Cangueses en Mauthausen
A la memoria de José Pérez “Pepe Caín” y José Fernández
El horror y la barbarie del siglo XX también se llevó por delante a muchos cangueses. Este es el caso de dos paisanos nuestros, José Pérez Fernández “Pepe Caín” y José Fernández Martínez, que murieron en 1941 en el campo de concentración de Mauthausen y a los que queremos recordar en nuestra web del Tous pa Tous. Ellos fueron, según la información de que disponemos, los únicos cangueses que padecieron esa inmundicia de la Historia que fueron los campos de trabajo y de exterminio nazis.
El campo de Mauthausen fue construido en Austria para albergar a “enemigos políticos incorregibles del Reich”. Como el número de deportados fue tan grande, alrededor del primer campo se construyeron varios “kommando” o campos auxiliares, como el de Gusen, situado a cinco kilómetros de Mauthausen. Los presos trabajaban en fábricas de armas y, sobre todo, en canteras de granito, en unas condiciones durísimas y con un régimen de vida inhumano. La consecuencia de tanto maltrato fue la muerte de 154.000 hombres, de un total de 206.000 que ingresaron en estos campos entre 1939 y 1945. Allí murieron algo más de siete mil españoles, entre los cuales había 96 asturianos; todos ellos eran exiliados republicanos que habían sido apresados en Francia.
Ramiro Santisteban Castillo, que fue uno de los dos mil españoles que salió vivo de este campo de concentración, escribió:
“El primer día en que llegaron presos españoles a Mauthausen, el 6 de agosto de 1940, yo me encontraba entre ellos; tenía entonces diecisiete años y entraban también en aquel campo conmigo mi padre y mi hermano mayor. Allí conocimos lo que nunca antes hubiésemos podido imaginar. Los trabajos en la cantera o en otros lugares hasta caer agotados; el hambre; las enfermedades; los castigos crueles. Los hijos veían consumirse a sus padres; muchos iban viendo morir a sus compañeros de lucha, a sus paisanos. Otras veces simplemente desaparecían, enviados a un destino desconocido; entonces sospechábamos lo peor, y esas sospechas un día se revelaron ciertas. Por supuesto, nosotros no éramos allí las únicas víctimas; a nuestro alrededor otros grupos padecían un destino similar e incluso en ocasiones, la eliminación rápida y total”.
En el campo de Mauthausen a los presos españoles se les identificaba con un triangulo azul con la letra S (de “spanier”, español) que llevaban cosido a la ropa. El color azul era el reservado para los apátridas, pues Franco nunca reconoció la existencia de estos compatriotas.
José Pérez Fernández “Pepe Caín” ingresó en Mauthausen el 6 de agosto de 1940, con el primer contingente de 392 españoles que llegaron a este campo de concentración. Le asignaron el número 3372. Era natural de la villa de Cangas del Narcea, donde había nacido el 14 de septiembre de 1910. Fue apresado por los alemanes en el norte de Francia en mayo o junio de 1940, durante la ofensiva que trajo consigo la derrota del ejército francés y la toma de gran parte del país vecino por el ejército alemán. Los republicanos españoles que estaban en esta zona pertenecían a Regimientos de Voluntarios Extranjeros o Compañías de Trabajadores Extranjeros organizados por los franceses. Todos los españoles que fueron capturados por los alemanes fueron considerados militares y tratados como prisioneros de guerra. Pepe Caín fue enviado al campo de prisioneros de guerra Stalag VII-A en Moosburg, localizado en el estado de Baviera, en el sureste de Alemania, y el 6 de agosto fue deportado a Mauthausen. Murió el 23 de agosto de 1941 en Gusen, “un kommando o campo auxiliar destinado al exterminio de los presos más débiles”; tenía 31 años de edad.
Pepe Caín pertenecía a una familia muy conocida en la villa de Cangas del Narcea, que tenía su domicilio en la calle El Gallego, y estaba formada por Manuel Pérez Menéndez, de Cangas, y Josefa Fernández Acevedo, de Figueras (Castropol), y sus cinco hijos: Conrado, Manuel, José, Mario y Olvido. El padre era fontanero y el mismo oficio lo continuaron algunos de sus hijos. Conrado, el mayor de los hermanos, nacido en 1900, era en 1929 corresponsal del diario Región. Manuel era miembro del PSOE. La Guerra Civil fue terrible para esta familia: trajo la muerte de Mario en el frente y la de José en Mauthausen, y el exilio de Manuel a México, de donde no regresó nunca más.
Con la entrada del ejército franquista en Cangas del Narcea el 22 de agosto de 1936, José marcha de Cangas y hace el periplo que hicieron muchos republicanos cangueses: huye a la Asturias republicana y en octubre de 1937, con la caída de Gijón, sale en barco a Francia y pasa a Cataluña. Este recorrido lo hizo con su hermano Manuel y su cuñada Eva Flórez-Valdés Menéndez. Su hermano se incorpora al ejército republicano y se va al Frente de Valencia, y Pepe y su cuñada quedan en Granollers. En febrero de 1939 vuelven a pasar a Francia donde son recluidos en campos de refugiados.
En noviembre y diciembre de 1939 Pepe Caín está en el campo de Septfonds, en el departamento de Tarn y Garona, con Emilio Menéndez Rodríguez “Milio el Pesqueiro” y Manuel Agudín Antón, ambos de Cangas del Narcea. En 1940 se traslada al norte de Francia a trabajar cerca de la frontera con Bélgica, seguramente encuadrado en una Compañía de Trabajadores Extranjeros, y en junio lo hacen prisionero los alemanes durante la invasión de Francia. En una carta de Manuel Agudín escrita desde Lanemazan (Altos Pirineos) a su mujer el 7 de agosto de 1940, le dice: “Pepe Caín estaba trabajando cerca de Bélgica por eso lo cogieron y los consideran militares”.
El resto de este grupo de exiliados cangueses tuvo mejor suerte. Manuel Agudín y Manuel Pérez, el hermano de Pepe Caín, y su mujer y su hija Aida salieron de Marsella a Casablanca y de aquí a México en septiembre de 1942, y Milio el Pesqueiro pudo marchar a Cuba.
En cuanto a Pepe Caín, es probable que cuando fue apresado por los alemanes en el norte de Francia estuviese con otros dos cangueses: Moisés Avello Morodo, que sabemos que también estuvo en el campo de Septfonds, y Joaquín Flórez López. Si así fue, es posible que Pepe Caín sea el tercer protagonista de la siguiente historia que nos relata José Avello Flórez.
“Esta historia me la contó hace muchos años, creo que en 1960, mi tío Moisés Avello Morodo, la primera vez que le visité en París, donde vivía, por lo que ya he olvidado muchos detalles y seguramente he añadido otros, pues la memoria tiene esos extraños recovecos de aliarse con el olvido y con la imaginación que la reconstruye a partes iguales. En todo caso, a grandes rasgos, creo que lo sucedido fue lo siguiente.
Mi tío paterno Moisés pasó a Francia con las últimas unidades del ejército republicano al final de la Guerra Civil y junto con tantos otros soldados fue internado en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer o en otro similar (“donde había una gran playa”, según me dijo). Allí se encontró con varios más de Cangas, entre quienes estaba un buen amigo suyo, y hermano de mi madre, Joaquín Flórez López, por tanto, también tío mío. En septiembre de 1939, con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, los dos se alistaron voluntarios en el ejército francés, no sé si en una unidad específica de españoles o de otra forma, pero lo cierto es que fueron movilizados y trasladados al frente, en el norte de Francia, donde cayeron prisioneros en medio de la debacle del ejército francés, que perdió la guerra en unas pocas semanas. Estaban pues prisioneros de los alemanes, cuando les comenzaron a trasladar junto con otros muchos españoles hacia campos de concentración en el interior de Alemania. Iban medio hacinados en trenes que viajaban con gran lentitud y, según me relató mi tío Moisés Avello y años más tarde me confirmó mi otro tío Joaquín Flórez, iba con ellos otro cangués, cuyo nombre ya he olvidado, pero que podría ser Pepe Caín, y en un determinado momento, antes de salir de Francia, tuvieron la oportunidad de tirarse del tren y escapar. Mis dos tíos no lo dudaron y se tiraron del tren junto con algunos otros. Según me contaron, también animaron a saltar al otro cangués, pero éste, por alguna razón (quizás miedo, quizás cansancio o esperanza de conseguir mejor trato en el futuro) no se atrevió a saltar.
En los meses siguientes, mis tíos atravesaron Francia a pie, escondiéndose por los montes, hasta el sur, cerca de Toulouse, donde permanecieron escondidos, colaborando con la resistencia francesa durante toda la guerra. Sobrevivían haciendo carbón vegetal, integrados en un grupo de resistentes y participando ocasionalmente en algunas acciones de guerra y sabotaje. En una de ellas mi tío Moisés fue herido y trasladado de lugar, motivo por el que perdió el contacto con mi tío Joaquín, quien también sería herido y viviría oculto en una casa de Toulouse durante mucho tiempo. No se volvieron a ver nunca más. Moisés viviría en Bretigny sur Orge, cerca de París, empleado en una compañía de conducciones de petróleo y falleció en 1975 en un accidente de tráfico sin haber vuelto nunca a España, pues había jurado no hacerlo mientras viviera Franco, quien irónicamente fallecería un mes después que él. Mi tío Joaquín Flórez se quedó a vivir en Toulouse, donde se casó con la joven que le escondió cuando cayó herido durante la guerra y con la que compartió su vida. Tenía una tienda y él sí volvió a España varias veces y estuvo en Cangas, siempre con unas incontenibles ganas de hablar y rememorar el pasado; falleció en la década de los noventa”.
El otro cangués muerto en Mauthausen fue José Fernández Martínez, nacido el 16 de noviembre de 1909. La información sobre su lugar de nacimiento no está clara: en el libro de M. Razola y M. C. Campo, Triangulo azul: Los republicanos españoles en Mauthausen, 1940-1945, editado en 1969, se dice que era de Regla de Cibla (que podría ser Regla de Cibea); en la base de datos de la “Fondation pour la memoire de la Deportation” pone Corias, y en la lista de “Españoles deportados a Campos de Concentración Nazis”, que puede verse en la web del Ministerio de Cultura de España, dice: San Pedro de Corias.
Para saber algo sobre este hombre hemos recurrido al Archivo Municipal de Cangas del Narcea y a su encargada Marta Veiga Fontaniella, así como al Registro Civil. En el Padrón de habitantes del concejo de Cangas del Narcea de 1930 aparece empadronado en la parroquia de Cibea, en el pueblo de Sorrodiles, un José Fernández Martínez, de 18 años, que vivía con sus padres, José y Encarnación, dos hermanos mayores, María de 22 años y Manuel de 20 años, y un tío, Pedro Fernández. Eran de Casa Manolín del barrio de L’Abichera. Hemos hablado con un sobrino suyo que vive en Sorrodiles y tiene 78 años, y nos dice que su tío José, al que no conoció, murió en África de una pulmonía durante el servicio militar. El joven aparece en la “Lista de Mozos del Reemplazo” de 1934 de Cangas del Narcea y allí consta su fecha de nacimiento: 24 de marzo de 1913. Es decir, no es la persona que estamos buscando.
Por otra parte, en el Padrón de 1930 no aparece ninguna persona con este nombre en Corias ni en San Pedro de Corias, ni tan siquiera que lleve esos mismos apellidos. Sin embargo, en la “Lista de Mozos de Reemplazo” de 1930 aparece un José Fernández Martínez, de Corias, hijo de Gabino y Escolástica. Recurrimos al Registro Civil de nacimientos y allí confirmamos que este mozo es el mismo que estuvo en Mauthausen. Su padre era natural del barrio de Ambasaguas, de Cangas, y su madre del pueblo de Fonceca (parroquia de Limés), y en 1909 eran vecinos de Corias. En 1926, el padre, Gabino Fernández Marcos, era socio del Tous pa Tous y seguía viviendo en Corias, y es probable que en ese año su hijo José también fuese socio de nuestra sociedad. En 1927 la familia se traslada de domicilio y no sabemos nada más de ella.
José Fernández Martínez fue capturado por los alemanes y enviado al campo de prisioneros de guerra Stalag XB en Sandbostel, en el noroeste de Alemania. Fue trasladado al campo de Mauthausen, donde ingresó el 3 de marzo de 1941. Murió en el campo auxiliar de Gusen, conocido como “la antesala de la muerte”, el 9 diciembre de ese mismo año, aunque también con respecto a esta fecha hay datos diferentes, pues algunas fuentes de información, como la del Ministerio de Cultura de España, dan la fecha de 16 de noviembre, que claramente es una confusión con su fecha de nacimiento. Si alguna persona puede aportarnos alguna información sobre la vida de José Fernández Martínez, por favor, no deje de hacerlo.