Un libro que toca miradas

Redondo, en su estudio de Gijón, pasa páginas de su libro. Foto: Paloma Ucha

El año pasado, durante la octava edición de AlNorte, el asturiano Francisco Redondo (Cangas de Narcea, 1968) presentó en el Palacio de Camposagrado de Avilés su proyecto ‘Tocando la mirada’, fruto del trabajo fin de carrera que realizó para la Escuela Superior de Arte del Principado de Asturias. Un libro ilustrado para ciegos (y también para videntes) concebido bajo la tutoría de la escuela, que fue seleccionado por la Bienal Iberoamericana de Diseño para su exposición en Matadero y acaba de ganar el premio de Diseño Gráfico otorgado por la Asociación de Diseñadores de Madrid.

La idea del libro es «estimular el uso del tacto y ampliar la información visual», según el autor, cuyo objetivo primordial es «ayudar en la familiarización del sistema de lecto-escritura Braille para que puedan disfrutar todos juntos de sus imágenes». La obra consta de 30 ilustraciones, cada una compuesta por dos páginas. La primera es el troquelado en negativo de la silueta, y la segunda es la figura, dibujada mediante textos en Braille y alfabeto para videntes. El libro ha sido proyectado con una cubierta anterior y posterior más 67 páginas, y baraja diversas posibilidades de impresión futura.

Sus pautas se inspiran en los estudios del estadounidense Ergon Ligon, diseñador gráfico de la Universidad de Texas, sobre la posibilidad de compartir la lectura de libros entre niños ciegos y videntes. «El sistema de Ligon», indica Francisco Redondo, «fue rápidamente incorporado porque antes el texto normal se intercalaba entre el Braille, molestando a unos y a otros».

La fusión realizada por Redondo, que propone la interacción de diversas herramientas creativas, nuevas tecnologías y novedosos materiales, es una de las bazas más destacadas de este proyecto, que ha obtenido el aplauso de varios especialistas internacionales. «Basándome en la estética del pictograma y en las imágenes de los libros de aprendizaje de la lecto-escritura tradicional», señala Francisco Redondo, «pretendo que se acostumbren a reconocer símbolos de forma táctil y mental. Una mariposa volando puede ser muy difícil de visualizar en su mente, pero quizás puedan advertir un mensaje codificado en esa forma».

Expositor remiso, Francisco Redondo es un ‘viejo’ conocido del circuito asturiano, donde ha realizado varias exposiciones individuales y colectivas, siendo recientemente seleccionado en algunos certámenes de arte, como el Daniel Martínez Pedrayes. Su trabajo alterna la pintura, la escultura y el análisis de los nuevos medios, con especial dedicación a la disciplina de diseño. Entre sus últimos trabajos destaca la serie ‘Autorretratos en movimiento’, que alterna la presentación bidimensional, la edición y las animaciones digitales.

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