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Veinte melodías asturianas de Anselmo González del Valle (Números 13 al 16)

Anselmo González del Valle (La Habana, 1852 – Oviedo, 1911), uno de los compositores más destacados que tuvo Asturias, fue un personaje muy importante para Cangas del Narcea. En 2011, el «Tous pa Tous» y el Museo del Vino de Cangas, celebraron en el Teatro Toreno un homenaje a este personaje peculiar con motivo del centenario de su fallecimiento.

En el siguiente audiovisual que hemos elaborado para la web del «Tous pa Tous» se pueden escuchar algunas de sus composiciones (números 13 al 16) recogidas en su publicación Veinte melodías asturianas para piano, editada por Víctor Saenz. Imprenta y litografía musical de C.G. Röder G.m.b.H., Lipsia.

Grabaciones sonoras:

13. – Santa María. Gijón, diciembre de 1906. Ded.: «A María Josefa».
14. – Si te dan chocolate. Oviedo, noviembre de 1906. Ded.: «A María Josefa».
15. – Aquel pobre marino. Oviedo, diciembre de 1906. Ded.: «A Jose María».
16. – El jueves compré un gochinín. Oviedo, diciembre de 1906. Ded.: «A Jose María».



Veinte melodías asturianas de Anselmo González del Valle (Números 17 al 20)

Anselmo González del Valle (La Habana, 1852 – Oviedo, 1911) realizó estudios musicales con los mejores maestros de Oviedo y Madrid. Por lo que se refiere a la capital de España, todo apunta a que la enseñanza que recibió fue de carácter privado; las referencias de su familia señalan que el compositor no hizo estudios oficiales de música, sino que fue una enseñanza libre. González del Valle tuvo mucha relación con Cangas del Narcea y tiene una calle dedicada a él en la capital del concejo.

Don Anselmo se marchó de Cangas del Narcea del mismo modo que había llegado en 1878: precipitadamente. El 6 de noviembre de 1901 vende en Oviedo (ante el notario Secundino de la Torre y Orvíz) todas sus propiedades en el concejo, que eran más de doscientas, a los hermanos Alfredo y Roberto Flórez Gonzalez, por 175.000 pesetas. El precio de la venta fue bastante más bajo que el que había pagado González del Valle por estas propiedades veintitrés años antes, a las que además había que sumar las inversiones en un molino nuevo, una bodega moderna y otras mejoras. Los compradores no eran unos desconocidos para él. Eran nietos de Genaro González Reguerín, administrador suyo en Cangas del Narcea en 1897 y 1898, e hijos de José María Flórez González, al que Gonzalez del Valle tuvo que conocer en Oviedo, porque los dos pertenecían a la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos, y compartían afición por la enseñanza, las bellas artes  y la música.

En el siguiente audiovisual que hemos elaborado para la web del «Tous pa Tous» se pueden escuchar algunas de sus composiciones (números 17 al 20) recogidas en su publicación Veinte melodías asturianas para piano, editada por Víctor Saenz. Imprenta y litografía musical de C.G. Röder G.m.b.H., Lipsia.

Grabaciones sonoras:

17. Ni tú, ni tú, ni yo – Oviedo, diciembre de 1906.- Ded.: «A José María».
18. Has de saber – Oviedo, enero de 1907.- Ded.: «A José María»
19. ¡Que chaquetilla tan curra! – Oviedo, enero de 1907.- Ded.: «A José María»;
20. La camisa del majo – Oviedo, noviembre de 1906.- Ded.: «A su amigo Baldomero Fernández».



 

Fallece a los 96 años Juanjo Uráin, último director de la Banda de Música Municipal de Cangas en su primera etapa (1904-1968)

Cangas del Narcea. Procesión del Corpus Cristi, 17 de junio de 1958. Colección Juanjo Uráin Macazaga.

Juan José Uráin Macazaga había nacido en Deva, municipio y localidad costera de la provincia de Guipúzcoa, el 5 de enero de 1925. Su preparación musical la desarrolló primero bajo la tutela de su padre y con posterioridad en el Conservatorio de Música de San Sebastian, donde completó sus estudios de piano y órgano.

Ingresó en el Escalafón de Directores de Bandas de Música Civiles de segunda categoría en 1956, por oposición con el número 40 y en 1957 fue destinado a la villa de Cangas del Narcea como director de la Banda Municipal de Música. Fue entonces su primer destino y aquí se quedaría, entre nosotros, el resto de su vida (64 años).

Ejerció como director de la Banda hasta febrero de 1968, cuando al desaparecer ésta, quedó en situación de excedencia forzosa. La desaparición de la Banda de Música se debió principalmente a una ley gubernamental que obligaba a los Ayuntamientos a incluir en sus plantillas a los músicos que la integraban, con el sobrecoste que ello suponía para las arcas municipales, y que resultó imposible de asumir por el consistorio cangués de la época.

Cangas del Narcea. Inauguración de obras en el Hospital-Asilo San José, 18 de diciembre de 1961. Colección Juanjo Uráin Macazaga.

Cuando Juanjo Uráin llegó a Cangas, existía una Asociación o Congregación de las Hijas de María dirigida por Mari Paz Menéndez, que cantaba por el mes de mayo y en la novena de la Inmaculada Concepción. Mari Paz cedió el puesto de organista a Juanjo. Tras los cambios promovidos por el Concilio Vaticano II en la Iglesia Católica, esta Congregación desapareció.

Pero, si hay algo ligado a la llegada de Juanjo a Cangas del Narcea, es el nacimiento de la agrupación coral “El Orfeón” antecesora de la actual Coral Polifónica de Cangas. Por iniciativa de varios cangueses surgió la idea de crear este coro con el fin de dar realce a las fiestas más importantes del año: Semana Santa, El Carmen, La Magdalena y Navidad. La actividad de esta agrupación se prolongó durante toda la década de los años 60 para desaparecer antes del inicio de la década de los 70 por las causas típicas del fin de este tipo de grupos: envejecimiento de los componentes y falta de participación de los jóvenes.

Recientemente, apenas diez días después de celebrar la festividad de Santa Cecilia, universalmente reconocida como patrona de la música, el profesor Uráin nos dejaba para siempre. Descanse en paz.

Banda de música de Cangas del Narcea

Los primeros datos documentales conocidos de una agrupación musical o Sociedad Filarmónica en Cangas del Narcea datan de 1854. Estas agrupaciones estaban, más o menos, subvencionadas por el Ayuntamiento y llegaron a contar con más de treinta músicos.

Banda Municipal de Música (1904 – 1967)

Banda Municipal en el patio de las escuelas en la calle Mayor, director José Castro, 1908. Algunos componentes: Antón Arce, Arturo Pertierra, El Meca, Nicolás Reitán, Benito Castelao, Vicentillo, Pedro el Sacristán, Benigno Torgas, Rafael el Carralo, Pucheras, Jaime Graña.

En el año 1904, siendo alcalde José Pallarés, el Ayuntamiento de Cangas nombra por primera vez un profesor para dirigir la “Banda Municipal de Cangas”; el cargo fue ocupado por Bonifacio Pérez Ablanedo de manera interina. Se adquieren instrumentos, atriles, métodos de estudio, etc., se redacta un reglamento y ordenanzas, y se alquila un local para ensayar. Esta banda municipal dio su primer concierto público en 1906.

En febrero de 1907, estando al frente de la alcaldía Nicolás de Ron Flórez-Valdés, otorgan la plaza oficial de director a José de Castro, con un sueldo anual de 1.500 pesetas, quien desempeña este puesto hasta 1911.

De 1912 a 1919 la dirección corrió a cargo de distintos músicos: Benigno Díaz, Bonifacio Pérez y Lorenzo Menéndez; durante esta época la banda fue desapareciendo paulatinamente, actuando en alguna ocasión en que se reunían los músicos a tal fin.

La reorganización de la banda comienza en 1925, siendo alcalde Porfirio Ordás, nombrando para el cargo a Lorenzo Menéndez Alonso, insigne director cangués. Aquí comienza una de las épocas más gloriosas del Banda Municipal de Música de Cangas, que duró hasta 1947 (con el paréntesis de la Guerra Civil), año del fallecimiento de don Lorenzo. En esta etapa de nuestra agrupación, las actuaciones fueron numerosas en la misma villa de Cangas, en varios pueblos del concejo, en Allande, Tineo, Salas, Grado, Oviedo y en todos los actos oficiales que la requerían. Los componentes oscilaban entre veintiséis y treinta y un músicos.

Al fallecimiento de don Lorenzo tomó las riendas de la banda el músico Justo Uría, y después estuvo en manos de Luis Tornillo, hasta 1950.

A partir de este año el director fue Manuel Salinero Rueda, de Herencia (Ciudad Real). En este tiempo del señor Salinero, la banda tuvo una época brillante: ofreció su primer concierto en el Teatro Toreno para presentar al nuevo director, participó en el desfile del día de América en Oviedo, y realizó numerosas salidas dentro y fuera de la provincia. Este director cesó a finales de 1954.

En 1950, siendo alcalde José María López Morodo, se formó el “Patronato Protector de la Banda Municipal de Música” para ayudar a sanear y hacer frente a los gastos ocasionados por la compra de varios instrumentos, llegando a tener un gran número de socios.

En el parque de Cangas, delante de el quiosco, años 60, director Juan José Urain. Benjamín, Mariano, Vicente, Pepe Cotorro, Juan José Urain, Lulo, Jose Pablo, Julio, Juan la Bombera, Luli, Marcial, Raúl, Pepe Ríos, Pipo Rancaño, José M. Hidalgo, Ángel Gancedo, Chapinas.

En el año 1955, bajo el mandato en la alcaldía de Manuel Álvarez Cosmen, se nombra director a Juan Ors Asensi, de Alicante (casado con una canguesa), que fallece repentinamente el 24 de agosto del mismo año, dirigiendo la banda en la localidad de Caboalles de Abajo (León). A pesar de su corta estancia entre nosotros, fue una persona muy querida por todos los cangueses, y muy en especial por los músicos que tocaban con él.

En 1956 se hizo cargo de la dirección de la banda municipal Juan José Urain Macazaga, natural de Deba (Guipúzcoa), que había aprobado la oposición nacional al “Cuerpo de Directores de Bandas de Música” y éste era su primer destino. Estuvo al frente de la agrupación hasta 1967, fecha en que desapareció la Banda Municipal de Música debido, entre otras cosas, a una ley del gobierno que obligaba a los ayuntamientos a incluir en sus plantillas a los músicos que la integraban, con el sobregasto que ello suponía para las arcas municipales, que fue imposible de asumir. Por esta fecha era alcalde José Flórez Sierra.

Directores y músicos de la Banda Municipal de Música (1904 – 1967)

Directores:

Bonifacio Pérez Ablanedo, José Castro, Lorenzo Menéndez Alonso, Luis G. Tornillo, Manuel Salinero Rueda, Juan Ors Asensi y Juan José Urain Macazaga.

Músicos (con los nombres conocidos en Cangas):

Patio del Ayuntamiento, año 1952, director Manuel Salinero. Benjamín el Serrano, Layo, Vicente el Nenín, José Reguerón, Pepe el Sastre, Suso, Pepe Ríos, El Pinche, Caneo, Justo, Manuel Salinero, Lolo Gloria, Kiko, Cándido Fuertes, Noni Sipleta, Cándido Membiela, Neto, Quique Caneo, Tito, Pepín Ríos, Raúl Arbas y Manolín el Roxo.

Antón Arce, Arturo Pertierra, El Meca, Nicolás Reitán, Benigno Díaz López, Pedro el Sacristán, Benigno Torgas, Rafael el Carralo, Pucheras, Vicentillo, Jaime Graña, Benito Castelao, Ignacio Castelao, Cañita, Pepón del Aire, Santiago Pepenitos, Talo Marinero, Pepe Lola, Abilio el Ruxio, Quin de Colón, Pepe Natalio, Chano Caneo, Cándido Reitán, Pepe don Matías, Manolo Carolo, Jesús el Pinche, Felipe el Jopo, Justo Uría, Bolívar, Domingo Otero, Luis Queipo, Manolín de Santana, Pepe la Osa, Juacona, Catalín, Sandalio Gurdiel, Antonín de Zoila, Lili el Carralo, Pepín el Pesqueiro, Senén Uría, Joaquín Arias, Pepe Cureba, Benigno Ríos, Manuel Ríos, Talo, Rodrigo Juacona, Tano Juacona, Gil Juacona, Gerardo Tejón, Luis Tejón, Caneo, Ñan, Sotero, José Mª el Pinche, Noé Pachón, Sabino, César Generosa, Antón de Pepe el Madreñero, Lulo de Pepe el Madreñero, Pepe Ríos, Antón el Ruxo, Benjamín el Serrano, Pepe Corolo, Manín Pachón, Layo, Negrito, Pepe el Sastre, Agustín de Corias, Manolín Arbás, Raúl Arbás, Antonín de Siro, Felipe el Jopo (hijo), Vicente el Nenín, Kiko Juacona, Lolo Gloria, Cándido el Mesón, Neto, Suso Mourán, José Reguerón, Gión, Marino, Óscar de Mohina, Tito, Manolín Latas, Pepín Ríos, Manolín el Roxo, Chapinas, César Ceide, David Reitán, Falinge, Parreño, Juaco el Patalico, Carlista, Pepe Gancedo, Falo el Carralo, Luis Casielles, Noni Sipleta, Manolito Salinero, Pepín el Serrano, Manolín Parreto, Pepe Parreto, Raúl Queipo, Marcial Queipo, Ignacio Esquisabel, Lulo el Bicho, Benito Carolo, Pepe Garabata, Juan la Bombera, Julio Gancedo, Ángel Gancedo, José Pablo, Secundino Barela, Pepe Piluco, Mariano, José Manuel Hidalgo, Paquito Extremeño, Vicente Arbolente, Ángel Precioso, Pepe Rueda, Pipo Rancaño, Julio Queipo, Víctor Gión (hijo), Pepe Iglesias, Pepe Cotorro, Jamín Capador, Mauro Corolo y Luli Corolo.

Advertencia: Faltan los nombres de algunos componentes de la primera Banda Municipal de Música. Asimismo, ruego disculpas si he omitido algún otro nombre, no es mi intención, pero la falta de listados o documentación oficial antigua no da para más.

Álbum de fotos de la banda municipal de música (1904 – 1967)


Banda de Música de Cangas del Narcea; Asociación Canguesa de Amigos de la Música (ACAM)

Instrumentos adquiridos por la Asociación Canguesa Amigos de la Música (ACAM) el 19 de abril de 1989 por un importe de 5.178.825 pesetas sufragadas por la empresa ALSA

En 1987, veinte años después de la desaparición de la banda municipal, un grupo de cangueses encabezado por José Cosmen, Cándido Álvarez Membiela, Secundino Cosmen, Ángel Luis Álvarez, Manuel Cosmen, José Uría, David A. Membiela, Fernando Graña, José Pablo, Pepe Gayón y José Pérez “Serranín”, se reúne para intentar recuperar para Cangas la tan añorada y recordada Banda de Música, pues siempre habían quedado en el corazón las actuaciones en las plazoletas, las procesiones y, como no, los bailes en El Paseo durante el verano.

En ese encuentro, entre otros acuerdos, se designa a Cándido Álvarez Membiela como secretario para que empiece de inmediato con todo el papeleo, pues la parte económica, que era lo más difícil de solucionar, la resolvería el grupo ALSA. A finales de ese mismo año de 1987, estaba constituida legalmente la Asociación Canguesa Amigos de la Música (ACAM), con estatutos y reglamento aprobados por el Gobierno Civil. La primera Junta Directiva tuvo como presidente a Secundino Cosmen y como secretario a Cándido Álvarez Membiela.

Se contrata al profesor Manuel Sánchez Cantón para dar clases de solfeo y de algunos instrumentos a los más de 140 alumnos inscritos, que deseaban pertenecer o al menos intentar ser componente de esa nueva banda de música que ya empezaba a ver alguna luz después de muchos años.

El alto número de jóvenes matriculados sorprendió muy gratamente a la Junta Directiva, pues el esfuerzo y el empeño para la recuperación de la banda había tenido una respuesta agradable y desbordante.

Banda de música en el patio del ayuntamiento en 1990. Director Gonzalo Casielles.

A principios de 1989 se contrata como director a Gonzalo Casielles. Nos ofrece en su presentación, a modo de tarjeta navideña, un pequeño concierto, el 31 de diciembre de ese mismo año, en el patio del Ayuntamiento (o palacio del conde de Toreno), que nos llenó de una inmensa alegría a todos los allí presentes. Cuando Gonzalo Casielles acepta la propuesta de ACAM estaba ejerciendo como profesor de trompeta en el Conservatorio de Avilés. Estuvo al frente de la banda hasta 1996.

Juan Manuel Díaz “Lito”, catedrático del Conservatorio Superior de Música “Eduardo M. Torner” de Oviedo, fue el sustituto del Sr. Casielles. Se hizo cargo de la batuta de dirección desde 1997 hasta octubre de 2014. La llegada de “Lito” fue clave para la creación de la Escuela de Música de la Asociación, que lleva impartiendo clases de solfeo y de instrumento a varios cientos de jóvenes.

En octubre de 2014 continúa en la dirección de la banda Marcos Malnero, que cursó estudios en el Conservatorio de Música “Eduardo M. Torner” donde obtuvo los títulos de piano, trombón, solfeo y teoría; actualmente es profesor de trombón del Conservatorio de Avilés.

Desde la creación de esta nueva Banda de Música de Cangas del Narcea, esta formación ha realizado numerosas actuaciones, destacaremos las siguientes: los Festivales de Bandas del Principado de Asturias; desfile del Día de Asturias en Gijón; desfile del Día de América en Oviedo; concierto del Día de Asturias en los actos de La Morgal organizados por el Gobierno del Principado de Asturias; conciertos en Mieres, Avilés, Salas, Tineo, Belmonte, Pola de Allande, Pola de Siero, La Felguera, Benavente (Zamora) y La Pobla Larga (Valencia); conciertos de Música en la calle en Oviedo y Avilés; concierto en el Auditorio “Príncipe Felipe” de Oviedo; tres conciertos en L’Absie (Francia); concierto en el Parque del Retiro en Madrid; concierto de la grabación de un documental para el Canal Internacional del TVE; procesiones, desfiles y conciertos en el propio concejo de Cangas del Narcea, tanto en la calle como en el Teatro Toreno. El primer presidente de la asociación ACAM, Secundino Cosmen Adelaida, continuó ejerciendo dicho cargo hasta su fallecimiento en junio de 2000. En esa fecha, la Junta Directiva nombra presidente a José María Flórez de Uría, que estaba ejerciendo el cargo de vicepresidente, y permanecerá en la presidencia hasta marzo de 2004.

El 26 de marzo de 2004 es nombrado presidente Ángel Luis Álvarez López, que desde 1990 había desempeñado los cargos de secretario y vicepresidente de ACAM; continuó como presidente hasta octubre de 2014.

Desde esta fecha, la presidenta es Alicia Arias Fernández, que ejercía con anterioridad el cargo de vicepresidenta. La banda de música, siempre muy vinculada con la villa de Cangas y en especial durante los festejos del Carmen, está integrada por esforzados y buenos músicos. Consideramos importante rendirles un pequeño, pero muy merecido homenaje, citando los nombres de quienes durante más de cien años nos han hecho disfrutar con sus actuaciones.

Directores y músicos de la Banda de Música de Cangas del Narcea; ACAM (1989 – 2006)

Banda de música en el patio del ayuntamiento en 1993. Director Gonzalo Casielles.

Directores:

Gonzalo Casielles, Juan Manuel Díaz “Lito” y Marcos Malnero.

Músicos:

Marta Arbás, Caraduje, David Crespo, David Membiela, Mónica, Felipe, Jorge, Mª José, Chema, Melinda, Ana, Óscar, Belén, Luis Fernando, David Uría, Luis Pasamonte, Rubén Uría, Silvia, Marcelino, Alicia, Dani Uría, Olaya, Felipe Sierra, María Luiña, Rocío, Pepe La Espina, Laura, Aroa, Pablo, Alejandro, José Antonio, Luis, Abel Freire, Jaime, Iván Granados, Rosalía, Isaira, José Luis, Marta, Benito Sierra, Natalia, Adán, Merce, Gemma, Toni Freire, Akira, Ángeles, Juan Pedro, Mario, Eli, Elpidio, Andrés, Joaquín Cachón, Dani, Sara, Eva, Jesús, Emilia, Sandra, Roberto Cristo, Germán, Roberto Cuervo, Montse, Tit, Noelia Fernández, María Luisa, Isabel, Silvia García, Rosalía Uría, Jesús Roney, Raquel, Anabel, Antonio, Noelia, Alejandro, Beto, Tino, Julio, Tania, Aliva, Adrián, Villa, Verónica, Marcos, María Fernández, Diana, Jeny, Lorena, Pablo, Almudena, Diana Adralés, Abrahan, Dani Carceda, Julio Gancedo, Claudia, María, Regina, Mateo, Emilio, Lanchares, Nélida Magadán y sus hijas Nélida y Tania Menéndez.

Álbum de fotos de la banda municipal de música; ACAM (1989 – 2013)


Curiosidades

  • Existen familias que estuvieron abuelos, padres y cuatro hijos (familia Juacona); padre, tres hijos y un tío (familia Carolo); de padres e hijos varias (Reitán, Carolo); tres hermanos (Gancedo), tres hermanos y un hijo (familia Ríos).
  • Gonzalo Casielles es hijo del músico Luis Casielles.
  • Don Lorenzo Menéndez estuvo dos veces de director.
  • Manolito Salinero era hijo del director Manuel Salinero.
  • Músicos que ejercieron de director por ausencia o falta de él: Benigno Díaz López, Justo Uría, Nicolás Reitán y Domingo Otero.
  • El grupo de músicos que formaron la orquesta “Nopal”, todos ellos fueron componentes de la banda.
  • Los principales componentes del grupo “Los Son de Arriba”, también pertenecieron a nuestra banda.
  • Músicos de la Banda, como Belén, Roberto Cuervo, Pablo, Dani clarinete, son hoy profesores de Conservatorio o están en orquestas sinfónicas por Europa u ofreciendo conciertos de solistas.
  • El músico Julio Gancedo es el único que perteneció a la Banda Municipal y a la de ACAM.
  • Varios componentes de la actual banda llevan en ella desde su fundación: David Membiela, Alicia, Titi, Ana, Caraduje, Rubén, Marisa y Tino.
  • Destacar la labor de Cándido Álvarez Membiela, gracias a su empeño, esfuerzo, trabajo, pasión y ganas, hoy podemos disfrutar de nuestra banda.

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Don Lorenzo Menéndez, el hombre que hacía tocar las cañaveras

Don Lorenzo Menéndez Alonso, año 1935

En junio de 2015 el Tous pa Tous participó en la celebración de los 25 años del primer concierto de la Banda de Música de Cangas del Narcea de la Asociación Canguesa de Amigos de la Música, con una exposición en la sala que nuestra asociación tiene en la Casa de Cultura «Palacio de Omaña» y con la publicación en esta web de noticias históricas y fotografías de la banda de música desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad. En esta tarea han colaborado Angel Luis Álvarez, Elena Barrero, la presidenta de la Asociación Canguesa de Amigos de la Música, Alicia Arias y Sonia Álvarez.

Comenzábamos nuestro reconocimiento a la banda de música con un artículo de Juaco López Álvarez sobre don Lorenzo Menéndez (1892-1947), que fue director de la banda en 1913 y entre 1925 y 1947, en un periodo que fue, sin duda, uno de los más brillantes de esta agrupación. La biografía de este hombre, apasionado de la música y su enseñanza, es la historia de la música en Cangas del Narcea en la primera mitad del siglo XX.

Rodeados de música

Banda de Música Municipal de Cangas del Narcea bajo la dirección de don Lorenzo Menéndez, en Grao, agosto de 1924

«Frente a los actuales botellones más o menos improvisados en patios de colegios, parques o en nuestro querido Prao del Molín, encontramos un Casino en el que se sucedían bailes, veladas literario-musicales y alguna que otra función dramática. Quizás algunos os estéis preguntando qué tipo de Casino era el que existía en aquel Cangas de Tineo de las últimas décadas del siglo XIX.»

«Rodeados de música» es una reflexión sobre la presencia de la música en nuestras vidas, antes y ahora. Esta Lección magistral fue leída en el acto de Graduación de Bachillerato y Ciclos Formativos del Instituto de Educación Secundaria de Cangas del Narcea el 13 junio 2014.

¿Podríamos hoy imaginar nuestra vida sin la omnipresencia de la música, que nos rodea en casi cualquier ambiente o situación, sea en nuestros hogares, en restaurantes y cafeterías, en medios de transporte, en algunos centros de trabajo y hasta en el supermercado? ¿Podríamos concebir un programa de radio o televisión, una representación teatral, el cine, la publicidad o incluso un videojuego sin música? ¿Podríamos recordar, los que tenemos edad para ello, nuestro día a día de hace tan sólo un par de décadas sin el amplio abanico de artefactos que llevamos con nosotros a todas partes y que nos asaltan con famosas melodías, tonos y politonos a la primera de cambio?

Más difícil aún, ¿podríamos en la actualidad vivir sin la opción de escuchar en el momento y lugar en los que se nos antoje nuestra canción preferida, esa pieza clásica que llega a lo más hondo de nuestro espíritu o el último éxito del grupo o cantante de moda? Os invito a acompañarme en un salto atrás en el tiempo en el que trataré de evocar un contexto como el que acabo de proponer. Para ello, intentaré describir cuál era el papel de la música en la vida del Cangas de antaño, en concreto, del Cangas de las últimas décadas del siglo XIX y primeros años del XX.



 

Breve historia de la banda de música de Cangas del Narcea (1854-1936)

Banda Municipal de Música de Cangas del Narcea en el año 1908 bajo la dirección de Jesús Castro.

En el presente artículo, que espero sirva como humilde aportación a la extraordinaria labor que el Tous pa Tous viene desarrollando desde su refundación, pretendo explicar brevemente la historia  de la Banda de música de Cangas del Narcea hasta el año 1936. Parto para ello de un trabajo de investigación que hace años presenté en la Universidad de Oviedo. No debo comenzar mi exposición sin reiterar una vez más mi agradecimiento hacia el gran número de personas que molesté en el curso de mi trabajo entrevistándolas, o pidiéndoles cualquier tipo de información y documentación, como ejemplares de periódicos, fotografías, programas de fiestas o actuaciones, etc. Sin su desinteresada ayuda mi labor hubiera sido mucho más complicada y el resultado, sin duda, más pobre.

 

Antecedentes de la banda municipal de música: una Escuela Filarmónica y su orquesta (1854-1900)

En las últimas décadas del siglo XIX, encontramos en el entonces Cangas de Tineo diversas manifestaciones que nos permiten hablar de un ambiente cultural nada despreciable en nuestra villa, impulsado por las escasas familias acomodadas de la misma. Sabemos, gracias a la prensa local tanto coetánea como posterior a ese momento, de la existencia de un Ateneo que funcionó al menos entre los años 1874 y 1877, de un grupo de aficionados al teatro, varios casinos (como el Casino Recreativo), la Sociedad “La Juventud Católica”, un Círculo de Recreo, etc.

De las crónicas que El Occidente de Asturias realiza sobre la actividad de todas estas entidades, podemos deducir que la música era, con frecuencia, uno de sus más importantes ornamentos, presente en funciones teatrales, veladas culturales, bailes… De este modo, no resulta extraño que a todo ello se añada una Sociedad Filarmónica, cuya existencia se puede comprender aún mejor si la relacionamos con el desarrollo musical que toda Asturias experimentó en la segunda mitad del siglo XIX.

Efectivamente, durante dicho periodo encontramos en las fuentes pruebas de la existencia discontinua en Cangas de Tineo de un conjunto musical ligado a una «escuela»” o «sociedad» filarmónica. Los testimonios más antiguos que he podido encontrar corresponden a 1854: en los presupuestos aprobados por la corporación municipal para dicho año, se incluye una partida de 1500 reales «para el sostenimiento de la escuela filarmónica«[1] y con motivo del alumbramiento de la reina Isabel II, el 5 de enero de 1854, el Ayuntamiento decide celebrar, el 16 del mismo mes, una función religiosa solemne, para la cual acuerda:

«(…) que se reclame tambien por oficio á la comisión reglamentaria de la Escuela Filarmonica de esta villa, para que asista la musica á dicha funcion, y demas autos, que la precedan y subsigan, noticiandolo tambien al profesor ó maestro de dicha banda con el objeto de que presida la horquesta para que las tocatas salgan arregladas, (…)»[2]

El Occidente de Asturias, en el número correspondiente al 25 de septiembre de 1883, aporta valiosa información acerca de los avatares de esta agrupación. El periódico explica cómo hacia 1854 funcionaba (tan sólo por unos años) una orquesta de más de treinta músicos, dirigidos por «un tal Uría«. Su actividad se retomaría veinte años más tarde, para volver a interrumpirse enseguida, si bien «varios jóvenes» se reunían y tocaban alguna que otra vez.

Por lo que respecta a las dos últimas décadas del siglo XIX, tenemos constancia (gracias a las crónicas de prensa que recogen múltiples actuaciones) de que existió alguna orquesta, pero que careció de la continuidad deseable. Prueba de esta precariedad es el hecho de que en las actas municipales aparezcan reiteradas solicitudes de ayuda económica para «organizar» o «fundar» una sociedad filarmónica, a cambio de su asistencia en «funciones cívicas».

Del análisis de las muchas referencias que aparecen en la prensa sobre actuaciones musicales, puede deducirse cuáles eran, ya en estos momentos, las necesidades que cubría la banda de música: intervenía en los principales actos religiosos (Viernes Santo, Corpus Christi, peregrinaciones al santuario del Acebo), y, por supuesto, participaba en las celebraciones festivas de la villa. Pero la orquesta actuaba, además, en todo tipo de acontecimientos que despertaban a la localidad de su rutina y en actos de carácter muy diverso, como la organización de una rifa benéfica[3] o los actos que acompañaron a la colocación, en 1886, del primer poste de la línea telégrafos, que unía la villa canguesa con la de Grado[4], y a la noticia, unos años después, de que se había constituido la sociedad que iba a construir el ferrocarril hasta el concejo[5].

Una muestra representativa de las crónicas mencionadas es la siguiente:

«A las seis de la tarde del viernes salió de la Colegiata la procesion del santo entierro: á pesar de que el dia alumbraba aún, todas las casas de la plaza Mayor y calles de la Fuente, Búrgos, Mayor y Cárcel, aparecieron iluminadas con velas de cera: el alumbrado público tambien lucía sus destellos, que luchaban con la pálida luz del crepúsculo; y la banda de música heria nuestros oidos con los tristes acordes de sentimental marcha fúnebre[6]


[1] Libro de Acuerdos del Ayuntamiento de Cangas de Tineo, 1854.
[2] Acta de la sesión del 9 de enero de 1854.

[3] El Occidente de Asturias, nº 253, 23 de enero, y nº 254, 27 de enero de 1885.
[4] El Occidente de Asturias, número 405, 13 de Julio de 1886.
[5] Actas del Ayuntamiento, sesión del 4 de enero de 1898.

[6] El Occidente de Asturias, 27 de marzo de 1883.

 

La creación de la banda municipal: primeros pasos (desde los primeros años del siglo hasta 1920)

En 1904, el Ayuntamiento decide por fin “emprender la definitiva organización de la banda” según consta en el Acta de la Sesión del día 21 de agosto de 1904, en la cual se acuerda comenzar una «clase de música gratuita». En el mes de setiembre del mismo año, se nombra a D. Bonifacio Pérez Ablanedo como profesor de solfeo de la «Academia de música»[7]. La constitución de una banda municipal debe relacionarse con el crecimiento de la actividad musical que, según Emilio Casares, adquirió un desarrollo sin precedentes en el primer tercio del siglo XX. Uno de sus factores determinantes sería precisamente la proliferación de masas corales y de bandas, que permitiría la participación del pueblo llano en la música.[8]

Jesús Castro, director de la Banda Municipal de Música de Cangas del Narcea. hacia 1910.

Durante los años siguientes encontramos en las actas diversas referencias en las cuales la corporación manifiesta su satisfacción por el funcionamiento de la Banda municipal de música. Se aprueba su reglamento y se decide adquirir instrumentos, atriles, métodos de estudio, alquilar un local para ensayar, etc. El primer nombramiento oficial de Director de la Banda se acuerda en la sesión del 3 de febrero de 1907:

«Vistas las instancias presentadas por los aspirantes y los documentos que a las mismas se acompañan se acordó nombrar Director de la banda municipal de música a D. José Castro de Castro, vecino de Oviedo, con el sueldo anual de mil quinientas pesetas«.[9]

Sin embargo, a partir del año 1912, la plaza ya no estará ocupada por su titular. Entre 1912 y 1919, distintos músicos se pondrán al frente de la agrupación: don Benigno Díaz (como «subdirector»), don Bonifacio Pérez Ablanedo y don Lorenzo Menéndez Alonso. A esta inestabilidad que supone el continuo cambio de directores se añade el hecho de que, en esta segunda década del siglo, los gastos ocasionados por la agrupación son mucho menores que en los años anteriores y, en general, en las sesiones municipales, disminuye enormemente la presencia de cuestiones relacionadas con ella.

De la lectura de las Actas del Pleno del Ayuntamiento de Cangas del Narcea podemos deducir también que la banda se había disuelto en los primeros meses de 1914,[10] aunque es probable que los músicos se reunieran para actuar en ocasiones concretas, realizando en ellas las funciones de director don Bonifacio Pérez, último nombre que figura en las actas como responsable de la agrupación. Un ejemplo de ello puede ser su participación en las fiestas del Carmen de 1914, tal y como se anuncia en el programa publicado el 11 de julio en El Distrito cangués.

Parece que el paulatino abandono de la actividad por parte de la banda, que llevará a su completa desaparición en los últimos años de la década, se relaciona fácilmente con lo que estaba sucediendo en estos momentos en el resto de la provincia. Estos años, previos a la dictadura de Primo de Rivera, fueron momentos de crisis y de fuertes tensiones sociales. En el acta de la sesión del 26 de marzo de 1915, se califica la situación del concejo de «verdaderamente angustiosa». Las asociaciones culturales, instructivo-recreativas, musicales o deportivas atravesaban, en consonancia con todo ello, una grave crisis, que comenzaría a superarse en los años veinte.[11]


[7] Sesión del 11 de setiembre de 1904.
[8] CASARES RODICIO, E. «La música española hasta 1939, o la restauración musical» en Actas del congreso Internacional “España en la música de Occidente”, Madrid, 1987.
[9] Acta de la sesión del 3 de febrero de 1907.

[10] Acta de la sesión del 8 de junio de 1913. (pág. 77 del trabajo)
[11] URÍA GONZÁLEZ, J., «La crisis de la Restauración (1898-1931)», Historia de Asturias, tomo IV, Oviedo, 1990.

 

Reorganización de la banda de música: la etapa de Don Lorenzo (1925-1936)

Banda municipal de música de Cangas del Narcea, dirigida por Lorenzo Menéndez Alonso, hacia 1925

Es precisamente hacia 1925 cuando coinciden una serie de acontecimientos (tales como la aparición de la revista La Maniega, o la construcción del Teatro Toreno) que nos permiten hablar de un nuevo periodo de efervescencia cultural en la villa. Aunque aún se mantenían las formas de vida tradicionales y las diferencias entre clases sociales, esta actividad estaría orientada en este momento a un conjunto amplio de personas, a diferencia de lo que ocurría en el siglo anterior. Probablemente todo ello no hubiera sucedido sin una favorable coyuntura económica, como la que se produjo en los primeros años de la Dictadura de Primo de Rivera[12].

El segundo periodo de la historia de la banda municipal comienza en el año 1925, cuando el Ayuntamiento emprende la reorganización de la misma. Durante esta etapa su labor fue más continuada y estuvo, además, complementada por otras agrupaciones que el mismo director de la banda organizó. Todo ello se vería truncado por las turbulencias sociales que desembocarían en la guerra civil de 1936.

Corias: Banda Municipal de Música de Cangas del Narcea dirigida por Lorenzo Menéndez Alonso. 1928.

Así pues, en octubre de 1925 se hace cargo de la orquesta, con un sueldo de 1.500 pesetas, don Lorenzo Menéndez Alonso, quien ya había ocupado temporalmente el cargo de director en la década anterior. Entre la documentación que amablemente me prestó su hija, doña Mª Paz Menéndez, se halla la contabilidad de la banda de música correspondiente a los años 1926, 1930, 1931 y 1935. Gracias a ella, sabemos que la subvención municipal no era el único ingreso de la agrupación, sino que recibía otros beneficios a cambio de tocar en procesiones religiosas, en diversas fiestas, o en visitas a otros pueblos, aparte de ocasionales donaciones de particulares. En 1926 encontramos otra partida un tanto curiosa: se trata de 1.019 pesetas obtenidas mediante la rifa de un «xato».

En el mismo año, después de sufragar otros gastos, se repartieron entre los músicos 4.133 pesetas, según su categoría y, también, en este año, según el tiempo que cada uno había estado en la orquesta. Nueve músicos cobraron las gratificaciones más elevadas: 200 ó 225 pesetas, trece cobraron entre 100 y 200 y dos recibieron menos de cien pesetas. Estas cantidades eran sin duda bastante aceptables para la época.

Durante este periodo, el número de componentes de la agrupación fluctuaba entre veinticinco y veintiocho personas. Así, en 1931, la plantilla instrumental era la siguiente: tres bajos, dos trompas, dos trombones, tres fliscornos, dos cornetines, seis clarinetes, un requinto, un flautín, dos saxofones, tres bombardinos, una caja, unos platillos y un bombo.

La mayoría de estos instrumentos eran heredados de los de la Banda anterior, que habían sido reparados y valorados, en el inventario de bienes municipales realizado en 1923, en 3.500 pesetas. La formación inicial se iría completando con nuevos instrumentos, sufragados unas veces por el Ayuntamiento y otras por la propia banda, que reservaba una parte de los ingresos obtenidos con las actuaciones  para este fin.

A través de las crónicas de la prensa local, es fácil saber cuándo y con qué motivos la banda actuaba en la villa en los años veinte. Las tres funciones básicas señaladas anteriormente (actos religiosos, festejos y cualquier acontecimiento extraordinario acaecido en la población) siguen siendo cometidos de la agrupación en este periodo.

La banda de música participa en las fiestas que se celebran en la villa, asi como en pueblos de los alrededores y  villas cercanas[13]: festejos del Carmen y de La Magdalena, de san Cristóbal, de san Tirso y santa Isabel, «Día de la Raza», Primero de Mayo y aniversarios de la proclamación de la Segunda República en la villa; de san Antonio, y de la Virgen del Avellano en Pola de Allande; de san Pedro en Tineo; de Nuestra Señora y san Roque en Corias.

Banda municipal de música de Cangas del Narcea, dirigida por Lorenzo Menéndez Alonso, en Corias, hacia 1929

Un testimonio de estas actuaciones lo encontramos en La Maniega nº 21, del año 1929:

«Nuestra Banda de Música, que progresa de día en día, ha llamado la atención de los forasteros que nos visitaron por las fiestas del Carmen. Hemos oído decir a más de un forastero que, a pesar de ser unos niños la mayoría de los músicos, lo hacían bien y con una resistencia sin igual, ya que fueron muchos los días y muchas las horas de cada uno de ellos, en que nuestra banda alegró las fiestas y recreó nuestro oído. De paso, hemos de hacer constar que ha sido bien elegido el traje y gorra de los músicos. Nuestra enhorabuena al infatigable director de la banda, D. Lorenzo Menéndez”.[14]

Dentro aún de esta faceta de carácter lúdico (frente a las otras dos, en las que la banda serviría como elemento de realce de ceremonias o funciones públicas), y aparte de las actuaciones en los días festivos, tenemos constancia de que en estos años había actuaciones de la banda de carácter periódico, como eran los bailes semanales, que se realizaban los domingos durante todo el año, y también los jueves, durante el verano.

Por otro lado, la banda está presente en todos los acontecimientos que suceden en la villa, como puede ser la inauguración del cuartel de la Guardia Civil, o en los recibimientos ofrecidos a instituciones y autoridades que llegan a Cangas: Ateneo Obrero de Gijón, ministro de Gracia y Justicia, conde de Toreno, etc. Durante la República, la banda participa en la recepción al ministro de Fomento, que visita la villa el 9 de julio de 1931, y al de Justicia, en septiembre de 1932[15]. Incluso se desplaza a Oviedo, con la comitiva que allí se dirige con motivo de la visita de Primo de Rivera a Asturias y a Grado, con ocasión de una fiesta que aquella villa dedica a Cangas[16].

La visita a Asturias de Primo de Rivera es aprovechada por el Ayuntamiento para pedir (cito textualmente un fragmento del acta del Pleno del 13 de agosto de 1929) «el máximo apoyo para la obra del ferrocarril de esta villa a Pravia»[17], y a Oviedo acuden con tal propósito, según La Maniega, ciento ochenta personas, incluyendo los miembros de la Banda de música.[18]

El motivo de cada actuación de la banda determinaba, lógicamente, el repertorio que se interpretaba. En las ocasiones especiales (día del Carmen o de Santa Cecilia) se ofrecían  piezas de concierto, pero esto era excepcional, puesto que la gente de la villa reclamaba piezas apropiadas para bailar, tales como pasodobles, fox-trot, tangos, valses… Entre las obras de concierto que recuerdan los músicos, está «La Rapacina», una fantasía sobre motivos asturianos. Para cubrir el resto de sus funciones, la Banda también interpretaba marchas diversas. Aunque no hemos podido precisar con exactitud su fecha, se conservan todavía algunas particellas de obras de este tipo de compositores como Wagner, Luis Araque o Sousa.


[12] URÍA GONZÁLEZ, J., «La crisis de la Restauración. (1898-1931)», Historia de Asturias, vol. IV, Oviedo, 1990.
[13] La Maniega: nº9, agosto 1927,p. 6y ss.; nº 10,octubre de1927, p. 7; nº 15, agosto de 1927,pp.12-13; nº 16, octubre de 1928, p.25; nº 21, julio-agosto de 1929, pp. 8-10, y 20-21; nº 27, julio-agosto de  1930, p. 25; nº 28, setiembre-octubre de 1930, pp. 20, 22 y 23, nº 32,mayo-junio 1931, p. 25; nº 33, julio-agosto 1931, pp. 10-11, 22  y 23; nº 34, setiembre-octubre de 1930, p. 20; nº 36, enero-febrero de 1932, pp. 38 y 39; nº 37, marzo-abril de 1932, p. 16, nº 38, mayo-junio de 1932, p. 14; nº 39, julio-agosto de 1932, pp. 7-9 y 14.
[14] Nº 21, julio-agosto de 1929, p. 22.
[15] La Maniega: nº 9, agosto 1927,p. 24; nº 10,octubre de1927, p. 23; nº20, mayo-junio de 1929, p. 4; nº22, setiembre-octubre de 1929, p. 9; nº 33, julio-agosto 1931, p. 22; nº 39, julio-agosto de 1932, p. 16; nº 40, setiembre-octubre de 1932, p. 15.
[16] Actas de Plenos del Ayuntamiento, 2 de junio de 1934.

[17] Plenos del Ayuntamiento, 13 de agosto de 1929.
[18] La Maniega, nº22, setiembre-octubre 1929, p. 9.

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El Orfeón de Cangas de los años 60

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El Orfeón en el Teatro Toreno

La afición por la música coral en Cangas del Narcea no tuvo su primera manifestación en el nacimiento de la actual Coral Polifónica. Con anterioridad, otras agrupaciones, más o menos estables, canalizaron el gusto por el canto con actividades casi siempre ligadas a los actos litúrgicos de la iglesia parroquial.

Así, en La Maniega, Boletín del Tous pa Tous, se recoge en un número del verano de 1927 una actuación del Orfeón durante las fiestas del Carmen. El cronista anónimo, después de destacar su actuación, escribe lo siguiente:

“¿Y qué diríamos del Orfeón? Pues del Orfeón diríamos que su director, don Lorenzo Menéndez, nos presentó un conjunto agradable de voces que cantaron muy bien, teniendo que repetir algunas canciones, y que estaban muy monas las orfeonistas Pilar Castrillón, Carmina Tejón, Esperanza Tejón, Marina Queipo, Remedios Pertierra, Alicia Rodríguez Magadán, Adela Avello, Olvido Rodríguez, Matilde Collar, Victoria Rodríguez, Mercedes Fernández, Carmina Rodríguez, Lucía Rodríguez y Cristina Rodríguez.”

Ahora bien, de entre todas las agrupaciones musicales antecesoras a la actual Coral Polifónica de Cangas del Narcea destaca el Orfeón dirigido por don Juan José Uráin.

El nacimiento de esta agrupación coral está ligado a la llegada a Cangas del Narcea del mencionado don Juan José Uráin Macazaga, un vasco nacido el 5 de enero de 1925 en Deva (Guipúzcoa), que fue destinado a nuestra villa como director de la Banda de Música en 1957. Desde entonces reside entre nosotros.

Juan José Uráin había desarrollado su preparación musical primero bajo la tutela de su padre y con posterioridad en el Conservatorio de San Sebastián, donde completó sus estudios de piano y órgano. Ejerció como director de la Banda hasta febrero de 1968, cuando al desaparecer ésta quedó en situación de excedencia forzosa.

Al poco tiempo de llegar a nuestra villa y por iniciativa de varios cangueses surgió la idea de crear un Orfeón con el fin de dar realce a las fiestas más importantes del año: Semana Santa, el Carmen, la Magdalena y Navidad. Eran tiempos en los que la actividad minera estaba en pleno auge, abundaba el trabajo y el buen ambiente; fue una época de gratos recuerdos para los cangueses que la vivieron.

La vida del Orfeón se prolongó durante los años 60 y su desaparición tuvo lugar en torno a 1969. Las causas del fin de sus actividades fueron las habituales en este tipo de conjuntos: desmotivación, envejecimiento de los componentes, falta de participación de los jóvenes, etc.

El Orfeón estuvo siempre muy ligado a la iglesia parroquial, colaborando con ella desinteresadamente. El repertorio era básicamente de carácter popular y religioso: Misas de Perosi, de Pío X, etc.

El Orfeón nació como una agrupación exclusivamente masculina, ya que se enfocó como una actividad realizada por un grupo de amigos. Más adelante se decidió incorporar voces femeninas. Los ensayos tenían lugar entre las sillas de la iglesia, ya que por aquel entonces no disponía de bancos. En aquella época la silla de la iglesia había que pagarla. Los que tenían reclinatorio propio no echaban el perrón en el cepo, que llevaba un candado para preservar de tentaciones a los monaguillos, pero los demás feligreses debían hacerlo.

Con motivo de la celebración del Corpus, don Dositeo, párroco de Cangas en aquellos años, invitaba a todos los coristas a vermut y pasteles en la Confitería de Milagros, y en época de novenas, a pasteles y vino de misa en la propia sacristía de la iglesia.

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El Orfeón en el Club al principio de la década de los 60.

Un testimonio de cómo en Cangas se dieron siempre la mano música y gastronomía es la reseña periodística de Carlos Graña Valdés en un diario de la época (1960), que al hablar de la celebración de la festividad de Santa Cecilia concluye así: “Finalizaron los actos con una comida de hermandad en una fonda que tiene fama de presentar menús apetitosos y facturas moderadas”. Eran otros tiempos. Tiempos en los que abundaban las cenas en casa Juacona, en casa Benjamín de Corias o en el Club.

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Lorenzo Menéndez Alonso y su grupo musical en 1935

Recuerda don Juan José Uráin la afición que siempre hubo en Cangas por la música de banda y el canto. Destaca especialmente la labor realizada por don Lorenzo Menéndez, cangués, que fue durante muchos años motor del movimiento musical en nuestra localidad.

Cuando el señor Uráin llegó a Cangas existía una Asociación o Congregación de las Hijas de María dirigida por Mari Paz Menéndez, que cantaba por el mes de mayo y en la novena de la Inmaculada Concepción. Mari Paz Menéndez cedió el puesto de organista a Juan José Uráin. Tras los cambios habidos en la Iglesia Católica con motivo del Concilio Vaticano II desapareció la Congregación.

A continuación se formó un pequeño coro de niñas con el objeto de tener un grupo para atender las fiestas parroquiales, que poco después, a medida que las niñas crecieron, dejó de existir. Viendo la necesidad de poder contar con un coro para el realce de las fiestas religiosas se creó otro coro, éste sólo de mujeres, que cantó durante muchos años las novenas del Carmen, la Navidad y todos los entierros de la villa.

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Una biografía de Anselmo González del Valle (1852 – 1911)

[Texto leído por Fidela Uría Líbano en el Homenaje a Anselmo González del Valle, organizado por el Tous pa Tous y el Museo del Vino de Cangas, en el Teatro Toreno, de Cangas del Narcea, el 2 de diciembre de 2011, y en el que interpretó la pianista doña Purita de la Riva varias composiciones musicales del homenajeado, que se mencionan y analizan en este texto. González del Valle tuvo mucha relación con Cangas del Narcea y tiene una calle dedicada a él en la capital del concejo].

Esquela de Anselmo González del Valle publicada en la portada de -El Principado- de 16 de septiembre de 1911

Se celebra este año el centenario de la muerte de Anselmo González del Valle, acaecida el 15 de septiembre de 1911. Silvio Itálico, seudónimo del escritor Benito Álvarez- Buylla, decía en 1924 sobre la grandeza de esta figura como compositor, pianista y erudito que, seguramente, le harían más justicia las generaciones venideras. Tuve la ocasión de profundizar en la vida y en la música de González del Valle, mientras hacía mi tesis doctoral, y puedo afirmar que fue uno de los personajes que más contribuyó al desarrollo de Asturias en la etapa que va de la segunda mitad del XIX a los primeros años del XX; especialmente a nivel cultural, pero también en lo social y lo económico. Es pues casi de justicia este merecido homenaje.

Anselmo González del Valle y González Carvajal nace en la ciudad de La Habana el 26 de octubre de 1852. Su padre, Anselmo González del Valle y Fernández Roces, había emigrado de Oviedo a Cuba en 1840 y allí se establece como empresario, sobre todo a partir de su matrimonio con María Jesús González Carvajal, cuyo padre era propietario de varias empresas y fábricas de tabaco repartidas por toda Cuba.

Según nos relatan sus familiares, Anselmo comenzó los estudios de primaria en el Colegio de Belén de La Habana y, con seis o siete años, se inicia en el arte de la música con un tío materno, Manuel Francisco González Carvajal, al que familiarmente llamaban “tío Pancho”.

Siendo aún muy pequeño los padres de Anselmo se separan, y él y su hermano Emilio Martín quedan al cuidado del padre. Pocos años después los dos hermanos son enviados a vivir a Oviedo, permaneciendo el padre en La Habana al frente de sus numerosos negocios. Anselmo y Emilio Martín se instalan en una amplia casa en la calle Cimadevilla al cuidado de un sacerdote que ejerce como tutor.

En 1863 los dos hermanos comienzan sus estudios de bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza de Oviedo, donde el compositor se gradúa como Bachiller en Artes en 1869. En aquella época coincidieron en el Instituto de Oviedo con los escritores Leopoldo Alas (Clarín) y Armando Palacio Valdés. Tanto Clarín como Palacio Valdés relatan en sus obras como organizaron en la casa de los González del Valle una especie de ateneo cultural juvenil en el que hablaban de historia, literatura o arte, representaban obras teatrales, etc. Y parece que ya en su adolescencia González del Valle destacaba como pianista, tal como señala Palacio Valdés: “Por fin, uno de los dueños de la casa [se refiere a Anselmo] nos hacía oír en el piano algunas sonatas o trozos de ópera, pues ya entonces era un maravillosos pianista”.

Probablemente, al mismo tiempo que el bachillerato, Anselmo comienza sus estudios musicales con Víctor Sáenz. No puedo dejar de mencionar aquí la inmensa labor de don Víctor Sáenz en Asturias: fue organista de la Catedral de Oviedo, director de varias bandas de música, fundador de la Academia de Música San Salvador de Oviedo, autor de varias composiciones musicales y, sobre todo, gran maestro de varias generaciones de músicos y compositores asturianos.

Anselmo González del Valle se licencia en Derecho Civil y Canónico en 1872 por la Universidad de Oviedo; realiza el primer y último año en Oviedo y los cursos intermedios en Salamanca y Madrid. Parece que Anselmo estudió la carrera para satisfacer a su familia con un título universitario, ya que nunca ejerció la abogacía y, de cualquier forma, tampoco lo necesitaba porque contaba con una gran herencia familiar.

El escritor Constantino Suárez, en su obra Escritores y artistas asturianos, señala que “al mismo tiempo que su preparación universitaria, Anselmo González del Valle realizó estudios musicales con los mejores maestros de Oviedo y Madrid”. Por lo que se refiere a Madrid todo apunta a que la enseñanza que recibió fue de carácter privado; las referencias de su familia señalan que el compositor no hizo estudios oficiales de música, sino que fue una enseñanza libre. Incluso comenzó los estudios de Armonía y Composición en París, pero sin llegar a concluirlos. Probablemente fue el músico Charles Beck uno de los que más influyó en la formación pianística de Anselmo. Beck fue Primer Premio de Piano del Conservatorio de París y se estableció en Madrid desde finales del XIX como profesor de piano, destacando también su actividad como concertista.

En estos primeros años de juventud González del Valle realiza continuos viajes a diversas ciudades de Europa, especialmente a París. Además, empieza a comprar partituras publicadas por las grandes casas editoriales europeas, especialmente de música pianística. Él tocaba todo la música para piano que compraba, con lo cual va adquiriendo paulatinamente el dominio técnico e interpretativo del instrumento que caracterizará sus años de madurez. En sus viajes por ciudades como Madrid o Barcelona, pero también fuera del ámbito nacional (París, Berlín, Leipzig o Roma) Anselmo tocaba como amateur en conciertos de carácter privado. Autores como Antonio García Miñor señalan que “pudo ser en su época uno de los primeros pianistas de Europa, pero despreció los más fabulosos contratos para anclar definitivamente su vida a Oviedo”.

En 1874 el músico contrae matrimonio con María Dolores Sarandeses y Santamarina, que había sido compañera suya en las clases de música con Víctor Sáenz. A partir de entonces finalizan los viajes de Anselmo, y la actividad como concertista se centra en el pequeño círculo de su familia y amistades. Sin embargo, pasa a un primer plano la faceta de compositor.

Anselmo G. Del Valle editó algunas de sus obras en el extranjero, como es el caso de estas Cinco Mazurcas elegíacas, dedicadas -a la memoria de mis padres-, publicadas por Fr. Kistner y cuya cubierta fue realizada por la litografía de C. G. Roder, Leipzig

En 1879 González del Valle es nombrado académico correspondiente de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, cuya sección de música se había creado recientemente. Tenía por entonces 27 años y ya era una de las personas de más relieve en la región, tanto desde el punto de vista social como cultural. A lo largo de su vida González del Valle reúne una biblioteca musical de renombre en su época y que, aún hoy, puede ser considerada de gran valor. Llegó a poseer una colección de más de 20.000 partituras; una parte de esta biblioteca la conservan los nietos del compositor y la otra fue adquirida en 1947 por el Instituto Español de Musicología (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), de Barcelona. La colección cuenta con un amplio repertorio de obras de compositores, que va desde el Renacimiento hasta autores contemporáneos a González del Valle. También hay que mencionar la espléndida colección de cuadros que había heredado de su padre, gran aficionado a la pintura, y que el mismo Anselmo había ido aumentando.

González del Valle mantuvo relación con algunas de las personalidades más relevantes de la cultura española. Conoció a escritores, pintores y músicos como Francisco Asenjo Barbieri, Jesús de Monasterio, Tomás Bretón, Emilio Arrieta o Felipe Pedrell. Con Pedrell, que fue el padre del Nacionalismo musical español, tuvo Anselmo una estrecha relación, y le proporcionó varios temas tradicionales asturianos para su Cancionero Musical Popular Español (1922). Además, fue socio honorario de la Sociedad de Conciertos de Madrid.

Anselmo González del Valle fue uno de los principales promotores de la Escuela Provincial y Elemental de Música de Oviedo, origen del actual conservatorio. La apertura de la Escuela de Música tiene lugar en el año 1884, en el seno de la Academia Provincial de Bellas Artes de Oviedo. En un documento de la Academia leemos: “Un señor académico, artista de corazón y de pensamiento elevado [se refiere a González del Valle], tuvo la feliz idea de establecer bajo la dirección de esta Academia una clase de Música, ofreciéndose al mismo tiempo a costearla…”. Él presidirá la Escuela de Música de Oviedo hasta su muerte y, sin duda alguna, su influencia va a contribuir a crear un excelente clima musical.

Con el despegue de la industrialización van apareciendo en Asturias diversas compañías y sociedades promovidas fundamentalmente por la alta burguesía. González del Valle intervino en la creación en 1887 de la Compañía de Ferrocarriles Económicos de Asturias. También colaboró en el nacimiento de otras empresas como la Sociedad Industrial Santa Bárbara, la fábrica de cervezas El Águila Negra o la Unión Española de Explosivos. Paralelamente a la aparición de sociedades industriales se forman otras de tipo cultural y benéfico destinadas a paliar las necesidades de la nueva clase obrera. González del Valle era miembro de numerosas sociedades benéficas como la Sociedad Económica de Amigos del País, la Junta Provincial de Beneficencia Particular o la Sociedad Santa Bárbara, entre otras.

Un núcleo importantísimo en el desarrollo de la vida musical en Asturias en la segunda mitad del siglo XIX fue -como en tantas otras regiones españolas- el salón de las grandes casas burguesas. En su espléndida mansión de la calle Toreno de Oviedo, Anselmo González del Valle dedicó un enorme salón a la música, donde guardaba una valiosa colección de pianos y, como ya mencioné, una de las mejores bibliotecas musicales de aquella época. Pasaban a menudo por aquella casa los personajes más relevantes del mundo de la música de la región: Saturnino del Fresno, Baldomero Fernández, Víctor Sáenz, Benjamín Orbón, Eduardo Martínez Torner, etc. Pero también estuvieron allí, a su paso por la ciudad, intérpretes como la pianista zaragozana Pilar Bayona o el gran Arturo Rubinstein, que dio un concierto en el Teatro Campomor en 1916. Es posible, aunque no está suficientemente claro, que existiera cierta relación entre Anselmo y el compositor ruso Nikolái Rimsky-Korsakov; el Capricho español de Rimsky es prácticamente un capricho asturiano y algunas investigaciones sugieren que pudo ser González del Valle el qué, de alguna manera, proporcionó los temas asturianos a Rimsky-Korsakov. La leyenda llegó incluso a contar que el músico ruso se había alojado en la casa de González del Valle. Anselmo y su familia se mofaban de esta leyenda con una ironía típicamente asturiana: Tenían un sillón, colocado en un lugar especial de la mansión, y en el que nadie se podía sentar, ya que era el lugar donde Rimsky había descansado en una visita que hizo a Anselmo y estaba reservado para sus próximos viajes a Oviedo.

En 1901 muere, a los cincuenta años, la esposa de Anselmo, víctima de una larga enfermedad. Esto supone un duro golpe para el músico del que ya nunca se repone; queda entonces al cuidado de su numerosa familia, pues el matrimonio tenía trece hijos, algunos de los cuales eran muy pequeños al morir su madre.

El excelente clima musical que vivía a principios del siglo XX la región terminará por cristalizar con la creación de la Sociedad Filarmónica de Oviedo en 1907, a la que seguirán la de Gijón en 1908 y la de Avilés en 1918. González del Valle fue una figura fundamental en el origen de la Sociedad Filarmónica de Oviedo y figuró como Presidente de honor de la misma en sus primeros años.

Al fallecer su mujer la propia salud del compositor se ve afectada y, además, padecía una diabetes desde hacía bastantes años. Para buscar remedio a esta enfermedad acude todos los veranos a tomar las aguas al Balneario de Mondariz, en Pontevedra (Galicia), y realiza algunos viajes al extranjero para consultar a los mejores especialistas europeos. Pero, a pesar de lo precario de su salud, la muerte le coge por sorpresa; el 15 de septiembre de 1911 el músico sufre un repentino ataque al corazón, debilitado por la enfermedad crónica.

La producción musical de González del Valle es una de las más importantes, tanto en calidad como en número, de la segunda mitad del XIX en Asturias; se han catalogado unas setenta composiciones suyas. Además, prácticamente la totalidad de esta música fue publicada, casi siempre por destacadas editoriales europeas y españolas. Constituye un caso bastante peculiar como compositor, ya que toda su obra está escrita para piano, el instrumento que dominaba desde el punto de vista técnico y expresivo. Esta música se puede dividir en tres tipos: el primero con obras basadas en la música tradicional; el segundo formado por obras originales que reflejan la estética del Romanticismo tardío, y el tercer tipo son las composiciones inspiradas en piezas de otros autores.

En cuanto a las obras basadas en música española, compuso seis Rapsodias españolas para piano. El género rapsódico, que no se sujeta a ningún esquema formal, ofrecía al compositor una gran libertad para el tratamiento de los temas tradicionales. Una de las influencias que más pesa sobre estas obras son las Rapsodias del compositor Franz Liszt. Purita de la Riva interpretará la Rapsodia Española, op. 19 de González del Valle. En ella pueden diferenciarse tres secciones: 1ª. Dedicada al folklore musical asturiano; 2ª. Hay un predominio de la música andaluza, y 3ª. Dominada por temas de jotas aragonesas.

Hay un elemento unificador en la Rapsodia que es la aparición a lo largo de la misma del tema de la Marcha real. Los aspectos más destacados de esta obra son: la cita directa y con pocas transformaciones de los temas tradicionales y un virtuosismo pianístico que busca la brillantez y el lucimiento del intérprete.

Por lo que se refiere a las obras de González del Valle basadas en música asturiana Purita de la Riva va a interpretar: la Rapsodia asturiana sobre aires populares para piano, nº 2; las añadas Yes nidia y No llores, no de la obra Rapsodia asturiana para piano, op. 13, y los temas Paxarinos y No la puedo olvidar de la obra Veinte melodías asturianas para piano.

Rapsodia escrita por Anselmo G. del Valle, donde figuran diversos símbolos asturianos: Don Favila contra el oso, un carbayón (roble), la Cruz de la Victoria rematada por la corona real (escudo del Principado), y la catedral de Oviedo.

La Rapsodia asturiana sobre aires populares para piano, nº 2, op.27 fue compuesta alrededor de 1890. Está dedicada “a su amigo don Teodoro Cuesta, músico y poeta asturiano” y va precedida por dos de sus poemas: Asturias y La romería. La Rapsodia se abre con el tema de danza prima La virgen de Covadonga y luego se van desarrollando otras canciones tradicionales como No se va la paloma o Nadie plante su parra. La Rapsodia termina brillantemente, como queriendo imitar el final de una romería asturiana, con un popular y enérgico baile de gaita.

La canción tradicional No la puedo olvidar aparece en otros cancioneros de la época, pero estas versiones no se pueden equiparar al delicado tratamiento que hace González del Valle del tema. Creo que es una de sus mejores composiciones ya que, sin acudir al excesivo virtuosismo pianístico, consigue una gran calidad estética, por ello su carácter es más íntimo y también más personal que el de otras obras.

El tema Yes nidia es una añada y lleva el texto en la parte superior; en él se amenaza al niño con las xanas para que se duerma. El tratamiento que hace el compositor de este tema es de una sencillez exquisita. La melodía se trascribe sin modificaciones, para ser tocada piano y muy ligada, indicaciones muy adecuadas para esta canción de cuna. El acompañamiento de la melodía es sobrio, pero el compositor utiliza con maestría los recursos pianísticos para crear la atmósfera adecuada. El piano es puramente descriptivo, especialmente en las cascadas de arpegios que imitan el sonido del agua de los arroyos en los que viven las xanas.

Para concluir tengo que señalar que la obra de Anselmo González del Valle es equiparable en calidad (en algunos casos sin duda mejor) a la de otros compositores españoles de la segunda mitad del siglo XIX, como Apolinar Brull, Eduardo Ocón, Miguel Capllonch o Teobaldo Power. Como ocurre con estos autores su música representa un nacionalismo sin las aspiraciones más universales de la música de Falla, Albéniz o Granados, en los que el nacionalismo se afina y evoluciona al contacto con las corrientes musicales europeas. La música de González del Valle está determinada por la época en la que vivió, es decir, por el Romanticismo tardío y la búsqueda del virtuosismo instrumental. Pero el tratamiento que hace el compositor de la música asturiana imprime un carácter más personal a sus obras; ya que su acercamiento a la esencia melódica y rítmica de estos temas hace que el lenguaje musical resulte, en cierto modo, innovador y original.


Fidela Uría Líbano
Cangas del Narcea, 2 de diciembre de 2011