A LA MEMORIA DE … Un proyecto del Tous pa Tous para llevar la historia a la calle
Cuando uno pasea por muchas ciudades y villas de Europa es habitual ver, en las fachadas de los edificios, placas conmemorativas en las que se recuerda que allí nació, vivió o murió algún personaje relevante, o que en ese sitio sucedió un hecho importante para la comunidad, o que en ese lugar estuvo ubicada una sociedad, una empresa o una industria que merece ser recordada. La ciudad de Londres, por ejemplo, esta llena de estas placas. Su presencia rememora la existencia de personas que por sus obras y pensamientos ayudaron a mejorar la sociedad. Es una costumbre de países que respetan su pasado y ejercitan cotidianamente su memoria colectiva.
En la villa de Cangas del Narcea hay dos placas de esta clase en las Escuelas Públicas, dedicadas a los maestros José María Flórez y Genaro González Reguerín, que fueron sufragadas por suscripción popular y por “sus discípulos” en 1915 y 1918, respectivamente; aunque hoy, todo hay que decirlo, están medio tapadas por unos arbustos.
De estas dos placas escribiremos otro día. También entre este tipo de lápidas conmemorativas podemos incluir otras más, sufragadas todas por suscripción popular: la dedicada al médico y fundador del Tous pa Tous Mario Gómez, colocada en la casa donde nació en 1872; la del maestro Ibo Menéndez Solar, colocada en la calle que lleva su nombre, que carece de cualquier información sobre el personaje; la de Félix María Villa, fundador del asilo de ancianos, colocada en 1921 en la fachada de esa institución, y la de Facundo Meléndez de Arvas, descubierta en 1929 en la fachada de la iglesia parroquial que da a la plaza de La Oliva.
El Tous pa Tous quiere retomar esta buena costumbre de la placa conmemorativa y tiene ideado colocar una serie de placas de bronce dedicadas a la memoria de algunas personas, canguesas y forasteras, que han hecho en su vida algo destacado, que creemos que merece la pena recordar. La idea, además, pretende identificar un lugar o un edificio determinado con el personaje, de modo que podamos valorar y recrear a ambos.
La primera placa estará dedicada a Luis Alfonso de Carballo, y se colocará en los próximos meses en el barrio de Entrambasaguas, donde nació este historiador, literato y jesuita en 1571. La segunda, que pretendemos colocar también en este año para celebrar el bicentenario de su muerte, se dedicará a Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811) y se pondrá en la casa del conde Marcel de Peñalba, en la calle Mayor, donde residió este ilustre asturiano entre el 5 y el 20 de octubre de 1796.
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