Abandonados a su suerte (II)

En una entrada anterior, bajo el título de “Optimización de los servicios y gastos municipales”, escribí que las competencias de un Ayuntamiento están definidas legalmente.

Y la ley señala que en todos los municipios deberán prestarse obligatoriamente los servicios de:

  • alumbrado público;
  • cementerio;
  •  recogida de residuos;
  • limpieza viaria;
  • abastecimiento domiciliario de agua potable;
  • alcantarillado;
  • acceso a los núcleos de población; y
  • pavimentación de las vías públicas.

Pero, además, en aquellos con población entre 5.000 y 20.000 habitantes, también son obligatorios los servicios de:

  • parque público;
  • biblioteca pública; y
  • tratamiento de residuos.

Fuera de los anteriormente citados, el resto de los servicios municipales son de prestación voluntaria por parte de los Ayuntamientos, es decir, que no tienen ninguna obligación de hacerlo.

En el caso de Cangas del Narcea, además de los servicios de prestación obligatoria, se ofrecen también, citados por orden alfabético, los siguientes:

  • Casa de Cultura;
  • Escuela de Educación Infantil “Los Gigantinos”;
  • Escuela de Música;
  • Museo del Vino;
  • Oficina de Turismo;
  • Polideportivo;
  • Piscina Climatizada;
  • Recinto Ferial de La Himera; y
  • Servicios Sociales.

Todo ello atendido por una legión de empleados municipales y con un coste económico muy importante.

Pero es más, aparte de todos los servicios anteriormente citados, en el Ayuntamiento de Cangas también hay lo que podríamos denominar cariñosamente como “satélites” municipales, y que también cito por estricto orden alfabético, como son:

  • Agencia de Desarrollo Local;
  • Agencia de Igualdad;
  • Centro Asesor de la Mujer;
  • Centro de Dinamización Tecnológica;
  • Centro de Empresas;
  • Oficina de Información Juvenil;
  • Plan de Drogas;
  • Programa Rompiendo Distancias; y
  • Servicio de Normalización Lingüística.

Todo ello atendido igualmente por otro numeroso elenco de empleados municipales y con un coste económico considerable.

Como verá el lector, en el Ayuntamiento de Cangas no falta de nada, pero la cruda realidad es otra.

Hace unos días, en la entrada titulada “Abandonados a su suerte”, denuncié el lamentable estado de pavimentación de la carretera municipal que une los pueblos de Trones y Fuentes de las Montañas, hasta el punto de que, en menos de un año, ya es la segunda vez que los vecinos de los nucleos rurales que se comunican a través de esta vía pública han tenido que ponerse manos a la obra ante la desidia y el abandono del Ayuntamiento.

Esta situación no solo se da en las zonas de La Barguera y Las Montañas sino que se reproduce a lo largo y ancho de todo el concejo: las carreteras municipales están intransitables.

Pero eso quizá sea solo la punta del iceberg de la bancarrota local. Este mes, sin ir más lejos, los empleados municipales han cobrado sus nóminas bien entrado el mismo, por lo que la situación económico-financiera del Ayuntamiento debe de ser mucho más que alarmante.

No hay dinero para todo y no es de extrañar dada la desmesurada carta de servicios municipales voluntarios procedentes de aquella época de las “vacas gordas” que ya no volverá jamás.

Hace falta priorizar servicios y, por supuesto, garantizar los de obligada prestación en detrimento de los asumidos de forma voluntaria.

Pero el alcalde-abogado se ha desentendido por completo de las obligaciones legales del Ayuntamiento, como es la de pavimentar las carreteras muncipales, para refugiarse en concursos, certámenes y festivales de todo tipo en los que ejercer el postureo, que es lo suyo.

En fin, la versión masculina de toda una “majorette” de la política.

Y, mientras tanto, el Concejo se muere a la vista, ciencia y paciencia del alcalde-abogado y tres concejales, a todos los cuales los cangueses les pagamos un sueldo anual de 36.500 euros por barba, más seguros sociales.

¡¡¡ Ay de mi güey !!!

Los delitos de la clase política: el cohecho

Junto con la prevaricación y la malversación, a las que me referí aquí en entradas anteriores, el cohecho es otro de los delitos que pueden cometer los políticos en el ejercicio de sus cargos cuando trabajan para la Administración como concejales, alcaldes, directores generales, consejeros, secretarios de Estado, ministros, etc., etc.

El cohecho consiste en solicitar, aceptar u ofrecer regalos, retribuciones o favores (dádivas) a cambio de un acto relacionado con el ejercicio de la función pública.

Nuestro Código Penal contempla distintas modalidades que se pueden sistematizar de la siguiente forma:

  • cohecho pasivo, referido a la conducta de la autoridad o funcionario que, para sí o para un tercero, solicita o acepta la dádiva, por sí mismo o a través de tercera persona. Dentro de este delito, a su vez, cabe distinguir entre:
    • cohecho propio, cometido cuando la autoridad o funcionario público, obtenga un beneficio económico para sí o para un tercero comprometiéndose a realizar una acción contraria a sus deberes, omitiendo sus deberes en beneficio de un particular, o realiza una acción propia de su cargo, siendo la actuación del autor contraria a Derecho; y
    • cohecho impropio, cuando la autoridad o funcionario público en su propio beneficio o en el de un tercero, solicita dádivas, regalos o admite ofrecimiento o promesa para realizar un acto propio de su cargo, o admite dádivas o regalos para la consecución de un acto no prohibido y que no deba ser retribuido y, por tanto, la actuación del autor es adecuada a Derecho.
  • y cohecho activo, que castiga la conducta del particular que ofrece o entrega la dádiva.

A los efectos penales el concepto de funcionario público es muy amplio, pues comprende a todo aquél que, por disposición inmediata de la Ley o por elección o por nombramiento de autoridad competente, participe en el ejercicio de funciones públicas.

Estos delitos están castigados, entre otras, con penas de prisión que van desde los seis meses a los seis años.

Ahora bien, téngase en cuenta que quedará exento de pena por el delito de cohecho el particular que, habiendo accedido ocasionalmente a la solicitud de dádiva u otra retribución realizada por autoridad o funcionario público, denunciare el hecho a la autoridad que tenga el deber de proceder a su averiguación antes de la apertura del procedimiento, siempre que no haya transcurrido más de dos meses desde la fecha de los hechos.

¡¡¡ Ay de mi güey !!!

La Administración del siglo XXI

Hace unos meses, intervine como abogado en un expediente administrativo cuyo objeto es el deslinde total de un monte de utilidad pública sito en el concejo de Cangas del Narcea y perteneciente a la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias.

Los diferentes escritos de alegaciones, aportación de documentos, etc., tuve que enviarlos telemáticamente a la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial como es legalmente preceptivo.

Hoy, finalizadas las operaciones de apeo, la citada Consejería me comunica que se abre vista del expediente pero no me remiten copia de aquellas sino que me emplazan para poder examinarlas, previa cita y en el plazo de veinte días hábiles, en las oficinas del Servicio de Montes de dicho Organismo sitas en Oviedo.

Ni siquiera remiten copia del expediente a la oficina que la propia Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial tiene abierta en la localidad de Cangas del Narcea ni tampoco a su Ayuntamiento.

No, en pleno siglo XXI y con los medios informáticos con los que se cuenta, el ciudadano tiene que desplazarse a Oviedo si quiere consultar el expediente.

Vivir para ver.

¡¡¡ Ay de mi güey !!!

Abandonados a su suerte

Según el Catálogo de Carreteras del Principado de Asturias, la que va de la villa de Cangas del Narcea al núcleo rural de Trones es la denominada CN-3 y forma parte, según esta relación oficial, de la red local de segundo orden.

Pero a partir de Trones, y hasta finalizar en el pueblo de Fuentes de las Montañas, los 18 kilómetros de carretera son de titularidad municipal, siendo obligación legal de todos los Ayuntamientos la pavimentación de sus vías públicas.

Hace unos meses, en una entrada titulada “La sextaferia ha vuelto”, escribí aquí sobre esa institución del Derecho Consuetudinario Asturiano con el fin de denunciar lo que estaba ocurriendo con la citada carretera municipal de Trones a Fuentes de las Montañas ante la absoluta desidia y abandono por parte del Ayuntamiento de Cangas, “gobernado” desde hace años por la coalición PSOE-IU.

Me refería yo entonces a los vecinos de los pueblos de Sanabuega, Posada, Cerecedo, San Romano e Irrondo (de Besullo), San Pedro, Las Avelleras, Las Defradas, San Félix y Fuentes (de las Montañas), todos ellos comunicados por dicha carretera municipal, por estar reparando la misma personalmente y a su costa ante su lamentable estado de conservación y la absoluta desidia de los regidores locales.

Como todos sabemos, el Principado de Asturias se ha desentendido por completo de la red regional de carreteras del suroccidente y el Ayuntamiento de Cangas, con el alcalde-abogado a la cabeza y sus imprescindibles adláteres gracias a los que ostenta el cargo, está demostrando día a día su absoluta indiferencia por las carreteras municipales.

Tal es así, que los vecinos de los pueblos anteriormente citados, los que popularmente conocemos como de La Barguera y Las Montañas, se han tenido que volver ahora a ponerse manos a la obra para bachear la carretera en cuestión, aportando cada uno de ellos la cantidad de 150 euros para compra de material y repartiéndose en cuadrillas que desde el pasado sábado 23 de julio trabajan diariamente, mañana y tarde, sin que desde el Ayuntamiento se hayan dignado a hacer manifestación alguna al respecto.

Los dicho: el alcalde-abogado y su equipo de gobierno nos han abandonado a nuestra suerte.

Así las cosas, creo que los vecinos de este concejo deberíamos de “asaltar” cuanto antes el Ayuntamiento cangués a la manera en que, a finales del siglo XIX, lo hicieron los habitantes de Sierra cuando expulsaron del mismo a la Corporación en protesta por la subida de los impuestos municipales.[1]

¡¡¡ Ay de mi güey !!!


[1] https://www.deaceboyjara.com/2021/01/30/de-cuando-los-serranos-asaltaron-el-ayuntamiento-cangues/

Los delitos de la clase política: la malversación

En una entrada anterior, titulada “Los delitos de la clase política: la prevaricación administrativa”, me comprometí a escribir aquí sobre los delitos que pueden cometer los políticos en el ejercicio de sus cargos y, en consecuencia, sobre los delitos en que aquellos pueden incurrir cuando trabajan para la Administración como concejales, alcaldes, directores generales, consejeros, secretarios de Estado, ministros, etc., etc.

El tema es de rabiosa actualidad tras la Sentencia del Tribunal Supremo sobre el “Caso ERE” de la Administración socialista andaluza: la mayor condena por corrupción de la democracia.

Un fraude de dinero público de casi 680 millones de euros o, para los que todavía pensamos en la antigua moneda, de mas de 113 mil millones de pesetas, que se dice pronto.

En aquella entrada me referí a la prevaricación, que es el delito que cometen las autoridades y funcionarios públicos cuando dictan resoluciones arbitrarias a sabiendas de su injusticia, pero hoy voy a escribir sobre la malversación, que es el delito cometido por las autoridades o funcionarios públicos consistente en la administración desleal o la apropiación indebida del patrimonio público, a imagen y semejanza de la administración desleal y la apropiación indebida del patrimonio privado.

A diferencia del delito de prevaricación, que no está castigado con penas de privación de libertad, el de malversación contempla penas que van desde 1 hasta 12 años de prisión.

El Código Penal distingue diversas modalidades de malversación partiendo de una doble clasificación: 

  • malversación propia, cuando recae sobre patrimonio público cometida por funcionario público; y 
  • malversación impropia, cuando el sujeto activo no tiene aquella cualificación personal o no se trata de patrimonio público.

Como ya escribí anteriormente, la malversación puede ser:

  • por administración desleal, que castiga a los que teniendo facultades para administrar un patrimonio ajeno las infrinjan excediéndose en el ejercicio de estas y, de esa manera, causen un perjuicio al patrimonio administrado; o
  • por apropiación indebida, que castiga la tradicional conducta de sustracción de los fondos y/o patrimonio administrados.

El delito de malversación presenta dos modalidades agravadas, castigadas con mayores penas,  cuando

  • se hubiera causado un grave daño o entorpecimiento al servicio público o el valor del perjuicio causado o de los bienes o efectos apropiados excediese de 50.000 euros;
  • el valor del perjuicio causado o de los bienes o efectos apropiados excediese de 250.000 euros.

Pero también contempla un tipo atenuado, castigado con menores penas, cuando el perjuicio causado o el valor de los bienes o valores apropiados sea inferior a 4.000 euros.

Ahora ya podrá el amable lector comprender mejor la referida Sentencia del Alto Tribunal en la que se condena por los delitos de prevaricación y de malversación.

No obstante, el delito de malversación fué modificado en la reforma del Código Penal llevada a cabo por la Ley Orgánica 1/2015, por lo que en el “Caso ERE” el Tribunal Supremo ha aplicado la regulación anterior dado que los hechos enjuiciados se cometieron antes de dicha reforma legislativa.

¡¡¡ Ay de mi güey !!!

En las fiestas del Carmen [1934], Cangas debe honrar la memoria de don Mario Gómez

Mario Gómez (dcha.) y José Bueno Cosmen, fotógrafo aficionado, retratados hacia 1928 en alguna carretera del concejo de Cangas del Narcea. Los dos eran grandes conocedores y amantes de nuestro concejo.

Región fue un periódico editado en la ciudad de Oviedo cuya primera edición vio la luz el día 24 de julio de 1923​ y su último ejemplar apareció el 30 de noviembre de 1983. En su número 3.368 de 19 de mayo de 1934, en un editorial periodístico bajo el título de ASTURIANOS BENEMÉRITOS, se reivindicaba, dos años después de su fallecimiento, que Cangas del Narcea debía honrar la memoria de Mario Gómez en las fiestas del Carmen.

Reproducimos a continuación este editorial y aprovechamos para recordar que durante estas fiestas del Carmen y durante el resto del verano se puede visitar en la Casa de Cultura «Palacio de Omaña» la exposición que sobré él hemos preparado desde el «Tous pa Tous» para honrar su memoria en el año que conmemoramos el 150º Aniversario de su nacimiento.


 

ASTURIANOS BENEMÉRITOS

En las fiestas del Carmen, Cangas debe honrar la memoria de don Mario Gómez

Sabemos que en Cangas del Narcea actúa una Comisión que se propone perpetuar la memoria de tan recordado benefactor, haciendo que en la casa donde nació don Mario Gómez, ilustre hijo adoptivo de Oviedo, se coloque una placa que recuerde el testimonio de agradecimientos de todo buen asturiano.

Tratándose de don Mario Gómez, la iniciativa ha de encontrar apoyo en toda Asturias y, desde luego, en unas y otras clases sociales, especialmente en los humildes, ya que su vida fue un continuo sacrificio ofrendado sin intermitencias ni desmayos en beneficio de los trabajadores. El amor a su “tierrina” ha sido constante guía de sus actos, y así, donde quiera que sus actividades le llevaban a residir, dejaba siempre huella fructífera de su paso.

De su estancia en Trubia quedó un Sanatorio para tuberculosos, allí, donde la terrible enfermedad causaba tantos estragos entre el elemento obrero, y la gratitud de los trubiecos ha persistido tan arraigada que, varios años después, pidieron y obtuvieron del Excelentísimo Ayuntamiento de Oviedo el título de hijo adoptivo y predilecto para don Mario Gómez.

Nadie más enemigo que él de todas las vanidades, pero este honor impresionó hondamente su corazón, que encontraba excesivo pago para su laboriosidad saber que a través de los años subsistiría el recuerdo de la misma en cuantos admiraban el fruto de su esfuerzo.

Las obras literarias publicadas por don Mario Gómez denotaban un espíritu cultivado y observador, abrasado en los grandes amores de su patria y de su rincón natal. Con las dotes de escritor que le adornaban, si sus producciones se hubieran expandido fuera del recinto local, utilizando ambientes y panoramas universales, o cuando menos nacionales, su nombre hubiera repercutido más allá de la región con la misma preponderancia que dentro de ella. Pero él sacrificaba todos los honores, todos los gustos y todas las aspiraciones a su región, y especialmente a Cangas. Y sus obras estaban siempre localizadas a orillas del Narcea, cuyos paisajes dibujó de mano maestra, penetrando en los caracteres de sus conterráneos con la visión clara y certera de su gran conocimiento de la vida.

En todo momento, desoyendo muchos ofrecimientos, renunció a cargos políticos o de otra índole en que pudiera conquistar la incondicionalidad de muchos; pero también la enemiga de los que creyeran estar frente a él. Y toda su labor fue siempre para obras en las que todos sus paisanos resultaran igualmente beneficiados, persiguiendo incansable sus dos grandes ideales: el mejoramiento de los humildes y la prosperidad de su pueblo. Por eso, todos, sin excepción, agradecieron su fecunda obra y guardan un recuerdo imborrable de su férrea voluntad.

Nos congratula, como a todos, que se ocupen en Cangas de perpetuar su memoria, y quisiéramos hacer un llamamiento a la Comisión para que aprovechara las próximas fiestas del Carmen −tan típicas y tan brillantes siempre− para llevar a cabo las ceremonias de descubrimiento de lápida y demás actos anejos a esta clase de homenajes. Así esperamos que suceda y cuenten los cangueses con que tendrán siempre nuestro apoyo para cuanto signifique gratitud para aquel hombre tan bondadoso y activo, a cuya iniciativa se debió, asimismo, que en Cangas fuese honrada la memoria de otros hijos beneméritos, ya que otra de sus innumerables virtudes era enaltecer las obras de los demás y hacer que por todos fuesen enaltecidas, sin parar mientras en la suya, que consideraba siempre escasa, por lo mismo que siendo ingente , resultaba inferior a sus ciclópeos anhelos altruistas.

 


Pincha el siguiente enlace para visualizar algunas Diapositivas de la Exposición sobre Mario Gómez.


1894, año de inicio de la costumbre de plantar el «arbolón» en Cangas del Narcea

Fragmento de la charla que el autor dio en el Teatro Toreno el 19 de noviembre de 2002 en los actos de celebración del primer centenario de la Sociedad de Artesanos de Cangas del Narcea.

Arbolón plantado ante la capilla del Carmen en Ambasaguas, junio de 2022. Foto: José Ramón Puerto Álvarez

Si la devoción a los santos y las vírgenes cambia y no es inmutable a lo largo de tiempo, a las fiestas, que se celebran en su honor, les sucede algo parecido. Las fiestas están formadas por unos elementos que tienen un significado y una función determinados: procesiones, misas, comidas, actividades rituales, vestidos, juegos, bailes, música, hogueras, iluminaciones y fuegos artificiales. Todos estos actos tienen su significado y a través de ellos se retrata la sociedad. Algunos de estos elementos cambian fácilmente otros se resisten mucho más. Los elementos que  pierden sentido o funcionalidad desaparecen. Por ejemplo, en las fiestas del Carmen el baile ha cambiado en los últimos cien años del modo siguiente. En el último tercio del siglo XIX, había dos bailes: uno para la gente de los pueblos y los artesanos que se hacía delante de la capilla del Carmen, alrededor de una hoguera y con música de gaita y tambor, y otro baile en el casino para los burgueses y aristócratas; el siglo XX, trae la verbena con bandas de música y más tarde orquestas; las verbenas se extienden por toda la villa: los Nogales, la Vega, la calle Mayor, el Paseo, y en ellas bailan los padres y los hijos; pero a fines del siglo XX las verbenas van perdiendo interés para los mas jóvenes, que se refugian en las salas de fiestas y las discotecas, y ahora la fiesta se celebra en el centro de la villa delante de los bares y con música grabada.

Aparecen también en las fiestas elementos y ritos nuevos que en poco tiempo se consideran «de toda la vida» y a los que se les aplica el adjetivo de tradicionales. Por eso, en antropología se utiliza mucho el concepto de «tradición inventada» o «el invento de la tradición», y es que esta es una constante en todos los pueblos. Sin embargo, aunque se olvide, todos los actos que se incorporan a la fiesta tienen su primer día, el asunto es poder conocer cuando sucedió y por qué, y eso en muchos casos solo puede saberse a través de documentos escritos y noticias de periódicos, porque la memoria de los humanos es limitada y caprichosa.

Porteando el Arbolón, junio de 2022. Foto: José Ramón Puerto Álvarez

Por ejemplo, el arbolón que se coloca la noche de San Pedro delante de la capilla del Carmen en Ambasaguas. La costumbre de cortar un árbol y colocarlo delante de las iglesias o en plazas en muy frecuente en Castilla y otras regiones españolas y europeas. Son los conocidos mayos, que se plantaban en los meses de mayo o junio y en origen eran un rito con un claro significado agrícola relacionado con la fertilidad de la tierra y la vida. En Asturias, ritos como este sólo son frecuentes en varios concejos del oriente, sobre todo en Llanes, donde se denomina a este árbol joguera; hoy, se corta y planta un alto eucalipto, pero antiguamente este árbol era un humero o aliso. Pero no solo cambió la especie del árbol, sino también el sentido del rito, porque en la actualidad no tiene nada que ver con aquel viejo sentido agrícola y se ha convertido en un rito social que identifica a los pueblos y a los bandos de Llanes.

En el resto de Asturias, sin embargo, esta costumbre no se practica y todos los rituales relacionados con ella se llevan a cabo en la noche de San Juan. En los concejos del suroeste de Asturias ningún pueblo corta y planta un árbol como nuestro arbolón o las jogueras de Llanes. Y no olvidemos que el concejo de Cangas del Narcea y los de los alrededores son algunos de los más visitados desde fines del siglo XIX por  folcloristas y lingüistas por la pervivencia de costumbres antiguas. En definitiva, la costumbre del arbolón es un hecho aislado cuyo origen  ha extrañado a los investigadores que han escrito sobre él. La respuesta a su existencia y al comienzo de esta costumbre puede estar en la noticia siguiente, que he tenido la suerte de encontrar en el periódico local El Eco del Occidente, del 26 de junio de 1894, que tiene que ver además con la Virgen del Carmen, que es en definitiva la que nos reúne hoy aquí. Se titula «Costumbre en desuso», y en ella su autor anónimo se lamenta de la desaparición de la tradición de enramar las fuentes por San Juan y se congratula por la «cosa nueva» de plantar «un gigantesco y esbelto humeiro», con un magnífico ramo de flores en su centro, delante de la capilla del Carmen en Ambasaguas. La noticia dice lo siguiente:

«Antiguamente, durante la noche de la verbena de San Juan, solían los enamorados vecinos de esta población colocar en el exterior de los balcones de las habitaciones de sus amadas lindos y bonitos ramos de flores […] Hoy, desafortunadamente, va desapareciendo de entre nosotros costumbre tan antigua, tan popular, tan tradicional y tan española. […] podemos asegurar que tan hermosa tradición ha caído, como otras muchas, en desuso en esta villa; y tanto, que en el presente año no hemos visto ni oído hablar siquiera de la colocación de un solo ramo de la significación de aquellos a los cuales venimos refiriéndonos.

Sin embargo, una cosa nueva hemos presenciado con verdadera alegría. Fue el haber visto junto a la puerta principal de la Iglesia de Ambasaguas, arrabal de esta población, un gigantesco y esbelto humeiro; que ostentaba, majestuoso, en su centro, un magnífico ramo de muy lindas y variadas flores. Unos cuantos jóvenes devotos de Nuestra Señora del Carmen, existente en dicha iglesia, lo habían trasladado allí, dedicándolo a la Virgen, quien no dudamos lo habrá recibido y aceptado con singular complacencia.

Aplaudimos sinceramente la feliz idea de los jóvenes que pusieron el indicado ramo, por haber demostrado con dicho acto que sus corazones aman de verás a María. Y hacemos fervientes votos porque la costumbre tradicional de que nos ocupamos vuelva a guardarse entre nosotros. Que es muy grato para los pueblos el conservar las costumbres tradicionales cuando estas son buenas.»

En definitiva, desaparecen unas costumbres y aparecen otras que las sustituyen. Esa es la historia de la tradición y de la humanidad.


Juaco López Álvarez
Cangas del Narcea, 19 de noviembre de 2002