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La tumba de un exiliado cangués en Caulnes (Francia)

Los hijos de Juan Blanco Martínez ante la tumba de su padre en el cementerio de Caulnes (Francia)

Juan Blanco Martínez era un famoso ferreiro de Cangas del Narcea. Vivía en el Barrio Nuevo y a parte de ser un virtuoso en su oficio, era conocido por hacer las mejores trompas del concejo. Era socio de “El Tous pa Tous”. Con 60 años, él, que casi no había salido de Cangas, tuvo que marchar en agosto de 1936 con sus hijos Manuel y Consuelo para escapar de la entrada del ejercito de Franco.

Su hijo Manuel había emigrado con 14 años a la Argentina. Allí trabajó muy duro e hizo un pequeño capital. En aquella república americana, como les sucedió a otros muchos emigrantes asturianos en ultramar, se hizo republicano. A comienzos de 1931, tras la muerte de su madrastra y tía, Engracia Pérez, regresó a España. Le dijo a su padre que con el dinero que él traía podía dejar de trabajar. Al padre aquello le pareció casi un insulto y siguió trabajando en la fragua. Manuel construyó una casa en el Barrio Nuevo, justo enfrente del puente roto, y se metió en política. Se presentó en las elecciones municipales de abril 1931 con el partido republicano y salió elegido concejal. En 1936 tuvo que exiliarse a Francia, y con él se fueron su padre y su hermana Consuelo. Acabaron en Caulnes, un pueblo de la región de Bretaña, situado cerca de las ciudades de Saint Malo y Rennes, en el que vivían unas mil ochocientas personas.

Señalización del pueblo de Caulnes (Francia)

Pero tampoco aquí las cosas fueron fáciles para los tres. En 1939 comenzaba la Segunda Guerra Mundial y la pequeña población de Caulnes estaría ocupada por el ejercito alemán desde junio de 1940 hasta agosto de 1944. En este tiempo, en 1942, moría allí Juan Blanco Martínez.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, los dos hermanos se marcharon para Argentina, donde tenían hermanos y sobrinos, y donde Consuelo ya había estado en 1931 y 1932. En los años sesenta regresaron a Cangas del Narcea a su casa del Barrio Nuevo. La casa estaba habitada por una familia que se había hecho con ella y a la que tuvieron que desalojar. En la vivienda solo quedaba un aparador en la cocina, que estaba encajado en un hueco de la pared, el resto de los muebles y ajuar que ellos habían dejado había desaparecido. En esa casa murieron los dos muy viejos, primero Consuelo, el 28 de abril de 1986, con 85 años y diez días después Manuel, con 95 años. Los dos reposan en el cementerio de Cangas, en Arayón. A él se le conocía como Lin el Ferreiro. En su última estancia en Cangas, Manuel volvió a encender la fragua de su padre y fabricó trompas que regalaba a amigos y conocidos.

En la fotografía que publicamos aparecen los dos hermanos el día del entierro de su padre en el cementerio de Caulnes. En la base de la cruz, escrito en francés, se lee:

Cementerio de Caulnes (Francia). Lugar donde la tumba de Juan Blanco ha desaparecido.

Ici
repose
Juan Blanco Martínez
né en Espagne
1866-1942
offert par tes amis de
Caulnes
Les enfants ne t’oublient
pas

La traducción es: “Aquí reposa Juan Blanco Martínez, nació en España, 1866-1942, ofrecido por sus amigos de Caulnes. Los hijos no te olvidan”.

Una amiga, Consuelo Hernández Valenzuela, que vive en Saint-Ouen-des-Alleux, no muy lejos de Caulnes, ha tenido la amabilidad de ir hasta este pueblo a buscar la tumba de Juan Blanco Martínez. Pero la tumba ya no está. Ha sido levantada. En unas fotos que me envía se ve el lugar vacío. La memoria es perecedera. La del exilio español es todavía más fugaz. Nos queda sólo esta fotografía que perteneció a otros exiliados, los hermanos Joaquín y Gumersindo Díaz Morodo “Borí”; este último también murió en Francia, en Salsigne, cerca de Carcasona, y su tumba tampoco se conserva.


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A la memoria de ‘Borí’

Gumersindo Díaz Morodoalt nació el 13 de enero de 1886 en Cangas de Tineo (hoy Cangas del Narcea). De muy joven emigró a Cuba y allí unas extrañas fiebres le provocan una sordera que lo acompañará el resto de su vida. En 1902 vuelve a Cangas y pocos años más tarde nacerá para el periodismo con el seudónimo de Borí. Republicano y anticlerical, se enfrentó abiertamente a los caciques y al clero desde las páginas del semanario La Justicia, de Grado, y colaboró en el periódico socialista La Aurora Social, de Oviedo. En abril de 1915 adquirió El Distrito Cangués, periódico que utilizó para luchar por mejorar la situación laboral de los obreros y denunciar el caciquismo, lo que le acarreó el cierre de la publicación dos años más tarde. También aprovechó tribunas como El Noroeste, de Gijón, y las revistas Asturias y El Progreso de Asturias, editadas en Cuba. En 1927 promovió la sociedad obrera «Nueva Vida», afecta a la UGT, y durante la II República colaboró con Constantino Suárez Españolito proporcionándole datos de escritores y artistas cangueses para el índice biobibliográfico que éste preparaba y no pudo llegar a ver publicado completo porque se interpuso la Guerra Civil. Tras el levantamiento militar del 18 de julio de 1936 Borí se exilió en Francia, donde murió el 5 de marzo de 1944.

El pasado sábado 30 de noviembre EL TOUS PA TOUS, Sociedad Canguesa de Amantes del País, celebró un sencillo homenaje  a la memoria de Borí, consistente en el descubrimiento de una placa en el barrio de El Corral, en Cangas del Narcea, donde nació y vivió nuestro protagonista.

Con motivo de la celebración de este reconocimiento a Borí y como deferencia para los lectores de la web del TOUS P@ TOUS publicamos hoy en la Biblioteca Canguesa la edición completa del título Alrededor de mi casa. Crónicas canguesas (1910-1928), un libro de Gumersindo Díaz Morodo Borí en el que se recogen 35 artículos y crónicas publicados en los periódicos La Justicia y El Distrito Cangués y en las revistas Asturias y El Progreso de Asturias. Alfonso López Alfonso es el autor de la biografía de Borí y editor de la obra; Juaco López Álvarez, firma una introducción en la que se reconstruye el mundo familiar y social en el que desarrolló su vida este periodista cangués. Esta publicación ha sido sufragada por el Ayuntamiento de Cangas del Narcea.



ALREDEDOR DE MI CASA – Crónicas canguesas (1910-1928)