Memorias de un cangués, de Mario Gómez y Gómez

Mario Gómez Gómez en Barcelona, 1909.

En 1915, cuando tenía 43 años y residía en la ciudad de Vigo, donde era director del Hospital Militar, Mario Gómez Gómez (Cangas del Narcea, 1872-1932) comienza a escribir sus recuerdos de Cangas del Narcea, que como otros de sus escritos nunca llegó a terminar ni a publicar.

Las memorias de Mario Gómez no son unas memorias íntimas ni familiares, sino unos recuerdos de la vida colectiva de Cangas del Narcea. Abarcan solamente el tiempo de su primera infancia, y esos primeros recuerdos le sirven de excusa para escribir sobre la sociedad canguesa de aquellos años del siglo XIX.

De este modo, cuando escribe sobre el incendio de la casa de Jiménez, que sucedió siendo él un niño, acaba contándonos la historia del comercio en la villa de Cangas del Narcea; cuando recuerda la parada de carruajes y recuas en la plaza de la Refierta (hoy, plaza de Mario Gómez), donde él nació y vivió, aprovecha para describir la arriería de los vecinos del Puerto de Leitariegos, la emigración de los cangueses, etc.; cuando habla de sus paseos a Corias con su abuelo, el médico Benito Gómez, cuenta la historia de llegada e implantación de los dominicos en 1860; cuando rememora el entierro de don Evaristo Flórez de Sierra, de la casa de Nando, acaecido durante su infancia, termina escribiendo sobre los antiguos linajes cangueses, relatando cómo eran los curas párrocos de aquel tiempo, etc.

Las casas de Villamil (a la izda) y de Gómez o casa del Médico (a la dcha), donde nació Mario Gómez en 1872, en la plaza de la Refierta, Cangas del Narcea, hacia 1900; en uno de los balcones del primer piso está su padre, José Gómez. Foto de Eduardo Méndez-Villamil.

En estas memorias hay datos muy valiosos sobre la historia, las costumbres y la vida cotidiana del concejo de Cangas del Narcea en el siglo XIX. Lo que escribe Mario Gómez  sale de sus propios recuerdos y también de lo que le contaron otras personas mayores que él. En primer lugar, de su abuelo. Mario Gómez fue el primer nieto de Benito Gómez (1816 – 1891), el primogénito de su única hija, y ambos , abuelo y nieto, tuvieron una relación muy estrecha. Además, para conocer hechos que acontecieron poco antes de nacer él, entrevistó a personas que habían vivido personalmente algunos de esos hechos relevantes  en la historia local. Menciona a tres informantes: el Tío Alonso de casa Basilio, de El Puerto de Leitariegos, al que entrevistó en Madrid, y que le habló de la arriería y la historia de Leitariegos y su privilegio; Benemérito de Llano Rodríguez-Arango que le informó de la explotación del monte de Muniellos en los años sesenta del siglo XIX y de la entrada de los carlistas en la villa el 17 de enero de 1874, y Claudia de casa Cachón, de Corias, que le contó sus recuerdos de la llegada de los primeros dominicos al convento de Corias en los últimos meses de 1860.

El texto que publicamos en la web del Tous pa Tous está tomado de la edición que en 1985 hizo José María González Azcárate y que publicó la Asociación Cultural “Pintor Luis Álvarez”. El original pertenecía a doña Maruja Peñamaría Gómez, sobrina de Mario Gómez Gómez. En esta nueva edición hemos corregido algunas erratas de imprenta, y añadido información sobre personas y hechos que va entre corchetes.

Memorias de un cangués, de Mario Gómez y Gómez
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *