Muchas y muy diversas interpretaciones se vertieron para explicar etimológicamente el topónimo “Cangas“. Algunas son las que se detallan a continuación:
La forma latinizada “cánicas” la utilizaban los moros con el significado de “perros canallas“. Aunque esta voz latina tenía el significado de “carrascas“, collar fuerte con clavos que protege el cuello de los perros pastores de los lobos.
No faltan interpretaciones, como por ejemplo, que Cangas quiere decir “loma quebrada“. Para otros, significa “lugar de aguas termales” (se apoyaba diciendo que en El Puelo existió un balneario), o también “lugar bañado por abundante agua“. Mas hay quien hace una interpretación mitológica, derivándolo de “Chan“, hijo de Noé, que dio nombre a los “changros“, posibles pobladores de aquellas tierras después del diluvio universal.
Pero la explicación más aceptada y probable es la que deriva del latín “cannica“, con un significado metafórico de garganta o valle. De aquí proviene la palabra asturiana “canga“, con la acepción de “valle cerrado entre dos alturas“, y que es la interpretación más adecuada para responder a las condiciones geográficas de la villa.
Otra explicación vendría del céltico “cámbrica“, madera curva, derivada a su vez de “cambos“, que significa “curva“, que apoya también la idea de valles profundos en forma de “u“.
En definitiva, parece actualmente unánime el criterio de que Cangas proviene del asturiano “canga“.
Por su parte,”Narcea“, nombre del principal río que baña el concejo y del cual coge el apellido, es de origen prerromano, pues contiene la raíz celta “nara“, que significa “agua“.
Pero Cangas no siempre se llamó “del Narcea“, pues las primeras referencias que se encuentran en los textos medievales mencionan al “territorio de Pesgos” o “territorio Pésico“. En el siglo XI se documenta por primera vez en una escritura la denominación de Cangas para la villa. Sabemos que en el año 1255, en que se concedió la Carta Puebla, ya se le denominaba “de Sierra“.
Con posterioridad, posiblemente a finales del siglo XIII, adquirió el “de Tineo“, influenciado por la denominación que con las “Asturias de Tineo” se venía designando gran parte del occidente, desde La Espina a Leitariegos. Este nombre lo sobrellevó hasta que en 1927 se lleva a cabo el cambio de nominación por “del Narcea“, el cual fue promovido como consecuencia de los muchos confusionismos y dificultades que acarreaba, a causa de las equivocaciones que se suscitaban con el concejo vecino de Tineo.