Guía de palacios y casonas del concejo de Cangas del Narcea. El Palacio de Ardaliz / L’Ardalí
Después de hacer la Guía artística de Cangas del Narcea. Iglesias, monasterios y capillas, escrita por Pelayo Fernández Fernández, el Tous pa Tous ha emprendido la tarea de realizar una guía de palacios y casonas del concejo de Cangas del Narcea. El encargado de esta tarea es el mismo Pelayo Fernández. Hoy, adelantamos una muestra de su trabajo de documentación. Se trata del Palacio de Ardaliz / L’Ardalí, que perteneció al poderoso linaje de los Queipo de Llano. Gracias a su investigación, Pelayo Fernández nos desvela su fecha exacta de construcción, el nombre del maestro cantero que lo levantó, su procedencia y más cosas de interés.
EL PALACIO DE ARDALIZ / L’ARDALÍ
PELAYO FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
La casa de los Queipo de Llano de Ardaliz/L’Ardalí, en la parroquia de Limés / L.lumés, fue fundada hacia 1600 por Diego García de Tineo y Llano (nacido en Cangas del Narcea, hacia 1570), colegial de San Pelayo de Salamanca, regidor de la villa de Cangas y miembro de uno de los linajes más poderosos de su tiempo en Asturias y España. Sus padres fueron Juan Queipo de Llano el Mozo, natural de Cangas, y Catalina de Valdés, natural de Salas y sobrina de Fernando de Valdés Salas (Salas, Asturias, 1483 – Madrid, 1568), Inquisidor General, arzobispo de Sevilla, presidente del Consejo de Castilla y fundador de la Universidad de Oviedo. Y su hermano Fernando de Llano y Valdés (Cangas del Narcea, 1575 – Madrid, 1639) fue arzobispo de Granada, presidente del Consejo de Castilla y fundador en 1639 de la colegiata (hoy, iglesia parroquial) de Santa María Magdalena en la villa de Cangas del Narcea.
Diego García de Tineo se casó con Teresa Pérez de Navia y en 1635 crearon un vínculo con la casa y propiedades de Ardaliz. El heredero de este mayorazgo fue su primogénito, Rodrigo Queipo de Llano y Valdés, que ingresó en la prestigiosa orden de Santiago en 1639. También pertenecieron a esta casa otros personajes ilustres, como Juan Queipo de Llano y Navia (1599-1643), provisor eclesiástico de la diócesis de Granada y obispo de las diócesis de Guadix (Granada) y Coria (Cáceres) y cuyo monumento funerario, labrado por Diego Ibáñez Pacheco y la estatua orante por Luis Fernández de la Vega (Llantones, Gijón, 1601-Oviedo, 1675), está en el presbiterio de la iglesia parroquial de Cangas del Narcea.
Esta rama de los Queipo de Llano de Ardaliz levantó su primera casa en la villa de Cangas del Narcea, capital del concejo y centro administrativo de la comarca. En el año de 1600, el mencionado Diego García de Tineo encargó al cantero Juan de la Fuente, natural de Omoño, municipio de Ribamontán al Monte, merindad de Trasmiera (Cantabria) y residente en la villa de Cangas, la construcción de una casa en la calle Mayor de esta villa (donde actualmente están el Bar Blanco y la Relojería Berlín), y cuatro años más tarde, el 5 de enero de 1604, contrató con el mismo cantero la edificación de su residencia en Ardaliz con una capilla adosada. La carpintería de la casa la contrató el 10 de mayo de ese año con el carpintero Fernando de Ortiz, residente en la villa de Corias desde 1596, para hacer las puertas, marcos, ventanas y demás obra en madera. Este trabajo fue terminado por Juan de la Pediza (documentado entre 1589-1604), residente en la villa de Cangas y cuñado de Fernando de Ortiz. Una vez acabada la construcción del palacio, en 1606, el escultor y pintor Juan de Torres (Oviedo, documentado en 1587-1615) dio carta de pago al dicho Diego García de Tineo por la obra del retablo de la capilla del «licenciado Labio», pudiendo tratarse del retablo de la capilla de este palacio. Hoy día se conservan los vestigios de un retablo manierista con las imágenes de un Apóstol y un Santo Obispo.
El palacio está construido con mampostería de pizarra ennoblecida con cantería en el recerco de todos sus vanos y portadas. Las cubiertas son de teja árabe y pizarra. Aún mantiene parte de su estructura original con una torre esquinera de planta cuadrangular, destacada en altura (tres plantas y palomar en el bajocubierta) respecto a los cuerpos rectangulares que se le adosan en dos de sus lados (norte y sur) formando una planta en forma de L, habitual en los palacios asturianos desde último cuarto del siglo XVI hasta mediados del siglo XVII y que se ve en otras construcciones cercanas como el palacio de los Flórez Valdés en Carballo/Carbachu. En el ala sur estaría la cocina y otras dependencias auxiliares en torno a un portal de entrada estructurado con dos únicas columnas de orden toscano dispuestas sobre un alto basamento que sujetan un entramado de madera, muy similar al del citado palacio de Carballo. Desde aquí y a través de sendas portadas adinteladas se accede al interior del palacio y a la capilla, de planta cuadrangular y cubierta con bóveda de arista. En las paredes de este portal hay restos de pinturas murales en deficiente estado de conservación, siendo el motivo mejor conservado la representación de la Cruz de los Ángeles. También se intuye la presencia de un escudo pintado con las armas de los Valdés y que es la primitiva decoración heráldica del palacio ya que el escudo de armas de la fachada principal, como veremos a continuación, es posterior a la edificación del palacio y se hizo, junto a la reforma de su fachada, para conmemorar el ingreso de esta familia en la orden de Santiago en 1639.
El ala norte, que mira hacia el río Luiña, es la fachada principal del palacio que fue ennoblecida después de ese año de 1639. En la planta baja se alojarían el vestíbulo y las cuadras y en la superior aún se conserva el gran salón, cubierto con una magnífica armadura de madera, revelado al exterior por un balcón moldurado con antepecho de hierro y dos ventanas con alfeizar también moldurado y mandil de sillería. En esta fachada se aloja el escudo en forma de corazón y con las armas de los Queipo de Llano: tres flores de lis y tres fajas, bordeadas por piñas (en otros escudos de este linaje se usan los racimos de uva). Como se aprecia, el escudo, incorpora la cruz de Santiago de la que solo asoman el extremo superior y los laterales. Los motivos decorativos de este escudo (moldura en forma de corazón, las ovas, las molduras enrolladas y la ménsula inferior en forma de gola) son habituales en la producción del «Taller de Cangas del Narcea» y en los retablos y escudos del escultor Pedro Sánchez de Agrela (San Pedro de Mor, Lugo, hacia 1610-Cudillero, 1661), siendo por tanto una pista importante para atribuir a este maestro la hechura de este escudo. Por la parte norte de esta fachada se adosa otra con la bodega para elaborar vino en su planta baja y en el primer piso más habitaciones y parte del salón principal que se revela al exterior por medio de otro balcón. Este ala es una construcción posterior, del siglo XIX.
Estilísticamente, estamos ante una arquitectura de sobria concepción volumétrica y ornamental, donde el equilibrio y el ritmo, derivados de la disposición de los vanos, son sus principales características. Esta pureza arquitectónica se ve en los huecos distribuidos con cierta regularidad, formados por dinteles y jambas monolíticas de buena piedra y carentes de decoración.
Junto al palacio se conserva una panera.
Actualmente, una parte del palacio está destinado a alojamiento rural “Casa de aldea Palacio de Ardaliz”.
Mi más sincero agradecimiento a Carmina Rodríguez y José Calvo de la Casa de Ardaliz.
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