Fallece en Canarias el magistrado cangués César J. García Otero

El magistrado cangués ha sido Presidente de la Sala de lo Contencioso del TSJ de Canarias durante los últimos 11 años. La imagen fue tomada en 2015, en la entrevista a la que tuvo que someterse para revalidar su cargo ante la Comisión Permanente del CGPJ. Foto: Poder Judicial.

El magistrado cangués César José García Otero, Presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha fallecido en la tarde del pasado sábado [18/09/2021] en su domicilio de Gran Canaria tras una larga enfermedad. Tenía solamente 63 años.

Ingresó en la carrera judicial en 1987, siendo sus primeros destinos judiciales el juzgado de Distrito de Nules, en la provincia de Castellón, y el juzgado de Distrito nº 2 de Castellón de la Plana. Tras ascender a magistrado en 1989, ejerció en el juzgado de lo Penal nº 5 y en la Sección 4ª de la Audiencia Provincial de Las Palmas.

Natural de Cangas del Narcea, llegó a Las Palmas de Gran Canaria como magistrado en el año 1990 y desde entonces cubrió distintos destinos en la capital canaria, primero en la jurisdicción penal y después en la de lo contencioso-administrativa. En 1998 pasó a formar parte de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJC, en su sede de Las Palmas, de la que fue nombrado presidente en octubre de 2010 y reelegido en 2015.

Su segunda pasión después de la judicatura, era la docencia. En este ámbito, García Otero ha sido profesor de Derecho Constitucional y en la actualidad era profesor de Derecho Administrativo en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). Ha participado en las obras colectivas Comentarios al Estatuto de Autonomía de Canarias y Comentarios a la Ley Reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa.

Su pérdida ha causado una gran conmoción en el ámbito judicial de Canarias, donde deja un imborrable recuerdo en todos los profesionales vinculados a la Administración de Justicia en las Islas. De talante abierto y jovial, era muy querido y respetado por sus profundos conocimientos jurídicos.

Condolencias

“Tan prestigioso jurista como buen compañero”. Así lo describe Juan Luis Lorenzo Bragado, en nombre de la Presidencia del TSJC. El representante de la magistratura canaria recuerda que al poco tiempo de establecerse en el Archipiélago, “sus cualidades personales y humanas le hicieron ser apreciado más allá de su labor judicial, integrándose ampliamente en la vida social canaria”. Fue integrante además de la Sala de Gobierno del TSJC, “donde sus ponencias eran ejemplo de rigor jurídico y buen sentido”, destaca Lorenzo Bragado. Añade que García Otero “era especialmente querido por sus compañeros, por esas cualidades humanas que eran semejantes a su nivel profesional”. El magistrado subraya que “su firmeza y compromiso llegaron hasta el punto de seguir en activo hasta pocas semanas antes de su fallecimiento, sobreponiéndose a la enfermedad”.  Su pérdida, “aún previsible por la evolución de la dolencia estos últimos días, ha afectado mucho a su entorno profesional”, concluye Lorenzo Bragado, que ayer inauguró el nuevo año judicial en Canarias.

Una de las personas más cercanas a García Otero en Canarias es el magistrado asturiano Juan Avello Formoso, titular del Juzgado de Primera Instancia nº 2 de Las Palmas de Gran Canaria.  Avello se trasladó a Canarias «en el año 2006 ó 2007» y rememora que García Otero fue “como un padre” para él, ya que lo ayudó y acompañó desde el primer momento. “Lo echaremos muchísimo de menos. Se dejaba querer y era una persona entrañable”, comenta muy afectado el magistrado Avello, que califica de “tremenda” la pérdida de García Otero “porque no solo se nos fue una buena persona y buen amigo, sino uno de los mejores magistrados y juristas que hay en España”.

El decano del Colegio de Abogados de Lanzarote y expresidente del Consejo Canario de Colegios de Abogados, Carlos Viña, ha expresado sus condolencias en nombre del órgano colegial lanzaroteño por la muerte de García Otero, del que dijo que “era una muy buena persona y gran jurista que se distinguió mucho, no solo por su bondad y conocimientos, sino por su gran respeto al ejercicio de la Abogacía, dando un trato muy afable y respetuoso a los abogados”. Una de las preocupaciones de García Otero es que la Administración de Justicia llegara a la islas no capitalinas y “nunca puso objeciones para trasladarse a Lanzarote a celebrar juicios”, pues “lo veía como algo normal”, indica Viña. De hecho, fue el primero en crear una comitiva judicial para desplazarse a Lanzarote y Fuerteventura a celebrar las vistas.

De pie, César J. García Otero, Marta Muñiz y Maite Muñiz. Sentados, Alejo Rodriguez Peña, Jesús y Victorino Linde, y Manuel Aller, en la calle Dos Amigos, h. 1970.

Sus amigos destacan también de él “su generosidad y lo cercano y campechano que era, además de lo especial y feliz que se mostraba”. En sus paseos por la capital canaria “mucha gente lo saludaba con aprecio. Y en cualquier evento de amigos, marcaba la diferencia. Era un gran conversador y muy divertido”, relatan sus allegados.

Lo mismo dicen los cangueses que lo conocían, ya que desde su nacimiento en Cangas del Narcea, allá por el mes de abril de 1958, nunca perdió el vínculo con su patria chica, bien porque la visitaba para ver a familiares y amigos cuando sus obligaciones se lo permitían, bien porque siempre tenía sus brazos abiertos en las Islas Canarias a cualquier cangués que llegase por allí, o bien a través de la Sociedad Canguesa de Amantes del País «Tous pa Tous» de la que era socio desde su refundación. En la imagen que traemos aquí en su memoria, vemos a César con un grupo de amigos de su infancia en Cangas, en concreto en la Calle 2 Amigos, hace ahora algo más de cincuenta años.

A Carmen, su esposa, y a sus dos hijos, César y Jaime, desde aquí nuestras condolencias. Descanse en paz, nuestro querido socio y paisano César.

1 comentario
  1. Eliseo
    Eliseo Dice:

    Cesar era mayor que yo pero poco creo, no fuimos amigos si conocidos de Cangas, quizás intercambiamos algunas palabras en la juventud y alguna noche de fiesta en algunos de los sitios de culto o asalto de la Cangas de los 70-80 y algún Carmen de los posteriores, pero su cara y persona me es querida y familiar, diría que de los míos de los de Cangas , de los de siempre, aún viviendo 2 tercios o más de nuestra vida fuera de ella, curioso sentimiento.
    Por eso mi corazón me dicta que ponga unas palabras en su recuerdo y manifieste mi pesar por su fallecimiento. Cesar descansa en paz, el Juez Supremo lo acogerá con cariño a su lado.

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