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Un libro de Mercedes Pérez sobre la vida y la obra de Uría

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Cubierta del libro

El Real Instituto de Estudios Asturianos acaba de publicar el libro Uría y el patrimonio de las obras públicas en Asturias a mediados del siglo XIX (Oviedo: 2011, 448 págs.), cuya autora es nuestra socia y vecina Mercedes Pérez Rodríguez.

Mercedes nació en Cangas del Narcea en 1955, es profesora del IES y coordinadora del Aula de la UNED de Cangas del Narcea. El libro es el resultado final de un trabajo de investigación iniciado hace más de diez años, que obtuvo en 2002 el Premio sobre Archivística y Documentación Padre Patac y que en julio de 2005, más ampliado, se presentó como tesis doctoral en la Universidad de Oviedo. Tenemos que agradecer a Mercedes este esfuerzo por estudiar la vida y la obra de José Francisco Uría y Riego (Santolaya de Cueiras, 1819 – Alicante, 1862), uno de las personas que más hizo por nuestro concejo en el siglo XIX.

Miembro del partido liberal moderado, fue diputado por el Distrito de Cangas del Narcea en las Cortes y Director General de Obras Publicas entre 1858 y 1862. En estos cuatro años su labor fue enorme, y Asturias le debe muchas de las infraestructuras (carreteras, puentes, puertos, ferrocarril León-Gijón, faros) que fueron claves para su desarrollo económico. Después de su prematura muerte, con 43 años, su labor fue reconocida por sus paisanos y de este modo su nombre todavía permanece en el callejero de Oviedo, Gijón, Luarca y Cangas del Narcea.

Cangas del Narcea le debe varias obras importantes. Gracias a él se comenzó la construcción del Juzgado y de las Escuelas Publicas de la villa en 1861; se trazó e inició la carretera de Luarca a Ponferrada por el puerto de Leitariegos y el Estado cedió en 1860 el monasterio de Corias, abandonado desde 1835, a los Dominicos. Además de esto, fue una persona muy interesada en la agricultura y la mejora de los productos del concejo, especialmente el cultivo de los viñedos y la elaboración del vino, así como la plantación de árboles, la introducción de nuevos cultivos, las plagas, etc. Presentó varios productos de Cangas del Narcea en la Exposición General de Agricultura, celebrada en Madrid en 1857, en la que obtuvo una medalla de bronce por jamones y cecina de vaca.

El estudio de Mercedes Pérez Rodríguez trata tanto la biografía personal de Uría, como su actividad política y administrativa. Asimismo, desmenuza la historia de los proyectos de obras públicas que puso en marcha en Asturias y que debido a su temprana muerte no pudo ver concluidos en la mayor parte de los casos.

Uría fue un político trabajador y honesto, que conocía muy bien el funcionamiento de la administración pública, y por eso pudo hacer tanto en tan poco tiempo. Fue un heredero de aquellos ilustrados asturianos del siglo XVIII, como el famoso Jovellanos, que trató y estuvo en casa de su abuelo Antonio Uría, que dedicaron sus mejores anhelos a la mejora y el progreso del país. La publicación de este libro servirá para recordar su figura y es un motivo de satisfacción para el Tous pa Tous.

A LA MEMORIA DE … Un proyecto del Tous pa Tous para llevar la historia a la calle

Placa conmemorativa en Londres.

Cuando uno pasea por muchas ciudades y villas de Europa es habitual ver, en las fachadas de los edificios, placas conmemorativas en las que se recuerda que allí nació, vivió o murió algún personaje relevante, o que en ese sitio sucedió un hecho importante para la comunidad, o que en ese lugar estuvo ubicada una sociedad, una empresa o una industria que merece ser recordada. La ciudad de Londres, por ejemplo, esta llena de estas placas. Su presencia rememora la existencia de personas que por sus obras y pensamientos ayudaron a mejorar la sociedad. Es una costumbre de países que respetan su pasado y ejercitan cotidianamente su memoria colectiva.

Lápida dedicada a don Facundo Meléndez de Arvás en la parroquia de Cangas del Narcea, obra del escultor Peresejo, 1929.

En la villa de Cangas del Narcea hay dos placas de esta clase en las Escuelas Públicas, dedicadas a los maestros José María Flórez y Genaro González Reguerín, que fueron sufragadas por suscripción popular y por “sus discípulos” en 1915 y 1918, respectivamente; aunque hoy, todo hay que decirlo, están medio tapadas por unos arbustos.

Placa dedicada a Félix Mª. Villa en el Asilo de Cangas del Narcea, 1921.

De estas dos placas escribiremos otro día. También entre este tipo de lápidas conmemorativas podemos incluir otras más, sufragadas todas por suscripción popular: la dedicada al médico y fundador del Tous pa Tous Mario Gómez, colocada en la casa donde nació en 1872; la del maestro Ibo Menéndez Solar, colocada en la calle que lleva su nombre, que carece de cualquier información sobre el personaje; la de Félix María Villa, fundador del asilo de ancianos, colocada en 1921 en la fachada de esa institución, y la de Facundo Meléndez de Arvas, descubierta en 1929 en la fachada de la iglesia parroquial que da a la plaza de La Oliva.

Lápida dedicada a Mario Gómez Gómez, colocada en la casa donde nació en 1872.

Esta última lapida, hecha con mármol y bronce, fue realizada por el escultor José Pérez Pérez, “Peresejo” (Barcelona, 1887 – Alcoy, 1979), que desarrolló su carrera en Madrid donde trabajó como profesor de modelado de la Casa de la Moneda y restaurador de escultura del Museo del Prado; Peresejo obtuvo varias medallas y menciones honoríficas en Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, y realizó numerosas esculturas y monumentos públicos.

Lápida dedicada a don Ibo Menéndez Solar con su efigie en bronce que fue sacada de una fotografía.

El Tous pa Tous quiere retomar esta buena costumbre de la placa conmemorativa y tiene ideado colocar una serie de placas de bronce dedicadas a la memoria de algunas personas, canguesas y forasteras, que han hecho en su vida algo destacado, que creemos que merece la pena recordar. La idea, además, pretende identificar un lugar o un edificio determinado con el personaje, de modo que podamos valorar y recrear a ambos.

Diseño de la placa dedicada a Luis Alfonso de Carballo realizado por Enric Franch. Medidas: 35 x 60 cm

La primera placa estará dedicada a Luis Alfonso de Carballo, y se colocará en los próximos meses en el barrio de Entrambasaguas, donde nació este historiador, literato y jesuita en 1571. La segunda, que pretendemos colocar también en este año para celebrar el bicentenario de su muerte, se dedicará a Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811) y se pondrá en la casa del conde Marcel de Peñalba, en la calle Mayor, donde residió este ilustre asturiano entre el 5 y el 20 de octubre de 1796.

Al abogado Florentino Quevedo Vega

Florentino Quevedo Vega, abogado.

En la sede del ilustre Colegio de Abogados de Oviedo, tuvo lugar el acto protocolario para la imposición de la Cruz de San Raimundo de Peñafort que, en el pasado mes de agosto, el Ministerio de Justicia le concedió al abogado de Cangas del Narcea Florentino Quevedo Vega, lo que me lleva más allá de una razón de amistad personal, con la cual me honra, a escribir unas líneas breves pero llenas de afecto personal, con que sumarme al reconocimiento público de este buen amigo y enorme letrado. Dígase que aquélla es la distinción otorgada por el Ministerio de Justicia para premiar sobremanera los servicios prestados por los funcionarios de la Administración de Justicia, los miembros de las profesiones directamente relacionadas con ella, y cuantos otros hayan contribuido en su estudio y aplicación al desarrollo del Derecho, sin nota alguna oficial desfavorable en las actividades jurídicas desempeñadas.

Viene esta importante distinción, bien merecida en este caso, precedida de otros recientes reconocimientos profesionales, de los que algunos medios se han hecho eco, señaladamente el periódico La Nueva España. Digo merecida y no creo equivocarme en el caso de Quevedo Vega, ya que en una época como la que nos ha tocado vivir, de éxito en ocasiones fácil y embriagador, a veces conseguido por puro azar o sin mérito reseñable, Quevedo es rara avis en cuanto ejemplo vivo y bien elocuente de hombre hecho a sí mismo, que procedente de una familia humilde de la vecina Galicia, con enorme vocación, espíritu de sacrificio, saber hacer y energía poco común, ha alcanzado un reconocimiento profesional en el mundo del Derecho y, en concreto, de la abogacía más que notable y que le permiten aún hoy, a sus envidiables 91 años, continuar trabajando con un entusiasmo casi juvenil, lo cual debiera servir de estímulo y acicate a aquellas generaciones más jóvenes que buscan hoy, en un entorno social y profesional sin duda muy difícil, su porvenir profesional.

Si bien el Derecho, a través de la abogacía ha marcado la vida profesional de Quevedo, su formación fue originariamente otra muy distinta, ya que, como recordarán muchas personas con mayor experiencia vital que yo, ejerció muchos años ese noble oficio de maestro de escuela llegando a ser ya a finales de los años cuarenta, muy joven por tanto, director de colegio (Nuestra Señora del Carmen). Estudió la carrera de Derecho que simultaneó con el trabajo anterior, habiendo dado clases a varias generaciones de cangueses. Fue asimismo procurador durante nueve años, lo que le permitió conocer los entresijos de la burocracia judicial, como antesala privilegiada para su posterior e inmediata dedicación a la abogacía, que ya no abandonaría hasta hoy, durante prácticamente cincuenta años ininterrumpidos.

Seguramente algunos no sabrán que además, entre tanta ocupación, a Quevedo le dio tiempo a obtener el grado de doctor en Derecho, que lo llevó a, tras varios años de intenso estudio y dedicación al tema, culminar su tesis, publicada después bajo el título de «Derecho español de minas». Esta obra que viene con frecuencia citada entre la bibliografía específica en la materia, tuvo el indudable mérito de abordar sistemáticamente o en conjunto la general problemática jurídica que el Derecho minero planteaba, como rama del ordenamiento, haciéndolo Quevedo además con unos mimbres en la literatura anterior muy rudimentarios.

El doctorado fue una credencial sin duda excelente con la que Quevedo inicia su posterior y exitosa andadura profesional, principalmente aunque no sólo, en el asesoramiento de empresas mineras, algunas de las más importantes a nivel nacional en el sector carbonífero y que continuará ejerciendo al momento actual. No puedo dejar de reseñar que esta obra ha sido en alguna ocasión injustamente tratada, por opiniones cuando menos poco informadas. Huyó Quevedo, al encarar la temática de su tesis doctoral, de elegir un tema fácil o que estuviera previamente trillado en la doctrina anterior. Este libro de Quevedo ha sido valorado más ponderada y justamente en otros lugares importantes, y a título de ejemplo puedo mencionar que no hace mucho, en los Anales de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, nº 37, de 2007 (Madrid), en un trabajo del eximio Díez-Picazo, catedrático de Derecho Civil de la Universidad Autónoma de Madrid, ex magistrado del Tribunal Constitucional y, sobre todo, maestro de una importante escuela de juristas, se refiere al libro de Quevedo en términos elogiosos. O en la más prestigiosa revista científica española de Derecho público, la Revista de Administración Pública, en un extenso trabajo de quien quizá sea el mayor especialista español en Derecho minero, Isidro Arcenegui, que, si no yerro, cita hasta siete veces a Quevedo Vega al abordar diversos aspectos del Derecho de minas.

El doctorado, que le abrió las puertas de una especialidad profesional, la continuada luego y nunca interrumpida experiencia práctica en dicho campo, con su personalidad abierta y autodidacta, lo acreditan como uno de los mayores especialistas a nivel nacional en Derecho minero.

Por todo ello, por ser ejemplo de laboriosidad sin desfallecimiento, por su buen hacer profesional, por su compañerismo, es una distinción oficial del todo merecida, que agranda la ya exitosa trayectoria profesional de Quevedo Vega como abogado, y llena de satisfacción y celebramos cuantos lo conocemos y queremos.

¡Felicidades, Quevedo!

 


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Un libro que toca miradas

Redondo, en su estudio de Gijón, pasa páginas de su libro. Foto: Paloma Ucha

El año pasado, durante la octava edición de AlNorte, el asturiano Francisco Redondo (Cangas de Narcea, 1968) presentó en el Palacio de Camposagrado de Avilés su proyecto ‘Tocando la mirada’, fruto del trabajo fin de carrera que realizó para la Escuela Superior de Arte del Principado de Asturias. Un libro ilustrado para ciegos (y también para videntes) concebido bajo la tutoría de la escuela, que fue seleccionado por la Bienal Iberoamericana de Diseño para su exposición en Matadero y acaba de ganar el premio de Diseño Gráfico otorgado por la Asociación de Diseñadores de Madrid.

La idea del libro es «estimular el uso del tacto y ampliar la información visual», según el autor, cuyo objetivo primordial es «ayudar en la familiarización del sistema de lecto-escritura Braille para que puedan disfrutar todos juntos de sus imágenes». La obra consta de 30 ilustraciones, cada una compuesta por dos páginas. La primera es el troquelado en negativo de la silueta, y la segunda es la figura, dibujada mediante textos en Braille y alfabeto para videntes. El libro ha sido proyectado con una cubierta anterior y posterior más 67 páginas, y baraja diversas posibilidades de impresión futura.

Sus pautas se inspiran en los estudios del estadounidense Ergon Ligon, diseñador gráfico de la Universidad de Texas, sobre la posibilidad de compartir la lectura de libros entre niños ciegos y videntes. «El sistema de Ligon», indica Francisco Redondo, «fue rápidamente incorporado porque antes el texto normal se intercalaba entre el Braille, molestando a unos y a otros».

La fusión realizada por Redondo, que propone la interacción de diversas herramientas creativas, nuevas tecnologías y novedosos materiales, es una de las bazas más destacadas de este proyecto, que ha obtenido el aplauso de varios especialistas internacionales. «Basándome en la estética del pictograma y en las imágenes de los libros de aprendizaje de la lecto-escritura tradicional», señala Francisco Redondo, «pretendo que se acostumbren a reconocer símbolos de forma táctil y mental. Una mariposa volando puede ser muy difícil de visualizar en su mente, pero quizás puedan advertir un mensaje codificado en esa forma».

Expositor remiso, Francisco Redondo es un ‘viejo’ conocido del circuito asturiano, donde ha realizado varias exposiciones individuales y colectivas, siendo recientemente seleccionado en algunos certámenes de arte, como el Daniel Martínez Pedrayes. Su trabajo alterna la pintura, la escultura y el análisis de los nuevos medios, con especial dedicación a la disciplina de diseño. Entre sus últimos trabajos destaca la serie ‘Autorretratos en movimiento’, que alterna la presentación bidimensional, la edición y las animaciones digitales.

Biblioteca Pública “P. Luis Alfonso de Carvallo”

Viajera e inquieta desde que se creara hace ya casi sesenta años, la Biblioteca Municipal de Cangas del Narcea ha vuelto a cambiar de sede, y esta vez el cambio ha sido espectacular, para cumplir con su vocación de ofrecer siempre el mejor servicio a sus usuarios.

La Biblioteca Pública Municipal P. Luis Alfonso de Carvallo, de Cangas del Narcea, ha estrenado nueva ubicación, la tercera desde su fundación en 1952, para asentarse en una construcción del siglo XVI, de estilo renacentista, que ha sido rehabilitada por el arquitecto Félix Gordillo García, en un proyecto conjunto del Ayuntamiento de Cangas del Narcea, que adquirió el edificio, y la Consejería de Cultura del Principado de Asturias, que financió su remodelación.

Tras recibir a los lectores primero en el entresuelo y luego, en los bajos del patio del Palacio Conde de Toreno, sede del propio Ayuntamiento cangués, ocupa ahora la práctica totalidad de la primera y la segunda plantas de la nueva Casa de Cultura, en un espacio que casi duplica la superficie de la que disponía anteriormente y que alcanza los 400 metros cuadrados.

Como antesala de la biblioteca, el visitante accede a la sala de prensa y revistas, para llegar luego a las salas destinadas a los usuarios infantiles y juveniles y a dos más para los usuarios adultos. En el segundo piso se ha habilitado un espacio más para lectores juveniles y otro que alberga un importante fondo de temática asturiana, así como una sección dedicada a la bibliografía de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

Las nuevas instalaciones cuentan, además, con dos pequeñas aulas de estudio con capacidad para una docena de personas, y en ellas se ha reservado un lugar específico para el depósito de fondos, del que carecía anteriormente. Todo ello le permite ofrecer a sus usuarios más de 25.000 títulos entre libros, discos y vídeos.

El cambio de sede ha supuesto un importante acicate para atraer nuevos usuarios al centro, que si hasta su traslado registraba una media de quince nuevos socios al mes, desde que se encuentra en la nueva Casa de Cultura casi ha triplicado esta cifra para alcanzar ya a los cuarenta nuevos socios mensuales, tanto en el caso de lectores adultos como infantiles y juveniles.

La entusiasta respuesta de los habitantes del municipio se ha dejado notar también en la participación por parte de los más pequeños en el programa de animación a la lectura Un Libro llamado Juguete, desarrollado en la sección infantil de la biblioteca en colaboración con la Oficina de Información Juvenil, que va dirigido a niños de entre cuatro y diez años. En su cuarto año de andadura este programa ha alcanzado inmejorables cotas de asistencia en sus primeras sesiones este verano.

Entre las mejoras que el traslado ha hecho posible se encuentra la nueva conexión inalámbrica a internet que desde el pasado mes de agosto se ha puesto a disposición de los usuarios del centro, que abrió sus puertas al público el pasado 5 de mayo, tras la inauguración oficial de la Casa de Cultura Palacio de Omaña, presidida por la consejera de cultura, Mercedes Álvarez, y el alcalde de Cangas del Narcea, José Manuel Martínez.

En esta Casa de Cultura, la Biblioteca Municipal P. Luis Alfonso de Carvallo comparte espacio con el Centro de Dinamización Tecnológico Local, las oficinas de Información Juvenil, de Turismo y de Normalización Lingüística, el Aula de la UNED, el auditorio y salas de exposiciones. Con esta proximidad de servicios se pretende convertir este espacio en un modelo de gestión cultural de vanguardia para todo el concejo.

REVISTA DE LAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS
NÚMERO 18 – 4º TRIMESTRE 2010

Un juez cangués presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias

Nuestro consocio el magistrado cangués César José García Otero

El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) designó al magistrado cangués César José García Otero como nuevo presidente de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias.

García Otero obtuvo el apoyo de trece de los veintiún vocales del órgano de gobierno de los jueces (necesitaba once) con lo que así se hace con la que está considerada la plaza más estratégica de la justicia autonómica.

El pasado jueves 23 de septiembre de 2010, poco antes de las diez de la mañana, el CGPJ aprobaba en su sesión plenaria, el nombramiento de García Otero con los apoyos de los nueve miembros de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), los dos vocales que representan a los partidos nacionalistas con representación (catalanes y vascos) y dos miembros más de Jueces para la Democracia (JpD).

El nuevo presidente de la Sala que se muestra ilusionado con la nueva etapa profesional que emprende, nació en 1959 en Cangas del Narcea (Asturias) y es socio de El Tous pa Tous. Está considerado uno de los mejores magistrados que ejercen en Canarias. Tiene 23 años de carrera a sus espaldas. Su primer destino fue el Juzgado mixto de Nules (Castellón). Más tarde fue destinado al Juzgado de lo penal número 5 de Las Palmas. Fue el primer juez que desplazó una comitiva judicial a las islas de Lanzarote y Fuerteventura. Desde 1988 es magistrado de la Sala de lo Contencioso del TSJC en Las Palmas.


Fallece en Canarias el magistrado cangués César J. García Otero


 

El castro de L.larón en la Biblioteca Digital del Tous pa Tous

Planta y secciones de los conjuntos defensivos del castro

En julio de 1978 se realizó una excavación arqueológica en el castro del pueblo de L.larón / Larón, dirigida por los profesores José Luis Maya González, de la Universidad Autónoma de Barcelona, y Miguel Ángel de Blas Cortina, de la Universidad de Oviedo. Una noticia de esta excavación, escrita por este último, puede leerse en el número 5 de la revista Entrambasaguas. A partir de ahora también podrá consultarse en nuestra biblioteca digital la memoria completa de aquella excavación que se publicó en 1983, en el número 15 del Noticiario Arqueológico Hispánico, editado por el Ministerio de Cultura.

Hebillas anulares (a y b) y pendiente (c)

El castro de L.larón es el único castro excavado en el concejo de Cangas del Narcea. En la actualidad hay catalogados 24 castros en todo el concejo, aunque es muy probable que haya más. De todo ellos solo este de L.larón y el de Tremáu de Carbachu, que ha sido reconocido pormenorizadamente y limpiado por un equipo de arqueólogos, han sido estudiados hasta la fecha.

Los castros son poblados fortificados de la Edad de Hierro, caracterizados por su localización en promontorios poco accesibles, utilización de fosos y murallas, y viviendas de planta redonda. En el de L.larón aparecieron materiales de época romana y es seguro que su existencia estuvo muy determinada por la intensa minería del oro que existió en el valle alto del río Ibias en ese tiempo.

El abandono del patrimonio del Suroccidente

La escasa formación y el planteamiento político generan llamativas situaciones de dejadez

Publicado el 17 de marzo de 2010 en el diario La Nueva España por ALFONSO FANJUL PERAZA, doctorando en arqueología (UPV) y asesor de patrimonio histórico del PP de Asturias.

Palacio Queipo de Llano en San Pedro Arbás, Cangas de Narcea

No sé en cuántas regiones de Europa uno puede ver cómo la lluvia cae directamente sobre auténticas joyas de arte, bien sean esculturas góticas, retablos barrocos o pinturas murales de diversas épocas, muchas de ellas desconocidas en el ámbito de la investigación. Tampoco sé si, quizás, ante el elevado número de iglesias románicas en estado de abandono del suroccidente asturiano, es que estamos ante algún proyecto secreto de la Consejería de Cultura, a modo de futura ruta turística sobre patrimonio histórico destruido, donde uno pueda ver situaciones y escenas que, les aseguro, no se ven ya en ningún lugar del llamado Primer Mundo.

Hay que reseñar igualmente que pese a nuestra personal atracción cultural por ese Suroccidente, marginado a todos los efectos por la Administración regional, los casos de abandono se reparten por toda la región, y en la misma capital uno puede admirar cómo crece la hierba sobre el tejado de algunas iglesias prerrománicas.

Fruto del sentimiento mórbido que supone la visita a la escena del crimen, decidimos volver a algunos de los lugares cuyo abandono tanto nos había impactado. Al llegar a Arganza, da la impresión de que lo único que el abandono respeta todavía es el espectacular sepulcro tallado de un caballero de época moderna que, desde un lateral de la iglesia, observa pinturas murales a la intemperie, columnas de retablos por el suelo, y un tejado que hace tiempo ya se ha desplomado sobre la nave central.

Es cierto que el caso de Xarcelei no es comparable, por tener su estructura en mejor situación, pero los intentos de robo de los últimos años (sin que se haya revisado la seguridad de la iglesia), y la gran mancha verde de humedad, en contacto directo con un excepcional retablo renacentista, merecen una visita.

Otro punto negro es San Martín de Sierra, donde para explorar la vieja iglesia parroquial hay que hacerse con material de desbroce por la densa vegetación, que cubre hoy en día una estructura arruinada. Entre ocres y oscuros, emerge de la humedad la figura medieval de un caballo pintado, que ya ha perdido a su caballero. En otro de los murales, todavía se observa con claridad un Santiago Apóstol, representado como peregrino sobre unas amplias bandas triangulares de color rojo, blanco y negro, que aportan una impresionante fuerza cromática al marco donde descansaban otras figuras de corte sencillo, que ya se han perdido. Estos tres ejemplos representan una situación de conjunto donde podemos citar decenas de casos similares, y así, en los últimos años, hemos asistido a expolios de material artístico en Curriechos, Boxó (Allande), San Pedro de Arbás… sin que estos robos hayan supuesto un mínimo cambio en las medidas de seguridad de estas iglesias. Los problemas de humedad son generalizados con casos sangrantes como Larna o Berguño, así como los problemas de cimentación, con casos de revisión urgente como el de Castanedo. La decadencia afecta hasta el mobiliario básico, con lugares como Fontes de Corbeiro, con reformas inadecuadas, donde los vecinos utilizaban asientos de autobús procedentes de un desguace…

Les doy en parte la razón a aquellos que piensan que la base de esta situación se encuentra en la escasa o nula formación en patrimonio histórico de los principales gestores de la Consejería de Cultura, desde la propia consejera de Cultura, pasando por un director de patrimonio, en su cargo por haber sido ex alcalde de Corvera, y una jefa de servicio que es abogada.

Aunque podríamos apostar por un planteamiento más político, es decir, para muchos, la falta de ese interés, respondería a un auténtico boicot en el caso de Cangas, y la deferencia hacia los otros concejos, producto de una mentalidad de periferia por la cual ese filón en patrimonio histórico que es el suroccidente asturiano, para las cabezas gestoras del Gobierno asturiano, sigue estando muy alejado de su famoso centro urbano de poder electoral, que en su día definieron como «Ciudad Astur».

Florentino Quevedo, 90 años y continúa al pie del cañón

Florentino Quevedo Vega. Foto de Pepe Rodríguez (lne.es)

Una vez que el Gobierno de España, ha anunciado la reforma del sistema de pensiones contemplando el retraso en la edad de jubilación, se ha abierto la caja de los truenos y, ha dado paso ahora a un debate que se presenta tenso. Pero, si hay alguna persona en nuestro entorno a quien este debate no le va a ocupar mucho tiempo, esa persona es nuestro socio D. Florentino Quevedo.

El abogado Florentino Quevedo Vega, experto en el asesoramiento a empresas mineras, nace el 11 de marzo de 1919 en Mones, pueblo perteneciente al ayuntamiento de Petín de Valdeorras y a la provincia de Orense (Galicia), y lo hace en el seno de una modesta familia, quedando huérfano de padre cuando contaba tan sólo 13 meses de edad.

Gracias a las becas estudia Magisterio, carrera que le trae a Cangas del Narcea en 1940 como maestro en prácticas. Cuatro años más tarde pasa a la condición de profesor interino y, enseguida, logra la plaza fija en el grupo escolar en el que ejercía, del que llega a ser director, cargo que no abandonaría hasta 1981. Pero como quiere ser abogado, Florentino, que compatibilizaba la dirección del centro con el trabajo de procurador de los tribunales de justicia desde 1948, estudia en sus ratos libres Derecho, carrera que termina en 1961, año en que ya comienza a ejercer como abogado, por lo que abre bufete en Cangas. Doctorado en Derecho en 1963, en 1964 publica lo que había sido su tesis doctoral en un libro de dos tomos: Derecho Español de minas, tratado teórico-práctico, materia en la que es un auténtico experto. Tras unos primeros años como letrado en los que aborda abundantes y diversos asuntos, que nunca dejaría del todo, acaba especializándose en el asesoramiento a empresas mineras radicadas en una comarca ligada a la extracción del carbón, de la que forma parte fundamental Cangas, que es donde desarrolla la mayoría de su trabajo, aunque también se desplaza por diversos motivos profesionales a otras localidades, entre ellas Oviedo y Madrid.

Florentino Quevedo es un ejemplo de extraordinaria laboriosidad, que, pese a haber superado los 90 años, continúa al pie del cañón.

FUENTE: www.VivirAsturias.com
01/02/2010

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Las casas del concejo de Cangas del Narcea

Barrios y casas de L.larón

El día de Reyes publicó Antonio Ochoa, socio del Tous pa Tous, un artículo en su blog Cosas del Suroccidente titulado “Cuando la casa era una saga”, en el que habla de la importancia y el valor de la “casa” en el mundo rural asturiano y en concreto en los concejos del occidente de Asturias. Este artículo, que reproducimos a continuación, nos sirve para informar a nuestros socios y lectores que el Tous pa Tous esta llevando a cabo desde diciembre de 2009 una recogida de todos los nombres de las casas del concejo de Cangas del Narcea, parroquia a parroquia y pueblo a pueblo. En este trabajo están colaborando muchas personas y ya quedan pocos pueblos por recoger. Nuestra intención es que antes de finalizar el mes de enero la lista de casas del concejo de Cangas del Narcea esté disponible en nuestra página web.

 

 

 Cuando la casa era una saga

Por Antonio Ochoa (6 de Enero, 2010)

Explicaba a alguien que la razón por la que no me veía el pelo últimamente no era un súbito incremento de mi alopecia, sino que estaba pasando estos días en mi casa y, de repente, me di cuenta de que lo que yo quería realmente decir y lo que el otro entendió era «en casa de mis padres, en el pueblo». Porque, en el fondo del corazón, ambos sabíamos que «mi casa» no es, en realidad, «la casa que me pertenece», sino «la casa a la que pertenezco».

Para los que nos criamos en una aldea, nuestra casa era bastante más que el lugar donde vivíamos. Era un concepto mucho más amplio que abarcaba, además del edificio, la gente que lo habitaba y los que habían habitado, su historia y sus historias, sus costumbres, sus normas y sus tradiciones. Era un todo del que tú formabas parte y que formaba parte de ti, que te definía e identificaba. Cuando hablabas, por ejemplo, de Pepe Colás, todos sabían que te referías a Pepe, el de casa Colás, del que, posiblemente, ni siquiera conocías su apellido.

Uno podía plantearse vender el piso donde vivía, especialmente si era para mudarse a otro mejor, sin demasiados ataques de nostalgia, pero nadie se desprendía de «su casa» sin una extrema necesidad. Supongo que hace falta ser dueño de la tierra bajo tus pies, que tu vivienda hunda firmemente sus cimientos en terreno propio, para que puedas echar raíces allí. Es necesaria esa vocación de permanencia, de atemporalidad, casi de eternidad, para que te sientas parte de una saga que te ha precedido en el tiempo, que seguirá después de ti y de la que sólo escribirás un capítulo, que seguramente pretendes que sea digno o, incluso, importante, pero que sabes que, al final, será también efímero.

Cada casa era, hasta cierto punto, un estado independiente con su territorio y sus fronteras, con sus leyes y su sistema económico. Tenía, además, cada una su patriarca y su matriarca, no necesariamente en este orden de importancia. Cuando uno de éstos llegaba a reinar durante un tiempo prolongado y poseía una personalidad lo suficientemente acusada, podía acabar reemplazando el anterior nombre de la casa por el suyo propio. Este era, probablemente, el honor más grande al que se podía aspirar. Resulta, por cierto, curioso comprobar que entre esos nombres casi legendarios abundaban casi tanto los femeninos como los masculinos.

No había, en cambio, (afortunadamente) ni ejércitos ni banderas, pero ello no impedía que algunos eventos se transformasen en demostraciones de poder, aunque de lo que se trataba era de demostrar la capacidad para preservar la vida y no para destruirla. Los principales eran la mayada y la matanza en los que el tamaño de las «facinas» y el número de los animales sacrificados establecían el estatus de cada casa. Era, eso sí, una rivalidad festiva en la que todos los vecinos colaboraban en un ambiente alegre, regado de risas, bromas y bebidas y que finalizaba en una comida de hermandad cuyo menú se repetía invariable en todos sitios sin que llegara nunca a cansarnos.

Aunque las mayadas hayan pasado ya a la historia y las matanzas acaben pasando pronto, todos los que nacimos en uno de nuestros pueblos hasta mediados del siglo pasado sentimos dentro de nosotros ese legado y la necesidad de preservarlo mientras vivamos. Lo que sucederá después no lo sé y, quizá, por suerte, no lo sabré nunca.

 

Como muestra del trabajo realizado vamos a presentar hoy la relación de las casas de la parroquia de L.larón, formada solamente por los pueblos de L.larón y La Viliel.la. Los nombres los ha facilitado Manuel Álvarez Rodríguez, de casa El Xastre de La Viliel.la, que vive en Madrid y es socio del Tous pa Tous. Manuel acompañó la información enviada al Tous pa Tous con una fotografía aérea de estos dos pueblos en los que él mismo ha señalado la situación de las casas, de la que publicamos la de L.larón. 

PARROQUIA DE L.LARÓN

L.larón

La Viliel.la

Barrio de El Casoiru

  • Casa Donisio
  • Casa Josepillo
  • Casa Florenta (desaparecida)
  • Casa Pacho (desaparecida)

Barrio de El Picu´l L.lugar

  • Casa Casín
  • Casa El Ferreiro
  • Casa Montero
  • Casa Xipitín
  • Casa El Pardo (desaparecida)

Barrio de El Carreiru

  • Casa Carrilo
  • Casa Jarana
  • Casa El Santo
  • Casa Toribo

Barrio de Los L.lagos

  • Casa Barreiro
  • Casa Castel.lano
  • Casa El Chispero
  • Casa El Coxo
  • Casa L’Haredeiro
  • Casa Mourín

Barrio de El Vareal

  • Casa El Caminero
  • Casa Casanueva
  • Casa Colinas
  • Casa El Curioso (desaparecida)
  • Casa Farruco
  • Casa Macera
  • Casa Pepito (desaparecida)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Barrio de La Pedrera

  • Casa Castaño (desaparecida)
  • Casa Corbella
  • Casa Fonsón (desaparecida)
  • Casa Marcones
  • Casa El Xastre

Barrio de El Picu’l L.lugar

  • Casa La Casera (también Serafín)
  • Casa Mingarrín
  • Casa El Paisano
  • Casa El Poyo
  • Casa Xuanón
  • Casa El Gal.lego (desaparecida)
  • Casa El Manteigueiro (desaparecida)
  • Casa Lario (desaparecida)
  • Casa Rápala (desaparecida)
  • Casa Ricardo
Esta última existió hasta el incendio del
17 de febrero de 1918, aunque todavía no
sabemos su ubicación exacta.

Barrio de El Chanu

  • Casa Angelito
  • Casa Campillo
  • Casa Enrique
  • Casa José de Campillo
  • Casa El Marqués
  • Casa Pachalín
  • Casa El Roxo
  • Casa Xacinto
  • Casa Clara (desaparecida)
  • Casa El Cura (desaparecida)
  • Casa La Cestera (desaparecida)
  • Casa Manunga (desaparecida)

Barrio de La Fonte

  • Casa Castelao
  • Casa El Ferreiro
  • Casa Fuentes
  • Casa Gorrullo
  • Casa Juanito
  • Casa Lama
  • Casa Rosendo (también Costanta)
  • Casa Rita (desaparecida)

Barrio de La Capilla

  • Casa El Campo
  • Casa Felipón
  • Casa Minguchón
  • Casa El Pequeno
  • Casa El Romo
  • Casa Xuacón
  • Casa Xuan Blanco
  • Casa Benito (desaparecida)
  • Casa Farruquillo (desaparecida)

Barrio de La Baldosa

  • Casa L’Estudiante
  • Casa Fastio
  • Casa Manolón
  • Casa Pachón
  • Casa Mañas (desaparecida)
  • Casa Quisquilla (desaparecida)

El abandono de la Administración de Justicia en Cangas del Narcea

Juzgado y cárcel año 1899

¿Cómo puede estar cerrado el Registro Civil? ¿Por qué está tan descuidado e infrautilizado el Juzgado de Cangas del Narcea?

Desde hace un par de meses el Registro Civil de Cangas del Narcea está cerrado. El motivo es que no hay ningún funcionario a su cargo. En estos momentos no se puede asentar a un recién nacido, ni se dan partidas de ninguna clase… El Registro Civil es un servicio público, pero en Cangas del Narcea sólo se atiende por urgencia o por favor. Esta situación de abandono de la administración de Justicia en Cangas del Narcea no solo se reduce a este registro, sino que se manifiesta físicamente en el estado en el que se encuentra el juzgado de nuestro partido judicial.
 
Proyecto para fachada principal del Juzgado y Cárcel de Cangas del Narcea, realizado por el arquitecto provincial Javier Aguirre, 1878
 
El proyecto para la construcción de este edificio fue realizado por el arquitecto provincial Andrés Coello en 1861, año en el que solo se levantó su fundamento. En 1866 se retomó la obra, pero no será hasta 1878 cuando, con un proyecto reformado por el arquitecto Javier Aguirre, se reanude su construcción que concluirá definitivamente en 1892. Coello y Aguirre son dos de los mejores arquitectos que trabajaron en Asturias en el siglo XIX y el resultado de su trabajo fue la construcción de un edificio notable, que hoy es la mejor arquitectura del siglo XIX que existe en nuestro concejo. La obra fue muy costosa y supuso un gran sacrificio económico para el partido judicial de Cangas del Narcea, por eso se tardó más de treinta años en concluirla.
 
Proyecto para la planta baja del Juzgado y Cárcel de Cangas del Narcea, realizado por el arquitecto provincial Javier Aguirre, 1878

 
Hoy, más de un siglo después de su inauguración, el edificio está descuidado, sus instalaciones son obsoletas e incómodas, y, lo que es peor, solamente se utiliza una cuarta parte de su superficie. La mayor parte del edificio, la que antiguamente se destinaba a cárcel, está casi abandonada, sucia y sólo se emplea para guardar una parte del archivo del juzgado, que está descolocado y en no muy buenas condiciones de conservación. Hace unos años el Estado transfirió al Principado de Asturias las competencias sobre Justicia: primero los bienes y bastante más tarde el personal. En consecuencia, estamos ante un edificio titulado por ésta Comunidad Autónoma. Pues bien, si uno consulta las “Páginas Blancas” de Telefónica (el anuncio del Principado de Asturias en Cangas del Narcea) verá al menos doce sedes distintas de diferentes servicios administrativos autonómicos, y mientras tanto este soberbio edificio del Juzgado sigue infrautilizado. ¿Cómo se pudo llegar a este estado de cosas? ¿Cómo se pueden tener cientos de metros cuadrados desaprovechados en un edificio público? ¿Cómo puede estar cerrado el Registro Civil? Es difícil comprender todo esto, pero está claro que las causas son los muchos años de incuria y dejadez que no han favorecido al edificio, ni el servicio a la población. ¿Quién va hacer algo para solucionarlo?
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¡Enhorabuena!, Federico

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Retrato de Federico González Granell

El artista cangués Federico González Granell, gana el IX Premio de Pintura “Junta General del Principado de Asturias”.

OVIEDO, 16 Nov. (EUROPA PRESS)

La obra del artista asturiano Federico Granell que lleva por título ‘Viaje de invierno’ ha obtenido el Premio de Pintura ‘Junta General del Principado de Asturias’ en su novena edición, dotado con 15.000 euros, según informó el Parlamento asturiano a través de una nota de prensa.

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Viaje de invierno (2009, Federico Granell, n. 1974). Obra ganadora del IX Premio de Pintura de la Junta General del Principado de Asturias (2009).

El jurado del premio estuvo formado por Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen Bornemisza; María Dolores Jiménez Carrillo de Albornoz, profesora del Departamento de Arte Contemporáneo de la Universidad Complutense de Madrid y Alfonso Franda, director de la Escuela de Arte de Oviedo, actuando como secretaria Josefina Velasco Rozado, jefa del servicio de Biblioteca, Documentación y Archivo de la Junta General. La obra premiada quedará en propiedad de la Junta General para ser incorporada a su fondo de arte.

El jurado del IX Premio de Pintura ‘Junta General del Principado de Asturias’ emitió su fallo tras seleccionar un total de 20 obras de las 214 presentadas.

La exposición de la obra ganadora y de las otras 19 seleccionadas quedará abierta al público el día 5 de diciembre, coincidiendo con el inicio de las jornadas de puertas abiertas de la Junta, que concluirán el día 8. No obstante, podrá ser visitada hasta el día 18 de diciembre, entre las 18.00 y las 21.00 horas.

Los Reyes entregaron a Neto el Premio Mingote

La espuma de la vida política, cultural, económica y social (y del champán) se desbordó el pasado 13 de julio de 2009 en la Casa de ABC, con motivo de la entrega de los premios Luca de Tena, Mariano de Cavia, y Mingote, en un multitudinario brindis por el periodismo y por los tres galardonados. Los Reyes presidieron la tradicional cena de gala que este año protagonizaban el filósofo Eugenio Trías por su Tercera en ABC “El gran viaje”, el director de la revista ¡Hola!, Eduardo Sánchez Junco, en reconocimiento a su trayectoria profesional al frente de la publicación que nació hace 65 años, y el humorista gráfico cangués Ernesto García del Castillo, Neto, por una viñeta publicada en el diario La Voz de Asturias.

Un homenaje al periodismo que, en palabras del Rey, permite cada año “expresar una vez más el apoyo y aliento de la Corona a cuantos esfuerzos e iniciativas buscan promover la creatividad del mejor periodismo” y “reconocer el genio y talento de nuestros grandes profesionales de la comunicación”. Su Majestad don Juan Carlos, acompañado por la reina Sofía, destacó que estos galardones “alientan la expresión libre de pensamientos, ideas u opiniones, que fortalecen globalmente el ejercicio de la libertad, auténtica raíz vital de nuestra convivencia democrática” y que en la obra y trayectoria de los galardonados destaca una mezcla de talento, de laboriosidad y de dinamismo creador, junto a otras muchas cualidades.

Se dieron cita un tropel de personalidades de todos los ámbitos y signos: la Vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado; el Ministro de Fomento, José Blanco; la Ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde; el ex presidente del Gobierno, José María Aznar; el Presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy; el Alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón; el ex ministro y ex gerente del FMI, Rodrigo Rato; la Presidenta de la Asamblea de Madrid, Elvira Rodríguez; el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica; el Presidente de Honor de ABC, Guillermo Luca de Tena; la Presidenta-editora de ABC, Catalina Luca de Tena; el Presidente de Vocento, Diego del Alcázar; el Presidente de Honor de Vocento, Santiago de Ybarra; el Consejero delegado de ABC y Vocento, José Manuel Vargas; el Director de ABC, Ángel Expósito, y el Presidente del Jurado, Antonio Mingote.

El Rey tuvo elogios para el diario ABC, cuya seña de identidad es “la búsqueda de la más alta calidad, unas firmes convicciones y una vocación de servicio a España y a sus instituciones”, así como para los tres premiados. Sobre Ernesto García del Castillo —galardonado por la viñeta publicada en La Voz de Asturias el 7 de octubre de 2008—, subrayó que gracias a la pluma de los mejores ilustradores como el galardonado, “el humor gráfico español ocupa en la creación periodística el lugar de privilegio que bien merece”.

La viñeta galardonada