.

Para paliar esta carencia de fuentes, muchas casas de Cangas tenían un pozo de agua. Por todo esto, no es extraño que la fuente de El Reguerón, que da agua abundante y de calidad durante todo el año, causase impresión y muy buenos servicios a varias generaciones de cangueses. La fuente era muy antigua y muy apreciada. En el periódico El Narcea, de 31 de enero de 1913, se da la noticia de la preocupación que estaba motivando la disminución de caudal de esta fuente y en ella se dice: Todos sabemos los inapreciables servicios que al vecindario de Cangas le presta desde tiempo inmemorial la fuente del Reguerón. En la última epidemia tífica que hemos padecido, clausuradas fuentes y pozos de la villa, el agua de ese manantial –que es la más sana de todo este contorno- salvó tal vez la vida a muchas personas, contribuyendo a que la epidemia nos abandonase.

La fuente está en la actualidad rodeada de construcciones y su protagonismo en El Reguerón ha quedado muy reducido. Pero cuando se construyó en 1909 era una obra de empaque, casi lujosa, y muy útil para los vecinos de Cangas, para las personas que hacían el paseo de Cangas a Corias y para los viajeros que transitaban por esta carretera de La Espina-Ponferrada. Esta fuente acaba de cumplir cien años y el Tous pa Tous quiere celebrarlo.

Para celebrar su aniversario vamos a reproducir un artículo que le dedicó en 1950 Carlos Graña Valdés y que se publicó en el diario La Nueva España. El autor, a la vez que manifiesta su querencia por esta fuente y solicita su reparación, nos ofrece datos sobre quién la construyó, que materiales se emplearon y que significó en su época. Asimismo, en homenaje a la fuente del Reguerón, acompañamos esta noticia con un par de fotografías realizadas por Modesto Morodo y Eduardo Méndez-Villamil poco después de su construcción en 1909.

¡Felicidades y larga vida a la fuente de El Reguerón!


Fuente del Reguerón, hacia 1912. Fotografía de Modesto Morodo

LA FUENTE DEL REGUERÓN

por Carlos Graña Valdés

Por el año 1909 desempeñaba el cargo de sobrestante [capataz] de Obras Públicas en esta zona don Carlos Fernández, quien demostró claramente, en cuantas ocasiones se le presentó oportunidad de demostrarlo, sentir cariño hacia nuestro municipio, laborando gustoso en beneficio de su capital y de cualquiera de sus numerosos pueblos.

Entre las obras que durante el largo periodo de su gestión se realizaron en el concejo por el Estado figura la fuente del Reguerón, punto medio del bello paseo, de dos kilómetros de buena carretera, extendido entre Cangas y Corias.

Dicha fuente, con doble caño, de un líquido potable abundantisimo durante las cuatro estaciones, se construyó con el hermoso mármol de las canteras vírgenes de Rengos, en este término municipal; y para adorno y embellecimiento de la misma, se le colocó por delante una amplia acera y se le adicionaron por su derecha y su izquierda, formando semicírculo, cómodos asientos.

La obra se realizó en perfectas condiciones de solidez, como bien lo demuestra su larga duración en buen estado; pero la acción del tiempo, que todo lo destruye, y la falta de reparaciones, produjeron desgaste y la descomposición del cemento, presentando actualmente la acera y los asientos un aspecto lamentable.

¿Podrá la jefatura de Obras Públicas de la provincia reparar debidamente la fuente del Reguerón, sita en la carretera La Espina a Ponferrada, en su kilómetro 39, lugar de mucho transito, en un lugar esplendido?

Nosotros, y con nosotros la totalidad de los cangueses, quedaríamos sumamente agradecidos a la jefatura, si ordenase, por creerlo justo, ejecutar los trabajos necesarios para que la fuente del Reguerón vuelva a presentar a la mirada de las gentes la gala que ofreció durante más de seis lustros.

La Nueva España, 6 de octubre de 1950

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