Historia del «Registro del Monasterio de Corias (Siglo XIII)». Despedida de Cangas del Narcea en 1867
Hace unos días el «Tous pa Tous» donó a la biblioteca municipal de Cangas del Narcea el volumen segundo de El Libro Registro de Corias (Oviedo, IDEA, 1950), editado por Antonio C. Floriano, que recoge la transcripción del Registro del monasterio de Corias realizado en el siglo XIII. El Registro es una de las joyas del archivo de este monasterio que estuvo en Corias hasta 1835 y que actualmente está en la biblioteca del monasterio benedictino de Montserrat (Barcelona). Vamos a contar su historia, que no deja de ser una muestra más de la pérdida de patrimonio cultural que ha sufrido Cangas del Narcea en los últimos dos siglos.
El Registro del monasterio de Corias es un tomo de 101 folios de pergamino (28 x 19 cm) escrito en latín. Comenzó a redactarse en 1207 por el monje Gonzalo Juánez con el fin de dejar constancia de los bienes y derechos que el monasterio había adquirido desde su fundación en 1043 hasta ese año. La última adquisición registrada es de 1232. Además, la obra contiene un preámbulo en el que el autor cuenta las razones para hacer este registro y la historia de la fundación del monasterio, y concluye con noticias de la vida y actividad de los ocho primeros abades de Corias.
Este manuscrito es una valiosísima fuente de información para conocer la formación del dominio del monasterio de Corias, que fue el mayor hacendado de Asturias, y la historia del occidente de Asturias en la Edad Media. Ha sido transcrito y editado en dos ocasiones: la primera por Antonio C. Floriano en 1950, que ya hemos citado, y la segunda en 2000 por Alfonso García Leal, El Registro de Corias (Oviedo, RIDEA). Sobre este Registro es interesante leer también el estudio de María Elida García García, San Juan Bautista de Corias. Historia de un señorío monástico asturiano, siglos X-XV (Oviedo, Universidad de Oviedo, 1980), que analiza pormenorizadamente esta fuente de estudio.
En 1835, durante la Desamortización de Mendizábal, cuando el Estado incautó todas las propiedades monásticas y expulsó a los monjes de sus casas, el voluminoso archivo del monasterio de Corias fue trasladado a la Delegación de Hacienda de Oviedo con el fin de tener información sobre sus fincas y rentas para proceder a su venta. Después se llevó a Madrid, a la Real Academia de la Historia y, por último, a partir de 1866, ingresó en el Archivo Histórico Nacional (Sección de Clero) donde permanece actualmente. Está formado por 57 legajos de escrituras, siete carpetas de pergaminos y 53 libros de ejecutorias, cobros, ventas, apeos, etc.
Sin embargo, no toda la documentación de este monasterio llegó al Archivo Histórico Nacional. Alguna nunca salió del propio monasterio, probablemente porque fue ocultada por los benedictinos; esta documentación, formada por 80 libros de propiedades y cobradores de rentas, pasó a manos de los dominicos cuando en 1860 se establecieron en el monasterio y desde 2002 está en el Archivo Histórico de Asturias (puede verse su inventario en la web Archivos de Asturias). También sabemos que alguna documentación de Corias que estuvo en la Delegación de Hacienda de Oviedo, nunca ingresó en el Archivo Histórico Nacional. Por último, una parte del archivo fue retirada y escondida por el fraile Clemente Quiñones, movido por su celo de monje benedictino y su oposición a la desamortización. Esta documentación quedó en la villa de Cangas del Narcea. Que sepamos tenía en su poder unos apeos o deslindes de fincas, una «Tabla de arrendamientos» del siglo XVIII, y el Registro de Corias del siglo XIII, así como un índice de este registro de 31 hojas realizado en 1710 para facilitar la búsqueda de bienes («Tabla del tumbo de el monasterio de Corias»).
Índice del «Registro de Corias», 1710. Biblioteca del monasterio de Montserrat (Barcelona), ms. 788 |
Quiñones, después de la expulsión de los monjes, se quedó a vivir en la villa de Cangas del Narcea donde residía una sobrina casada con el comerciante Manuel Uría y un sobrino llamado Claudio. Como exclaustrado cobraba una pequeña pensión del Gobierno, y se ganaba la vida como administrador de los bienes del conde de Peñalba en el concejo de Cangas del Narcea, y también haciendo particiones de herencias, prestamos de dinero, ganado en aparcería, cultivo de una viña y producción de vino, etc. Falleció con posterioridad a 1883.
El 4 de enero de 1867 envió el Registro de Corias por correo certificado al monasterio de Montserrat. El envío le costó 42 reales, que le pareció «carito». El paquete fue a nombre del rector de Esparraguera para entregar al abad de Montserrat. Esta abadía catalana también había sido desamortizada en 1835, pero en 1844 fue devuelta a los benedictinos.
Durante 32 años, Clemente Quiñones tuvo en su poder el Registro de Corias. Para él era algo más que una fuente histórica, era un símbolo de su antiguo y poderoso monasterio benedictino, y es probable que le diese muchas vueltas a la cabeza hasta tomar una decisión sobre que hacer con aquel libro. El monasterio de Corias no se vendió a un particular, ni se destruyó como les sucedió a otros. Al contrario, en 1860, el Estado se lo entregó a los dominicos con lo cual volvió a la vida religiosa. Pero Quiñones fue más fiel a la orden que al edificio y la tierra, y decidió poner a salvo su «tesoro» en un cenobio de hermanos benedictinos.
En aquel paquete certificado que envió a Montserrat iban el Registro, el índice realizado en 1710, una carta dirigida al abad y un poema de despedida escrito por el mismo Quiñones.
La carta dice:
Cangas de Tineo, enero 4 de 1867
R.P. Abad Muy apreciable señor, recibí la de V. P. sin retraso y veo por ella la buena acogida que tiene en ese monasterio el Libro Becerro de nuestro monasterio de Corias, por cuyo beneficio viviré siempre agradecido a V. P. Fray Clemente Quiñones Tengo varios apeos, pero se irán remitiendo poco a poco. |
La despedida escrita por Clemente Quiñones es la siguiente:
Despedida del Becerro Corre pergamino por valles y selvas. Adiós pergamino hermoso. [1] Nombre antiguo del actual río del Couto; queda como testimonio de aquel río Perpera el nombre del pueblo de Veigaperpera / Vegaperpera. |
Una semana después de enviar el Registro de Corias a Montserrat, Quiñones debió sentir nostalgia por su ausencia, que había estado más de seiscientos años en Corias y más de treinta años con él, y escribió otra despedida que hemos hallado en la colección documental de José Luis Ferreiro Blanco:
Despedida del pergamino Si de Asturias te ausentaste, |
|