De Arayón al Espacio

Sandra Gonzáles, 23 años, ingeniera en telecomunicaciones. Foto de Miki López.

Sandra González vuela alto. En julio se incorporó, con una beca de un año, al centro que la Agencia Espacial Europea tiene en Noordwijk (Holanda), el European Space Research and Technology Centre (Estec), y allí trabajará en el campo de la electrónica de potencia, investigando cómo obtener la energía que hace funcionar los satélites y cómo distribuirla de la manera más eficiente por su interior. Hace unas semanas recogió su título de ingeniera superior en Telecomunicaciones en la Universidad de Oviedo.

Cuando ingresó en la escuela,dejó su pequeño pueblo de Arayón, en Cangas de Narcea, para instalarse en Oviedo, desde donde cada día se trasladaba a clase a Gijón. “Pasé de vivir con mi familia a estar sola, pero no me costó. Siempre fui bastante independiente”, dice. Por eso, tal vez, emprende su aventura espacial con confianza y alegría.

Durante estos últimos años, ha colaborado en el proyecto europeo ESMO, que culminará en el 2014 cuando se ponga en órbita el primer satélite diseñado por estudiantes y que girará alrededor de la Luna. “Ingresar en la Agencia Espacial era algo que veía muy distante”, reconoce, y sin embargo, apenas acabada la carrera, ha entrado en la ESA. “Esta experiencia me va a ayudar en mi incorporación a la industria aeronáutica europea”, avanza. Apuesta por imponerse metas y perseguirlas, por inalcanzables que parezcan. “Me decían que Telecomunicaciones era muy duro. Cierto, pero yo lo tenía muy claro. Disfruté la carrera, es difícil, hay que estudiar muchas horas, hacer prácticas… Si es lo que te gusta, aunque te exijan, lo haces contenta”, asegura.

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