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Presentación del libro de Alfonso López Alfonso «De ida y vuelta. Una mirada sobre la vida y la obra de Alejandro Casona», por Antonio Fernández Insuela

Presentación del libro de Alfonso López Alfonso

De ida y vuelta. Una mirada sobre la vida y la obra de Alejandro Casona
(Gijón/Xixón: Tous pa Tous – Impronta, 2024)[1]

Antonio Fernández Insuela
Catedrático de Literatura Española
de la Universidad de Oviedo

Por iniciativa de Juaco López Álvarez, prestigioso etnógrafo, director del Muséu del Pueblu d’Asturies y presidente de la histórica asociación cultural «Tous pa Tous. Sociedad Canguesa de Amantes del País», el profesor, escritor e investigador Alfonso López Alfonso acaba de publicar el estudio De ida y vuelta. Una mirada sobre la vida y la obra de Alejandro Casona, en la editorial gijonesa Impronta, cuyos responsables, Marina Lobo y Carlos González Espina, gozan de amplia y prestigiosa trayectoria en el mundo de los libros y las bibliotecas. Otra figura clave en la elaboración de este libro es Luis Miguel Rodríguez Sánchez, sobrino y albacea de Alejandro Casona y que una vez más demuestra con hechos su generosa ayuda a los estudiosos del escritor nacido en 1903 en Bisuyu (Cangas del Narcea) y fallecido en Madrid en 1965.

Presentación el 14/11/2024 en la librería «Pasa página» de Oviedo, de la biografía de Alejando Casona. De izda. a dcha.: Luis Miguel Rodríguez, sobrino de Casona; Antonio Fdez. Insuela, catedrático de Literatura Española de la Universidad de Oviedo; el autor, Alfonso López Alfonso; y el presidente del «Tous pa Tous», Juaco López.

Hablando de estudiosos casonianos, creo que es de justicia recordar a dos que nos dejaron hace poco tiempo, en el año 2020: el profesor valenciano de la universidad del Sarre (Alemania) José Rodríguez Richart, pionero en la investigación académica sobre Casona, al que dedicó más de medio siglo de estudios imprescindibles, documentados y ponderados, y José Manuel Feito, cura y erudito somedano de numerosas iniciativas socioculturales en la parroquia de Miranda de Avilés, pueblo donde, por otra parte, unas décadas antes había ejercido como maestra -maestra renovadora- la leonesa Faustina Álvarez García, la madre de Casona, a la que Feito dedicó un libro justamente reivindicativo. Ambos investigadores tienen, como es lógico, amplia presencia en el libro de Alfonso López Alfonso.

Un libro que era estrictamente necesario, pues hay cientos de trabajos sobre Casona (varios libros, artículos, ediciones prologadas de sus obras, etc.), pero hasta ahora no existía en castellano ningún volumen extenso y actualizado (De ida y vuelta… tiene más de 300 páginas de texto y 33 de fotos) que presentara al lector el conjunto de la trayectoria vital y cultural de dicho escritor[2], que no es solo la de dramaturgo, con la que obtuvo fama internacional: fue también maestro e inspector de enseñanza primaria, poeta, narrador de cuentos propios y adaptador de relatos históricos, literarios o legendarios ajenos, director del Teatro del Pueblo integrado en las republicanas Misiones Pedagógicas, infatigable colaborador en la prensa y la radio de diversos países hispanos, guionista de cine, etc. No deja de ser un tanto llamativa esa ausencia de un tal estudio del conjunto, pero ahora, afortunadamente, este trabajo lo lleva a cabo Alfonso López Alfonso, lo que me parece lógico por la feliz confluencia de varios factores: la histórica labor de “Tous pa Tous”, la personalidad y actividades culturales de Juaco López y Alfonso, ambos de profunda vinculación con Cangas del Narcea, el concejo natal de ellos y de Casona y la muy notable producción investigadora internacional que ha surgido en los últimos veinticinco años con nuevas informaciones y perspectivas sobre este autor.

Alfonso, nacido en el pueblo de Moncóu, es licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo —en una asignatura optativa de literatura española fue excelente alumno del autor de estas líneas—, es profesor numerario en el IES Escultor Juan de Villanueva (Pola de Siero) y, además, es investigador riguroso, con feliz inclinación a vincular literatura e historia, apasionado buscador de literatura y cultura en la prensa impresa o ahora digitalizada, y escritor que cultiva la poesía, el relato y la crítica. También es un muy activo militante en el estudio de la cultura, en el más amplio sentido, de su concejo natal. Recomiendo que al respecto se lea su libro El tiempo baldío (Gijón, Impronta, 2012), conjunto de estampas en las que refleja su vida y su visión de su tierra, del pueblo en que nació. Sus experiencias de niño, su mirada a familiares presentes o emigrados y a sus vecinos es una honda y emotiva indagación en sentimientos y vivencias de un entorno concreto, pero que por el modo de analizarlos y la elegancia, claridad y precisión con que los expresa sirven para cualquier otro ámbito local y temporal similar. Como investigador y crítico publicó informados y reflexivos trabajos acerca de diversas personalidades: Alejandro Casona, Pablo Suero -periodista, crítico y poeta de origen gijonés asentado en Argentina y de relación breve pero compleja con el escritor nacido en Bisuyu, al que conoció meses antes de la guerra civil-, Gumersindo Díaz Morodo “Borí”, -político y periodista republicano cangués fallecido en el exilio-, y, sobre todo, José Díaz Fernández (1898, Aldea del Obispo, Salamanca – 1941, Toulouse), narrador, crítico, político republicano con raíces familiares en el occidente de Asturias, amigo y contertulio de Casona en el Madrid de preguerra, y fallecido muy pronto en el exilio francés. Alfonso, gracias en gran medida a sus investigaciones en fuentes hemerográficas, ha dado a conocer estampas y semblanzas publicadas por Díaz Fernández en los años veinte en la revista Ondas, de Unión Radio, la futura Cadena Ser (El cine y otras prosas de juventud, Gijón, Ateneo Obrero de Gijón, 2011, Fortuna Balnearia,18, edición y prólogo de Alfonso López Alfonso). Dos años después también puso prólogo y editó del mismo escritor Luna de suburbio y otros relatos. Narrativa breve completa (Sevilla, Renacimiento, 2013, Biblioteca de Rescate, La Novela Corta, 3). Y más recientemente dio a conocer una serie de poemas que dicho escritor y político había publicado en la revista Asturias de La Habana (“Selección de poemas de juventud de José Díaz Fernández (1917-1921)”, Mediodía. Revista hispánica de rescate, Sevilla, 3, 2020, pp. 88-102). Hay que indicar que dicho escritor y político se había referido a su amigo Casona en algún que otro artículo publicados en el periódico republicano federal barcelonés El Diluvio[3] . De todo lo que acabo de exponer creo se puede deducir que ya antes de ponerse a escribir el libro sobre Casona nuestro investigador ya había demostrado fehacientemente su capacidad crítica y su conocimiento del ambiente literario y social en que se desenvolvió su paisano antes de la guerra y después en el exilio.

La muy variada producción cultural del exilio derivado de la guerra civil española tardó en conocerse en el interior de España por razones obvias. Tras la muerte de Franco, como es lógico la situación cambió por completo, pero Casona y su obra, una vez pasó la gran expectación que había causado con su visita en 1962 -cuando retiró su veto a ser representado bajo el franquismo- y con su regreso definitivo en 1963, cayeron en un relativo olvido en los ámbitos culturales convencionales tras su temprana muerte en 1965. De todos modos, una aclaración: en los escenarios teatrales, con las inevitables fluctuaciones de los gustos o modas literarias, Casona siempre estuvo presente en España a partir de 1962 y, además, sus obras -teatrales o no- se editaron y reeditaron aquí y en numerosos países de varios continentes. Hay que reseñar -y lamentar- que en numerosas ediciones de sus obras tras el año 2000 muy pocas veces incluyen en sus prólogos las nuevas informaciones que sobre él se están publicando en ámbitos académicos desde fines del siglo XX.

Alfonso, investigador riguroso, sí tiene en cuenta estos recientes estudios, cuya aparición está relacionada con el nuevo interés que por la literatura del exilio republicano de 1939 surge con motivo del sesenta aniversario de la terminación de la guerra civil. En este aspecto, son fundamentales las iniciativas en la década final del siglo XX del profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona Manuel Aznar Soler y su amplio equipo de investigación, habitualmente conocido como GEXEL (Grupo de Estudios del Exilio Literario). Los diversos congresos, jornadas, etc. que promovieron y siguen promoviendo en numerosas universidades españolas y extranjeras motivaron que un amplio número de críticos de distintos países hayan publicado estudios que aportan muchas novedades sobre Casona. En ese marco, pero, a la vez, independiente del grupo GEXEL, al cumplirse en 2003 el centenario del nacimiento del autor asturiano, a iniciativa del profesor Rodríguez Richart, apoyada por Luis Miguel Rodríguez, se lleva a cabo en la Facultad de Filología de la Universidad de Oviedo el congreso internacional “Homenaje a Alejandro Casona (1903-1965)”, donde participaron treinta investigadores de más de quince universidades y centros de investigación de diversos países. Permítaseme decir que el comité organizador (los profesores María del Carmen Alfonso García, María Crespo Iglesias, María Martínez-Cachero Rojo, Miguel Ramos Corrada -lamentablemente ya fallecido- y el autor de estas líneas) no quedó descontento del trabajo realizado, que se materializó en la publicación del volumen Actas del “Homenaje a Alejandro Casona (1903-1965)”. Congreso Internacional en el centenario de su nacimiento (Oviedo, Fundación Universidad de Oviedo / Ediciones Nobel, 2004, 630 pp.) que incluyen una treintena de artículos sobre las muy diversas facetas que modelan la personalidad privada y creadora de Casona, muchas de ellas hasta entonces desatendidas por la crítica. En síntesis, creo que puede decirse que la imagen personal y artística del autor sale ampliamente enriquecida por la publicación de relevantes informaciones documentales y nuevas perspectivas de análisis de sus obras. Alfonso, obviamente, también acude con frecuencia a ese volumen, hoy agotado.

Naturalmente, también tuvo que indagar en otros lugares, sobre todo archivos públicos y privados en los que cabría esperar que hubiera nueva documentación sobre Casona. En unos casos, esa esperanza se materializó, en otros, lamentablemente, no, como acostumbra a suceder en cualquier proceso serio de investigación literaria. En el aspecto positivo, quiero reiterar la generosa ayuda que le dispensó Luis Miguel Rodríguez, que puso a su disposición la correspondencia familiar del autor y otros grupos de cartas. Así, Alfonso nos dará a conocer misivas hasta ahora inéditas y que sirven para saber de primera mano lo que Casona y su familia más próxima sentían, p. ej., acerca de la guerra civil o sobre la nostalgia que el escritor tenía por su tierra durante un exilio que llegará a durar un cuarto de siglo. También publicará Alfonso algunas otras cartas del mismo fondo documental de figuras relevantes de la cultura y la historia española de la época.

En lo que concierne a otros archivos, en este caso públicos, tienen especial relevancia los dos testimonios de enero de 1962, acerca de la dispar actitud de la Dirección General de Seguridad ante la solicitud de venida de Casona a España. En los dos documentos que aporta Alfonso vemos cómo en el plazo de una semana dicho organismo policial retira su agresiva oposición al regreso del escritor republicano. Un regreso que, por cierto, motivará un notable revuelo en círculos del exilio, como señaló la profesora Isabel Jardón López (“El regreso del exilio de Alejandro Casona: Correspondencia epistolar con Joaquín Maurín”, Clarín, 51, mayo-junio 2004, pp. 83-88).

En el aspecto negativo de esa búsqueda de nueva documentación, sobre todo epistolar, podemos indicar que Alfonso, a pesar de sus gestiones, no logró localizar las cartas que se cruzaron entre Casona y su paisano y amigo el profesor Juan Rodríguez-Castellano, quien había publicado varios artículos breves pero muy ilustrativos sobre el escritor asturiano que vieron la luz en prestigiosas revistas del hispanismo en Estados Unidos, donde ejerció en diversas y prestigiosas universidades hasta su muerte en Saint Petersburg (Florida) en 1970. Natural de Bisuyu, formó parte de una familia evangélica de este pueblo[4], en la que destacaron su hermano Lorenzo, prestigioso dialectólogo y director que fue de la Biblioteca Pública de Asturias, y la esposa de este, la profesora Adela Palacio Gros, que dedicó a Casona dos documentados trabajos, del que quiero destacar el titulado “Presencia de Asturias en la obra de Alejandro Casona” (Boletín del IDEA, XLVIII, 1963, pp. 155-201). Dadas las circunstancias que concurrieron en la amistosa relación de esta familia con el escritor y basándonos sobre todo en lo que el propio Juan Rodríguez-Castellano afirma en sus artículos sobre su amigo, el epistolario completo entre ambos tuvo que ser muy interesante. Dos breves muestras nos lo sugieren. En 1942 en su artículo “Alejandro Casona – Expatriado español” (Hispania, 25: 1, 1942, pp. 49-54) afirmaba Juan Rodríguez-Castellano:

Conozco a Alejandro Casona desde la infancia. Nos criamos en el mismo pueblo asturiano y hasta creo que somos algo parientes. Juntos solíamos pasar algunas vacaciones de verano y en ocasiones representábamos comedias con el doble objeto de entretenernos nosotros y de ofrecer pasatiempo a incautas damiselas provincianas.

O, diez años después, en el texto titulado “Casona y Asturias” (Hispania, 35: 4, 1952, 392-394) decía:

«En cuantas comunicaciones he recibido de Casona nunca he dejado de advertir su constante amor a la tierrina y su nostalgia -más o menos acentuada según las circunstancias- por la Asturias aldeana de su infancia […]. Idéntica nostalgia de su tierra se respira en sus cartas. Próxima a terminar la segunda guerra mundial, cuando aparentemente abrigaba el autor esperanzas de regresar a España, se expresaba de esta manera. “¿Será posible que el hermoso sueño se realice al fin y que pronto podamos vernos y abrazarnos sobre la tierra querida? Solo vivo para esperar eso».

Con el amplio material bibliográfico que pudo utilizar y con sus propios investigaciones y descubrimientos, que, generosamente me iba comunicando, Alfonso López Alfonso ha conseguido un libro en el que quien no conozca la trayectoria vital y literaria de Casona descubrirá a una figura fundamental en la historia del teatro español de la primera mitad del siglo XX, posiblemente nuestro dramaturgo contemporáneo de más éxito en el ámbito internacional (dejando aparte alguna obra de García Lorca). Y quien ya haya leído o visto las obras del autor asturiano, ahora se encontrará con numerosas e interesantes informaciones nuevas.

Estamos ante un estudio que va mucho más allá del propósito inicial de ser un texto meramente divulgativo y que, más informativo que de estricta crítica literaria, pero sin que falte esta, es un trabajo perfectamente construido, con un ensamblaje impecable de la vida personal y la faceta pública creadora y política de Casona, distribuida en seis apartados que corresponden a etapas o vivencias relevantes del biografiado. Finaliza el estudio con diez páginas de una muy pertinente bibliografía, los agradecimientos y el ya aludido álbum fotográfico de 30 páginas de imágenes, varias ya publicadas y otras me parece que desconocidas, al menos para mí. Es apartado final se inicia con fotos de Bisuyu y de la infancia de Casona y finaliza con la de su tumba en el madrileño cementerio de la Almudena.

Como era de esperar, dados sus antecedentes literarios, el escritor e historiador Alfonso López Alfonso en De vida y vuelta… ofrece a los lectores una prosa clara y precisa que conjuga soltura narrativa, contenida sensibilidad y reflexividad iluminadora Recordemos, p. ej., este pasaje al final del capítulo de la vida y la obra:

«Alejandro Rodríguez Álvarez murió en Madrid el 17 de septiembre de 1965. Vino a morir a casa, que es donde quieren morir todos los que al abrir por primera vez los ojos a este mundo ven las hayas, los robles y los castaños, las montañas y los prados verdes; y escuchan su lenguaje como una cadencia dulce que se va alojando en la conciencia para grabarles en la memoria la profecía de que antes de morir tienen que ovillarse como un feto y volver al origen, porque la vida es más de quien sabe morir arropado por el manto caliente de la tierra que le enseñó el primer lenguaje, el del paisaje, que entra por los ojos y los oídos y no entiende de significantes y significados y es tan universal que cada hombre tiene el suyo propio…» (pp. 288-289).

Me atrevo a pensar que estarían de acuerdo con estas palabras de Alfonso el José Díaz Fernández de la estampa “A través de Asturias: El alma del paisaje” (El cine y otras prosas de juventud, pp. 148-151) y el Casona de numerosos textos, artículos periodísticos incluidos, pero en especial el de La dama del alba, de La casa de los siete balcones, del artículo “Las tres Asturias” (Asturias, Buenos Aires, 225, 1942, p. 2), el que en “Carne y alma de España en el paisaje” (VV. AA., Imágenes de España, Buenos Aires, Delegación de la Unión Internacional de Socorro a los Niños en América Latina, 1946) afirma que “conocer un paisaje es casi conocer al hombre” o el que en una entrevista con el crítico José Luis Cano (C[ano], J[osé] L[uis], “Charla con Alejandro Casona”, Ínsula, 191, octubre de 1962: 5) dice que “[e]n última instancia solamente se llega a lo universal por el camino de lo nacional. Solamente se está en condiciones de hablar con el hombre después de haber hablado larga y entrañablemente con Juan”.

Por todo lo dicho, quiero expresar mi más sincera felicitación a Juaco López, al Tous pa Tous, a Impronta (Marina Lobo y Carlos González Espina) y, muy especialmente, como es lógico, a Alfonso López Alfonso por este magnífico trabajo De ida y vuelta. Una mirada sobre la vida y la obra de Alejandro Casona.

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  1. El 14 de noviembre de 2024 en la librería «Pasa página», Oviedo / Uviéu.
  2. Sí existe un serio estudio en inglés, el del investigador casoniano Harold K. Moon, de la Brigham Young University (Provo, Utah): Alejandro Casona, Boston, Twayne Publishers, 1985, Twayne’s Authors Series, 748, 157 pp. Por la fecha de su publicación, obviamente no pudo conocer la variada y novedosa producción bibliográfica sobre Casona publicada desde fines del siglo XX.
  3. Puede verse Antonio Fernández Insuela, “Opiniones sobre literatura en los artículos de José Díaz Fernández en 1936 en el diario El Diluvio (Barcelona)”, en Homenaxe al Profesor Xosé Lluis García Arias, Uviéu, Academia de la Llingua Asturiana, 2010, tomu II, pp. 793-814).
  4. Numerosos naturales de Bisuyu se apellidaban Rodríguez y en muchos casos eran evangélicos. Puede verse al respecto José Luis Fernández Álvarez, “Después de Lutero, los Rodríguez de Besullo”, en https://www.protestantes.net/archivo.asp?id=1650.

Besullo: Fuentes Poéticas de Alejandro Casona

Vista de Besullo desde la capilla de la Magdalena hacia 1960. Fotografía de Paco Berlín. Colección de Javier Berlín.

En mayo de 1966, los jóvenes periodistas asturianos Guillermo García-Alcalde y Fernando Gutiérrez visitaron Besullo, un pintoresco pueblo del concejo de Cangas del Narcea, conocido por ser la cuna de Alejandro Casona. Siguiendo la senda del célebre dramaturgo, ocho meses después de su muerte, escribieron el artículo «Besullo: Fuentes Poéticas de Alejandro Casona», que captura la esencia del pueblo y su influencia en la obra del autor.

Un pueblo bajo el número «siete»

Los autores narran cómo este lugar, cargado de simbolismo y tradición, fue una fuente inagotable de inspiración para Casona. En Besullo, todo parecía girar en torno al número siete: había siete herreros, siete fieles protestantes, siete caminos, siete colinas y una casa con siete balcones. Este entorno mágico y lleno de historias nutrió la imaginación de Casona, quien plasmó en sus obras la esencia de su tierra natal.

En la escuela rural se tiene por un libro de lecturas el de las leyendas recopiladas por el dramaturgo

En aquellos años, en la escuela rural de Besullo, los niños crecían leyendo las leyendas recopiladas por Alejandro Casona. Estas historias, llenas de fantasía y enseñanzas, forman parte del patrimonio cultural del pueblo y son un testimonio del legado literario del autor.

Proyecto: una placa y un busto de Casona en la Casa de los Siete Balcones

Los autores insinúan que el propósito municipal de honrar la memoria de Alejandro Casona con una placa y un busto en la emblemática Casa de los Siete Balcones no lograba satisfacer plenamente a los vecinos. Esta iniciativa, aunque bien intencionada, parecía insuficiente para aquellos que deseaban perpetuar el vínculo entre el dramaturgo y su pueblo natal. Para ellos, era esencial recordar a las futuras generaciones la importancia de sus raíces y la valiosa contribución de Casona a la literatura española.

He aquí la última carta familiar del escritor: “Dile a Adelina que llegaron en espíritu sus frisuelos”

En una de sus últimas cartas familiares, Casona escribe con cariño: “Dile a Adelina que llegaron en espíritu sus frisuelos”. Estas palabras reflejan la profunda conexión emocional del autor con su familia y su tierra, un vínculo que siempre mantuvo vivo a pesar de la distancia.

 

Guillermo García-Alcalde y Fernando Gutiérrez compartían una relación profesional y personal muy cercana. Ambos formaban parte de un grupo de jóvenes periodistas asturianos que, por aquel entonces, trabajaban juntos en diversos proyectos periodísticos. Eran jóvenes periodistas, con el cuello desabrochado y la corbata colgando, que aporreaban barrigudas máquinas Olivetti verdioliva y las más modernas y tostadas Adler.

Su colaboración en el artículo sobre Alejandro Casona en 1966 es un ejemplo de su trabajo conjunto, donde combinaron sus talentos y conocimientos para rendir homenaje al célebre dramaturgo cangués. Esta colaboración refleja no solo su profesionalismo, sino también su amistad y el respeto mutuo que se tenían.

A continuación, reproducimos el artículo completo que fue publicado en el periódico murciano Línea. Diario Regional del Movimiento, el domingo 12 de junio de 1966.


 

BESULLO: FUENTES POÉTICAS DE ALEJANDRO CASONA

ALEJANDRO CASONA

Mayo, 1966

Hace ocho meses que murió Alejandro Casona. Aún es pronto para necrológicas de aniversario es el momento de la exaltación del homenaje, de la biografía; el momento de zambullirse en su estela vital y poética, de hacer frases y elogios, poner gastos y corregir disidencias.

Cuando llegue el día 17 de septiembre se hará balance de un año de recuerdos, y el resultado que arroje será índice de perpetuidad para el escritor. Hemos pasado por Besullo, de camino hacia un objetivo periodístico muy concreto. Las antenas de nuestra sensibilidad, por cortas, por oscuras que sean, no dejaron de anunciarnos que en el pueblo palpitaba una esencia neta, distinta, absorbente. Que aquellos caminos duros, más propicios para los cascos ligeros de un asturcón que para las ruedas de nuestro Citroën, nos habían conducido a un lugar extraño,  donde la magia, la leyenda, las órdenes astrales o simplemente la humana poesía, precipitan coincidencias misteriosas. El 7, número teológico, célula ordenadora de la creación, se prolonga en Besullo machaconamente: hay siete herreros, siete fieles protestantes, siete caminos, siete colinas y una casa con siete balcones…

EN BUSCA DEL HOMENAJE

Aquella presencia dominante, casi palpable, era la memoria, el rastro, la vida de Casona. Y fuimos en su seguimiento.

Queríamos saber de qué forma permanecía en Besullo el recuerdo de su hijo prócer. Supimos de inmediato que, a raíz de su muerte, se celebraron funerales en la parroquia católica del pueblo. Nos pareció poco. Preguntábamos por iniciativas más brillantes, más generosas y mundanas; sólo encontrábamos perplejidad en nuestros informadores. Don Alejandro Rodríguez Álvarez, primo carnal homónimo de Casona y, además, maestro como él, nos decía con cierta confusión que en la escuela tenían como libro de lecturas la recopilación de leyendas del escritor. No es poco homenaje —comentamos—, educar a los escolares de Besullo en la poética casoniana.

Pero algo más, otra cosa.

—El alcalde de Cangas —acabó diciendo el maestro— tenía el propósito de poner una placa en la casa natal de Alejandro, y encargar un busto para el monumento.

Esta declaración hecha con poca gana nos descubrió que habíamos buscado la noticia con los ojos y los oídos cerrados. Advertimos en seguida que el homenaje de Besullo a Casona está en todo el pueblo, que cada vecino puede darles la mejor, la más encendida, la más documentada conferencia sobre él, la personalidad y la vida del gran hombre, que el paisaje ha adquirido para todos una significación casoniana, de forma que el recodo, la cumbre, el camino que él visitaba, o recorría o mencionaba, han perdido sus nombres y se citan con las palabras o con los hechos de su cantor.

— Había vivido los caminos polvorientos —dice el maestro.

Es una frase inefable, hecha, pero tremendamente sentida.

—Aquella cumbre —añade señalando un risco— me parece que es la que sale en el decorado de fondo de «La casa de los siete balcones», iba a meditar a aquel castañedo. Allí pensó sus primeros libros de poemas: «La flauta del sapo», «El peregrino de la barba florida»…

DEL BAR DE GRATO A LA CASONA

Grato Rodríguez, hermano del maestro y primo de Casona, tiene un bar. En una esquina hay una mesa donde, se sentaba el dramaturgo para madurar alguna idea, pero, sobre todo, para echar la partida, charlar con los amigos, o hacer conocer a los que llegaban con él a Besullo, el misterio, la poética superchería de aquellos paisajes. Cerca, está la casa natal, blanca y esquinada, la de su tía y madrina, doña Jovita —cuyo carácter le inspiró la idea de «Los árboles mueren de pie»— y aún hay otra, también blanca y con un poco de balaustrada, donde Casona tecleó sin descanso en su máquina de creador.

Pero hay un polo magnético encaramado en la colina de Besullo, catalizador de miradas y atenciones: es la «casona», la de los siete balcones, con blasón entre los cuatro de la fachada principal.

Nos acompaña el maestro, componiendo a su modo un itinerario sentimental, expresándose difícilmente con emoción buscando las palabras de Casona.

—-Aquí se educó, porque aquí estaba la escuela. Doña Jovita, su madrina, era la maestra. También yo pasé por sus aulas. Era muy severa, todo un carácter. La llamábamos «Bismark» cariñosamente.

Don Alejandro se deja llevar del recuerdo, y traza una semblanza expresiva y tierna de aquellas personas y aquellos años.

—¿Cómo está ahora doña Jovita?

—Bastante enferma. Tiene 86 años. Pero podemos ir a verla.

LA ÚLTIMA CARTA FAMILIAR

Efectivamente, doña Jovita está enferma. En cama. Ella crió a Casona, le educó. Lloró mucho la muerte, y ha sido penosa la recuperación. Su hijo guarda montones de recuerdos personales y periodísticos. Nos muestra una carta, encajada en el marco de un retrato del autor de «La dama del alba” . Es la última recibida. Tiene esta fecha: Madrid, 26 de agosto de 1965. Habla en ella de su operación del 13 de julio, en estos términos: «Me encuentro maravillosamente; el resultado ha sido perfecto».

Está convaleciente, y escribe por él un amigo. Se manifiesta encantado porque han hecho sus obras en Cangas: «¡Ojalá se den también en Besullo!», añade Casona, como experiencia gratísima «después del hábito de las grandes ciudades».

«El día 24 de septiembre tengo que estar en Venecia para el estreno de mi versión de «La Celestina» que es el éxito de Festivales. Ojalá que me sea posible». Siete días antes de esa fecha deseada, el 17 de septiembre, moría Casona en Madrid. Lleno de entusiasmo, esperanzado, y creyendo firmemente en la recuperación.

Al final de la carta aparece su entrañable sentido de la familia, en unas frases sencillas asturianas:

«Dile a Adelina que llegaron en espíritu sus frisuelos; supongo que a Marta le habrán llegado a Navia también los arándanos».

Y concluye con una firma temblorosa.

EVOCACIÓN A DIOS

No podemos detenernos más en Besullo, ni seguir pasando sus caminos polvorientos —ahora suaves y pastosos con la lluvia— en el seguimiento material de Casona.

Al salir del pueblo cantan los árboles verticales, conmocionados de una manera casi sentimental por ese viento fecundante, que dejaba grávidas a las yeguas cuando lo inhalaban de cara al cielo veraniego, y engendraba en la mente de aquel caballero milagroso la fábula y la leyenda del paisaje asturiano.

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GUILLERMO G. ALCALDE y FERNANDO GUTIÉRREZ

Presentación en Cangas del libro: «De ida y vuelta. Una mirada sobre la vida y la obra de Alejandro Casona»

Anunciamos que el próximo jueves, 17 de octubre, a las 19:30 h presentaremos el libro «De ida y vuelta. Una mirada sobre la vida y la obra de Alejandro Casona» en la librería Treito de Cangas del Narcea. Esta nueva publicación del cangués Alfonso López Alfonso ha sido editada por el «Tous pa Tous» con la colaboración de la editorial Impronta.

Una gran oportunidad para conocer y comprender la vida y obra del escritor y dramaturgo más universal que dio el concejo de Cangas del Narcea.



«De ida y vuelta. Una mirada sobre la vida y la obra de Alejandro Casona»

Hay personas que tienen la capacidad de hacerse entender por todo el mundo. Alejandro Rodríguez Álvarez, que pasó a la historia de la literatura como Alejandro Casona, era de esa clase de personas porque convertía en simple lo complejo, en fácil lo complicado y, sobre todo, ponía luz sobre el lado tenebroso del alma humana arropando la realidad con una pizca de fantasía. Fue maestro de formación, y quizá por eso su obra apela a valores universales como el amor (La sirena varada, Romance en tres noches, La tercera palabra), la muerte (La dama del alba, Corona de amor y muerte) o la importancia de la educación (Nuestra Natacha). Él mismo dijo que se le podía acusar de estar desligado del dato contingente, pero no del alma humana. Tenía mucha razón. Pocos autores de la literatura universal habrán manejado con tanta precisión y hermosura los valores fundamentales que nos hacen humanos, demasiado humanos. En las obras de Casona la generosidad, la ingenuidad, la valentía, la franqueza y la galantería le dan la mano al egoísmo, la suspicacia, la cobardía, la hipocresía y la descortesía porque supo como pocos leer en el escondido libro del alma humana, que nos convierte en seres capaces de vernos como dioses cuando soñamos y convertidos en desarrapados pordioseros cuando actuamos. Es, claro, la distancia que media entre la fantasía y la realidad, ese delgado límite de la vida por el que siempre caminó con envidiable soltura, como si de un funambulista se tratara, Alejandro Casona.

Coincidiendo con el 59 aniversario del fallecimiento de este dramaturgo universal que vino al mundo en 1903 en el cangués pueblo de Bisuyu / Besullo, el «Tous pa Tous» y la editorial Impronta publican una nueva biografía titulada De ida y vuelta. Una mirada sobre la vida y la obra de Alejandro Casona. Este libro trata de dar cuenta de quien fue un joven sensible y entusiasta criado entre Asturias, Palencia y Murcia; un maestro eficaz con deseos de ser escritor que logró sacar adelante su sueño a base de esfuerzo y consiguió vivir de lo que escribía a partir de los años treinta del siglo XX, cuando compaginó la dirección del Teatro del Pueblo de las Misiones Pedagógicas con éxitos como el que le proporcionó el prestigioso Premio Lope de Vega en 1933 por La sirena varada, su primera obra teatral importante. De quien, además, fue un dramaturgo que demostró su compromiso con la realidad y los valores de la educación, por lo que después del estallido de la guerra civil se vio forzado a marchar al exilio, donde escribió y estrenó la parte fundamental de su obra. En el exilio aguantó un cuarto de siglo por voluntad propia —es evidente que no estaba de acuerdo con el régimen dictatorial de Francisco Franco, y en su correspondencia dejó claras muestras de este desacuerdo— y volvió en 1962 para ser tan agasajado por una parte de la crítica como denostado por otra que lo consideraba escapista y desapegado de la realidad social española de los años sesenta. Inmerso en ese panorama vivió sus últimos años y murió en Madrid el 17 de septiembre de 1965. Ese día desaparecía Alejandro Rodríguez Álvarez, pero las obras de Alejandro Casona nos siguen acompañando y lo seguirán haciendo durante mucho tiempo.

MUESTRA DEL LIBRO

 

 

 

El misterio de Besullo

Descripción del episodio

Hoy viajamos al suroccidente asturiano, en un pequeño grupo de casas entre montañas, se respira la historia de los orígenes del protestantismo asturiano, Besullo.

La pequeña aldea en el concejo de Cangas del Narcea, guarda un fuerte vínculo con la fe evangélica, arraigada desde finales del XIX, se mantuvo en el seno de varias familias del pueblo hasta 1983, fecha en la que la iglesia quedó clausurada.

La historia de Besullo, se escribe con muchos capítulos, desde la presencia pésica, los romanos, la industria de la forja del hierro, la congregación protestante y como no, uno de ellos es obra de Alejandro Casona.

Hoy la realidad de Besullo, es bien distinta, aquellas casas – referencia de Xuan-Ferreiru, o Casa Xuacón, son eclipsadas por lugares de descanso vinculados al turismo, hoy en día, la aldea de ferreiros y protestantes no olvida su pasado, y de Besullo podemos decir más que en otro lugar, aquello de, a dios rogando y con el mazo dando.



Entrevista realizada en Buenos Aires a Alejandro Casona (Besullo, 1903 – Madrid, 1965)

Entrevista realizada en Buenos Aires (Argentina) al escritor español Alejandro Casona con motivo de su regreso a España y que ha sido efectuada por el periodista argentino Hugo Ferrer el 8 de enero de 1962.

  • Min. 01.24: Toma la palabra Alejandro Casona para hacer referencia a las largas temporadas que pasa fuera de España, continúa con una pequeña autobiografía.
  • Min. 05.05: Casona comenta los hechos más importantes en su labor de autor teatral por toda Iberoamérica.
  • Min. 08.24: Continúa la entrevista enumerando algunas comedias más exitosas como, “Prohibido suicidarse en primavera”, “La dama del alba”, “Los árboles mueren de pie”, “La tercera palabra” y “La casa de los siete balcones”.
  • Min. 10.27: Prosigue la entrevista centrándose en la obra teatral “Los árboles mueren de pie”, representada con éxito por todo el mundo.
  • Min. 14.47: Hugo Ferrer, pregunta a Casona por su seguimiento del movimiento literario español (teatro, poesía…), así como de los autores españoles.
  • Min. 19.16: Finaliza la entrevista con el anuncio del regreso a España para estrenar una de sus obras.


 

Sobre la correspondencia de Lauro Olmo con Alejandro Casona y la representación de «La camisa» por el I.F.T. en Buenos Aires

Lauro Olmos y Alejand

Los dramaturgos Lauro Olmos (izda) y Alejandro Casona (dcha) en 1962.

Antonio Fernández Insuela, Catedrático jubilado de Literatura Española de la Universidad de Oviedo, especialista en teatro, minucioso erudito, maestro generoso e inestimable amigo, lleva varias décadas sacando adelante muy diversos estudios sobre la vida y la obra de Alejandro Casona, algunos de ellos ya consultables en nuestra web, muchos otros recogidos en el libro-homenaje Un teatro de cordiales fantasías. Estudios sobre Alejandro Casona (KRK, 2019), donde las editoras de la obra ­—María del Carmen Alfonso García, Raquel Fernández Menéndez y María Martínez-Cachero Rojo— recopilaron los estudios que el profesor Insuela fue dedicándole al dramaturgo de Bisuyu / Besullo desde 1990. Antonio Fernández Insuela es, junto con José Rodríguez Richart, quien más y mejor se ha ocupado de la vida y la obra de Alejandro Casona, dejando siempre claro el compromiso ético del dramaturgo con los desfavorecidos y los vencidos, su identificación emocional con aquellos que no han conseguido ganar, como, por otra parte, expresaba él mismo en una de sus intervenciones en la radio argentina recopiladas por Evaristo Arce en Obra inédita de Alejandro Casona: charlas radiofónicas (IDEA, 1982), donde en la titulada “Estética del fracaso”, nos dice: “Basar la educación de un pueblo en la simpatía sentimental al débil, al caído, al pobre, al eterno vencido, aunque sea muy evangélico no creo que resulte un programa aconsejable. Pero basarla en el culto pragmático del éxito atando los ideales públicos al carro del vencedor es moralmente el regreso a la más pura barbarie, y políticamente la mejor cantera para la fabricación en serie de esclavos voluntarios”.

Programa de «La Camisa». Teatro Alkazar, 1964

Desde ahora, los seguidores de Alejandro Casona y del «Tous pa Tous» podrán disfrutar de una nueva aportación a la bibliografía de nuestro escritor más universal. En este caso se trata, además, de una pieza en la que podemos leer las palabras literales que el propio Casona le dedicó a un joven compañero de profesión: Lauro Olmo, uno de los dramaturgos más sobresalientes del teatro español de posguerra que veía en Casona un referente. Quien vivió un cuarto de siglo en el exilio tras la guerra civil y quien se ocupaba de tratar de mostrar la realidad de la vida cotidiana en la España franquista de los años cincuenta y sesenta poniéndole una guirnalda de fantasía (tan propia de Casona) se conectan con exhaustividad y maestría en este artículo titulado “Sobre la correspondencia de Lauro Olmo con Alejandro Casona y la representación de La camisa por el I.F.T. en Buenos Aires”. El artículo acaba de salir en el libro colectivo A la sombra de las luces. Homenaje a Fernando Doménech, publicado por Fundación Universitaria Española y de cuya edición se han encargado las profesoras Ana Contreras Elvira y Guadalupe Soria Tomás. A ambas, así como al propio Antonio Fernández Insuela, queremos agradecer su amabilidad por dejarnos reproducirlo.



 

Algunas cartas entre Alejandro Casona y Félix Gordón Ordás: meditaciones sobre los reflejos fragmentarios de dos vidas en el exilio

Portada de la revista «Anales de la literatura española contemporánea»
Vol. 41, No. 2

El objetivo de este artículo es analizar y editar ocho cartas intercambiadas por Alejandro Casona y Félix Gordon Ordás entre 1957 y 1958. Estas cartas forman parte actualmente del fondo documental de Félix Gordón Ordás conservado en el Archivo del Gobierno de la II República Española en el Exilio, ubicado en la Fundación Universitaria Española. La teoría de la literatura epistolar, junto con los estudios sobre las relaciones problemáticas entre ficción e historicidad, constituyen el marco del análisis. A través de la mencionada correspondencia entre el dramaturgo y el político republicano, ambos exiliados en ese momento, y con el apoyo de fuentes complementarias para contextualizar las alusiones socio-históricas y personales, este artículo explora el proceso de construcción de la identidad, así como sus efectos en el ámbito de la representación.

Ha sido publicado en la revista Anales de la literatura española contemporánea Vol. 41, No. 2, Drama / Theatre (2016) , págs.297-331, que promueve la Sociedad de Estudios Españoles e Hispanoamericanos y se puede consultar y descargar en la Biblioteca Digital del Tous pa Tous en el siguiente enlace:

Sobre la autora: Dra. Mª del Carmen Alfonso García

Breve currículum

María del Carmen Alfonso García es doctora en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo y profesora titular de Literatura Española en el Departamento de Filología Española de la misma universidad. Es miembro del grupo de investigación  “Intersecciones: Literaturas, culturas y teorías contemporáneas”, de la Universidad de Oviedo, dirigido por la Dra. Isabel Carrera Suárez, Catedrática de Filología Inglesa, y, en la actualidad, coordina el Máster Universitario en Género y Diversidad.

Sus líneas de investigación tienen que ver con la literatura española contemporánea, con especial incidencia en los siguientes aspectos:el imaginario de finales del siglo XIX y su intertextualidad, la perspectiva de género (literatura, identidad nacional y género; género y representación; discursos de la autorrepresentación; literatura, espacio y género), las relaciones prensa–literatura y la literatura del exilio español republicano (con atención a Alejandro Casona). Una selección de sus publicaciones en este último aspecto incluiría las siguientes:

—Alfonso García, María del Carmen. 2016. “Algunas cartas entre Alejandro Casona y Félix Gordón Ordás. Meditaciones sobre los reflejos fragmentarios de dos vidas en el exilio”. Anales de la literatura española contemporánea (ALEC):41.2. 5-39.

—Alfonso García, María del Carmen. 2015. “A la sombra de una muchacha muerta en flor: la huella de Mariana Pineda en Cartas de Doña Nadie a Don Nadie (1998), de Matilde Cantos”. En Las escritoras españolas en el exilio mexicano: estrategias constructivas de una identidad femenina. Eds. Eugenia Houvenaghel y FlorienSerlet. México: Porrúa. 207-222.

—Alfonso García, María del Carmen. 2010. “Sobre la adaptación casoniana de El anzuelo de Fenisa: texto y espectáculo”. En Setenta años después. El exilio literario español de 1939. Actas del Congreso Internacional celebrado en la Facultad de Filología de la Universidad de Oviedo. Oviedo, 17 al 19 de diciembre de 2009. Eds. Antonio Fernández Insuela, Mª del Carmen Alfonso García, María Martínez-Cachero Rojo y Miguel Ramos Corrada. Oviedo: KRK Ediciones.

—Alfonso García, María del Carmen. 2008. “Revelar y revelarse: Los textos autobiográficos de Carmen Conde”. En En un pozo de lumbre. Estudios sobre Carmen Conde.  Ed. Javier Díez de Revenga y Mariano de Paco. Murcia: Fundación CajaMurcia. 9–32.

—Alfonso García, María del Carmen. 2007. “Con voz de mujer: Memorias de exiliadas republicanas (Al fondo, Aurora de Albornoz)”. En Palabras reunidas para Aurora de Albornoz. Ed. Begoña CamblorPandiella, José Antonio Pérez Sánchez y Leopoldo Sánchez Torre. Oviedo: Universidad de Oviedo/Ayuntamiento de Valdés. 13–38.

—Alfonso García, María del Carmen. 2004. “La literatura y la crítica literaria en las colaboraciones periodísticas de Alejandro Casona”. En Actas del “Homenaje a Alejandro Casona (1903–1965)”. Congreso Internacional en el centenario de su nacimiento. Eds. Antonio Fernández Insuela, Mª del Carmen Alfonso García, María Martínez–Cachero Rojo, María Crespo Iglesias y Miguel Ramos Corrada. Oviedo: Ediciones Nobel y Universidad de Oviedo. 581−599.

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El primer estreno de Alejandro Casona en el exilio: Prohibido suicidarse en primavera (Ciudad de México, 1937)

altAntonio Fernández Insuela, Catedrático de Literatura Española en la Universidad de Oviedo y especialista en teatro, cuenta con una trayectoria intelectual tan sólida como diversa, pues en su campo de trabajo se ha ocupado tanto del análisis de la narrativa breve del siglo XVIII como del teatro realista y social del siglo XX –es autor del libro Aproximación a Lauro Olmo-, además de realizar estudios sobre tradición oral, el romancero y algunos aspectos de la obra de Leopoldo Alas Clarín. Sin embargo, para el Tous pa Tous y los cangueses reviste mayor importancia el hecho de que lleve muchos años sacando adelante minuciosos estudios sobre la vida y la obra de Alejandro Casona. Cabe recordar que Antonio Fernández Insuela fue, con la complicidad de José Rodríguez Richart, el principal impulsor del Congreso Internacional que celebró la Universidad de Oviedo entre el 5 y el 8 de noviembre de 2003 como homenaje a Alejandro Casona en el centenario de su nacimiento (las Actas del congreso se editaron por Nobel / Fundación Universidad de Oviedo en 2004).

Ya en otras ocasiones hemos traído al Tous pa Tous trabajos de este profesor, unos dedicados a desenterrar obra olvidada de Casona, otros a detallar algunos aspectos de su exilio. Y ahora, recién publicado en la revista Anales de la Literatura Española Contemporánea. Drama / Theater, editada en Temple University (Filadelfia, Estados Unidos) bajo la supervisión de los especialistas José Manuel Pereiro Otero y María Francisca Vilches de Frutos, nos llega su último artículo: “El primer estreno de Alejandro Casona en el exilio: Prohibido suicidarse en primavera (Ciudad de México, 1937)”, que tanto su autor como los editores han tenido la amabilidad de permitirnos reproducir.



El primer estreno de Alejandro Casona en el exilio:
Prohibido suicidarse en primavera (Ciudad de México, 1937)

Alejandro Casona en Chile en 1959: el éxito de ‘La casa de los siete balcones’

Antonio Fernández Insuela, Catedrático de Literatura Española de la Universidad de Oviedo, demuestra una vez más su gran interés por la figura de Alejandro Casona (Bisuyu / Besullo, 1903 – Madrid, 1965) en el artículo «Alejandro Casona en Chile en 1959: el éxito de La casa de los siete balcones«, recientemente publicado en Un libro para Ramón (Homenaje a José Ramón Saiz Viadero), volumen colectivo coordinado por el profesor José Manuel González Herrán y que Ediciones Tantín, de Santander, ha tenido la amabilidad de permitir su difusión desde el Tous pa Tous.



Recuperado un cuento olvidado de Alejandro Casona

Alejandro Casona en Oviedo, 3 de junio de 1963. Fotografía de Segura. Colección del Museo del Pueblo de Asturias

En 2009 daba a conocer Antonio Fernández Insuela en un homenaje editado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y titulado En buena compañía: Estudios en honor de Luciano García Lorenzo, un cuento de Alejandro Casona (Besullo, 1903 – Madrid, 1965) inédito hasta entonces en España. En el pormenorizado estudio que lo acompaña, este profesor de la Universidad de Oviedo, muy destacado estudioso de la figura y la obra del autor de Besullo, nos pone al corriente de que el cuento está rescatado de las páginas de la revista cubana Social, por la que dejaron asomar su firma gente como Juan Marinello, Alejo Carpentier, Fernando Ortiz, Lezama Lima, Nicolás Guillén, Alfonso Hernández-Catá, Jacinto Grau, Rafael Alberti, García Lorca, Valle-Inclán, Ortega y Gasset, Pérez de Ayala y un largo etcétera de cubanos, hispanocubanos y españoles cuyo nombre destacaba entonces y que en la mayor parte de los casos aún siguen importando.

Titulado «Noche de san Juan», el cuento, escrito en el Valle de Arán, fue publicado el 9 de septiembre de 1930, en el número XV de la revista mencionada, y en él se hacen notar su realismo y el tono crítico con el conjunto social que abusa, excluyéndolo, del más débil, así como la inclusión de algunos términos propios del asturiano («babayo», «bálagos», «podre», «mayando»); pero, sobre todo, este cuento destaca por ser en algunos puntos antecedente temático de dos importantes obras teatrales de Alejandro Casona: La dama del alba y Siete gritos en el mar (el paisaje asturiano y la noche de San Juan están presentes en la primera y el incendio en la segunda). Publicado para los lectores cangueses en la revista La Maniega, ahora el Tous pa Tous lo incluye en su Biblioteca digital:


 

NOTA del Tous pa Tous:
Por otro lado también podéis consultar en la biblioteca algunos trabajos dedicados a Alejandro Casona de Adela Palacio Gros, catedrática de Instituto de Lengua y Literatura Española que mantuvo una estrecha relación con Casona y Besullo a partir de su matrimonio en 1945 con el lingüista Lorenzo Rodríguez-Castellano, natural de este mismo pueblo.
 

 

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Entrevista a Alejandro Casona (1934)

altManuel Gutiérrez Fernández, director de la revista «El Eco de Luarca», nos envía esta entrevista a Alejandro Casona publicada en las páginas 15 y 16 de la revista «Crónica» nº 234 del 6 de mayo 1934. El motivo de dicha entrevista es el estreno de su obra La Sirena Varada que significó un verdadero acontecimiento literario y teatral a nivel nacional. Colgamos a continuación una copia de la misma no sin antes agradecer a Manuel Gutiérrez su estimada colaboración.