El primer automóvil que llegó a Cangas del Narcea, 1897

Automóvil Panhard y Levassor, modelo 1890, de Victoriano Alvargonzález. Fotografía de Ricardo del Río. Col. Museo del Pueblo de Asturias.

En el número 301 del periódico El Eco de Occidente, del 1 de diciembre de 1897, que se editaba en Cangas del Narcea desde 1894, aparece en la sección dedicada a los viajeros que llegan o se van de la villa la noticia siguiente:

Y, procedente de Gijón,  ha llegado el Sr. Alvargonzález y su consorte, quienes hicieron el viaje en su coche automóvil, que ha llamado grandemente la atención en esta capital, por ser el primer vehículo que de los de su clase se ha visto en la misma.

Los viajeros eran el ingeniero e industrial Victoriano Alvargonzález Suárez (Gijón, 1856-1913) y su esposa Margarita Lanquine Dupoux (1857-1911). El automóvil era de fabricación francesa, de la casa Panhard y Levassor, modelo de 1890; fue el segundo modelo de esta casa, se concibió en 1890 y se inició su producción al año siguiente, fabricándose hasta 1896. Tenía cuatro asientos y un motor Daimler colocado en la parte delantera. Era un coche sencillo y eficaz, que podía alcanzar una velocidad máxima de 30 km/h, pero que con las carreteras de aquel tiempo hacia una media de unos 10 km/h. Alvargonzález lo adquirió en 1892.

Automóvil Panhard y Levassor, modelo 1890, de Victoriano Alvargonzález. Tomada de Fernando de La Hoz, Historia del automóvil en Asturias (1890-1965).

Existen varias fotografías de este vehículo, que publica Fernando de La Hoz en su Historia del automóvil en Asturias, 1890-1965 (2010).

El automóvil nació al mundo en 1886. El primero documentado en Asturias lo trajo de París el marqués de Vistalegre en octubre de 1890. Era un Benz de tres ruedas, dos traseras y una delantera, que alcanzaba la velocidad máxima de 20 km/h en las bajadas, 15 en terreno llano y 10 en las subidas.

Automóvil Panhard y Levassor con capota, modelo 1890, de Victoriano Alvargonzález. Tomada de Fernando de La Hoz, Historia del automóvil en Asturias (1890-1965).

El interés de Victoriano Alvargonzález por los automóviles le impulsó a fundar una fábrica de coches a motor en Gijón en 1906, donde se fabricaba el “Hormiga”. Utilizaba motores franceses de la marca Delahaye. Era un coche, según Fernando de La Hoz, silencioso y flexible, de marcha rápida y pensado para subir cuestas, por lo que era muy apropiado para circular por Asturias”. Seguro que uno como el Panhard y Levassor le fueron muy útiles para diseñar el “Hormiga”. Fue el único fabricante de automóviles que hubo en Asturias. La aventura duró seis años.

Las viñas de la Veiga de Cadario en Tebongo, Cangas del Narcea

Publicamos aquí una etiqueta de finales del siglo XIX de una botella de “Vino Cadario”, de Atanasio Cuervo y Riva, de Tebongo, Cangas del Narcea, impresa en la litografía de Moré Hermanos y C.ª, de Gijón / Xixón, hacia 1895.

La parroquia de Tebongo era, junto a las de Limés y Cangas, una de las de mayor número de viñedos del concejo de Cangas del Narcea. El cosechero Atanasio Cuervo era vecino de Avilés y pertenecía a la familia de La Riva Valdés, dueña de la Casa de Tebongo, en Cangas, y de la casa de Manzaneda, en el concejo de Gozón.

Dominio del Urogallo, Cadario 2013

La bodega canguesa Dominio del Urogallo, del viticultor de origen sevillano, Francisco Asencio, llegó a etiquetar en el año 2013 un vino con la marca “Cadario”.

La Veiga de Cadario a la salida de Tebongo en Cangas del Narcea, ya era conocida en la época romana pues hay constancia de la existencia en este lugar de un yacimiento de oro y otras explotaciones más pequeñas, incluso, es probable que existiese una mina de interior (Santa Icia).

Respecto al vino, las viñas de Cadario, en Tebongo, ya aparecen en un pergamino de la primera década del siglo XIV. Es un documento que recoge en su contenido testimonio de lo que fue el más frecuente tipo de contrato en el noroeste peninsular para la puesta en producción de la tierra: el foro o aforamiento. El contrato de foro es paralelo al conocido en la corona de Castilla como censo y supone la entrega por parte del propietario de la finca al forero del dominio útil de la misma por una amplio plazo de tiempo, que puede llegar a ser dada a título de heredad, recibiendo a cambio una renta anual en dinero, en especie o en ambas cosas.

El cabildo catedral de Oviedo, propietario ya por entonces de extensas posesiones, se preocupa de poner en producción aquellas que todavía no lo han sido. El documento al que nos referimos está fechado el 18 de mayo de 1303 y se trata de un contrato de foro para la puesta en valor y producción de los bienes rústicos que conformaban el patrimonio de tan importante institución. En concreto: “El cabildo catedral de Oviedo con otorgamiento de Alfonso González, su tesorero, tenedor del préstamo de Santa Cecilia, en el alfoz de Cangas, aforan a Rodrigo Fernández y a su mujer Teresa Alonso, moradores en Antriago, y a Martín González, clérigo, morador en Tebongo, un heredamiento en la Veiga de la Presa para que planten en él viñas, obligándose a pagar cada año ellos el cuarto del vino en la duerna y sus herederos el tercio, y dezmando en la parroquia de San Mamés de Tebongo.”

En el siguiente enlace a la biblioteca digital del Tous pa Tous, está disponible un interesante estudio diplomático de Mª Josefa Sanz Fuentes (Universidad de Oviedo) donde se puede ver transcrito el contenido del mencionado pergamino.

Don Jesús, el cura de Cangas

«Os dejo, pero no os olvido. Volveré.»

Don Jesús Bayón, delante de la Basílica de Santa María Magdalena, donde durante 40 años ejerció su ministerio sacerdotal. Cangas del Narcea, septiembre de 2019.

Llegó a Cangas del Narcea hace 40 años y aunque su idea inicial no era quedarse por mucho tiempo, el párroco de Cangas, Jesús Bayón (Moreda de Aller, 1938), se jubila con una concurrida misa en la Basílica de Santa María Magdalena de Cangas y una cena en la plaza de La Oliva rodeado de medio millar de parroquianos.

Durante todos estos años en Cangas del Narcea, celebró el 350 aniversario de la Colegiata de Santa María Magdalena, templo en el que también celebró hace tres años sus bodas de oro sacerdotales. Además recibió su condición de hijo adoptivo de Cangas, la medalla de oro de la Sociedad de Artesanos de Nuestra Señora del Carmen, y por supuesto, el cariño y respeto de todos los vecinos y feligreses.

Desde el lejano mes de junio de 1979 que llegó a Cangas, son millares los cangueses a los que don Jesús impartió la gracia de los sacramentos de la Iglesia Católica, y lamenta, tras el auge y declive de la minería en la comarca, haber pasado de 149 bautizos en su primer año a los 62 celebrados en este último.

Pero de todas sus vivencias entre nosotros hay dos fechas que retiene con gran satisfacción en su memoria:

La primera, por empezar por la más lejana, es el 16 de julio de 1979, su primera procesión del Carmen como párroco de Cangas y su primera Descarga como miembro de la Sociedad de Artesanos, «aquella en la que explotó la máquina». Aquel día don Jesús comprendió que su misión en estas tierras merecía la pena.

La otra fecha que recuerda con mucho agrado es el 27 de diciembre de 1992, día en que la hasta entonces Colegiata de Santa María Magdalena quedó consagrada Basílica por el papa Juan Pablo II, dignidad que hasta aquel momento sólo tenían otras tres en Asturias: la catedral de Oviedo, Covadonga y Santa María de Llanes.

En su despedida de jubilación, don Jesús nos invitó a todos los cangueses a mantener «la devoción a la Virgen del Carmen. Aunque muchos no la entiendan, es una expresión de amor y devoción que os acompaña hace siglos». Se va pero no nos olvida, ha dicho, como tampoco podrá olvidar tantos años de dedicación al santuario del Acebo comprobando la devoción que existe a la Virgen del Acebo cuya actual ermita, después del derribo de la antigua, se inauguró el 8 de septiembre de 1590 y donde seis años después,  celebraría su primera misa el Padre Carballo, quien dejó crónica de muchos milagros en este santuario.

Merecido descanso el que le llega ahora a este cangués de adopción en la Casa Sacerdotal Diocesana de Oviedo, y al que sus vecinos cangueses dedicaron el siguiente vídeo de despedida. ¡Hasta pronto, don Jesús. Aquí está su casa!