alt

“Cangas y cangueses” por Paco Chichapán

alt

Glosario cangués, año 2003. Primer libro de Paco Chichapán ; prólogo de José Avello Flórez.

alt

Anécdotas y otras historias de Cangas. Segundo libro de Paco Chichapán publicado en 2004.

alt

Dichos y hechos de Cangas. Tercer libro de Paco Chichapán publicado en 2008.

El recordado cangués Francisco Prieto Menéndez, más conocido por todos por Paco Chichapán, presentaba en mayo de 2011 en la Librería Treito de Cangas del Narcea un nuevo libro “Cangas y Cangueses”. En aquel acto participaron además del autor, Tito Casado Agudín, director del colegio de Vega de Rengos, y Miguel Angel Pérez, de Onda Cero de Cangas del Narcea.

Chichapán siempre mantuvo viva la pasión por la cultura y la historia de Cangas. A sus 78 años publicaba el cuarto de sus libros, en el que ahonda en la memoria de todo el concejo y cuenta la vida y anécdotas de personajes que, a su parecer, no tienen el reconocimiento que deberían en su propia villa de nacimiento, que es Cangas del Narcea.

«Hay una frase que dijo el padre Carballo una vez que es significativa: “Si un cangués quiere hacer algo, salen once a tumbarlo”. Y es una gran verdad. He creído oportuno hablar de gente que hizo cosas muy importantes y que en Cangas no tienen lo que merecen».

A continuación podemos escuchar de la propia voz del autor, todos los detalles de su último libro, “Cangas y cangueses”.


Entrevista emitida en Onda Cero Cangas del Narcea el 31 de mayo de 2011


NOTICIAS RELACIONADAS: Un libro para los cangueses olvidados


 

alt

Acto a la memoria de Luis Alfonso de Carballo

alt

Portada del libro Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias

El sábado día 11 de junio de 2011 el Tous pa Tous descubrió en Ambasaguas una placa dedicada a la memoria de Luis Alfonso de Carballo, con este motivo estamos publicando información sobre él para dar a conocer su vida y su obra, en especial su Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias, que a partir de ahora puede consultarse desde nuestra página web.

En agosto de 1983, el diario La Nueva España publicaba un artículo de Alberto Porqueras Mayo, catedrático de la Universidad de Illinois (EE. UU. de América), sobre el padre Carballo, titulado: Mitos y realidades del autor de la «Historia de las antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias», que por su interés incorporamos a nuestra Biblioteca Digital Canguesa.


alt

Padre Luis Alfonso de Carballo, 1571 (Entrambasaguas, Cangas del Narcea) – 1635 (Villagarcía de Campos, Valladolid)

Ambasaguas, hacia 1910, barrio natal de Luis Alfonso de Carballo. Foto de Enrique Gómez. Col. Martín Carrasco Marqués.

Su nombre era Luis y sus apellidos Alfonso de Carballo, aunque todo el mundo lo conocía como padre Carballo. Nació en 1571 en el barrio de Entrambasaguas, en Cangas del Narcea, donde pasó su infancia y juventud. En esta villa trabajó como maestro, enseñando a leer e impartiendo clases de Humanidades, y también se aficionó a la literatura. Estudio para eclesiástico, seguramente en el monasterio de Corias, y se ordenó sacerdote en 1595; al parecer, su primera misa la dio en el Santuario del Acebo. En 1601 es clérigo rector de Villarrodrigo de Ordás, un pequeño pueblo situado al norte de la ciudad de León, y unos años más tarde se traslada a Oviedo. En 1613 es rector del Colegio de San Gregorio de esta ciudad, dedicado al estudio de Gramática y Latinidad, y profesor de Humanidades en la Universidad de Oviedo, que acababa de fundarse en 1608. En 1616, a los 45 años, ingresa en Monforte de Lemos (Lugo) en la Compañía de Jesús. A partir de entonces residió en varios colegios de esta orden religiosa, siempre impartiendo clase de Humanidades: Monterrey (Orense), Logroño, León, Segovia y Villagarcía de Campos (Valladolid), donde muere en 1635.

En vida solamente publicó el libro titulado Cisne de Apolo, de las excelencias y dignidad y todo lo que al Arte Poética y versificatoria pertenece, que se editó en Medina del Campo en 1602, y es, según el investigador Alberto Porqueras, el tratado sobre el arte de escribir poesía más importante del siglo XVII español. Este estudio, como señala el mismo Porqueras, fue concebido y escrito por Carballo en su villa natal. Puede consultarse en Internet el estudio preliminar de este investigador a la edición de Cisne de Apolo (1997).

Junto a su afición a la literatura esta su interés por la historia y la genealogía. Realizó las genealogías de algunos de los grandes linajes asturianos, muy vinculados a Cangas del Narcea, como los Valdés y los Omaña, y sobre todo escribió la esplendida obra Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias. Para documentar estas Antigüedades empleó información tomada de muchos archivos de monasterios, iglesias, catedrales y particulares de Asturias, León y Galicia. La obra estaba concluida en 1613, pero no irá a la imprenta hasta 1695, cuarenta años después de fallecer su autor. El motivo de no publicarse en vida del padre Carballo fue, según el citado Alberto Porqueras, la negativa que obtuvo del padre general de la Compañía de Jesús, que consideró que este estudio podía molestar a miembros de la nobleza, clase muy preocupada en aquellos tiempos por sus orígenes y sus genealogías, que eran los principales benefactores y protectores de los jesuitas.

Según Máximo Fuertes Acevedo, la obra se editó en Madrid en 1695 “gracias a la solicitud y amor a la provincia de Asturias” del jesuita Álvaro Cienfuegos y Sierra, cuya publicación “dispuso y dirigió” él personalmente. Este jesuita, que llegó a ser cardenal, había nacido en Agüerina (concejo de Miranda) en 1657 e ingresó en la Compañía de Jesús en 1692. Falleció en Roma en 1739. La primera edición de Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias puede verse a continuación. También puede descargarse de nuestra Bibloteca Digital, una digitalización de este ejemplar que se custodia en la Biblioteca Estatal de Baviera, en Munich.

Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias

La obra de Luis Alfonso de Carballo fue la primera historia general de Asturias que se publicó y no volverá a repetirse un esfuerza similar hasta varios siglos después. Su Historia sigue los principios del Humanismo italiano en boga en aquel tiempo, movimiento cultural que trataba de hacer una historia rigurosa y alejada de la fábula. Para Isabel Torrente, el padre Carballo es un historiador asturiano por sus orígenes y querencias, a la par que plenamente europeo por su línea intelectual.

Firma original de Luis Alfonso de Carballo. Con esta prueba se despeja cualquier duda sobre si su segundo apellido debe escribirse con B o con V

Otro estudio histórico del padre Carballo, que permaneció inédito hasta 1878, fue su “Discurso sobre la merindad de Asturias”. En esa fecha, Fuertes Acevedo lo publicó, con unas notas y una reseña biográfica de Carballo, en la Revista de Asturias, números 23 (15 de junio de 1878), 24 (25 de junio de 1878) y 25 (5 de julio de 1878). En nuestra Biblioteca Digital pueden consultarse los números mencionados de esta revista.

Hasta las investigaciones del profesor Alberto Porqueras, de la Universidad de Illinois (EE. UU de América), era muy poco lo que se sabía del padre Carballo. De su infancia y juventud todavía hoy lo desconocemos casi todo. Sin embargo, siempre se supo que era natural de Cangas del Narcea, porque él, en las dos obras principales que escribió, se encargó de expresarlo con claridad. En el prólogo de Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias escribe:

“Confieso que soy natural de este Principado, nacido en Entrambasaguas, arrabal de la villa de Cangas de Tineo, y codicioso de la honra de mi patria; pero no será esto parte para que deje de escribir con la mayor fidelidad y verdad que me sea posible. Y si yo alcanzase todas las verdades que la podían honrar, ningunos hechos se podían imaginar más glorioso, antes el ser natural me pone en mayor obligación de escribir con toda verdad y poner en averiguarla mayor cuidado”.

La presencia de Cangas del Narcea en la obra de Luis Alfonso de Carballo es muy grande. Cualquier circunstancia es buena para mencionar su lugar de origen. Por ejemplo, cuando escribe sobre el reinado de Alfonso X el Sabio y menciona las cartas de población que este rey otorgó en Asturias (que fueron muchas: Grado, Lena, Siero, Luarca, Somiedo, Navia, etc.), sólo menciona la de Cangas. Carballo es el único historiador conocido que tuvo en sus manos la carta puebla de nuestra villa, hoy perdida, que fue otorgada en la era de 1293, que corresponde al año de 1255. Dice el padre Carballo:

Población de la Pobla de Cangas

“Moravan por este tiempo las personas principales de Asturias derramadas por sus lugares y solares, con que estaban las cabezas de concejos y villas, que entonces llamaban poblas, yermas y sin gente, por lo cual este Rey hizo muchas mercedes y otorgó algunos privilegios a los pobladores de las tales villas, como parece por sus cartas reales. Y la villa de Cangas tiene una, confirmada por el Rey Don Enrique el Tercero, por la cual el Rey Don Alfonso el Sabio hace merced a los pobladores de la su villa de Cangas de Sierra (que así se llama) de todas las heredades que en aquel concejo tenía de su realengo, con que le han de pagar por todas ellas cada año mil maravedís de Leoneses, u ocho soldos, y un ajantar cuando fuere cada año, o quince maravedís por ajantar, e al su Ricohome que por él tuviere la tierra, e al su Merino Mayor, cuando y fueren, y con ésto les da una copiosa carta de amparo, para que sean pobladores: es su fecha en Burgos a veinte de febrero, era de 1293. Y es de notar, que siempre que nombra a Cangas, dice de Sierra, y la nombra muchas veces, y en ninguna la nombra de Tineo, como en nuestros tiempos se dice, a diferencia de Cangas de Onís”

(Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias, pág. 368)

Asimismo, las últimas páginas del libro están dedicadas al Santuario de Nuestra Señora del Acebo, donde comenta el impulso de esta devoción a partir de 1575, durante el reinado de Felipe II y la Contrarreforma, y enumera una relación de milagros que sucedieron en aquel tiempo, a algunos de cuyos protagonistas conoció él personalmente.

Para las personas que quieran saber más sobre el padre Carballo les recomendamos la lectura del libro de Alberto Porqueras Mayo, Estudios sobre la vida y obra de Luis Alfonso de Carvallo (1571-1635), editado en 1996 por el Real Instituto de Estudios Asturianos.

En la villa de Cangas del Narcea, la Biblioteca Pública y una pequeña calle en el barrio de La Veiga llevan el nombre de Luis Alfonso de Carballo. A partir de ahora, gracias a la placa que el Tous pa Tous colocará en Entrambasaguas, todos cuantos pasen o deambulen por este barrio sabrán que allí nació uno de los primeros historiadores de Asturias, y podrán recordar sus desvelos por desentrañar nuestro pasado en una época tan temprana.

alt

Placas a la memoria de Genaro G. Reguerín (1918) y José Mª Flórez (1915)

alt

José Mª Flórez, hacia 1885. Fotografía de Ribot, Oviedo. Col. José Ramón Flórez Areces.

El sábado 11 de junio de 2011, a las 20:30 h., el «Tous pa Tous» descubrió una placa de bronce dedicada a la memoria de Luis Alfonso de Carballo en el barrio de Ambasaguas. Con motivo de este acontecimiento nos propusimos dar cuenta en nuestra web de las lápidas y placas que existen en la villa de Cangas del Narcea en recuerdo de algunos cangueses. En esta noticia vamos a tratar de las dedicadas a los maestros Genaro González Reguerín y José María Flórez y González, que están colocadas a la entrada de las Escuelas Públicas. Estas dos placas de bronce estuvieron hasta fines de los años sesenta del siglo XX en la escuela que estaba en la calle Mayor, y al derribarse este edificio se trasladaron a su ubicación actual. Lamentablemente se colocaron en un sitio poco adecuado: no están protegidas de la lluvia, y en consecuencia han comenzando a corroerse, y están medio tapadas por unos arbustos. Creo que alguien, en la Escuela o en el Ayuntamiento, debería hacer algo para favorecer su conservación y la memoria de estos dos maestros.

Reguerín y Flórez tuvieron varias cosas en común: fueron maestros buenos y respetados, publicaron libros escolares, eran republicanos federales y acabaron siendo familia, pues una hija del primero, Maria Teresa, se casó con el segundo.

: Genaro G. Reguerín y su esposa, hacia 1890. Fotografía de Fernando del Fresno, Oviedo. Col. José Ramón Flórez Areces.

Genaro G. Reguerín nació en Cangas del Narcea en 1817 y murió en 1898. No sabemos mucho sobre su vida. Comenzó a trabajar de maestro en la villa de Cangas en 1839 y se jubiló en 1889. En octubre de 1868 es vocal de la Junta Revolucionaria que se constituye en la localidad con motivo de la Revolución de Septiembre de 1868 y el 6 de julio de 1869 firma, junto a José Mª Flórez, el manifiesto de constitución del comité asturiano del Partido Republicano Federal, como delegado de Cangas del Narcea (puede leerse en el periódico madrileño La Discusión, de 16 de julio de 1869).

Placa dedicada a Genaro González Reguerín, 1918. Obra de Alfredo Flórez.

La iniciativa de dedicarle una placa partió de Mario Gómez Gómez, fundador del Tous pa Tous, que fue alumno suyo. La idea fue muy bien acogida por otros discípulos que sufragaron la placa de bronce. El diseño lo realizó Alfredo Flórez González, nieto de Genaro González Reguerín, que era médico y artista aficionado, y su firma aparece en la misma placa. La obra se fundió en Madrid. En ella aparece el busto del homenajeado elevado sobre unos libros y junto a él dos genios, uno de los cuales sujeta una corona de laurel sobre la cabeza, como símbolo de su triunfo en el magisterio. Todos los elementos que aparecen en la placa hacen alusión al saber, a la enseñanza y al homenaje perpetuo. Tiene la inscripción: AL GRAN MAESTRO E INSIGNE CIUDADANO / D. GENARO G. REGUERÍN. 1817 – 1898. SUS DISCIPULOS. 1918.

Placa de bronce dedicada a José Mª Florez, 1915. Obra de Pedro Estany

De más calidad artística y mayor tamaño es la placa dedicada a José María Flórez. Este maestro nació en Cangas del Narcea hacia 1830 y murió en Oviedo en 1890. Hijo de maestro, estudió en Madrid, enseñó en Bujalance (Córdoba) y fue profesor de la Escuela Normal de Oviedo, en la que ocupó el puesto de director desde 1879 hasta su fallecimiento. Fue un activo miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País de Asturias y de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos, y como tal realizó la primera excavación arqueológica del castro de Coaña. También fue un destacado poeta en asturiano occidental, lengua que en el siglo XIX contó con muy pocos escritores. Sus poemas se recopilaron en 1883 en el libro titulado Composiciones en dialecto vaquero, y constituyen una joya literaria y costumbrista en esta lengua. Durante toda su vida su vinculación a Cangas del Narcea fue permanente y en la villa pasaba gran parte del verano, participando en veladas literarias y musicales en las que también intervenían sus dos hijos: Alfredo y Roberto.

Descubrimiento de la placa dedicada a José María Flórez González en las escuelas públicas de la calle Mayor, en Cangas del Narcea, en 1915.

La placa para perpetuar la memoria de Flórez se sufragó con una suscripción popular. La iniciativa partió del periódico El Distrito Cangués y los donativos se recogían en su redacción. La suscripción se realizó entre junio y octubre de 1914, y en sus páginas se publicaban los nombres y las aportaciones de los donantes. En total se recaudaron 206,50 pesetas. El destino inicial de la placa era el lavadero que, junto al puente de piedra de Ambasaguas, estaba construyendo Alfredo Flórez, hijo de Jose María, con el fin de regalarlo al pueblo de Cangas. El lavadero se inauguró el 25 de octubre de 1914, pero la colación de la placa tuvo que aplazarse “para cuando el artista, a quien se ha encargado ese trabajo, la tenga terminada”.

Placa dedicada a José Mª Flórez (detalle de la firma del escultor Pedro Estany)

El artista, cuya firma aparece en la parte inferior izquierda de la placa, era Pedro Estany Capella, escultor nacido en 1865 en Castelló de Ampurias (Gerona) y establecido en Madrid, que en aquellos años gozaba de bastante prestigio en su profesión. Se había formado en la Escuela de Bellas Artes de San Jorge (Barcelona) y a partir de 1885 había completado sus estudios en París. En 1904 ingresó como profesor en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid y después obtuvo la plaza de Modelado y Composición Decorativa en la Escuela Profesional de la Mujer. Fue uno de los escultores que participó en el monumento a Alfonso XII en el parque del Retiro (Madrid); también en esta misma ciudad hizo el mausoleo del político Ríos Rosas, levantado en 1905 en el Panteón de Hombres Ilustres (Basílica de Atocha), el monumento a Federico Chueca en la Rosaleda del parque del Retiro y el erigido al doctor José María Esquerdo (1915). Otras obras suyas son un monumento al mismo Esquerdo en Villajoyosa (Alicante) y una estatua dedicada al músico Jesús de Monasterio (1906) en Potes (Cantabria). Murió en Madrid en 1923.

Placa dedicada a José Mª Flórez (detalle de la inscripción)

En la placa de bronce dedicada a José Mª Flórez aparece en primer plano y a gran tamaño el homenajeado, sentado sobre una piedra, y en segundo plano se ve a una multitud de vaqueiros que están celebrando una fiesta junto a una capilla. Tiene la inscripción siguiente: AL CANTOR DE LAS BRAÑAS Y EXIMIO MAESTRO D. JOSÉ Mª FLÓREZ. POR SUSCRIPCIÓN POPULAR. 1915. La placa fue fundida en unos talleres madrileños.

La existencia de estas dos placas, y la calidad de la dedicada a José Mª Flórez, no son fruto de la casualidad, sino la muestra de una época y de una sociedad canguesa proclive a reconocer el valor de la instrucción pública, la educación y la cultura como elementos imprescindibles para el progreso de los pueblos.

La cumbre más difícil, el mayor éxito alpinístico de Rosa Fernández

Rosa Fernández Rubio (Parada la Vieja, Cangas de Narcea, 1960)

Rosa lo ha conseguido, una vez más, cuando se plantea un reto de la máxima dificultad. Solo pensarlo parece fuera de sus propios límites: sin equipo de apoyo, con un solo serpa y con las fuerzas físicas disminuidas tras la larga convalecencia y el tratamiento de un cáncer, se enfrenta al reto más duro y complicado que podía imaginar, el Kangchenjunga, la montaña más solitaria y peligrosa de Nepal, donde los más duros alpinistas han sufrido sus experiencias más dramáticas y donde algunos de los de mayor prestigio, han necesitado ayuda para salir con vida.

Rosa ha hecho lo que parecía imposible, alcanzar los 8.586 metros del Kangchenjunga y bajar hasta el campo base por sus propios medios. Esta es la tercera montaña más alta del mundo y, con esta ascensión, Rosa ha ascendido cuatro de las cinco grandes: Everest, Makalu, Lotshe y Kangchenjunga. Hoy día, a nivel mundial, no habrá más de diez mujeres que hayan hecho esta cima (este dato no es más que orientativo).

El sábado, día 21 de mayo, Rosa ha llegado de vuelta al campo base, de donde salió hacia la cumbre hace nada menos que ¡nueve días!. El jueves por la tarde salió del campo 4, a 7.700 metros, hacia cumbre con Oscar Cadiach, este gran alpinista tuvo que retirarse sin  completar la  ascensión, pero ha sido tan generoso, que esperó a que Rosa volviese al campo 4. Tras más de 20 horas lo encontró allí, y Rosa cuenta que se le abrazó y lloró de emoción al saber que Rosa lo había conseguido.

Comenta que otra compañera de expedición, Cleo Wiedlicki, ya llegó en su intento en muy malas condiciones al campo 3 y  sufre ceguera, allí se ha tenido que quedar, imposible descender,  y esperan poder rescatarla en helicóptero (esta situación hace no más de cinco o seis años, fácilmente hubiese sido mortal).

Rosa no lo sabe aún, o no ha querido decirlo, pero es posible que tenga congelaciones en los pies y algo de menor importancia en las manos. A pesar de todo, ahora está muy, muy  contenta y al fin podrá descansar tras este suplicio. La comunicación con ella ha sido muy mala y se cortó  en dos o tres minutos.

A mí  personalmente me parece increíble lo que acaba de hacer Rosa. Se cumplen seis años exactamente de su ascensión al Everest por la cara norte (21 de mayo de 2005, también sábado). Sin duda, y como ella me ha dicho, es  la montaña más dura de la tierra. Ese mismo comentario se lo hizo también Mingma, sherpa que  anteayer alcanzó la cima, convirtiéndose en el primer sherpa que completa los 14 ocho miles. Para él también ha sido la montaña más dura y difícil. Tiene una dificultad añadida y es que el  descenso también es muy complicado, incluso en la parte más baja de la montaña, cuando ya bajas totalmente “fundido”.

Rosa tiene en su historial las siete cumbres, única mujer española que lo ha completado. Su primera cumbre de ocho mil metros en el Himalaya fue el Gasherbrum II, en el año 1997, cuando tenía ya 37 años.


23/05/2011

alt

Un libro de Mercedes Pérez sobre la vida y la obra de Uría

alt

Cubierta del libro

El Real Instituto de Estudios Asturianos acaba de publicar el libro Uría y el patrimonio de las obras públicas en Asturias a mediados del siglo XIX (Oviedo: 2011, 448 págs.), cuya autora es nuestra socia y vecina Mercedes Pérez Rodríguez.

Mercedes nació en Cangas del Narcea en 1955, es profesora del IES y coordinadora del Aula de la UNED de Cangas del Narcea. El libro es el resultado final de un trabajo de investigación iniciado hace más de diez años, que obtuvo en 2002 el Premio sobre Archivística y Documentación Padre Patac y que en julio de 2005, más ampliado, se presentó como tesis doctoral en la Universidad de Oviedo. Tenemos que agradecer a Mercedes este esfuerzo por estudiar la vida y la obra de José Francisco Uría y Riego (Santolaya de Cueiras, 1819 – Alicante, 1862), uno de las personas que más hizo por nuestro concejo en el siglo XIX.

Miembro del partido liberal moderado, fue diputado por el Distrito de Cangas del Narcea en las Cortes y Director General de Obras Publicas entre 1858 y 1862. En estos cuatro años su labor fue enorme, y Asturias le debe muchas de las infraestructuras (carreteras, puentes, puertos, ferrocarril León-Gijón, faros) que fueron claves para su desarrollo económico. Después de su prematura muerte, con 43 años, su labor fue reconocida por sus paisanos y de este modo su nombre todavía permanece en el callejero de Oviedo, Gijón, Luarca y Cangas del Narcea.

Cangas del Narcea le debe varias obras importantes. Gracias a él se comenzó la construcción del Juzgado y de las Escuelas Publicas de la villa en 1861; se trazó e inició la carretera de Luarca a Ponferrada por el puerto de Leitariegos y el Estado cedió en 1860 el monasterio de Corias, abandonado desde 1835, a los Dominicos. Además de esto, fue una persona muy interesada en la agricultura y la mejora de los productos del concejo, especialmente el cultivo de los viñedos y la elaboración del vino, así como la plantación de árboles, la introducción de nuevos cultivos, las plagas, etc. Presentó varios productos de Cangas del Narcea en la Exposición General de Agricultura, celebrada en Madrid en 1857, en la que obtuvo una medalla de bronce por jamones y cecina de vaca.

El estudio de Mercedes Pérez Rodríguez trata tanto la biografía personal de Uría, como su actividad política y administrativa. Asimismo, desmenuza la historia de los proyectos de obras públicas que puso en marcha en Asturias y que debido a su temprana muerte no pudo ver concluidos en la mayor parte de los casos.

Uría fue un político trabajador y honesto, que conocía muy bien el funcionamiento de la administración pública, y por eso pudo hacer tanto en tan poco tiempo. Fue un heredero de aquellos ilustrados asturianos del siglo XVIII, como el famoso Jovellanos, que trató y estuvo en casa de su abuelo Antonio Uría, que dedicaron sus mejores anhelos a la mejora y el progreso del país. La publicación de este libro servirá para recordar su figura y es un motivo de satisfacción para el Tous pa Tous.

alt

Vistas aéreas de Cangas del Narcea en el verano de 1971

Son cuatro fotografías aéreas en blanco y negro que muestran la villa de Cangas del Narcea por sus cuatro costados. Son un testimonio muy revelador de un periodo de transición entre la vieja urbe decimonónica, de tradición medieval, caracterizada por unas pocas calles y un caserío formado por unas casas de poca altura, unos pocos edificios de pisos y media docena de palacios, y la Cangas actual, que ha crecido de una manera desordenada tanto en superficie como en alturas.

En las fotografías aparecen edificios recién terminados, algunos de ellos muy significativos para la villa, como los bloques de casas de El Fuejo, el Instituto de Enseñanza Media o el chalet del arquitecto Pepe Gómez, y sobre todo muchas casas de pisos, situadas en el centro de la villa, en la calle Uría o en el Barrio Nuevo, y proyectadas en la mayor parte de los casos por el mencionado Pepe Gómez. Llama la atención, el número tan alto de casas que estaban en construcción.

En 1971 aún no se habían edificado casas de cinco alturas en el barrio de El Corral, ni en las afueras de la villa, y La Cogolla y la carretera de El Acebo eran espacios totalmente despoblados. Tampoco existía el puente colgante que comenzará a levantarse al año siguiente. Todo esto cambiará muy poco tiempo después, con el inicio de un crecimiento urbanístico que causará el derribo de muchas casas, la ocupación de todos los solares libres del centro urbano y la extensión de la villa en todas las direcciones posibles.

Estas fotos, que nos retrotraen a medio siglo atrás, además de ser un testimonio histórico, son una fuente de recuerdos y nostalgias para los nacidos antes de la década de los años sesenta. En ellas aparecen espacios, ya desaparecidos, en los que transcurrieron las andanzas de muchos cangueses y que ahora, gracias a estas fotos, podemos contemplar desde el cielo de Cangas.

 

Vistas aéreas de Cangas del Narcea en el verano de 1971


La Revolución de Octubre de 1934 en Asturias. Su incidencia en Cangas del Narcea

Este trabajo que ahora reproducimos revisado, fue publicado en la revista La Maniega, nº 41 de julio-agosto de 2004. Su autora, la canguesa Mercedes Pérez Rodríguez, es doctora en Historia por la Universidad de Oviedo, con una tesis sobre José Francisco Uría y las obras públicas en Asturias a mediados del siglo XIX, que leyó en 2005, y profesora del IES de Cangas del Narcea.

NOTA DE LA AUTORA: Este artículo procede de un trabajo universitario realizado en el curso 1983-1984. Entonces conté con la colaboración de tres vecinos de Cangas del Narcea: don Victorino López, entrañable vecino y gran conocedor de la historia canguesa; don José Ríos, que amablemente me recibió en casa de su hija en Gijón y cuyos escritos autobiográficos espero que lleguen a publicarse algún día, y don Luis Pérez Frade, “Luis Camposín”, que conservaba una excelente memoria de los hechos; los tres ya han fallecido. Siempre agradeceré su colaboración y a título póstumo les dedico este artículo, apuntando que los errores que pueda tener son debidos a mí, nunca a ellos.