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Nuestras «Huellas mineras», desde México para el mundo

Como la mayoría ya sabéis «Huellas mineras: Patrimonio industrial de Cangas del Narcea», primer documental escrito y dirigido por el cineasta cangués Benito Sierra González que ha contado con la colaboración del «TOUS PA TOUS. Sociedad Canguesa de Amantes del País», muestra al espectador los vestigios del patrimonio industrial y las huellas de la actividad minera de Cangas del Narcea. Fue estrenado en septiembre de 2022 en el Teatro Toreno de Cangas del Narcea, y un año después, su proyección formó parte de la VI Muestra Internacional de Cine sobre Patrimonio Industrial y Paisajes Culturales, en el «Incuna Int Film Fest 2023» de Gijón (Asturias).

Ahora, este inédito film que retrata los restos de la minería de Cangas del Narcea desde un punto de vista cinematográfico será emitido por el Canal 22 de México, una televisión pública que difunde e impulsa las mejores expresiones artísticas y culturales de México y el mundo, basada en el fomento de valores como la inclusión, la pluralidad y la visión crítica. Esta plataforma transmite la cultura entendida desde una visión amplia, que incluye diversas formas y manifestaciones, a través del cine, series, documentales, ciencia, historia, música, gastronomía, humor, noticias, debate y programación infantil; además de producciones propias y series emblemáticas de la más alta calidad y temáticas variadas.

Este canal cultural mexicano cuenta con tres señales:

  1. Canal 22.1, que se transmite por televisión abierta en la Ciudad de México y su Área Metropolitana, y a través de 25 repetidores al resto del país, además de a todo el territorio por sistemas de televisión de pago.
  2. Canal 22.2, que se transmite por televisión abierta en la Ciudad de México y su Área Metropolitana, y a través de sistemas de televisión de pago en todo el territorio nacional.
  3. Señal Internacional que llega a todo el territorio de Estados Unidos a través de los diferentes sistemas de televisión de pago.

Para Canal 22 uno de los objetivos es llegar a nuevas audiencias sociales con diversos perfiles y hábitos de consumo; por eso uno de los retos es complementar los contenidos en pantalla a través de la fuerza e impacto de las plataformas digitales. Por ello también se puede visualizar vía streaming en la página de la institución: www.canal22.org.mx. En su canal de YouTube se encuentra disponible programación propia para ser vista en cualquier horario y dispositivo, además de contenidos extendidos y exclusivos que solo pueden ser disfrutados en esta plataforma. Coberturas en tiempo real en X (Twitter)Facebook live de eventos especiales y programación propia, dinámicas en Instagram, atiendendo de esta manera las nuevas necesidades digitales y la demanda de su audiencia que en redes sociales asciende a 3 millones de suscriptores.

La emisión está programada para el domingo 13 de octubre de 2024 a las 18:00h. Aquí os dejamos la “promo” de Huellas Mineras para Canal 22 México que de esta manera estrena una nueva sección titulada DESDE OTRAS LATITUDES con el documental «Huellas mineras: Patrimonio industrial de Cangas del Narcea».



 

 

 

 

 

Tráiler oficial del documental «Memoria de los nuestros»

El productor audiovisual Benito Sierra (Cangas del Narcea, 1976) estrenará este segundo documental sobre la minería en Cangas del Narcea (Asturias) en el primer trimestre de 2024. Tras el éxito cosechado por «Huellas mineras» este nuevo trabajo, que complementa al anterior, recoge testimonios de los trabajadores de la primera época de la minería canguesa. Son personas que desde muy jóvenes «venían de trabajar en las vides y en la ganadería, e iban a buscarse la vida a la mina».

Este tráiler oficial fue presentado en el Teatro Toreno de Cangas del Narcea el pasado 2 de diciembre de 2023. Al igual que «Huellas mineras: Patrimonio Industrial en Cangas del Narcea» este reportaje cuenta con la colaboración del «TOUS PA TOUS. Sociedad Canguesa de Amantes del País».



 

«Huellas mineras: Patrimonio Industrial en Cangas del Narcea»

«Huellas mineras» es un documental escrito y dirigido por Benito Sierra y que ha contado con la colaboración del «TOUS PA TOUS. Sociedad Canguesa de Amantes del País», que muestra al espectador los vestigios del patrimonio industrial y las huellas de la actividad minera de Cangas del Narcea.

Este primer largometraje del cineasta Benito Sierra González, se estrenó en septiembre de 2022 en el Teatro Toreno de su localidad natal, Cangas del Narcea, y un año después, su proyección formó parte de la VI Muestra Internacional de Cine sobre Patrimonio Industrial y Paisajes Culturales, en el «Incuna Int Film Fest 2023» de Gijón (Asturias).

El cangués ha querido retratar en este inédito film «los restos de la minería de Cangas del Narcea desde un punto de vista cinematográfico» y para ello se adentra desde finales de 2018 en las entrañas de esta industria…



Más información: Huellas mineras: Patrimonio Industrial en Cangas del Narcea (Próximo estreno)


 

El libro “La minería del carbón en Cangas del Narcea” de Enrique RG Santolaya

El ingeniero técnico de minas de la extinguida empresa CARBONAR, Enrique Rodríguez García (Enrique RG Santolaya), es el autor de este libro editado conjuntamente por el «TOUS PA TOUS. Sociedad Canguesa de Amantes del País» y la Librería Treito de Cangas del Narcea.

CARBONAR tenía su yacimiento en Vega de Rengos y las oficinas centrales de la empresa se localizaban en Oviedo. Este yacimiento de antracita fue el último en cerrar en el concejo asturiano de Cangas del Narcea.

Con esta publicación completamos todo un conjunto de material gráfico y audiovisual, así como incorporamos a nuestra biblioteca el libro en formato digital. Todo ello queda recopilado en el apartado de Memoria canguesa, sección Minería de esta página web, dejando constancia para el futuro de lo que fue la industria que hasta hace muy poco movía nuestra comarca.

En el siguiente vídeo recogemos la presentación de la publicación por parte de su autor. Un libro técnico, en el que hablan datos tecnológicos, económicos y estadísticos de la minería del carbón en la comarca canguesa, bien hilvanados y elaborados. La grabación se realizó el 26 de febrero de 2021, en la sala TOUS PA TOUS de la Casa de Cultura “Palacio de Omaña” de Cangas del Narcea, contando para ello con la colaboración de Benito Sierra González (BSG•MEDIA).



A continuación, y tras el éxito de su primera edición totalmente agotada, publicamos el libro “La minería del carbón en Cangas del Narcea” para su consulta y descarga en formato pdf:


 

Huellas mineras: Patrimonio Industrial en Cangas del Narcea (Próximo estreno)

El Teatro Toreno acogerá el viernes 30 de septiembre la proyección de “Huellas mineras: Patrimonio Industrial en Cangas del Narcea”, un documental escrito y dirigido por Benito Sierra y que ha contado con la colaboración del «TOUS PA TOUS. Sociedad Canguesa de Amantes del País».

La cita será a las 20:00 horas, dentro de la programación cultural de septiembre’22 en Cangas del Narcea.


Enrique Rodríguez García de Santa Eulalia de Cueras es el autor del libro La minería del carbón en Cangas del Narcea publicado en 2022 por «TOUS PA TOUS. Sociedad Canguesa de Amantes del País» y sobre este extraordinario trabajo de Benito Sierra ha escrito lo siguiente:

RESPECTO AL DOCUMENTAL, por Enrique R.G. Santolaya

 

Cartel promocional del documental de Benito Sierra ‘Huellas mineras: Patrimonio Industrial en Cangas del Narcea’

HUELLAS MINERAS de Benito Sierra es un documental que nos descubre pequeñas señales de nuestro pasado minero en Cangas del Narcea. Rastros que quedaron impregnados en el campo, en las laderas y en los valles de nuestras montañas tras el cierre de las explotaciones mineras.

Estas zonas, en la actualidad, pasan totalmente desapercibidas y Benito Sierra con su documental intenta parar el tiempo para obligarnos a recordar, no sin cierta melancolía, donde estaban ubicadas las minas de carbón que rodeaban la villa de Cangas.

Este documental traerá innumerables recuerdos sobre todo a los que allí estuvieron trabajando durante un importante periodo de su vida.  Reminiscencias de una época de esfuerzo, compañerismo, satisfacciones y, posiblemente también, momentos difíciles. Seguro es que no dejará indiferente a nadie y al visualizarlo a todos ellos arrancará más de un sentimiento.

También llamará la atención de todos los cangueses que no vivieron en primera persona esta etapa del desarrollo industrial de nuestro concejo pues, además de dar a conocer el periodo minero de la comarca, muestra magistralmente la belleza del extraordinario paisaje que tenemos en este territorio. Benito lo consigue de manera sensacional, dando tiempo a las imágenes y amplificando hasta el más mínimo detalle de cada zona.

Se distinguen los juguetes rotos de la minería, pero también se ven pequeños regueros y detalles naturales que por sí mismos ensalzan este documental que cuenta con música original del Estudio de Sonido Gonzalo Ferreiro y la locución de una voz bastante familiar en Cangas como es la de José Luis Rodríguez Mera.

Debido a que ya queda muy poca arqueología industrial minera en esta zona no fue un trabajo sencillo para Benito Sierra, no obstante, con su empeño y maestría profesional ha conseguido que el espectador pueda ver o en algunos casos intuir las particularidades que ocultan o esconden estos suelos.

Para concluir, cuando estemos viendo el documental, debemos tener presente que en todos esos lugares filmados se desarrolló una industria minera muy potente, estaban rodeados de vida e incesante actividad y por entonces cambiaron la economía de todo el concejo de Cangas del Narcea. Como ejemplo, zonas como la de Rengos, que en el documental solo puede recuperar apenas un agujero en el terreno, un edificio roto o un casco olvidado, en los momentos de esplendor había dos mil personas trabajando diariamente y pueblos como Posada tenían dos carnicerías, varios bares, farmacia y dos sucursales bancarias. Esto es tan solo una pequeña muestra del desarrollo económico que la minería propició a la zona.

Al final, la minería se fue acabando poco a poco, de forma muy discreta se fueron apagando las voces y los sonidos de las montañas, y aquellas imágenes de la actividad minera se fueron difuminando con el paisaje hasta desaparecer del todo.

Benito a través de este documental busca por valles y regueros cualquier mínimo rastro que nos ayudará a rememorar esta minería canguesa consiguiendo, como dije anteriormente, mantenerla para la memoria histórica del concejo y destacar nuestro paraíso natural.


El puente de Julio

Este texto fue leído en la presentación del libro «La minería del carbón en Cangas del Narcea», de Enrique Rodríguez García, el sábado 7 de mayo de 2022, durante la II Feria del Libro de Cangas del Narcea.

Alfonso López Alfonso, Enrique Rodríguez García, autor de la publicación, y Cristobal Ruitiña en la presentación del libro “La minería del carbón en Cangas del Narcea”.

Si la envidia sana existe creo que es legítimo admitir que siento una profunda envidia de Enrique Rodríguez García. Y quizá, claro, la envidia sana no exista.

Moncóu, de donde yo procedo, dentro del Río Rengos, es un lugar centenario, milenario quizá, en el que desde los años cincuenta del siglo XX los cambios fundamentales se produjeron en torno a la mina. Mineros eran muchos de los hombres del pueblo que pertenecían a la generación de mi abuelo Valeriano, nacidos en torno a la década de 1910, y mineros eran todos los de la generación de mi padre, nacidos en los años de la Guerra Civil o en la inmediata posguerra. Eran lo que se conoce en la bibliografía del centro de Asturias, donde el tema está más estudiado, como mineros mixtos, es decir, que compatibilizaban su labor en el mundo sumergido con el cuidado de la casa y el ganado. Mineros fueron también todos los hombres del pueblo de la edad de mis hermanos mayores. Mineros fueron, por tanto, mi padre, mis hermanos y mis cuñados. Por el contrario, las únicas minas que yo conozco son aquellas visitadas como elementos esencialmente lúdicos, como el pozo San Luis, por ejemplo, en el valle de Samuño, muy próximo a Ciaño, en Langreo. Y sin embargo no sabría explicarme sin la mina. Desde la cuna me hizo la mina ser quien soy y me dio buena parte de la formación que tengo, puesto que pasé diez años en el Orfanato de Mineros Asturianos (después FUNDOMA) en la suave ladera de Fitoria, próxima al monte Naranco de Oviedo. Luego fueron las becas proporcionadas por los Fondos Mineros las que me permitieron en buena medida seguir estudiando cuando llegué a la Universidad. Siendo el origen de mi mundo ese entorno y teniendo cierta vocación de escritor –aunque sea de escritor fracasado, que siempre tiene algo de glamur- es normal que sienta ahora cargo de conciencia por no haber sido yo quien dé forma al primer libro que se ha hecho sobre la minería en nuestro concejo. Pero qué le vamos a hacer, otro con más experiencia directa sobre la mina e infinitamente más conocimientos de los que yo tengo sobre el asunto se ha encargado de poner la primera piedra en nuestra bibliografía minera. Esperemos que no sea la última en este mundo declinante de la minería y la demografía canguesas.

El libro de Enrique es técnico, es uno de esos libros en los que hablan los datos, bien hilvanados y elaborados. Uno de esos libros necesarios para que vengamos después quienes tenemos alma de poetas a construir nuestros inútiles discursos subiéndonos a sus hombros. La sentimentalidad ha de crecer sobre un terreno previamente abonado; no se puede hacer pan si no sembramos primero el trigo. Es un libro técnico, como digo, pero con algunos detalles que lo harán emocionalmente perdurable porque está escrito contra el olvido. Nos dice Enrique que “si pudiéramos sacar de las profundidades de las montañas la estructura de una mina de Rengos, y ponerla encima de la tierra, veríamos una inmensa obra de ingeniería, hecha por mineros con muchos años de preparación, que hicieron un trabajo muy especializado”. Enrique fue ingeniero técnico en la empresa CARBONAR y hace valer su mundo. No cabe duda de que la mina ha sido una parte fundamental de su existencia, pero al mismo tiempo hay en el libro detalles que conmueven por su calidad humana y por la verdad acerca de la minería que, quizá de forma inconsciente, entrañan. Orgulloso de su oficio, durante la preparación del libro Enrique llevó a sus hijos de excursión a visitar las antiguas explotaciones mineras del Río de Rengos, a intentar que contemplaran, y son sus palabras, aquellos trabajos y aquellas estructuras que se desarrollaron “enterradas a varios cientos de metros de profundidad en el interior de la montaña”, pero que una vez que se cierran las minas “queda todo inundado, no pudiendo preservar para el futuro todas estas labores que se construyeron durante tantos años de explotación”. Y añade: “Si a un profano hoy lo llevamos a visitar la zona de las minas cerradas de Antracitas de Gillón y le intentamos explicar lo que ocurrió allí durante tantos años no lo entendería, sería difícil convencerlo de que en los tiempos de mayor actividad de esta mina había 1.150 personas trabajando diariamente en la zona, la mayoría bajo tierra. Además también le diríamos que había una flota importante de camiones transportando el carbón, tolvas, aseos, oficinas, vías de tren, kilómetros de túneles, centros de transformación eléctrica, etc.” Da la impresión de que, de forma implícita, Enrique también reconoce que la mina, en relación con su medio natural y humano, una vez que se acaban los beneficios económicos, deja el agujero y se va. Agujeros y estructuras que pueden ser bellos, como lo son Las Médulas, por ejemplo, obra de la minería aurífera romana, o como lo son los castilletes del centro de Asturias o las bocaminas de nuestro entorno, pero agujeros al fin y al cabo, cuyo recuerdo, y vuelvo a coger las palabras de Enrique, “se apaga con el último minero”. Y después viene la nada, como en esos poblados fantasma de los westerns, con el ulular del viento y el chirrido de los goznes de las puertas del saloom solitario, con esas plantas rodantes atravesando la ancha calle central de un pueblo sin asomo de vida, iconografía por excelencia de una melancolía que nos atañe a todos.

Vista aérea tomada en 1970 de Moncó (izda.) y San Martín de los Eiros (dcha.), este último hoy desaparecido.

De la mina abajo no hay trabajo, dice el adagio, y pocos trabajos habrá más hostiles y antinaturales que los realizados en las minas por testeros. El inframundo de Hades es un lugar poco apetecible, nada envidiable, aunque las prejubilaciones irrigadas desde Europa nos hayan hecho en ocasiones creer lo contrario. En ese sentido hay en el libro de Enrique una imagen fugaz que creo representa muy bien los sentimientos encontrados que puede generar la mina. Me refiero a la imagen del pueblo de Samartinu los Eiros, un cogollo de casas, hórreos y paneras que se veían desde Moncóu y que desapareció para siempre: la casa Galán, la de Cadenas, la de Murias, la de l’Aredera y tantas otras que ya no están. El pueblo fue enterrado por subsidencia minera, signifique eso lo que signifique. Ahora no se aprecian allí más que suaves cicatrices donde una vez estuvieron las casas. Cicatrices que nos recuerdan la inmediatez del olvido. Conozco a muchos de los que fueron habitantes de Samartinu y, cuando me tropiezo con ellos, con Toño el de Cadenas, por ejemplo, siempre les digo en broma que tienen algo de israelíes y a la vez de palestinos. Tienen algo de israelíes porque viven en la diáspora y algo de palestinos porque ya son un pueblo sin tierra. Tienen algo también de Orestes, pero sin Micenas a la que regresar; o de Ulises, pero sin Ítaca a la vista. Cuando ellos desaparezcan se irá con ellos el recuerdo de ese mundo en el que sus antepasados trataron de injertar una manera de amar la casa para que en días venideros la mantuviera en pie su estirpe. La mina, como a todos los demás del entorno, les dio mucho, pero en su caso también les arrancó la matriz condenándolos antes de tiempo al estéril olvido.

Siempre que hablo de Samartinu me acuerdo de mi vecino Julio, de casa Capicheiro, que tenía un proyecto entre delirante y poético para unir Moncóu con Samartinu, pueblos que están más o menos a la misma altura de la montaña, frente por frente, separados por el estrecho corredor del río Narcea. Cuando en Moncóu celebrábamos la fiesta se oía desde Samartinu, y viceversa, cuando ellos, si no recuerdo mal el 11 de septiembre, celebraban su fiesta, oíamos la música con mucha nitidez desde Moncóu. Julio, por aquellos días dorados de mi infancia proponía que había que hacer un puente para comunicar los dos pueblos. Él lo planteaba con seriedad y todos nos reíamos de su descabellada idea, pero hoy pienso que la idea de Julio entrañaba una metáfora de la existencia que los puentes representan muy bien por su capacidad para salvar distancias, para comunicar aquello que está separado. Nosotros les llamábamos a los de Samartinu “carneiros” y ellos a nosotros “fabas prietas”. Julio supo antes que nadie que todos pertenecíamos a la misma estirpe y que todos estábamos condenados a la misma desmemoria, solamente que unos antes que otros.

Decía el escritor Graham Greene que tener una infancia desgraciada era la mina de oro de cualquier escritor. Yo no soy de esos porque hay una multitud de detalles que convierten mi infancia en una Arcadia perdida. Entre esos detalles, sin duda, está el puente de Julio entre Moncóu y Samartinu.

Aide, la última minera de Rengos, tras recoger el libro firmado por Enrique R.G. Santolaya.

Aunque a mí la mina me ha hecho ser el que soy y forma parte de mi vida del mismo modo que lo forman las vacas, los castaños o la mole de piedra caliza que da nombre a mi pueblo, siempre me he sentido un poco raro en mi entorno y mi familia. Fui el primero y único de mis hermanos en nacer en un hospital (el de Oviedo) y eso hacía que de niño me tomaran el pelo diciéndome que yo no era de la familia, que me habían cambiado al nacer y que el verdadero hermano de mis hermanos andaría por esos mundos enfrentándose a la vida. En el fondo me habría gustado que aquella historia fuera cierta porque me daba esperanza. Me imaginaba la vida del “auténtico hermano” como algo envidiable, una vida repleta de aventuras que hacía parecer anecdóticas las novelas de Jack London. Yo era especial, procedía de otro entorno y algún día la familia de buhoneros o quien quiera que me hubiera perdido en aquel hospital, regresaría a por mí. Me sentía distinto y al mismo tiempo algo inferior al resto de mi familia porque, desde que tengo uso de razón, siempre quise alcanzar esa especie de normalidad legendaria que se respiraba en mi casa cuando las cosas iban por el cauce que les correspondía y podían controlarse. Esa normalidad que yo envidiaba la representaban mis hermanos, siendo capaces de continuar la tradición, trabajando en la mina y en el campo y manteniéndose alejados de los libros que, en mi caso, empezaron a atraerme desde que fui capaz de entender lo que decían. Ansiaba una familia ajena, pero en el fondo intentaba por todos los medios ganarme un lugar en la propia. Quería que unos buhoneros o quien fuera pasaran a buscarme únicamente porque deseaba que los míos me aceptaran como uno más. Sin ser consciente entonces, lo único que quería era formar parte de su mundo, ser capaz de trabajar con las manos, de defenderme en el campo y la mina. Quería entender lo que era una galería, qué significaba la palabra rampa, quería poder picar de resgao, dar la tira y postear; cabecear la madera, hacer llaves, poner un rachu, recuperar el hierro y otras cosas por el estilo, pero mucho me temo que a lo largo de la vida me he mostrado bastante torpe en las cosas realmente importantes, aquellas en las que se pone el corazón y se hacen con las manos. Desgraciadamente, lo único que yo sé hacer con las manos es golpear las letras de un teclado para formar con ellas palabras que a menudo salen desafinadas, incapaces de proporcionar consuelo porque no entienden del todo que realizar una alabanza épica de los mineros quizá sea una forma de mentir, porque los héroes no existen o sólo existen en las novelas, pero que al mismo tiempo, relegarlos a una realidad anodina y convencional como la que tenemos el resto de los mortales tampoco es contar la verdad del todo.



A LA VENTA EN LIBRERÍA TREITO DE CANGAS DEL NARCEA

“La minería del carbón en Cangas del Narcea”, de Enrique R.G. Santolaya, editado por el Tous pa Tous y la Librería Treito.

Presentación de lujo en la II Feria del Libro de Cangas del Narcea

“La minería del carbón en Cangas del Narcea”, de Enrique R.G. Santolaya, editado por el Tous pa Tous y la Librería Treito.

II Feria del Libro de Cangas del Narcea, en el Parque de ‘La Reguerala’.

El próximo sábado, 7 de mayo, a las 11:30h presentación del libro MINERÍA DEL CARBÓN EN LA ZONA DE CANGAS DEL NARCEA por Enrique Rodríguez García ‘Santolaya’ (Ingeniero Técnico de Minas e Ingeniero Técnico de Sondeos y Prospecciones).
El autor estará apadrinado en esta presentación por los escritores cangueses Cristobal Ruitiña (periodista y profesor universitario) y Alfonso López Alfonso (profesor de Historia y Máster en Historia y Análisis Sociocultural por la Universidad de Oviedo). Los tres son miembros de El Payar de la Sociedad Canguesa de Amantes del País «TOUS PA TOUS» que con la colaboración de la Librería Treito han sido las precursoras de que este libro haya visto la luz.

¡¡¡No os la perdáis!!!


Cierre de la última mina de carbón operativa en Cangas del Narcea

Cierre de la mina de CARNONAR, Vega de Rengos, Cangas del Narcea el 17 de febrero de 2020.

Vídeo del cierre de la última mina de Rengos, Cangas del Narcea, el 17 de febrero de 2020. Último recorrido por la mina de CARBONAR, en Vega de Rengos, para apagar las bombas de agua, dejando que se inunde la última mina de carbón operativa en la denominada Cuenca del Narcea. Además, observando el proceso de inundación se aprecia claramente como la tierra vuelve a exigir su espacio, enterrando la impresionante maquinaria que permitió a la minería de esta comarca alcanzar un nivel tecnológico y productivo equivalente a cualquier mina de interior del escenario mundial.



 

Entrevistas a mineros de Cangas del Narcea

Vídeos grabados en el año 2018.

Ante la última mina operativa en la cuenca del Narcea, CARBONAR, en Vega de Rengos, Cangas del Narcea, aunque desde el 23 de abril de ese mismo año en concurso de acreedores, Enrique R.G. (Santolaya) realiza una introducción a una serie de entrevistas que realiza a mineros de la comarca para dejar testimonio para la posteridad de lo que fue durante décadas el mundo del carbón en el suroccidente de Asturias y más concretamente en el concejo de Cangas del Narcea. Con ello deja constancia de cómo fue el trabajo minero y lo que la mina significaba para estos trabajadores de la zona.



 

Un día en la mina Carbonar, SA (Vega de Rengos, Cangas del Narcea)

Vídeo de un día de trabajo a 600 m. de profundidad debajo de las montañas de Rengos, Cangas del Narcea. Aquí se ven en pleno funcionamiento todos los sistemas mecanizados que la empresa Carbonar tenía en su mina. Estos mecanizados llevaron en su momento a esta empresa a ser competitiva con el carbón internacional.


 

Próximo libro y nueva sección en “Memoria Canguesa”: MINERÍA

MINERÍA DEL CARBÓN EN CANGAS DEL NARCEA

(por Enrique R.G. Santolaya)

 

Borrador portada del libro “Minería del carbón en la zona de Cangas del Narcea”

Después de los últimos acontecimientos de crisis y desequilibrios energéticos que se están produciendo en el escenario mundial de la energía, empezamos a ver incongruencias y decisiones de los gobiernos que en principio nos pueden parecer poco acertadas y muy anárquicas. Uno puede empezar a pensar que no estaban todas las variables estudiadas para dar un salto en el sector energético hacia la transición de fuentes renovables.

Esto demuestra una vez más que algo tan importante y fundamental como es el sector energético de una nación no se debe de desarrollar a impulsos de corto recorrido, por el contrario, se debe de diseñar y organizar a largo plazo y con una visión estratégica, teniendo en cuenta características propias del país y la situación geopolítica que lo rodea.

Debe afrontarse una transición hacia algo nuevo que esté bien diseñado y ofrezca resultados futuros como son las energías renovables, pero debe de ir acompañada de un engranaje técnico que permita que ese tránsito sea real y efectivo, sin alteraciones turbulentas por el camino.

Es importante ir hacia una transición energética limpia aprovechando todas las fuentes de energía renovable por varios motivos. El primero está claro, conseguir disminuir de forma considerable la contaminación ambiental, pero  añadido a este hay otras variables de la situación geográfica de España que indican claramente que debemos seguir esta senda, e incluso intentar encabezar la investigación de este tipo de energía.

Somos el país de Europa que más horas de sol tenemos, en viento no nos quedamos cortos y en situación estratégica estamos bien comunicados con un gran mercado como es el europeo.

Además podemos ser preferentes para trasladar esta tecnología hacia los mercados de nuestros hermanos americanos. Digo hermanos, pues aunque la leyenda negra  se empeñe en enfrentarnos, nuestras raíces comunes  con América solo las separa una pequeña piscina que es el Atlántico.

Dicho todo lo anterior, empieza a parecer precipitado como España está afrontando este paso, intentando eliminar de un plumazo la energía propia que teníamos y se aventura sin paracaídas hacia este nuevo escenario de energía renovable.

¿No sería más interesante mantener nuestras centrales térmicas y nucleares que ya estaban amortizadas en producción, hasta que la nueva energía esté desarrollada del todo y pueda garantizar claramente la sustitución de la vieja tecnología contaminante? Esto parece ser la decisión más lógica, sin embargo no es lo que se está haciendo dejándonos caer en una dependencia externa que nos lleva al caos de precios actuales.

Me traslado al sabio consejo que daban nuestros mayores a sus hijos que decía, nunca dejes lo que ya te da de comer hasta que no tengas claro y dé resultados el nuevo proyecto que empiezas.

Y dicho lo anterior, desde el Tous pa Tous nos vemos en la obligación de contar la historia y la contribución que nuestra comarca tuvo durante el final del siglo XX y principios del XXI con la energía fósil del carbón. Tampoco queremos olvidar que esta minería representó el mayor revulsivo económico y social que tuvo esta zona. Fue realmente la revolución industrial tardía que cambió la forma de vida de Cangas del Narcea.

En la actualidad, en nuestra comarca, el desarrollo de la minería del carbón tiene escrito su punto final y por eso, es justo y conveniente recopilar datos técnicos, humanos y gráficos como testimonio y visión para el futuro de nuestra historia minera.

Me ha tocado por cercanía a este proceso minero, buscar y recopilar todo este material gráfico y escrito para dejar constancia de cómo eran nuestras minas, como se desarrollaban y que repercusión económica tenían en esta comarca.

Desde la Sociedad Canguesa de Amantes del País, Tous pa Tous, estamos en proceso de maquetación de todo un conjunto de material gráfico y audiovisual, así como un libro que nos permitirá dejar constancia  para el futuro de cómo fue esta minería. Todo ello quedará recopilado en esta página web dentro del apartado de MEMORIA CANGUESA en una nueva sección que inauguramos hoy  bajo el título MINERÍA.

Aide, la última minera de Rengos.

Hemos recopilado cientos de fotografías que ilustran la mina viva en el valle de Rengos y sus zonas de trabajo, así como minería antigua y moderna, otras minas de la comarca, etc. Mostraremos un audiovisual de un día de trabajo a 600 m. de profundidad, en las entrañas de los montes de Rengos donde se podrán visualizar en pleno funcionamiento todos los sistemas mecanizados de los que la empresa Carbonar disponía en su mina y que le llevaron a ser competitiva con el carbón de importación. Varias entrevistas con mineros de la zona dejarán constancia de lo duro y sacrificado que era el trabajo minero y lo que la mina representaba para estos trabajadores. Con otro vídeo documentaremos el cierre de la última mina de Rengos. Será el último recorrido por la mina de Carbonar para apagar las bombas de agua de la última mina operativa en la comarca del Narcea, dejando que se inunde. Además se podrá ver todo el sistema mecanizado en proceso de inundación, pudiendo observar claramente como la tierra vuelve a exigir su espacio enterrando esta impresionante maquinaria, que como ya he comentado, permitió a la cuenca de Rengos competir con el carbón de importación, estando a un nivel tecnológico y productivo equivalente a cualquier mina de interior del escenario mundial.

Boto, picador en La Matiella vieja

Por último, ha sido enviado para edición e impresión el libro “MINERÍA DEL CARBÓN EN CANGAS DEL NARCEA” que presentaremos próximamente en formato impreso y electrónico.  Este libro contiene datos técnicos, económicos y estadísticos de la minería del carbón en la comarca canguesa. Además, explica la forma de trabajar de los audaces mineros para dominar las dificultades y las presiones que las montañas de Rengos infringían, pues la tierra siempre se opone a que le quiten sus tesoros. Todo ello va a acompañado de diversas fotografías, que confío traerán multitud de recuerdos a los mineros que participaron en este tipo de industria. También considero que todos estos datos y material gráfico despertará el interés de todas aquellas personas que sin haber sido mineros, por proximidad o curiosidad alguna vez han sentido interés en conocer cómo se desarrollaba esta actividad económica del sector primario en cuanto a la extracción de minerales se refiere, y del sector energético si hacemos referencia a la extracción de combustibles fósiles.

En definitiva, con todo este trabajo de recopilación, revisión y edición, intentaré sacarles la mina fuera de la tierra para que la vean y puedan comprender como fue la industria que hasta hace muy poco movía nuestra comarca.

RECOPILACIÓN COMPLETA:


“Videofotos Mineras” Cangas del Narcea

Este audiovisual se compone de 380 fotografías mineras de la zona de Rengos en Cangas del Narcea, que reflejan la mina viva, sus zonas de trabajo; minería antigua y moderna; otras minas cercanas a Rengos, y más…

 

 

Cangas del Narcea, ¿Hay futuro después de la minería del carbón?

El concejo de Cangas del Narcea, claramente ha dependido de la minería del carbón hasta el año 2018, que cierra o está cerrando la última mina que quedaba en la zona.
La presión minera nunca dejó de actuar, los mineros siempre tuvieron a orgullo, estar muy unidos presentando una batalla constante por la permanencia de sus puestos de trabajo; pero al final esta batalla se empezó a perder, dejando estas comarcas huérfanas de muchas décadas de prosperidad, gracias a esta minería.

Mineros de Cangas, manifestándose en Madrid

Muchas generaciones del concejo, pudieron hacerse un futuro en la zona, gracias a esta industria que daba buenos sueldos, además también movía de forma directa o indirecta los demás sectores productivos, la construcción, la ganadería, talleres, servicios, transportes, etc…

Esto se acabó y la pregunta inmediata que se plantea es ¿después de la minería, que se puede hacer para que este concejo, deje de sangrar población y pueda invertir el proceso generando nuevas estructuras productivas que fijen gente joven en la zona? Si no es así pronto pasaremos a pertenecer al selecto grupo de zonas denominadas, como la España vacía.

Extracto del artículo publicado en el periódico la Nueva España en el año 1995

Hace 25 años, el domingo 19 de marzo de 1995 salía una noticia en el periódico La Nueva España, que publicaba un estudio de la Comision Europea donde trataba el futuro de las regiones del Arco Atlántico; en este estudio se situaba a Asturias como una de las dos comunidades, junto con el Ulster (Irlanda del Norte), que aglutinaban todas las desventajas para poder iniciar una recuperación económica.
Vaticinaba que la base económica de la región se desintegraría, añadía que en la década de los noventa los tres sectores principales de la región perderían 30.000 puestos de trabajo. En el medio rural habría una disminución de 10.000 empleos a medio plazo, esta disminución de empleos se producen por la elevada edad de esta población rural, situándose la mayoría por encima de los cincuenta años y sin relevo generacional. A este proceso de reducción de puestos de trabajo se estimaba que contribuirían todos los sectores industriales: minería, siderurgia, pesca, fábrica de armas, ferrocarriles, astilleros, etc. La agricultura, refugio natural cuando la industria está en crisis, se preveía que no podría absorber parte de este desempleo al estar también en crisis. Sigue el estudio desarrollando previsiones sobre el sector del turismo, que lo mostraba como insignificante para poder corregir este declive.

Mapa indicativo, que preveé ya en el año 1995 que la zona del suroccidente de Asturias, esté fuera de las zonas a desarrollar

También nos comparaba este estudio con el País Vasco y los cántabros, añadiendo que a los asturianos se les presentaba un panorama gravemente oscuro, mientras que en el País Vasco este futuro se presentaba con más optimismo, ya que tenía otras variables que lo hacían ser más competitivo, como el estar geográficamente cercano al centro de desarrollo nacional y europeo, tener un tejido industrial regenerado desde los años ochenta, con el aprovechamiento y potenciación de su red de pequeñas y medianas empresas, a las que había dotado de instrumentos de investigación y desarrollo (I+D). Cantabria por puras condiciones de proximidad, se consideraba que se beneficiaria del empujón vasco.

Al final para Asturias el estudio concluía con un tono totalmente apocalíptico diciendo que la base económica de la región simplemente se desintegraría.

Bien, pues 25 años después de la publicación de este estudio de la Comisión Europea, podemos ver como se cumplió al pie de la letra. Centrándome en el occidente asturiano, que es el motivo de este artículo, se puede decir que ya no hay ninguna industria fuerte o significativa en la zona. Todos los demás sectores están en declive y en un acelerado retroceso. El turismo despunta un poco, pero sin capacidad de absorber y corregir este declive.

De seguir este proceso regresivo, el occidente de Asturias se convertirá en una franja de desierto despoblado equivalente al que fue denominado como desierto del Duero en el siglo VIII, en plena reconquista.

Para que esta imparable decadencia se detenga y empiece a girar en sentido positivo, parece que como mínimo tiene que ocurrir un milagro y la impresión que tengo es que el milagro tiene que nacer aquí, nadie va a venir, en principio, a poner una o varias empresas en esta zona apartada.

Desde aquí tiene que nacer una o varias fórmulas que ofrezcan algo tangible, algo real al mundo que nos rodea. Me explico, soy de la vieja opinión que hay que producir algo que se pueda vender dentro y fuera de la zona, hay que ofrecer algo físico que le interese a alguien y nos lo compre (carne, vino, paisaje, comida, pellets de madera, botas de montaña, etc). Solo con internet y con redes sociales no es posible generar riqueza en estas zonas. Estas tecnologías están muy bien para comunicarnos y para vender y comerciar con los productos que podamos ofrecer, pero nada más; que yo sepa hasta el día de hoy los mensajes del Whatsapp no se comen.

Programa televisivo, Espejo Público, confirmando que un estudio de la UE valora la carne de Ternera Asturiana como la mejor del continente europeo

Vacas por las vegas de Cibea

Entonces por donde podíamos empezar para intentar dar un giro a la zona, pues empezaré fijándome en un dicho técnico que dice: si quieres desarrollar algo empieza mirando lo que ya tienes y si aún funciona, mejóralo y después de esto busca y añádele otras fórmulas nuevas.
Basándome en este principio empezaré a fijarme en lo que ya funciona y aún tenemos para mejorarlo y afianzarlo en el futuro. Para esto me traslado a una noticia que se daba el 25 de Septiembre del año 2019 en el programa Espejo Público que presenta Susana Griso. Esta noticia se emitió en directo durante diez minutos en horario de máxima audiencia. La noticia confirmaba que un estudio cofinanciado por la UE, indicaba que la carne de ternera asturiana es la mejor del continente Europeo. Repito esta carne es según este estudio la mejor de todo un continente, por su calidad, por su terneza por la ausencia de grasa y por la forma de producirla en estabulación libre, convirtiéndola en un producto además sostenible y ecológico ya que estas vacas pastan libres por nuestros montes y pastizales y no están concentradas en macroestabulaciones a base de piensos compuestos. Después de esto “Ternera Asturiana” la mejor carne de Europa es ya un mensaje viral con una repercusión promocional de altísimo nivel.
Los datos del año 2019 sobre esta carne indican que en este año la certificación de esta carne había crecido en un 3,5%, superando los 7,1 millones de kilos. Este año se sumaron 185 nuevas explotaciones a esta marca, la marca además aumentó sus puntos de venta en Andorra, Italia, Portugal, etc.

Datos de SADEI que indican que el concejo de Cangas del Narcea, tiene la mayor concentración de vacas asturianas de los valles y de montaña

Pues bien, ya tenemos algo que funciona y siempre estuvo ahí, repito y siempre estuvo ahí, antes del carbón y después del carbón. El sistema de manejo tradicional de esta raza es el que se desarrolla en las zonas montañosas del sur-centro del occidente asturiano, desde Aller a la sierra de Cangas del Narcea, donde se concentra el mayor número de efectivos de esta raza de vacas, denominada Asturiana de los Valles.

Como se ve en las tablas adjuntas que acompaño, el concejo de Cangas del Narcea es la que más cabezas de este ganado de carne aporta, esto quiere decir que todavía tenemos ganaderos y ganaderas jóvenes que apuestan y quieren tirar de esto para adelante. Bien pues este es el primer sector que tenemos que apoyar y fijar en la zona con garantías de futuro y tratar a estos valientes ganaderos/as jóvenes de la zona con mucha delicadeza desde las administraciones centrales del Principado, desde el Ayuntamiento y desde todas las esferas de influencia posibles, tratando de darles soluciones a estos ganaderos y eliminándoles problemas (a veces sin sentido creados por la propia administración). Hay que protegerlos de alguna forma, ya que si estos ganaderos/as desaparecen, con ellos se perderá la parte más importante de control, dominio y equilibrio del medio natural del occidente de Asturias.

Que sería de este paisaje sin los pueblos, sin esa pequeña zona de monte con pastos que aprovechan vacas y corzos, sin ese valle regado con praderas verdes y setos equilibrados que dejan pasar el sol al río en las zonas de ribera, donde se fregan las truchas. Que sería de las brañas y sus contornos, zonas espectaculares y singulares que obligan a quien las visita a hacer estupendas fotografías.

Vacas pastando libres por la braña de la Viña

Es evidente que nuestro paisaje es antrópico, es un paisaje que está construido y equilibrado por la mano del hombre, es un paisaje transformado, no natural, influenciado por la acción de los pueblos y su forma de vida ancestral basada mayoritariamente en la ganadería y esta simbiosis parece ser que fue perfecta ya que el equilibrio medioambiental ha sido sostenible hasta el presente.
Me imagino que si por fin desaparecieran los pueblos, la esencia de este paisaje también desaparecería, esto reafirma que el hombre, el ganado y la forma de vida de los pueblos del occidente de Asturias, deben de ser la principal variable a proteger. De nuevo recalco que deberíamos de actuar en la protección y continuidad de los pueblos, de la misma manera que se actuó con la protección del oso, que estaba a punto de desaparecer y afortunadamente hoy lo seguimos disfrutando.

Seguir teniendo ganaderos es la columna vertebral de estos pueblos, los beneficios que este sistema tradicional de explotación tienen sobre el medio son incuestionables. Se mantienen los valles, pueblos, montes, caminos y rutas visitables. Esto redunda claramente en un beneficio claro para el turismo que nos visita.

A mí que me gustan las rutas de montaña y algunas anduve por este concejo, me doy cuenta que la mayoría serían imposibles de hacer si no fueran por los caminos hechos por el transito del ganado o los caminos que los ganaderos mantienen como forma de paso al monte. También tengo claro que a los que nos gusta visitar estas zonas, preferimos alternar zonas boscosas con valles verdes y productivos, con pueblos visitables, llenos de cultura ancestral y por supuesto donde se ofrezca algo de comer y beber también típico de la zona, no nos quedemos sólo con lo etnográfico y cultural, también hay otras cosas que necesita el ser humano para seguir teniendo interés por la vida.

Como se puede ver la actividad ganadera es clave en el mantenimiento de este paisaje. Los sistemas tradicionales de manejo de este ganado que pasta en los montes, reduce y controla la materia leñosa y las toxinas, al tiempo que contribuye a la diversificación de vegetación con la aparición de nuevas especies florales y vegetales. Esta es la conclusión de la tesis doctoral presentada por Carlos López en la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería del Campus de Lugo bajo el título “Comportamiento y sostenibilidad del ganado equino y bovino manejado en áreas de brezo y colinas cantábricas”.

Vacas por los pastizales de Trones

Bien pues si de partida admitimos que nuestra ganadería es un producto especial y diferenciado (la mejor carne del continente europeo) con el que se puede competir en el mercado global; si admitimos que esta ganadería es la que preserva nuestro paisaje y puede fijar población en los pueblos; empecemos a pensar muy seriamente como hay que actuar para que no se nos marche ni un solo ganadero más, como hacer esta ganadería atractiva para que las nuevas generaciones sigan criando y viviendo bien, de la producción de estas vacas de carne tan especiales.
Hay que buscar soluciones para que estos ganaderos sigan generando y mejorando esta riqueza en la zona, que no se sientan desamparados, menospreciados, atacados y abocados a cerrar sus explotaciones. Digo esto porque hablando con ellos, siempre me transmiten que la situación no es tan buena como aparenta desde afuera. Uno puede pensar que las subvenciones que caen en este sector, deberían redundar en ganaderos conformes, agradecidos y con un nivel adquisitivo decente.

Pues no, algo pasa cuando se están cerrando constantemente explotaciones. Comentándole esto a algún amigo que tengo ganadero, siempre me dice: “¿Enrique tu viste, por casualidad, a muchos ganaderos ricos?”

Realmente tengo amigos ganaderos que son muy espléndidos, pero ricos, ricos no son. Se van defendiendo como nos defendemos todos los demás, pero el dinero de las subvenciones me dicen que se difumina de nuevo invirtiéndolo en la continuidad de la explotación, naves, maquinaria, gasoil, veterinarios, piensos, etc.

También admiten que todo no es negativo, evidentemente los apoyos son bienvenidos, pero después de esto añaden y me llama la atención que la inmensa mayoría sólo están tirando para poder retirarse, tienen un deseo muy fuerte para llegar al final de su vida laborar y abandonar. Esto es un claro indicador de que algo va mal.

Este ganadero actual, subvencionado, con explotaciones medianas y grandes, parece como mínimo contradictorio que solo quiera cumplir para poder jubilarse y abandonar la explotación, esta actitud claramente es lesiva y conlleva la desaparición de los pueblos y por tanto la degradación de los mismos. Algo tiene que pasar para que esto ocurra y lo mejor es preguntarles a los propios ganaderos cuáles son sus problemas y las posibles soluciones.

Buscaré dos ganaderos representativos, uno de mediana edad, Antonio Amador López Fernández, edad 51 años, Ganadería casa Fuertes de Santa Eulalia, con 90 cabezas de ganado. Y otro más joven, Francisco José Cadenas Ordás, edad 33 años, Ganadería casa Cadenas de Llamera, Cibea, con 130 cabezas de ganado. Les haré unas preguntas para que me trasmitan sus impresiones sobre los problemas y las posibles soluciones que puede tener este sector productivo.

Francisco Cadenas, ganadería casa Cadenas de Llamera, Cibea

Pregunta: ¿Qué es lo que consideras tú, que limita vuestra actividad ganadera?

Francisco: En principio toda la burocracia que nos impone la administración y la falta de respeto que dicha administración tiene al sector agroganadero y a sus propiedades privadas.

Antonio: La orografía, el clima y los animales salvajes.

Pregunta: ¿Consideras que la administración cuenta con los ganaderos para tomar decisiones importantes sobre la ganadería?

Francisco: Por supuesto que no.

Antonio: Si, aunque hay asociaciones contrarias a nuestros intereses que en ocasiones dificultan los acuerdos.

Pregunta: ¿Consideras que la administración es conocedora de los problemas reales que tenéis?

Francisco: Me parece que no, porque si es conocedora de los problemas actuales del sector, no tiene explicación que no estén haciendo algo para intentar solucionar nuestros problemas, pues creo que solo están poniendo parches para salir del paso.

Antonio: Sí, están informados suficientemente a través de sindicatos y asociaciones.

Pregunta: ¿La excesiva burocracia entorpece mucho vuestro trabajo? Si es afirmativo explica que puntos son los más preocupantes.

Francisco: Por supuesto, sobre todo en lo que concierne a las labores de mantenimiento de los montes. Esta excesiva burocracia pone casi imposible la posibilidad de solicitar la ayuda para la limpieza y mantenimiento de los mismos.

Antonio: La duplicidad de competencias, hace que en ocasiones para solucionar un problema haya que ir a varios organismos. El exceso de normativas, contradictorias, dificultan el cumplimiento de las mismas.

Pregunta: ¿Cómo ves la comercialización actual de tu producto, la carne de ternera asturiana?

Francisco: Últimamente parece que se le está dando algo más de valor a nuestros productos, pero viendo la calidad de nuestra carne y como la producimos, tendría que haber más concienciación e información para que se comercializara más.

Con un buen amigo y vecino, Antonio López, ganadería casa de Fuertes, Santa Eulalia

Antonio: Bien, gracias a nuestra I.G.P. es conocida nuestra carne fuera de Asturias, gracias a esto conseguimos un precio más elevado para nuestros productos.

Pregunta: ¿Un mataderos centrado en el occidente, consideras que sería beneficioso para estas zonas o por el contrario es suficiente como se está comercializando la carne ahora?

Francisco: Un matadero con sala de despiece y comercialización del producto, sería ideal. Además considero que cuanto más cerca este el matadero de la explotación es muchísimo mejor, porque el animal estará menos tiempo en el transporte y con esto se bajan los riesgos de que lleven golpes y que se estresen demasiado, bajando la calidad del producto final. Por otra parte también se bajarían los costes del transporte que corre a cargo de los ganaderos.

Antonio: Un matadero con sala de despiece y comercialización sí seria beneficioso, pero un matadero sin más, creo que nos es viable en esta zona.

Pregunta: ¿Si todos los pueblos y el monte, quedaran a matorral, crees que disminuiría el problema de los incendios?

Francisco: Al contrario, eso sería una bomba que el día que estallara sería imposible de controlar, ante una sequía, pasaría el fuego desde el interior a la costa de forma continua por estar la vegetación muy junta y comunicada en los montes.

Antonio: Al contrario, ya lo estamos viendo, con el abandono de mucha gente del medio rural, las quemas son cada vez más grandes.

Pregunta: ¿Consideras que los ganaderos realmente sois los que mantenéis limpios los montes y el paisaje?

Francisco: Por supuesto, no hay nadie más interesado que el monte esté en condiciones que el propio ganadero, es más, vengo observando que desde que la administración empezó a controlar los montes es cuando empezó a haber problemas de todo tipo. Me explico, antiguamente no había ni brigadas, ni helicópteros, ni motobombas. Había cabras que eran las encargadas de desbrozar y abonar los montes sin contaminar nada. Donde no limpiaban estas cabras se solía hacer algunas quemas totalmente controladas por los paisanos. Con esto se conseguía un control del monte para pastos y para zonas de bosque que se respetaban y quemaban bastante menos que ahora. Si alguien intentaba quemar, el fuego no se comunicaba en todas las zonas a la vez, al estar limpias o quemadas anteriormente de forma controlada.

Antonio: Sí, somos los que con nuestro ganado hacemos presión sobre el territorio y de esta manera no sale tanto la maleza, cuando eso no es suficiente, lo limpiamos nosotros, pero cada vez hay menos gente en los pueblos y esto se hace más difícil.

Pregunta: ¿Consideras que en el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, deben estar preferentemente representados los ganaderos de la zona?

Francisco: Por supuesto, deberían de estar representados en función del porcentaje de terreno que aportan al parque; es decir que si la mayoría del terreno del parque es propiedad de los pueblos y los ganaderos, tienen que estar representados mayoritariamente en las decisiones que se tomen sobre el Parque. Entre otras cosas, porque una mala decisión que se nos imponga desde fuera, va a repercutir en nuestra forma de vida y tenemos que tener, como mínimo, una defensa ya que el Parque como digo, es mayoritariamente propiedad privada y vivimos aquí dentro de el.

Antonio: Por supuesto, ya que son los dueños y son los más interesados en mantener ese espacio natural, como lo hicieron sus antepasados durante siglos.

Pregunta: ¿qué soluciones propones para que el campo sea atractivo para que las nuevas generaciones quieran seguir con las explotaciones ganaderas?

Francisco: Que los ganaderos podamos mejorar nuestras explotaciones ganaderas y las estructuras que llevan asociadas, cuadras, pistas, desbroces de montes, etc. sin tantas vueltas y tanta burocracia que la mayoría de las veces es contradictoria. También sería interesante que el productor joven participe en la comercialización de sus productos, para rentabilizar más su explotación ganadera y ofrecer un precio razonable al consumidor.

También sería interesante que la administración entendiera que para fijar gente joven en estos pueblos, aislados, deberían tener como mínimo una deferencia especial a lo hora de diseñar impuestos ya que tenemos que vivir en estas zonas apartadas y no tenemos tantos servicios como en la ciudad. Por eso la gente joven se quiere ir a la ciudad, la forma de vida es más fácil.

Antonio: Más rentabilidad en las explotaciones, dignificar más la labor agrícola y ganadera ante la sociedad. Más claridad de las políticas agrarias cara al futuro.

Pregunta: ¿Añade tú lo que te parezca que no está reflejado en estas preguntas y consideres importante para el sector ganadero?

Francisco: Ya que mi explotación está en una zona alta de montaña, me gustaría añadir el tema del lobo que cada vez que se saca a la luz, se forma un tremendo lío. La mayoría de los ganaderos nunca pedimos que se extermine este animal como se intenta decir desde círculos interesados en dejarnos mal. Sólo pedimos que se haga un censo en las zonas afectadas y que este censo sea real para hacer un control de la población que permita que vivamos las dos partes, el ganadero y el lobo. Sería un error que solo viviera el lobo, como podemos imaginar el ganadero se tendría que ir por aburrimiento y estos pueblos se quedarían solos y abandonados.

Antonio: Quiero aprovechar la ocasión para denunciar la situación por la que está pasando la agricultura y ganadería española. Cada año que pasa perdemos más nivel adquisitivo, nos suben los costes de producción y bajan nuestros ingresos. Básicamente bajan estos ingresos por los recortes de las ayudas de la PAC. Además estamos expuestos a daños producidos por animales salvajes, que nos los pagan prácticamente al mismo precio que hace treinta años.

Panera restaurada

Otro activo importante que vive en los pueblos y todavía tiene una función de preservación importante, es el propietario ganadero o minero jubilado, que está envejeciendo en el pueblo y le tiene un cariño especial a esta forma de vida rural.
Este propietario, sigue teniendo un papel de conservación muy importante del entorno que domina, ya que conoce desde siempre como funciona. Sigue manteniendo la casa familiar, la panera, las cuadras vacías pero en perfecto estado ya que aún alberga la esperanza de que algo cambie en el futuro y algún hijo pueda volver a la casa a vivir. Este propietario antiguo ganadero o minero retirado, sigue limpiando las fincas o las deja al vecino que aún tiene vacas, la mayoría de las veces totalmente gratis con tal de que las mantenga vivas y su única preocupación es seguir manteniendo semiactiva o viva la unidad de explotación, la mayoría de las veces perdiendo dinero de su jubilacion.

Horreo en proceso de abandono

Como se puede ver, este habitante de la zona rural está también en una situación muy delicada ya que cualquier agresión mal calculada puede desembocar en un abandono inmediato de todo este esfuerzo que no suma ningún incentivo económico.
Hoy tenemos referencias pasadas de que pasó cuando se subieron los impuestos a los bares de los pueblos, como si estos estuvieran situados en las calles principales de cualquier ciudad, se actuó sin pensar en la situación especial y vulnerable que tenían estos bares rurales, sobreviviendo en zonas apartadas, haciendo una labor social muy importante siendo el único espacio de reunión que les quedaba a los pueblos. Bien, pues ¿qué pasó?, esta subida inoportuna y mal calculada de presión fiscal consiguió que en dos años cerraran todos o casi todos los bares de las zonas rurales. ¿Que se consiguió por parte de la administración?, nada, como dice el dicho popular pan para hoy y hambre para mañana.

Vacas por la carrilona del Pando, ruta de las capillas

Bien pues esta experiencia debería indicarnos que lo mismo puede pasar si se actúa de la misma manera ahora, sometiendo a los pueblos a presiones fiscales con subidas de IBI poco calculadas. Una presión fiscal a los pueblos, mal calculada, puede desembocar en que este propietario que sigue manteniendo su casa y hacienda en el pueblo a capa y espada, sin sacarle rendimiento ninguno, desembolsando dinero para sostenerla, motivado por un capricho personal o por romanticismo, como digo, puede ocurrir que este propietario se rinda y deje caer finalmente las cuadras, los prados, las huertas, los hórreos y las paneras; puede decidir

Vendimiando para Antón Chicote

que esto ya no le lleve más dinero de su pequeña jubilación.

Como se puede ver toda actuación sobre los pueblos en este momento debería ser muy medida y cualquier decisión desacertada puede acelerar aún más la desertización de población de estos parajes tan singulares. Al contrario, hay que tomar medidas que no sean agresivas y contener otras que tienden a legislar en exceso y limitan la posibilidad de poder seguir desarrollándose estas zonas rurales. Lo importante es intentar conseguir que la vida en la zona rural sea atractiva para que la gente vuelva o por lo menos no se vayan los que todavía quedan.
Otro sector que siempre tuvimos en Cangas del Narcea y a punto estuvo de desaparecer, es el vino. El tiempo nos está demostrando que las actuaciones que se hicieron sobre este producto de la zona, fueron bien encaminadas y muy acertadas. Se recuperó y se puso en valor este recurso único en el Principado de Asturias. Hoy el vino de Cangas es bastante conocido, está recuperado con buena salud y en este proceso está implicada gente joven entusiasta, que como mínimo deja una esperanza para que este recurso siga teniendo crecimiento y recorrido comercial hacia el futuro.

Monasterio de Corias

De nuevo un recurso primario incide directa e indirectamente en otros recursos paralelos. El vino es un referente, un atractivo añadido que se ofrece al sector turístico de la zona. Solo hay que fijarse el éxito que tiene la fiesta de la vendimia en Cangas, que atrae ya tanta gente como las fiestas del Carmen.

Otro sector que ya tenemos en proceso de desarrollo, es el turismo. Este turismo de interior tiene unas condiciones claras de funcionamiento que lo diferencian del turismo de costa o de playa. Lo normal es que a estas zonas se vengan a visitar en periodos cortos de dos o tres días, fines de semana, puentes, fiestas, etc.

Cuadrilla de caza “ Los Sobrantes” de Cangas del Narcea

Es evidente que Cangas del Narcea ya está ofreciendo muchas cosas para atraer este tipo de turismo. El parador de Corias, cultura y gastronomía por Cangas villa y alrededores, montaña y paisaje, etc. Yo añadiría algo más y sé que no va a ser popular esta aportación. Yo añadiría la caza controlada y sostenible. Ya adelanto que yo no soy cazador, no tengo ningún interés personal en esto, pero debo de ser objetivo y ver que es un recurso más que se puede ofrecer junto con la pesca de nuestros ríos.

La caza bien estructurada y controlada atrae a un turismo de alto nivel adquisitivo y además no deberíamos de ser hipócritas, el cazador hace un servicio de control sobre el medio fundamental. Si las cuadrillas de cazadores del concejo no abatieran los 350 o 400 jabalíes al año, imaginemos como seria esto. Las cosechas de los pueblos estarían totalmente perdidas y la villa de Cangas se enfrentaría a una invasión generalizada de jabalíes, como ocurre ya en algunas ciudades.

Pescadores de Cangas del Narcea, mostrando su trofeo

Si queremos turismo, tenemos que estar dispuestos a ofrecer las cosas que tenemos, hay que procurar ser poco invasivo en el medio, pero es inevitable hacer algunas actuaciones básicas. Abrazar árboles es un sentimiento muy legítimo y muy romántico, pero una vez más esto no da de comer, ni da soluciones a los problemas de despoblación de estas zonas, no podemos afrontar estos retos que se nos vienen encima de una forma simple, escondiendo la cabeza y negándonos a todo.

Me imagino que todos deseamos un equilibrio natural en el contorno donde vivimos, pero por una vez sería interesante que todos aquellos que siempre están tan dispuestos a oponerse a todo por sistema, por una vez paralelamente a la negación, aportaran cualquier idea, proyecto o actuación que sirviera de alternativa.

Un ejemplo notable de esta negación por sistema lo tenemos en la estación de esquí del Puerto de Leitariegos, todo el mundo sabe que la verdadera estación de esquí con suficiente nieve, está en la zona alta, en las cotas superiores a la estación actual. El collado del Pico del Rapao está en el orden de los 1890 m de cota y en la zona asturiana aún son mayores las cotas.

Estación de Leitariegos, zona alta sin desarrollar, cotas donde la nieve permanece todo el invierno

Bien, pues teniendo estas cotas, la estación no se pudo desarrollar más arriba de la cota 1800 m. que es donde llega el telesilla de la “Gobia”. Para darnos una idea de lo que esto representa voy a dar solo un detalle, La estación de esquí de Pajares sube su último remonte al pico denominado como Cueto Negro con una cota de 1862 m. Esto es más bajo que el Leitariegos si se aprovechara su verdadero potencial de altura, que permitiría tener la estación abierta constantemente en la zona donde la nieve realmente se mantiene todo el invierno.

La realidad es que hay una línea de frontera, de pseudonacionalismo estúpido que separa zonas vecinas, entorpeciendo la creación de una estación conjunta definitiva y funcional. Subir los remontes de la estación al pico de la montaña, tendría un impacto similar al que tiene actualmente, este deporte es estacional y ocupa el paisaje pocos meses al año, además la gente que lo practica y le gusta la montaña, por lo general suele ser muy respetuosa con el entorno. Evidentemente añado que la Laguna de Leitariegos no se debe de alterar.

Afluencia de esquiadores a la estación Leitariegos

Pero por que no se estudia algo conjunto entre las dos zonas, intentando subir a cotas superiores con bajo impacto y haciendo una estación completa y sostenible para ambas zonas.

Los beneficios serían impresionantes, Cangas y Villablino podrían ofrecer al turismo una estación completa, con nieve permanente en la parte alta, las casas de aldea y los negocios de ambas zonas se verían muy beneficiados; no olvidemos que la estación actual con buena nieve llego a mover más de 3.500 esquiadores algunos fines de semana.

Otro factor a tener en cuenta para que se fije población en estas zonas deprimidas, es poder seguir ofreciendo servicios básicos y fundamentales como son la enseñanza y la salud. Quiero pensar que a nadie responsable de nuestro futuro le dé por quitar servicios básicos de este tipo, ya que esto sería la puntilla para que realmente desapareciera todo.

Imaginemos que pasaría si se quitara la posibilidad de estudiar a nuestros hijos o se fueran eliminando paulatinamente los servicios del hospital Carmen y Severo Ochoa. Esto produciría un bucle irreversible que aceleraría todavía más la despoblación; si puede haber alguna esperanza de desarrollo, con una medida de este tipo se eliminaría, pues ya nadie vendría aquí a desarrollar su vida por falta de servicios fundamentales.

Por otro lado hay algo que resaltar, un Hospital como el que tenemos en Cangas del Narcea da servicio a las zonas del occidente más incomunicadas, pero de una extensión muy significativa: Cangas del Narcea, Pola de Allande, Tineo, Ibias y Degaña.

Hospital área II, Carmen y Severo Ochoa. Cangas del Narcea, Tineo, Allande, Ibias y Degaña

Los que vivimos aquí como yo y estamos entrando en el último tercio de la vida, pronto vamos a necesitar que un médico nos maltrate y nos llene de pastillas de todos los colores y sabores, si este médico nos faltara, nos veríamos forzados a emigrar hacia el centro ya que nadie quiere volver a morir en la ambulancia dirección al hospital de Oviedo por no llegar a tiempo, morir por tener el servicio básico a dos horas, morir en la carretera por la zona de los embalses de Pilotuerto. Sería claramente retroceder un siglo y de esta ya no saldríamos, estas zonas quedarían sin ningún atractivo para vivir en ellas.

Bien pues esto es todo lo que ya tenemos y debemos mantener y mejorar, a partir de aquí me imagino que cualquier idea nueva, que sea factible, que esté dentro de las posibilidades de la zona y no represente un esfuerzo económico desorbitado, sería bienvenida.

Posiblemente es un atrevimiento por mi parte, pero voy a proponer una que va directamente relacionada con el turismo y además afianza o preserva para las generaciones futuras algo de nuestra historia reciente.

Empezaré haciendo unas observaciones de introducción para situarnos y acertar con la idea para que sea funcional y pueda tener éxito. Cuando nos vamos a cualquier ciudad de visita y queremos ver sus museos, estos generalmente están concentrados en un perímetro razonable para poder verlos caminando. Generalmente están dentro de los cascos antiguos de las ciudades.

Lo que no debería de ser y la experiencia nos lo demuestra, es que el turista tenga que andar en coche kilómetros y kilómetros para pasar de un museo monotemático a otro museo monotemático. Lo más normal es que estos no se visiten y la mayoría del tiempo tengan que estar cerrados.

Trasladado este caso a Cangas del Narcea, podemos ver como un museo en Besullo, otro en San Pedro de las Montañas, totalmente centrifugados del centro de la villa y con temas monotemáticos, funcionan poco y son dificiles de mantener abiertos ya que no hay afluencia de visitantes.

Situacion geográfica del posible museo multitemtico en Ventanueva, mina Carbonar

Una vez más no deseo que nadie me malinterprete, esto no es una crítica, soy de la opinión de que en principio todo el mundo quiere hacer las cosas bien, pero algunas veces el tiempo nos demuestra que algunas no evolucionaron como se esperaba.

Bien aprendamos de nuestros errores y planifiquemos algo que si pueda funcionar, que pueda atraer o entretener a los visitantes que caigan por esta zona del Narcea. Lo que se proponga debe de contestar a las siguientes preguntas o premisas:

1) Lo que se haga debe de estar bien comunicado

Complejo minero, Carbonar Centro. Entorno bien conservado, apantallado de vegetación

2) Debe de estar cerca de zonas míticas características de Cangas. Para aprovechar la visita de estas zonas y ser un complemento de ellas.

3) Debe de tener instalaciones, si puede ser ya construidas, que permitan desarrollar el proyecto con un coste aceptable.

4) Tiene que ofrecer algo diferente que llame la atención del visitante.

5) Debe ofrecer entretenimiento a niños y a mayores.

6) Tiene que abarcar varios temas, aunque haya uno principal, debe de ofrecer más, para que el visitante concentre en un mismo punto una oferta de conocimientos y entretenimieto aceptable.

Edificaciones sólidas y modernas, Carbonar

7) Debe de cerrar el circuito turístico en la zona, estando cerca de otras zonas visitables y ofertadas.

Contestaré a todas las preguntas con la idea que propongo y por supuesto se contestan todas de forma afirmativa, va a parecer que lo tengo amañado, pero eso lo dejo para los desconfiados.

Bien, vamos a ver que el proyecto que propongo, contesta de forma satisfactoria a todas las preguntas anteriores y por lo tanto puede ser una idea viable.

Contestando a la pregunta número uno, el proyecto está situado en el pueblo de Ventanueva, en la zona de Rengos. Está emplazado al lado de la carretera general que comunica muy bien esta zona con la villa de Cangas.

Contestando a la pregunta número dos, el pueblo de Ventanueva está en el centro neurálgico de las dos zonas más singulares y significativas del concejo de Cangas del Narcea. Hacia el Este se sitúa el pueblo de Moal y la Reserva Natrural Integral de Muniellos, hacia el Sur está el pueblo de Gedrez y el Hayedo de Monasterio de Hermo.

Plazas asfaltadas y edificaciones, Carbonar

Contestando a la pregunta número tres, las instalaciones de la mina de Carbonar en Ventanueva, están al lado de la carretera general y esta mina tiene construcciones exteriores espectaculares, algunas muy modernas como oficinas, botiquín, cuartos de aseo, plazas para aparcamiento, etc. La mina además está aún en funcionamiento y tiene estructuras interiores que si se destruyen sería imposible volver a restaurarlas, debido al altísimo coste que esto supondría. Estas estructuras interiores son los transversales generales del Piso 0 y piso 3º Norte, chimeneas de comunicación interna, etc.

Edificaciones Carbonar

Contestando a la pregunta número cuatro, no hay nada tan llamativo y tan diferente como la visita de una mina de interior bajo tierra. El eje fundamental de la idea, sería aprovechar todas estas instalaciones de Carbonar Centro, para hacer un multimuseo concentrado en un mismo espacio.

Este museo tendría un elemento vertebrador principal que sería la historia minera de la zona y visita al interior de la mina por el Piso 0 en tren minero. Continuaría la visita a la mina, subiendo andando por la chimenea de ventilación general hasta el Piso 3º Norte, que está a cotas superiores y permite de nuevo salir fuera a visitar la plaza del tercero norte, con vistas al río Gillón y al valle de Posada de Rengos. Posteriormente se vuelve a desandar el camino con una visita a una pequeña explotación manual preparada para tal efecto en la capa ancha 8ª y se saldría al exterior donde se visitarían las intalaciones que explican como fue todo este proceso minero.

Entrada de transversal general Piso 0 Centro, Carbonar

Paralelamente debe de haber otras salas donde se expliquen temáticas paralelas, cercanas a la zona, ejemplo: la minería romana con referencias a San Pedro de las Montañas y al Corralín, los caleros de Rengos, otros temas que serían de carácter etnográfico de la zona, con referencias a las formas de vida ancestrales de la zona, al bosque de Muniellos y al hayedo de Monasterio, emplazando al visitante a continuar visitando estas zonas especiales del concejo.

Toda esta temática más la visita al interior de la mina, como mínimo parece que tendría un buen gancho por internet, para venir y visitar esta zona.

Contestando a la pregunta número cinco, creo que nada más agradable para los niños que viajar en un pequeño tren minero por la plaza centro y el piso 0 de Carbonar. Para los mayores creo que la visita concentrada es interesante y agradable.

Recorrido interior por el transversal general Piso 0 Centro, Carbonar

La pregunta número seis ya está contestada en la numero cuatro.

Contestando a la pregunta número siete, el museo sería un revulsivo para animar al visitante a comer en la zona y seguir visitando los contornos del Muniellos y la zona de Hermo.

Para finalizar este artículo concluyo instando de nuevo a actuar, para salvar o mejorar el mundo rural de estas zonas del occidente antes de que sea demasiado tarde. Sé que esto no es fácil, la administración y los alcaldes presentes y futuros de estas zonas, tienen por delante un reto muy importante y delicado, pero algo hay que hacer.

Salida del Piso 3º Norte hacia la plaza 3º Norte de Carbonar, con vistas al río Gillón y al valle de Posada de Rengos

Este es el momento de dejar de lado los colores y las banderas, los enfrentamientos y los rencores y actuar en conjunto ya que puede ocurrir que mientras nos peleamos la vaca se muera y cuando dejemos de pelearnos ya será tarde, esta vaca ya no estará, ya no podrá dar más leche.

Ojalá acertemos y consigamos revertir el proceso de despoblamiento que sufrimos, para que no se vaya toda la gente joven, pues ésta es la que realmente interesa que tenga futuro, es la que puede seguir manteniendo vivos estos pueblos.

Salida de retorno por el Piso 0 Centro, hacia la plaza Centro de Carbonar

Para alguien como yo que ya estoy en el otoño de la vida, el futuro ya lo conozco por estadística, pero nací y viví aquí, es lógico que desee la continuidad de esta forma de vida que en principio a mí me parece perfecta.

Espero que estas reflexiones sean positivas y no hieran la sensibilidad de nadie. Como ya dije los que nacimos aquí solo deseamos que siga viviendo Cangas del Narcea y por supuesto que sigan viviendo las fiestas del Carmen, con las peñas llenas de chavales jóvenes con futuro.

Enrique R.G. Santolaya.

 

 

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Afrinda ‘de los nenos’

altHay días raros. Días cambiantes. Contradictorios. Días como el de hoy, que comienzan con una niebla baja que cubre por completo el valle del río Ibias, y que aclaran como por arte de magia al dejarse engullir por el túnel del Rañadoiro. Hay días raros y hay nombres inusuales. Nombres como el de Afrinda. “No sé de dónde lo sacó mi padre. Mi madre quería llamarme Florentina. Mucho más bonito. Yo no sé de dónde salió lo de Afrinda…”

Hay días raros, hay nombres inusuales y hay conspiraciones cósmicas que detienen la marcha en Vega de Rengos —La Veiga— y ponen en mi camino un rostro arrugado como un mapa, un cuerpo etéreo —pura piel sobre hueso— y una sonrisa triste que da la bienvenida e invita a quedarse. Afrinda. “¿Quiere ver la capilla de San Antonio? Pues yo la acompaño”. Inútil negarse. Y, la verdad, tampoco quiero prescindir de disfrutar de su compañía.

altYo nací en 1931. En Santa Coloma, en Allande. Me casé y tuve tres hijos. Vivíamos bien en La Pola. Mi marido trabajaba en la construcción. Pero entonces fue cuando lo de las minas en Cangas. Y mi marido ganaba bastante, pero le dijeron que podía ganar la mitad más aquí. Y nos vinimos allá arriba (San Martín de los Eiros). Eran los años 50. Pero la mina no le sentó bien. La casa donde vivíamos ni era casa ni nada. Era un cuchitril. Pasábamos mucho frío. Y mi marido enfermó de los pulmones. En la mina había mucha humedad y a él no le vino bien. Y murió. Murió con treinta y pocos años. Y me dejó sola con tres nenos pequeños.

La dureza de aquellos días se adivina en sus manos cálidas y fuertes, desproporcionadamente grandes para un cuerpo tan frágil, unos dedos maltratados por la artrosis, por el trabajo, por una vida de miseria y sufrimiento.

alt…tres nenos pequeños. Y allí arriba hacía mucho frío. No se podía vivir. Y los nenos no podían ir a la escuela, porque había grietas en la escuela y el maestro se negó a entrar.

San Martín de los Eiros desapareció completamente hace años engullido literalmente por las galerías de las minas que horadaron despiadadamente su subsuelo. Es un pueblo fantasma del que sólo resta una panera en pie.

…entonces nos vinimos para aquí —la casa rectoral de La Veiga—. El señor cura vivía aquí y nosotros teníamos un cuarto de renta en la parte de abajo. Fueron tiempos duros. Tenía dos hijos y una hija. La hija se empeñó el padre en llamarla como yo. Afrinda. Vive en Málaga. Otro hijo murió también en la mina. Y luego está el que vive en Corias. Viene a verme todos los días. Pasa y te enseño la casa. Estoy de renta. Pero no quiero ir a vivir a un piso.

altLa casa está razonablemente ordenada y limpia. Los suelos son de tablones de castaño. Una casa rectoral, ahora ya colonizada por completo por Afrinda, sus gatos y sus humildes pertenencias.

Mi hijo tuvo que poner cristales en la galería porque no había. Aquí no paso frío. Tengo la cocina de carbón. Y mira, tengo la radio. Por la mañana la pongo y no la quito en todo el día.

La radio está desintonizada. Emite un runrún continuo en el que no se distinguen más que ruidos.

Me hace mucha compañía. A mí me gusta que venga gente. Mira. Tengo lavadora. Y cuarto de baño. Aquí vienen todos los niños del pueblo. Les gusta mucho venir. Por eso la llaman ‘la casa de los nenos’. A mí no me molestan. Me gusta que vengan.

altLa verdad es que ahora hay poca gente por aquí. En verano no están los nenos de la escuela. Mira. Antes el campo de la capilla estaba limpio y rozadito. Daba gusto verlo. Ahora nada. Las ramas de los árboles van a tirar la capilla. Y las imágenes se las llevaron para la iglesia para que no las roben. Los tiempos han cambiado mucho. Y no siempre para mejor. Yo estoy viuda. Enviudé muy joven. Mi marido enfermó de la mina…

Y Afrinda repite su tragedia vital porque el sufrimiento le ha quedado grabado a fuego en el corazón. Y en su cuerpecillo frágil y vigoroso a la vez, late un corazón roto que sólo se cura de vez en cuando con la compañía de los nenos y la conversación que actúa como válvula de escape de su añejo dolor.

Hay días raros y hay nombres inusuales como Afrinda.

Afrinda ‘de los nenos’.

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Publicado el 03/07/2013 por María del Roxo en su blog: EL LEJANO OESTE, Ibias y otros territorios

Huevazo

Victorino Alonso, despedido a ‘huevazos’ en Cangas del Narcea. Multimedia LNE.

Hablaba Unamuno de escritores ovíparos y vivíparos. Los primeros eran aquellos que publicaban libros largamente empollados a lo largo del tiempo. En el caso del huevazo a don Victorino, sucede algo similar, pues se trata de una indignación creciente que encontró su ocasión pintiparada en el momento en el que el empresario minero abandonaba los juzgados de Cangas. Es inevitable preguntarse la casuística que nos llevó al actual estado de cosas. Escribí no hace mucho lo sorprendente que resultaba que, a estas alturas, haya concejos en el suroccidente asturiano en manos de este empresario leonés. Y en Cangas se sabe muy bien hasta dónde llega el poder de tan ínclito y poderoso ciudadano. La subvención como cebo y reclamo. Tan pronto desaparecen las ayudas públicas a tan modélico personaje, la ruina la sufren los trabajadores y toda la cadena social que depende de sus sueldos. Un hombre que tiene como destino las subvenciones. Una masa social indignada y desvalida. Mientras tanto, el gobiernín socialista ni sabe ni contesta.

Luis Arias Argüelles-Meres (†). Publicado en LNE 
Viernes, 21 de junio de 2013

Al abogado Florentino Quevedo Vega

Florentino Quevedo Vega, abogado.

En la sede del ilustre Colegio de Abogados de Oviedo, tuvo lugar el acto protocolario para la imposición de la Cruz de San Raimundo de Peñafort que, en el pasado mes de agosto, el Ministerio de Justicia le concedió al abogado de Cangas del Narcea Florentino Quevedo Vega, lo que me lleva más allá de una razón de amistad personal, con la cual me honra, a escribir unas líneas breves pero llenas de afecto personal, con que sumarme al reconocimiento público de este buen amigo y enorme letrado. Dígase que aquélla es la distinción otorgada por el Ministerio de Justicia para premiar sobremanera los servicios prestados por los funcionarios de la Administración de Justicia, los miembros de las profesiones directamente relacionadas con ella, y cuantos otros hayan contribuido en su estudio y aplicación al desarrollo del Derecho, sin nota alguna oficial desfavorable en las actividades jurídicas desempeñadas.

Viene esta importante distinción, bien merecida en este caso, precedida de otros recientes reconocimientos profesionales, de los que algunos medios se han hecho eco, señaladamente el periódico La Nueva España. Digo merecida y no creo equivocarme en el caso de Quevedo Vega, ya que en una época como la que nos ha tocado vivir, de éxito en ocasiones fácil y embriagador, a veces conseguido por puro azar o sin mérito reseñable, Quevedo es rara avis en cuanto ejemplo vivo y bien elocuente de hombre hecho a sí mismo, que procedente de una familia humilde de la vecina Galicia, con enorme vocación, espíritu de sacrificio, saber hacer y energía poco común, ha alcanzado un reconocimiento profesional en el mundo del Derecho y, en concreto, de la abogacía más que notable y que le permiten aún hoy, a sus envidiables 91 años, continuar trabajando con un entusiasmo casi juvenil, lo cual debiera servir de estímulo y acicate a aquellas generaciones más jóvenes que buscan hoy, en un entorno social y profesional sin duda muy difícil, su porvenir profesional.

Si bien el Derecho, a través de la abogacía ha marcado la vida profesional de Quevedo, su formación fue originariamente otra muy distinta, ya que, como recordarán muchas personas con mayor experiencia vital que yo, ejerció muchos años ese noble oficio de maestro de escuela llegando a ser ya a finales de los años cuarenta, muy joven por tanto, director de colegio (Nuestra Señora del Carmen). Estudió la carrera de Derecho que simultaneó con el trabajo anterior, habiendo dado clases a varias generaciones de cangueses. Fue asimismo procurador durante nueve años, lo que le permitió conocer los entresijos de la burocracia judicial, como antesala privilegiada para su posterior e inmediata dedicación a la abogacía, que ya no abandonaría hasta hoy, durante prácticamente cincuenta años ininterrumpidos.

Seguramente algunos no sabrán que además, entre tanta ocupación, a Quevedo le dio tiempo a obtener el grado de doctor en Derecho, que lo llevó a, tras varios años de intenso estudio y dedicación al tema, culminar su tesis, publicada después bajo el título de «Derecho español de minas». Esta obra que viene con frecuencia citada entre la bibliografía específica en la materia, tuvo el indudable mérito de abordar sistemáticamente o en conjunto la general problemática jurídica que el Derecho minero planteaba, como rama del ordenamiento, haciéndolo Quevedo además con unos mimbres en la literatura anterior muy rudimentarios.

El doctorado fue una credencial sin duda excelente con la que Quevedo inicia su posterior y exitosa andadura profesional, principalmente aunque no sólo, en el asesoramiento de empresas mineras, algunas de las más importantes a nivel nacional en el sector carbonífero y que continuará ejerciendo al momento actual. No puedo dejar de reseñar que esta obra ha sido en alguna ocasión injustamente tratada, por opiniones cuando menos poco informadas. Huyó Quevedo, al encarar la temática de su tesis doctoral, de elegir un tema fácil o que estuviera previamente trillado en la doctrina anterior. Este libro de Quevedo ha sido valorado más ponderada y justamente en otros lugares importantes, y a título de ejemplo puedo mencionar que no hace mucho, en los Anales de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, nº 37, de 2007 (Madrid), en un trabajo del eximio Díez-Picazo, catedrático de Derecho Civil de la Universidad Autónoma de Madrid, ex magistrado del Tribunal Constitucional y, sobre todo, maestro de una importante escuela de juristas, se refiere al libro de Quevedo en términos elogiosos. O en la más prestigiosa revista científica española de Derecho público, la Revista de Administración Pública, en un extenso trabajo de quien quizá sea el mayor especialista español en Derecho minero, Isidro Arcenegui, que, si no yerro, cita hasta siete veces a Quevedo Vega al abordar diversos aspectos del Derecho de minas.

El doctorado, que le abrió las puertas de una especialidad profesional, la continuada luego y nunca interrumpida experiencia práctica en dicho campo, con su personalidad abierta y autodidacta, lo acreditan como uno de los mayores especialistas a nivel nacional en Derecho minero.

Por todo ello, por ser ejemplo de laboriosidad sin desfallecimiento, por su buen hacer profesional, por su compañerismo, es una distinción oficial del todo merecida, que agranda la ya exitosa trayectoria profesional de Quevedo Vega como abogado, y llena de satisfacción y celebramos cuantos lo conocemos y queremos.

¡Felicidades, Quevedo!

 


Enlace relacionado:

Historia y presente de la minería en Cangas del Narcea

El socio del Tous p@ Tous Enrique Rodríguez García (Santolaya) nos ofrece (mayo de 2010) una historia breve y muy personal de la minería en el concejo de Cangas del Narcea. El esplendor de esta actividad en la segunda mitad del siglo XX trajo consigo un momento de crecimiento económico y de auge vital que será difícil que vuelva a nuestra tierra. En esta noticia, Enrique aporta datos históricos y económicos, que muestran el alza y el declive de la minería, y recuerdos personales del ambiente que se vivía en Cangas en aquellos años de bonanza.

HISTORIA Y PRESENTE DE LA MINERÍA EN CANGAS DEL NARCEA

por Enrique Rodríguez García (Santolaya)

El desarrollo del concejo de Cangas del Narcea en estas últimas  décadas, desde los años sesenta del siglo XX en adelante, está unido directamente con   la explotación minera del carbón. El acceso a unos ingresos importantes por parte de la población local permitió  una época de esplendor económico en la zona, que aún hoy es difícil de sustituir. Aquello ya se terminó, aunque la minería actual, los prejubilados y los fondos mineros todavía generan unos ingresos y unas inversiones importantes en el concejo.

Plano de “Concesión la Abandonada” en la villa de Cangas, se empezó una bocamina en la zona de El Corral y se abandonó porque las capas se encuentran prácticamente en su totalidad bajo la villa de Cangas.

Para explicar los comienzos de este proceso minero nos tenemos que trasladar a una época en la que España sufre un cambio importante  en la forma de pensar y gobernar. Es la época de Carlos III  (1716 – 1788). Este rey proyecta  aplicar en España los principios de la Ilustración que se estaban defendiendo en Europa y nombra para esta tarea a un político excepcional: Pedro Rodríguez de Campomanes (1723 – 1802), nacido en Santa Eulalia de Sorriba (Tineo), e hijo de una familia de hidalgos pobres.

Un ministro como Campomanes que no procedía de la aristocracia; que tuvo que  empezar su vida al margen de rangos de privilegios, que tuvo que trabajar duramente para obtener sus títulos y  conseguir su carrera, además de demostrar  una capacidad excepcional de trabajo y de conocimiento de los temas que trataba. Era admirador de Voltaire y se presentaba como un hombre de la Ilustración. Creía esencialmente en la razón y en los resultados, su filosofía era una filosofía utilitaria: la mayor felicidad para el mayor número de personas. Era enemigo de los privilegios y evidentemente contrastaba bastante con sus antecesores. Campomanes y sus contemporáneos marcaron una época de sueños de reforma, educación e ilustración. Desgraciadamente, quienes los siguieron hicieron retroceder aquellos avances sumiéndonos en un tortuoso siglo.

Antigua bocamina de la “concesión la Abandonada” en la zona de El Corral

Las ideas de Campomanes dieron pie a que otros destacados asturianos de la misma época y con similares inquietudes, pusieran los cimientos para desarrollar  una incipiente industrialización en Asturias. El ejemplo más significativo lo tenemos con Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811), natural de Gijón, y en el occidente de Asturias con Joaquín José Queipo de Llano, quinto conde de Toreno (1727 – 1805), nacido en  Cangas de Tineo (hoy Cangas del Narcea). El conde  de Toreno puede ser considerado como el primer autor interesado en la investigación científica de los recursos geológicos en la región; fue promotor de la Sociedad Económica de Amigos  del País de Asturias, en Oviedo, investigó  y publicó una relación de yacimientos mineros de Asturias en 1785.

En los discursos del conde de Toreno, pronunciados en la mencionada sociedad en los años 1781 y 1783 e impresos en Madrid en 1785, se describe minuciosamente todo tipo de minerales, se ofrecen indicios sobre yacimientos de carbón, amianto, se destacan los mármoles de Rengos y se da noticia de otros minerales descubiertos por él en la región.

Afloramiento de una capa de carbón en la zona de Rengos.

Las referencias al concejo de Cangas del Narcea en la obra del conde de Toreno son muy numerosas. Una de ellas dice:

“inmediata al lugar de Burracan, distante un quarto de legua de la villa de Cangas de Tineo, se halla una mina de antimonio de extraordinaria abundancia. Está al oriente, en el camino que pasa desde el lugar de Robledo al expresado Burracan, junto a una capilla, que se intitula del Ángel. En la misma jurisdicción y concejo, entre los lugares de Tandes y Bruelles del Partido de Sierra, y camino que media entre ellos, hay otra mina del mismo mineral, muy abundante a lo que demuestra”.

Maquinista de tren minero en la zona de Rengos

Menciona en el lugar de Fuentes de Corveiro “una cantera  abundantísima, que produce piedras de diversos y hermosos colores”. Las canteras son una de las predilecciones del conde:

“En el lugar del Pueblo de Rengos, parroquia de San Juan de Vega, hay otra cantera de mármol blanco, que viene  a ser una montaña entera, titulada la Peña de San Andrés, que predomina al río Narcea, y remata en un calero. […] Muy inmediata a la misma cantera se halla otra bien abundante de mármol negro con vetas cenicientas, tan fino como el antecedente”.

Sondeo de investigación a 700 m. de profundidad en la zona de Rengos.

En sus conclusiones escribe el conde de Toreno:

“en vista de una relación tan extensa, con las muestras que he manifestado de los minerales, mármoles y demás producciones que contiene, es indudable que merecen el mayor aprecio: que su beneficio podría utilizarnos en crecidos intereses es constante; y que si nos aplicásemos con desvelo a tan importantes reconocimientos, se hallarían otros muchos, es infalible”.

Todos estos conocimientos permitirán medio siglo después el nacimiento de una  industrialización  en la zona  central de Asturias; pero en los concejos del occidente, en nuestra zona de Cangas del Narcea, fue imposible que ésta se desarrollara, aún teniendo conocimiento de los recursos minerales que ofrecía nuestro concejo. Esto ocurre principalmente por estar lejos de los centros de consumo y distribución, a lo que hay que añadir las pésimas comunicaciones que poseía esta zona.

Pueblo de Santa Eulalia, lugar de nacimiento de Francisco Uría

En años posteriores, otro cangués  que también perteneció a la Sociedad Económica de Amigos  del País de Asturias y nació en el pueblo  de Santa Eulalia de Cueras,  José F. Uría y Riego (1819-1862), desde su cargo como Director General de Obras Públicas, intentaría con gran empeño solventar en lo posible estas deficiencias de comunicación del concejo de Cangas.

Todos estos esfuerzos no consiguieron arrancar la explotación del carbón  en la zona occidental de Asturias hasta la década de los años cincuenta del siglo XX, en la que solo hay algunas empresas  explotando de una forma casi artesanal minas de la zona con producciones poco significativas. El carbón extraído se  llevaba a embarcar a Pravia para, desde allí, transportarlo a los diferentes centros de consumo.

Picador picando la vena de carbón con martillo neumático (Rengos)

El salto cualitativo y la fecha clave del desarrollo de la minería del carbón en Cangas del Narcea es 1965. En esta fecha se inaugura la Central Térmica de Unión FENOSA, en Soto de la Barca (concejo de Tineo), con un primer grupo de 65 MW de potencia, que se alimentaba con  carbón de  explotaciones próximas. Posteriormente, en 1969, empieza a funcionar el segundo grupo de 166 MW de potencia y en 1984 se puso en marcha el tercer grupo de 364 MW. El consumo  de esta central térmica fue el revulsivo para que crecieran empresas que explotarán  de forma racional la riqueza de carbón de la comarca. La central, al estar cerca de los centros de producción, elimina el principal problema de la zona que son sus comunicaciones; la energía se genera dentro de la cuenca carbonífera y se trasporta a los centros de consumo por la red eléctrica instalada.

Galería en carbón con sostenimiento metálico y avance con minador (Rengos)

A este acontecimiento hay que añadir otra causa que favorecería el desarrollo minero de la zona: la crisis del petróleo de 1973, con el espectacular encarecimiento de su precio, que obligó al gobierno español a diseñar (con cierto retraso)  el Plan Energético Nacional (PEN) en 1979. El carbón adquiere un gran protagonismo, con la apuesta por el mercado de la generación de electricidad termoeléctrica.

Este es el momento de esplendor de la cuenca de Cangas del Narcea, empresas como Antracitas de Gillón llegan a tener 1.150 mineros en estos momentos. Los sueldos  se incrementan, el paro  en la comarca no existe, se alquilan pisos, locales e incluso se restauran cuadras antiguas en los pueblos para acoger a los mineros que vienen a trabajar a la zona. Todo lo que es vendible se quita de las manos;  los ganaderos venden con facilidad sus terneros, matanzas, leche, patatas; los bares y el ambiente nocturno funcionan todos los días de la semana (algunos recordamos cómo la gente de Tineo, Villablino y otras zonas limítrofes se trasladan a Cangas el fin de semana debido al gran ambiente que existe en la villa). Las tiendas de ropa y otros servicios movían tanto género como cualquier local en el centro de Oviedo. La construcción resurge con fuerza, los pisos se venden sobre plano, ya financiados antes de ser construidos. En coches se compran los últimos modelos y con la máxima potencia. Las casas en los pueblos son restauradas o construidas de nuevo y no se escatima en gastos: tienen que ser grandes y suntuosas. Desde Oviedo empiezan a referirse a Cangas del Narcea como la “comarca del oro negro”.

Carlos de Moal controlando el carbón (Rengos)

Los que en aquel momento estábamos estudiando, y como suele ocurrir con los estudiantes, el dinero no sobra, no podíamos   seguir el ritmo de los amigos que trabajaban en la mina. Evidentemente no podíamos  acceder a comprar aquellos coches Seat de gran cilindrada: 1400, 1500, 1600 y, no recuerdo bien, pero seguro que había hasta Seat 3000 o más.

Entronque de galerías (Rengos)

El ambiente en Cangas era impresionante, recuerdo cuando en la discoteca Zaycor, en El Reguerón, no se podía pasar, no cabía una persona más en el local y esto, en mayor o menor medida, ocurría en todos los locales de ocio de Cangas.

Grandes profesionales de la minería de nuestro concejo

Aparecen en estas décadas los  principales nombres de empresas y empresarios asociados a este desarrollo minero en Cangas del Narcea:

  • En la cuenca de Carballo, empresas como Minarsa, Antracitas del Acebo y Antracitas de Cibea.
  • En la cuenca de Rengos, empresas como Antracitas de Gillón, Antracitas de Rengos (Carmencita), Carbonífera del Narcea (Carbonar), Pire Minas, Coto Minero del Narcea, Minero-Astur, Mina Juan, Carbolasa, y empresarios como Domingo Martínez Juan, Efrén Cires Suárez, Antonio García Simón y otros.

El declive de esta minería se inicia al finalizar el siglo XX y va paralelo a las decisiones políticas de reconversión, marcadas desde directrices comunitarias. No entraré a valorar  todo el proceso de reconversión minera ni sus causas por ser muy extenso y salirse fuera del propósito de este artículo; me limitaré solamente a señalar las repercusiones que esta reconversión tiene en nuestro concejo.

Galería en carbón (Rengos)

En el gráfico siguiente se ve claramente la disminución de empresas y mineros que sufre la minería canguesa a finales del siglo XX y principios del XXI. Paralelamente, también se puede observar la disminución de la población del concejo como consecuencia directa de este proceso.

Población de Cangas del Narcea en 2009: 14.589 habitantes

Hay tres momentos claves que marcan este proceso de reconversión. En 1978 sólo la mina de Gillón tenía trabajando en sus explotaciones 1.150 mineros, en 1986 sumando todos los mineros de la zona daban una cifra de 1.945 mineros. A partir de aquí el declive empieza a mostrarse de forma acusada, cerrando minas como Minarsa, Pire Minas, Mina Juan, Carbolasa, Antracitas del Acebo, Antracitas de Cibea, Minero-Astur, Carmencita y la mítica Antracitas de Gillón que cierra en 2005. A partir de esta fecha se mantienen en la zona dos minas: Coto Minero del Narcea, hoy perteneciente al grupo Uminsa de Victorino Alonso, y Carbonar. Esta última es la más representativa desde el punto de vista de la producción y la plantilla, ha hecho un gran esfuerzo de investigación y desarrollo, mecanizando todo el proceso productivo con sistemas automarchantes de arranque de carbón con rozadora y sostenimiento de techo con pilas escudo autodesplazables.

 

Sostenimiento por escudos y rozadora picando carbón a seiscientos metros de profundidad bajo las montañas de Rengos.

El actual Plan del Carbón 2006-2012 persigue encauzar el proceso de ordenación de la minería del carbón, teniendo en cuenta los aspectos sociales y regionales derivados de la misma, así como la necesidad de mantener una determinada producción de carbón autóctono, que, en caso de crisis energética,  garantice el acceso a estas reservas.

Los principales proveedores de petróleo y gas son: Argelia, Arabia Saudí, Rusia, Liberia, Nigeria e Irán, países que dibujan un mercado muy inestable.

Día de Santa Bárbara, patrona de los mineros, (Cangas)

Esto quedó demostrado con la espectacular subida del barril de petróleo y del gas que se produjo en 2008, poniendo en serios problemas a las economías que tienen gran dependencia de dichos productos. Otro factor a tener en cuenta  es que en España el carbón es la única energía propia que no depende del exterior, exceptuando las energías renovables  todavía en fase de expansión y la energía nuclear que tiene un amplio rechazo social. Esto permite pensar que mientras que el  MIX energético español siga utilizando un porcentaje de energía termoeléctrica generada por carbón, se pueda seguir manteniendo esta minería en la zona, que aunque no tiene el volumen de sus años de esplendor, todavía genera una riqueza difícil de sustituir en nuestro concejo de Cangas del Narcea.

Un proyecto de explotación forestal y minera de Cangas del Narcea a finales del siglo XIX

Emplazamiento y trazado del ferrocarril entre Muniellos y San Esteban de Pravia

En la Biblioteca Digital de la web del Tous pa Tous está disponible un folleto escrito en francés y publicado en París en 1900 que se titula Exploitation minière et forestière de la Haute-Narcea (Asturies): Rapports, es decir, “Explotación minera y forestal del Alto Narcea (Asturias): Informes”. Es una publicación muy rara que no se encuentra disponible en ninguna biblioteca pública española. El folleto contiene dos informes para explotar las minas y bosques situados en la cuenca alta del río Narcea, redactados por el ingeniero de minas J. Martelet en París en febrero de 1900 y por el inspector adjunto de montes Fatou que lo firma en Langres (departamento de Alto Marne) en noviembre de 1895. La explotación giraba sobre todo alrededor de la madera localizada en los montes de Rengos, Oubachu, La Veiga’l Tachu, Monesteriu del Coutu y, especialmente, en el monte de Muniellos. El proyecto también incluía la instalación en La Venta o Ventanueva de un horno alto de fundición que emplearía como combustible antracita y carbón vegetal.

El monte de Muniellos fue propiedad de los condes de Toreno hasta 1901 y su madera comenzó a explotarse en 1768 para el arsenal de El Ferrol. Para sacar la madera del monte se hizo una carretera hasta la villa de Cangas y desde aquí se realizaron trabajos en el río para hacerlo navegable hasta el puerto de mar de San Esteban de Pravia. En esa fecha la explotación del monte corría cargo de la Real Armada. En la segunda mitad del siglo XIX volvió a explotarse intensamente su madera, ahora por empresas privadas que a menudo eran extranjeras: la catalana Crédito Mobiliario Barcelonés, la franco belga Sociedad Minero Forestal Ferroviaria y la Sociedad General de Explotaciones Forestales y Mineras Bosna Asturiana, formada con capital francés, vasco y asturiano.

Lógicamente, estas sociedades enviaban a Cangas del Narcea técnicos a reconocer el territorio y a estudiar las maderas, los yacimientos mineros y las canteras que pudieran explotarse, y también el modo de transportar todos estos recursos. El transporte va a ser uno de los graves inconvenientes con los que se van a encontrar todas las empresas. A fines del siglo XIX la solución que se propone es el trazado de una línea de ferrocarril. En este proyecto de 1900 se considera imprescindible contar con este medio de transporte para lograr sus objetivos económicos, y en él se publica un mapa con el trazado de una línea que unía Muniellos y San Esteban de Pravia.

La publicación Exploitation minière et forestière de la Haute-Narcea (Asturies) debió ser una iniciativa de los promotores de la sociedad “Bosna Asturiana”, constituida el 25 de marzo de 1902, probablemente del banquero francés Victor Barreaux, con el fin de anunciar las posibilidades de su proyecto y atraer accionistas. La empresa comenzó la explotación en 1903 y en 1908 disminuye considerablemente el trabajo por un incendio que destruye la serrería y, sobre todo, porque uno de los objetivos del proyecto: la construcción del ferrocarril, nunca llegó a cumplirse. Más información sobre la historia de la explotación de Muniellos puede verse también nuestra Biblioteca Digital: La explotación del Monte de Muniellos (Asturias), 1766-1973.

La digitalización de este folleto ha sido patrocinada por Bufete MARIO GÓMEZ –ABOGADOS, de Cangas del Narcea.