Cronista accidental

Vista parcial de Cangas del Narcea en 1971. Aún no existía el puente colgante.

Espero siempre con gran interés la columna periodística que en el diario ABC plasma un par de veces a la semana y con certera visión de una actualidad alejada a los tópicos políticos del momento, el periodista y escritor sevillano-gaditano Antonio Burgos. En sus últimos artículos, glosa la figura de una nueva profesión, el “tertulianés”. No voy a entrar en definiciones cuando él la ha referido de forma magistral.

Ustedes se preguntarán: ¿a qué viene todo esto?

– Pues siguiendo la misma línea, incorporo otra nueva profesión: la de “cronista accidental”.

¿Qué define a la nueva figura?

– Sin entrar a valorar su posible calidad narrativa, informativa o de opinión creo que es preferible ponerles un ejemplo:

Esta mañana, como todas, desayuno con la reseña de las noticias que recoge en su web el Tous pa Tous referidas a la actualidad canguesa. Paso a citar una de ellas: “Hay muy pocas imágenes que sirvan para definir Cangas del Narcea más certeramente que el puente colgante. Un volador, un «cacho» de vino y pocas más…”

Me parece asombrosa la capacidad de síntesis que pueden tener algunos, sobre aspectos históricos, artísticos, humanos, paisajísticos etc. de una comarca que reúne y acrisola todo esto de manera notable para anteponer una actuación reciente y de cierto interés logístico, a la casi milenaria historia de la comarca. Pasé mi infancia y juventud como muchas otras generaciones sin la presencia de tal actuación arquitectónica por lo que con toda precaución, pediría a determinados “cronistas accidentales”, tuvieran más respeto a la historia, paisajes y paisanajes y no banalizaran sobre circunstancias que les pudieran sobrepasar.

G.M.L. Madrid
27 de febrero de 2013

Alejandro Casona en Chile en 1959: el éxito de ‘La casa de los siete balcones’

Antonio Fernández Insuela, Catedrático de Literatura Española de la Universidad de Oviedo, demuestra una vez más su gran interés por la figura de Alejandro Casona (Bisuyu / Besullo, 1903 – Madrid, 1965) en el artículo “Alejandro Casona en Chile en 1959: el éxito de La casa de los siete balcones“, recientemente publicado en Un libro para Ramón (Homenaje a José Ramón Saiz Viadero), volumen colectivo coordinado por el profesor José Manuel González Herrán y que Ediciones Tantín, de Santander, ha tenido la amabilidad de permitir su difusión desde el Tous pa Tous.



Un reportaje de 1950 en el monasterio de Corias

Publicamos aquí las únicas imágenes del concejo de Cangas del Narcea que existen en el archivo histórico de NO-DO, Noticiarios y Documentales cinematográficos (1943 – 1981), y pertenecientes a las colecciones especiales de la Filmoteca Española. Dichas imágenes corresponden al monasterio de Corias y son muy breves, tan solo 30 segundos. Nº 369A de fecha 30-01-1950.


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El periódico La Verdad (1903) en la web del Tous pa Tous

Cabecera de ‘La Verdad’, primera época, nº 2, 14 de febrero de 1903.

La Verdad fue un periódico de vida muy corta, como tantos otros en la historia de la prensa canguesa. Nació el 7 de febrero de 1903 y murió en el mes de mayo o junio de ese mismo año. Se tiraba en la Imprenta La Económica, de Oviedo, porque en Cangas del Narcea en aquel tiempo no había imprenta, y se vendía por la calle los sábados, día de mercado. Además, en tan corto periodo de tiempo tuvo dos épocas. En la primera, que duró los meses de febrero y marzo, los editores estaban dados de alta en Cangas del Narcea y en la segunda, tuvieron que matricularse en Oviedo. La razón de esta vida tan corta y azarosa fue la persecución política que sufrió La Verdad por parte del Ayuntamiento de Cangas del Narcea. Lo curioso es que el periódico ponía debajo de la cabecera: “Este semanario no es político”, declaración que no era muy sincera como puede comprobar cualquiera leyendo su contenido.

Lamentablemente no conocemos los dieciséis números que se publicaron de este periódico (ocho en la primera época y otros ocho en la segunda) y solo hemos podido digitalizar nueve, gracias a la colaboración de los socios del «Tous pa Tous» Mario Gómez Marcos y Eladio Regueral Martínez.

Desde la desaparición de El Eco de Occidente en los últimos años del siglo XIX, no había habido otro periódico en Cangas del Narcea. La razón es que no hacía falta porque no había lucha política; desde 1898 todos los grupos apoyaban al mismo diputado a Cortes, el liberal monárquico Félix Suárez-Inclán. Pero en 1903 la situación cambió, volvieron a resurgir las divisiones y los enfrentamientos políticos, y con ellos retornaron los periódicos a la calle: La Verdad en 1903 y El Narcea en 1905.

Los promotores de la primera época de La Verdad fueron José Pallarés Nomdedeu y Manuel Flórez de Uría y Sattar. El primero era comerciante, había sido alcalde entre 1898 y 1902 y participó en la fundación del periódico para luchar contra el nuevo alcalde: Nicolás de Ron Flórez-Valdés; Pallarés volverá a ocupar la alcaldía entre 1904 y 1906. Manuel Flórez de Uría era procurador de los tribunales y apoderado en Cangas del Narcea de la “Bosna Asturiana”, que era la empresa propietaria del monte de Muniellos; profesaba ideas republicanas. En 1903 los dos eran concejales. Sus nombres no figuraban en el periódico, ejerciendo como director nominal Luis González Ballesteros. La persecución que van a sufrir, sobre todo por el teniente alcalde Joaquín Rodríguez Martínez, la relatan en dos artículos publicados el 7 y el 15 de marzo de 1903 con el mismo título: “Brutal atropello”.

Cabecera de La Verdad, segunda época, nº 1, 11 de abril de 1903.

La segunda época de La Verdad comienza el 11 de abril de 1903, y en el periódico aparecen como director y jefe de redacción: Manuel Flórez de Uría, y como administrador y redactor: José Mª Díaz López “Penedela”. En la portada del primer número cuentan las razones de la publicación y las vicisitudes de la primera época del periódico:

Es ya una verdadera necesidad de toda población de alguna importancia el que en su recinto se publique uno o más periódicos, y Cangas de Tineo, su concejo y su partido judicial no deberían ser de peor condición que cualquiera otra de las villas de España en que ya existen publicaciones de esa clase, que velen por sus intereses y miren por su adelantamiento y progreso.

Por esta razón ya hubo en Cangas de Tineo, y por varias veces, quien arrostrara los trabajos o inconvenientes que supone y trae consigo la fundación de un periódico, aunque sea semanal; pero después de una lucha más o menos larga y de peripecias sin número ni cuento, todos esos generosos intentos y propósitos levantados tuvieron que ceder a la realidad, y esta era que el concejo no leía el periódico o por no saber hacerlo (¡esto sí que es triste!) o por apatía, por la proverbial pereza española. Y los que leían, los intelectuales del concejo (curas y maestros) y de la villa, no se interesaban por su progreso, por su arraigo, porque si el periódico era incoloro no tenía interés; si defendía un ideal político eran sus adversarios los del bando opuesto. Y en estas condiciones, faltos de base, faltos de oxigeno, murió un periódico tras otro periódico y Cangas de Tineo quedó en esta materia a la altura del Riff o del Congo.

Y en estas circunstancias surgió en la mente de dos personalidades de aquel concejo la idea de fundar un periódico que tirado en esta ciudad [de Oviedo], pues allí no hay tipografía ni cosa que lo valga, llegase a Cangas de Tineo los sábados, cuya fecha respectiva llevaría cada número, y ser repartido en dicha villa. Y para llevar a efecto esta idea, teniendo en cuenta que a ninguno de sus progenitores era de interés dar su nombre, bastándoles conseguir el fin lícito y honrado que se proponían, resolvieron ocultarse tras el de un individuo cualquiera que sin responsabilidad ninguna pudiera llevar el nombre del periódico, tan solo el nombre, puesto que ellos se encargaban de redactarlo, pagarlo y responder de su contenido con su firma. Y buscaron este individuo, especie de muestra del periódico y nada más, y a serlo se prestó de buen grado D. Luis G. Ballesteros, persona que por su edad, por su estado, por sus condiciones y posición social venía pintiparado al papel que se le asignaba.

Y con estas condiciones, redactado por don Jose Pallarés Nomdedeu y don Manuel Flórez de Uría apareció un semanario titulado La Verdad en Cangas de Tineo con fecha 7 de Febrero del corriente año. Y se publicó ese primer número, y un segundo, en que colaboraron los dos fundadores; y antes del tercero el Sr. Pallarés se retiró, y siguió solo el Sr. Flórez de Uría; publicó el tercer número, que por su valentía fue multado, denunciado y secuestrado; se dio a luz un cuarto número que duplicó la tirada del semanario; vino un quinto, que también fue denunciado, y un sexto que corrió la misma suerte, y un séptimo y un octavo que pudieron colar, pero este último ya con una tirada de mil ejemplares. ¿Qué tal? No se puede demostrar de manera más cumplida el hambre y sed que puede sentir un pueblo de que en su recinto exista una publicación periodística.

Pero esa serie de multas y el propósito conocido de continuarlas, justificaron la necesidad de matar La Verdad de Cangas de Tineo y así se anunció en su último número, correspondiente al sábado 28 del pasado mes de Marzo.

Vista de Cangas del Narcea desde El Cascarín, hacia 1905. Colección Suárez-Cantón

La Verdad de esta segunda época durará lo mismo que la primera y dos meses después cerraba el periódico definitivamente.

Nueve años más tarde, el mismo Manuel Flórez de Uría contará la historia de La Verdad en un extenso artículo que dedicó a la prensa canguesa y que publicó con el seudónimo de “Juan de Cangas” el 3 de marzo de 1912 en La Justicia, un semanario republicano que se editaba en la villa de Grao. A continuación reproducimos la parte de este artículo que Flórez de Uría dedicó a La Verdad y a su propia persona:

Los hombres de la situación inclanista [partidarios del liberal Félix Suárez Inclán], tras diez años de casi continua dominación y sin oposición seria de conservadores ni republicanos, se habían dividido en fracciones y éstas chocaban entre sí, lo que dio por resultado, con el triunfo de una de ellas, la derrota de la capitaneada por D. José Pallarés y la caída de éste de la alcaldía. Entonces surgió un nuevo periódico: La Verdad.  Este periódico, valiente y mordaz, que no respetó caciques, de los que se burló en todos los números de una tirada creciente cada día, hasta alcanzar la extraordinaria cifra de 1.200 ejemplares, repartidos en el concejo, la nación y en América, donde quiera que había cangueses; y que todo su editorial era obra de un sólo hombre, pues la colaboración era casi nula, por miedo á los caciques, y cuyo hombre fue el concejal republicano D. Manuel Flórez de Uría, que demostró una entereza y suficiencia tales que llegó á ser la pesadilla de sus contrarios, que por todos los medios, algunos bien indignos, trataron de destruir a La Verdad y a su dueño, pues contra éste hasta se intentó el atentado personal, aunque con resultados contraproducentes.

Como en Cangas ya no había imprenta disponible, La Verdad se tiraba en Oviedo y se repartía en Cangas los sábados, día de mercado, y desde los primeros números se le impusieron multas de hasta ciento veinticinco pesetas; se le secuestró tiradas enteras sin llegar los paquetes a manos de su dueño, pues la policía los recogía del coche correo, o se le prohibía la publicación, denunciando el contenido al Juzgado.

Así y todo, cada número, aunque sólo fuese uno ó dos ejemplares, conseguía llegar  a cada pueblo del concejo, y la labor del periódico se iba haciendo.

Para ver de evitar tales tropelías, se suspendió La Verdad, periódico de Cangas, y se creó en Oviedo un periódico del mismo nombre, con domicilio legal en Oviedo y allí inscripto en los padrones de la contribución industrial, dirigido por D. Manuel Flórez de Uría, y dedicado exclusivamente a tratar y defender los intereses del concejo de Cangas de Tineo. Y así vivió el periódico, hasta que, visto por los caciques locales el incremento que La Verdad tomaba, determinaron darle el golpe de gracia recogiendo los números de la Administración de Correos o en poder de los peatones y carteros del concejo, cosa fácil, pues esos cargos eran desempeñados casi todos (y algunos lo están aún hoy) por concejales afectos a aquella situación política; y esto hizo que el director de La Verdad, cansado de imponerse sacrificios y de luchar sin fruto, diese un manifiesto a los suscriptores (que esta vez llegó a su destino) en que, relatando el calvario que por ellos había recorrido, les anunciaba la suspensión del periódico.

Este semanario tuvo la honra de que cambiasen con él los más de los periódicos de Asturias y muchos de España y América española, y de que abriesen campañas en su defensa e insertasen sus trabajos y artículos, entre otros, El Correo y El Progreso, de Asturias; El Liberal y El Evangelio, de Madrid, y El Heraldo, de La Habana.


La Verdad (1903)

icon La Verdad, febrero-mayo 1903


 

Desde Zhejiang al Monasterio de Corias en busca del vino selecto: ¡los chinos sí que saben!

Importadores chinos de Zhejiang de visita en Cangas del Narcea a las viñas de la Bodega Monasterio de Corias

Una de las razones de la existencia de figuras de calidad, en este caso el Vino de Calidad de Cangas, que ampara nuestras elaboraciones tradicionales, es la salvaguarda de su origen, de sus productores y elaboradores y por ende de las zonas donde la actividad se desarrolla.

En un país de tradición milenaria como es China, esto lo entienden y así el importador chino de Zhejiang se ha fijado en nuestra zona, en la Bodegas Monasterio de Corias, para llevar a su mercado una pequeña partida de botellas de vino de la gama más alta de la bodega que permita a sus consumidores conocer de primera mano lo que estamos realizando en la zona.

Previamente el importador realizó una visita a Cangas con objeto de conocer el origen del vino que llegará a su mercado, después de una intensa jornada donde pudieron conocer las instalaciones de la bodega y alguno de los viñedos donde se produce la uva que después se integrará en el vino que los consumidores chinos pudieron empezar a degustar coincidiendo con el nuevo año chino.

Visita a Cangas de importadores chinos con objeto de conocer el origen del vino

Los mayores expertos del mundo del vino y la gastronomía reunidos días atrás en Barcelona, llegaban a la conclusión que la tendencia del vino se encamina hacia la recuperación de las variedades propias, menos graduación alcohólica, menos presencia de la madera que enmascara y uniforma los vinos, en definitiva vinos más delicados, sin trampas ni disfraces, todo eso lo tenemos en la zona, gracias al trabajo de nuestros viticultores en esas viñas de montaña y al trabajo realizado en bodega durante los últimos años. Filosofía que los consumidores chinos buscan y hasta Asturias, hasta Cangas han llegado y llevado el fruto de una tradición que se remonta varios siglos atrás.

Enlace a la fuente de la noticia: AsturiasMundial

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Reivindicación de la palabra ‘fana’

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Fana en la calle Clarín de Cangas del Narcea. 22 de enero de 2013.

La fana ocurrida en la calle Clarín de Cangas del Narcea y el terrible trastorno que ha traído consigo para vecinos y Ayuntamiento, ha convertido este asunto en noticia frecuente en los periódicos regionales durante las últimas semanas. En alguna información de los primeros días aparecía la palabra fana para denominar a esta fana, pero enseguida fue sustituida en los titulares y en los artículos por la palabra argayu o argayo. Las dos palabras, fana y argayu, significan en la lengua asturiana lo mismo: desprendimiento de tierras o desprendimiento del terreno. La primera es la que se emplea en todo el occidente asturiano y la segunda es la habitual en el centro de la región.

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Fana de Genestaza desde La Azorera (Tineo). Septiembre de 2012. Foto: Juan Díaz

En Cangas del Narcea empleamos la palabra fana para denominar a esos desprendimientos tan comunes cuando llueve y también para referirnos a un terraplén o terreno muy pendiente; todavía muchos recordarán la Fana del Reguerón y la Fana de Santiso, que hasta los años setenta eran los lugares donde se tiraba la basura de la villa que tenía como último destino el río. Hay fanas muy famosas por su gran tamaño, como la Fana de Genestaza / Xinistaza (Tineo), “la mayor y más asombrosa de toda Asturias”, en palabras de Guillermo Schulz escritas en 1858.

La palabra fana es muy antigua; según el filólogo Xosé Lluis García Arias es probable que proceda de una palabra “de origen céltico presente en irlandés fán ‘oblicuo, en declive, pendiente’, testimoniada también en galo”. También existe el verbo esfanar.

Es verdad que el empleo de una u otra palabra puede ser irrelevante al lado del suceso que ha ocasionado su empleo, sin embargo, también es cierto que el arrinconamiento y la suplantación de la palabra fana en los medios de comunicación tiene que hacernos reflexionar sobre el lugar que ocupa nuestra cultura.

Adios Eduardito, hasta siempre

Eduardito el 11 de junio de 2011 ofreciendo un cachu vino al presidente del Tous pa Tous en el acto a la memoria del padre Luis Alfonso de Carballo.

Ayer por la noche, lunes 18 de febrero de 2013, nos sobresaltábamos con la noticia del fallecimiento a los 62 años de nuestro socio Eduardo González Ordás. Este suceso, que a buen seguro ha conmovido a todos los cangueses, supone la pérdida prematura de un cangués notablemente alegre y entusiasta que desde su bodega en el barrio de Ambasaguas, ‘La bodega de Eduardito’, ha sido todo un símbolo de la fiesta popular canguesa.

Si cruzamos el puente
paso a pasito,
enseguida encontramos
la [bodega] de Eduardito.
¡Ay qué bodeguina!
¡Ay qué bien acompangan
vino y cecina!
(Manolo Román «Cachinos de Cangas»)

Por todo ello EL TOUS PA TOUS está de luto y triste pero, decidido a continuar trabajando para que los cangueses como él, sientan el carácter de hermandad que envuelve nuestro nombre, abarcándonos a todos.

Desde aquí queremos dar el pésame a toda su familia por esta irreparable pérdida y en especial enviamos nuestro cariño y consideración a su esposa Josefina y a su hija.

D.E.P. Eduardito.

‘Viticultura heroica’ en Cangas del Narcea

Se han presentado en Cangas del Narcea las conclusiones de un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, que ha confirmado que también en los terrenos de montaña y escarpados pueden darse viñedos, y por tanto se puede producir vino. Este es un vino diferente pero apto para el consumo, variedades singulares cultivadas en condiciones particulares que generan vinos excepcionales.

Únicamente el 5% de la viticultura mundial se realiza de esta forma, la denominada ‘viticultura heroica’.

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El crimen del Rodical (1905)

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El asesino le dio a su víctima con un hacha un fuerte golpe que por ser mortal de necesidad le privó de la vida a los pocos minutos

En 1905 apareció el cadáver de Justo Ubierna, un transportista de Cangas de Tineo (actual Cangas del Narcea), cosido a hachazos y con todo el dinero que llevaba encima intacto, en el bolsillo de los pantalones. El asesinato de Justo, que había obtenido fortuna tras emparentar con una importante familia de transportistas, conmocionó a la sociedad canguesa de principios del siglo XX.

José Claret Quert (Suria, Barcelona, 1837 – Cangas del Narcea, 1912), alcalde interino de Cangas de Tineo entre el 1 de enero y el 18 de febrero de 1894, vivía en el barrio de El Corral de Cangas de Tineo y se dedicaba a la mensajería. Por aquella época había contratado a Justo Ubierna Segura para que le ayudara en su trabajo.

Transcurrido algún tiempo, durante el cual Justo, por su diligencia y honradez, se había ganado el aprecio y consideración de Claret, a la par que el afecto y cariño de una hija de éste llamada Cándida, entró, por su matrimonio con ésta, el 4 de octubre de 1903 a formar parte de aquella familia constituyendo en el acto sociedad con su suegro para continuar la explotación del negocio a la que Claret venía dedicándose.

Las excelentes aptitudes de Justo, así como su laboriosidad y honradez, fueron factores importantísimos que contribuyeron poderosamente a acrecentar con pingües beneficios aquella sociedad, que algún tiempo después se disolvió, por motivos que desconocemos.

Lo cierto es que de ser socios, Claret y Justo pasaron a ser competencia, y por las rivalidades del oficio se fueron enfriando las relaciones de parentesco llegando incluso al odio por parte de Claret, su mujer e hijos solteros hacia el otrora estimado y apreciado colaborador. A medida que iban en auge los negocios de Justo, sufrían serios quebrantos los de la familia Claret.

Y como mal consejero es el odio engendrado por la envidia y la codicia, Balbina Azcárate Tejón, esposa de Claret, y sus hijos Gonzalo, Josefa y Avelino Claret Azcárate, desarraigando de su corazón hasta el último átomo de los pocos sentimientos que en él albergaban, según el fiscal del caso, deciden y decretan la muerte del desgraciado Justo Ubierna, sin que ni siquiera la relación de parentesco que les unía a los hijos de éste fuese suficiente para contenerles en sus criminales propósitos.

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Noticia del veredicto final publicada en el diario ‘El Popular de Gijón’, domingo 7 de octubre de 1906

Faltos de valor para ejecutar por sí mismos sus criminales designios, buscaron un aliado entre uno de sus empleados. El elegido fue el joven Jesús Agudín Soto, apodado el Sardón de 17 años. A sus inductores les era muy fácil influir y apoderarse de su voluntad. A parte de la juventud y de la dependencia en que se hallaba respecto a ellos, el ser requerido, entre éstos, por dos mujeres relativamente jóvenes, solteras y de posición social más elevada que él, le hicieron concebir la idea de que además del precio ofrecido pudiera recibir otro galardón más estimado para él.

El caso es que finalmente, el Sardón fue condenado a casi 18 años de cárcel mientras que la familia Claret, ante la indignación de muchos, fue absuelta.



FUENTES:

Las casas de Ron y de los Llano ceden documentación sobre Cangas del Narcea e Ibias al Archivo Histórico de Asturias de alto valor histórico y patrimonial

El palacio de Ron s. XVI, en las inmediaciones de Lagüeiro sobre el pueblo de Cecos (concejo de Ibias). Foto del blog ‘Ibias: el lejano oeste’ de María del Roxo

Los escritos abarcan desde el siglo XVI al XX y destacan especialmente, los relativos a las brañas y montes de los dos concejos

El Archivo Histórico de Asturias ha recibido una importante documentación de los concejos de Cangas del Narcea e Ibias, dotada de un alto valor histórico y patrimonial.

Las propietarias de esta documentación son las hermanas Ana y Amelia de Ron Fernández, de Cangas del Narcea, que la han cedido en depósito al Archivo Histórico de Asturias gracias a la intermediación de la asociación Tous pa Tous Sociedad Canguesa de Amantes del País.

Se trata de documentos de la casa de Ron, de Cecos (Ibias) y de la casa de los Llano, de Santianes de Porley (Cangas del Narcea), dos de los linajes familiares más destacados del occidente de Asturias. La documentación abarca desde los siglos XVI al XX.

Entre los documentos depositados destacan los relacionados con las brañas y montes de Cangas del Narcea, en especial la braña del Acebal, y del monte de Valdebois/ Valdebueyes, en Ibias, que en la actualidad está integrado en la Reserva Integral del monte de Muniellos. Hay, asimismo, árboles genealógicos, y documentos relativos a la iglesia de Cecos.

La sociedad Tous pa Tous, destacada por su papel en la valorización y concienciación de los cangueses por su patrimonio cultural, ha logrado este depósito, que permitirá la conservación de estos documentos y su consulta pública. El año pasado también recuperó un libro de actas del Ayuntamiento de Cangas del Narcea de 1887-1890 y un libro de los reemplazos del servicio militar de 1886, que fueron entregados al Archivo Municipal de Cangas del Narcea.

NOTICIA RELACIONADA: El Archivo de Asturias suma documentos de los Ron de Ibias y los Llano de Cangas

Cuevas en Cangas del Narcea, 2. Descripción de la cueva de Sequeras en Xedré (1785), por el conde de Toreno

Retrato de Joaquín José Queipo de LLano y Valdés Quiñones, V Conde de Toreno (Cangas de Tineo, 1727-1805). Autor: Vicente Arbiol y Rodríguez

En 1785 se publicaron en Madrid, en la famosa imprenta de Joaquín Ibarra, los Discursos pronunciados en la Real Sociedad de Oviedo en los años de 1781 y 1783* por el conde de Toreno, en el que daba noticias de las minas y canteras de diversos minerales que el conde había localizado en Asturias. Este conde era el quinto de su título, se llamaba Joaquín José Queipo de Llano (1728-1805), y será el último de este linaje que nació, vivió y murió en Cangas del Narcea; está enterrado en la iglesia parroquial. Fue un hombre muy activo y con variados intereses, que perteneció a ese movimiento que se conoce como la Ilustración, que pretendió traer la luz y el conocimiento científico al pueblo. Amigo del conde de Campomanes y de Jovellanos, participó en la creación en 1780 de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Asturias.

Detalle de la hoja 100 del mapa 1:50000 del Instituto Geográfico y Catastral de 1951 en el que aparece el Monte de Sequeras, donde se encuentra la cueva del mismo nombre.

Se dedicó a escribir poemas y sobre todo a recorrer Asturias en busca de minerales que pudiesen explotarse para aumentar la riqueza de la región. El conde de Toreno fue un precursor de las ciencias naturales y de los estudios mineralógicos, en una época en la que aun se hallaban bastante atrasados en España, así como un promotor de las explotaciones mineras. Durante algún tiempo intentó explotar las canteras de mármol blanco de Rengos, localizadas en Moncóu y El Pueblu de Rengos, y proyectó con la ayuda del arquitecto Manuel Reguera González una carretera que saliese a Castilla desde Xedré y Monasteriu d’Ermu por el puerto de la Veiga del Palo, para trasladar el mármol a Madrid. Sin embargo, todo fracasó.

Valle del río Narcea desde el pueblo de Xedré; en la ladera de la derecha, al fondo, está el monte de Sequeras.

En esos Discursos*, en la página 27, en un capítulo dedicado al concejo de Cangas de Tineo y a las canteras de “mármoles diferentes” que había hallado en él, se incluye la descripción de la cueva de Sequeras, que está en términos de la parroquia de Xedré. El conde entró en esta cueva y la recorrió durante tres horas. Es probable que después de su visita entrase más gente, pero lo que sí es seguro es que nadie, después de este conde curioso y enamorado de su tierra, escribió lo que vio allí dentro. Han pasado más de doscientos años y su descripción es la única que tenemos de esta “famosa cueva”:

DESCRIPCIÓN DE LA FAMOSA CUEVA DE SEQUERAS
por el conde de Toreno

En la parroquia de Santa María de Xedrez se halla la prodigiosa cueva de Sequeras, muy particular por su extrañeza. Está situada al poniente, en la cumbre de los montes de dicho lugar y paraje de su nombre. Su entrada mira al oriente, que se reduce a un agujero grande a manera de puerta, y entrando por ésta, bajando como 4 pasos, se comienza a subir por una especie de escalera muy ancha, que forman las mismas peñas, siendo necesario asirse siempre de unos grandes pilastrones que sirven de pasamanos. Luego que se suben 300 pasos sigue derecha la cueva como otros 300, poco más o menos.

Pasado este tramo, se llega a un hueco de bastante extensión y mucha altura, y aquí parece que se acabó la cueva; pero se observa que a un lado de la habitación (llamémosla así) hay en la superficie una especie de ventana larga y estrecha, y entrando por ella, a 30 pasos en el mismo tramo, se encuentra otra cueva redonda, que vulgarmente llaman El Pozo, aunque carece de agua en todo tiempo. Para seguir adelante se necesitan fijar unas vigas largas, que alcancen de parte a parte las peñas, y se pasa por encima de ellas. Descendiendo después a lo profundo del pozo por otro conducto bastante trabajoso, se halla otra puerta, que dando vuelta a mano izquierda, y siguiendo por ella, se camina por un trecho de 60 pasos, que dirige a otra habitación redonda cuya cubierta asimila a la de una media naranja, siendo su altura de 20 varas.

Tanto el techo, o cubierta, como su piso son de especial solidez y blancura; y de la misma materia se ven en ellos diferentes figuras, y lo mismo en su circunferencia, originadas de las aguas que filtran las peñas superiores en todos tiempos, que recibidas sobre un terreno arenisco se vitrifican y cristalizan con la mucha frialdad que hay en la cueva, percibiéndose en esta estancia con mayores grados el frío, que en los demás parajes de ella. Los particulares y grabados dibujos que forman y fomentan aquella agua que se cristaliza, ofrecen a la vista un espectáculo agradable. Se ven pirámides de todos tamaños muy perfectos, representando su techo hermosos pabellones fabricados por la misma naturaleza. El suelo, en medio de la desigualdad que padece, causa admiración el verle por la brillantez de sus extraordinarias vitrificaciones, las que por sus configuraciones diversas serían muy dignas del Real Gabinete de Historia Natural de nuestro monarca, si pudieran sacarse sin romperse.

No tiene la cueva más salida ni respiradero que el de su entrada, por cuya razón es muy oscura, y se necesita llevar porción de luces para reconocerla, porque si estas faltasen, sería imposible que ninguno acertase a salir de ella. El reflejo de las mismas luces, que reverbera en las cristalizaciones, representa un hermoso natural teatro con el que los artificiales no tienen cotejo.

Por último, hemos estado tres horas reconociéndola menudamente, no habiéndonos atrevido a registrar más espacios de ella, porque para escudriñar todas sus concavidades y senos se necesitarían días; pues se afirma por tradición de los naturales, que un hombre que penetró en su interior aseguró después que había salido por otro boquerón distante más de 2 leguas de la entrada primera; y es verosimil, que si profundase esta cueva, se hallase en su centro el alabastro florido por lo que denotan sus señales.

 

*Descarga los discursos del Conde Toreno:

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El degollador de Cangas de Tineo (1914 y 1917)

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Laureano Sal Collar autor de los dobles asesinatos cometidos en San Pedro de Corias (14 de octubre de 1914) y Vega de Rengos (15 de febrero de 1917). Fotografía de Benjamín R. Membiela.

El degollador de Cangas de Tineo (hoy, Cangas del Narcea), Laureano Sal Collar, casado, jornalero, conocido como el Navarro y vecino de Gedrez, en octubre de 1914 y febrero de 1917 les cortó el cuello a cuatro personas del concejo de Cangas del Narcea: el matrimonio formado por Eduardo Fernández Castelar y Antonia Morán, propietarios de una taberna en San Pedro de Corias, en la misma carretera de La Espina a Ponferrada, y a la octogenaria Juana Aumente y su nieta Carmen Rodríguez, de 17 años, en Vega de Rengos.

El horrible crimen de Vega de Rengos lo cometió, concretamente, la noche del día 14 de febrero de 1917. El criminal penetró en el domicilio de la estanquera del citado pueblo, Juana Aumente, con el fin de apoderarse del dinero producto de la venta de tabaco de unos cuantos días, pero advertida de ello, Juana saltó de la cama y comenzó a dar voces, despertando a su nieta, Carmen Rodríguez, que rápidamente acudió en su auxilio. En ese momento, Laureano sacó un cuchillo de grandes dimensiones,  y primero a la abuela y después a la nieta les infirió varias puñaladas, hasta matarlas.

En la prensa de la época llamó la atención el desparpajo y la ausencia de cualquier remordimiento con que Sal Collar confesó sus crímenes (este hombre, al parecer, sufría un retraso mental).

Casa situada en la ctra. de La Espina a Ponferrada, en San Pedro de Courias a 4 km de Cangas de Tineo en la que vivía el matrimonio asesinado por Laureano Sal Collar en la noche del 14 de octubre de 1914. Fotografía de Benjamín R. Membiela.

– ¿Y Antonia?
La Antonia escondióse bajo la cama.
 
– ¿Y bien?
Saquela agarrándola polos pelos.
 
– ¿Y qué hiciste?
Corté-y el cuello y fui a beber un vasín de vino.
 
En julio de 1918, la Audiencia de Oviedo, teniendo en cuenta las contestaciones dadas por el Jurado al veredicto, reconociendo la existencia de un delito de robo, con ocasión del cual resultaron dos homicidios, en los que concurrieron las agravantes de premeditación, nocturnidad y reincidencia, Laureano fue condenado a pena de muerte. Un año después, habiendo sido desestimado un recurso de casación de oficio y estando el reo en el penal de Burgos con treinta y tres años cumplidos, por prerrogativa regia de Alfonso XIII, le fue revisada la condena que se quedó en cadena perpetua. Finalmente fue indultado con la proclamación de la II República en 1931. Seguramente la apreciación de enajenación mental tuvo su influencia en este indulto.
 

Escuchar: El degollador de Cangas (1914) – Arantza Margolles


 


FUENTES:

  • Canal: El crimen de ayer. Crónica negra asturiana 1900-36
  • Libro: El Crimen de Ayer. Crónica negra asturiana (1900-1936) de Arantza Margolles Beran (Editorial La Cruz de Grado).
  • Revista Mundo Gráfico. Madrid – Año VII número: 304
  • El Correo Español. Madrid – Año XXXI Núm: 9.132
  • El Sol. Madrid – Año III Núm. 502 
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Un cangués de 136 años…

altEl 7 de junio de 1844, en el diario El Heraldo, de Madrid, aparecía una noticia en la sección “Gacetilla de la capital” que daba cuenta de la existencia de un hombre de 136 años, vecino de Madrid, que probablemente era el más longevo de Europa y del mundo. El anciano estaba sano, razonaba perfectamente y trabajaba. Para demostrar su edad exhibía su partida de bautismo. Era natural de Cangas de Tineo (desde 1927, Cangas del Narcea) y había nacido el 24 de junio, día de San Juan, de 1708. Se llamaba Manuel Collar.

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Grabado militar de la época representando a Francisco Abad Moreno, apodado El Chaleco.

Cuesta creer esta noticia, porque 136 años son muchos años para cualquiera, tanto en 1844 como en 2013. ¿Era un farsante? Es probable, porque no solo enseñaba la fe de bautismo sino que contaba hechos de la Guerra de Sucesión y se vanagloriaba de haber vivido bajo el reinado de todos los Borbones, desde Felipe V a Isabel II. En su biografía mencionaba haber sido secretario particular del conde de Fernán Núñez, Carlos de los Ríos de Rohan y Chabot (1742-1795), con el que había estado en las embajadas de España de Lisboa y París, que este conde ocupó entre los años 1778 y 1790; es decir, Collar, el secretario, tenía unos 80 años.

Más curioso era su comentario de que luchó con Chaleco durante la Guerra de la Independencia. Este fue un famoso guerrillero natural de Valdepeñas, llamado Francisco Abad Moreno (1788-1827), que durante el reinado de Fernando VII fue ahorcado por liberal. Cuando Chaleco comenzó su lucha contra el invasor francés, en 1809, Collar tenía 101 años, y hay que tener mucha imaginación para pensar que un anciano de esa edad pueda andar tirado por el monte atacando y huyendo del ejército de Napoleón.

A continuación copiamos la gacetilla que le dio a nuestro paisano un día de gloria, aunque ésta no parece que fuese muy merecida:

—De la Guía del Comercio de anteanoche copiamos el siguiente portentoso caso de longevidad:

“A propósito de lo que la prensa periódica nos ha referido estos días, de haber muerto hace poco en las cercanías de Brodhaven un hombre que contaba 122 años de edad, podemos decir tuvimos anoche el gusto de tomar el té en Madrid acompañados del Sr. D. Manuel Collar, que contará 136 años el día de San Juan, 24 del mes corriente, y cuyo estado de robustez y agilidad promete alcanzar al fin del presente siglo. Es socio y desempeña actualmente la contaduría de una empresa minera.

La relación que por él mismo nos ha sido hecha es la siguiente: Nació en Cangas de Tineo (Asturias) el 24 de junio de 1708, según la fe de bautismo que legalizada conserva en su poder. Fue estudiante en sus primeros años, estuvo casado 16 años y hoy es viudo sin hijos. Obtuvo la más alta confianza de D. Carlos de los Ríos de Rohan y Chabot, sexto conde de Fernán Núñez, en calidad de secretario particular, cuando fue embajador español en Lisboa y París, antes y después de la revolución francesa. Ha estado en Nápoles, en Roma, en Suiza y conoció personalmente en Berlín al gran Federico II. Se acuerda perfectamente del estado en que quedó España después de la guerra de sucesión entre Felipe V y el archiduque Carlos de Austria.

Su vida y costumbres han sido metódicas y puras; levantase con el sol en todo tiempo, dando enseguida un paseo fuera de casa, hace una buena comida según lo permite su regular estado de comodidades e independencia. Sus dientes están completos, excepto algunas muelas, su cabello es blanco y poco calvo, estatura regular y no grueso, buen color y aseado en su persona.

Ha conocido toda la dinastía de los Borbones, a Felipe V, Luis I, otra vez á Felipe V, Fernando VI, Carlos III, Carlos IV, José Bonaparte, Fernando VII e Isabel II. Solo estuvo enfermo unos días en Lisboa con garrotillo, seis días con calenturas en París hacia el 1790 y tres meses con tercianas en Aranjuez, a donde hoy hace la apuesta de ir a pie, a pesar de la distancia de siete leguas desde la casa que habita hace cuarenta años en la parroquia de San Justo de esta corte. No fuma, tiene un buen carácter de letra, y solo para leer y escribir usa de anteojos, aunque representa en la actualidad como setenta años. Acompañó á Chaleco en varias expediciones durante la guerra contra Napoleón por los montes de Toledo.

En fin, nuestro notable compatriota se halla seguramente el primero a la cabeza de las generaciones existentes en la Europa.”

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El monte de Muniellos y la revisión de la gestión de este espacio natural

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Tablizas, Muniellos. Noviembre de 2011. Fotografía de J. Morrosco.

El pasado jueves 7 de febrero de 2013, EL TOUS PA TOUS, SOCIEDAD CANGUESA DE AMANTES DEL PAÍS, solicitó mediante escrito dirigido a la consejera de Agroganadería y Recursos Autóctonos del Principado de Asturias que la Consejería que ella dirige reconsidere y modifique, después de más de treinta años, el sistema de acceso de visitantes al monte de Muniellos, así como la información que se ofrece a éstos, y que para ello encargue el estudio técnico pertinente y entable un dialogo con los agentes sociales implicados (ayuntamientos, asociaciones, vecinos, centro de desarrollo rural, empresarios, etc.) con el fin de conocer sus opiniones y aspiraciones en relación con este asunto.

El monte de Muniellos es desde el siglo XVIII un bosque muy conocido y su fama ha atraído a numerosos naturalistas, industriales, ingenieros y turistas al concejo de Cangas del Narcea. Es, sin duda, uno de los símbolos de la naturaleza asturiana y, por tanto, uno de los principales recursos turísticos con que cuentan los concejos de Cangas del Narcea e Ibias.

Como “sociedad de amantes del país”, nadie está más interesado que el Tous pa Tous en conservar este monte, en protegerlo de amenazas (furtivismo, fuego, masificación de visitantes) y en preservarlo como una reserva natural para las generaciones futuras.

Hace más de treinta años que solo se permite el acceso al monte a veinte personas al día. En todo este tiempo el estado del monte ha cambiado y se ha regenerado considerablemente, en especial si tenemos en cuenta que desde 1973 no se ha vuelto a talar un árbol en su interior.

Igual que el bosque, en estos últimos treinta años, la sociedad y la actividad económica de Cangas del Narcea e Ibias también han cambiado mucho: la minería ha quedado reducida al mínimo; la pérdida de población no cesa año tras año; el turismo, antes inexistente, se ha convertido en un medio de vida para bastantes familias; la declaración hace diez años del Parque Natural de Fuentes del Narcea provocó unas expectativas que no se han cumplido; se ha construido un Parador Nacional en el monasterio de Corias, aunque nadie sabe cuando abrirá sus puertas, y la actual crisis económica está agravando aún más las cosas en un territorio que ya lo tenía difícil.

A la vista de los cambios mencionados y después de haber transcurrido más de treinta años, creemos que ha llegado el momento de reflexionar sobre el sistema de visitas y entradas al monte de Muniellos, y de estudiar un posible cambio que, sin perjuicio del monte, favorezca la actividad turística de la población local.

Existe una demanda por parte de los propietarios de casas, hoteles y apartamentos rurales, y en general por todo el sector que vive de la hostelería y del turismo, para que se permita la entrada a más personas en el monte de Muniellos, y existe, también, una queja continua por parte de los turistas debido a las restricciones para entrar en él. El número de turistas que llega al concejo de Cangas del Narcea es pequeño, alrededor de diez mil personas al año, y, por supuesto, muchos quieren entrar en Muniellos.

Muniellos, como ya dijimos, es el símbolo de una determinada naturaleza y de un territorio, y la mecánica del turismo es acudir a esos lugares emblemáticos, que son los que las administraciones públicas “venden” u ofrecen para atraer la presencia de turistas. Es decir, que aunque el Parque Natural de Fuentes del Narcea sea muy extenso y tenga muchos lugares hermosos, la mayoría de las personas que visitan Cangas del Narcea quieren ver y pisar Muniellos. Esto no significa que estas personas tengan que internarse en lo más profundo del monte, ni que vayan a realizar una larga y fatigosa caminata por él. Eso es otra cosa. Lo que quieren es “tocar” el monte de Muniellos.

Por todo ello, el Tous pa Tous considera que la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos debe revisar el actual modelo de acceso al monte de Muniellos y sus medios de difusión. Según nuestro parecer, debería permitirse la entrada a más personas durante los meses y épocas de vacaciones, pues todos sabemos que en los meses de invierno las visitas son muy escasas e incluso algunos días no hay ningún visitante. Asimismo, debería valorarse la posibilidad de autorizar una entrada especial al lugar de Tablizas para que un número mayor de visitantes pudiese recorrer un espacio acotado y durante un tiempo determinado; esto permitiría, por ejemplo, a escolares, personas mayores y familias con niños andar uno o dos kilómetros junto al río por ese lugar de entrada al monte, pero dentro de él.

Pensamos que el monte de Muniellos debería contar con un servicio de visitas guiadas más completo que el que existe en la actualidad, que abarcase todas las situaciones, o sea tanto la visita de largo recorrido, como las visitas cortas al entorno de Tablizas. Los guías tendrían la misión de acompañar a los excursionistas en sus recorridos, explicándoles todo lo que van a observar: árboles, plantas, huellas de animales, paisaje, antigua actividad humana, etc. y también de ayudar, controlar y educar en el respeto a la naturaleza. Con este servicio de pago se crearían puestos de trabajo para jóvenes, que bien los necesita la zona. También debería fomentarse algún medio de transporte para grupos que una el pueblo de Moal con la entrada al monte.

En definitiva, nuestra propuesta pretende favorecer el desarrollo económico de los concejos de Cangas del Narcea e Ibias, y el mejor conocimiento del monte de Muniellos y la naturaleza, así como su conservación para las generaciones venideras.