El «caleicho» de Pena Ventana

Caleicho de Pena Ventana. Vista panorámica.

Hace algunas semanas, con motivo de un estudio del patrimonio etnográfico del concejo, guié a Pachu Reigada, arqueólogo, y a Armando Graña, etnógrafo y socio del Tous pa Tous, hasta el caleicho de Pena Ventana, en los límites de las parroquias de Oubachu y Larna. Los calechos, llamados así en Cangas del Narcea y Degaña, o cousos, como se denominan en Allande, Ibias y en el resto de los concejos del valle del Navia, son un tipo de construcción trampa para la caza de fieras en forma de gran corral de piedra con ciertas peculiaridades arquitectónicas que facilitaban la entrada al carnívoro –oso o lobo atraído por los balidos de una cabra– e impedían su salida.

Caleicho de Pena Ventana. Vista general.

El uso de los calechos debemos interpretarlo como parte de una estrategia de caza correspondiente a una época histórica en la que  no se empleaba aun el veneno ni abundaban las armas de fuego, y a un territorio donde las batidas del monte no eran viables por lo quebrado del relieve y su escasa población.

Situados generalmente en sitios altos y de travesía, en los llamados pasos de animales, el Suroccidente de Asturias conserva el mayor número y los mejores ejemplos de la región de calechos y cousos, aunque en la actualidad no son sino vestigios o ruinas abandonadas a su suerte sin la mínima protección o valorización.

Caleicho de Pena Ventana. Pared E.

Las dimensiones actuales del caleicho de Pena Ventana son 46 m de largo por 32 m de ancho y 155 m de perímetro, con pared cerrada sobre sí de más de 1 m de espesor. En origen, tenía unos 3 m de altura, con leve desplome y alero voladizo hacia el interior para impedir la trepa y escapada del animal, más una repisa perimetral exterior con función probable de mirador para curiosos y vecinos que asistían a esta peculiar corrida del lobo, que terminaba con la fiera despedazada por los mastines, aplastada bajo las piedras o atravesada por los chuzos.

Desde el caleicho de Pena Ventana, a más de mil metros de altitud, las vistas panorámicas del paisaje cultural de los valles, las montañas y los bosques meridionales de Cangas del Narcea son magníficas.

Juan Pablo Torrente

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