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SANTOLAYA / SANTA EULALIA – Casa de Uría

SANTOLAYA / SANTA EULALIA

Casa de Uría.

Esta casa tiene dos escudos con las mismas armas de los Uría y Queipo de Llano. Uno está en la fachada principal y es un escudo partido con las armas de Uría (dos lobos y bordeado por aspas) y Queipo de Llano (dos flores de lis y tres fajas, y en el borde racimos de uva y hojas de vid). En el penacho del yelmo lleva una inscripción: “Armas de los hijosdalgo de Urías”, y al lado aparece la fecha: 1541. Esta fecha es muy probable que sea la de la ejecutoria de hidalguía de la familia Uría, y no la de labra del escudo que por su estilo barroco hay que fechar en torno a 1640-1650.

El otro escudo es más pequeño, está en la fachada de la casa que mira al norte, encima de un balcón, y tiene las mismas armas.

A mediados del siglo XVIII los propietarios de esta casa eran José Nicolás de Uría y Valdés y su esposa María Teresa Alfonso Flórez que era de la Casa de Miramontes (Parroquia de Cibea). A estos les sucedió Miguel de Uría, que se casó con Isabel Queipo de Llano, nieta del conde de Toreno. Su heredero fue Antonio de Uría y Queipo y el de este será José de Uría y Álvarez-Terrero, que se casó en 1808 con María Josefa del Riego-Núñez y Sierra-Pambley, dueña de las casas de Pambley y Miravalles en el concejo de Cangas del Narcea y de las de Riego y Cabo del Río en Tuña (Tineo). A este matrimonio les sucedió el recordado José Francisco de Uría (1819-1862), director general de Obras Públicas, que murió soltero y sin descendencia, y al que heredó su hermano Rafael (1820-1901); y así hasta llegar al médico don Rafael Fernández Uría y a sus actuales propietarios: Blanca Fernández y José María Ron.

Parroquia de Santolaya de Cueiras

Santolaya / Santa Eulalia

♦ Casa Cachón ♦ Casa Coque ♦ Casa Correo ♦ Casa Evarista ♦ Casa Farrín ♦ Casa Frutos ♦ Casa Fuertes ♦ Casa García ♦ Casa Garrido ♦ Casa Mingón ♦ Casa Palacio ♦ Casa Simón ♦ Casa Xipón

Arayón

♦ Casa Mourán ♦ Casa Olaya

Cueiras

♦ Casa Cueiras

Chanu / Llano

♦ Casa Agudín ♦ Casa Alberto ♦ Casa Alonso ♦ Casa Anisino ♦ Casa L’Anuca ♦ Casa Avelina ♦ Casa Calita ♦ Casa Campa ♦ Casa Carralo ♦ Casa Cartero ♦ Casa Concha ♦ Casa Chope ♦ Casa Estanqueiro ♦ Casa Fabián ♦ Casa Feito ♦ Casa Garrincha ♦ Casa Gonzalo ♦ Casa Grabiel ♦ Casa Juaco ♦ Casa Juanito ♦ Casa Lola ♦ Casa Lozano ♦ Casa Manolito ♦ Casa Pelayo ♦ Casa Pepe ♦ Casa Periquín ♦ Casa Preciado ♦ Casa Ramón ♦ Casa Román ♦ Casa Sidro ♦ Casa Tacones ♦ Casa Treito ♦ Casa Trones ♦ Casa Xastre ♦ Casa Xastrín ♦ Casa Zancao

Santuyanu /Santullano

♦ Casa Santuyano

La encantada del Pozo la Rinconca

Es creencia común en el concejo de Cangas del Narcea que el día de Santiago (25 de Julio) no deben tomarse baños en el río, porque todos los años, en esa fecha, se ahoga una persona. El porqué de esta creencia se ha olvidado, pero es posible que tenga que ver con una encantada que fue expulsada del río Narcea hace muchos años. Esta leyenda canguesa se documenta en otros lugares de la cornisa cantábrica (País Vasco, Cantabria) y el norte de Portugal, y ha adquirido especial carta de naturaleza en la leyenda del origen del Lago de Sanabria (Zamora). 

Lugar: Chanu / Llano, CANGAS DEL NARCEA.

Informante: Román Fernández Amago, 75 años, de casa Cueiras (1998).

Recopilador: Jesús Suárez López (Archivo de la Tradición Oral-Museo del Pueblo de Asturias).

Yo tengo oído a mi abuelo ya que había una encantada ahí debajo, en el pozo La Rinconca, y pa sacala tenían que criar dos xatinos mellizos, gemelos. Y decían que tenían que sacala con una grade que hay pa eso de las tierras y con una pareja de bueizucos, de xatucos que mamaran toda la leche de la vaca, que nun podían ordeñar la vaca, que tenía que ser la leche toda pa ellos.
 
Y un buen día, pues nun taba el paisano en casa y llegó la encantada, que quería leche pa un niño que tenía o no sé qué. Y la paisana, cosa de mujeres, diole pena, claro, y púsose a ordeñar la vaca de los dos xatinos mellizos, que nun podía ser ordeñada. Y en aquel momento llegó el paisano:
 
—¿Pero tú qué haces?, si yá la encantada, y tal.
 
Y va él ya coge la canada y tiro la leche pol !!ombo de los xatos, y diz él:
 
—¡El que no mamaron pol !!ombo lo llevaron!
 
Y hale, así quedó. Y luego ya fueron a sacala, y fueron con la grade de madera y aquella parejina de xatucos grandes, que ya trabajaban. Echáronlos al pozo y sacáronla. Y cuando la echaron fuera con la grade, echó así mano a la cabeza, arrancó un pelo y tirólo al río, y diz ella:
 
—¡Adiós miou pelo celemín, que to’los años tendrás un pelegrín!
 
Y entonces teníamos algo de astucia nosotros, cuando ibamos a bañanos de chavales, el día de Santiago teníamos algo de astucia sobre eso, de no bañarnos el día Santiago, que hablaban que si fuera ahogáu o nun sé qué decían.
 
Bibliografía: Luis Cortés Vázquez: «La leyenda del Lago de Sanabria», Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, 4 (1948), págs. 94-114.