El Puertu, hacia 1920. Fotografía de Benjamín R. Membiela. Colección: Juaco López Álvarez.
Asturias tiene respecto del Sur, o sea con León, dos puntos naturales de comunicación, cuyo acceso es más fácil que en cualquier otro de la colosal barrera, que por esta orientación aísla y defiende a la provincia: tales son Pajares y Leitariegos, ambos puertos de montaña en la cordillera cantábrica.
De Pajares ya escribí en marzo último una crónica con las impresiones de su tránsito nevado en ferrocarril. Además, harto conocido es por la mayoría de los lectores, si no “de visu”, por las múltiples descripciones que en guías, mapas, obras literarias, etc., se hacen de él, como merece.
Pero hoy quiero dar a conocer este otro paso de Castilla al mar, poco conocido, y que tiene gran importancia, no sólo turística y alpinista para el viajero y aficionado al deporte de montaña, sino comercial y estratégicamente considerado.
Se encuentra, lo mismo que Pajares, en el mismo límite de Asturias y León, partidos judiciales de Cangas de Tineo, en aquella provincia y de Murias de Paredes, en ésta. A unos cien kilómetros de León, en carretera, treinta y tantos de Cangas, y apenas 15 de Villablino, vía férrea más próxima, en la terminal del ferrocarril minero que de Ponferrada parte.
La Laguna, hacia 1920. Fotografía de Benjamín R. Membiela. Colección: Juaco López Álvarez.
El puerto mismo, su interesante laguna, que recuerda mucho la grande de Peñalara, en el Guadarrama, y el altísimo Pico o Cueto de Arbas, uno de los puntos de triangulación principales para el mapa nacional, y bastante más elevado —como la laguna— que el mismo puerto, se encuentran dentro de Oviedo.
Antes existía un pequeño municipio, que integraban cuatro aldeas: El Puerto, Brañas de Arriba y de Abajo y Trascastro, hoy incorporado en su totalidad a Cangas por no tener medios de vida independiente ni razón de existencia.
Lamento no poderos dar una sensación gráfica por la fotografía de lo que la Casa-Ayuntamiento de Leitariegos, sita en Brañas de Arriba, era; un verdadero y pequeño mechinal o cubil, sin más luz que la de la puerta, y en la que existían unas antiguas cadenas, pesadísimas y emplomadas, para sujetar a los presos que había de juzgar la Inquisición, y el privilegio de doña Urraca de Castilla concediera a los habitantes del Puerto en pago de ciertos servicios que en su viaje o tránsito por el mismo le prestaron.
Brañas d’Arriba y Cueto Arbas, hacia 1920. Fotografía Benjamín R. Membiela. Col. Juaco López Álvarez.
El tal privilegio, interesantísima obra de arte y documento histórico, obligaba a dichos habitantes a tener una hospedería para caminantes, y a salir en los duros días invernales de inclemencia nevada a buscar a aquellos que se hubieran perdido en el difícil paso, a cambio de la exención del servicio militar y tributos.
Difícil en extremo, en cuanto que hoy día cubre la nieve totalmente las casas, comunicándose por túneles unas con otras, y habiendo de hacer en otoño grandes provisiones de boca los vecinos para sí, y para el ganado vacuno que con ellos mora y teniendo pozos en aquéllas. Yo mismo, ya 10 de mayo último, no he podido forzar el puerto en automóvil por la nieve acumulada, y que caía en aquella fecha primaveral.
Grandes pilastras de piedra, de unos cuatro metros de altura, sirven, hacia la vertiente de León, para marcar la carretera, y aun así desaparecen en ocasiones en los aludes y ventisqueros o “traves” que la nieve compacta y la ventisca forman.
Sin embargo, tan bello y adecuado paraje para el alpinismo es casi totalmente desconocido para sus aficionados y practicantes, doliéndome en extremo a mí, antiguo “skieur”, tal abandono e indiferencia, que he intentado vencer publicando en “Vida Leonesa”, órgano de la Sociedad Cultural Deportiva de León, un artículo sobre la materia, llamando la atención de los deportistas leoneses sobre Pajares y Leitariegos como centros alpinos.
El Club Alpino Español, que tanto fomenta el deporte de montaña, la Sociedad Peñalara, la Deportiva Ferroviaria, que organiza excursiones colectivas a centros montañosos y alpestres, habrían de quedar satisfechas si, aprovechando algunas festividades —como mínimo dos días—, visitara algún grupo de sus miembros esta región y el puerto antedicho.
Estratégica y comercialmente, el puerto de Leitariegos es la vía natural de León y todo su antiguo reino y del de Extremadura y Portugal, hacia el Norte y el Cantábrico, buscando la salida en Pravia.
Un ferrocarril, el Villablino-Cangas-Pravia, continuación del de Ponferrada a Villablino, con categoría de estratégico en el trozo hasta Cangas, y secundario de aquí al mar, se halla proyectado ha largo tiempo, sin que por ahora se considere próxima su construcción, con grave perjuicio de los intereses de León y Asturias, y de los generales del Estado.
El día que dichosamente circule acrecentará enormemente la riqueza de estas provincias, y facilitará el conocimiento del hermoso puerto de Leitariegos o Lazariegos.
La Voz, Madrid, 11 de septiembre de 1925