Disponibles en la librería Treito el libro «Leitariegos en 1898» y la «Guía artística de Cangas del Narcea»

Portada del libro ‘Leitariegos en 1898’

El primer libro editado por el Tous pa Tous, Leitariegos en 1898, ha suscitado gran interés entre los medios informativos y el público en general. Se trata de un texto que el secretario del ayuntamiento de Leitariegos/Brañas, José Rodríguez Riesco envió a Bellmunt y Canella para su conocida obra sobre los concejos de Asturias y que ha permanecido inédito algo más de cien años hasta que la asociación Tous pa Tous de Cangas del Narcea lo recuperase porque aporta numerosos datos sobre la vida cotidiana de un concejo que fue absorbido por Cangas en 1924. También incluye menciones a documentos que desaparecieron con la anexión y que muestran las constantes tensiones con el ayuntamiento vecino y la nobleza leonesa.

Todo aquel que esté interesado en adquirir un ejemplar encuadernado del mismo, lo tiene disponible en la librería canguesa Treito (c/ Uría, 27 y plaza de Asturias, 5).

También desde hace unas semanas, está a disposición del público en general en esta misma librería, la Guía artística de Cangas del Narcea. Iglesias, monasterios y capillas que ha sido editada por el Ayuntamiento de Cangas del Narcea y el Tous pa Tous con la colaboración del Arciprestazgo de El Acebo.


ENLACES RELACIONADOS:

El Tous pa Tous presenta un cuadro del «Verdadero retrato de Ntra. Sra. del Acebo» de 1710

“N.ª S.ª del Azebo”, 1710 (óleo sobre lienzo, 140 x 115 cm)

El «Tous pa Tous. Sociedad Canguesa de Amantes del País»  celebrará un acto para la presentación del cuadro “Verdadero retrato de Nuestra Señora del Acebo”, 1710, atribuido al pintor Ignacio Abarca Valdés, adquirido por nuestra asociación en Madrid con el patrocinio de don Francisco Rodríguez García, el viernes 16 de noviembre, a las 20.30 h, en la Casa de Cultura “Palacio de Omaña” de Cangas del Narcea.

Intervendrá: Juaco López Álvarez, presidente del Tous pa Tous.

Este gran retrato de la imagen y el camarín de la Virgen del Acebo, pintado en 1710 (óleo sobre lienzo y marco original pintado y dorado, 140 x 115 cm), es una muestra de la importancia que alcanzó la devoción de este santuario a fines del siglo XVII y en la primera mitad del siglo XVIII. Fue un cuadro encargado por un devoto muy pudiente para colgar en su casa, seguramente en Madrid. De momento, ningún otro santuario asturiano tiene un retrato de su imagen de este tamaño, calidad y antigüedad. Es, además, un cuadro barroco excepcional en Asturias.

La importancia de este santuario en aquel tiempo se manifiesta en varias obras y donaciones, así como en la constitución de la Cofradía de Nuestra Señora del Acebo en 1704, que en 1713 tenía inscritos unos veinte mil cofrades. En 1687, se comienza a hacer el retablo mayor, diseñado por el escultor Manuel de Ron, que se concluye con su dorado en 1709. El camarín y la imagen de este nuevo retablo son los que aparecen pintados en el cuadro. El santuario recibe numerosas donaciones de cangueses que viven fuera, como la custodia de 1711, la corona de la Virgen de 1716 y la cruz procesional de 1723; esta última se compra con dinero recolectado en las 32 cajas de limosnas que para el Acebo había repartidas por casas de emigrantes cangueses en Madrid.

El cuadro no está firmado, pero es muy probable que su autor haya sido Ignacio Abarca Valdés (fallecido en Oviedo en 1735), un pintor formado en Madrid a finales del siglo xvii, acaso de origen leonés, y cuya residencia en Oviedo ya se documenta en 1708. Por aquel tiempo, la actividad pictórica profesional en Asturias la ejercían solo dos artistas: Francisco Martínez Bustamante (Santander, 1680 – Oviedo, 1745), dedicado sobre todo al género del retrato, y el mencionado Ignacio Abarca, especializado en temas religiosos.

El cuadro ha sido comprado por el «Tous pa Tous. Sociedad Canguesa de Amantes del País» en una subasta en Madrid, gracias al mecenazgo de don Francisco Rodríguez García.

Federico Granell en el taller de los oscuros

La Revista Clarín en su número 123, de mayo-junio 2016, dedica su portada y varias páginas a desentrañar la obra del artista plástico Federico Granell (Cangas del Narcea, 1974) .

En palabras de César Iglesias, autor del artículo que incorporamos ahora a la Biblioteca Digital del Tous pa Tous, «Granell nos lleva remitiendo sus postcards desde que se inició con los lápices y sus moleskines adolescentes en esa región singular de la República del Poniente ibérico que es el suroccidente asturiano. Allí, a finales de los años ochenta del pasado siglo, empezó a atrapar las sombras de los tejados de pizarra, los destellos de los árboles sagrados de Muniellos, los perfiles del humo triste de las chimeneas de carbón, los atardeceres de los viñedos en cuesta, donde los racimos de carrasquín y alvarín ofrecen su fulgor tanino, y los colores de los cielos imposibles de un territorio donde la luz reescribe su biografía a cada instante».

En el siguiente enlace se puede consultar esta particular presentación de la pintura del cangués Federico Granell.

 

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Donación de un cuadro del pintor Víctor San Juan al Muséu del Pueblu d’Asturies

Víctor San Juan, Pachu Ríos, 1984. Óleo sobre lienzo, 92×73 cm

El Muséu del Pueblu d’Asturies ha recibido un cuadro del pintor Víctor San Juan donado por Elisa Rodríguez Rodríguez, su viuda. Se trata de un retrato de Pachu Ríos, músico aficionado de Cangas del Narcea, muy popular entre los años treinta y sesenta del siglo XX, realizado en 1984. La obra es un óleo sobre lienzo de 92 x 73 cm y permanecerá expuesta al público en la recepción del museo hasta el 17 de abril de 2016.

Víctor San Juan (Madrid, 1919 – Cangas del Narcea, 1997) fue un pintor fundamentalmente dedicado al paisaje asturiano, aunque realizó algunas incursiones en el campo del retrato. Se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid y como copista en el Museo del Prado. En 1953 se estableció en Cangas del Narcea, donde vivió dedicado a la pintura hasta su fallecimiento. Pintó al aire libre en Cangas del Narcea, Somiedo, Picos de Europa, Avilés, etc., tomando apuntes en pequeñas tablas que después trasladaba al lienzo en su estudio. Realizó numerosas exposiciones en Oviedo, Gijón, Avilés, Valencia, Madrid, Barcelona, Santander, Zaragoza, La Coruña… Fue un pintor vocacional, que recomendaba a quienes querían dedicarse a este oficio “sinceridad y que pinten las cosas conforme las vean”. De él cabe destacar la identidad entre artista y paisaje, heredada de los impresionistas.

El retratado es Francisco Ríos, conocido como “Pachu Ríos”. Había nacido en Villar de Adralés (Cangas del Narcea), de donde también era natural José Martínez González, “Maquilo” (1873 – 1958), que regentaba una carpintería en la villa de Cangas del Narcea y era, además, conocido como gaitero y artesano fabricante de gaitas, al igual que sus primos Urbano y Vicente. Pachu Ríos solía visitar la carpintería de su vecino y allí le pidió que le hiciera una gaita, a lo que Maquilo accedió. Dado que Pachu Ríos sufría una minusvalía que le impedía tocar correctamente una gaita convencional con todas sus partes y tubos, el resultado de su encargo fue un puntero provisto de una boquilla que protegía la lengüeta sonora o “payuela” y se podía tocar independientemente, sin necesidad de fuelle. Pachu Ríos bautizó a este singular instrumento con el nombre de “xipla” (que en Asturias se aplica siempre a las flautas) y lo tocaba de forma autodidacta, llegando a ser conocido en la villa por su actividad como músico aficionado.

No es habitual que en Asturias se toquen los punteros aisladamente, sin el concurso del fuelle, aunque no era infrecuente que jóvenes que se iniciaban en el oficio de gaiteros aprendieran a tocar utilizando solo el puntero o, en su defecto, flautas de factura popular, en las que practicaban hasta que podían disponer de una gaita completa. Este método se debía más al elevado coste de un instrumento completo que a razones técnicas; no obstante, en las actuales escuelas de música tradicional se ha generalizado el uso de flautas con los orificios modificados para poder practicar en ellas la digitación de la gaita (que es distinta de la de la flauta y exige dicha modificación). En consecuencia, la xipla que tocaba Pachu Ríos y que pintó Víctor San Juan anticipa una solución práctica que ha sido muy utilizada con posterioridad.

Publicación del libro: Ake W:son Munthe. Poesía Popular de Asturias (1888-1889)

El Muséu del Pueblu d’Asturies recupera una obra fundacional de los estudios sobre el folklore asturiano. 

Cubierta

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Publicada originalmente en Upsala (Suecia), bajo el título de Folkpoesi från Asturien (1888-1889), esta obra pionera del folklore asturiano ha permanecido inédita en España durante más de un siglo. El estudio de la poesía popular asturiana realizado por el filólogo sueco Ǻke W:son Munthe (1859-1933) fue el primero que se hizo en Asturias a partir de un trabajo de campo efectuado in situ directamente por el autor. El área elegida por Munthe para llevarlo a cabo fue el sudoeste de Asturias y, más concretamente, el concejo de Cangas de Tineo, hoy Cangas del Narcea. La razón de esta elección la explica el propio autor: «Di preferencia a esta parte occidental de Asturias porque sobre el dialecto de las partes central y oriental existían por lo menos algunas noticias y, por el contrario, sobre el dialecto occidental era casi todo desconocido hasta el momento».

La información recopilada en Cangas del Narcea sirvió a Munthe pararealizar dos estudios muy valiosos. El primero fue su tesis doctoral, que leyó en 1887 en la Universidad de Upsala con el título Anteckningar om folkmåleti en trakt av vestra Asturien (Anotaciones sobre el habla popular de una zona del occidente de Asturias), y se publicó ese mismo año. Este estudio fue el primer trabajo científico sobre un dialecto que se realizó en España, y tuvo mucha difusión en los ámbitos académicos de España y Portugal, y también en los relacionados con los estudios asturianos. La traducción española de este libro fue publicada por la Biblioteca de Filoloxía Asturiana de la Universidad de Oviedo en 1987.

Cubierta del fascículo II de la edición original

Cubierta del fascículo II de la edición original

El segundo estudio realizado por Munthe con materiales recogidos en Cangas del Narcea fue Folkpoesi från Asturien (Poesía popular de Asturias), publicado en tres entregas en la revista Språkvetenskapliga Sällskapets i Upsalaförhandlingar (Tratados de la Asociación de Filología de Upsala) en 1888 y1889. Estos materiales provienen fundamentalmente de dos informantes: Antonia Coque, natural de Pousada de Rengos y sirvienta en la villa de Cangas, y Carmen González, natural de Vil.louril de Bimeda; ambas contaban veinte años de edad en el verano de 1886, cuando fueron entrevistadas por Munthe. Así describe estas entrevistas el propio autor:

Cuando preguntaba a las muchachas acerca de cantos populares, pretendían convencerme de que no sabían ni uno solo; pero cuando al fin conseguí romper su silencio, brotaron de su boca espontáneamente los cantos, especialmente cuando estábamos a solas. Sentado yo en el borde del fogón de la cocina ahumada de Cangas, y Antonia preparando en la caldera la comida de los cerdos, o limpiando y fregando, o peinando sus rizados cabellos negros, o cuando yo arriba en Villaoril ayudaba a Carmen a desmenuzar terrones en el pequeño y escarpado pedazo de campo, arriba en el monte, o la acompañaba a llevar el ganado a pastar a la sierra, o delante de la puerta de su casa, baja y con tejado de pizarra, en los ratos de ocio… no tenía traza de acabar su provisión de cantos y si hubiera podido permanecer allí más tiempo, hubiera seguramente multiplicado mi colección con solo transcribir los cantares que aquellas muchachas sabían.

Åke W:son Munthe en Estocolmo (Suecia), hacia 1886. Fotografía de Wilhelm A. Eurenius (1830-1892)

Åke W:son Munthe en Estocolmo (Suecia), hacia 1886. Fotografía de Wilhelm A. Eurenius (1830-1892)

La edición de los textos que componen esta colección de romances, canciones populares y rimas infantiles mereció el reconocimiento de investigadores españoles y extranjeros, como Ramón Menéndez Pidal o Carolina Michaëlis, que destacaron el valor de los materiales folklóricos recopilados y el rigor en la transcripción.

En Asturias, Braulio Vigón publicó una elogiosa crítica de esta obra en el periódico El Concejo, de Oviedo, el 1 de mayo de 1889 en la que termina reclamando un merecido reconocimiento para el lingüista sueco: «Y hora es por lo tanto de significarle que Asturias sabe apreciar y agradecer el mérito relevante de sus trabajos». Lamentablemente han tenido que transcurrir 125 años para que este trabajo pionero de Munthe se publique en Asturias.


Editado el libro ‘¡Como Semos!’

Escrito por los maestros Tito Casado (cangués) e Inés Gómez (somedana) el libro recoge 250 anécdotas de los concejos de Cangas del Narcea, Tineo y Somiedo.

Estas anécdotas aparecen agrupadas por temática: vida social, curas, monjas e iglesia, maestros, maestras y escuelas, justicia y juicios, los madrileños, el trato del casorio… y sobre todo un apartado, como no podía ser de otra manera, dedicado a las tan comentadas aventuras y desventuras de tipo sexual.

Hay también 50 dichos nuestros, y un álbum de fotografías antiguas relacionadas con nuestra forma de ser y vivir. Un pequeño estudio etnográfico y sobre todo divertido de todas aquellas historias que nos han hecho reír a lo largo de muchos años.


Restaurada la lápida de homenaje a los voluntarios cangueses de 1808

Placa restaurada dedicada a los héroes del Regimiento de Voluntarios de Cangas de Tineo

El pasado mes de septiembre nos hacíamos eco en esta misma página web del aspecto penoso que presentaba la lápida de homenaje a los voluntarios cangueses de 1808, único testimonio que existe en nuestro concejo que conmemora un hecho histórico en el que participaron colectivamente todos los cangueses y que honra a unos muertos que lucharon por la libertad.

La falta de decencia cívica y de respeto al pasado, la ignorancia y la estupidez de algunas personas fueron la causa de esta situación. Aunque tuvo que repararse con dinero de todos, hoy nos congratula saber que el Ayuntamiento de Cangas del Narcea ha concluido los trabajos de rehabilitación, poniendo remedio al desaguisado realizado por uno o varios descerebrados.

El Ayuntamiento también ha restaurado dos humildes testigos de la modernización de España en el siglo XIX ubicados en Brañas de Abajo. Dos azulejos de color blanco con letras y números azul cobalto en los que aparecen el nombre de la calle en uno y el pueblo, la parroquia, el partido judicial y la provincia en el otro. A continuación se puede visualizar el magnífico resultado de los trabajos realizados.  Esperemos que duren muchos años. Desde aquí nuestra felicitación a los responsables municipales por cuidar de estos detalles.


 


María José Perrón dibuja los paisajes del concejo de Cangas del Narcea

En el concejo de Cangas del Narcea todavía encontramos parajes naturales y caminos como los que aparecen en esta obra

DEA BRIGANTIA, con este título presentó su último trabajo la canguesa consorte María José Perrón. Se trata de un cómic en pequeño formato, cuyos originales están trabajados a tinta y grafito. En sus páginas se funde lo real con la ficción, acercándonos a la mitología celta, y en el que aparecen rincones naturales del concejo de Cangas del Narcea. Tanto el guión como las ilustraciones son originales de la autora.


Portada cómic ‘Dea Brigantia’

María José, a pesar de la difusión a través de está página web del Tous pa Tous y en algunos programas de radio, no consiguió algún mecenas que le ayudase a publicar el cómic El Misterio de la Serpiente, cuya motivación principal a la hora de crearlo ha sido rendir un homenaje a Cangas y sus gentes. No obstante, decidió autofinanciar ella misma el proyecto y para ello retomó Dea Brigantia. La idea es que los beneficios obtenidos con esta publicación sirvan para financiar la de El Misterio de la Serpiente para que después de varios intentos, pueda ver la luz de una vez por todas, a principios del verano de 2015.

Este proyecto, que como hemos escrito está ligado a El Misterio de la Serpienteya se puede adquirir en la librería Treito de Cangas del Narcea.


 

Presentación del libro: ‘La explotación de madera en el monte de Muniellos’

El pasado jueves, 8 de mayo de 2014, a las 19.00 h., en la Casa de Cultura «Palacio de Omaña», se presentó el libro La explotación de madera en el monte de Muniellos, 1766-1973, de Juaco López Álvarez, editado por el Grupo de Desarrollo Rural Alto Narcea Muniellos. El libro es la segunda edición de este estudio corregido y ampliado con respecto al publicado en 2003. En la presentación, el autor hizo un breve recorrido por la historia de la explotación de este «famoso» monte, que comienza con la corta de madera con destino al arsenal de Ferrol para la construcción de barcos de guerra y termina con la compra del monte por el Estado para su conservación como espacio natural.

La explotación maderera de Muniellos fue una de las actividades económicas más importantes del concejo de Cangas del Narcea, generó grandes expectativas de progreso, atrajo a numerosas empresas y trabajadores de diversos países europeos, y es muy representativa de la historia de la industrialización asturiana.

La edición de este libro se suma a la campaña «Cuidemos nuestros montes» del Grupo de Montaña Piélago, de Cangas del Narcea, con la que se pretende promocionar el senderismo infantil y la mejora de las rutas de montaña en el concejo. El libro podrá adquirirse mediante un donativo a favor de esta campaña.


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El Tous pa Tous recupera el primer libro de la parroquia de Veigal.lagar de 1669

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Cabecera del río del Couto desde el Pozu de las Muyeres Muertas en noviembre de 2013.

El Tous pa Tous ha adquirido un libro de la parroquia de Santa María Magdalena de Veigal.lagar, que se inicia en 1669 y concluye en 1727, que estaba desde hace más de medio siglo en manos de un particular. El libro tiene 212 folios y contiene los libros de bautizados, casados y difuntos, así como de confirmados y de aniversarios, y el libro de cuentas de la fábrica de la parroquia (es decir, de los ingresos y gastos) y de las visitas que cada año hacía un enviado del Obispo de Oviedo para controlar las cuentas, la decencia de los edificios y el cumplimiento de la religión por los vecinos.

La parroquia está formada por los pueblos de La Viña, L’Artosa, Combu, Veiga de Horrio y Monesterio del Couto, todos situados en el Río del Couto.

Este es el primer libro que tuvo esta parroquia, porque en ese año de 1669 se separó de la parroquia de San Martín de Bergame. En la primera anotación de la visita del representante del Obispo dice: «habiéndosele exhibido este libro en que se han de escribir las cuentas de la fábrica de la parroquial de la Magdalena de Vega de Lagar, nuevamente erigida, de la cual es primer cura el licenciado Domingo González León y mayordomo de la fábrica Pedro Menéndez, de La Viña». La razón para crear esta nueva parroquia debió ser la distancia tan grande que existe entre estos pueblos de la nueva parroquia y la cabecera de la parroquia antigua situada en el pueblo de Bergame d’Arriba, a lo que se sumaban el mal estado de los caminos y la fragosidad del terreno.

Esta clase de libros informan de muchas cosas de interés. Nos permiten conocer el nombre y la situación familiar de los nacidos, los casados y los difuntos de la parroquia, y la procedencia de los novios y las novias (es significativa la presencia de naturales del concejo de Ibias y también de las vecinas parroquias del Valledor, en Allande, y San Pedro de las Montañas). Nos informan sobre la capacidad económica y la actividad religiosa de los vecinos, el estado de la iglesia y de las ermitas que había en algunos pueblos, las obras que se acometen, etc.

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Inicio de las ‘Cuentas de la Fábrica’ en el libro de la parroquia de Veigal.lagar, 1669-1727.

De este modo, gracias a una consulta rápida de este libro sabemos que Veigal.lagar era una parroquia pobre, como sus habitantes. Sus ingresos provenían únicamente de las limosnas que se recogían en la iglesia los domingos y los días festivos. Con ese dinero se pagaban la cera «para alumbrar en los altares», el aceite para iluminar al Santísimo, el incienso, los clavos para hacer el monumento de Semana Santa y pequeñas reparaciones en la iglesia. El resto de los gastos de la parroquia tenían que pagarlos los vecinos, desde la compra de un misal hasta el arreglo del tejado, repartiéndose su coste entre todos. La aportación era obligatoria. Como muchas de estas compras u obras se demoraban el visitador se las recordaba año tras año. Veamos algún ejemplo.

Como la parroquia era nueva había que dotarla de diversos elementos que eran imprescindibles para el culto y los ritos; en la primera visita de 1670 se anota lo siguiente:

«mando que los vecinos de dicha parroquia compren un buen misal para el servicio de la iglesia, una sobrepelliz para la administración de sacramentos y unos hierros nuevos para hacer hostias, mediante hay mucha necesidad de todo ello en dicha iglesia, y lo cumplan dentro de seis meses, y lo que tuviese de costo lo susodicho hagan dichos vecinos entre sí repartimiento y cada uno de ellos pague lo que le tocare y a ello el cura les compele, obligándoles con evitación de la misa y oficios divinos».

En esa primera visita de 1670 también se manda a los vecinos colocar en el medio de la iglesia una separación para dividir a hombres y mujeres:

«que en el medio de dicha iglesia, donde más conveniente pareciere, pongan un estantario que sirva para dividir los hombres de las mujeres, y mandó su merced que de él para delante no lo pasen las mujeres, y en caso de rebeldía el dicho cura les compela con evitación».

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Libro de la parroquia de Veigal.lagar, 1669 – 1727

A pesar de las amenazas del visitador, como los vecinos no tenían muchos recursos, las compras y obras que mandaba aquel se demoraban; así en 1671 volvemos a leer: «que los vecinos compren un misal, un cáliz y una casulla de buena tela decente” y en 1677 vuelve a recordárseles la necesidad de poner un «estantario» para dividir a hombres y mujeres.

Los vecinos también estaban obligados a pagar todos los objetos empleados en los rituales religiosos, desde el nacimiento hasta la muerte, así como las obras nuevas. En 1687 pagan para “hacer un manto para sobre las andas de los difuntos”, que había en todas las iglesias para llevar los cadáveres, y en 1723 reciben el mandato para hacer una «pila bautismal de piedra con su cubierta y cerradura», y para ello se les da un plazo de dos meses; como se incumplió, el visitador vuelve a exigírselo al año siguiente, indicando al cura que nombre «dos vecinos de su satisfacción para que busquen maestro que haga dicha pila» y «el costo que tuviese lo reparta» entre los vecinos.

Lo mismo ocurre con obras nuevas, como la construcción de una tribuna o coro dentro de la iglesia y un cabildo o pórtico en el exterior; en 1694 manda el visitador:

“Y por cuanto su merced ha sido informada que la iglesia parroquial se halla sin cabildo ni portal para poder recogerse dentro de él en tiempo de aguas y malos temporales para diferentes cosas necesarias, que se ofrezcan antes y después que se abra la iglesia, y ser muy necesario; mando su merced que los vecinos de dicha feligresía se junten y repartan el costo, que fuere necesario para hacer dicho cabildo y portal en dicha iglesia, dentro de quince días, y lo hagan y ejecuten dentro de dos meses siguientes a la notificación de este auto y al que fuese omiso en cumplirlo, uno y otro, les condeno su merced en doscientos maravedíes que aplica a dicha fábrica”.

El cabildo se hizo, pero mal, y en 1698 se hace cargo el visitador que dice y manda lo siguiente:

“su merced fue informado que el cabildo de dicha iglesia de Vega de Lagar tuvo de costo veinte y quatro ducados, y ahora está lloviendo dentro y se halla mal compuesto; mando su merced que los que lo hicieron lo reparen a costa del dinero que llevaron y a vista de los que están en la escritura [de contrato de la obra], dentro de un mes de la notificación de este auto, pena de excomunión mayor”.

Además de estos gastos relacionados con el culto y el templo parroquial, también el mantenimiento y ajuar de la casa del cura corría por cuenta de los vecinos. En la visita de 1712 se dice:

“por cuando a su merced le consta de lo mal reparada se halla la casa del curato de dicho lugar, así en lo que mira a paredes, retejo y la falta de pergancias o clamayeras, y otras cosas; por tanto mandó su merced que los feligreses de dicha parroquia dentro de un mes hagan en dicha casa todos los reparos que necesita a su costa de ellos, pena de que contra cualquiera que sea rebelde se procederá con todo rigor de derecho”.

Una queja bastante frecuente del visitador es que los vecinos no asisten a misa y que trabajan los domingos y días festivos. En 1689 se dice:

«mando que los parroquianos guarden las fiestas no trabajando en ellas y que asistan a la misa popular y explicación de la doctrina cristiana, y en todo estarán con el silencio y compostura que se debe, y al que no lo hiciere y no cumpliere como se le manda, el cura por la primera vez le multe en un real, por la segunda en dos y por la tercera doblada la pena, y las que resultaren de lo dicho se aplican para la luz del Santísimo Sacramento de esta dicha parroquia».

Inicio del ‘Libro de difuntos de el año de 1670’ en el libro de la parroquia de Veigal.lagar, 1669-1727.

Y en 1708 vuelve sobre lo mismo: «los vecinos de dicha parroquia, con poco temor de Dios y de sus conciencias, y sin causa ni razón, faltan a la misa y oficios divinos los domingos y días festivos», y para evitar esto, el visitador establece unas multas para los vecinos incumplidores.

Para evitar estos incumplimientos, algunos vecinos, a menudo con el dinero aportado por un familiar sacerdote o emigrado en Madrid o en Indias, levantaban ermitas en los pueblos. En 1722 había una en Combu dedicada a la Gloriosa Santa Eulalia. Sin embargo, también había que recordar a esos vecinos la obligación de mantener en buenas condiciones esas capillas. En 1691 el visitador escribe:

«informado que en el distrito de dicha parroquia hay algunas ermitas con alguna indecencia y que no se puede celebrar en ellas el sacrificio de la misa, por tanto mandó su merced que los vecinos de la parroquia a cuyo cargo está el reparo de las ermitas las compongan y aderecen de modo que estén decentes para celebrar en ellas».

Por estas ermitas de los pueblos, los vecinos tenían que pagar un dinero fijo a los párrocos, pero como los vecinos tenían poco o no tenían nada, costaba sacárselo. Un ejemplo de esto, es el mandato de 1716 para exigir a los vecinos que paguen esa cantidad:

“informado que estando esta parroquia unida con la de Bergame pagaba cada una de las ermitas dos reales de vellón en cada un año por el servicio que da el titular de cada una de ellas y después de haberse separado dicha parroquia, los de esta de Vegadelagar se resisten a pagar dicha limosna al cura presente, sin tener más motivo ni razón que no lo querer hacer; mando su merced que en adelante se paguen dichos dos reales por cada una de dichas ermitas en cada un año […] y lo cumplan dichos vecinos pena de excomunión mayor”.

El terreno de la parroquia de Veigal.lagar era tan frondoso que hasta la misma iglesia estaba rodeada de arboles que privaban de luz a los que celebraban la misa e impedían el paso de las procesiones, por ello en 1723 se manda que se corten las cañas de esos árboles y como nadie lo hizo, en 1724 se vuelve a mandar lo mismo: «cortar los castañales que impiden la luz a la iglesia y el andar las procesiones».

En aquel tiempo, andar de noche por el Río del Couto debía ser solo para valientes. En la visita de 1692 se dice lo siguiente:

«que los vecinos de dicha parroquia envían a llamar dicho cura para administrar el santo sacramento de la eucaristía a los enfermos al anochecer con unos muchachos, y el dicho cura va solo y con riesgo de su persona por ser despoblado y de muchas fieras; mando que desde aquí en adelante siempre que vinieren a llamar dicho cura para administrar vengan dos hombres a llamar a dicho cura para acompañándole, y siempre que no vengan el dicho cura les multe en dos reales».

El tránsito por esta parroquia de Veigal.lagar era tan penoso, que en los cincuenta y ocho años que estuvo este libro en uso, entre 1669 y 1727, los visitadores del obispo no llegaron nunca hasta allí, y hacían la “inspección” del libro parroquial y daban sus mandatos desde la villa de Cangas o las parroquias cercanas de Bergame, Regla de Perandones, Cibuyo o San Damias.

El arte ‘cangués’ produce vértigo

AlNorte, la Semana Nacional de Arte Contemporáneo de Asturias, es un encuentro generacional anual que organiza actividades en torno al Arte Actual (becas, exposiciones, talleres de artistas, cursos, conciertos…) en distintas localidades asturianas. En el evento, fundado en 2002, han participado centenares de protagonistas del Arte Español Actual, con la colaboración de numerosas entidades públicas y privadas (galerías, museos, escuelas de arte, talleres, asociaciones vecinales, colegios, Universidad, colectivos de artistas…). La idea y dirección es de Ángel Antonio Rodríguez y la organización corre a cargo del diario EL COMERCIO.

El jurado de las XII Becas AlNorte, formado por la directora del Museo Barjola Lydia Santamarina, los galeristas Amador Fernández, Nuria Franco y Gema Llamazares, el artista Ramón Rodríguez y por la dirección de AlNorte, decidió el pasado miércoles conceder cuatro becas para organizar y desarrollar sus exposiciones en cuatro salas de Avilés, Gijón y Oviedo que se anunciarán en los próximos días, cuando los miembros del jurado y la organización hayan estudiado la ubicación más idónea para cada proyecto.

Entre los becados se encuentra el proyecto «El arte produce vértigo», de Francisco Jesús Redondo Losada, natural de Cangas del Narcea y residente en Gijón, con formación en diseño y grabado en las Escuelas de Arte de Avilés y de Oviedo, apuesta por una contundente instalación de registros escenográficos para representar el vértigo del creador y proponer una reflexión colectiva en torno al arte. Su trabajo, que interactúa con el público, equilibra lo escultórico, lo conceptual y lo metafórico, sumando estímulos.

Redondo (Cangas del Narcea, 1968) propone para AlNorte 2013 una gran estructura de madera colgante que alude a los cajones y embalajes contenedores de las obras de arte, imitando su construcción y su simbología, y funcionando como pasarela para interactuar con el público. La instalación se basa fundamentalmente en esa pieza, marcada por textos y pictogramas, que utilizará tensores de acero anclados al techo y al esqueleto de la estructura de la sala para establecer un camino de ida y vuelta, elevándose sobre un cristal negro y brillante que reflejará la imagen de los espectadores y subrayará, en clave reflexiva e intimista, la idea de ‘vértigo’ en relación con la metáfora de la creación artística. Con un interesante fondo teórico y una atractiva solución formal, la obra alude a diversos adjetivos relacionados con la definición de arte y explora las relaciones íntimas del artista con su taller, en ese momento clave de la búsqueda de la emoción contemplativa, proponiendo también un enfrentamiento con el miedo escénico propio y ajeno.

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Reivindicación de la palabra ‘fana’

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Fana en la calle Clarín de Cangas del Narcea. 22 de enero de 2013.

La fana ocurrida en la calle Clarín de Cangas del Narcea y el terrible trastorno que ha traído consigo para vecinos y Ayuntamiento, ha convertido este asunto en noticia frecuente en los periódicos regionales durante las últimas semanas. En alguna información de los primeros días aparecía la palabra fana para denominar a esta fana, pero enseguida fue sustituida en los titulares y en los artículos por la palabra argayu o argayo. Las dos palabras, fana y argayu, significan en la lengua asturiana lo mismo: desprendimiento de tierras o desprendimiento del terreno. La primera es la que se emplea en todo el occidente asturiano y la segunda es la habitual en el centro de la región.

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Fana de Genestaza desde La Azorera (Tineo). Septiembre de 2012. Foto: Juan Díaz

En Cangas del Narcea empleamos la palabra fana para denominar a esos desprendimientos tan comunes cuando llueve y también para referirnos a un terraplén o terreno muy pendiente; todavía muchos recordarán la Fana del Reguerón y la Fana de Santiso, que hasta los años setenta eran los lugares donde se tiraba la basura de la villa que tenía como último destino el río. Hay fanas muy famosas por su gran tamaño, como la Fana de Genestaza / Xinistaza (Tineo), “la mayor y más asombrosa de toda Asturias”, en palabras de Guillermo Schulz escritas en 1858.

La palabra fana es muy antigua; según el filólogo Xosé Lluis García Arias es probable que proceda de una palabra “de origen céltico presente en irlandés fán ‘oblicuo, en declive, pendiente’, testimoniada también en galo”. También existe el verbo esfanar.

Es verdad que el empleo de una u otra palabra puede ser irrelevante al lado del suceso que ha ocasionado su empleo, sin embargo, también es cierto que el arrinconamiento y la suplantación de la palabra fana en los medios de comunicación tiene que hacernos reflexionar sobre el lugar que ocupa nuestra cultura.

Las casas de Ron y de los Llano ceden documentación sobre Cangas del Narcea e Ibias al Archivo Histórico de Asturias de alto valor histórico y patrimonial

El palacio de Ron s. XVI, en las inmediaciones de Lagüeiro sobre el pueblo de Cecos (concejo de Ibias). Foto del blog ‘Ibias: el lejano oeste’ de María del Roxo

Los escritos abarcan desde el siglo XVI al XX y destacan especialmente, los relativos a las brañas y montes de los dos concejos

El Archivo Histórico de Asturias ha recibido una importante documentación de los concejos de Cangas del Narcea e Ibias, dotada de un alto valor histórico y patrimonial.

Las propietarias de esta documentación son las hermanas Ana y Amelia de Ron Fernández, de Cangas del Narcea, que la han cedido en depósito al Archivo Histórico de Asturias gracias a la intermediación de la asociación Tous pa Tous Sociedad Canguesa de Amantes del País.

Se trata de documentos de la casa de Ron, de Cecos (Ibias) y de la casa de los Llano, de Santianes de Porley (Cangas del Narcea), dos de los linajes familiares más destacados del occidente de Asturias. La documentación abarca desde los siglos XVI al XX.

Entre los documentos depositados destacan los relacionados con las brañas y montes de Cangas del Narcea, en especial la braña del Acebal, y del monte de Valdebois/ Valdebueyes, en Ibias, que en la actualidad está integrado en la Reserva Integral del monte de Muniellos. Hay, asimismo, árboles genealógicos, y documentos relativos a la iglesia de Cecos.

La sociedad Tous pa Tous, destacada por su papel en la valorización y concienciación de los cangueses por su patrimonio cultural, ha logrado este depósito, que permitirá la conservación de estos documentos y su consulta pública. El año pasado también recuperó un libro de actas del Ayuntamiento de Cangas del Narcea de 1887-1890 y un libro de los reemplazos del servicio militar de 1886, que fueron entregados al Archivo Municipal de Cangas del Narcea.

NOTICIA RELACIONADA: El Archivo de Asturias suma documentos de los Ron de Ibias y los Llano de Cangas

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Presentación del Museo Virtual de Cangas del Narcea

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Luis Álvarez Catalá, Despedida a los novios en Monasterio de Hermo, 1897.

Los museos son instituciones creadas para conservar, estudiar y difundir el patrimonio cultural. En ellos se guardan testimonios muy variados y representativos del pasado, desde la prehistoria hasta casi nuestro días, así como objetos artísticos.

El primer objetivo del Museo Virtual de Cangas del Narcea será buscar y acopiar materiales para formar una colección de objetos y obras de arte representativas de nuestro pasado.

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Xarru de agua. L.lamas del Mouro, hacia 1890.

Cuando esta colección sea numerosa, llegará el momento de dar otro paso y clasificar todo el material para exponer los objetos agrupados en «salas» o secciones. Provisionalmente, hemos dividido la pequeña colección con la que cuenta el Museo Virtual de Cangas del Narcea en dos secciones:

Etnografía: mostrará utensilios, herramientas, muebles, aperos, etc., que fueron habituales entre nuestros antepasados, y Bellas Artes: en esta sección se expondrán manifestaciones artísticas relacionadas con Cangas del Narcea, pertenecientes a diferentes museos del mundo o a colecciones privadas.

Cualquier persona puede enviar objetos que considere de interés a nuestro Museo Virtual. Para ello tiene que enviar a touspatous@touspatous.es una o más fotografías de ese objeto y una pequeña ficha con los datos siguientes:

Ficha ETNOGRAFÍA
Nombre: .. … …
Localización/procedencia: .. … …
Uso/función: .. … …
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Autor/taller: .. … …
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Ficha BELLAS ARTES
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Autor: … … …
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Observaciones:  … … …
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El Tous pa Tous recupera el libro de actas de los plenos municipales de 1887 a 1890

Entregado al Archivo Municipal de Cangas del Narcea

Lista de las personas que integraban el Ayuntamiento de Cangas del Narcea, encabezada por el alcalde Salvador Martínez Valle, en junio de 1887.

La documentación conservada en los archivos es una de las fuentes de conocimiento imprescindibles para conocer el pasado y comprender el presente de las sociedades. Uno de los archivos más importante en cualquier población es el archivo municipal. El de Cangas del Narcea no es muy rico, ni muy antiguo, porque en 1809, durante la Guerra de la Independencia, los franceses castigaron a nuestros antepasados quemando toda la documentación que había en el archivo. Lo mismo hicieron en otros concejos asturianos como represalia contra los vecinos. Los franceses querían hacer daño y para ello destruían la historia del pueblo, dejándolo sin memoria escrita.

Los archivos municipales contienen información referida a las competencias históricas de los Ayuntamientos: la población, a partir de los padrones de habitantes; las actividades industriales y comerciales, que estaban grabadas por la contribución industrial que cobraban los ayuntamientos; las quintas o el reclutamiento de mozos para el servicio militar obligatorio; los proyectos de construcciones de todo tipo que se edificaban en el concejo; los caminos y los puentes, las escuelas y la instrucción pública, los cementerios, etc.

Los acuerdos que se tomaban en los plenos del Ayuntamiento, integrados por el alcalde y los concejales, los anotaba detalladamente el secretario en unos libros, en los que año tras año se van escribiendo muchas decisiones que afectaban a la vida de los vecinos. En el Archivo Municipal de Cangas del Narcea se conservan los libros de actas de los plenos desde 1854 hasta la actualidad. Lamentablemente, faltan los libros desde 1809 hasta ese año de 1854, y también los correspondientes a los años: 1857 a 1865, 1887 a 1890 y 1976 a 1978.

La falta de estos libros, y de otra mucha documentación de los siglos XIX y XX que no está en nuestro archivo municipal, es el resultado de extravíos y, sobre todo, de una inexplicable “limpieza” efectuada en los años sesenta del siglo XX en la que se tiraron muchos libros y documentos a la basura. Faltan, por ejemplo, muchos de los libros donde se anotaban los quintos que iban al ejército, los padrones de habitantes, los libros de la contribución industrial, etc.

El Tous pa Tous ha logrado recuperar gracias a Ana y Amelia de Ron Fernández el libro de actas del Ayuntamiento de Cangas del Narcea correspondiente a 1887-1890. Este libro procede de la casa de los Rodríguez-Arango, algunos de cuyos miembros ocuparon en esos años de finales del siglo XIX y durante el primer tercio del siglo XX la alcaldía, y llevaba muchos años perdido en unas cajas.

El libro fue entregado al Archivo Municipal de Cangas del Narcea. De este modo, el Tous pa Tous continua la labor de colaborar en el conocimiento de nuestro concejo, así como en la de promover la conservación y difusión de nuestro patrimonio cultural.

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El Tous pa Tous recupera documentación de los siglos XVIII y XIX

altEl Tous pa Tous ha adquirido en la provincia de Lugo tres libros de los siglos XVIII y XIX que pertenecieron a la parroquia de Cibuyu y a sus dos anexos de Berguñu y Castanéu. Se trata de la siguiente documentación:

    • “Libro de cuentas de la Fábrica de Nra. Señora de Castanedo, anexo de Cibuyo, 1715 – 1770”, 122 folios. En él aparecen anotados los ingresos y los gastos del santuario de Nuestra Señora de Castanedo, así como los comentarios de los visitadores que cada año venían a la parroquia para revisar sus cuentas y reconocer el estado del edificio, ornamentos, rentas, propiedades, etc.
    • “Libro de bautizados, casados y difuntos de la parroquia de Cibuyo, Berguño y Castanedo, 1758 – 1804”, 474 folios.
    • “Libro de difuntos de la parroquia de San Salvador de Cibuyo y sus anexos de Berguño y Castanedo, 1779 – 1834”, 195 folios.

    Los libros fueron adquiridos a un anticuario y proceden de la casa de un sacerdote lucense fallecido hace más de sesenta años.

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    Hoja del “Libro de cuentas de Nra. Señora de Castanedo”, correspondiente a los gastos de 1759 y 1760

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    Hoja del “Libro de difuntos de la parroquia de San Salvador de Cibuyo y sus anexos de Berguño y Castanedo, 1779 – 1834”

    Por acuerdo de El Payar del Tous pa Tous los libros serán depositados en los próximos meses en el Archivo Histórico Diocesano de Oviedo donde, desde 1979, se conserva la documentación antigua de muchas parroquias de Asturias y donde podrán ser consultados por todas las personas interesadas. En las próximas semanas ofreceremos en nuestra web algunas noticias sacadas de estos libros.

    El gremio de libreros reconoce la labor de la librería Treito

    La profesora canguesa Mercedes Pérez durante la presentación de su libro -Uría y el patrimonio de las obras públicas en Asturias a mediados del siglo XIX- en la librería Treito; Foto: Mera

    La Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL) ha reconocido la labor de la librería Treito de Cangas del Narcea, finalista del Premio Librería Cultural 2011. Este premio es una iniciativa de CEGAL con la colaboración de la Dirección General del Libro del Ministerio de Cultura, que premia a las librerías por su tarea de difusión del libro y de la lectura dentro o fuera del espacio físico de la librería.

    De esta manera, la librería canguesa recibe el reconocimiento público a su trayectoria de los últimos años, caracterizada por realizar una tarea continua de dinamización cultural y de difusión del libro y de la lectura, resultando ser un punto de encuentro para toda la sociedad canguesa. Animación a la lectura, exposiciones, celebraciones del día del libro y presentaciones de nuevas publicaciones son algunos de los eventos a los que nos tiene acostumbrados esta popular librería desde «El Paseo al Corral» en Cangas del Narcea. 

    Desde la web del Tous pa Tous también queremos mostrar nuestro reconocimiento a su labor y nuestra más sincera felicitación.

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    Un libro de Mercedes Pérez sobre la vida y la obra de Uría

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    Cubierta del libro

    El Real Instituto de Estudios Asturianos acaba de publicar el libro Uría y el patrimonio de las obras públicas en Asturias a mediados del siglo XIX (Oviedo: 2011, 448 págs.), cuya autora es nuestra socia y vecina Mercedes Pérez Rodríguez.

    Mercedes nació en Cangas del Narcea en 1955, es profesora del IES y coordinadora del Aula de la UNED de Cangas del Narcea. El libro es el resultado final de un trabajo de investigación iniciado hace más de diez años, que obtuvo en 2002 el Premio sobre Archivística y Documentación Padre Patac y que en julio de 2005, más ampliado, se presentó como tesis doctoral en la Universidad de Oviedo. Tenemos que agradecer a Mercedes este esfuerzo por estudiar la vida y la obra de José Francisco Uría y Riego (Santolaya de Cueiras, 1819 – Alicante, 1862), uno de las personas que más hizo por nuestro concejo en el siglo XIX.

    Miembro del partido liberal moderado, fue diputado por el Distrito de Cangas del Narcea en las Cortes y Director General de Obras Publicas entre 1858 y 1862. En estos cuatro años su labor fue enorme, y Asturias le debe muchas de las infraestructuras (carreteras, puentes, puertos, ferrocarril León-Gijón, faros) que fueron claves para su desarrollo económico. Después de su prematura muerte, con 43 años, su labor fue reconocida por sus paisanos y de este modo su nombre todavía permanece en el callejero de Oviedo, Gijón, Luarca y Cangas del Narcea.

    Cangas del Narcea le debe varias obras importantes. Gracias a él se comenzó la construcción del Juzgado y de las Escuelas Publicas de la villa en 1861; se trazó e inició la carretera de Luarca a Ponferrada por el puerto de Leitariegos y el Estado cedió en 1860 el monasterio de Corias, abandonado desde 1835, a los Dominicos. Además de esto, fue una persona muy interesada en la agricultura y la mejora de los productos del concejo, especialmente el cultivo de los viñedos y la elaboración del vino, así como la plantación de árboles, la introducción de nuevos cultivos, las plagas, etc. Presentó varios productos de Cangas del Narcea en la Exposición General de Agricultura, celebrada en Madrid en 1857, en la que obtuvo una medalla de bronce por jamones y cecina de vaca.

    El estudio de Mercedes Pérez Rodríguez trata tanto la biografía personal de Uría, como su actividad política y administrativa. Asimismo, desmenuza la historia de los proyectos de obras públicas que puso en marcha en Asturias y que debido a su temprana muerte no pudo ver concluidos en la mayor parte de los casos.

    Uría fue un político trabajador y honesto, que conocía muy bien el funcionamiento de la administración pública, y por eso pudo hacer tanto en tan poco tiempo. Fue un heredero de aquellos ilustrados asturianos del siglo XVIII, como el famoso Jovellanos, que trató y estuvo en casa de su abuelo Antonio Uría, que dedicaron sus mejores anhelos a la mejora y el progreso del país. La publicación de este libro servirá para recordar su figura y es un motivo de satisfacción para el Tous pa Tous.

    A LA MEMORIA DE … Un proyecto del Tous pa Tous para llevar la historia a la calle

    Placa conmemorativa en Londres.

    Cuando uno pasea por muchas ciudades y villas de Europa es habitual ver, en las fachadas de los edificios, placas conmemorativas en las que se recuerda que allí nació, vivió o murió algún personaje relevante, o que en ese sitio sucedió un hecho importante para la comunidad, o que en ese lugar estuvo ubicada una sociedad, una empresa o una industria que merece ser recordada. La ciudad de Londres, por ejemplo, esta llena de estas placas. Su presencia rememora la existencia de personas que por sus obras y pensamientos ayudaron a mejorar la sociedad. Es una costumbre de países que respetan su pasado y ejercitan cotidianamente su memoria colectiva.

    Lápida dedicada a don Facundo Meléndez de Arvás en la parroquia de Cangas del Narcea, obra del escultor Peresejo, 1929.

    En la villa de Cangas del Narcea hay dos placas de esta clase en las Escuelas Públicas, dedicadas a los maestros José María Flórez y Genaro González Reguerín, que fueron sufragadas por suscripción popular y por “sus discípulos” en 1915 y 1918, respectivamente; aunque hoy, todo hay que decirlo, están medio tapadas por unos arbustos.

    Placa dedicada a Félix Mª. Villa en el Asilo de Cangas del Narcea, 1921.

    De estas dos placas escribiremos otro día. También entre este tipo de lápidas conmemorativas podemos incluir otras más, sufragadas todas por suscripción popular: la dedicada al médico y fundador del Tous pa Tous Mario Gómez, colocada en la casa donde nació en 1872; la del maestro Ibo Menéndez Solar, colocada en la calle que lleva su nombre, que carece de cualquier información sobre el personaje; la de Félix María Villa, fundador del asilo de ancianos, colocada en 1921 en la fachada de esa institución, y la de Facundo Meléndez de Arvas, descubierta en 1929 en la fachada de la iglesia parroquial que da a la plaza de La Oliva.

    Lápida dedicada a Mario Gómez Gómez, colocada en la casa donde nació en 1872.

    Esta última lapida, hecha con mármol y bronce, fue realizada por el escultor José Pérez Pérez, “Peresejo” (Barcelona, 1887 – Alcoy, 1979), que desarrolló su carrera en Madrid donde trabajó como profesor de modelado de la Casa de la Moneda y restaurador de escultura del Museo del Prado; Peresejo obtuvo varias medallas y menciones honoríficas en Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, y realizó numerosas esculturas y monumentos públicos.

    Lápida dedicada a don Ibo Menéndez Solar con su efigie en bronce que fue sacada de una fotografía.

    El Tous pa Tous quiere retomar esta buena costumbre de la placa conmemorativa y tiene ideado colocar una serie de placas de bronce dedicadas a la memoria de algunas personas, canguesas y forasteras, que han hecho en su vida algo destacado, que creemos que merece la pena recordar. La idea, además, pretende identificar un lugar o un edificio determinado con el personaje, de modo que podamos valorar y recrear a ambos.

    Diseño de la placa dedicada a Luis Alfonso de Carballo realizado por Enric Franch. Medidas: 35 x 60 cm

    La primera placa estará dedicada a Luis Alfonso de Carballo, y se colocará en los próximos meses en el barrio de Entrambasaguas, donde nació este historiador, literato y jesuita en 1571. La segunda, que pretendemos colocar también en este año para celebrar el bicentenario de su muerte, se dedicará a Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811) y se pondrá en la casa del conde Marcel de Peñalba, en la calle Mayor, donde residió este ilustre asturiano entre el 5 y el 20 de octubre de 1796.

    Biblioteca Pública «P. Luis Alfonso de Carvallo»

    Viajera e inquieta desde que se creara hace ya casi sesenta años, la Biblioteca Municipal de Cangas del Narcea ha vuelto a cambiar de sede, y esta vez el cambio ha sido espectacular, para cumplir con su vocación de ofrecer siempre el mejor servicio a sus usuarios.

    La Biblioteca Pública Municipal P. Luis Alfonso de Carvallo, de Cangas del Narcea, ha estrenado nueva ubicación, la tercera desde su fundación en 1952, para asentarse en una construcción del siglo XVI, de estilo renacentista, que ha sido rehabilitada por el arquitecto Félix Gordillo García, en un proyecto conjunto del Ayuntamiento de Cangas del Narcea, que adquirió el edificio, y la Consejería de Cultura del Principado de Asturias, que financió su remodelación.

    Tras recibir a los lectores primero en el entresuelo y luego, en los bajos del patio del Palacio Conde de Toreno, sede del propio Ayuntamiento cangués, ocupa ahora la práctica totalidad de la primera y la segunda plantas de la nueva Casa de Cultura, en un espacio que casi duplica la superficie de la que disponía anteriormente y que alcanza los 400 metros cuadrados.

    Como antesala de la biblioteca, el visitante accede a la sala de prensa y revistas, para llegar luego a las salas destinadas a los usuarios infantiles y juveniles y a dos más para los usuarios adultos. En el segundo piso se ha habilitado un espacio más para lectores juveniles y otro que alberga un importante fondo de temática asturiana, así como una sección dedicada a la bibliografía de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

    Las nuevas instalaciones cuentan, además, con dos pequeñas aulas de estudio con capacidad para una docena de personas, y en ellas se ha reservado un lugar específico para el depósito de fondos, del que carecía anteriormente. Todo ello le permite ofrecer a sus usuarios más de 25.000 títulos entre libros, discos y vídeos.

    El cambio de sede ha supuesto un importante acicate para atraer nuevos usuarios al centro, que si hasta su traslado registraba una media de quince nuevos socios al mes, desde que se encuentra en la nueva Casa de Cultura casi ha triplicado esta cifra para alcanzar ya a los cuarenta nuevos socios mensuales, tanto en el caso de lectores adultos como infantiles y juveniles.

    La entusiasta respuesta de los habitantes del municipio se ha dejado notar también en la participación por parte de los más pequeños en el programa de animación a la lectura Un Libro llamado Juguete, desarrollado en la sección infantil de la biblioteca en colaboración con la Oficina de Información Juvenil, que va dirigido a niños de entre cuatro y diez años. En su cuarto año de andadura este programa ha alcanzado inmejorables cotas de asistencia en sus primeras sesiones este verano.

    Entre las mejoras que el traslado ha hecho posible se encuentra la nueva conexión inalámbrica a internet que desde el pasado mes de agosto se ha puesto a disposición de los usuarios del centro, que abrió sus puertas al público el pasado 5 de mayo, tras la inauguración oficial de la Casa de Cultura Palacio de Omaña, presidida por la consejera de cultura, Mercedes Álvarez, y el alcalde de Cangas del Narcea, José Manuel Martínez.

    En esta Casa de Cultura, la Biblioteca Municipal P. Luis Alfonso de Carvallo comparte espacio con el Centro de Dinamización Tecnológico Local, las oficinas de Información Juvenil, de Turismo y de Normalización Lingüística, el Aula de la UNED, el auditorio y salas de exposiciones. Con esta proximidad de servicios se pretende convertir este espacio en un modelo de gestión cultural de vanguardia para todo el concejo.

    REVISTA DE LAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS
    NÚMERO 18 – 4º TRIMESTRE 2010

    El castro de L.larón en la Biblioteca Digital del Tous pa Tous

    Planta y secciones de los conjuntos defensivos del castro

    En julio de 1978 se realizó una excavación arqueológica en el castro del pueblo de L.larón / Larón, dirigida por los profesores José Luis Maya González, de la Universidad Autónoma de Barcelona, y Miguel Ángel de Blas Cortina, de la Universidad de Oviedo. Una noticia de esta excavación, escrita por este último, puede leerse en el número 5 de la revista Entrambasaguas. A partir de ahora también podrá consultarse en nuestra biblioteca digital la memoria completa de aquella excavación que se publicó en 1983, en el número 15 del Noticiario Arqueológico Hispánico, editado por el Ministerio de Cultura.

    Hebillas anulares (a y b) y pendiente (c)

    El castro de L.larón es el único castro excavado en el concejo de Cangas del Narcea. En la actualidad hay catalogados 24 castros en todo el concejo, aunque es muy probable que haya más. De todo ellos solo este de L.larón y el de Tremáu de Carbachu, que ha sido reconocido pormenorizadamente y limpiado por un equipo de arqueólogos, han sido estudiados hasta la fecha.

    Los castros son poblados fortificados de la Edad de Hierro, caracterizados por su localización en promontorios poco accesibles, utilización de fosos y murallas, y viviendas de planta redonda. En el de L.larón aparecieron materiales de época romana y es seguro que su existencia estuvo muy determinada por la intensa minería del oro que existió en el valle alto del río Ibias en ese tiempo.