Planos de la iglesia vieja de la villa de Cangas del Narcea, 1642

Plantas de las iglesias vieja y nueva de Cangas de Tineo, según Diego Ibáñez Pacheco, 20 de abril de 1642.

En el mes de abril de 1642, gracias al pleito entablado con motivo del traslado de la parroquialidad de la vieja iglesia de Cangas del Narcea a la nueva construida con el dinero de don Fernando de Llano Valdés (Cangas de Tineo, 1575 – Madrid, 1639), el maestro de obras del templo nuevo, Diego Ibáñez Pacheco, levantó la planta, sección y alzados de aquella iglesia vieja de la parroquia de Cangas del Narcea.

Alzado exterior de la iglesia vieja de Cangas de Tineo que comprende una puerta lateral, portal, puerta principal y portal, según Diego Ibáñez Pacheco, 20 de abril de 1642.

Ibáñez Pacheco era natural de Noja, en Cantabria, y fue uno de los muchos canteros y maestros de obras de esa provincia que en los siglos XVII y XVIII trabajaron en Asturias y Galicia; morirá en Viveiro (Lugo) entre 1666 y 1668. Estos dibujos se conservan, junto al pleito, en el Archivo General de Simancas, Patronato Eclesiástico, legajo 253.

La iglesia vieja de la villa de Cangas del Narcea era un edificio humilde, de estilo románico tardío, que se había construido en el siglo XIII cuando se fundó la villa, a partir de la concesión de la carta puebla otorgada por el rey Alfonso X en 1255. Estaba situada en La Oliva, exactamente en el espacio que hoy está libre entre el palacio de los Omaña y la actual iglesia parroquial.

Sección de la iglesia vieja de Cangas de Tineo, según Diego Ibáñez Pacheco, 20 de abril de 1642.

Tenía tres ábsides: la capilla mayor dedicada a Santa María Magdalena y dos laterales con altares a San Bartolomé y San Miguel, y un pórtico a su alrededor. La fachada principal miraba al oeste, hacia el río, y la trasera daba a la calle de la Iglesia (actual Rafael Fernández Uría).

Alzado del campanario y trasera de la parte exterior de la iglesia vieja de Cangas de Tineo, según Diego Ibáñez Pacheco, 20 de abril de 1642.

 Era una iglesia de patronato real, en la que los señores de Cangas, sobre todo los Omaña, gozaban de unos privilegios que ellos mismos se habían otorgado. En 1642 se encontraba en un estado ruinoso y ese mismo año fue derruida. Para completar esta noticia véase en nuestra Biblioteca Canguesa el artículo de Javier González Santos: “La iglesia de Santa María Magdalena de Cangas del Narcea”.

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