De Arayón al Espacio
Cuando ingresó en la escuela,dejó su pequeño pueblo de Arayón, en Cangas de Narcea, para instalarse en Oviedo, desde donde cada día se trasladaba a clase a Gijón. “Pasé de vivir con mi familia a estar sola, pero no me costó. Siempre fui bastante independiente”, dice. Por eso, tal vez, emprende su aventura espacial con confianza y alegría.
Durante estos últimos años, ha colaborado en el proyecto europeo ESMO, que culminará en el 2014 cuando se ponga en órbita el primer satélite diseñado por estudiantes y que girará alrededor de la Luna. “Ingresar en la Agencia Espacial era algo que veía muy distante”, reconoce, y sin embargo, apenas acabada la carrera, ha entrado en la ESA. “Esta experiencia me va a ayudar en mi incorporación a la industria aeronáutica europea”, avanza. Apuesta por imponerse metas y perseguirlas, por inalcanzables que parezcan. “Me decían que Telecomunicaciones era muy duro. Cierto, pero yo lo tenía muy claro. Disfruté la carrera, es difícil, hay que estudiar muchas horas, hacer prácticas… Si es lo que te gusta, aunque te exijan, lo haces contenta”, asegura.