Don Jesús, el cura de Cangas
«Os dejo, pero no os olvido. Volveré.»
Llegó a Cangas del Narcea hace 40 años y aunque su idea inicial no era quedarse por mucho tiempo, el párroco de Cangas, Jesús Bayón (Moreda de Aller, 1938), se jubila con una concurrida misa en la Basílica de Santa María Magdalena de Cangas y una cena en la plaza de La Oliva rodeado de medio millar de parroquianos.
Durante todos estos años en Cangas del Narcea, celebró el 350 aniversario de la Colegiata de Santa María Magdalena, templo en el que también celebró hace tres años sus bodas de oro sacerdotales. Además recibió su condición de hijo adoptivo de Cangas, la medalla de oro de la Sociedad de Artesanos de Nuestra Señora del Carmen, y por supuesto, el cariño y respeto de todos los vecinos y feligreses.
Desde el lejano mes de junio de 1979 que llegó a Cangas, son millares los cangueses a los que don Jesús impartió la gracia de los sacramentos de la Iglesia Católica, y lamenta, tras el auge y declive de la minería en la comarca, haber pasado de 149 bautizos en su primer año a los 62 celebrados en este último.
Pero de todas sus vivencias entre nosotros hay dos fechas que retiene con gran satisfacción en su memoria:
La primera, por empezar por la más lejana, es el 16 de julio de 1979, su primera procesión del Carmen como párroco de Cangas y su primera Descarga como miembro de la Sociedad de Artesanos, «aquella en la que explotó la máquina». Aquel día don Jesús comprendió que su misión en estas tierras merecía la pena.
La otra fecha que recuerda con mucho agrado es el 27 de diciembre de 1992, día en que la hasta entonces Colegiata de Santa María Magdalena quedó consagrada Basílica por el papa Juan Pablo II, dignidad que hasta aquel momento sólo tenían otras tres en Asturias: la catedral de Oviedo, Covadonga y Santa María de Llanes.
En su despedida de jubilación, don Jesús nos invitó a todos los cangueses a mantener «la devoción a la Virgen del Carmen. Aunque muchos no la entiendan, es una expresión de amor y devoción que os acompaña hace siglos». Se va pero no nos olvida, ha dicho, como tampoco podrá olvidar tantos años de dedicación al santuario del Acebo comprobando la devoción que existe a la Virgen del Acebo cuya actual ermita, después del derribo de la antigua, se inauguró el 8 de septiembre de 1590 y donde seis años después, celebraría su primera misa el Padre Carballo, quien dejó crónica de muchos milagros en este santuario.
Merecido descanso el que le llega ahora a este cangués de adopción en la Casa Sacerdotal Diocesana de Oviedo, y al que sus vecinos cangueses dedicaron el siguiente vídeo de despedida. ¡Hasta pronto, don Jesús. Aquí está su casa!
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