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Maltrato a la lápida de homenaje a los voluntarios cangueses de 1808

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Placa dedicada a los héroes del Regimiento de Voluntarios de Cangas de Tineo

En el mes de junio de 1808, como reacción a la invasión de España por el ejército francés se constituyó el Regimiento de Voluntarios de Cangas de Tineo. En él se alistaron 944 jóvenes del concejo, que el 10 de noviembre de ese año entraban en combate por primera vez en Espinosa de los Monteros (Burgos). Al finalizar la guerra de la Independencia en 1814 solo regresaron con vida 22 de aquellos hombres.

Un siglo después, el 14 de julio de 1908, el pueblo de Cangas del Narcea homenajeaba a aquellos voluntarios colocando una lápida en la fachada de su ayuntamiento, situado entonces en la calle Mayor. Fue un día cargado de emoción y recuerdos. Se organizó una procesión cívica en la que participaron todas las clases sociales de la villa. El orden era el siguiente: un batallón infantil;

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Grabado del siglo XIX alegórico a la Batalla de Espinosa de los Monteros (10 y 11 de noviembre de 1808) en la que interviene el Regimiento de Voluntarios de Cangas de Tineo.

“niñas y niños de las escuelas públicas” con sus maestros; todo el personal de Obras Públicas (el ingeniero Diz Tirado, el ayudante, el sobrestante y los peones camineros); los curas párrocos y los dominicos de Corias; las autoridades municipales con el alcalde Nicolás de Ron, que portaba la bandera del Regimiento de Voluntarios de Cangas de Tineo; los diputados provinciales; los empleados del juzgado, abogados y procuradores; militares residentes en la villa; el orfeón y la banda municipal, y “cerrando la comitiva el pueblo en masa”. La procesión fue desde el Campo la Veiga hasta el antiguo ayuntamiento y allí el alcalde descubrió una lápida “para perpetuar la memoria” de los voluntarios cangueses, que estaba colocada en el centro de la fachada de aquel edificio. El acto fue solemne y multitudinario; sobre él se publicaron varias crónicas en periódicos locales y regionales (José Gómez López-Braña en El Carbayón, de Oviedo, y Adolfo en El Popular, de Gijón).

Hoy, en 2013, doscientos años después de aquella guerra y ciento cinco años después de haberse colocado, la lápida está pintarrajeada y presenta un aspecto penoso. La falta de decencia cívica y de respeto al pasado, la ignorancia y la estupidez de algunas personas son la causa de esta situación. Sabemos que en los próximos meses el Ayuntamiento de Cangas del Narcea va a remediar su estado, encargando su limpieza y reparación. Con dinero de todos tendrá que repararse el desaguisado realizado por uno o varios descerebrados. La lápida es un símbolo de nuestra historia y se merece esta reparación, primero, para honrar a unos  muertos que lucharon por la libertad y segundo, porque es el único testimonio que existe en nuestro concejo que conmemora un hecho histórico en el que participaron colectivamente todos los cangueses.


A continuación dejamos dos enlaces a sendas crónicas periodísticas publicadas en el mes de julio de 1908 y mencionadas más arriba:


Más información:


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El regimiento de Cangas de Tineo

Sr. Director de El Carbayón

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Reproducción de soldado con bandera coronela o principal del Regimiento de Voluntarios de Cangas de Tineo, 1813

Muy señor mío: Ni yo, ni en general los cangueses, somos amigos de exhibiciones ni de dar a la publicidad nuestros acontecimientos. Cuando tenemos desgracias, nosotros las sufrimos y entre nosotros las lloramos, y cuando alegrías y satisfacciones, también en casa, o sea en la villa, las gozamos, y bien ve usted lo poco que le cansamos con artículos y comunicados, constituyendo raro caso que su ilustre periódico tenga que ocuparse de nosotros, y es caso frecuente que muchas personas de relativa instrucción de esta provincia no sepan que existe un concejo de 24.000 almas con una capital que se llama Cangas de Tineo.

Con nuestro humilde y modesto periodiquín “El Narcea”, que es hijo del pueblo y escrito para los que por suerte o desgracia tuvieron que alejarse de sus lares, nos vamos arreglando, escribiendo poco, trabajando mucho y guardando para nosotros y para los nuestros, acontecimientos que con facilidad otros publican aunque solo a ellos atañen.

Pero, Señor Director, hoy creo que debemos hacer una excepción, porque también es verdaderamente excepcional el hecho o hechos que la motivan, y al dar estos a la publicidad no es romper nuestra costumbre como lo sería si de hechos vulgares se tratase, y máxime si los acontecimientos de que hoy voy a dar cuenta, deben ser conocidos para después ser imitados.

[…]

Teníamos aquí, como oro en paño, una bandera, la autentica bandera del Regimiento de Cangas de Tineo que heroicamente tremoló en la épica Guerra de la Independencia. Bandera de mala seda, rota y maltrecha por lo mucho que se tremoló y por la acción del tiempo, que no por los ultrajes inferidos por los soldados de Napoleón; trapo ajado y hecho jirones, pero recuerdo santo, emblema precioso del patriotismo de nuestros abuelos, testigo presencial de tantos hechos heroicos como estos realizaron en defensa de su Dios, de su Rey y de su patria.

Cien años hace que se formó ese Regimiento y se lanzó a la lucha para cubrirse de gloria, y los cangueses queremos conmemorar tan noble acontecimiento y dedicar un cariñoso recuerdo a los que con valor heroico se sacrificaron en aras de la patria, trazando con su sangre el camino que debemos recorrer si caso análogo se vuelve a presentar.

Del buen deseo de todos y del común sentir surgió una junta, que por unanimidad acordó un programa que una comisión había de llevar a la práctica. Y merece citarse uno de los acuerdos tomados al redactar el programa y fue el que no había de mediar dinero, y que quien fuese necesario había de prestar sus servicios sin remuneración alguna, y tal como se pensó se realizó, y nunca honras fúnebres tuvieron lugar en la iglesia y en el Campo de la Vega, ni se vio procesión más ordenada ni concurrida, ni música más sentida, ni coros mejor armonizados ni más nutridos.

Los días designados para las funciones eran el 14 y el 15 [de julio de 1908], y con la mayor solemnidad se verificaron en esta forma:

Día 14. Procesión cívica en nuestro hermoso Campo de la Vega, misa en el mismo lugar, sermón por un Padre Dominico y retorno hasta la Casa Consistorial para descubrir la lápida conmemorativa dedicada a los héroes del regimiento cangués.

La procesión se encabezaba con el batallón infantil, que marchaba con una marcialidad digna de los cangueses que les precedieron. Seguían los maestros del concejo, modestos y resignados campeones de la instrucción elemental, base de cualquier otra ilustración. Luego, todo el personal de Obras Públicas con banderolas y presididos por el cangués de adopción ingeniero señor Diz Tirado, por el ayudante y el sobrestante.

Continuaba la mayor parte del clero del concejo, clase social que respondió con los PP. Dominicos, a quien presidía el Sr. Rector, como un solo hombre. Cincuenta y dos parroquias tiene el concejo y todos los curas, a quienes mayores deberes no los retienen en sus puestos, acudieron y se distinguieron por sus sentimientos patrióticos y pruebas de admiración a los que tan alto colocaron el nombre de Cangas luchando por la independencia de la patria.

Proseguían los juzgados con sus secretarios, abogados y procuradores. El Ilustre Ayuntamiento iba a continuación con los diputados provinciales y todos sus invitados, llevando la bandera nacional el síndico y la del Regimiento de Cangas el alcalde. Detrás, la banda de música y un numeroso coro de jóvenes tocando y cantando el hermoso himno compuesto a este propósito por el director de la orquesta Sr. Castro y por don Alfredo Flórez. Y finalmente seguía numerosísimo público, que silenciosa y respetuosamente se descubría al paso de nuestra bandera que nos atestiguaba las heroicidades de nuestros abuelos.

Majestuosamente, como dije antes, llegó la procesión al Campo de la Vega, y al aire libre, sobre un tablado, a la sombra de los copudos tilos que solo permitían pasar algunos rayos de sol tamizados por las frondosas ramas, se celebró la misa por el coadjutor de esta parroquia, y un muy Reverendo P. Dominico pronunció un discurso de tonos tan patrióticos, con oratoria tan sublime, que hizo romper en estruendosos aplausos a toda la concurrencia, loca de admiración y entusiasmo […].

A la vuelta, con el mismo orden de ida, se descubrió la lapida conmemorativa y pronunció desde el balcón del Ayuntamiento un corto pero enérgico y florido discurso el Dr. D. Ambrosio Rodríguez.

Los balcones todos de la calle ostentaban hermosas colgaduras y por la noche vistosa iluminación, mientras hacía más ameno el paseo por la calle Mayor la banda municipal tocando en la plazuela de la Refierta.

El día 15, a las diez de la mañana, se celebraron las honras fúnebres en nuestra hermosa colegiata. Los sacerdotes que en la víspera habían asistido a la procesión y misa, y aun muchos otros, concurrieron este día. Dijo la misa el Padre Rector de Corias y la cantó la capilla del convento, acompañada por su organista, todo con la severidad y pompa que estos actos requieren. El señor cura de Cangas predicó un hermosísimo sermón que aún superó a los mejores que tan justa fama de orador sagrado le dieron […].

El pueblo de Cangas, Sr. Director, se mostró esta vez, como lo hace siempre en todo asunto importante, a una altura bien digna de ser imitada: honró a los muertos, rogó al cielo por ellos y prometió solemnemente imitarles y enarbolar su bandera en todo caso que lo requiera la defensa de su Dios, de su santa libertad y de su tan querida patria.

Estos acontecimientos eran los que yo quería dar a la publicidad por medio de su tan ilustrado periódico para que vean en Oviedo y en el resto de la provincia, y fuera de la provincia también, que Cangas, como los demás pueblos asturianos, trabaja y lucha por su vida presente, pero sabe glorificar a quienes perdieron la suya  muriendo la muerte de los héroes.

Y termino haciendo especial mención de don Manuel Flórez Uría y don Bernardo Villamil que fueron los organizadores, y el primero iniciador también, de todos los actos de este centenario, y mención del alcalde don Nicolás de Ron, que desde el primer momento hasta el último contribuyó con todo su poder al esplendor que alcanzaron las fiestas.

José Gómez y López-Braña


(El Carbayón, 27 de julio de 1908)


 

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El Centenario de la Independencia en Cangas de Tineo

Sr. Director de El Popular:

Grabado de la gloriosa Batalla de La Albuera en la que participó el Regimiento de Voluntarios de Cangas de Tineo el 16 de mayo de 1811. Archivo y Biblioteca de la Diputación de Cáceres

Mi querido amigo: A las diez de hoy dio principio en ésta villa la fiesta patriótica que la Comisión compuesta por los simpáticos cangueses D. Manuel Flórez (verdadero organizador), D. Abel Valle y D. Bernardo Villamil, organizó para conmemorar brillante y dignamente la fecha del Centenario del Bautismo de Sangre que en la batalla de Rioseco, recibió el bravo y heroico regimiento de Voluntarios de Cangas de Tineo, el día 14 de Julio de 1808.

Este regimiento peleó durante los seis años de duración de la guerra contra el invasor francés y tomó la más activa parte en la batalla de Tolouse, donde en carga a la bayoneta llegó hasta diez pasos de las tropas francesas obligándolas a retirarse en precipitada fuga.

A la hora antes citada se organizó la procesión cívica la que componían todas las clases sociales de esta importante villa y en la que figuraban en primer lugar el batallón infantil, niñas y niños de las escuelas públicas, peones camineros del concejo con banderolas, siguiendo después las comisiones oficiales por el orden siguiente:

Ayuntamiento presidido por el Alcalde don Nicolás del Ron, que era portador de la laureada Bandera del Regimiento de Voluntarios de Cangas de Tineo, Juzgados de Instrucción y municipal, militares residentes en este villa, RR. PP. Dominicos de Corias y Clero parroquial del Arciprestazgo, seguían el Orfeón y Banda municipal de música, cerrando la comitiva el pueblo en masa.

Llegada la procesión al Campo de la Vega al Orfeón y Banda ejecutaron un precioso himno dedicado a los héroes del citado regimiento cuya composición es debida en la letra de don Alfredo Flórez y la parte musical, llena de aires guerreros y admirablemente armonizada es obra del ya muy afamado compositor y director de la banda municipal D. José de Castro.

Seguidamente dio principio la misa de campaña, celebrando el Santo Sacrificio el virtuoso coadjutor de esta parroquial don Benigno Fernández. Este siempre imponente acto llenó hoy mi alma de santo entusiasmo, pues en el campo y viendo reflejarse en los semblantes de los fervientes católicos de Cangas de Tineo la sumisión y la fe ardiente que en su corazón rebosaba, se electrizaba mi cuerpo y bendecía una y mil veces el Santo Nombre de Dios.

Grabado de la gloriosa Batalla de La Albuera en la que participó el Regimiento de Voluntarios de Cangas de Tineo el 16 de mayo de 1811. Archivo y Biblioteca de la Diputación de Cáceres

La parte más sublime de la fiesta fue la oración pronunciada por el sabio y precaro hijo de Santo Domingo R. P. Sanz, director da la «Revista del Rosario» y profesor del Colegio de Vergara.

Dio principio a su discurso el Padre Sanz, con un exordio tan hermoso y lleno de tonos de humildad, que antes de darle fin se había apoderado totalmente del numeroso auditorio que le escuchaba, teniéndole pendiente de su elocuente y arrebatadora palabra.

Entrando en materia (y permítaseme la frase) se remontó al principio de la invasión de los agarenos, haciendo historia de la guerra de la Reconquista, pero al hacer la descripción de la pelea en, Covadonga, lo hizo con tal entusiasmo y con tan arrobadora elocuencia que todos los oyentes sin excepción prorrumpieron en calurosos y atronadores aplausos. El R. P., imponiéndose a tanta multitud, continúo su inapreciable sermón, reseñando como lo haría el mejor historiador, toda la guerra contra el moro hasta sepultarle allende del Estrecho. Tuvo párrafos preciosísimos haciendo historia de la guerra de la Independencia, pero estuvo sublime al cantar las glorias del pueblo español en 1808, que defendía (dice el Padre Sanz, lleno de entusiasmo) que defendía a su Dios, a su Patria y a su Rey, sin que éste y su Gobierno extendieran en su diestra la espada y se pusiera al frente de su pueblo, como lo hicieron Pelayo en Covadonga, Fernando en Granada y Carlos V en Flandes. Nuevamente se oyen los aplausos, pues es tanto el entusiasmo que es imposible contener las manos y éstas exteriorizan lo que el corazón siente.

Termina el P. Sanz, su oración con un patriótico himno a la Bandera que cobijó a los valientes cangueses en sus triunfos y deseando que si llega el caso los españoles de hoy sepamos seguir el ejemplo de nuestros abuelos no permitiendo que el invasor nos arrebate nuestra Fe, ni se enseñoree de nuestra Patria, pues como los héroes de 1808 a 1814 y derramando si fuera preciso la última gota de nuestra sangre.

Organizada nuevamente la procesión cívica se dirigió a la Casa Ayuntamiento, donde el Alcalde señor Ron tras breves y elocuentes frases descubrió una lápida conmemorativa, para perpetuar la memoria del laureado Regimiento de Cangas de Tineo.

Descubierta ésta y desde el balcón central de la Casa Consistorial dirigió la palabra al pueblo el famoso Dr. D. Ambrosio Rodríguez, muy conocido en Gijón, y en elocuentes y sinceras frases hizo un patriótico discurso que terminó de llevar el entusiasmo al espíritu del público terminándose el acto con vivas a España, a la Religión y a Cangas de Tineo y su Regimiento.

Suyo siempre amigo

Adolfo


(El Popular, 16 de julio de 1908)


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El cine en Cangas del Narcea

Las salas de cine fueron uno de los espacios de entretenimiento, disfrute y aprendizaje más importantes del siglo XX. En Asturias, todas las villas y muchos pueblos tuvieron sus salas de proyección. Hoy ya no existe ninguna. En la villa de Cangas del Narcea hubo varias: el Teatro y Cine Toreno, el cine del convento de Corias, el cine del Ropero de Caridad o el Cine Trébol. La última sala en cerrar fue el Cine Trébol el 2 de marzo de 2004.

Nos gustaría recopilar testimonios del cine en Cangas del Narcea, como este folleto de mano de la película norteamericana “Luna de Birmania” (1940) que se proyectó en el Cinema Toreno el domingo 7 de octubre de 1945. Nos preguntamos: ¿alguien conservará una colección de programas de mano de los cines cangueses?

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Nombres de vacas III – El libro de aparcería de ganado de la casa de Miramontes, 1813 – 1826

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Vacas en la sierra de Arbolente, al fondo el Río del Couto.

Una de las fuentes de información más útil para conocer la historia de la ganadería en Asturias son los libros de aparcería o “comuña”, en los que los propietarios registraban las cuentas del ganado que daban a medias a campesinos. Nosotros tenemos uno de la casa de Miramontes, que perteneció a José Alfonso Argüelles y que comprende anotaciones desde 1813 a 1826. Este señor residía en la villa de Cangas del Narcea, pero la casa solar de su familia era la de Miramontes, la conocida como La Torre de Sorrodiles, en la parroquia de Cibea, donde vivía en aquel tiempo un casero. Sus propiedades estaban repartidas por Cibea, Xinestosu / Genestoso y el Partido de Sierra, y fuera de nuestro concejo por Valdés, Pravia, Laciana (León) y Valdeorras (Ourense). En el libro anota cada año las cuentas de las cabezas de ganado que tenía dadas en aparcería con varios campesinos: Vicente Martínez “el Colaso”; Manuel Menéndez, de Villarino de Cibea; Francisco Frade, del Térano de Cibea; Feliciano de Alba, de Genestoso; Francisco Gancedo “el Requel”, de Villarino de Cibea; Juan Martínez “el Indiano de Villanueva”; Diego Rodríguez, de Miramontes (casero de José Alfonso Argüelles), y “Joaquín, hijo de Pedro de Llamas”.

En aparcería tenía cabras, yeguas y, sobre todo, ganado vacuno: becerras, magüetas, vacas y bueyes. Los campesinos aprovechaban la leche, la fuerza de los animales para tirar del carro o aperos, y sus excrementos para hacer “cuitu” y abonar las tierras. Las crías de las vacas quedaban a medias entre el propietario y el llevador, y si se vendían se repartían el dinero. En el libro también aparecen los tratos que hacía con estos campesinos: “Hoy, 13 de marzo de 1826, compré o tomé una vaca y una novilla de dos años a Manuel Flórez, de Genestoso. Y se las dejé de aparcería. La vaca fue en trece duros y es mía sola, y las crías de a medias. Y la novilla en seis duros y lo que pase cuando se venda de los seis duros de a medias y las crías también de a medias”.

A veces se perdía toda la ganancia por muerte del animal. Se anotan cuatro causas de muerte: “se la comió el lobo” (se anota en tres casos); “lo comió el oso” (“Año de 1821. Un buey de a medias, de los dos que tenía el año de 20, pues el otro lo comió el oso”); “el mal bravo”, que es la causa más frecuente (“Murió una becerra de año del mal bravo y me dio la mitad del pellejo, hoy 7 de marzo de 26”) y una vaca que murió “derribada”. Cuando la muerte acontecía por las dos últimas causas se aprovechaba el pellejo del animal, que era para el propietario si la res era toda de él o se repartía a medias si la propiedad era compartida.

No todos los animales aparecen en este libro con nombres que los identifiquen. Los bueyes nunca se mencionan por su nombre; tampoco es habitual mencionar los de las becerras o las magüetas. Aparecen los nombres de dos novillos: Moreno (un novillo de dos años) y Pulido (“un novillo negro de tres años llamado el Pulido”). En cambio, las vacas madres son las que casi siempre se anotan con un nombre propio.

Los nombres que aparecen son los siguientes:

  • Abrila
  • Bragada
  • Cachorra, Calva, Castaña, Corala
  • Figuera
  • Garbosa
  • Lloura
  • Mariella, Melandra
  • Negra
  • Parda, Parrada, Pecha, Perusa, Peruya, Pinta, Prieta, Pulida
  • Rabona, Rana, Roja
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Una referencia histórica a los vinos de Cangas

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Tabla informativa de los principales vinos franceses y extranjeros

Francisco Suárez es un gijonés, ferviente defensor de los vinos de Asturias, que incluso posee un pequeño viñedo en el valle de Candamo. Este valle, al igual que la zona de Cangas del Narcea, cuenta con una antigua tradición vitivinícola desde tiempos medievales, sin embargo es menos conocida y por eso Francisco lo destaca en su interesante blog sobre viticultura y enología en Asturias: www.verdejoastur.blogspot.com.

Este verano Francisco visitó la región vinícola de Burdeos (Bordeaux) y en una de las bodegas encontró una reproducción de un cartel sobre vinos franceses y extranjeros de hacia 1880. Su sorpresa fue grande al descubrir que uno de los escasos vinos españoles mencionados era el denominado “Tineo”, del que se destacaban sus propiedades medicinales.

Adjunto a estas líneas la imagen del cartel que nos ha enviado Francisco, que se titula: “Tabla informativa de los principales vinos franceses y extranjeros”, y un detalle de la referencia al vino de Cangas en la que se puede leer:

Tineo

Vins trés chargés en couleur, chauds toniques, trés parfumés ayant méme un peu la saveur médicale. Ces vins sont plutót considérés comme rémede que comme boisson.

Espagne

Y cuya traducción es:

[Cangas de] Tineo

Vinos de color muy intenso, tonos cálidos, muy fragantes, incluso con un poco de sabor medicinal. Estos vinos están considerados más como remedio curativo que como bebida.

España

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Detalle de la referencia al vino de Cangas denominado ‘Tineo’

Las propiedades medicinales de estos caldos también las destacaba la Comisión Calificadora de la Exposición Provincial Asturiana de 1875 en cuyo informe sobre los vinos de Cangas señalaba sus facultades tónicas y un exceso de tártaro, que indudablemente contenían, en comparación con los vinos ordinarios, circunstancias higiénicas que aconsejaban su uso a las personas debilitadas y enfermas. (Ver: El vino de Cangas en la Exposición Provincial Asturiana de 1875)

En cuanto a la datación del cartel encontrado por el amigo Francisco Suárez, en el cual no se observa fecha alguna, como ya he mencionado bien podría haber sido elaborado hacia 1880, época en la que precisamente técnicos franceses de la zona de Burdeos vinieron a trabajar a Cangas contratados por Anselmo González del Valle. (Ver: La modernización del vino de Cangas, 1878 – 1901)

50º Rally Príncipe de Asturias (Cangas del Narcea, 2013)

Resumen de la 50 edición del Rally Príncipe de Asturias 2013 celebrado en Cangas del Narcea (Asturias)

La espectacularidad y la dureza de esta edición del Rally Principe de Asturias, cuyos tramos cronometrados se corrieron en Cangas del Narcea, quedó de manifiesto en el hecho de que 15 de los 67 equipos que tomaron la salida en Oviedo no pudieron terminar la competición. Toda la información relacionada con la prueba está disponible en web oficial: www.rallyprincesa.com.


www.fotofilete.com

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El puerto de Leitariegos (canción asturiana)

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José González ‘El Presi’ y Emiliano Acosta actuando en el cine de La Hueria de Carrocera (San Martín del Rey Aurelio) h. 1954. Fotografía de la Asociación Cultural ‘Amigos del Valle de la Güeria’

Incluida en el “Catálogo de discos de 78 rpm en la Biblioteca Nacional de España”, nº 5811

  • Grabación sonora: El puerto de Leitariegos (canción asturiana).
  • Autor: Ulpiano Vigil Escalera (m. 1967)
  • Intérprete: José González “Presi” (1908-1983) con Emiliano Acosta a la guitarra.
  • Editor: Fábrica de Discos Columbia. Juan Inurrieta. San Sebastián.
  • Fecha: 1954



El paisaje del viñedo en los concejos de Cangas del Narcea, Degaña e Ibias (2012)

Parrales de camino. Camino de abajo o del Molino en Seroiro (Ibias)

El etnógrafo Luis Vicente Elías Pastor y Margarita Contreras Villaseñor han sido los encargados de realizar este completo estudio, conscientes de que el suroccidente asturiano es depositario de una formidable riqueza medioambiental generada por sus espacios naturales y que alberga además un paisaje de viñedo único.

Se trata de un gran trabajo de recopilación de documentación e información en el que se analizan aspectos tan diversos como la imagen del viñedo a lo largo de la historia, los elementos que han condicionado el paisaje, patrimonio asociado a la actividad vitivinícola, o las tipologías de viñedo. Para su investigación han contado con la ayuda de las personas que trabajan de forma cotidiana en el campo, conociendo los procesos que se realizan actualmente y aquellos otros que dejaron de hacerse, pero que han podido tener cierta afección sobre el paisaje.

Según palabras de los propios autores “no es un estudio de las formaciones ni de las variedades, tampoco de los tipos de cultivos ni de los rituales agrarios; es un análisis de cómo todos estos elementos generan un paisaje. Es por lo tanto un estudio antropológico que tiene como finalidad integrar los viñedos tradicionales como elementos de patrimonio cultural.”



 

El paisaje del viñedo en los concejos de Cangas del Narcea, Degaña e Ibias (2012)
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Un equipo del CSIC promueve el occidente asturiano como destino enoturístico

Impulsa la recuperación de la viticultura heroica en el Principado

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Viñedos en las proximidades de Limés (Cangas del Narcea). Foto: MERA

El Equipo de Investigación de Viticultura del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha constituido un equipo interdisciplinar para potenciar el desarrollo sostenible y consolidar el occidente asturiano como destino enoturístico de referencia “poniendo en valor la viticultura como elemento indispensable de la cultura, el paisaje y la tradición”.

Según indican desde el organismo en nota de prensa, la recuperación de la viticultura heroica en Asturias promovida en los últimos años por el CSIC “ha potenciado el despegue de un sector vinícola competitivo y el desarrollo sostenible de la zona occidente como destino enoturístico de referencia nacional e internacional ligado a la cultura, el paisaje, la tradición y la conservación del patrimonio”.

De este modo, el Grupo de Viticultura del CSIC ha creado un equipo interdisciplinar de trabajo integrado por nueve instituciones y entidades que contribuyen a la puesta en valor de la viticultura heroica desde diferentes ámbitos: científico, económico, cultural, social y desarrollo rural.

Representa un 5% a nivel mundial

Y es que, esta viticultura solo representa un 5% a nivel mundial por sus características vinculadas a zonas de montaña, altitud superior a los 700 metros, en fuerte pendiente y en pequeñas islas, explican desde el CSIC.

Actualmente, más de 100 hectáreas de terreno se dedican al cultivo de variedades de vid únicas y autóctonas de la zona de Cangas del Narcea (albarín blanco, albarín tinto, verdejo negro y carrasquín), recuperadas por los investigadores del CSIC y que, desde hace seis años, se comercializan en exclusiva para los viticultores de Asturias.

El CSIC había iniciado los trabajos de investigación en 1986, cuando la viticultura de montaña había desaparecido, para determinar, localizar, conservar y potenciar las variedades autóctonas que, mediante un sistema de selección clonal, fueron reproducidas e introducidas de nuevo en el mercado. “Esta labor propició, asimismo, la profesionalización y modernización del sector bodeguero, que elabora vinos amparados por el Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida ‘Vino de la Tierra de Cangas’, integrante del grupo interdisciplinar que se centra en conseguir la denominación de origen”, apuntan desde el equipo de investigación.