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Brañas en las parroquias del río Naviego

Vista del valle del río Naviego desde el Pico Arbas. Foto: Juaco López

El Valle del río Naviego discurre entre la cota más alta del concejo de Cangas del Narcea —y del Parque Natural Fuentes del Narcea—, el Cueto de Arbas, y la aldea de Las Mestas, donde se une al río Cibea para pasar a denominarse río Luiña, desembocando en la villa de Cangas en el río Narcea.

La cabecera del valle, vista desde la carretera del Puerto de Leitariegos, es una de las zonas de montaña más hermosas de la comarca, con tres magníficos bosques: el que alfombra la ladera noroeste del Cueto de Arbas, el bosque mixto del Monte del Gato y el Monte del Oso, éste último en el valle de Riomolín. Actualmente toda esta zona está englobada dentro de la Reserva Natural Parcial del Cueto de Arbas, debido a su alto valor natural.


Parroquia de BIMEDA

BIMEDA

♦ La Braña

VIL.LORIL / VILLAORIL DE BIMEDA

♦ Cabana Moirazo  ♦ Malato ♦ Touzaque

VIL.LAR / VILLAR DE BIMEDA

♦ La Braña

 

Parroquia de LEITARIEGOS

EL PUERTU / PUERTO DE LEITARIEGOS

♦ La Braña

TRESCASTRU / TRASCASTRO

♦ Brañas ♦ Valdecuelebre (braña de vaqueiros) ♦ Villar de Arbas

LA PACHARINA / LA PACHALINA

♦ La Braña ♦ La Matiecha

 

Parroquia de NAVIEGO

NAVIEGO

♦ Brañas de Naviego

PALACIU / PALACIO DE NAVIEGO

♦ Braña de Palacio ♦ Cabanín d’Abaxu y  Cabanín d’Arriba (también llamadas de la Ouchera).

RIEGLA / REGLA DE NAVIEGO

♦ Brañas de Riegla ♦ Pumar

FOLGUERAXÚ / FOLGUERAJÚ 

♦ La Mata

PONTARÁS / PUNTARÁS

♦ Las Brañas ♦ Cabanas de los Chanos.

 

Parroquia de SAN JULIANO DE ARBAS / SAN XULIANO 

CORROS

♦ Bustapiedra ♦ La Corona ♦ Laguna Seca

L.LINDOUTA / LINDOTA

♦ La Braña ♦ Fonqueisera

XILÁN / GELÁN

♦ La Barangala ♦ Tabláu

TARDEXUGU / OTARDEJÚ

♦ La Braña

L’OUTEIRO / EL OTERO

♦ La Braña

RIMOLÍN / RIOMOLÍN

♦ Las Fanas ♦ El Garrachal

SAN ROMANU D’ARBAS / SAN ROMANO DE ARBAS

♦ La Braña

VIL.LAR DE ROGUEIRO / VILLAR DE ROGUERO

♦ Otardechobos

VEIGAIMIEDRU / VEGAMEORO

♦ La Braña de Veigaimiedru

SAN XULIANU / SAN JULIAN DE ARBAS

♦ Oul.ladas (braña de vaqueiros)

 

Parroquia de SAN PEDRO DE ARBAS / SAN PEDRU D’ARBAS

CALDEVIL.LA D’ARBAS / CALDEVILLA DE ARBAS

♦ La Braña

LA L.lINDE / LA LINDE

♦ La Braña (braña de vaqueiros).

RUBIAL

♦ La Braña ♦ El Brañuelo

SOCARRAL

♦ La Braña ♦ El Brañuete

 

Parroquia de VILLACIBRÁN / VIL.LACIBRÁN

TABLÁU / TABLADO DE VILLACIBRÁN

♦ Las Brañas ♦ La Espina ♦ Trasdechobos (braña de vaqueiros)

VIL.LACIBRÁN / VILLACIBRÁN

♦ La Braña ♦ El Brañuetu ♦ Canáu ♦ La Cuesta ♦ Saldepuesto (braña de vaqueiros)


Corros

Ruta por contorno de Corros

De nuevo me llama la montaña, así que aprovechando el buen tiempo preparo una ruta cercana a Cangas que me permita pasar un día especial, andando y saboreando los estupendos paisajes que nos ofrece este concejo.

Hoy escojo una ruta circular que me lleva por los contornos del pueblo de Corros, bordeando la falda del Cueto de Arbas.

Principio de ruta Pachalina-Miravalles-Villager

Principio de ruta Pachalina-Miravalles-Villager

En esta ruta me acompaño del Grupo de Montaña Piélago de Cangas del Narcea y una vez más intentaré destacar con fotografías los pequeños rincones que me ofrezca la ruta e iré recopilando también las pequeñas historias que surjan en el camino.

Parto de Santa Eulalia dirección al puerto de Leitariegos y en la zona denominada la Pachalina, me desvió de la carretera principal para empezar la ruta dirigiéndome a Miravalles. Empiezo a caminar y ya tengo de frente la sombra del Cueto de Arbas. Las vistas que veo al frente, me adelantan que la ruta va a ser emocionante, trasladándome a un entorno peculiar por la belleza de su paisaje natural.

Esta montaña del Cueto de Arbas de 2007 m. de altura, fue esculpida por el hielo, dejando heridas en sus laderas que recuerdan duros tiempos geológicos del pasado.

Vistas a la ruta contornos de Corros desde Brañas de Arriba

Vistas a la ruta contornos de Corros desde Brañas de Arriba

Este camino que ya empiezo a andar no posee grandes monumentos, ni arquitecturas sorprendentes. Se va hacia zonas humildes donde se pasaban inviernos muy duros y se hacían grandes esfuerzos para vivir en esta altitud tan exigente. Pero no nos engañemos, estas dificultades dieron gentes capaces de merecer hidalguías por ayudar a reinas que se encontraban en situaciones comprometidas; también dieron personajes carismáticos y tenaces que aún hoy marcan con tesón y fuerza la vida económica nacional e internacional.

En el pueblo de Trascastro nació Francisco Rodríguez García, este hombre convirtió una aventura empresarial láctea, en una referencia internacional con presencia en distintos países de Europa, de América y de Asia.

Monseñor Atilano Rodríguez, también nació en el pueblo de Trascastro y me imagino que algo tuvieron que ver estos lugares en su niñez, para que decidiera buscar las verdades teóricas de la fe en su vida. Hoy Monseñor Atilano Rodríguez <<desde este enlace se puede acceder a su biografía>> participa en las altas esferas de decisión dentro de la iglesia.

Corros

Corros

En el pueblo vecino del Puerto de Leitariegos nació José Cosmen Adelaida, probablemente el creador del mayor emporio societario que haya generado Asturias. <<Acceso desde este enlace al artículo De Leitariegos a China: los Cosmen, una dinastía empresarial centenaria>>.

Es curioso que en un contorno tan pequeño salga gente tan tenaz. Alguna influencia tuvo que tener nacer en un lugar tan lleno de contrastes, lleno de belleza, donde se alterna la luz clara del verano y la oscuridad de los fríos inviernos, todo esto acompañado de vez en cuando con una espesa niebla que ciega el horizonte y no deja ver más allá de un metro.

Sigo el camino pasando por los pueblos de Miravalles y Villager, llegando al pueblo de Trascastro. En este pueblo aún quedan construcciones de piedra bien tallada, con fachadas antiguas que permanecen puras y bien restauradas. Da la impresión que la modernidad mal entendida no llegó a este pueblo destrozando las construcciones antiguas, con materiales coloristas y poco naturales, aquí predomina en las construcciones la piedra natural y la losa en los tejados, esto es de agradecer.

Ladera hacia el Cueto del Fraile, Corros

Ladera hacia el Cueto del Fraile, Corros

Salgo del pueblo bajando hacia el río Naviego, donde paso el puente Siensecas que me comunica con la ladera que sube al pueblo de Corros; voy cogiendo altura y en el reguero de Porradiecho ya empiezo a introducirme en la vegetación de la zona. Este mundo en calma ya permite encontrarse con uno mismo a medida que se avanza por estos parajes silenciosos.

Dejo a mi izquierda el valle del rio Naviego y llego a la Peña de las Cruces, bastión o torre de entrada al pueblo de Corros. Un cartel de madera indica que este pueblo aún se mantiene vivo.

Río de Corros

Río de Corros

En este punto me encuentro con un ganadero que baja de ver las vacas del monte y atendiendo mi curiosidad, me explica algún secreto que desconozco de la zona. Me dice que debajo de esta peña de las Cruces hay una cueva que es propiedad particular de los osos para invernar. Me indica señalando hacia el monte del Gato, que este albergaba cantaderos de urogallos, aunque cree que actualmente con el cambio climático sería muy difícil dar con alguno.

Desde esta zona y mirando a la falda del Cueto de Arbas se ve perfectamente la pradería y las brañas de Villar de Arbas; este ganadero me dice que antiguamente el pueblo de Brañas de Arriba estaba situado en esta zona a la falda del Cueto, pero una tremenda avalancha de nieve arrasó el pueblo creando una gran mortandad. Tras ese desastre natural se decidió dejar abajo solo las brañas y colocar el pueblo donde está hoy, lejos de la amenaza del Cueto.

Pueblo de Corros

Pueblo de Corros

Dejo a este hombre que siga su camino y avanzo tomando una pequeña curva a la derecha del camino donde se presenta ante mí todo el espectáculo que vine buscando.

Empiezo por mi izquierda viendo el pueblo de Brañas de Arriba, el Puerto de Leitariegos, El Cueto de Arbas, las brañas de Villar de Arbas, el monte del Gato, el alto de Bustapiedra límite con León, el pronunciado valle erosivo del río de Corros, el Pico o Cueto del Fraile y en medio de todo esto, señoreando el contorno está el soleado y espectacular pueblo de Corros.

Andando por el pueblo, se absorbe con placer la silenciosa soledad de sus espacios sombríos y callados, espacios que en otros tiempos seguro que estuvieron repletos de vida.

Capilla de San Salvador de Corros

Capilla de San Salvador de Corros

Una capilla humilde y una piedra colocada en el camino que seguramente valía para jugar a los bolos, dejan intuir por un momento el calor y la vida que había en el pueblo en tiempos pasados, cuando todas las casas estaban habitadas.

Este pueblo vive enfrente del monte del Gato, zona protegida que hace de corredor de unión entre dos áreas de gran interés faunístico, el sur de Cangas del Narcea y la zona de Somiedo. Esto implica que todas las variedades de especies que se puedan encontrar en la mítica zona del Muniellos, también pueden tener presencia en este entorno del Cueto de Arbas, osos, lobos, rebecos, etc. La exuberante vegetación de este monte del Gato cobija y esconde toda esta fauna de las miradas fortuitas de los intrusos que se acercan a esta zona.

Monte del Gato

Monte del Gato

Esta fauna provocó ancestralmente una convivencia tensa entre el hombre y los depredadores que atentaban contra su única forma de vida que era la ganadería. El lobo por lo general era muy mal visto, este animal se consideraba dañino ya que atentaba con cierta frecuencia contra el ganado que subía al monte; sin embargo esas mismas personas tenían un cierto respeto por el oso, animal fuerte pero noble, capaz de provocar cierto miedo cuando se le ve, pero normalmente este animal es respetuoso con el hombre y con el ganado. Eso si las frutas y la miel lo superan y no se puede aguantar sin probar todo lo que ve y se le pone por delante. Todo esto lo cuenta mejor Pepe Santos el último vecino que vivió aquí solo muchos años y tuve el placer de conocer, lo cuenta en la web del Tous pa Tous en el siguiente enlace << Rutas, recorridos, lugares Pepe el de Corros>>

Llano de Cuesta Piedra (Chano de Custapiedra), zona donde nace el río de Corros

Llano de Cuesta Piedra (Chano de Custapiedra), zona donde nace el río de Corros

Desde este pueblo hay dos opciones de ruta, una para los más osados y aventureros subiendo cota hacia el nacimiento del rio de Corros en la zona de Custapiedra, siguiendo a Laguna Seca (chaguna seca), bordeando la falda del Pico de las Barrosas para seguir subiendo hacia el Pico del Fraile. Este es el punto más alto de la ruta y desde aquí se empieza a bajar hacia el Pico de la Corona, para unirse de nuevo con la ruta fácil a cotas inferiores, que parte del mismo pueblo de Corros por la ladera de la Corona en dirección al pueblo de Riomolín.

La mayoría del grupo opta por hacer la ruta corta y yo recorreré la que transcurre a cotas superiores en dirección al Pico del Fraile. Salgo por un camino que sube al llano de Cuesta Piedra o Custapiedra en dirección al nacimiento del río de Corros. Subo contemplando el pronunciado valle que esculpe el rio por mi izquierda y de repente se abre ante mí el que fue un pequeño circo de recepción glaciar. Aquí nace el río de Corros brotando de las entrañas de la tierra por pequeñas fisuras del terreno.

Laguna Seca (Chaguna seca) y el Cueto de Arbas

Laguna Seca (Chaguna seca) y el Cueto de Arbas

Este río empieza su andadura precipitándose con pequeñas cascadas desde gran altura para unirse al río Naviego que lo espera en su bajada desde las brañas de Villar de Arbas. Tras sumar los dos ríos sus caudales se dirigen aún impetuosos hacia el norte buscando zonas más tranquilas.

Sigo la ruta girando hacia la izquierda en dirección a la Camperona y llego al collado de Chaguna Seca (1639 m). Desde esta laguna y orientándome hacia el este veo la zona de Valdecuélebre y nace de nuevo imponente a la vista el Cueto de Arbas (2007 m), esta fotografía es obligada.

Giro 180 grados dirigiéndome hacia el oeste y empiezo a andar por la falda del pico de las Barrosas, bebiendo agua en la Fuente del Vaso que surge en el camino, en la caliza. Con esta agua cojo fuerzas para ascender al Cueto del Fraile o Pico del Fraile. Avanzando por la zona de la Chana (Chanada de la Fana), la retina ya va desnudando poco a poco la cima de este pico, hasta llegar a un montón de piedras que me sitúan a 1875 m de altura en el Pico del Fraile.

Zona de la Chana

Zona de la Chana

Desde este pico se dominan vistas hacia la zona de León, hacia la zona del Puerto de Leitariegos y hacia la zona de Chauchina donde nacen los ríos Narcea y Molino.

Desde este pico también se ve el Cueto de Arbas (2007 m), pero esto todavía se tiene que hacer de forma sumisa mirando hacia arriba ya que esta montaña empequeñece todo lo que está a su falda, el Cueto de Arbás es la montaña mítica de esta zona y posiblemente también lo sea a muchos kilómetros a la redonda.

Bien, me conformo en cota y estoy en el Pico del Fraile a 1875 m de altura, el punto más alto de la ruta de hoy. Me preparo para comer a esta altura, miro el horizonte y la retina se llena de luz, veo el cielo limpio, un retablo natural formado por una tierra sin contaminar. Aquí no se entiende la prisa, la belleza del entorno nos libera de la vida cotidiana. Desde aquí se tiene la sensación de estar por encima del bien y del mal, donde están las nubes, donde casi se toca el cielo.

Vistas desde el Cueto o Pico del Fraile (1875 m.)

Vistas desde el Cueto o Pico del Fraile (1875 m.)

Vaya! me vengo arriba y tengo que volver a la realidad para seguir contando lo que veo, así que miro hacia el monte del Gato y veo como la erosión originada por el río de Corros, modificó el modelado glaciar que tuvo esta zona en el pasado, presentando en la actualidad un valle estrecho en forma de V con gran pendiente.

Enfrente en el Cueto de Arbas este modelado glaciar se conserva mejor, presentando lagunas como la de Arbas que ocupa una excavación glaciar, también hay pequeñas áreas turbosas y depósitos morrénicos que son mudos testigos del retroceso glaciar.

Bajada por encima del mar de nubes, desde Peña Negra hacia la Corona

Bajada por encima del mar de nubes, desde Peña Negra hacia la Corona

Pero en conjunto se considera que toda esta zona hoy protegida con la figura de Reserva Natural Parcial del Cueto de Arbás, es una de las mejores representaciones del modelado glaciar de las montañas del Occidente Asturiano.

Bien, me siento a comer y me doy mi tiempo, ya que el lugar y las vistas lo merecen. Me pongo mirando hacia el puerto de Leitariegos que tiene una historia muy particular debido a su situación geográfica. Este puerto fue municipio independiente hasta 1921 que paso a pertenecer al de Cangas del Narcea.

Reponiendo fuerzas en la zona de los Chanos, enfrente están las brañas de Vegameoro

Reponiendo fuerzas en la zona de los Chanos, enfrente están las brañas de Vegameoro

La historia de este puerto y sus habitantes viene de lejos, de cuando los romanos tenían este paso estratégico para sacar el oro que extraían del occidente asturiano o de cuando la reina doña Urraca pasó por esta zona en el año 1112, peleando con las grandes nevadas invernales que caían en aquellas épocas. También tuvieron los habitantes del puerto otros privilegios concedidos por el rey Alfonso XI. Todo esto y mucho más está recogido muy bien en la página web del Tous pa Tous, para quien desee conocer mejor y con más detalles esta historia entrar en las siguientes paginas, <<Leitariegos en 1898, primer libro editado por el Tous pa Tous>>, <<ENTRE LA NIEVE. La vida invernal en El Puerto de Leitariegos (1903)>>, <<El Camín Real de L.leitariegos a su paso por el concejo de Cangas del Narcea>>

Bien comido y bien bebido, el cuerpo pide siesta, pero aún falta mucho camino hasta finalizar la ruta, por lo tanto sigo andando ladera abajo por Peña Negra para llegar a la Corona (1581 m.), desde aquí me comunico con el camino que va hacia Riomolín en dirección a la zona de los Chanos donde el resto de grupo que optó por la ruta corta me espera comiendo.

Valle del pueblo de Riomolín

Valle del pueblo de Riomolín

Me siento para que acaben de comer y de paso aprovecho para poder ver los valles, las laderas y los picos, que se amontonan en el horizonte, por encima de la chabola de Vallado.

Estos que me acompañan del Piélago son buenos montañeros, saben sacarle placer a cualquier momento, veo comida consistente y buen vino de Cangas, nada de barritas energéticas ni cositas coloreadas envueltas en plástico.

Tras esta pausa retomamos la ruta en dirección al pueblo de Riomolín. En este camino las aguas revientan por todas las partes, bajando ladera abajo y sumándose al Río Molino que serpentea a cotas inferiores en dirección al pueblo de Vegameoro. Seguimos hacia Riomolín y vemos como por el sur se cierra ante nosotros el valle, en la zona denominada de Las Fanas. Esta zona es de mucha pendiente y antiguamente el pueblo segaba la hierba carriza que nacía en esta inclinada ladera. Esta cosecha entrañaba bastante peligro ya que cualquier resbalón podía hacer que el segador se precipitara de forma violenta hacia cotas inferiores. Esto demuestra lo encajado que esta este pueblo entre dos laderas de pronunciada pendiente, talladas con fuerza por el río Molino. Este pueblo es otra fotografía obligada por su singularidad natural.

Bajada hacia Vegameoro desde Riomolín

Bajada hacia Vegameoro desde Riomolín

Pueblo de Vegameoro

Pueblo de Vegameoro

Bajamos por la carretera que trascurre al lado del río con vistas a un recortado valle con prados bien conservados y llegamos al pueblo de Vegameoro que está situado al lado de la unión de los dos ríos, el río Molino y el de Naviego. Este pueblo, esto es una opinión personal, es espectacular, tiene una construcción muy bien adaptada a la base de la montaña, las casas están bien cuidadas y restauradas y tiene una fotografía perfecta por el paisaje que tiene de fondo.

Cocina tradicional asturiana en la Chabola de Vallado

Cocina tradicional asturiana en la Chabola de Vallado

Desde Vegameoro ya solo nos resta subir en dirección a la Chabola de Vallado <<acceso desde este enlace a información de Chabola de Vallado>>, para acabar la ruta. Este bar fue antigua posada de arrieros, hoy esta regentada por Valentín que nos quitará la sed con cualquier refresco. Se puede visitar también la antigua cocina tradicional que tiene bien conservada o salir a la terraza que se sitúa al sur del bar, con vistas al camino andado en esta ruta.

Terraza en la Chabola con vistas a la ruta hecha

Terraza en la Chabola con vistas a la ruta hecha

Bar la Chabola

Bar la Chabola

Estando relajado en la terraza de la Chabola, reflexiono y una vez más me doy cuenta que por mucho que se describa una ruta de este tipo, es imposible transmitir con fidelidad la cantidad de matices que se ven en el camino.

De nuevo me inclino a hacer muchas fotografías que son más fieles y dan mejor idea del espectáculo natural que se anda por lo que dejo aquí este vídeo con una selección de fotos relacionadas.

RUTA CIRCULAR POR CONTORNOS DE CORROS

  • Opción 1.- Cotas altas Pico del Fraile, dificultad media—21 km.
  • Opción 2.- Cotas bajas hacia Riomolín, dificultad baja— 16 km.

Enrique R.G. Santolaya.

Leitariegos en 1898, primer libro editado por el Tous pa Tous

Portada del primer libro editado por el Tous pa Tous

Presentamos en El Puerto de Leitariegos el libro “Leitariegos en 1898” de José Rodríguez Riesco. Este es el primer libro que edita el Tous pa Tous y esperamos que no sea el último.

En 1898 José Rodríguez Riesco (Brañas d’Arriba, 1868 – Zarréu/Cerredo, 1933), conocido como el Marqués de Brañas, secretario del Juzgado y del Ayuntamiento de Leitariegos, escribió un largo artículo sobre la historia y la vida de este pequeño concejo suroccidental con destino a la obra Asturias, que dirigían Octavio Bellmunt y Fermín Canella. De este texto sólo se publicó un resumen en 1900 y muchos de los datos, noticias, cantos… que él recopiló permanecieron inéditos hasta ahora.

José Rodríguez Riesco, 1898. Col. Tablado Machado.

El manuscrito original se conservó en la biblioteca de la Comisión Provincial de Monumentos de Asturias debido a que en él se copiaba la confirmación de Carlos V del Privilegio de Leitariegos que en 1326 concedió a sus vecinos Alfonso XI con el fin de mantener poblado aquel inhóspito lugar y auxiliar a las personas que circulasen por este puerto que unía el occidente de Asturias con Castilla y Galicia.

El texto de Rodríguez Riesco recoge información de documentos que hoy están perdidos y es un testimonio de la difícil vida en un concejo rural formado por cuatro pueblos situados entre los 805 y 1.525 metros de altitud. El destino de los habitantes de este territorio estará inexorablemente unido a aquel privilegio medieval que se mantuvo vigente hasta el siglo XIX. En 1924, el concejo de Leitariegos desaparecerá, integrándose en el de Cangas del Narcea.


Leitariegos en 1898

La canción del ‘TOUS PA TOUS’ en la voz de Joaquín Pixán

El tenor cangués Joaquín Pixán en una grabación

Decía Francisco, de casa Felipón de La Viliel.la, tamboriteiru de la danza de palos, que “donde hay música hay alegría”. Hace unos días hemos tenido en el Teatro Toreno de Cangas del Narcea, mucha música. La música se remonta a tiempos muy antiguos y es imprescindible para la vida humana. Enaltece el espíritu, exalta las emociones, favorece las relaciones sociales y une a las personas. Por eso cantamos en las comidas festivas, en la bodega, en las excursiones con amigos, en las cenas de la peña… cantamos cuando estamos alegres y también para espantar los malos espíritus.

El TOUS PA TOUS es una sociedad canguesa integrada por 450 personas. La cuota es de 10 euros al año —por eso animamos al que no sea socio a que se haga— y los que la formamos creemos que entre tous podemos hacer muchas cosas. Nuestros objetivos son favorecer la ayuda, la comunicación y la información entre los cangueses en cualquier parte del mundo, colaborar en la mejora de vida de los vecinos de nuestro concejo y fomentar su conocimiento. La canción del TOUS PA TOUS es un compendio de todos estos objetivos y un elemento más de unión, como lo son nuestra página web y las redes sociales de Internet, y lo será en un futuro muy próximo la sala de exposiciones que vamos a abrir en la Casa de Cultura del Palacio de Omaña.

Lógicamente, las cosas no se hacen solas y detrás de todo hay personas, en este caso personas generosas y desinteresadas. La letra de la canción del TOUS PA TOUS es de Pepe Avello y la música de Gerardo Menéndez. Los dos son cangueses que viven en Madrid y eso se nota en la nostalgia, la saudade (que diría Rosalía de Castro) o la señardá (que decimos en Asturias) que trasmite la canción. La interpretación que reproducimos a continuación, cantada por Joaquín Pixán acompañado al piano por Patxi Aizpiri, sin duda va a favorecer su difusión por su calidad. La grabación que han hecho de la canción la han cedido desinteresadamente al TOUS PA TOUS.



Estamos seguros que cuando algún cangués o canguesa escuche esta grabación en cualquier lugar del mundo, su imaginación se trasladará a El Puerto de L.leitariegos y volará desde allí por esta tierra de montañas, valles encajados, ríos caudalosos y árboles.

Muchas gracias a Pepe, Gerardo, Patxi y Joaquín.

De Leitariegos a China: los Cosmen, una dinastía empresarial centenaria

José Cosmen Adelaida, hacia 1965

Con motivo de la triste noticia del fallecimiento de José Cosmen Adelaida (Cangas del Narcea, 1928 – Oviedo, 2013), y como reconocimiento del TOUS PA TOUS a su larga y fecunda trayectoria empresarial, publicamos este interesante artículo de Joaquín Ocampo Suárez-Valdés, profesor de Economía de la Universidad de Oviedo, titulado De Leitariegos a China: los Cosmen, una dinastía empresarial centenaria, dedicado a la historia empresarial de esta familia de El Puerto de Leitariegos.


De Leitariegos a China: los Cosmen, una dinastía empresarial centenaria

Un reconocido especialista en la historia empresarial europea, D. S. Landes, en su último estudio, Dynasties (2006), hacía notar que, en contra de la opinión dominante, gran parte de las corporaciones multinacionales actuales tenían su origen en empresas familiares. Y reservaba el término «dinastías» para aquellas firmas que, generación tras generación y tras haber cubierto varios siglos de continuidad y sufrido la dura selección de los mercados, habían logrado sobrevivir a los albores del siglo XXI. En España, el caso de los Cosmen resulta en este sentido paradigmático.

Hacer de la necesidad virtud: la geografía importa

Cuando el 11 de octubre de 1796 Jovellanos visitaba Cangas del Narcea, recibía de manos del escribano Manuel Folgueras un manuscrito que contenía una descripción detallada de Leitariegos, «una de las tierras más encumbradas de Europa». En él mismo, se hacía referencia a una tradición oral que narraba cómo a causa de las nieves, doña Urraca (1081-1126), reina de Castilla y de León, había tenido que alojarse en «la casa de “Pepillo”, esto es, de José Cosmen». En agradecimiento, la reina otorgaba a sus habitantes una pensión en especie anual equivalente a 50 fanegas de trigo con la condición de que no dejasen de habitar aquellas tierras.

El Puerto, Brañas de Arriba, Brañas de Abajo y Trascastro, que integraban el coto de Leitariegos, señorío jurisdiccional del monasterio de Corias, emplazados a 1.525 m de altitud, constituían los únicos lugares de Asturias situados a aquella altura poblados todo el año. Por ello, ya en el siglo XII contaban con dos alberguerías u hospitales en San Juan del Puerto y en Santa María de Arbás. En reconocimiento de su carácter estratégico para las comunicaciones y para el abastecimiento en cereales y vino de una Asturias crónicamente deficitaria en subsistencias, Alfonso XI otorgaba a favor de aquel coto el llamado Privilegio de Leitariegos, exonerando a sus habitantes de prestaciones fiscales y señoriales así como de tipo militar, situándolos en un estatus social próximo a la hidalguía. Un estatuto legal que para los Cosmen, más que como instrumento de prestigio social, redundará en salvaguarda para disponer de libre movilidad, imprescindible en el mundo del tráfico y comercio.

Leitariegos, por sus condiciones orográficas y climáticas, carecía de aptitudes agrícolas: de sus 1.589 días de bueyes, solo 175 era de tierras de labor. Sí, en cambio, disponía de dos ventajas comparativas que sus vecinos no tardaron en explotar: las vinculadas al tráfico y a la ganadería. Antes de que Krugman señalase la importancia de los factores geográficos como explicativos de la localización empresarial, los habitantes del coto habían encontrado en la arriería su senda particular de crecimiento. Desde el siglo XIII, los arrieros de Leitariegos abastecían con sus recuas a la pola de Cangas del Narcea y, en los siglos siguientes, a las ferias de Cangas y Vallado. Las recuas de los Cosmen surcaban los caminos de rueda y de herradura que transcurrían por las tierras altas del valle del Sil, por Laciana y el Bierzo, alargándolos hacía el sur hasta León y Valladolid, y por el norte hasta las polas de Navia, Luarca y Castropol. Trajinaban con lino, cereales y vino castellanos, sal, bacalao, salazones, lienzos, potes y clavazón salidos de las ferrerías locales, y con ganado vivo.

Los Cosmen explotaron aquellos privilegios reales y los ensancharon: desde el siglo XVI eran los transportistas elegidos por los monjes de Corias para abastecer las tierras bajo su jurisdicción. Y desde el siglo XVII, a medida que se extendía el cultivo de maíz y la presión demográfica forzaba a la emigración, los Cosmen añadieron al tráfico de mercancías el transporte de viajeros con destino a las dos Castillas y a la Corte. Cuando, en 1752, se elabora el Catastro del marqués de la Ensenada, Leitariegos, con 52 vecinos (196 habitantes), era el concejo de Asturias con mayor densidad de transportistas «profesionales»: 36 de aquellos vecinos vivían de la dedicación permanente al tráfico.

La familia de los Cosmen aglutinaba a más de una docena de transportistas. Las redes familiares reducían los costes de transacción, los comportamientos oportunistas y el acceso al crédito; reforzaban la lealtad interna; garantizaban la continuidad del negocio y la reinversión de beneficios y, last but not least (por último, pero no menos importante), el buen reclutamiento y promoción del capital humano, pieza esencial en una actividad donde la confianza representaba un valor añadido. En efecto, desde el siglo XVIII, al transporte de bienes y servicios de pasajeros, añadirán el de las remesas de dinero que los emigrantes cangueses enviaban desde Madrid. Cuando G. Borrow visitó en 1843 las tierras confinantes entre Asturias y León, escribió sobre aquellos arrieros: «su fidelidad es tal que cuantos han utilizado sus servicios, no vacilarían en confiarle el transporte de un tesoro».

Crecimiento, diversificación, diferenciación

El know-how acumulado permitió a los Cosmen adquirir un doble patrimonio: el tangible, vinculado al tráfico, y el intangible, basado en su honorabilidad y reputación. En buena medida, la acumulación de capital se asoció a la naturaleza de los bienes transportados. Las frecuentes crisis agrarias y «hambrunas» otorgaba a los cereales precios especulativos. Lo advertía Jovellanos en su Informe de Ley Agraria: «el trigo comprado en León tiene en la capital y puertos de Asturias de 20 a 24 reales de sobreprecio». Una segunda fuente de ingresos derivó de la disponibilidad de circulante. En una sociedad con fuerte endeudamiento público y privado, la demanda de crédito estaba a la orden del día. Y Cangas del Narcea no será excepción: los profesores Francisco Erice y José Mª. Moro han constatado que el 40% del crédito rural ofertado en el occidente de Asturias se concentraba en aquel concejo.

Con los beneficios, el radio de negocios se amplió hasta el punto de que en el siglo XVIII contaban con factores y apoderados en las principales plazas y ferias castellanas. Algunos miembros de la familia abrieron en Madrid negocios de comercio y crédito. En 1754, los Cosmen disponían ya de casa solariega blasonada y de ejecutoria de hidalguía. Pero, a diferencia de otras familias enriquecidas que optaban por desinvertir y adquirir patrimonios rurales –los capitales «terrazgueros» a los que Jovellanos hacía referencia con tono denigratorio−, los Cosmen adquirían tierras de viñedo y de pasto para constituir con las mismas avales hipotecarios que les permitiesen adquirir mayor peso en los mercados.

Y es que, como ha probado Gómez Mendoza, la irrupción del ferrocarril, contrariamente a la opinión generalizada, no desplazará a arrieros y carreteros, que mantendrán relaciones de complementariedad y sustitución con los «caminos de hierro»: horarios más flexibles, tarifas más bajas, menores costes y cargas fiscales, bajo coste de oportunidad del equipo empleado –susceptible de ser empleado en las labores agrarias− serán algunas de sus muchas ventajas. Otras, por supuesto, derivaban del hecho de que las propias compañías ferroviarias demandaban los servicios de la arriería para cubrir la distribución entre estaciones y puntos de venta, o para atender el abastecimiento de muchas ciudades, villas y capitales de provincia a las que no llegaba el tendido ferroviario −piénsese que en Asturias, a finales del siglo XIX, la red no superaba los 263 km−. Una prueba que corrobora la vigencia de la arriería viene dada por el hecho de que en los censos de población de 1910 y 1920, se contabilicen más de 900 arrieros profesionales –cifras realmente más altas dada la ocultación fiscal imperante−. Habrá que esperar a la década 1920-1930 para que el camión y el autobús cierren definitivamente la página de la arriería.

Cuando, en la segunda mitad del XIX, mejoran los caminos de rueda o caminos «carreteros», los Cosmen se incorporan como pioneros al tráfico rodado con diligencias entre Ponferrada y La Espina y entre Rioscuro y León. También, a finales de ese siglo, cuando la segunda revolución industrial daba en Asturias sus primeros pasos, los Cosmen –Cándido Cosmen Cosmen, «industrial y vecino del Puerto»− no dudan en arriesgar capitales en la Compañía Eléctrica de Cangas, escriturada en 1897. También a finales de siglo llegaban a Asturias los ecos del automóvil y del motor de combustión interna mostrados en la Exposición Universal de París (1900). Las primeras sociedades creadas en la región −El Luarca, Los Maurines, El Progreso Asturiano− no podrán superar las dificultades inherentes a una tecnología todavía en fase experimental.

Cuando, en 1915, F. Gamoneda, V. Trelles y F. Álvarez Cascos constituían Automóviles Luarca –convertida en sociedad anónima en 1923−, hacía ya tres años que Empresa Cosmen rodaba con autobuses Hispano Suiza. El contrato de compra que Francisco Cosmen Pérez cerró con la Hispano en 1912, incluía la formación de mecánicos, conductores y cuadros técnicos para los talleres. Entre este personal a formar, se hallaban tres de su hijos que, siguiendo una tradición familiar, debían de recorrer todos los escalones productivos de la empresa antes de formar parte del staff directivo.

Cosmen/ALSA: un encuentro previsible

Desde entonces, ambas sociedades no dejaran de crecer de forma extensiva, orientándose cada una hacia sus mercados tradicionales. Pero con notables diferencias. Si ALSA nacía como una apuesta inversora de socios «capitalistas», los Cosmen agrupaban a socios «industriales» curtidos en el sector. Otras diferencias no menos sensibles se referían al saneamiento de cada negocio, a la diversificación de riesgos, y a los propios mercados. La Empresa Cosmen pudo beneficiarse del auge minero de las cuencas hulleras leonesas, además de contar con servicios fuera de Asturias.

Vehículo de Automóviles ‘El Puerto’, que hacía el servicio diario de Cangas del Narcea a Villablino y viceversa, en Courias / Corias, 1928. Fotografía de Benjamín R. Membiela. Col.: Juaco López Álvarez.

Cuando en los años 1930-1950 el sector se estanca por las dificultades inherentes a la posguerra y posterior autarquía, ALSA ya había tocado techo en su expansión por las líneas del occidente asturiano tras absorber a las empresas competidoras. La necesidad de renovar equipos exigía ampliar los servicios con vistas a asegurar la amortización prevista. Desde entonces, comenzará un proceso negociador entre Secundino Cosmen Bueno –quien, con su tío Francisco Cosmen había fundado en 1918 La Popular S.A.− y Vicente Trelles. Los Cosmen, fieles de nuevo a criterios históricos de continuidad, rechazan la venta de sus activos y acceden a una integración que les dará presencia accionarial en ALSA. Cuando ésta última llegue en 1959, José Cosmen Adelaida ya había extendido la empresa paterna hacia Villablino, Degaña, Somiedo, Grado y Allande, tras adquirir Empresa Beltrán y Asua. Contaba, además, con una trayectoria directiva previa en la gestión de otras sociedades participadas por la familia (Viajes Henschel, Motores Sura, Tranvía de Gijón…).

ALSA: de empresa local a global

La historia que resta por contar ya es bien conocida del lector. La entrada de José Cosmen Adelaida en ALSA permitió internacionalizar la firma, al explotar, con gran sentido de oportunidad, los flujos migratorios de aquellos años. Del mismo modo, la recuperación de la economía española en los años sesenta, su urbanización y el aumento de la movilidad espacial y laboral, puso a la empresa en condiciones de extender sus servicios fuera de Asturias. Desde 1980, las previsiones de liberalización en el sector del transporte y la entrada de España en la CEE, llevarán a nuevas estrategias de crecimiento con vistas a mejorar su competitividad exterior. Al lado de la innovación −instalación de videos, clase Supra, ordenadores terminales, mejoras de seguridad, combustibles ecológicos…−, la búsqueda de nuevos mercados será la segunda vía ensayada. Se acudirá a países con baja oferta de servicios y alto potencial de crecimiento −China (1984), Marruecos (1998), Chile (2001)−, o a fomentar consorcios y alianzas empresariales que mejoren su presencia en Europa –desde la alianza con la francesa Keolis a la adquisición en 2005 de la mayor empresa alemana del ramo (Deutsche Touring), o a los acuerdos con National Express Group ese mismo año.

La particularidad, la «moraleja» de esta historia empresarial, necesariamente abreviada, es bien sencilla: los Cosmen ya estaban allí, nunca dejaron de estar allí, a pie de obra, haciendo lo que mejor sabían hacer, explotando oportunidades abiertas a todos pero sólo asumibles por quienes contaban con experiencia y sentido del riesgo, incorporando a la familia, reinvirtiendo, creciendo en reputación y compromisos… Es decir, dentro de una cultura empresarial que el actual patriarca de ALSA supo resumir recientemente en estas mismas páginas de La Nueva España: «Empresarialmente, fuimos paso a paso…». Pero, con la discreción y modestia que lo caracterizan, omitía un matiz diferencial que justifica que el historiador económico hable de «dinastía»: aquellos pasos comenzaron hace, nada menos, que ocho siglos. Y el mismo paso y el espíritu empresarial de los históricos arrieros de El Puerto siguen hoy en la matriz de ALSA. Sutilmente lo expresaba uno de los continuadores de la saga familiar, Andrés Cosmen Menéndez-Castañedo: «Es importante adaptar el modelo empresarial a las características de China, pero es más importante aún saber qué aspectos o procesos de nuestro negocio son intocables».


Joaquín Ocampo Suárez-Valdés
Profesor de Economía de la Universidad de Oviedo
(La Nueva España, 8 de enero de 2012)

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El puerto de Leitariegos (canción asturiana)

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José González ‘El Presi’ y Emiliano Acosta actuando en el cine de La Hueria de Carrocera (San Martín del Rey Aurelio) h. 1954. Fotografía de la Asociación Cultural ‘Amigos del Valle de la Güeria’

Incluida en el “Catálogo de discos de 78 rpm en la Biblioteca Nacional de España”, nº 5811

  • Grabación sonora: El puerto de Leitariegos (canción asturiana).
  • Autor: Ulpiano Vigil Escalera (m. 1967)
  • Intérprete: José González “Presi” (1908-1983) con Emiliano Acosta a la guitarra.
  • Editor: Fábrica de Discos Columbia. Juan Inurrieta. San Sebastián.
  • Fecha: 1954



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ENTRE LA NIEVE. La vida invernal en El Puerto de Leitariegos (1903)

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El Puerto de Leitariegos. Octubre de 1977. Fotografía de José Ramón Lueje. Colección: Museo del Pueblo de Asturias (depósito de Pedro Lueje).

Hoy nieva mucho menos que antes. Esto lo puede asegurar cualquiera que tenga más de cuarenta años. Antes las nevadas eran más copiosas y la nieve duraba mucho más tiempo.

El Puerto de Leitariegos es el pueblo más alto del concejo de Cangas del Narcea y de toda Asturias. Está a 1.525 metros de altitud. Allí, en la actualidad, la nieve se ve como algo beneficioso para la práctica del esquí, pero no siempre fue así.

La existencia de este pueblo se explica por el privilegio real que tuvieron sus vecinos desde 1326 a 1879, que los eximía de impuestos y los libraba de servir al ejército con la condición de vivir allí, mantener abierto el paso y ayudar a los viajeros durante el invierno. La razón de este privilegio fue que Leitariegos era una de las rutas más transitadas entre Asturias y León.

Si no hubiera sido por este privilegio, el pueblo de El Puerto no existiría. La vida a esa altura, con inviernos muy largos y sepultados bajo la nieve, era muy dura. Son varios los testimonios de los siglos XIX y XX que mencionan como la nieve cubría totalmente las casas de este lugar, y sus moradores tenían que hacer túneles en la nieve para comunicarse entre ellos. Para subsistir, en un lugar donde la agricultura era casi imposible, los hombres del pueblo se dedicaban a la arriería y las mujeres permanecían en casa cuidando a la familia.

Conozcamos un testimonio escrito por un vecino de El Puerto, que firma D. O., en diciembre de 1903, y publicado en el diario El Noroeste, de Gijón, el 12 de enero de 1904, en el que relata esta vida “entre la nieve”:

ENTRE LA NIEVE

Pueblo sepultado

A continuación publicamos una interesantísima correspondencia que desde Leitariegos nos dirige un suscriptor de El Noroeste.

Llamamos la atención de las autoridades, y especialmente de aquéllas directamente aludidas en la carta, para que vean la manera de remediar lo que nuestro comunicante denuncia.

He aquí ahora las noticias que en ¡diciembre! enviaba nuestro suscriptor:

 

Leitariegos, Diciembre 1903.

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El Cueto de Arbas (2.007 m.) desde el puerto de Leitariegos. Octubre de 1977. Fotografía de José Ramón Lueje. Col: Museo del Pueblo de Asturias (depósito de Pedro Lueje).

En las ciudades y en las villas, allí donde la humanidad vive con más ó menos confort pero amparada y protegida por leyes de policía urbana, no hay idea aproximada de nuestra virtud y de nuestros sacrificios. Leitariegos, pueblo de 80 vecinos, á 1.500 metros de altura sobre el nivel del mar, lleva dos meses de incomunicación con el resto del mundo. No somos ni personas, porque se nos trata como á bestias. Hace 19 años que comenzó un expediente para la construcción de un modesto templo y todavía no se ha resuelto. Por humanidad debiera el señor arquitecto diocesano enviar al ministerio el proyecto que reiteradamente se le ha pedido y que es de suponer no requiera un estudio muy profundo.

Desde el día 20 de Noviembre vivimos aquí, si esto es vivir, sepultados entre la nieve, cuya altura alcanza 5 metros. La Jefatura de Obras Públicas de la provincia no refuerza, en esta época del año, el personal de peones camineros; de donde resulta que para establecer, cuando es posible, la comunicación entre algunas casas nos pasamos el día los vecinos perforando túneles y no siempre logramos nuestro objeto.

En el mes de Agosto ó Septiembre pasa la autoridad requisa de víveres á todas las casas en previsión del forzoso aislamiento del invierno. Los vecinos pobres almacenan patatas, harina, leña y velas de sebo; los más acomodados cuelgan en la cocina algunos jamones, cecina y chorizos. En cuanto empieza á nevar, cada familia se encierra en su habitación, en la agradable compañía de los animales domésticos. Y digo compañía agradable, porque el que tiene la suerte de poseer una vaca de leche y algunas gallinas, ya no se muere de hambre. Pero puede morirse de otras enfermedades y entonces son las escenas trágicas.

Un vecino que falleció el año pasado, durante la incomunicación por la nevada, no pudo ser trasladado al exterior para darle sepultura y el cadáver quedó durante once días acompañando á la viuda y á los huérfanos. ¡Triste compañía ó inhumano espectáculo!

Una vecina, cuyo marido estaba ausente, quedó encerrada en su casa con una niña de dos años y una vaca. Hallábase en estado interesante y dio á luz, sin ningún auxilio, viéndose obligada, durante un mes, á cuidar de sus hijos y de la vaca, no descuidando los quehaceres domésticos ni su salud. ¡En Madrid se reirán de esto!

Una de las cosas que causan extrañeza á los pocos viajeros que se dignan visitarnos, y que admiraron mucho dos gijoneses y un avilesino que aquí estuvieron el año pasado, es la ilustración de nuestras jóvenes. Estas pobres aldeanas tienen, entre otras, la desgracia de no casarse, porque los mozos emigran apenas cumplen con las obligaciones del servicio militar y las dejan solas. ¡Pobres chicas! Pero son de un carácter tan bondadoso, que no exhalan una queja. Ellas cuidan del ganado; ellas trabajan la tierra; ellas atienden solícitamente á todos los deberes de la familia. Y por único esparcimiento y recreo, organizan todos los domingos y fiestas un baile en la casa del pueblo. Pero llega el invierno; llega la nieve y como inmediata consecuencia la encerrona, y entonces, tanto como de los víveres, como del alimento corporal, se preocupan del pasto espiritual: hacen acopio de libros. Lecturas sanas: de geografía; de historia; de viajes.

Esto parecerá una exageración, pero es el evangelio. Lo han comprobado cuantas personas cultas nos han visitado y pongo por testigos de mayor excepción á los gijoneses y al avilesino. ¡Qué sorpresa! Creer hablar con una pobre aldeana y encontrarse con una señorita, instruida, inteligente y modesta.

Si el Sr. Bellido[1] nos hiciera pronto el proyecto para la iglesia y el señor ingeniero jefe nos ayudase á salir del entierro en vida, seriamos dichosos.

Poco pedimos.

D. O.


[1] Se refiere a Luis Bellido González (Logroño, 1869-1955), arquitecto de la Diócesis de Oviedo a fines del siglo XIX e inicios del XX, que construyó las iglesias de Santo Tomás de Cantorbery, de Sabugo (Avilés), y de San Lorenzo, de Gijón. Fue el arquitecto que también hizo el proyecto del Matadero de Madrid (1910).

El legado de los arrieros

La Chabola de Val.láu, hacia 1920

Valentín Flórez y María Sierra, un matrimonio de comerciantes, fundaron en 1898 «La Chabola de Vallado», la venta más conocida del Camino Real de Leitariegos

Valentín Flórez y María Sierra, un matrimonio de arrieros natural de El Puerto de Leitariegos, decidieron cambiar, en 1898, los polvorientos caminos de la España decimonónica por los cuatro muros de una venta situada a medio trayecto entre la entonces conocida como Cangas de Tineo y Villablino. Era el año de «El Desastre», el punto y final de la presencia colonial española en ultramar. Una época en la que Flórez cimentó las bases de su particular imperio familiar. Un negocio que, 113 años después, sigue a caballo entre Asturias y León gracias al trabajo de una cuarta generación de comerciantes.

Al igual que el resto de los pobladores de Leitariegos, Valentín Flórez pertenecía a una familia de arrieros. Su recua, llamada la del «Tío Xipín», cubría con cierta frecuencia el camino hacía Madrid. «Eran populares la ruta del mazapán y la de la cera, realizadas en Navidad y Semana Santa, respectivamente», comenta Valentín Flórez, biznieto del arriero.

Tras contraer matrimonio con María Sierra, el avispado arriero no tardó en percatarse de las grandes oportunidades que ofrecía la creación de una venta en la que dar servicio a todos los caminantes y muleros que se abrían paso hacía la Meseta a través del puerto cangués. Fue así como, en 1898, inauguró su comercio: «La Chabola» de Vallado. Sin embargo, su inesperado fallecimiento dejó a su viuda al frente del comercio y al cargo de seis hijos. «Mi bisabuela trabajó muy duro. Era capaz de levantarse a las tres de la madrugada para servir una copa de aguardiente a un cliente», subraya su biznieto.

Años después, su hijo, Francisco Flórez, y su nuera, Victoria Rodríguez, tomaron el testigo de «La Chabola». Con ellos, la venta se adaptó al nuevo siglo. «Vendían todo tipo de cosas. Aquí había un bar, una tienda de ultramarinos, ferretería, ropa, calzado, librería, panadería, materiales de construcción, farmacia, almacén de piensos, camionetas de reparto, despacho de correos e incluso autobús de viajeros», precisa Valentín Flórez. Además, la familia era propietaria de la «Mantequería Rodríguez», que distribuía sus productos en las tiendas de Madrid.

Antigua cocina, hoy utilizada como comedor y en la época del Samartino para curar el embutido al estilo tradicional

Su fama alcanzó tales cotas que son numerosas las publicaciones de la época en las que se menciona a la venta. Tal es el caso del etnógrafo alemán Fritz Krüger, que en agosto de 1927 llegó a Vallado junto a su esposa. Francisco Flórez, responsable, en gran medida, de este prestigio, falleció en 1975 dejando al frente del negocio a su hijo Valentín y a la esposa de éste, Carmen Pérez. «Cuando fallecieron los patriarcas, cada hijo adoptó diferentes caminos. Nosotros seguimos con la venta», señala Carmen, artífice de las recetas caseras y de los licores de frutas que aún hoy día pueden degustarse en «La Chabola».

El bagaje de la venta canguesa es palpable en todos sus rincones. Objetos como una vieja cafetera empleada por los arrieros o las esquilas de los machos de la recua del «Tío Xipín» adornan las estancias de «La Chabola», en cuyo comedor el tiempo se ha detenido. Ya no hay tanto trabajo como antes. «Por semana apenas tenemos clientes», comenta Valentín Flórez, el cual prosigue añadiendo que «el mal estado de la minería también se hace notar». Y es que, el destino al final del camino parece no ser tan claro como antaño.


Publicado en LNE por Ignacio Pulido (27/01/2011)


 

Parroquia de L.leitariegos

El Puertu de Leitariegos (Cangas del Narcea), vista aérea de sur a norte, el 29 de octubre de 1993. Fotografía de FOAT (Fotografía Aérea y Terrestre). Col.: Museo del Pueblo de Asturias.

El Puertu

♦ Casa Agosto ♦ Casa El Americano ♦ Casa Los Arrieros ♦ Casa Basilio ♦ Casa Celia ♦ Casa Cesárea ♦ Casa Diego ♦ Casa La Escuela ♦ Casa Eureka ♦ Casa Fabas ♦ Casa Felipe ♦ Casa Polilla ♦ Casa Provisor ♦ Casa Queipo ♦ Casa Sierra (actualmente Casa Guinea) ♦ Casa Xuanrín

Brañas d’Abaxu

♦ Casa Bonifacio ♦ Casa Feliciano ♦ Casa Pedro y Marcela ♦ Casa Santor (antes Casa Concha) ♦ Casa Vicenta (ahora de Casa Santor) ♦ Casa El Xastrón

Brañas d’Arriba

♦ Casa L’Aredeiro ♦ Casa Avelino o Velinio ♦ Casa Corsino (antes Casa Queipo y anteriormente Casa Colasa) ♦ Casa Cosmen ♦ Casa La Escuela ♦ Casa Fuertes ♦ Casa Luciano (casa desaparecida) ♦ Casa Marqués ♦ Casa Patricio ♦ Casa Plácida o El Zucu ♦ Casa Sidro ♦ Casa Vaqueiro ♦ La Cárcel ♦ El Juzgao

Cabuezos

♦ Casa Cabuezos

La Farruquita

♦ La Venta la Farruquita

La Pachalina

♦ La Pachalina

Trescastru / Trascastro

♦ Casa Agudín ♦ Casa Antonón ♦ Casa Arias ♦ Casa Atilano ♦ Casa Calechu ♦ Casa Corsino (antes Casa María Marcos) ♦ Casa La Escuela ♦ Casa Francisquín ♦ Casa El Guliel.lu (antes Casa Agripina y anteriormente Casa Xuaco María) ♦ Casa Marcos ♦ Casa Micaela (actualmente forma parte de Casa Arias) ♦ Casa Moncó ♦ Casa Morodo ♦ Casa Muirazo ♦ Casa Paulino ♦ Casa El Puerro ♦ Casa Rosendo ♦ Casa Sabina ♦ Casa Tomasón ♦ Casa Vicario ♦ Casa Vuelta


 

Ruta del Cueto de Arbas

El Cueto de Arbas la cumbre más occidental de la Cordillera Cantábrica donde se superan los 2.000 metros y, de hecho, es casi el extremo oeste de la divisoria principal. Se trata de una loma herbosa y pedregosa de suave cresta y pendientes laderas que surge sobre los extensos robledales en el flanco oeste del Puerto de Leitariegos.

ITINERARIO: Puerto de Leitariegos – Laguna de Arbas – collado (1.878 m) – cresta al NO. – Cueto de Arbas (2.007 m).

Septiembre de 2009. Vídeo: abarthfc