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De cuando Cangas del Narcea era un mar, el mar de las fusulinas

La niebla se disipa lentamente, revelando un vasto y silencioso mar que se extiende hasta donde alcanza la vista. Estamos en lo que hoy se conoce como Cangas del Narcea, pero retrocedemos millones de años, a un tiempo en que esta tierra, ahora verde y montañosa, era un mar cálido y poco profundo, habitado por criaturas diminutas llamadas fusulinas.

Los orígenes

En esos días antiguos, la tierra estaba en constante cambio. Las masas de agua y los continentes se desplazaban lentamente, y las capas de sedimentos se acumulaban en el fondo de estos mares primitivos. En medio de este escenario, las fusulinas, con sus conchas calcáreas, dejaron sus huellas en los sedimentos, proporcionando un testimonio fósil que los geólogos futuros encontrarían invaluable.

El carbón, que hasta hace muy poco tiempo extraíamos de estas tierras, comenzó su formación en estos mares. Los sedimentos, blandos y plásticos en su origen, se depositaron en capas horizontales, encapsulando restos de plantas y animales. Con el tiempo, estos sedimentos se endurecieron y se transformaron en las rocas y el carbón que hoy conocemos.

El ciclo del tiempo

La geología nos enseña que los movimientos de la tierra y el agua son cíclicos. Las transgresiones, cuando el mar avanza sobre la tierra, y las regresiones, cuando se retira, dejaron su marca en el paisaje. Las diferentes capas de sedimentos nos cuentan historias de épocas en las que las aguas cubrían todo, seguidas de tiempos en que se retiraban, dejando atrás marismas y tierras pantanosas.

Las rocas que se formaron en estos ciclos sucesivos contienen fósiles que permiten a los científicos establecer sincronismos entre lugares distantes, conectando las historias geológicas de regiones separadas por miles de kilómetros.

El papel de los geólogos

En el siglo XX, el geólogo asturiano Ignacio Patac dedicó su vida a estudiar estas formaciones. En su obra «La formación Uraliense asturiana. Estudios de cuencas carboníferas», publicada en Gijón en 1920, detalló cómo el mar Uraliense se extendía desde Villablino y Cerredo, cubriendo los estratos cambrianos del Narcea, y cómo los depósitos de este brazo de mar eran relativamente delgados debido a su escasa profundidad.

Patac también mencionó el trabajo de otros ingenieros, como Celso Rodríguez-Arango, natural de Cangas del Narcea, cuya memoria sobre el «Coto Cortés» aportó valiosos conocimientos sobre los manchones carboníferos de la región. Estos estudios han sido fundamentales para entender la complejidad geológica y la riqueza mineral de Asturias.

Un legado duradero

Hoy, al recorrer los paisajes de Cangas del Narcea, podemos imaginar un antiguo mar lleno de vida, cuyas aguas tranquilas albergaron a las fusulinas. Los estratos sedimentarios que se formaron entonces han dejado una impronta duradera, proporcionando tanto fósiles valiosos para los geólogos como recursos de carbón para la industria.

El mar de las fusulinas puede haber desaparecido hace mucho tiempo, pero su legado sigue vivo en la geología y la historia económica de la región. Así, mientras caminamos por estos valles y montañas, podemos sentirnos conectados con un pasado remoto, un tiempo en que Cangas del Narcea era un mar, el mar de las fusulinas.

Fuentes:

Para los curiosos o interesados en la materia, aporto a la Biblioteca Digital del «Tous pa Tous» las publicaciones cuya instructiva y entretenida lectura me inspiró a escribir esta breve entrada.


 

Una empresa canguesa estudiará las posibilidades de «Rosa Narcea» para una multinacional del perfume

Logo Aromas del Narcea obra del arquitecto Mauro Lomba.

Aromas del Narcea, la ‘Spin-Off’ del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC),  ha firmado un acuerdo con la multinacional suiza del perfume Givaudan para estudiar las posibilidades de explotación agraria de «Rosa Narcea» en el concejo de Cangas del Narcea (Asturias) y su posterior procesado para obtención de distintos productos.

Aromas del Narcea y Givaudan, que ya han colaborado en el estudio de «Rosa Narcea» en campañas anteriores, están llevando a cabo durante el mes de mayo, nuevos ensayos sobre el comportamiento agronómico de la rosa en distintas ubicaciones, dentro del valle del río Cibea. También analizarán las características de los distintos tipos de extractos obtenidos de «Rosa Narcea», mediante diferentes técnicas.

Aromas del Narcea es una empresa nacida como ‘spin-off’ tecnológica del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), en el Grupo VIOR (Viticultura, Olivo y Rosa) de la Misión Biológica de Galicia. El CSIC es la institución pública de investigación más importante de España. Cuenta actualmente con 120 centros de investigación repartidos por todo el territorio nacional, entre ellos la Misión Biológica de Galicia, perteneciente al ámbito de las Ciencias Agrarias, con más de 100 años de antigüedad y situado en Pontevedra.

Según ha informado, Aromas del Narcea obtuvo en 2011 la licencia de explotación en exclusiva, a nivel mundial, de «Rosa Narcea». Añaden que se trata de la única rosa con este uso con obtentores reconocidos (los socios científicos fundadores de la Spin-Off) y que cuenta con el máximo nivel de protección a nivel internacional, concedido por la Oficina Comunitaria de Variedades vegetales el 20 de junio de 2022, tras un largo proceso de evaluación y examen.

Aromas del Narcea, SL, en los próximos años y en colaboración con agricultores y propietarios locales, tiene el objetivo de ampliar las plantaciones de esta rosa en el valle del río Cibea, donde ya cuentan con algunas parcelas experimentales.

Más información: Rosa Narcea

Rosa Narcea, un recurso agrario único, que ofrece una alternativa novedosa y diferente para una antigua zona minera de la montaña asturiana (valle del río Cibea en Cangas del Narcea), sumida actualmente en una grave crisis de despoblamiento rural y falta de alternativas.

Revisión de la gestión de Muniellos sin perder de vista la conservación de este espacio natural (X aniversario)

Mapa con las rutas actuales en la Reserva Natural Integral de Muniellos

En el año 2013 desde el «TOUS PA TOUS» se hicieron gestiones al respecto ante el Principado de Asturias y la Administración autonómica contestó diciendo que “… actualmente ya se está estudiando la posibilidad de modificar el número máximo diario de visitantes a la Reserva …” de Muniellos, pero lo cierto es que transcurridos diez años desde entonces seguimos esperando una solución.

Por aquel entonces publicábamos aquí la siguiente entrada que hoy día de su X Aniversario queremos recordar:

EL TOUS PA TOUS, SOCIEDAD CANGUESA DE AMANTES DEL PAÍS, solicitó recientemente mediante escrito dirigido a la consejera de Agroganadería y Recursos Autóctonos del Principado de Asturias que la Consejería que ella dirige reconsidere y modifique, después de más de treinta años, el sistema de acceso de visitantes al monte de Muniellos así como la información que se ofrece a éstos, y que para ello encargue el estudio técnico pertinente y entable un dialogo con los agentes sociales implicados (ayuntamientos, asociaciones, vecinos, centro de desarrollo rural, empresarios, etc.) con el fin de conocer sus opiniones y aspiraciones en relación con este asunto.

El pasado 13 de febrero de 2013, nuestro socio y portavoz en asuntos medioambientales Chema Díaz González hacía de altavoz a este respecto en los micrófonos de Onda Cero Cangas del Narcea en la entrevista que se puede escuchar en el siguiente enlace:

 

 

El ailanto, una especia exótica invasora

Las hojas son compuestas formadas por hojuelas dispuestas en pares a lo largo de un raquis o eje situándose una hoja única al final, se clasifican por esto último como imparipinnadas (Santiso, setiembre 2022).

Paseando por el entorno de la villa de Cangas del Narcea estos últimos años me ha llamado la atención la proliferación de un árbol que nunca había visto o al menos no me había fijado en él.

Se trata de un árbol caducifolio, con hojas compuestas formadas por hojuelas dispuestas en pares a lo largo de un raquis rojizo o eje situándose una hoja única al final, son por tanto hojas imparipinnadas. El tronco es grisáceo y se diferencian individuos hembras y machos como corresponde a una especie dioica. Florece en primavera formando alargados panículos a modo de largos racimos de un color verde claro. El fruto es alado, sámara, con la semilla hacia el centro de su gran ala; forman grandes racimos que se pueden ver ya a finales del verano.

Crecen principalmente en los márgenes de las carreteras, en los eriales tan abundantes por nuestro territorio, especialmente antiguas huertas, prados y viñas hoy abandonados y en terrenos baldíos.

Buscando información vi que se trata del Ailanthus altissima (Miller) Swingle conocido vulgarmente como ailanto, árbol del cielo, árbol de los dioses o zumaque falso. Originario de China y Corea, en 1740 el jesuita Pierre d’Incarville envió semillas desde Pekín a París; una parte se sembraron allí y otra se envió a Londres, así se inició su expansión por Europa. Se plantaron muchos ejemplares por su buen porte y rápido crecimiento en parques y jardines como árbol ornamental. En otros lugares se plantaron para alimentar a los gusanos de seda. Hoy en día están naturalizados prácticamente en toda Europa, salvo Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania y parte de Bielorrusia según el European Alien Species Information Network (EASIN).

Crecen en los márgenes de las carreteras por la facilidad de dispersión de las semillas con el viento (Santiso, 2022).

En España comenzó a plantarse en el siglo XIX y actualmente está clasificado como especie exótica invasora. La Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, define una especie exótica invasora como “aquella que se introduce o establece en un ecosistema o hábitat natural o seminatural y que es un agente de cambio y amenaza para la diversidad biológica nativa, ya sea por su comportamiento invasor, o por el riesgo de contaminación genética”. El ailanto ya figura en el primer listado oficial publicado en 2011 y en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, Real Decreto 630/2013, actualizado en 2019 y 2020. Así mismo figura en el listado de Plantas Alóctonas del Principado de Asturias.

¿Qué características del Ailanthus altissima facilitan su rápida expansión? Según Álvaro Enríquez (2020), las siguientes:

1.- La facilidad con que se reproducen, debido a tres elementos:

Los frutos son del tipo sámara, se componen de un ala fibrosa, que favorece su dispersión, con la semilla casi en el centro.

a) Las raíces extendidas en una red que permite tanto la obtención de agua como el rebrote incluso a 15 m del árbol. Estos rebrotes pueden alcanzar hasta 3 m de altura en un año. Este sistema contribuye a su pervivencia tras los incendios.
b) Las abundantes semillas (un ejemplar adulto puede producir 350.000 en un año) dispuestas en sámaras fácilmente transportadas por el viento en las carreteras, en las riberas, etc., y por el agua de ríos, arroyos y cunetas.
c) Un tocón con gran capacidad de rebrote.

2.- El ataque a la competencia biológica mediante:

a) La presencia de sustancias alelopáticas tóxicas, tanto para otras plantas como para animales, actuando como herbicidas y como repelentes de fitófagos.
b) La rapidez del crecimiento en altura le permite aprovechar la luz y restársela con su sombra a otros vegetales.

No requieren un suelo rico, crecen por cualquier lado, en este caso en la acera hacia Corias.

Cabe preguntarse ¿qué problemas presenta para el territorio causantes de la declaración como especie invasora que implica la prohibición de su comercialización y plantación? Señalaré las siguientes:

  • Desplazan a especies autóctonas.
  • Transmiten un sabor desagradable a la miel.
  • Las vacas y otros animales domésticos no comen la hierba próxima al ailanto.
  • Pueden provocar daños en alcantarillado y otras infraestructuras debido al desarrollo de sus raíces.
  • Provocan alergias en las personas.
  • Contaminan las aguas.

El mismo Álvaro Enríquez diferencia dos situaciones al estudiar estos árboles en la Comunidad de Madrid:

  • Invasión, fase de entrada y propagación.
  • Infestación, fase con daños a la vegetación natural.

También podemos preguntarnos sobre las posibles ventajas. Sin duda su rápido crecimiento, su altura y belleza añaden un valor ornamental, sujetan el terreno en las fuertes pendientes y crecen en suelos pobres, resisten la contaminación, contienen sustancias aprovechables en medicina, sus hojas permiten la alimentación de los gusanos de seda y pueden utilizarse para fabricar pasta de papel.

Con sus ventajas e inconvenientes este árbol está presente en nuestro entorno cada vez con mayor frecuencia, en nuestras manos y en las de las autoridades competentes está contribuir a su expansión o a su control. Creo que cada persona debería erradicarlos en sus fincas y las autoridades competentes en los terrenos baldíos o al menos controlar su expansión. En un entorno de parques naturales con las actividades humanas tan restringidas resulta chocante que esta especie campee a sus anchas.

El tronco es grisáceo con líneas más claras (hermoso ejemplar cerca de Corias, setiembre de 2022)

 

Los frutos forman grandes racimos, un árbol adulto puede dar unas 350.000 sámaras.

 

Ejemplares con frutos y sin frutos conviven próximos (La Cortina, setiembre de 2022).

 

Este ejemplar naturalizado en La Cortina es buen ejemplo del gran porte y belleza que llegan a alcanzar. Por este valor ornamental se plantaron en parques y jardines, hoy esto está prohibido porque constan en el Catálogo Español de Especies Invasoras Exóticas.

 

Adquieren gran presencia en el talud de la carretera AS-213 entre Santa Catalina y Santiso.

 

Crecen también en terrenos pedregosos alcanzando gran altura incluso con un tronco muy delgado. Ejemplares en la CN-1.

 

Las riberas de los ríos constituyen un buen lugar de expansión por la facilidad de transporte de las semillas, en este caso en el margen izquierdo del Narcea por donde el pozo de El Corral.

 

La propagación es rápida en huertas abandonadas (Santiso, setiembre 2022)

 

Los terrenos baldíos y eriales son muy aptos para la propagación de esta especie (Calle Clarín, setiembre de 2022).

 

El ailanto es capaz de entrar en competencia con los pinos, incluso creciendo entre ellos, como estos ejemplares en la CN-1.

Mercedes Pérez, setiembre de 2022

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Bibliografía:
SALAMANCA, Álvaro Enríquez de. «La Expansión De Ailanthus Altissima (Mill.) Swingle en La Comunidad De Madrid.» Flora Montiberica 76 (2020)
GONZÁLEZ COSTALES, Alejandro. Plantas alóctonas invasoras en el Principado de Asturias. Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio e Infraestructuras (2007)
Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico. Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras (consultado en setiembre de 2022)


 

Huellas mineras: Patrimonio Industrial en Cangas del Narcea (Próximo estreno)

El Teatro Toreno acogerá el viernes 30 de septiembre la proyección de «Huellas mineras: Patrimonio Industrial en Cangas del Narcea», un documental escrito y dirigido por Benito Sierra y que ha contado con la colaboración del «TOUS PA TOUS. Sociedad Canguesa de Amantes del País».

La cita será a las 20:00 horas, dentro de la programación cultural de septiembre’22 en Cangas del Narcea.


Enrique Rodríguez García de Santa Eulalia de Cueras es el autor del libro La minería del carbón en Cangas del Narcea publicado en 2022 por «TOUS PA TOUS. Sociedad Canguesa de Amantes del País» y sobre este extraordinario trabajo de Benito Sierra ha escrito lo siguiente:

RESPECTO AL DOCUMENTAL, por Enrique R.G. Santolaya

 

Cartel promocional del documental de Benito Sierra ‘Huellas mineras: Patrimonio Industrial en Cangas del Narcea’

HUELLAS MINERAS de Benito Sierra es un documental que nos descubre pequeñas señales de nuestro pasado minero en Cangas del Narcea. Rastros que quedaron impregnados en el campo, en las laderas y en los valles de nuestras montañas tras el cierre de las explotaciones mineras.

Estas zonas, en la actualidad, pasan totalmente desapercibidas y Benito Sierra con su documental intenta parar el tiempo para obligarnos a recordar, no sin cierta melancolía, donde estaban ubicadas las minas de carbón que rodeaban la villa de Cangas.

Este documental traerá innumerables recuerdos sobre todo a los que allí estuvieron trabajando durante un importante periodo de su vida.  Reminiscencias de una época de esfuerzo, compañerismo, satisfacciones y, posiblemente también, momentos difíciles. Seguro es que no dejará indiferente a nadie y al visualizarlo a todos ellos arrancará más de un sentimiento.

También llamará la atención de todos los cangueses que no vivieron en primera persona esta etapa del desarrollo industrial de nuestro concejo pues, además de dar a conocer el periodo minero de la comarca, muestra magistralmente la belleza del extraordinario paisaje que tenemos en este territorio. Benito lo consigue de manera sensacional, dando tiempo a las imágenes y amplificando hasta el más mínimo detalle de cada zona.

Se distinguen los juguetes rotos de la minería, pero también se ven pequeños regueros y detalles naturales que por sí mismos ensalzan este documental que cuenta con música original del Estudio de Sonido Gonzalo Ferreiro y la locución de una voz bastante familiar en Cangas como es la de José Luis Rodríguez Mera.

Debido a que ya queda muy poca arqueología industrial minera en esta zona no fue un trabajo sencillo para Benito Sierra, no obstante, con su empeño y maestría profesional ha conseguido que el espectador pueda ver o en algunos casos intuir las particularidades que ocultan o esconden estos suelos.

Para concluir, cuando estemos viendo el documental, debemos tener presente que en todos esos lugares filmados se desarrolló una industria minera muy potente, estaban rodeados de vida e incesante actividad y por entonces cambiaron la economía de todo el concejo de Cangas del Narcea. Como ejemplo, zonas como la de Rengos, que en el documental solo puede recuperar apenas un agujero en el terreno, un edificio roto o un casco olvidado, en los momentos de esplendor había dos mil personas trabajando diariamente y pueblos como Posada tenían dos carnicerías, varios bares, farmacia y dos sucursales bancarias. Esto es tan solo una pequeña muestra del desarrollo económico que la minería propició a la zona.

Al final, la minería se fue acabando poco a poco, de forma muy discreta se fueron apagando las voces y los sonidos de las montañas, y aquellas imágenes de la actividad minera se fueron difuminando con el paisaje hasta desaparecer del todo.

Benito a través de este documental busca por valles y regueros cualquier mínimo rastro que nos ayudará a rememorar esta minería canguesa consiguiendo, como dije anteriormente, mantenerla para la memoria histórica del concejo y destacar nuestro paraíso natural.


La normativa medioambiental en España produce importantes desequilibrios ecológicos

or la abogada canguesa Pilar Martínez Rodríguez, especializada en medio ambiente y titular del despacho Pilar Martínez Abogados

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Fuente: El Comercio

Hemos conocido este verano la noticia del ataque de un oso a una persona en el concejo de Cangas del Narcea, en concreto, en la Parroquia de Cibea, en la carretera que discurre entre los núcleos rurales de Sorrodiles y Sonande.

Si la noticia ha sorprendido a propios y extraños, pues no se conocen en los anales de la historia de aquella zona, y he nacido en aquel valle, antecedentes similares, lo que nos deja atónitos es la respuesta y argumentos pseudocientíficos, que tratan de explicar por qué una “pacífica” fiera salvaje ataca a una persona que, como sus ancestros y los de todos los habitantes de la zona, paseaba pacíficamente por donde siempre se paseó en las tardes de verano, sin temor alguno a este tipo de sucesos.

Recibo consultas en mi despacho de agricultores y ganaderos de Asturias, que buscan defender sus derechos e intereses, frente a los ataques de jabalíes, osos y otros animales salvajes, que campan a sus anchas por los pueblos y cultivos y acaban con las cosechas y bienes de sus habitantes, haciendo inviable la obtención de rendimiento y rentabilidad a los esfuerzos realizados a lo largo del año.

Muchos de ellos presentan reclamaciones, a las que la Administración no responde o se encuentran con ventanillas cerradas o, en el mejor de los casos, con funcionarios que, amablemente, les envían de la Guardería Medioambiental a Seprona, de Seprona al coto de caza, del coto de caza a ningún lugar, porque, en algunos casos, no ha sido autorizado y no se está practicando actividad cinegética alguna en la zona.

Hemos visto como ardía Sierra Bermeja en la provincia de Málaga y como algunos agricultores y ganaderos pusieron de manifiesto que el abandono de los montes y las dificultades impuestas a la ganadería, a los desbroces y a la limpieza de los montes, con motivo de la normativa medioambiental, han tenido mucho que ver, si no en la producción del incendio, que merece castigo y esperemos que lo tenga, sin duda, en su propagación y dificultad de su extinción. Esta realidad de la limitación de desbroces, aprovechamientos y limpieza de los montes, que contribuye a su regeneración se da, prácticamente, en todas las áreas y espacios protegidos españoles.

Se acaba de publicar la Orden TED/2021, del 20 de septiembre, por la que se modifica el nexo del Real Decreto 139/2011, del 4 de febrero, para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo de Especies amenazadas, que mantiene al lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen Especial de Protección, con modificación de las poblaciones.

La introducción o exposición de motivos de esta norma la califica como acorde con los principios de proporcionalidad, seguridad jurídica, transparencia, participación y audiencia en su elaboración, añadiendo, que “la norma no contiene ninguna carga administrativa y no supondrá el incremento de los recursos humanos y económicos disponibles por la Administración General del Estado”.

Precisamente, estos principios, que retóricamente dice cumplir la orden, son los que no cumple y constituyen causa de su nulidad, como ha ocurrido con otras muchas de este tipo que, cuando se estudian sus expedientes de elaboración, se constata lo desproporcionado de la misma, la falta de estudios científicos y técnicos rigurosos, que avalen la necesidad y eficacia de las medidas que propone.

También la falta de justificación de verdaderos procesos de participación de los intereses afectados en la elaboración, como exige el derecho medioambiental; la inexistencia de mapas rigurosos sobre presencia de la especie a proteger y, muy especialmente, la falta de memoria económica y aprobación de partidas presupuestarias para hacer frente, compensar o indemnizar a quienes, con motivo de su aprobación y entrada en vigor, se ven privados y limitados en sus derechos legítimos previamente consolidados, en un espectro mucho más amplio, que los daños provocados por los animales, que tienen obligación de compensar. Nos encontramos también con otro caso paradigmático vinculado a la normativa medioambiental.

La solución del Gobierno en este caso, como tantas veces hemos visto quienes nos dedicamos a esta especialidad del derecho medioambiental, es la de repercutir sobre los patrimonios privados el coste de atender al interés público de una supuesta protección ambiental, mediante la aprobación de normas de naturaleza expropiatoria, que afectan a las empresas energéticas, a las que privan de una parte de sus legítimos beneficios, sin ningún tipo de compensación.

Me pregunto, en todo caso, si este lastre impuesto a las empresas energéticas obedece al principio “El que contamina paga”. ¿Dónde está y por qué no se aplica el razonable y complementario principio de “el que aporta recibe”?

Lo cierto es, que en beneficio el mundo conservacionista, que es quien principalmente recibe, se han olvidado del que debía ser el primero y verdadero coste de la conservación, pagar y compensar a quienes, con sus patrimonios particulares, del que estas normas les privan, limitan o reducen, contribuyen al interés público de la supuesta protección ambiental.

Todas estas cuestiones tiene un nexo común y obedecen a una realidad que, como abogada en esta materia, vengo percibiendo y es conocida y comentada por los afectados, pero que pocos se atreven a exponer públicamente, pues temen las consecuencias de ser discrepantes en un mundo, en que lo políticamente correcto es defender a ultranza cualquier postulado, que pase por ser un instrumento de protección ambiental y lucha contra el cambio climático.

Tal realidad es, que una normativa medioambiental, que nació y se desarrolló en España con la vista puesta en el dinero europeo para la conservación, que alimentó a multiplicidad de movimientos políticos ultra conservacionistas, que nacieron, vivieron y crecieron de esto, no está avalada por estudios técnico-científicos rigurosos, sobre la necesidad, conveniencia y consecuencias sociales, económicas y medioambientales de ciertas medidas, que se fueron imponiendo con base en una supuesta finalidad proteccionista.

Además, dicha normativa está huérfana de procesos reales de participación de los intereses afectados, a quienes no se escucha para la elaboración de las normas y que, todo ello, ha producido importantes desequilibrios ecológicos y medioambientales, que se traducen en aumentos desmedidos de algunas especies e, incluso, en la desaparición de otras.

Además de provocar importantes perjuicios materiales y económicos a la población, habitantes e intereses sociales de esas zonas (recordemos el olvidado “derecho al desarrollo sostenible”), de los que ahora nadie quiere hacerse cargo, ni se siente responsable, optando por seguir adelante y dejar crecer la bola de nieve, que cada vez será más grande y más dañina.


Diagnóstico y prevalencia de la enfermedad de Lyme en el suroccidente asturiano

El Servicio de Salud del Principado de Asturias está ordenado en 8 áreas sanitarias. El área II, correspondiente al suroccidente asturiano, comprende cinco concejos: Allande, Cangas del Narcea, Degaña, Ibias y Tineo.

El área sanitaria II consta de un hospital, Carmen y Severo Ochoa, situado en Cangas y diferentes centros de salud y consultorios periféricos repartidos por los distintos municipios.

Abarca una extensión 2.156,18 Km2, el 20% del territorio asturiano, es una zona bastante despoblada con una densidad de población de 11,13 habitantes/Km2 y una tasa de crecimiento demográfico negativa.

Con relación al uso de la superficie, 18,34 Km2 pertenecen a tierras de cultivo, 328,82Km2 corresponden a superficies forestales arboladas y de matorral y 434,5 Km2 a pastos. Las explotaciones ganaderas son principalmente de ganado bovino seguido, con bastante distancia, de ganado ovino.

El servicio sanitario atiende una población de 26.069 habitantes. La población está envejecida, aunque el 60,36% pertenece al rango de edad de entre 16 y 64 años. Entre los años 2014 y 2016, un 24,66% de la población desarrolla actividades relacionadas con la agricultura y la pesca y existen en total 2.279 explotaciones bovinas en todo el territorio.

En relación con las actividades recreativas, todos los concejos cuentan con coto de caza, excepto Degaña. Estos ocupan una extensión total de 155.153 ha. (20% de la superficie total de todos los cotos de Asturias). Existen cientos de kilómetros para realizar actividades de pesca fluvial repartidos por los cinco concejos. El suroccidente asturiano también cuenta con una amplia gama de rutas de senderismo y varios puntos de observación medioambiental, actividades recreacionales que si bien están destinadas al desarrollo del turismo, son igualmente practicadas con frecuencia por la población autóctona.

Este entorno, con la climatología adecuada (ambientes húmedos y temperaturas moderadas) junto con la existencia de fauna y flora propicia, es hábitat fundamental para el mantenimiento y desarrollo de las garrapatas. Los mamíferos de gran tamaño sirven de sustento a las garrapatas mediante la succión de sangre durante su picadura. Por otra parte, mamíferos de pequeño tamaño son a su vez reservorios ideales de diferentes agentes, incluido B. burgdorferi, permitiendo establecer un ciclo biológico en el que accidentalmente también se encuentra el hombre. La existencia de actividades tanto laborales como recreacionales asociadas a la posibilidad de picadura de garrapata suponen factores de riesgo de contraer zoonosis, como la enfermedad de Lyme, en esta zona.


En el siguiente enlace a la Biblioteca Digital del Tous pa Tous, se puede consultar la tesis doctoral realizada por Lucía Barreiro Hurlé del Servicio de Microbiología del Hospital Carmen y Severo Ochoa de Cangas del Narcea, que se diseñó para conocer la situación de la enfermedad de Lyme en el suroccidente de Asturias, mediante el estudio de la población afectada y las manifestaciones clínicas que presenta.


 

Autorización de visitas a la reserva natural integral de Muniellos

Visitar Muniellos consiste en una ruta de montaña con tramos de acusado desnivel, sin elementos de sujeción o seguridad y desaconsejada para niños o personas sin una adecuada preparación física. Existe un único recorrido circular de 20 km aproximadamente de ruta que se puede realizar completo o regresar en cualquier momento. El número de visitantes diarios no puede superar los 20.

Se debe tener en cuenta que está prohibido cazar, pescar, acampar, arrojar basuras, hacer fuego y en general, cualquier acción que pueda ser perjudicial para el medio. Además no se permite la entrada de animales domésticos.

Se pueden obtener permisos para visitar la reserva natural integral de Muniellos a través del portal oficial del Principado de Asturias. No es necesario disponer de ningún requisito especial para solicitar visita a la reserva de Muniellos, salvo que el responsable del grupo debe ser mayor de edad. Se concede un único permiso por persona y año; no obstante, en caso de que haya disponibilidad de plazas se podrá obtener una nueva autorización en el mismo día de la visita. El horario de apertura del Centro de Recepción de Visitantes de Tablizas es de 10:00 a 14:00 y de 15:00 a 18:00 horas, de lunes a domingo.

Las solicitudes por internet se realizan cumplimentando el formulario web correspondiente. Puede realizar la tramitación de su solicitud a través del siguiente enlace: Petición del permiso de acceso



 

Cangas del Narcea: epítome de Asturias

JOSÉ MANUEL ECHEVER / Oviedo / 22/11/2019 

Pues eso, que esta semana en Asturias Paso a Paso nos dirigimos hacia Cangas del Narcea, el concejo más extenso de Asturias. Onofre Alonso nos propone la visita a una comarca con muchísimos lugares de interés. Por eso nos hemos hecho acompañar por Juaco López, director del Museo del Pueblo de Asturias, en Gijón. Nuestro invitado es natural de Cangas y, además, uno de los precursores del Tous pa Tous, Sociedad Canguesa de Amigos del País, dedicada a difundir información e historia de Cangas del Narcea.


AUDIO programa Asturias Paso a Paso – RADIO ASTURIAS (Cadena Ser)


Vista de Brañas de Arriba, en Cangas del Narcea / Cadena SER

A continuación van las soluciones a las pistas que te ofrecíamos.

Es un concejo situado en el interior de la región y tiene 823 km cuadrados. Tan extenso es, que en su interior cabrían los de Cangas de Onís, Siero, Cabrales y Mieres.

Tiene 12.500 habitantes, lo que lo sitúa en el puesto 14 entre los municipios más poblados de Asturias.

Limita con otros 5 concejos.

– NORTE: Tineo y Allande

– SUR: Degaña, Ibias y la comarca leonesa de Laciana

– ESTE: Somiedo

– NORESTE: Allande

Cueto de Arbas, pico más alto del concejo de Cangas del Narcea con 2007 m. / www.fuentesdelnarcea.org

El lugar más elevado de este concejo es el Cueto de Arbas de 2.007 metros de altura.

Estamos en el concejo de Asturias con más explotaciones de ganado bovino de Asturias (893). Esto se traduce en que es la que más cabezas de ganado vacuno tiene (25.255) y de las cuales 23.925 son de la raza autóctona «Asturiana de los Valles».

Este municipio tiene declaradas nada menos que 3 fiestas de Interés Turístico.

El Carmen, La Vendimia y La Magdalena

En una de estas fiestas se disparan unos 80.000 voladores en tan solo 6 minutos.

– La Descarga en las Fiestas del Carmen

En 2018 se le concedió a un pueblo de este concejo el galardón de Pueblo Ejemplar de Asturias.

Moal

Estamos en el concejo con el porcentaje de celiaquía más alto de toda España.

En este municipio podemos visitar, no solo el espacio más protegido y más extenso de todo el Principado, sino el robledal más grande de España y el mejor conservado de Europa.

Reserva Natural Integral de Muniellos

En un lugar de este concejo finalizó, en septiembre de 2019, una de las etapas de la Vuelta Ciclista a España.

Alto del Acebo

De aquí es oriundo un ilustre dramaturgo conocido como “El Solitario”. Estos paisajes fueron inspiración para algunas de sus obras más célebres, como «La casa de los siete balcones». Además, en su localidad natal existe un Centro de Interpretación que lleva su nombre, donde se puede conocer mucho más sobre su vida, obra y algunas otras peculiaridades de este pequeño pueblo de las montañas.

Alejandro CasonaBesullo

Estamos en Tierra de muchas cosas y entre otras de vinos; vinos con historia ya desde el siglo XI, con la fundación de un Monasterio en la zona que hoy en día es Parador Nacional de Turismo.

Vino de CangasMonasterio de Corias

En esta comarca existe una gran tradición alfarera. Las piezas realizadas, debido a su proceso de cocción tienen un acabado de color oscuro. Se conoce popularmente como cerámica negra.

Cerámica de Llamas del Mouro


A la memoria de Agustín Jesús Barreiro Martínez (1865-1937), naturalista, antropólogo e historiador de la Ciencia de la Naturaleza

Agustín J. Barreiro con el birrete de doctor en 1909.

La biografía de este hijo de la desaparecida Casa Barreiro, de Cibuyu (Cangas del Narcea), que fue una autoridad en el estudio de la historia de la ciencia española, puede leerse en varias publicaciones, tanto en papel como en internet. Sobre él escribieron personalidades como Ignacio Bolivar (1850-1944), catedrático de Entomología y director del Museo de Ciencias Naturales, en su contestación al discurso de ingreso de Barreiro en la Real Academia de Ciencias en 1928; Constantino Suárez (1890-1941) en Escritores y artistas asturianos (Madrid, 1936), en donde además enumera todas sus publicaciones hasta 1934; Ignacio Acebal que escribió “La obra científica del P. Agustín Barreiro” en la revista Archeion, 22 (1940); Jesús Álvarez Fernández OSA que redactó su biografía y enumeró sus obras para el Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia, y Eduardo Hernández Pacheco (1872-1965), catedrático de Geología de la Universidad de Madrid, y Emiliano Aguirre, catedrático de Paleontología, en sendos prólogos a la historia de El Museo Nacional de Ciencias Naturales (1711-1935) que escribió Barreiro. Nosotros vamos a hacer un breve resumen de su biografía.

Agustín Jesús Barreiro nació en 1865. Sus padres fueron Manuel Barreiro  y Josefa Martínez. Fue el mayor de cinco hermanos: dos emigraron a Argentina (uno trabajó de cocinero en un ballenero) y otros dos se quedaron en el pueblo. Él, después de estudiar en la escuela de Cibuyu, marchó con 15 años a Valladolid al Colegio de Agustinos Filipinos donde se ordenó en 1882. No fue el primer religioso de la familia: tenía una tía monja y un tío canónigo. Después continuó sus estudios teológicos en La Vid (Burgos) y El Escorial. El 16 de septiembre de 1889 está en Barcelona, camino de Filipinas, y desde allí escribe a su casa:

El día 20 del presente embarcaremos con dirección a Manila 24 compañeros y connovicios agustinos, acompañados de religiosos recoletos y franciscanos. […] El buque en donde haremos el viaje se llama “San Ignacio”. Si desea algún encargo para fray Antonio Fuertes o para mi tío me lo hace presente por carta al convento de San Pablo de Manila Agustinos Filipinos.

En Filipinas estuvo cinco años, que fueron determinantes para este joven de Cibuyu. El descubrimiento de la exuberante naturaleza de aquellas islas, y el contacto con una cultura tan diferentes a la que dejaba atrás, hizo que se aficionase al estudio de las ciencias naturales y la antropología. Aprendió la lengua nativa  y fue destinado a la provincia de Pampanga, al norte de Manila. El 29 de junio de 1891 escribe a su casa desde Lubao:

[…] desde aquí adelante en lugar de Lubao escribirán a Floridablanca, que es un pueblecito inmediato a este, a donde supongo pasaré como párroco dentro de unos días. En este pueblo de Floridablanca no hay convento o casa parroquial, como en los demás pueblos, aunque sin embargo se dispone de una casita de madera cubierta con tejido de vipa, que es una hoja con que suelen cubrir los indios sus casas después de colocarla en forma conveniente para que no gotee cuando llueve. En cuanto a los sirvientes, suelen escogerse muchachos indios que después de educados sirven regularmente. La comida, sobre poco más o menos, es la que se da en nuestros colegios de España, pues aquí se puede disponer de pan, carne y pescado bueno o por lo menos regular. Tengo una ventaja en ese pueblo y es que a corta distancia del mismo se hallan el padre con quien he aprendido idioma, y un compañero y condiscípulo mío con quien puedo pasar el rato casi todos los días.

De Floridablanca pasó a las parroquias de Candaba, San Luis, San Fernando y San Simón. En 1894 regresó a España y se dedicó a la enseñanza de las ciencias naturales en colegios de agustinos. Como carecía de título universitario, estudió el bachillerato en el instituto de Valladolid y la carrera de Ciencias Físico-Naturales en la Universidad de Salamanca, obteniendo la licenciatura en la Universidad Central de Madrid en 1902 y doctorándose en esta misma universidad en 1909 con la tesis: “Estudio psicológico y antropológico de la raza malayo-filipina desde el punto de vista de su lenguaje”. Impartió clases en la Universidad de Valladolid como auxiliar de cátedra. En 1914, por problemas de salud, abandonó la enseñanza y se trasladó a Madrid, donde se dedicará plenamente a la investigación.

Se especializó en el estudio de la zoología de invertebrados y la antropología, pero a partir de los años veinte se centró en el estudio de la historia de las ciencias de la naturaleza en España, reivindicando el papel que habían tenido los estudiosos en esta materia y las expediciones científicas españolas en América, Extremo Oriente y África, sobre todo en los siglos XVIII y XIX. Lamentablemente parte de las colecciones de estas expediciones se había perdido por abandono y los resultados, en la mayoría de los casos, nunca se habían publicado. Como escribió Ignacio Bolivar en 1928: “Podría decirse en verdad que ningún otro país gastó más ni contribuyó menos a la bibliografía científica. […] ¡Cuánta labor, cuánta inteligencia y cuánto dinero malgastados inútilmente!”. El mérito de Barreiro fue dar a conocer los trabajos de estos investigadores olvidados y relegados. Buscó la información, que estaba dispersa en archivos, museos o el Jardín Botánico, así como en las familias de los investigadores. Su gran obra en este ámbito fue la Historia de la Comisión Científica del Pacífico (1862 a 1865), editada por el Museo Nacional de Ciencias Naturales y la Junta para Ampliación de Estudios de Investigaciones Científicas en 1926, y la publicación en 1928 del diario de esta expedición escrito por Marcos Jiménez de la Espada.

Otra de sus grandes aportaciones fue la Historia del Museo Nacional de Ciencias Naturales, fundado en 1771, al que él llamaba “nuestra casa solariega”. El libro se publicó póstumamente en 1944, con un extenso prólogo de Eduardo Hernández Pacheco, y se reeditó aumentado en 1992, con una larga introducción de Emiliano Aguirre. Es una obra que todavía hoy sigue siendo imprescindible para conocer el devenir de esta institución hasta 1935, así como el desarrollo de las ciencias naturales en España, pues desde el siglo XVIII su estudio estuvo muy ligado a este museo.

Barreiro será uno de los pocos historiadores españoles en este campo. En 1932, el historiador de las ideas científicas Francisco Vera (1888-1967), “republicano, masón y teósofo”, en un artículo sobre “La enseñanza de la historia de las ciencias en España” destaca solo a cinco personas:

En este orden de ideas quiero destacar cinco nombres: José A. Sánchez Pérez, profesor del Instituto-Escuela de Madrid, y los catedráticos universitarios José M. Millás Vallicrosa y Francisco Cantera, de Madrid y Salamanca, respectivamente, en las ciencias exactas y físico-químicas, y el académico P. Agustín Barreiro y el profesor Francisco de las Barras en las naturales, quienes allegan meritísimos materiales para el conocimiento de la historia de la Ciencia española (Archeion, XIV, págs. 91-93)¹

Agustín J. Barreiro, 1923. Fotografía de ‘El Adelanto’, 24 de junio de 1923.

Además de dedicarse a la investigación, Barreiro realizó una ingente labor para difundir el olvidado trabajo de aquellos naturalistas españoles que él estudiaba. Dio muchas conferencias en ciudades españolas y asistió a numerosos congresos de Ciencias (Sevilla, Valladolid, Bilbao, Barcelona, Oporto, Coimbra, Lisboa, Salamanca). En una noticia sobre el Congreso de las Ciencias de Salamanca que publicó El Adelanto, el 24 de junio de 1923, se dice sobre Barreiro:

El padre Barreiro tiene su mejor cualidad en el ardor y entusiasmo por comunicar a todos su ciencia. Es un misionero de la ciencia, pues expone por ella su vida, sacrificando más de una vez su salud.

Su trabajo fue reconocido por la Real Academia de las Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, que lo eligió como miembro de número en 1927. Su elección fue una noticia destacada en la prensa, pues era el primer religioso que entraba en esta academia fundada en 1847. Su discurso de ingreso trató sobre su amada Filipinas y el papel de los españoles en su conocimiento: «Características de la fauna y de la flora filipinas y labor española en el estudio de las mismas».

Esa labor de divulgación y promoción de las ciencias también la hizo en otras sociedades científicas, a las que perteneció y en las que participaba activamente. Fue socio fundador de la Sociedad Española de Antropología, Prehistoria y Etnografía, creada en 1921, en la que fue elegido presidente en 1926; miembro de la Real Sociedad Geográfica Española y de la Sociedad Española de Historia Natural, y fundador y presidente de la Asociación de Historiadores de la Ciencia Española, fundada en 1934.

Fue una persona muy respetada. Los que lo conocieron dijeron de él que era modesto, asequible y de trato amable. Eduardo Hernández-Pacheco lo calificó como “hombre sabio y bueno” y el diario El Adelanto lo definió como de “carácter comunicativo y sencillo, afable y simpático en extremo, vive en relación y amistad con los más sabios de España, estimado y ponderado aun por lo que en religión tienen ideas opuestas” (24 de junio de 1923). En Región, de Oviedo, con motivo de su entrada en la Real Academia de Ciencias, escribieron lo siguiente:

En España, el mérito extraordinario del P. Barreiro está para los científicos muy por encima de cualquier otra consideración, cuando militan en campo opuesto al suyo. […] y han sido principalmente figuras de las izquierdas las que ahora le han llevado a la Academia, dispensándole un honor que se concede por primera vez a un sacerdote.

Mantuvo estrecha relación con Asturias y con Cangas del Narcea. Fue socio del “Tous pa Tous. Sociedad Canguesa de Amantes del País” desde su fundación en 1926 y hasta su disolución en 1932, y en el boletín de esta asociación, La Maniega (1926–1932), se informaba puntualmente de sus éxitos y publicaciones. Enviaba todos sus libros a la biblioteca del colegio de segunda enseñanza de Cangas del Narcea, al que también donó varias colecciones de ciencias naturales. Asimismo, ayudaba a los cangueses emigrados en Madrid, que no eran pocos. La Maniega da noticia de todo ello en 1927, con motivo de su nombramiento como académico:

Cuando el padre Barreiro se ve más asistido por el éxito en sus publicaciones jamás se olvida de que en la escuela de Cibuyo aprendió a leer, y de todas aquéllas manda ejemplares dedicados a nuestro Colegio de segunda enseñanza [de Cangas del Narcea]. El Tratado de Historia Natural, el de Higiene Humana, el estudio comparativo de la raza malayo-filipina, el del origen de la raza de las Islas Carolinas, el comparativo de las lenguas aborígenes, polinesias y americanas, la Historia de la Comisión científica al Pacífico, están, pues, al alcance de los cangueses. A nuestro Colegio ha donado algunas colecciones mineralógicas y raros ejemplares madrepóricos.

De la vida religiosa de nuestro eximio paisano sólo sabemos que ha ejercido en la Orden los más delicados cargos. Su gran virtud, su claro don de consejo, su abnegación asistiendo a los enfermos trascienden en los más dilatados contornos de [iglesia del] Beato Orozco en los barrios de Salamanca y Pardiñas, y son muchos los cangueses en Madrid que a él acuden cuando se ven agobiados por sus cuitas, sus problemas o su desamparo. Las penas de los cangueses, la cultura canguesa, el bienestar cangués le merecen atención preferente, y justo es, por eso, que el concejo conozca y dedique loores al hijo que tanto vale y tanto le ama. (La Maniega, núm. 9 , agosto de 1927, 10-11).

El padre Barreiro falleció en Madrid el 25 de marzo de 1937, durante la Guerra Civil, refugiado en la embajada de Chile. Tenía 72 años de edad.

Ahora, el 12 de julio de 2020, casi cien años después de publicarse aquellas palabras en La Maniega, un nuevo Tous pa Tous va a colocar una placa a su memoria en el pórtico de la iglesia parroquial de Cibuyu para que sus vecinos y los que se acerquen hasta allí conozcan y recuerden quién fue Agustín Jesús Barreiro Martínez, un hijo de Casa Barreiro de Cibuyu (Cangas del Narcea), naturalista, antropólogo y, sobre todo, historiador de las ciencias de la naturaleza.


¹ Citado por José M. Cobos Bueno, “La Asociación Española de Historiadores de la Ciencia: Francisco Vera Fernández de Córdoba”, Llull, 26 (2003), 57-81.


Un oso pardo mata a una hembra que protegía a su osezno en Cangas del Narcea

La Fundación Oso Pardo graba cómo el macho persigue al esbardo en Cangas del Narcea y se alimenta de los restos de la hembra.

FAPAS ha tenido conocimiento de un ataque de un oso a una hembra reproductora acompañada de su cría con el resultado de que el oso ha matado a la hembra. No es un suceso frecuente. FAPAS ha consultado a expertos de países del Este europeo donde hay mayores poblaciones de osos que en España y se conocen pocos casos.

Lo sucedido el pasado 31 mayo de 2020, ha sido originado por un macho que trataba de eliminar a la cría para favorecer la entrada en celo de la hembra y aparearse con ella. Sin embargo, la hembra se enfrentó al macho de manera violenta, siendo el resultado una gran pelea en la que el macho sujetó a la hembra por el cuello con su boca hasta matarla.


 

Narcea: una variedad de rosa cultivada desconocida y antigua del norte de España

Científicos del CSIC seleccionan y mejoran la primera variedad de rosa cultivada antigua española

Denominada ‘Rosa Narcea’, deriva de un ejemplar localizado en un jardín particular de Carballo, un pueblo situado en el valle del río Cibea (en el concejo asturiano de Cangas del Narcea) y es un híbrido de una variedad usada en alta perfumería y de otra casi desaparecida y apreciada en la antigüedad por sus propiedades.

 

Las rosas modernas son el resultado de cruzamientos artificiales y programas de mejora realizados a partir de 1867, con la llegada a Europa de especies de la India y China, con el objetivo de potenciar su uso ornamental. Las rosas de cultivo existentes en Europa hasta esa fecha se encuentran prácticamente desaparecidas, a excepción de la Rosa damascena y la Rosa centifolia, cultivadas y explotadas comercialmente por la industria del perfume en Bulgaria y Francia, respectivamente. Ahora un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), capitaneado por la canguesa Mª Carmen Martínez, ha seleccionado, mejorado, descrito y analizado genéticamente por primera vez una variedad de rosa antigua cultivada española. Este trabajo, que se publica en la revista Horticulture Research (del grupo Nature Reseacrh), supone el primer paso para la protección, conservación y reconocimiento oficial de un nuevo recurso fitogenético español.

Además del trabajo de fitomejoramiento, se han llevado a cabo estudios botánicos, agronómicos, genéticos, histológicos y bioquímicos, que indican que la Rosa Narcea, como se ha denominado la variedad, en honor al concejo asturiano de Cangas del Narcea del que procede, tiene su origen en un híbrido antiguo natural de Rosa centifolia, empleada en perfumería, y Rosa gallica, prácticamente desaparecida en la actualidad, que antiguamente tenía un uso cosmético, medicinal y gastronómico.

«Las flores de las rosas modernas son, en general, elegantes, estéticamente muy atractivas, con miles de variantes de colores y formas, pero poco o nada olorosas. Por su parte, las denominadas rosas antiguas suelen ser más rústicas, desgarbadas y estéticamente menos elegantes. Sin embargo, estas últimas son las que se emplean en el ámbito de la medicina, la gastronomía y, sobre todo, la perfumería, ya que algunas presentan una intensa y exquisita fragancia, imposible de reproducir en laboratorio mediante síntesis química», explica Carmen Martínez, investigadora del CSIC en la Misión Biológica de Galicia.

Características físicas

Científicos del CSIC han seleccionado y mejorado una rosa antigua asturiana que han bautizado con el nombre de Rosa Narcea. / César Hernández / CSIC Comunicación

La Rosa Narcea desprende una intensa fragancia y es de color rojo-púrpura. Sus pétalos son abundantes, con una media de entre 60 y 70 en cada flor, y de gran tamaño. El rosal florece solo una vez al año, entre los meses de mayo y junio.

Otra de las características diferenciadoras es la forma de crecimiento del rosal que, en lugar de formar arbusto, crece erguido, como si de un pequeño árbol se tratase.

Los ejemplares de Rosa Narcea crecen en una zona de montaña situada en la cordillera Cantábrica -que alcanza en algunos puntos los 1.700 metros de altitud sobre el nivel del mar-, con valles muy angostos recorridos por numerosos ríos y alejada de las masas húmedas de la costa por grandes barreras montañosas, “donde se crea -apuntan los científicos- un microclima muy especial”. Según los datos recogidos por los investigadores hasta el momento, estas condiciones hacen que la rosa produzca mayor intensidad aromática y muestre el mejor comportamiento agronómico.

Rosas antiguas

Aunque España es rica en rosas silvestres de distintas especies, principalmente en el Pirineo aragonés y en el Macizo asturiano de la cordillera cantábrica, no existen referencias sobre la existencia de rosas antiguas cultivadas españolas.

La Rosa Narcea deriva de un ejemplar localizado en un jardín particular de Carballo, un pueblo situado en el valle del río Cibea (en el concejo asturiano de Cangas del Narcea). Los investigadores han encontrado referencias previas a 1867 que demuestran su existencia y domesticación con anterioridad a esta fecha.

«El año 1867 es el que marca la diferencia entre las rosas cultivadas antiguas y las modernas. Según la bibliografía antigua, existían más de 100 variedades de rosas antiguas cultivadas en diferentes puntos del sur de Europa. A partir de esa fecha, con la llegada de especies procedentes de la India y China, distintos horticultores comenzaron a realizar cruzamientos artificiales para obtener rosas con fines ornamentales, de múltiples colores y formas, pero la mayoría de ellas sin aroma. Las rosas antiguas cultivadas hasta entonces en Europa fueron desapareciendo, al ser sustituidas en los jardines por las modernas. La que nosotros hemos seleccionado y mejorado tiene su origen en una de esas rosas antiguas, de hecho creemos que la originaria existía ya en el punto donde ha sido localizada y seleccionada, desde alrededor de 1832 o incluso antes», comenta Carmen Martínez.

En la actualidad, solamente un reducido número de variedades de la R. damascena, en Kazanlak-el Valle de las Rosas (Bulgaria), y la R. centifolia, en Grasse (Francia), continúan siendo cultivadas en Europa para la obtención de aceites esenciales de rosa, agua de rosas y otros productos cosméticos. La primera constituye la industria más importante de Bulgaria (en 2014 la Unión Europea reconoció sus rosas con el distintivo de Indicación Geográfica Protegida). El cultivo de la segunda se reduce a Grasse, una pequeña área geográfica de Francia donde se produce prácticamente en exclusiva para determinadas marcas francesas de cosmética de lujo. Su cultivo, junto con el del jazmín o el iris, así como las técnicas de elaboración de perfumes en esta zona, fueron declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2018 por la UNESCO.

«Nuestros resultados demuestran el carácter único de esta rosa y apuntan a un posible interés comercial en el campo del perfume, de la medicina o de la alimentación. No obstante, estos aspectos tendrán que ser corroborados en futuros estudios, para los cuales estamos iniciando una colaboración con la Academia Española del Perfume», concluye la investigadora.


Referencia científica:

María Carmen Martínez, José Luis Santiago, Susana Boso, Pilar Gago, Inmaculada Álvarez-Acero, María Estela De Vega, Miguel Martínez-Bartolomé, Rafael Álvarez-Nogal, Pilar Molíst, Matteo Caser, Valentina Scariot y Daniel Gómez-García. Narcea – an unknown, ancient cultivated rose variety from northern Spain. Horticulture Research. DOI: 10.1038/s41438-020-0266-8


FUENTE: Marta García Gonzalo / CSIC Comunicación


La osezna Molinera debe vivir en libertad, según el experto Javier Naves

 Molinera en el cercado de Santo Adriano.

Molinera en el cercado de Santo Adriano.

Javier Naves Cienfuegos, biólogo del CSIC y especialista en el Consejo Asesor del Oso Pardo, es tajante a este respecto y así lo especifica en un informe en el que está trabajando. La máxima de este acreditado experto en las poblaciones cantábricas de la especie, sobre las que trabaja hace varias décadas y a las que ha dedicado su tesis doctoral y numerosas publicaciones científicas, es que la osa Molina pueda vivir en libertad durante toda su vida como animal. Para él solo hay una limitación, utilizar técnicas que puedan hacer daño al animal. En lugar de eso, el documento traza un plan que incluye el máximo aislamiento tanto visual como auditivo y nuevas directrices para los cuidadores de la osa.


Vídeo: RTPA


 

Los osos que se portan bien

Oso pardo de pie en el concejo de Cangas del Narcea. Foto: Celso Álvarez Martínez

El aumento de la población osera y su cercanía a los pueblos ha abierto un nuevo debate en torno a un animal que simboliza la lucha por la conservación de la naturaleza en Asturias. Ante la expansión de una de las especies más emblemáticas de la región, el Ministerio de Medio Ambiente prepara junto al Principado y otras comunidades un protocolo de intervención que incluye la posibilidad de ahuyentarles usando pelotas de goma. El periódico La Nueva España ha consultado a vecinos que llevan conviviendo con osos toda su vida y se han cruzado con ellos una y otra vez. Todos defienden el comportamiento «pacífico» del animal y ven «muy exagerada» la medida.

 

Mercedes Martínez, de Jalón: «de repente, veo que tengo dos osos en mi jardín»

Mercedes Martínez, en el jardín de su casa de Jalón, en Cangas del Narcea. Foto: Luisma Murias

Mercedes Martínez escuchó un sonido fuerte y seco, pero no le dio más importancia. Estaba en el corral dándole de comer a las gallinas. Era un día nublado de primavera.

Jalón es un pueblo en las alturas de Cangas del Narcea con 30 vecinos, demasiadas casas vacías, exuberantes montañas alrededor, oxígeno que se agradece y el silencio suficiente para escuchar de todo. Por eso ella pensó que aquel ruido podía ser cualquier cosa. Cualquier cosa menos un oso. O dos.

«Me volví y, de repente, veo que tengo dos osos en mi jardín. Aquí estaban, aquí, en el medio», dice.

–¿Y qué hizo?

–Me quedé mirando fijamente para ellos. Y ellos para mí. No tuve miedo, no me asusté, qué va. Estaba al lado de casa y, a una mala, me podía refugiar dentro. Les contemplé. Eran de color castaño oscuro y no muy grandes. Muy guapos. Creo que andaban buscando comida.A los pocos minutos cruzaron la carretera y se perdieron en el monte.

Ocurrió hace ocho años y ella lo recuerda como si fuera hoy. Su nieta, Laura Tosar, escucha la historia con el asombro y la vitalidad de quien estrena la mayoría de edad.

Mercedes tiene 69 años y lleva casi 40 en el pueblo. En todo ese tiempo, «que ya ve que es bastante», no fue testigo de ningún conflicto entre un oso y una persona. «Estamos acostumbrados a la convivencia con ellos. Es una convivencia pacífica. Aquí nadie tiene miedo de que un oso pueda hacerle algo a una persona. Primero porque no es normal que aparezcan por el pueblo y después porque, si lo hacen, vienen tranquilos. Si no te metes con ellos no hacen nada. Sólo si atacas, es normal: son animales y tienen que defenderse».

Su jardín, entonces, no estaba cercado como lo está hoy, con un muro de cemento ni muy alto ni muy bajo, lo suficiente como para impedir que se le escapen los cabritines que tiene en la cuadra y también para que, llegado el caso, puedan otra vez entrar los osos.

Ella era ganadera de las que iba todos los días al monte. Una vez, de la que volvía de dejar las vacas, se tropezó de frente con cuatro osos, nada menos. Una madre y tres crías. Ahí sí le entró el tembleque, omás que eso. «Tenía un cague de la leche», describe. Se escoró y, con cuidado, siguió caminando con cierta tensión hasta que se dio cuenta de que la osa iba más pendiente de sus oseznos que de otra cosa.Y no pasó nada, cada uno a lo suyo.

Ahora cada vez hay más osos en Asturias y ella lo sabe. Hace cuarenta años, cuando se estableció en Jalón, la especie contaba con 60 ejemplares en toda la Cordillera Cantábrica. Hoy hay unos 220 y subiendo.Y si sigue la tendencia la densidad será mucho mayor. Mercedes es consciente de que a mayor número de plantígrados, mayor es el riesgo de que se aproximen a los pueblos. Pero no ve necesario encender alarmas.

Y «de ninguna manera», dice, respalda la posibilidad de espantar a esos animales de los pueblos disparándoles pelotas de goma, como venía establecido en la primera versión del protocolo de intervención para osos problemáticos que quiere impulsar el Ministerio de Medio Ambiente y que analiza el Principado junto al resto de comunidades oseras de España (Galicia, Castilla y León, Cantabria, Aragón, Navarra y Cataluña). «No hace falta eso, no. Es muy exagerado. Precisamente si les disparas es cuando te pueden atacar», señala. «Es demasiado», sentencia.

«Además están muy vigilados ¿eh? Cada dos por tres vemos a los guardas pasar para allí arriba», avisa. En realidad, allí arriba no es tan lejos. Un par de kilómetros, a lo sumo. Mercedes vive al lado de los osos y no se queja. «Tan contenta», acaba.

Carlos García, de Gedrez: «Siempre escapan de ti»

Carlos García, en Gedrez. Foto: Luisma Murias

Cuando Carlos García Fernández se encontró de frente con un oso todavía estaba mal de la pierna. Cojeaba. Fue en la carretera de Gedrez, donde reside este ganadero jubilado de 53 años. Aquel oso, cuenta, era muy grande. Casi más que él. Lo comprobó cuando se puso sobre sus dos piernas traseras y se presentó erguido. «Se quedó quieto mirando para mí fijamente, pero no me asusté. Fue dar con el bastón a una valla que había al lado y echó a correr a toda velocidad. Los osos siempre escapan de ti», explica.

A Carlos, los osos nunca le hicieron ningún daño al ganado y, por eso, reivindica que «no son conflictivos». «Vienen a los frutales, a las colmenas. Eso sí. Pero a las personas nada», dice.

Carlos no cree que sea «muy acertado» dispararles pelotas de goma «salvo en casos realmente excepcionales».

 

Manolo García, de Piedrafita: «Me quedé a dos metros del oso»

Manolo García González posa ante los cerezales que tiene en su casa de Piedrafita. Foto: Luisma Murias

Delante de su casa, Manolo García González tiene varios cerezales. Desde hace unos años, cada vez se aproximan a su casa más osos a comer cerezas. Él los protege con perros. «No pasa nada, no tengo miedo. Baja, come y listo. Quien realmente destroza por aquí es el jabalí», explica.

Manolo es ganadero y es uno de los siete vecinos de Piedrafita, un pueblo a mil metros de altura en Cangas del Narcea. Hace tiempo, se encontró con un oso cara a cara. Él llevaba un perro, que tuvo que coger en brazos para que no ladrase. «Dejé que se acercara. Me quedé a dos metros. Era grande y negro. En el momento que le chillé, se asustó y salió corriendo. No se fiaba de mí», cuenta.

Manolo lleva conviviendo con los osos 55 años.Y nunca le ocurrió nada. Ni a él ni a nadie que sepa. «Estamos seguros. No creo que vaya a pasar nada porque aumente la población», reconoce, y defiende el comportamiento «pacífico» del animal, para quien reclama más comida en el monte. «Si quieren que no baje a los pueblos deberían insistir en que haya más comida en su hábitat», explica.

«Ahora hay más osos y se nota. No sólo en que los puedes ver mejor sino en que cada vez hay más gente que viene por aquí a intentar avistarles», concluye.

 

José Manuel López, de Gedrez: «Que vengan y digan quién teme aquí al oso»

José Manuel López, en su coche por el monte Zengadera, en Gedrez. Foto: Luisma Murias

«Se está dando una imagen del oso que no es. Que vengan y digan quién teme aquí al oso». José Manuel López, ganadero 45 años y residente en Gedrez (Cangas del Narcea), tiene un largo historial de encuentros fortuitos con osos. El último fue la semana pasada. Volvía en coche de dejar una vaca en el matadero y se encontró a uno en medio de la carretera. Estuvo 300 metros detrás de él hasta que se fue. «No hacen nada. Nadie les tiene miedo», dice, y critica la posibilidad planteada de utilizar las pelotas de goma para espantarles de los pueblos. «Eso es un disparate. No se puede hacer. Si se hace aquí acaban con todo». «Se ve que hay más osos, pero no hay ese problema que dicen», concluye.

 

Chema Díaz: «El problema es el ecologismo de ciudad»

Chema Díaz, en Vega de Hórreo. Foto: Luisma Murias

Una tarde, Chema Díaz salió a pasear con su hija Sofía por antigua la carretera que une Cangas de Narcea y San Antolín de Ibias. Era un día de septiembre a media tarde. De repente, escuchó varias zancadas entre los matorrales. Lo supo desde el primer momento: se paró, preparó la cámara y esperó. El oso saltó a la carretera en cuestión de segundos. «Nosotros nos quedamos parados. Lo mejor es eso. Si no te mueves, los osos no te ven. A los 8 ó 10 segundos se dio la vuelta y salió corriendo».

Chema regenta el albergue de Vega de Hórreo, en Cangas del Narcea. Tiene 45 años y lleva allí más de 20. Está acostumbrado a vivir en el entorno de los osos, que de vez en cuando, por las noches, se acercan a las proximidades del pueblo. «Es normal escuchar a las tres de la mañana ruidos. Pero nadie tiene miedo. Los que vivimos aquí estamos habituados a ellos», asegura.

A este hombre de verbo fluido, pelo blanco y ojos azules le molesta lo que está «viendo y leyendo». No da crédito a las medidas que se quieren impulsar ante la expansión de la especie, entre ellas el uso de pelotas de goma para ahuyentarlos. «El problema es ese, el ecologismo de ciudad, el ecologismo de libro. Es no conocer nada de lo que pasa en el medio rural». Sabe que se utiliza en otras zonas de Europa. Pero se justifica: «Allí son agresivos y te matan, aquí no». Es partidario de otro tipo de medidas como el impulso de campañas de educación medio ambiental.

Chema es consciente de que la población osera se expande, pero sólo ve el peligro si llega a pueblos que nunca han tenido contacto con ellos. «El problema es ese, que alcancen sitios y den con una generación de personas que no han convivido con ellos. Pero eso es remoto. Los que estamos aquí no tenemos esos problemas», dice.


Publicado en La Nueva España
Domingo, 11 de mayo de 2014


Muniellos en otoño

Primera entrega de una serie documental a lo largo de las estaciones sobre el gran bosque asturiano de Muniellos.

GECA 2014

El sueño asturiano

La consejera de Agroganadería, María Jesús Álvarez, intentando acariciar a Molinera antes de tratar su reinserción en la naturaleza.

La osa «Molinera» ha conseguido vivir el sueño asturiano.Y lo hizo, para cumplir los cánones regionales, con un favorín. La osa, que fue encontrada malherida en los montes de Cangas del Narcea, se recuperó de sus heridas en el hospital de animales de Sobrescobio, antes de ser liberada en Muniellos. Pero hete aquí que la osita se había convertido en un peluche durante su estancia con los humanos, que tanto la cuidaron y parece que mimaron. ¿Cómo fue posible si una de las claves de la reintegración de los animales salvajes es su aislamiento? La respuesta la dio hace unos días la directora de Recursos Naturales, Fina Álvarez, cuando relató quiénes habían estado en contacto con la osa: los veterinarios de la clínica, los técnicos del hospitalillo y algunas visitas…, entre ellas la de la consejera de Agroganadería, a la que se ve en esta foto intentando acariciarla. Con tanto amor, ¿quién vuelve a la procelosa vida salvaje? Y ahí está «Molinera», con «Paca», «Tola» «y Furacu», la vida resuelta, cumpliendo el sueño regional: cada asturianu, un puestín.


La Nueva España – Domingo, 5 de enero de 2014


Nos han dejado sin argumentos

La osezna Molinera subida a un roble durante el operativo que concluyó con su captura.

Llevamos muchas décadas en Asturias dedicados a la conservación de la naturaleza y la educación ambiental en zonas rurales, y hemos sido la envidia de otras muchas regiones españolas donde estos temas únicamente tenían un ámbito más o menos urbano. Los que tenemos más de 30 años, hemos vivido el peso del furtivismo cuando se mataban osos y urogallos o se mataban los ríos con lejía o con cal y hemos asistido con orgullo a un palpable cambio de mentalidad hacia una mayor sensibilidad general por la conservación de la naturaleza asturiana. En lugares como el suroccidente asturiano se ha cambiado la escopeta por los prismáticos, telescopios y cámaras fotográficas en cierta medida; la dinamita, la red y la luz por una pesca cuidadosa con la biodiversidad del río.

Sin embargo, a veces, es la Administración regional la que, con su nefasta gestión ambiental, atenta contra la conservación de la naturaleza de una u otra forma. Lo vemos, por ejemplo, en lo que se tardó en atajar el problema de los incendios forestales, promoviendo y facilitando desbroces, aplicando acotamientos de pastos, contratando servicios de extinción en invierno o en otoño; lo vimos en lo que se tardó en prevenir el problema de la desaparición del urogallo cantábrico, en lo perdidos que están con la adecuada gestión del lobo pero, el caso de la osina Molina o Molinera ha colmado ya el vaso y nos ha dejado sin argumentos a los que vivimos en las zonas rurales y trabajamos en investigación y conservación de la naturaleza o en educación ambiental.

Fuera del núcleo central asturiano, somos unas cuantas personas los referentes para la población local de las zonas rurales de montaña para lo bueno y también para lo malo y a menudo se nos consulta sobre lo que está sucediendo con la naturaleza asturiana y su gestión por parte del Principado. Llevamos unos años con un intenso debate en zonas como Cangas del Narcea, Degaña o Somiedo, por ejemplo, con eso de llevar un osezno de estos montes cuando aparece herido y se recupera, para repoblar otros lugares como el oriente de la Cordillera o incluso los Pirineos franceses occidentales. Hemos logrado convencer a algunos sobre lo necesaria de esta acción al quedar muy pocas hembras reproductoras en las poblaciones oseras orientales pero ahora ya nos quedamos sin argumentos, cuando muchos nos preguntaron sobre el paradero de la osina de Riomolín una vez fuera recuperada, y eran muchos los que opinaban que acabaría en el cercado de Paca y Tola para sustituir a estas osas, también de procedencia de Cangas del Narcea, estás últimas víctimas del furtivismo antes mencionado.

Intenso fue el debate para explicar que ese cercado de Proaza podía continuar tras Paca y Tola con otros oseznos de Cabárceno o nacidos en cautividad en otro núcleo zoológico, que era imposible que un osezno de procedencia salvaje pudiera acabar en un cercado como ese, que tenía tan poco peso como los que dicen que se andan soltando por ahí culebras para dar de comer a las águilas. No era de recibo que la osina de Riomolín acabara sustituyendo a Paca y Tola. Y, ahora, ya no sabemos con qué cara mirar a aquellas personas que lo veían venir. Nos hemos quedado sin argumentos, señores de la Consejería de Medio Ambiente, nos han dejado sin explicaciones de origen científico o técnico que solucionen las preguntas de la gente del medio rural, ya nada vale en la defensa de la naturaleza si no es desde el punto de vista de la objetividad de las ONGs medioambientales no participadas por intereses políticos o partidistas.

La consejera de Agroganadería, María Jesús Álvarez, juega con la osezna Molinera antes de intentar su reinserción en la naturaleza.

El tratamiento al que fue sometida la osa durante los dos meses que estuvo en cautividad y en rehabilitación, deja muchas dudas en su efectividad y en la necesaria privacidad de la osina sin contacto humano. Los 15 días que estuvo en la clínica veterinaria con otros animales y personas, la conocida foto con la Consejera y el tiempo restante que estuvo en rehabilitación, parece indicar su comportamiento posterior durante su suelta, y el no haberle dado una segunda oportunidad hace pensar, y en esta ocasión ya da hasta ganas de ponerse de parte del paisano en el comentario de bar, de que todo estuvo orquestado para que la osina acabara en el ridículo cercado de Paca y Tola. Nos han dejado sin argumentos sobre una buena o correcta gestión de la naturaleza en el Principado. Y, entre tanto, los ciudadanos tenemos la impresión que desde la Consejería de Medio Ambiente se sigue la técnica del avestruz y nadie dimite, o se ocultan intencionadamente las dimisiones de la cúpula de la Fundación Oso de Asturias, tanto de Odile Rodríguez de la Fuente como de Carlos Zapico y, por lo tanto, abriendo una nueva etapa dejando atrás la triste historia de Paca y Tola.

Desde hace muchos años, el Suroccidente asturiano clama por tener un respetable centro de recuperación de fauna. Se están llevando huevos de urogallo de Muniellos y en breve adultos mediante trampeo hacia Sobrescobio y el parque natural de Redes, a cientos de kilómetros, y se llevan también los osos heridos, primero a una clínica veterinaria de Oviedo y después bien a Cabárceno (caso de Villarina) o bien también a Sobrescobio. Justo es que este centro de recuperación esté allí donde hay más probabilidades de encontrar estos animales, declarados en peligro de extinción, heridos o que sea preciso manipular por alguna razón. Y justo es que se utilice la experiencia y los conocimientos adquiridos con estas especies y el uso del hábitat para emprender un verdadero y eficaz programa de reintroducción de oso y urogallo allí donde sea necesario, como está pasando con el quebrantahuesos o el lince, por ejemplo, por lo que las peticiones tanto desde el Ayuntamiento de Cangas del Narcea como de muchas ONGs no son descabelladas. Nos falta y nos urge un verdadero centro de recuperación o rehabilitación de estas especies, así como un protocolo rápido y eficaz de actuación en caso de que aparezca un oso herido o un oso problemático y no haya que esperar 6 horas para actuar como pasó con el oso de Porley o con el oso de Cerredo que llevaba un lazo en la barriga.

Nos han dejado a todos sin argumentos, señores de la Consejería y todos estamos esperando, por un lado, dimisiones y por otro, que no ocurra más veces. No se nos pueden morir dos osos en un año por mala administración de anestésicos o tardar 8 horas en actuar si aparece un oso herido y luego hay que llevarlo a una clínica veterinaria de Oviedo. Por ello, es preciso comenzar ya a construir en el suroccidente asturiano un verdadero centro de recuperación de fauna.

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Respuesta a nuestra solicitud de revisión de la gestión del monte de Muniellos

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Visitantes en la Reserva de Muniellos un día de lluvia en noviembre de 2011. Fotografía de J. Morrosco.

El pasado día 6 de febrero de 2013 el Tous pa Tous presentaba un escrito a la Consejera de Agroganadería y Recursos Autóctonos del Principado de Asturias en el que solicitaba que su consejería reconsiderase y modificase, después de más de treinta años, el sistema de acceso de visitantes al monte de Muniellos, así como la información que se ofrece a éstos, y que para ello encargase el estudio técnico pertinente y entablase un dialogo con los agentes locales implicados (ayuntamientos, asociaciones, vecinos, centro de desarrollo rural, empresarios, etc.), con el fin de conocer sus opiniones y aspiraciones en relación con este asunto.

Las razones que exponía el Tous pa Tous para esta solicitud eran que en estos treinta años habían cambiado muchas cosas en el monte de Muniellos y en la sociedad canguesa, y que ese monte, declarado Reserva Natural Integral, es uno de los mayores recursos turístico y educativo que existe en el concejo y en Asturias, y que esos recursos están infrautilizados: el sistema de visitas guiadas es insuficiente; el monte está excesivamente cerrado a las visitas; no se hacen sobre Muniellos cursos, ni reuniones, ni congresos, ni jornadas educativas o científicas; la entrada al monte puede cambiarse sin causar ningún perjuicio a este espacio natural, que todos estamos interesados en conservar, y estos cambios sí pueden beneficiar la actividad turística, educativa, el empleo, etc.

Además, las carencias enumeradas ponen de manifiesto el incumplimiento que se está llevando a cabo por parte de la administración regional del I Plan Rector de Uso y Gestión de la Reserva Natural Integral de Muniellos, aprobado en 2007, que establece entre sus objetivos “el desarrollo de programas de investigación científica y aplicada” y, sobre todo, el “fomentar el interés social en la conservación de la naturaleza mediante el desarrollo de actividades educativas y de interpretación, tanto en el interior de la Reserva como en su entorno”.

El Tous pa Tous consideraba en su escrito que estos cambios se hiciesen a partir del intercambio de opiniones e información entre todos los agentes sociales implicados e interesados (asociaciones de ecologistas, turismo rural y hostelería, ayuntamientos, vecinos, funcionarios, biólogos, oficinas de desarrollo local y rural, etc.).

La semana pasada llegó la respuesta de la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos a la solicitud del Tous pa Tous, la firma la Jefa del Servicio de Medio Natural y tiene fecha de 18 de marzo de 2013, dice lo siguiente:

“En respuesta a su atenta de 6 de febrero de 2013, en la que solicita la toma en consideración de un cambio en el sistema de visitas y entradas a la Reserva de Muniellos.

Nos complace informarle que actualmente ya se está estudiando la posibilidad de modificar el número máximo diario de visitantes a la Reserva, pero dicho cambio debe de hacerse teniendo presente que se trata de una Reserva Natural Integral, donde el uso público debe ser compatible con la conservación del mismo.

Atentamente»

Evidentemente, nuestra solicitud no pedía solo una modificación del número de visitantes diarios, sino un cambio más profundo en la actual gestión de la Reserva Natural Integral de Muniellos, que cumpla las directrices del I Plan Rector de Uso y Gestión, y una mayor implicación de la administración regional.

Cuevas en Cangas del Narcea, 2. Descripción de la cueva de Sequeras en Xedré (1785), por el conde de Toreno

Retrato de Joaquín José Queipo de LLano y Valdés Quiñones, V Conde de Toreno (Cangas de Tineo, 1727-1805). Autor: Vicente Arbiol y Rodríguez

En 1785 se publicaron en Madrid, en la famosa imprenta de Joaquín Ibarra, los Discursos pronunciados en la Real Sociedad de Oviedo en los años de 1781 y 1783* por el conde de Toreno, en el que daba noticias de las minas y canteras de diversos minerales que el conde había localizado en Asturias. Este conde era el quinto de su título, se llamaba Joaquín José Queipo de Llano (1728-1805), y será el último de este linaje que nació, vivió y murió en Cangas del Narcea; está enterrado en la iglesia parroquial. Fue un hombre muy activo y con variados intereses, que perteneció a ese movimiento que se conoce como la Ilustración, que pretendió traer la luz y el conocimiento científico al pueblo. Amigo del conde de Campomanes y de Jovellanos, participó en la creación en 1780 de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Asturias.

Detalle de la hoja 100 del mapa 1:50000 del Instituto Geográfico y Catastral de 1951 en el que aparece el Monte de Sequeras, donde se encuentra la cueva del mismo nombre.

Se dedicó a escribir poemas y sobre todo a recorrer Asturias en busca de minerales que pudiesen explotarse para aumentar la riqueza de la región. El conde de Toreno fue un precursor de las ciencias naturales y de los estudios mineralógicos, en una época en la que aun se hallaban bastante atrasados en España, así como un promotor de las explotaciones mineras. Durante algún tiempo intentó explotar las canteras de mármol blanco de Rengos, localizadas en Moncóu y El Pueblu de Rengos, y proyectó con la ayuda del arquitecto Manuel Reguera González una carretera que saliese a Castilla desde Xedré y Monasteriu d’Ermu por el puerto de la Veiga del Palo, para trasladar el mármol a Madrid. Sin embargo, todo fracasó.

Valle del río Narcea desde el pueblo de Xedré; en la ladera de la derecha, al fondo, está el monte de Sequeras.

En esos Discursos*, en la página 27, en un capítulo dedicado al concejo de Cangas de Tineo y a las canteras de «mármoles diferentes» que había hallado en él, se incluye la descripción de la cueva de Sequeras, que está en términos de la parroquia de Xedré. El conde entró en esta cueva y la recorrió durante tres horas. Es probable que después de su visita entrase más gente, pero lo que sí es seguro es que nadie, después de este conde curioso y enamorado de su tierra, escribió lo que vio allí dentro. Han pasado más de doscientos años y su descripción es la única que tenemos de esta «famosa cueva»:

DESCRIPCIÓN DE LA FAMOSA CUEVA DE SEQUERAS
por el conde de Toreno

En la parroquia de Santa María de Xedrez se halla la prodigiosa cueva de Sequeras, muy particular por su extrañeza. Está situada al poniente, en la cumbre de los montes de dicho lugar y paraje de su nombre. Su entrada mira al oriente, que se reduce a un agujero grande a manera de puerta, y entrando por ésta, bajando como 4 pasos, se comienza a subir por una especie de escalera muy ancha, que forman las mismas peñas, siendo necesario asirse siempre de unos grandes pilastrones que sirven de pasamanos. Luego que se suben 300 pasos sigue derecha la cueva como otros 300, poco más o menos.

Pasado este tramo, se llega a un hueco de bastante extensión y mucha altura, y aquí parece que se acabó la cueva; pero se observa que a un lado de la habitación (llamémosla así) hay en la superficie una especie de ventana larga y estrecha, y entrando por ella, a 30 pasos en el mismo tramo, se encuentra otra cueva redonda, que vulgarmente llaman El Pozo, aunque carece de agua en todo tiempo. Para seguir adelante se necesitan fijar unas vigas largas, que alcancen de parte a parte las peñas, y se pasa por encima de ellas. Descendiendo después a lo profundo del pozo por otro conducto bastante trabajoso, se halla otra puerta, que dando vuelta a mano izquierda, y siguiendo por ella, se camina por un trecho de 60 pasos, que dirige a otra habitación redonda cuya cubierta asimila a la de una media naranja, siendo su altura de 20 varas.

Tanto el techo, o cubierta, como su piso son de especial solidez y blancura; y de la misma materia se ven en ellos diferentes figuras, y lo mismo en su circunferencia, originadas de las aguas que filtran las peñas superiores en todos tiempos, que recibidas sobre un terreno arenisco se vitrifican y cristalizan con la mucha frialdad que hay en la cueva, percibiéndose en esta estancia con mayores grados el frío, que en los demás parajes de ella. Los particulares y grabados dibujos que forman y fomentan aquella agua que se cristaliza, ofrecen a la vista un espectáculo agradable. Se ven pirámides de todos tamaños muy perfectos, representando su techo hermosos pabellones fabricados por la misma naturaleza. El suelo, en medio de la desigualdad que padece, causa admiración el verle por la brillantez de sus extraordinarias vitrificaciones, las que por sus configuraciones diversas serían muy dignas del Real Gabinete de Historia Natural de nuestro monarca, si pudieran sacarse sin romperse.

No tiene la cueva más salida ni respiradero que el de su entrada, por cuya razón es muy oscura, y se necesita llevar porción de luces para reconocerla, porque si estas faltasen, sería imposible que ninguno acertase a salir de ella. El reflejo de las mismas luces, que reverbera en las cristalizaciones, representa un hermoso natural teatro con el que los artificiales no tienen cotejo.

Por último, hemos estado tres horas reconociéndola menudamente, no habiéndonos atrevido a registrar más espacios de ella, porque para escudriñar todas sus concavidades y senos se necesitarían días; pues se afirma por tradición de los naturales, que un hombre que penetró en su interior aseguró después que había salido por otro boquerón distante más de 2 leguas de la entrada primera; y es verosimil, que si profundase esta cueva, se hallase en su centro el alabastro florido por lo que denotan sus señales.

 

*Descarga los discursos del Conde Toreno:

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El monte de Muniellos y la revisión de la gestión de este espacio natural

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Tablizas, Muniellos. Noviembre de 2011. Fotografía de J. Morrosco.

El pasado jueves 7 de febrero de 2013, EL TOUS PA TOUS, SOCIEDAD CANGUESA DE AMANTES DEL PAÍS, solicitó mediante escrito dirigido a la consejera de Agroganadería y Recursos Autóctonos del Principado de Asturias que la Consejería que ella dirige reconsidere y modifique, después de más de treinta años, el sistema de acceso de visitantes al monte de Muniellos, así como la información que se ofrece a éstos, y que para ello encargue el estudio técnico pertinente y entable un dialogo con los agentes sociales implicados (ayuntamientos, asociaciones, vecinos, centro de desarrollo rural, empresarios, etc.) con el fin de conocer sus opiniones y aspiraciones en relación con este asunto.

El monte de Muniellos es desde el siglo XVIII un bosque muy conocido y su fama ha atraído a numerosos naturalistas, industriales, ingenieros y turistas al concejo de Cangas del Narcea. Es, sin duda, uno de los símbolos de la naturaleza asturiana y, por tanto, uno de los principales recursos turísticos con que cuentan los concejos de Cangas del Narcea e Ibias.

Como «sociedad de amantes del país», nadie está más interesado que el Tous pa Tous en conservar este monte, en protegerlo de amenazas (furtivismo, fuego, masificación de visitantes) y en preservarlo como una reserva natural para las generaciones futuras.

Hace más de treinta años que solo se permite el acceso al monte a veinte personas al día. En todo este tiempo el estado del monte ha cambiado y se ha regenerado considerablemente, en especial si tenemos en cuenta que desde 1973 no se ha vuelto a talar un árbol en su interior.

Igual que el bosque, en estos últimos treinta años, la sociedad y la actividad económica de Cangas del Narcea e Ibias también han cambiado mucho: la minería ha quedado reducida al mínimo; la pérdida de población no cesa año tras año; el turismo, antes inexistente, se ha convertido en un medio de vida para bastantes familias; la declaración hace diez años del Parque Natural de Fuentes del Narcea provocó unas expectativas que no se han cumplido; se ha construido un Parador Nacional en el monasterio de Corias, aunque nadie sabe cuando abrirá sus puertas, y la actual crisis económica está agravando aún más las cosas en un territorio que ya lo tenía difícil.

A la vista de los cambios mencionados y después de haber transcurrido más de treinta años, creemos que ha llegado el momento de reflexionar sobre el sistema de visitas y entradas al monte de Muniellos, y de estudiar un posible cambio que, sin perjuicio del monte, favorezca la actividad turística de la población local.

Existe una demanda por parte de los propietarios de casas, hoteles y apartamentos rurales, y en general por todo el sector que vive de la hostelería y del turismo, para que se permita la entrada a más personas en el monte de Muniellos, y existe, también, una queja continua por parte de los turistas debido a las restricciones para entrar en él. El número de turistas que llega al concejo de Cangas del Narcea es pequeño, alrededor de diez mil personas al año, y, por supuesto, muchos quieren entrar en Muniellos.

Muniellos, como ya dijimos, es el símbolo de una determinada naturaleza y de un territorio, y la mecánica del turismo es acudir a esos lugares emblemáticos, que son los que las administraciones públicas «venden» u ofrecen para atraer la presencia de turistas. Es decir, que aunque el Parque Natural de Fuentes del Narcea sea muy extenso y tenga muchos lugares hermosos, la mayoría de las personas que visitan Cangas del Narcea quieren ver y pisar Muniellos. Esto no significa que estas personas tengan que internarse en lo más profundo del monte, ni que vayan a realizar una larga y fatigosa caminata por él. Eso es otra cosa. Lo que quieren es «tocar» el monte de Muniellos.

Por todo ello, el Tous pa Tous considera que la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos debe revisar el actual modelo de acceso al monte de Muniellos y sus medios de difusión. Según nuestro parecer, debería permitirse la entrada a más personas durante los meses y épocas de vacaciones, pues todos sabemos que en los meses de invierno las visitas son muy escasas e incluso algunos días no hay ningún visitante. Asimismo, debería valorarse la posibilidad de autorizar una entrada especial al lugar de Tablizas para que un número mayor de visitantes pudiese recorrer un espacio acotado y durante un tiempo determinado; esto permitiría, por ejemplo, a escolares, personas mayores y familias con niños andar uno o dos kilómetros junto al río por ese lugar de entrada al monte, pero dentro de él.

Pensamos que el monte de Muniellos debería contar con un servicio de visitas guiadas más completo que el que existe en la actualidad, que abarcase todas las situaciones, o sea tanto la visita de largo recorrido, como las visitas cortas al entorno de Tablizas. Los guías tendrían la misión de acompañar a los excursionistas en sus recorridos, explicándoles todo lo que van a observar: árboles, plantas, huellas de animales, paisaje, antigua actividad humana, etc. y también de ayudar, controlar y educar en el respeto a la naturaleza. Con este servicio de pago se crearían puestos de trabajo para jóvenes, que bien los necesita la zona. También debería fomentarse algún medio de transporte para grupos que una el pueblo de Moal con la entrada al monte.

En definitiva, nuestra propuesta pretende favorecer el desarrollo económico de los concejos de Cangas del Narcea e Ibias, y el mejor conocimiento del monte de Muniellos y la naturaleza, así como su conservación para las generaciones venideras.

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Cuevas en Cangas del Narcea, 1. El descubrimiento de una cueva en L.larón / Larón en 1786

A Manolín de casa El Xastre de La Viliel.la y a José de casa Montero de L.larón, los dos emigrantes en Madrid, para que investiguen sobre esta cueva.

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Detalle de la hoja 100 del mapa 1:50000 del Instituto Geográfico y Catastral de 1951 en el que aparece el ‘Camino de la Vega de la Casa’ que unía el pueblo de Larón con su braña.

El concejo de Cangas del Narcea tiene un patrimonio natural muy rico, que en muchos casos sigue siendo un desconocido para vecinos y forasteros. Si esto sucede con parajes que están en la superficie, qué diremos de los que se esconden en las profundidades de la tierra. Nunca se ha favorecido la visita a las cuevas de Sequeras, situada en terrenos de Xedré, y Campoaviao, en el Pueblo de Rengos, descritas en 1785 y 1928, respectivamente. En 1928, el médico Florentino Molás Basanta ya se lamentaba en un artículo dedicado a la cueva de Campoaviao, que «si Cangas constituyese parte de algún Estado extranjero […] las grutas de Sequeras y Campoaviao eran conocidas de todos y por todos admiradas. Con mucho menos motivo he visto en Suiza anunciar en todos los hoteles y estaciones de ferrocarril: picos, desfiladeros, vertientes, que a cualquiera que haya recorrido este concejo le defraudan y se da uno cuenta de que en el turismo, la palanca principal está en una buena y bien llevada propaganda» (La Maniega, nº 17, diciembre de 1928, pág. 6).

En el Tous pa Tous vamos a refrescar la memoria de los cangueses volviendo a publicar las descripciones de estas dos cuevas, que escribieron personas que penetraron en ellas y las exploraron. Vamos a iniciar esta serie dedicada a las cuevas canguesas con una gruta más desconocida, situada en términos del pueblo de L.larón / Larón, y que es probable que haya desaparecido con la explotación de la cantera de este lugar que se llevó a cabo en la segunda mitad del siglo XX. Las tres cuevas mencionadas están muy próximas y en la misma área geológica, dominada por las calizas cámbricas o mármol blanco de Rengos.

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El 1 de agosto de 1786 se publicaba en la Gaceta de Madrid, en las páginas 502 y 503, una noticia que daba cuenta del descubrimiento de una cueva en términos del pueblo de Larón (Cangas del Narcea), en el «paraje llamado la Vega de la Casa» que está junto al camino que conduce a la braña de este pueblo.

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Fachada principal de La Casita de El Príncipe, en el Real Sitio de El Pardo, Madrid.

La cueva apareció cuando se explotaba una cantera de mármol con destino a un pabellón que los Príncipes de Asturias, los futuros reyes Carlos IV y María Luisa de Parma, estaban construyendo en el Real Sitio de El Pardo, en la provincia de Madrid. El proyecto era del arquitecto Juan de Villanueva. La obra se inició en 1784 y concluyó en 1788, y es la conocida como Casita del Príncipe.

Detrás del empleo de materiales procedentes del concejo de Cangas del Narcea para obras propiciadas por la casa real estaba el conde de Toreno, Joaquín José Queipo de Llano (1728 – 1805), que desde años atrás estaba empeñado en descubrir las riquezas minerales de Asturias y en darlas a conocer en Madrid, para que su explotación se convirtiera en un medio de riqueza para los habitantes de esta tierra. Las minas y canteras que localizó durante muchos años de trabajo y esfuerzo las publicó en sus Discursos pronunciados en la Real Sociedad de Oviedo en los años de 1781 y 1783 (Madrid, 1785)*.

La cueva que apareció en la cantera de Larón tenía 22 metros de largo y 10 de ancho, y su altura era de cuatro metros y en algunos trechos de hasta más de seis metros. Lo que impresionó a sus descubridores y al conde de Toreno no fue su tamaño, sino sus materiales, sus cristalizaciones, sus extraños dibujos… pero, lo mejor, es que los lectores de la web del Tous pa Tous conozcan por el mismo conde de Toreno lo que él vio en esa cueva aquel martes 11 de julio de 1786:

Cangas de Tineo, en Asturias, 15 de julio de 1786

El Conde de Toreno, Alférez mayor de este Principado, ha hecho la siguiente descripción de una cueva descubierta el 11 del corriente rompiendo una cantera de mármol blanco (de la cual se está sacando el necesario para adornos de la casa que el Príncipe nuestro Señor ha mandado construir en el Real Sitio del Pardo) y sita en términos del lugar de Larón, en el paraje llamado la Vega de la Casa, en este concejo.

«Tiene esta cueva 78 pies [22 m] de largo y 37 [10 m] de ancho, siendo muy sólido y llano el pavimento. De este a la bóveda (semejante a una media naranja) habrá a trechos hasta 5 varas [4 m], y en otros más de 7 [6 m]. Rodéanla 11 columnas o pilares como de cristal, que forman un medio círculo, las cuales separadas entre sí a algunas distancias, y a 3 pies [83 cm] de las paredes, sostienen el techo, como si se hubiesen colocado artificialmente. Su materia es agua congelada. Estas cristalizaciones figuran diferentes y extraños dibujos tan petrificados y duros que admiten pulimento. La media naranja, que sirve de cubierta, iguala en blancura a la nieve, dividiéndose en diversos rollos o pelotones a manera de nubes que parecen espuma o nata de leche. Las paredes y toda la circunferencia son de mármol blanco finísimo; y habiendo quedado muy clara la gruta con la luz que la entra por el boquerón, representa una sala teatral de hermosa y agradable perspectiva. Podrían pulimentarse muchos trozos así de la cubierta como de los pilares. Llegando al fin de la cueva se halla cerrada por todas partes con la misma cantera de mármol, la cual es abundantísima y casi inagotable.»

 

*Descarga los discursos del Conde Toreno:

Mochileros: Bosque de Muniellos

Mochileros es el programa de aventura y turismo activo de la Televisión del Principado de Asturias, TPA. Con un novedoso formato de docu-reality pretende hacer hincapié en las actividades deportivas que se pueden desarrollar en Asturias. En este capítulo el equipo de Mochileros visita nuestro concejo para recorrer el Bosque de Muniellos de Cangas del Narcea.