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«El tiempo baldío» de Alfonso López Alfonso, un libro imprescindible

altEl libro El tiempo baldío de Alfonso López Alfonso (Moncóu, 1977) recoge en una edición muy cuidada, realizada por Impronta, de Gijón, diecinueve artículos y relatos cortos, ya publicados en periódicos y revistas, que tienen como protagonista al pueblo de Moncóu y a sus vecinos, en especial a los de Casa Simón, que es la casa a la que pertenece el autor.

A Alfonso López Alfonso le interesan “las pequeñas historias de la gente, que muchas veces se ve envuelta y aplastada por el tiempo que le toca vivir”, y por ello ha dedicado su intensa labor como escritor a dar a conocer muchas de estas historias. En 2008 publicó ya un libro dedicado a Moncóu y su entorno humano, Camino de vuelta, y ha editado otros dos libros dedicados a periodistas comprometidos con su tiempo que acabaron muriendo exiliados en Francia en los años cuarenta: el cangues Gumersindo Díaz Morodo, “Borí” (Alrededor de mi casa. Crónicas canguesas, 1910-1928, Cangas del Narcea, 2009), y José Díaz Fernández (El cine y otras prosas de juventud, Gijón, 2011). Es colaborador habitual de las revistas Clarín y La Maniega, y del periódico La Nueva España. En 2007 obtuvo el Premio Internacional Miguel Hernández, que organiza el Ayuntamiento de Orihuela, por un artículo dedicado a Arturo del Hoyo, amigo y editor del poeta. Ha publicado la novela, El aliento en la nuca (2006).

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Alfonso López Alfonso y Marina Lobo, editora del libro, en Moncóu, junio de 2012

Los textos de El tiempo baldío constituyen la crónica del final de un mundo rural, y de la manera de entender y afrontar la vida por parte de los campesinos. Es una crónica escrita desde la percepción de un adolescente que se asoma a lo que él creía que era un mundo que nacía, pero que en realidad estaba agonizando. Son continuas las referencias al abuelo, a los padres jóvenes, a los hermanos mayores, a los tíos y a algunos vecinos, sobre todo a los ausentes, a aquellos que emigraron a Cuba, Argentina y en su mayor parte a Madrid. En muchos de estos recuerdos la fotografía adquiere un papel primordial como soporte para rememorar a personas, animales (por ejemplo, a la vaca Sevilla) y rincones.

“Conocí una aldea poblada y pujante – escribe el autor-, con sus ancianos habilidosos y sentenciosos, con sus jóvenes trabajando en la mina y en el campo. También he ido viéndola desaparecer, he visto a los viejos morirse y a los jóvenes mineros convertirse en privilegiados prejubilados algo desorientados. He visto las tierras de labor llenarse de zarzas y he visto a la maleza cegar los caminos. He visto vaciarse muchas casas. Me crié entre ganado y aprendí que las estaciones marcan los ritmos de la vida campesina. …”.

La crónica de Moncóu escrita por Alfonso López Alfonso es la crónica de cualquier pueblo del concejo de Cangas del Narcea en la segunda mitad del siglo XX. La diferencia con el resto está en la suerte que tuvo este pueblo del Río Rengos con este vecino, que ha dejado un testimonio escrito de su existencia.

El autor se diagnostica a sí mismo como un “enfermo de literatura”, por eso, que nadie espere encontrar en las páginas del libro menciones a estudios de antropología, sociología o geografía rural. No es esto lo que ofrece este libro. Para comprender su pueblo y sus emociones, Alfonso López Alfonso ha recurrido a la literatura, y son los escritores más universales los que le sirven para explicar sus propias vivencias y la vida de sus vecinos.

El libro rezuma nostalgia, cosa corriente cuando se habla de tiempos perdidos y de muertos a los que quisiste.

El tiempo baldío es una lectura imprescindible para todos los cangueses que quieran conocer mejor el alma de su concejo y para todos los amantes de la literatura.

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