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José Uría y Terrero y José Francisco Uría y Riego presiden el salón de plenos de la casa consistorial

Busto de piedra sobre pedestal de madera de Uría y Riego en el salón de plenos del consistorio cangués.

El Ayuntamiento de Cangas del Narcea ha adquirido dos bustos de José Uría y Terrero y de su hijo José Francisco Uría y Riego realizados por el escultor José Gragera en 1865. Estas dos esculturas han sido colocadas en la cabecera del salón de plenos del ayuntamiento con el objeto de reconocer el papel que tuvieron estas dos personalidades en la historia del concejo de Cangas del Narcea en el siglo XIX, así como por la calidad artística de las dos obras. La propuesta de esta adquisición, que constituye un importante incremento del patrimonio cultural municipal, partió del «Tous pa Tous. Sociedad Canguesa de Amantes del País».

 

Busto en piedra de José Uría y Terrero (Santulaya, fines del siglo XVIII – 1861)

José Uría y Terrero (Santulaya, fines del siglo XVIII – 1861) fue el heredero de la casa de Uría en Santaluya tras el fallecimiento de su padre Antonio Uría Queipo de Llano en 1828. Desde finales del siglo XVIII, los Uría son una familia ilustrada y liberal. En su casa estuvo Jovellanos en 1795 visitando al padre de Uría y Terrero, y éste se casará con María del Riego Sierra-Pambley, prima del general Rafael del Riego. En 1813, durante la corta vigencia de la Constitución de 1812 en plena Guerra de la Independencia, Uría y Terrero ocupará el cargo de alcalde de Cangas del Narcea, siendo la primera persona que ostentó esta denominación al frente del concejo, pues en 1814, con el regreso de Fernando VII y la derogación de la citada constitución, este cargo volverá a denominarse «juez noble». Hasta 1834 no volverá a emplearse el nombre de alcalde. En 1819, Uría y Terrero volverá a ser nombrado juez noble del concejo de Cangas del Narcea.

Con el fin del Antiguo Régimen, que se produce en 1833 con la muerte de Fernando VII, y la llegada del Estado liberal y moderno, Uría y Terrero tendrá un papel importante en el concejo de Cangas del Narcea. Se implica más en política, ocupará la representación del concejo en la última Junta General del Principado de Asturias en 1834 y 1835, y será diputado provincial en la primera Diputación Provincial de Asturias, constituida en 1835 tras la disolución de la anterior institución.

Tuvo también un papel relevante en dos acontecimientos de la historia canguesa. En la dramática hambruna que sufrió Asturias a mediados del siglo XIX, Uría y Terrero fue uno de los encargados de repartir la ayuda de la Junta de Caridad del Principado entre los vecinos pobres de Cangas del Narcea, y fue decisivo, junto a sus hijos José Francisco y Rafael, en la entrega del desamortizado monasterio benedictino de Corias a los dominicos por parte del Estado. En enero de 1860 recibió en Ocaña un poder de fray Mariano Cuartero O.P. (1813-1884) para tomar posesión del monasterio en nombre de la orden dominica, hecho que sucedió el 13 de febrero de aquel año.

 

Buesto en piedra de José Francisco Uría y Riego (Santaluya, 1819 – Alicante, 1862)

José Francisco Uría y Riego (Santaluya, 1819 – Alicante, 1862) fue el primogenito del anterior. Igual que su padre, dedicó su vida a la actividad política adscrito al partido liberal moderado: ocupó diferentes empleos en el Ministerio de la Gobernación, fue elegido diputado en Cortes por el distrito electoral de Cangas del Narcea (desde 1857 hasta su fallecimiento en 1862), y entre 1858 y 1862 fue director general de Obras Públicas. Sus desvelos hacia Asturias y Cangas del Narcea son de sobra conocidos. Gracias a su empeño y trabajo se abrieron importantes carreteras, como la de Luarca-La Espina-Ponferrada, a través del puerto de Leitariegos; la línea de ferrocarril León-Gijón; se construyeron puertos y faros, etc. Sus contemporáneos reconocieron su contribución a la modernización de Asturias y tras su prematura muerte con 42 años le dedicaron importantes calles en Oviedo, Gijón, Luarca y Cangas del Narcea.

Por otra parte, dedicó tiempo y dinero a experimentar sobre el cultivo de plantas forrajeras en Cangas del Narcea con el fin de observar cual era la que mejor se aclimataba al concejo para después difundirla entre los campesinos. En cuanto a la viticultura, fue el primero que vio que cambiando algunas prácticas relacionadas con el cultivo de la vid, la vendimia y la elaboración del vino, en Cangas del Narcea podía producirse un vino de calidad que podría venderse y competir en cualquier mercado. Llevó productos del concejo, jamones y cecina de vaca, a la Exposición General de Agricultura celebrada en Madrid en 1857, por los que obtuvo una medalla de bronce.

 

Busto de piedra sobre pedestal de madera de Uría y Terrero en el salón de plenos del consistorio cangués.

La familia de estas dos personalidades canguesas fallecidas en 1861 y 1862, con pocos meses de diferencia, quiso conservar su memoria y con este fin encargó en 1862 sendos bustos a uno de los escultores más prestigiosos de España en esta clase de trabajos: José Gragera y Herboso (Laredo, 1818 – Oviedo, 1897). Este artista fue una de las figuras más destacadas de la escultura romántica española, desarrolló gran parte de su carrera artística y profesional vinculado al Museo del Prado, donde trabajaba como escultor restaurador, y es autor de numerosos bustos de personalidades de su época e históricas. La Diputación Provincial de Asturias también quiso sumarse a este homenaje y encargó al mismo escultor otro busto de José Francisco Uría del Riego, así como uno más de Jovellanos. Estos cuatro bustos se labraron en mármol de Carrara y se conservan en el palacio de Uría de Santulaya y en la Junta General del Principado de Asturias.

Pero aún hubo otros dos bustos más, en este caso labrados en piedra, de José Uría y Terrero y de José Francisco Uría del Riego que encargaron al mismo escultor Lucía Uría del Riego, hija y hermana de los anteriores, y su marido Nicolás Suarez Cantón. Estos bustos fueron adquiridos posteriormente por Fernando Blanco Flórez-Valdés y José Luis Ferreiro Blanco, parientes de la familia Uría y vecinos de la villa de Cangas del Narcea. Estos dos bustos son los que ahora ha adquirido el Ayuntamiento de Cangas del Narcea a su heredera María Teresa González Ferreiro.


 

Muyeres de Cangas del Narcea 1907-1940. Retratos fotográficos de Benjamín R. Membiela.

Inauguración de la exposición «Muyeres de Cangas del Narcea 1907-1940. Retratos fotográficos de Benjamín R. Membiela», de la asociación «Tous pa Tous. Sociedad Canguesa de Amantes del País» en la Casa de Cultura «Palacio de Omaña» de Cangas del Narcea.

La profesora Mercedes Pérez fue la encargada de presentar la muestra que cuenta con 200 retratos, con especial protagonismo de mujeres, solas y con niños o rodeadas de toda la familia, realizadas por Benjamín R. Membiela, el primer fotógrafo profesional que abrió estudio de modo estable en el concejo asturiano de Cangas del Narcea, concretamente, en su casa de Corias, hoy deshabitada, un mágnífico lugar, próximo al Parador Nacional, para instaurar un museo dedicado a este fotógrafo y en general a la fotografía canguesa.

De Las Cuadriellas de Ambres a la madrileña Puerta del Sol. El origen cangués del PSOE

Siempre decía mi amigo el abogado Mario Gómez Marcos (q.e.p.d.):
«Todo lo que ocurre en este país [España] se explica desde Cangas»
Cada vez que me ponía un ejemplo no tenía más remedio que darle la razón.
Hoy una vez más, querido Mario, te doy la razón.

 

Casa Labra, taberna tradicional madrileña ubicada en la calle Tetuan, 12 y fundada en 1860 por Juan Berdasco de Las Cuadriellas de Ambres (Cangas del Narcea). Foto: José Manuel Azcona.

Corría el año 1860 y la calle Peregrinos —a la sazón, calle Tetuán— era una de las zonas de Madrid donde la colonia asturiana estaba más asentada. Allí un buen señor, de nombre Juan Berdasco, natural de Las Cuadriellas de Ambres en el concejo asturiano de Cangas del Narcea, fundó una casa de comidas para regocijo de sus paisanos. Ese fue el germen de la vieja y popular taberna Casa Labra que, como tantas otras virtudes de la gastronomía más castiza de la capital, los madrileños se la deben a la mente de un cangués.

Aquella primitiva Casa Labra tuvo que ser trasladada pocos años después de su fundación debido a uno de los acontecimientos más relevantes en la historia de la capital de España, la reforma de la Puerta del Sol. Hasta los años sesenta del siglo XIX, la explanada de Sol no era exactamente una plaza y ocupaba más o menos la mitad de espacio que en la actualidad. La desamortización de Mendizábal propició el derribo de los históricos conventos de San Felipe y Nuestra Señora de las Victorias y la nueva Puerta del Sol se llevó por delante algunas calles aledañas, como parte de la calle Peregrinos. Así las cosas, nuestro paisano Berdasco tuvo que desplazarse unos números más abajo, hasta el 12 de la actual calle de Tetuán, para mantener su negocio.

Entrañable escena campesina en Casa Berdasco de Las Cuadriellas de Ambres, en el Partido de Sierra (Cangas del Narcea), año 1940. Foto: Del álbum familiar.

Pero este no fue el único acontecimiento histórico del que ha sido testigo la más que centenaria Casa Labra. Sin duda el más importante de todos fue el acaecido el 2 de mayo de 1879. Aquel día de primavera y festivo en Madrid, un grupo de personas que abogaban por crear una organización que defendiera y ampliara los derechos de los trabajadores, se reunió en el local de Berdasco para, mientras mantenían una comida, poner en marcha una especie de conspiración política para cambiar la situación de la clase obrera.

Y así fue como entre platos de bacalao especialidad de la casa y vino, muy probablemente de Cangas, dieciséis trabajadores de una imprenta, cuatro médicos, dos joyeros, un científico, un zapatero y un marmolista aprovecharon el aluvión de comidas sociales, que con motivo de la festividad regional del 2 de mayo se celebraban en la ciudad, para pasar desapercibidos de las fuerzas del orden público y fundar el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). No es de extrañar tanto interés en pasar inadvertidos teniendo en cuenta que en aquellos años su actividad hubiera sido considerada ilegal y que el Ministerio de la Gobernación se ubicaba entonces en la Casa del Reloj, a menos de 100 metros del negocio de Juan Berdasco.

Agrupación socialista madrileña celebrando el centenario de la fundación del partido en 1979 delante de Casa Labra.

Entre los tipógrafos se encontraba un joven gallego que tenía contacto con Paul Lafargue, teórico revolucionario marxista y médico, casado con Laura Marx, hija del pensador socialista y activista revolucionario de origen alemán Karl Marx. Este gallego no era otro que Pablo Iglesias Posse a quien sus compañeros eligieron el primer presidente de lo que habría de ser el PSOE, partido político que sería legalizado finalmente en 1881.


Inauguración de la exposición «Amador, de vuelta»

La exposición «Amador, de vuelta» que inauguramos en la Casa de Cultura «Palacio de Omaña» de Cangas del Narcea reúne 60 piezas que cubren medio siglo de creación de uno de los grandes escultores españoles contemporáneos del último tercio de siglo XX.

De ascendientes cangueses, por motivos de trabajo de su padre nació en Ceuta en 1926, pero siendo aún muy niño la familia regresó a Cangas del Narcea donde Amador pasó su infancia y primeros años de juventud. Aunque autodidacta, su conocimiento sobre el trabajo en madera, hierro y piedra se inició en esos años como aprendiz de carpinteros, ferreiros y canteros de Cangas del Narcea.

En este vídeo hemos querido reflejar algunos momentos del acto de inauguración así como las intervenciones de:

  • Juaco López Álvarez, presidente del «Tous pa Tous».
  • José Ramón Puerto y Francisco Jesús Redondo, comisarios de la exposición.
  • Amador Rodríguez Calvo, hijo del escultor, en representación de la familia de Amador.
  • José Luis Fontaniella, alcalde de Cangas del Narcea.

La exposición completa se puede visitar hasta el 8 de marzo próximo. Después se mantendrá durante unas semanas una pequeña muestra en la Sala «Tous pa Tous». Más información sobre Amador en:


Amador Rodríguez Menéndez (Ceuta,1926 – Madrid, 2001), escultor cangués

Amador Rodríguez Menéndez (Ceuta, 28-02-1926 – Madrid, 10-06-2001), escultor cangués.

Su abuelo, Joaquín Rodríguez Martínez, conocido popularmente como Ravachol, casado con María García, fue alcalde de Cangas del Narcea en las legislaturas: 1894-1895 y 1910-1913.

Joaquín Rodríguez era liberal y partidario del Diputado a Cortes Félix Suárez-Inclán. En los primeros días de su primer mandato sucedió el motín de los campesinos del concejo contra el impuesto de consumos, que era completamente abusivo para una población que en su mayoría vivía en la pobreza. Los labradores asaltaron la casa consistorial y llegaron a asediar la villa. La llegada de numerosas fuerzas de la Guardia Civil y del Ejército, así como la intermediación de personas de prestigio entre los campesinos, aplacó la ira de los vecinos. El suceso se trató en el Consejo de Ministros y en las Cortes, y fue noticia en varios diarios de Madrid y Barcelona. La narración de los hechos puede leerse en El Eco de Occidente, números de 30 de noviembre y 4 y 7 de diciembre de 1894.

En su segundo mandato abrió la calle que lleva su nombre, calle de Joaquín Rodríguez, entre la plaza del conde de Toreno o el Mercao y la calle de Suarez Cantón que también se había trazado con anterioridad en esta legislatura. Durante la Guerra Civil el ejército nacional tomó la villa de Cangas el 22 de agosto de 1936. Por este motivo, esta travesía pasó a llamarse Calle del 22 de Agosto durante la etapa franquista. Con la llegada de la democracia, el nombre de la calle revierte al original.

Fueron unos años en los que la villa de Cangas sufrió una gran transformación urbanística, inaugurándose también las actuales calles de Diz Tirado, Felix María Villa en el barrio de El Corral, y el famoso y popular Paseo de Dámaso Arango (hoy calle Uría).

Precisamente, en una empresa de este señor, Dámaso Arango, diputado provincial por el Distrito de Cangas de Tineo durante ocho legislaturas entre 1877 y 1896, y cuyo nombre completo es Dámaso Rodríguez-Arango y Méndez-Castrillón (Tebongo, Cangas del Narcea, 1846 – Ceuta, 1921), trabajaba un hijo de Joaquín y María, Amador Rodríguez García, apodado Mistoja, a la postre, padre de nuestro protagonista.

Esta empresa de Dámaso Rguez.-Arango fue la adjudicataria, por subasta al mejor postor, de los proyectos de construcción, reforma y ampliación del puerto de Ceuta. Las obras se desarrollaron a través de la sociedad “Arango y García” entre diciembre de 1908 y 1928 y este es el motivo por el que los padres de Amador se trasladaron desde Cangas del Narcea (Asturias) a vivir a Ceuta donde nacerá el escultor el 28 de febrero de 1926.

Cantera de Benzú, Ceuta, año 1911.

En Ceuta, el padre de Amador dirigió la construcción y operación de un tren de vía estrecha paralelo a la costa, que transportaba las rocas para la obra del puerto desde una cantera que se explotó en Benzú, única pedanía del municipio ceutí. En la relación general de los socios de «El Tous pa Tous»
en 1 de febrero de 1928 aparece con domicilio en «Ferrocarril, Ceuta». Ejecutados los proyectos, al Puerto de Ceuta se le ratifica como puerto de interés general, por Real Decreto Ley de 24 de febrero de 1928, dos años después del nacimiento de Amador, y la familia regresa a Cangas del Narcea. El ingeniero y geógrafo cangués, Dámaso Rguez.-Arango, había fallecido en aquella ciudad el 27 de enero de 1921.

De esta manera, Amador pasaría prácticamente toda su infancia (al menos desde los dos años) y los primeros años de su juventud en Cangas del Narcea, localidad asturiana donde tenía todos sus lazos familiares y a la que siempre se sintió vinculado: «me siento asturiano, porque quiero serlo y porque lo eran mis padres, mis abuelos y todos mis antecesores.».

Sus estudios, interrumpidos a consecuencia de la Guerra Civil, son retomados después, llegando a matricularse en la Escuela Superior de Comercio de Gijón, y en 1947 se trasladó a Madrid tras aprobar unas oposiciones para técnico en el Cuerpo General del Ministerio de Hacienda.

El tiempo libre que le dejaban sus obligaciones laborales lo dedicaba a su pasión por el arte. Completamente autodidacta, su conocimiento sobre el trabajo en madera se debe a las primeras lecciones que recibió como aprendiz de un carpintero de carros en Cangas del Narcea. Con el tiempo, y ya residiendo en la capital de España, conocerá el arte del trabajo en piedra con la ayuda de Pedro Sánchez Panadero, quien dirigió en diversas esculturas el taller de Juan de Ávalos (1911 – 2006), y los secretos de la fragua y la soldadura en el taller madrileño del escultor José Espinós Alonso (1911 – 1969), autor de la gran reja de inspiración plateresca de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. A Amador se le llegó a conocer como el “domador” del hierro y en este sentido algún crítico de arte afirmó: «La chatarra informe la convierte él en expresión viva, exaltante, claramente decidora.».

Incorporación de un cubo, arista 200 cm, c.1972. Foto: Archivo del artista.

Al principio se dedicó a la pintura, donde ya se puede apreciar una tendencia hacia el constructivismo soviético. Pero a finales de la década de los años 50 la escultura le persuadió, y a ella dedicará el resto de su carrera artística, primero explorando la figura humana, para luego pasar definitivamente a la abstracción. Hacia 1960, con la serie «Tensiones» intentó una incipiente delimitación del espacio a través de estructuras de alambre y contrapesos de piedra. En 1961 realizó su primera exposición individual en la sala Amadís, de Madrid. Dos años después, en esta misma ciudad, expondrá en la Galería Eureka sus hierros expresionistas, mostrando mitigadas influencias de grandes escultores españoles como González y Gargallo, atendiendo a ritmos naturales y también convencionales.

Según Francisco Zapico [Amador. Esculturas.1959-2000. Fundación Municipal de Cultura, Educación y Universidad Popular. Ayuntamiento de Gijón. Oviedo, 2000] a partir de 1966 Amador, por influencia del escultor Jorge de Oteiza Enbil (1908 – 2003), comenzó a explorar las formas geométricas básicas y la generación de formas plásticas por medio de fórmulas matemáticas. De hecho, es posible observar una afinidad muy clara de su obra con la de Oteiza en particular y con la escuela de la escultura vasca en general, uno de cuyos representantes más reconocidos fue Eduardo Chillida (1924 – 2002).

Amador en el estudio de Jorge de Oteiza.

Por aquella época Amador decía: «Amo a todo oficio. No soy escultor de oficio, pero sí conceptual espiritualmente. Mis experimentos anteriores eran unos objetos móviles dentro de unas cajas de plástico. Se creaban así unos espacios interiores contenidos, en formas geométricas y visibles, por la transparencia del material. Un día Dios quiso obsequiarme al conocer a Jorge de Oteiza. Todo en él es dinámica, espacio, escultura viva. Su conocimiento, su mente de excepción, llenaron de combustible lo que yo pueda tener de depósito de creador». Preguntado por su concepto de la flotabilidad, respondió: «Pensé en la esfera como objeto o escultura perfecta donde nada sobra ni nada falta.».

Una de las características de la obra de Amador es la gran variedad de soportes que llegó a utilizar: piedra, madera, hierro, acero, mármol, hormigón, plástico… También son característicos los títulos de muchas de sus esculturas, tales como «Apertura de un cubo» o «Cilindro con cortes según triángulo egipcio», que resaltan un contenido geométrico que también es claro en las esculturas de Oteiza («Variante ovoide de la desocupación de la esfera», 1958) y Chillida («Modulación del Espacio», 1963).

A finales de los 60 y principios de los 70, Amador logró el reconocimiento internacional gracias a sus aportaciones a dos ediciones de la Bienal de Venecia (1968 y 1972). La Biennale di Venezia es una fundación que desde 1895, cada dos años, organiza la Exposición Internacional de Arte de Venecia, conocida como Bienal de Venecia, considerada en su género, la más importante de Italia y una de las más relevantes del mundo.

Cubo IV módulo, mitad materia, mitad espacio, 1968/1969. Acero pavonado. 20 x 20 x 18,5 cm. Procedencia: colección del artista; donada al Museo Jovellanos de Gijón en marzo de 2009.

Estas formas cúbicas, que pueden desmembrarse y cambiar de postura sin descomponerse jamás, no constituyen un juego de la inteligencia, sino algo más serio: una inteligente investigación del arte. Aquí todo ha sido medido, pensado por una mente razonadora que se mueve a instancias del corazón, un ejercicio mental «sentido» con emoción estética. Y esa alianza de inteligencia y sensibilidad señala el lugar exacto donde puede nacer una obra de arte.

El escultor Amador desintegra los volúmenes que tiene compuestos ya la geometría, para sacar de ellos las múltiples criaturas que cada forma geométrica contiene. Es un alumbramiento de posibilidades, un modo de desentrañar la forma para liberarla de su clausura lineal y poblar con ella mayores espacios. Y el resultado es admirable. Otras experiencias de Amador se apoyan en la esfera; aquí predomina la arista, pero tratada celosamente para no rasgar con ella la armonía intelectual de sus composiciones.

A causa de una afección cardiaca, Amador falleció en Madrid el 10 de junio de 2001, a los 75 años. Pocos meses después, el 30 de octubre de 2001, se inauguró en Gijón la escultura «Homenaje a las Brigadas Internacionales» basada en una maqueta dejada por el escultor cangués.

Homenaje a las Brigadas Internacionales, 2001. UBICACIÓN: Plaza de las Brigadas Internacionales, Gijón. Foto: Pablo Gómez

 

Desde el «Tous pa Tous» aplaudimos en Amador, no sólo el feliz resultado de su investigación, sino también su ardiente vocación de investigar. La tarea del escultor es ardua porque maneja materiales fuertes de difícil dominio y complicada naturaleza. Nuestro aplauso debe ser también de acero inoxidable.

El próximo lunes 5 de febrero, a las 19:30 horas, en la Casa de Cultura «Palacio de Omaña» inauguraremos la exposición «Amador, de vuelta». Traer a Amador y su obra a Cangas, de vuelta a su pueblo, es una idea que llevamos tiempo queriendo realizar, ya que lo sentimos como una obligación, y ahora va a ser posible gracias a la incondicional colaboración del hijo del artista, Amador Rodríguez Calvo, así como a la desinteresada labor de dos grandes creativos cangueses como son Francisco Jesús Redondo Losada y José Ramón Puerto Álvarez que ejercerán de comisarios de la exposición. Sirvan estas líneas para enviar nuestro más sincero agradecimiento a los tres. Y a todos nuestros socios y seguidores, sólo deciros, que allí os esperamos.

Más información sobre la obra de Amador en www.amadorescultor.com

Joaquín Pixán: ¿Aú tán las Esturias mías?

Del álbum de Joaquín Pixán: “Fernán-Coronas. Una l.lectura musical”.

  • Música: Joaquín P. Fuertes
  • Texto: Padre Galo Fernández
  • Transcripción y arreglo: Manuel Pacheco

En la interpretación:

  • Tenor: Joaquín Pixán
  • Voces Blancas del Nalón (Agrupación Coral Asturiana)
  • Dirección: Hanna del Canto
  • Piano: Eve Kerloc’h
  • Violonchelo: Javier Romero

Auditorio de Luarca (Valdés, Asturias), 29 de abril de 2023.



En el siguiente documento las personas interesadas pueden consultar y descargar la partitura.

Anecdotario profesional del médico don Rafael

Hoy 4 de enero de 2024, se cumple el 42º aniversario del fallecimiento del médico forense cangués don Rafael.

Recordemos de un forma muy somera, y de su propia voz, parte de su anecdotario profesional mediante esta grabación realizada en septiembre de 1974 por Mario Gómez del Collado en la sobremesa del banquete homenaje al médico cangues don Rafael Fernández Uría (1904 – 1982) en la que se recogen, a modo de recuerdo y de forma breve, alguna de las anécdotas de la trayectoria profesional de don Rafael.


 

Recordando motes de Jaime Graña

Jaime Graña Valdés era un popular comerciante de la villa de Cangas del Narcea, con gran sentido del humor, que manejaba con destreza el arte del lenguaje en la creación de motes.

En la siguiente audición del año 1974, a los hermanos Gómez del Collado, el abogado Mario y el arquitecto José, se les ocurrió poner a prueba la memoria del médico con Rafael Fernández Uría, utilizando motes que en el primer tercio del siglo Jaime Graña había adjudicado a distintas personas y personajes de la sociedad canguesa. Y aquí presentamos el resultado.


 

Don Rafael el Médico (1904 – 1982)

En 1979 durante la Transición Democrática se cambiaron los nombres de algunas calles y plazas de Cangas del Narcea. A una de las más principales, la antigua calle de la Iglesia, que desde los inicios de la villa en la Edad Media une la calle Mayor con la iglesia parroquial, se le puso el nombre de don Rafael Fernández Uría, suprimiendo el nombre de avenida de Galicia que le habían puesto los vencedores de la Guerra Civil en homenaje a las tropas gallegas que tomaron la villa el 22 de agosto de 1936. La decisión de este cambio lo acordó por unanimidad el pleno del primer Ayuntamiento democrático después de la dictadura franquista, presidido por  José Luis Somoano Sánchez, y a nadie en la calle le sorprendió este nuevo nombre que reconocía a don Rafael el Médico. Él todavía vivía, de modo que pudo disfrutar de este homenaje y agradecerles personalmente a los miembros de la corporación este acuerdo.

Calle de la iglesia en plano del s. XVIII y calle Rafael Fernández Uría en la actualidad.

Desde aquel cambio de callejero han pasado más de cuarenta años y hoy, muchos vecinos de Cangas que lean su nombre en la calle no sabrán quien fue este hombre bueno. Por este motivo, y porque creo que la vida de una persona que fue ejemplar para la comunidad no debe de olvidarse, he escrito esta semblanza.

 

DON RAFAEL EL MÉDICO
(1904 – 1982)

Juaco López Álvarez

Don Rafael nació en el palacio de los Uría en el pueblo de Santolaya, una familia hidalga con palacio y escudo de armas desde el siglo XVI, cuyos miembros tuvieron un gran protagonismo en la vida local desde finales del siglo XVIII y durante todo el siglo XIX. Su tatarabuelo, Antonio Uría Queipo,  fue un ilustrado en cuya casa estuvo el mismísimo Jovellanos, y su bisabuelo, José Uría Terrero, y su abuelo fueron destacados liberales en la Cangas decimonónica. El abuelo, Rafael Uría del Riego (1820-1901), fue ahijado del famoso general Rafael del Riego, primo carnal de su madre, del que tomó su nombre, y, como su hermano José, al que están dedicadas las calles Uría de varias poblaciones asturianas, militó en el liberalismo y participó en la revolución de septiembre de 1868, que provocó la caída de Isabel II. Ambos hermanos fueron muy activos en política y ostentaron cargos importantes. José, a nivel nacional, fue diputado a Cortes por el distrito de Cangas del Narcea y director general de Obras Publicas, y Rafael, a escala más local, fue diputado provincial y alcalde de Cangas del Narcea. Este abuelo de don Rafael fue una persona muy singular; un audaz empresario que invirtió en la explotación de madera en Ibias, en ferrerías en Allande, en un alto horno en Navia y en la compraventa de montes y tierras, pero al que todos estos negocios le salieron mal. Se casó con Evarista Flórez-Valdés. Tuvieron cinco hijos: Carlos (1858-1900), Rafael (1859-1933), José, Antonio (1864-1927) y Blanca. Como ninguno de los varones se casaba decidieron que la única hermana, Blanca, debería de hacerlo para asegurar la continuidad de la casa. Se casó en 1901 con Antonio Fernández Fernández, vecino de la parroquia de Santolaya, de la casa de Cueiras, un hogar de campesinos acomodados, que, como no era el primogénito, es decir, no iba a heredar casi nada, había emigrado a Madrid. Allí, según tradición familiar, trabajó como sereno y sirviendo en la casa del duque de Alba, dos ocupaciones muy habituales entre los cangueses en la Corte. Era un hombre serio y organizador, que mantuvo la casa de Uría en unos tiempos en los que estas casas de terratenientes estaban desapareciendo. En los años veinte obtuvo premios en concursos de ganado. Fue concejal del ayuntamiento de Cangas del Narcea en 1927 y en abril de 1931 salió elegido en la candidatura republicana. Militó en el partido de Izquierda Republicana. El matrimonio tuvo cuatro hijos: María, que murió de tuberculosis con 16 años en diciembre de 1917, Rafael, Julia y Nieves. La madre falleció joven, en mayo de 1915, con 46 años de edad.

Edificio nº 5 en la Cava de San Miguel, Madrid, donde residió en sus años de estudiante de medicina don Rafael.

Don Rafael nació en Santolaya el 8 de septiembre de 1904. Estudió en la escuela de Cangas del Narcea con doña Jovita Rodríguez y don Ibo Menéndez Solar. Hizo el bachillerato interno en el Colegio de los Dominicos de Oviedo y al acabar se fue a Madrid a estudiar medicina en la Universidad Central. Como en la familia no sobraba el dinero, se alojaba en una pensión de la calle de la Cava San Miguel, número 5, junto a la plaza Mayor, donde en invierno estudiaba envuelto en una manta. Terminó la carrera en junio de 1929, con veinticinco años, y se presentó ese mismo año a oposiciones a tocólogo (según La Maniega, 23, noviembre-diciembre, 1929), aunque no sabemos con qué resultado.

La intención de este joven licenciado en medicina siempre fue la de volver a Cangas y establecerse aquí. Nunca tuvo deseos de quedar en Madrid o ejercer la profesión fuera de Cangas. Por eso en 1930 está instalado en Cangas y en mayo de 1931 es nombrado «médico interino del Juzgado de Primera Instancia de Cangas del Narcea».

Es uno de los fundadores del Partido Republicano en Cangas del Narcea en septiembre de 1930. Forma parte de la primera junta directiva, que esta integrada por trece hombres, que son profesionales, empresarios, comerciantes, industriales  y tres obreros. Algunos de ellos son también, como don Rafael, descendientes de liberales y republicanos del siglo XIX, como Gumersindo Díaz Morodo «Borí», Genaro Flórez González-Reguerín, Santiago García del Valle o Mario de Llano. Don Rafael es nombrado secretario. Este partido obtendrá unos buenos resultados en las elecciones municipales de abril de 1931, aunque no las ganará. Sin embargo, con la proclamación de la República el 14 de abril se hará cargo de la alcaldía su presidente Mario de Llano.

Don Rafael se casó en 1934 con Milagros Rodríguez Muñiz, hija del confitero Eduardo Rodríguez Francos y Florentina Muñiz Méndez. Tuvieron una hija, Blanca.

Don Rafael y su esposa Milagros en 1934. Fotografía Art Roca (Madrid).

Con el golpe de estado del 18 de julio de 1936 y la entrada del ejercito franquista el 22 de agosto de ese mismo año, es destituido de su puesto de médico forense y encarcelado. Entra en la cárcel el 9 de septiembre y al día siguiente también detienen a su padre por sus ideas republicanas. Dos días después les comunican que para salir de prisión tienen que pagar una multa de un millón de pesetas, una cantidad extremadamente alta en comparación con las multas que se ponen a otros presos en esas misma circunstancias. Horrorizados por lo que están viviendo con las sacas de presos, que son fusilados en las cunetas, y teniendo en cuenta que carecen de ese dinero deciden entregar como aval todos sus bienes para salir de la cárcel. Según Tano Ramos, que está investigando la represión franquista en Cangas del Narcea, esta multa exorbitada fue la consecuencia de un hecho en el que se vio involucrado don Rafael. En septiembre de 1936 los franquistas matan de noche a Pepín Ordás, vecino de Ambasaguas, y su madre, Esperanza, se entera a la mañana siguiente cuando le lleva el desayuno a la cárcel; va hasta el cuartel de la Guardia Civil, sede de la comandancia militar, y allí increpa a los guardias gritándoles: «¡Asesinos, criminales!», en un estado de gran nerviosismo. Cuando llega a su casa, su hija Mercedes, viendo su estado de ansiedad, avisa a don Rafael que acude a atenderla. En ese momento llegan dos guardias civiles a detener a la madre, pero sale don Rafael a la puerta y les dice que mientras la enferma esté bajo su custodia no se la pueden llevar. Los guardias no volvieron más, pero don Rafael fue encarcelado esa misma tarde del 9 de septiembre. Con el aval de sus propiedades, él y su padre son liberados el 11 de septiembre.

Volverán a ser detenidos el 2 de abril de 1937, pero al día siguiente consiguen cumplir el arresto en su domicilio. Son juzgados en un consejo de guerra el 17 de abril. Don Rafael sale absuelto, gracias a las declaraciones favorables de personas afines al nuevo régimen. En cambio, su padre es condenado a ocho años de cárcel, que cumplirá en la Isla de San Simón (Vigo); saldrá en libertad tres años después, en abril de 1940, y fallecerá al poco tiempo.

Don Rafael coincidió en la cárcel de Cangas con Pepe Llano y Pepe Álvarez Castelao, otros dos republicanos de familias pudientes de la villa. En ese tiempo se incorpora al léxico de la familia de don Rafael el dicho: «en esta vida vale más ser el paño que la tijera», que le dice doña Balbina Castelao Gómez a Milagros, la mujer de don Rafael, refiriéndose a que vale más pasar penalidades uno mismo que ser tú la causa de esas penas en otras personas. Será una sentencia muy repetida en la familia, donde se valora la bondad sobre todas las cosas.

La represión franquista también afectó a otros miembros de la familia de don Rafael: a sus dos cuñados, también médicos y republicanos. El marido de su hermana Julia, Alfredo del Coto, natural de Tineo y amigo íntimo del republicano José Maldonado (1900-1985), alcalde de Tineo entre 1931 y 1933, estuvo exiliado durante ocho años en Francia. Y el marido de Nieves, Primitivo Suárez, fue fusilado el 19 de abril de 1937 en el cementerio de Arayón, al día siguiente de dictarle la sentencia de pena capital tras un veloz consejo de guerra.

Ante este estado de cosas, don Rafael vivió muy atemorizado durante estos años de guerra y postguerra, pero no rendido. Trabaja por su cuenta como médico en Cangas del Narcea, y hace a escondidas algunas salidas nocturnas para atender a fugados en el monte o represaliados políticos, corriendo un gran riesgo. Una vez le llamaron para asistir al parto de una mujer fugada con su marido y lo llevaron, desde La Regla de Perandones a Veiga de Hórreo, con los ojos tapados para que no supiera donde estaban escondidos. También atendió a finales de los años cuarenta al padre de los Manzaninos, José Fernández, que estaba escondido con dos hijos en la bodega de la casa de su hija Lola, en Ambasaguas.

Cangas del Narcea. Calle de la Iglesia (actual, calle Rafael Fernández Uría) y esquina de la calle Dos Amigos, 1965.

Era un hombre de pocas palabras, pero preciso y certero en sus diagnósticos. Una de las anécdotas que se cuenta de él es la de un paisano que lo describió del siguiente modo: «Falar, fala pouco, pero cavilar, muito cavila». Tenía un carácter similar al de su tío Antonio y al de otros Uría de la familia. De este tío se escribió a su muerte que era un «hombre recto, de carácter amable, ecuánime y sencillo en extremo, era querido por todo el mundo y respetado en sus juicios y apreciaciones, ya que gozaba de fama de buen calculista y pensador profundo y certero». Y también que era «tan bueno, tan pacífico, que en los sesenta y dos años de su vida jamás ha reñido con nadie, ni levantado una voz más alta que otra» (La Maniega, 6, febrero de 1927). Así era también don Rafael.

En 1947 es rehabilitado por el régimen franquista y reingresa a su cargo como médico forense. Lo destinan al juzgado de Belmonte de Miranda, pero solicita una excedencia porque no quiere marchar de Cangas. Seguirá dedicado a la medicina privada hasta 1950 en que vuelve a ocupar el puesto en el juzgado de Cangas del Narcea. Pasado el vendaval de la guerra y la represión, vuelve don Rafael a una vida rutinaria. Se traslada en 1959 a vivir al primer piso del número 2 de la calle Dos Amigos (hasta entonces había vivido en la calle de La Fuente), a una de las primeras casas de pisos que se levantaron en la villa en aquel tiempo.

No era una persona de bares ni de vida pública. Él mismo se declara en 1937 «de carácter apocado y hombre muy casero». Era miembro de la Sociedad de Artesanos encargada de La Descarga, pero tenía pánico a los voladores. Le gustaba la soledad y se entretenía a menudo jugando a los solitarios con la baraja. También le gustaba la naturaleza, los paseos por el campo y bañarse en el río, y era conocido su miedo a los perros. Amigo de la conversación y la tertulia, pero con pocas personas. En los años cuarenta y cincuenta se reunía en la rebotica de la farmacia de Peñamaría (actual farmacia Pereda) con  su propietario, Joaquín Peñamaría, y el médico Manolo Gómez y su hermana María, y en los setenta iba a casa del abogado Mario Gómez del Collado en las tardes de invierno. El anfitrión era hermano de Grato, otro fundador del partido republicano y estudiante de medicina, que fue fusilado en Luarca por los franquistas en 1937 con 27 años de edad. En aquellas tertulias privadas se hablaba de todo.

Placa profesional del médico don Rafael.

Don Rafael, gracias a su buena memoria, era un gran narrador de historias y anécdotas que le habían sucedido a él en el ejercicio de su profesión como médico. Muchas de esas historias eran el resultado del contraste entre la vida y la mentalidad urbana y la rural, entre el licenciado en medicina, comprensivo y bueno, y la cultura de los campesinos marcada por las creencias populares, la tradición y la subsistencia.

Heredó el palacio de sus antepasados en Santolaya, y lo cuidó con esmero y perseverancia, en tiempos en los que el destino habitual de estas casonas era el abandono. Supo, además, transmitir a su hija y a sus nietos el interés por este patrimonio. Hoy, es uno de los pocos palacios que existen en Asturias que sigue en manos de la misma familia que lo construyó. En 1976 el historiador Alberto Gil Novales (1930-2016), especialista en el Trienio Liberal, les dedicó a don Rafael y a don José Suárez Faya, párroco de Cangas del Narcea, su libro Rafael del Riego. La Revolución de 1820, día a día (Editorial Tecnos, Madrid), calificándolos de «entusiastas de su tierra y de su historia». Don Rafael, que llevaba el nombre de su abuelo, que a su vez, como ya dijimos, se lo debía al mítico general del liberalismo español, colaboró con Gil Novales buscando información sobre el general Riego:

Y el inteligente y simpático don Rafael Fernández Uría, médico de Cangas a quien este libro va dedicado, me comunicaba en carta del 26 de febrero de 1975 que al indagar en Tuña (casa natal del general) sobre la existencia de documentos a él relativos, se le contestó «que sí era cierto que los había antes de la guerra civil, pero que el temor a represalias, durante ésta por su tenencia, les hizo ocultarlos en el campo, con la consiguiente desaparición», datos que comprobé yo mismo en una visita posterior a Tuña.

Don Rafael se jubiló en 1974. Se le organizó una comida de despedida en la que leyó un discurso que hemos encontrado en el archivo de Mario Gómez del Collado y que acompañamos a esta semblanza. Siguió atendiendo a sus conocidos y a las familias de sus antiguos correligionarios políticos hasta casi el final de sus días. En los últimos años, durante la Transición Democrática, como otros muchos de aquellos viejos republicanos y liberales españoles de los años treinta, fue un gran admirador de Adolfo Suárez y de su reforma política. Murió el 4 de enero de 1982.

En 1989, Nieves López, vecina de Cangas del Narcea, le dedicó un poema en la revista La Maniega, nº 48 (Cangas del Narcea, enero-febrero, 1989):

«Don Rafael»

¡Ay! que médico, Dios mío,
tuvimos en este Cangas,
trabajador, listo, bueno,
nada egoísta, con garra.

Recorrió todos los barrios,
sin cobrar una peseta,
con viento, frio y nieve,
alumbrando con linterna.

Ayudó a curar los maquis,
recorrió montes y vegas,
trajo al mundo niños pobres,
hijos de huidos de guerra.

A este hombre inigualable,
entregado a su carrera,
solo le imponía respeto
un perro en la carretera.

Era parco de palabras
y una vez una mujer
dijo de él, una frase
que demostró su valía:
«Don Rafael fala pouco,
cavilar, muito cavila».


Rafael Fernández Uría, año 1980.

Minuta para el acto de despedida
(de Rafael Fernández Uría, médico forense)

DOS PALABRAS nada más, contando con vuestra benevolencia y agradeciendo a unos y a otros la asistencia y presencia en este acto. Dos palabras cargadas de emoción por el significado y por las circunstancias que se me imponen.

AMIGOS TODOS. Siempre he sentido gran satisfacción en estas reuniones de hermandad y de compañerismo, como en San Raimundo de Peñafort, Santa Tasa y tantas otras; y gran sentimiento, en mayor o menor grado, con ocasión de despedidas de amigos funcionarios, de tantos como nos dejaron con su marcha durante años. Y hoy, por fuerza de la edad y de la reglamentación del caso, me toca a mí despedirme.

Se ha dicho, por voces autorizadas, que la jubilación encierra dos direcciones: una, la confortable, de lograr el deseado descanso después de muchos años de tarea profesional, con sus placeres y sinsabores inevitables; y otra, la desagradable, por sensación del retiro, es decir, de agotamiento, de incapacidad y si se quiere de complejo, al verse el jubilado en campo tan distinto y desacostumbrado, el ocio al fin. Pero yo creo, sin embargo, que en mi caso podré sobrellevar esta situación satisfactoriamente con la compañía de mi esposa e hijos, y con la ilusión del desarrollo y encauzamiento de mis nietos; y, además, porque sin ambiente extraño, como natural de estas tierras, seguiré entre vosotros viviendo en el mismo marco, contando con vuestra amistad y compañía, y con mayor o menor proximidad. Así pues, nada de incapacidad ni de complejo, sino con optimismo; a vivir se ha dicho y desde luego a vuestra disposición.

Guardo entrañable recuerdo de los compañeros médicos que me han precedido en el cargo, de los jueces y funcionarios judiciales que durante tantos años me han auxiliado o me hicieron más llevadera y menos ardua mi función forense, y de los profesionales del derecho y de la medicina con quienes he mantenido y mantengo, más que por méritos propios por deferencia inmerecida hacia mi persona, afable y sincera relación y colaboración. A todos mi mejor recuerdo y más sincera gratitud.

El médico, por sagrado deber y verdadero honor, debe llevar la salud a los más recónditos lugares, en todo tiempo, y me queda la satisfacción de haber pateado todo el territorio del concejo y casi del partido [judicial], incluso en años en que las grandes dificultades de comunicación, y de carencia de personal y de medios auxiliares, constituían verdadera penuria. También debe el médico auxiliar a la Justicia y al necesitado; en lo primero, mi función de forense ha sido cumplida en cuanto ha estado a mi alcance, y en lo segundo, puedo contar sin vanidad y sin vanagloria, que también he llegado muchas veces, con desinterés económico y con todo interés profesional, hasta la cama del pobre tanto como a la del rico. Esto queda para mí, con especial recordación y satisfacción.

Podría contar infinidad de anécdotas profesionales, de tantos años, ya que el anecdotario es un resumen de la vida y un historial de cada persona o circunstancia, y todo ello vendría a cuento, puesto que al fin me voy retirado de mis funciones, y no sin dejar huella de mis actos. Pero no quiero excederme de estas dos palabras, ni tampoco silenciar algunos recuerdos al respecto. Me decían que casi tendría tantos conocimientos como un abogado, porque veían en mi despacho muchos libros. Que por ser yo, persona de pocas palabras, acertaría o no con la enfermedad del paciente, pero por lo menos mucho cavilaba, es decir, mucho pensaba en la dolencia; aunque la verdad es que, terminado el reconocimiento y la prescripción facultativa, ningún pensamiento me quedaba, como no fuese por la dificultad del regreso a casa. Que podía ir tranquilo hasta el pueblo de residencia del enfermo, porque no había perros por el camino y que si alguno aparecía el acompañante se encargaría de tornarlo; porque cierto es que los perros, mastines por lo regular, y pese a su lealtad al hombre, no me inspiraban gran seguridad, y porque, sin alarde alguno, confieso que el miedo es libre. Y al paisano que me acompañaba en el trayecto solían preguntar los labradores desde sus fincas de labor, que contemplaban nuestro paso: – «¿Para quién va?», y el acompañante contestaba: «Para fulano de tal, de tal pueblo que está de plumonía»; pero tantas veces preguntaban, que el paisano familiar del enfermo, ya cansado de atender, en cuanto veía que uno se acercaba, sin esperar a la pregunta, decía que «va para fulano, de tal pueblo y de tal casa, que está en la cama», y así sucesivamente.

En una de tantas autopsias practicadas, me decía uno de los presentes: – «Tenga cuidado de que todo lo que salga caiga en tierra sagrada» (se refería al terreno del camposanto o cementerio). Y en otra ocasión advertían: «Que no se toque en el muerto hasta que venga la justicia. Y ¿qué es la Justicia?, pues la Justicia debe ser ese rabañau de xente que vien de cuando en cuando a ver las fincas».

Las demás anécdotas, siempre interesantes igualmente, quedan en el archivo de la memoria. Y así llego a punto de terminar.

Yo deseo a todos los presentes la mejor suerte en sus respectivos cometidos y que puedan llegar a la jubilación, al retiro o al descanso con el mismo bienestar que afortunadamente me acompaña.

Agradezco a todos, repito, la asistencia y presencia en este acto, que embargando de emoción mis palabras, tan solo me deja ya decir, con la esperanza y con la ilusión posible: hasta luego.

Y levanto mi copa como brindis de despedida y como símbolo de gratitud. A todos mil gracias y un cordial abrazo.

 

Cangas del Narcea, septiembre de 1974.


Gracias al magnetofón de Mario Gómez del Collado, en la fonoteca del «Tous pa Tous» conservamos el final de este discurso de la propia voz de don Rafael. Un estupendo colofón a esta semblanza. Escuchemos aquí a nuestro protagonista.

 

 


Tráiler oficial del documental «Memoria de los nuestros»

El productor audiovisual Benito Sierra (Cangas del Narcea, 1976) estrenará este segundo documental sobre la minería en Cangas del Narcea (Asturias) en el primer trimestre de 2024. Tras el éxito cosechado por «Huellas mineras» este nuevo trabajo, que complementa al anterior, recoge testimonios de los trabajadores de la primera época de la minería canguesa. Son personas que desde muy jóvenes «venían de trabajar en las vides y en la ganadería, e iban a buscarse la vida a la mina».

Este tráiler oficial fue presentado en el Teatro Toreno de Cangas del Narcea el pasado 2 de diciembre de 2023. Al igual que «Huellas mineras: Patrimonio Industrial en Cangas del Narcea» este reportaje cuenta con la colaboración del «TOUS PA TOUS. Sociedad Canguesa de Amantes del País».



 

Diego Rodríguez, mención especial en la gala anual de deportes para ciegos

El jovencísimo Diego Rodríguez recogiendo la distinción que le otorgó la Federación Española.

La Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC) celebró el martes 14 de noviembre su gala anual en la que reconoció la labor de deportistas, técnicos, entidades y periodistas que han trabajado este año para avanzar en la inclusión de distintas disciplinas deportivas y fomentar el deporte entre los más jóvenes como vía de integración social.

Esta Federación que cuenta con el apoyo de la ONCE, cumple 30 años y engloba las diferentes modalidades deportivas que practican las personas con discapacidad visual y ceguera total:  ajedrez, atletismo, esquí alpino, fútbol 5, fútbol sala, goalball, judo, montaña, natación y tiro con carabina. Cuenta con más de 1.700 licencias de deportistas federados sus diez disciplinas deportivas. En la historia del deporte paralímpico español, los deportistas ciegos o con discapacidad visual grave han conseguido 288 medallas en Juegos Paralímpicos, 39 de ellas en los de invierno.

En el acto estuvieron presentes técnicos de la propia Federación, y relevantes deportistas ciegos o con discapacidad visual, entre ellos un joven asturiano de Cangas del Narcea, Diego Rodríguez, destacado con una mención especial.

Este karateca cangués, que padece un trastorno genético conocido como albinismo ocular, con tan solo 10 años ya es campeón de Asturias alevín, logró tres oros en los Juegos Deportivos del Principado y en el Trofeo Villa de Cangas del Narcea, además de lograr el oro en la Final de la Liga Iberdrola. Fue Grand Winner 2022 por parte de la Real Federación Española de Kárate y formó parte de la concentración ‘Descubriendo talentos’ del equipo nacional de kárate paralímpico. En 2023 ha sido convocado con la selección asturiana y se proclamó campeón de España de la categoría alevín visual K11.

¡Felicidades Diego! Por tu pundonor, eres un ejemplo a seguir y un orgullo cangués.

«Filosofía de la intemperie», nuevo libro del cangués Manuel López

El martes 21 de noviembre a las 19:30h, nuestro socio Manuel López López ‘Manolín el de Pilar’, presenta en la Librería Treito de Cangas del Narcea su segundo libro. Le acompañarán en la presentación: Benedicta Placer Villarino ‘Placerín’, Manuel Fidalgo Fernández ‘Loli’ y Benjamín López Hidalgo, también socio del «Tous pa Tous».

«Filosofía de la intemperie» es un relato, entre realidad y ficción, que se ubica en un lugar alejado y ancestralmente incomunicado, al que el autor vuelve tras el confinamiento por la Covid-19, después de haber vaciado en su primer libro, «El puente de la memoria. 1936-2020», recuerdos que se negaban a ser olvidados. La historia comienza en el entorno de una capilla, donde se encuentran las raíces del pueblo.

El autor narra las causas y las circunstancias por las que sus moradores llegaron a desarrollar la singular filosofía de vida que se les atribuye. Luego, paso a paso, nos introduce en algunas historias de las que fue testigo o tuvo noticia durante su infancia y adolescencia. Unas transcurren en bares y bodegas, a las que equipara a capillas y santuarios, otras en puentes y miradores, pero todas están protagonizadas por aquellos a los que considera auténticos filósofos y que, salvando las distancias, en algunos momentos de la narración, llega a comparar con los clásicos por las enseñanzas y el legado que dejaron para su pueblo. Finaliza el libro con una pormenorizada lista de personas y situaciones entrañables, dejando en el aire un par de dudas existenciales.

Una clase con Uría

 

Con motivo de la exposición temporal que el Tous pa Tous presenta en la Casa de Cultura de Cangas del Narcea sobre la figura de José Francisco de Uría y Riego (1819-1862), invitamos a los centros escolares a difundir la figura de este paisano nuestro que da nombre a importantes calles en Oviedo, Gijón, Luarca, Madrid y Cangas del Narcea.

Con este fin hemos elaborado unos materiales que ponemos a disposición de todos:

  • Actividades a realizar durante la visita:

 

  • Actividades para realizar solo en el aula si no se puede asistir a la exposición:

 


 

Presentación del retrato de Mario Gómez y Gómez: ‘El Gaitero de Limés’

Vídeo del sencillo acto de presentación y depósito de este retrato recuperado y restaurado por el «Tous pa Tous», que se celebró en la Biblioteca Municipal «Padre Luis Alfonso de Carvallo» de Cangas del Narcea (Asturias).

  • Casa de Cultura «Palacio de Omaña», jueves 21 de septiembre de 2023.
  • Interviene: Juaco López Álvarez, presidente del «Tous pa Tous. Sociedad Canguesa de Amantes del País».
  • Realizador audiovisual: Benito Sierra González.
  • Información de la obra:

José Alejandro

“El gaitero de Limés”, 1920

Retrato de Mario Gómez Gómez (Cangas del Narcea, 1872 – 1932).
Médico militar, escritor, historiador, filántropo, polifacético y vital, fundador del Tous pa Tous y la revista La Maniega en 1925.

Óleo sobre lienzo

Propiedad del “Tous pa Tous. Sociedad Canguesa de Amantes del País”
(Gentileza de Sofía Mateos Peñamaría)



 

‘El Gaiteru de Limés’ vuelve a Cangas del Narcea para quedarse

El año pasado, con motivo del 150º aniversario del nacimiento del fundador de nuestra asociación «TOUS PA TOUS», el renombrado Mario Gómez y Gómez (Cangas del Narcea, 1872 – 1932), entre otras cosas organizamos una exposición que recorría la vida y obra de este ilustre cangués. En la misma se mostraron entre otras curiosidades, libros, diplomas, honores, fotografías, carta autógrafa y como pieza destacada, el retrato El Gaiteru de Limés (autor: José Alejandro, 1920) cedido para la ocasión por Sofía Mateos Peñamaría, sobrina nieta del retratado, que lo tenía en su domicilio en Madrid.

El estado de conservación que presentaba esta obra era bastante deficiente, sobre todo debido a problemas de roturas estructurales del lienzo. El aspecto general de la pintura era oscuro y mate, especialmente en las zonas con golpes y rozaduras. El barniz se hallaba oxidado por la acción del aire y la humedad, lo que daba a la obra un aspecto general oscurecido. El deterioro lógico del soporte por el paso de los años, favorecía los problemas de tensión del lienzo, dañando aún más la obra y además, en el marco se observaban bastantes faltas de dorado.

Para la exposición, se le hizo un “lavado de cara” que consistió básicamente en una limpieza general del cuadro. Tras la exposición, propusimos a su propietaria que el retrato quedase en Cangas, en algún lugar con garantías de conservación y seguridad. Su gentil respuesta fue que, por su parte, no tenía inconveniente alguno, que el «TOUS PA TOUS» podía disponer de él como si fuera suyo… procurando, claro está, esas garantías.

Desde ese momento, nos pusimos en marcha y lo primero que hizo el «TOUS PA TOUS» fue someter la obra pictórica a un completo proceso de restauración y re-entelado. Para ello utilizamos los servicios de un prestigioso restaurador de Trubia cuya profesionalidad nos garantizaba que el retrato, mediante su restauración y mantenimiento, recuperaría las mejores condiciones de conservación.

José Alejandro — “El gaitero de Limés”, 1920 — Retrato de Mario Gómez Gómez (Cangas del Narcea, 1872 – 1932). Médico militar, escritor, historiador, filántropo, polifacético y vital, fundador del Tous pa Tous y la revista La Maniega en 1925. — Óleo sobre lienzo — Propiedad del “Tous pa Tous. Sociedad Canguesa de Amantes del País” (Gentileza de Sofía Mateos Peñamaría)

Una vez terminado todo este proceso llegaba el momento de buscarle un sitio en Cangas del Narcea.  Tras varias propuestas y deliberaciones entre los miembros de El Payar, nos pareció que el mejor sitio para colocar este genial retrato del fundador de la Sociedad Canguesa de Amantes del País «TOUS PA TOUS» y de la revista La Maniega, que además de médico y militar, fue escritor y cronista de la vida y la historia de Cangas del Narcea, era la biblioteca municipal. Pedimos opinión a la bibliotecaria Julia Gallego, y como le pareció una gran idea, definitivamente, este fue el sitio elegido.

Desde el pasado 21 de septiembre de 2023, todos los usuarios de la Biblioteca Pública Municipal de Cangas del Narcea «Padre Luis Alfonso de Carvallo» y cualquier otro curioso visitante puede contemplar y disfrutar de El Gaiteru de Limés, que ha vuelto a Cangas del Narcea para quedarse.

Además del retrato de Mario Gómez, el «TOUS PA TOUS» hizo entrega de varios libros suyos a la biblioteca municipal de Cangas. Estos libros fueron aportados por las herederas de Manuel Gurdiel Sierra y por José Ramón Flórez Areces, Sofía Mateos Peñamaría y María Teresa González Ferreiro.

Algunos de los libros de Mario Gómez que se entregarán a la biblioteca de Cangas en el acto de presentación de su retrato ‘El Gaiteru de Limés’

El sencillo acto de presentación y depósito de este retrato se puede ver y escuchar este enlace: Presentación del retrato de Mario Gómez y Gómez: ‘El Gaiteru de Limés’


Acto de inauguración de la exposición dedicada a José Francisco Uría y Riego

En el siguiente vídeo podéis ver y escuchar el acto de inauguración de la exposición dedicada a José Francisco Uría y Riego que se celebró en Cangas del Narcea el 13 de julio de 2023 en la Sala «Tous pa Tous» de la casa de Cultura «Palacio de Omaña».

La Sociedad Canguesa de Amantes del País «Tous pa Tous», tras cumplirse el segundo centenario del nacimiento de Uría (Cangas del Narcea, 1819 – Alicante, 1862) , organizó esta exposición para recordar y conocer mejor a este ilustre cangués que, además de Director General de Obras Públicas, fue un político amante de su patria chica y preocupado por la prosperidad del terruño que le vio nacer.

Presentan: Juaco López y Mercedes Pérez.
Participan: Benito Álvarez, Jorge Rodríguez, Elena Barrero, Jesús H. Feito.
Imagen y sonido: Benito Sierra.

Aprovechamos para informaros que esta interesante exposición se puede visitar hasta final de este año 2023 en el horario de la Casa Cultura de lunes a viernes:

SEPTIEMBRE

    • De 9.00 a 14.00 h

OCTUBRE A DICIEMBRE

    • Mañanas de 10.00 a 13.30 h.
    • Tardes de 16.00 a 19.30 h.


Exposición: José Francisco Uría y Riego (Cangas del Narcea, 1819 – Alicante, 1862)

José Francisco de Uría y Riego (1819-1862) da nombre a la calle más comercial de Oviedo y a otras principales en Gijón, Luarca y Cangas del Narcea. Nació en el seno de una importante familia de la nobleza rural asturiana con solar en Santa Eulalia de Cueras (Cangas del Narcea).

¿Quién fue este paisano nuestro, hijo predilecto de Asturias, y a que se dedicó durante su corta vida para merecer estos honores?

La Sociedad Canguesa de Amantes del País «Tous pa Tous» organiza una exposición para conocer mejor a este ilustre cangués que, además de Director General de Obras Públicas, fue un político amante de su patria chica y preocupado por la prosperidad del terruño que le vio nacer.

La inauguración de esta exposición temporal será el próximo jueves 13 de julio a las 19:30h en la Sala «Tous pa Tous» de la casa de Cultura Palacio de Omaña de Cangas del Narcea y se podrá visitar durante los meses de julio a diciembre.



 

Titi Lastra (canción asturiana)

Titi Lastra, también conocido como Titi Calón, interpretando una canción típicamente asturiana. En el bar La Parra de Anita y Pepín Peña; Cangas del Narcea, octubre de 1969.

Locutor: Mario Gómez Del Collado

Fonoteca: «Tous pa Tous» – Cangas del Narcea



 

La Tuna Estudiantil de Cangas del Narcea en 1962

Antecedentes de la Tuna Estudiantil de Cangas del Narcea h. 1961. De izda. a dcha.: Gerardo Marcos, Pacuti, José Puente, Pepe Rengos, Miguel Ángel Quevedo, Gerardo Menéndez, Modesto Freije y César Manuel. Hay otro “tuno” tapado, que es José Luis San Miguel.

Gracias al empeño y la perseverancia de Mario Gómez del Collado en elaborar una fonoteca canguesa para difusión a las generaciones venideras y al mismo empeño y anhelo de su hijo Mario Gómez Marcos para darla a conocer, el «Tous pa Tous» inicia un interesantísimo proyecto de digitalización de una serie de cintas de magnetófono de bobina abierta cuyo contenido no dejará indiferente a nadie.

Todas estas grabaciones fueron recopiladas por Mario Gómez durante los años 60 y principios de los 70 en diferentes casas, establecimientos y lugares de la villa y el concejo mediante un magnetofón de la época, formando un importante archivo histórico con infinidad de registros: musicales, conversaciones, discursos y anécdotas de Cangas del Narcea.

Como muestra y anticipo de todo ello, reproducimos a continuación una de estas audiciones. Se trata de una actuación que, con motivo de las vacaciones de Semana Santa del año 1962, interpretó la Tuna Estudiantil de Cangas del Narcea, que como podréis comprobar era de lo más animada y simpática.


 

El blog de Mario Gómez Marcos

Los artículos del blog «Desde el corazón de Cangas. Yo no quiero que mi concejo se muera», que escribió el abogado Mario Gómez Marcos (Cangas del Narcea, 1960 – 2023) entre enero de 2020 y enero de 2023, son una consecuencia del estado de apatía y crisis que padece el concejo de Cangas del Narcea. Son un grito de rabia y de desesperación al observar la gestión del día a día de la política municipal. Su autor sabía perfectamente que la crisis del medio rural es general a amplios territorios de España y Europa, pero también era conocedor que en el ámbito local esa situación se puede paliar aplicando conocimientos, trabajo, colaboración, gestión eficaz, etc. Medios y recursos públicos para ello existen, pero lejos de aplicar aquellas recetas, la situación actual se caracteriza por una gestión apática, repetitiva, burocratizada y lenta que todo lo enfanga, que provoca el desánimo de los administrados, en este caso los vecinos de Cangas del Narcea, y que conduce al despoblamiento.

Mario Gómez era muy consciente de todo esto y también del silencio de los medios de comunicación ante estos hechos. Por ello, en el mes de enero de 2020, comenzó a escribir estos artículos de opinión para compartir con los cangueses sus preocupaciones, conocimientos y esperanzas. Estaba satisfecho con la cantidad de lectores de su blog, pero no tanto con la escasez de comentarios y la falta de participación. Su información fue siempre rigurosa y veraz, y nunca nadie la puso en duda públicamente. Como era una persona enérgica, poco dada a faenas de alivio, en los tres años que dedicó a este blog escribió 350 artículos. La mayoría tratan sobre la política municipal en Cangas del Narcea, que acomete con crítica, sin pelos en la lengua, siguiendo la estela de los periodistas cangueses Gumersindo Díaz Morodo «Borí» (1886-1944) y Odón Meléndez de Arvas (1851-1923), cuyos artículos periodísticos pueden verse en esta misma web.

Mario opinaba que el conocimiento de la política local canguesa era muy útil para comprender la vida política asturiana y española, a las que dedicó algunos artículos, y lo resumía con una frase que repetía a menudo: «todo se explica desde Cangas». Su oficio de abogado y su pasión por el Derecho también lo llevó a tratar otros muchos asuntos relativos al derecho consuetudinario, leyes y sentencias judiciales polémicas, partidos políticos, la administración pública, estudios de historia contemporánea, etc. Todos ellos escritos de manera amena y didáctica con el objeto aclarar cosas de difícil comprensión para los legos en Derecho.

Los artículos escritos por Mario Gómez «desde el corazón de Cangas» constituyen un apreciable testimonio de la vida del concejo de Cangas del Narcea en esos tres años del siglo XXI. Son la opinión de un vecino valiente e implicado desde su juventud en iniciativas como las revistas Maniega2 (1976) y Entrambasaguas (1980-1981), la fundación del Club Juvenil y la Asociación Cultural «Pintor Luis Álvarez», la militancia un par de años en las Juventudes Socialistas y, en los últimos años, la refundación y desarrollo del «Tous pa Tous», sociedad que fundó su tío abuelo, otro Mario Gómez, en 1926. En fin, son la opinión de un vecino de la villa de Cangas que quiso poner su grano de arena para mejorar la situación del concejo escribiendo sobre él y denunciando lo que consideraba lesivo para los intereses comunes. Por todo ello hemos considerado de interés recogerlos y difundirlos en la web del «Tous pa Tous».

 

Enlace a: EL BLOG DE MARIO GÓMEZ MARCOS


Emilio Rodríguez (1938-2020), un poeta cangués recuperado

Edición completa de la poesía de Emilio Rodríguez

La Editorial San Esteban-Edibesa, de Salamanca, acaba de editar la obra poética completa de Emilio Rodríguez, Detrás de las palabras. Poesía I y Poesía II (dos tomos de 778 y 770 páginas, ilustrada), en edición de Fr. Bernardo Fueyo Suárez, O. P., y estudio introductorio de María del Sagrario Rollán.

Emilio Rodríguez nació el 9 de julio de 1938 en Villar de Adralés (Cangas del Narcea, Asturias). A los 19 años profesó como dominico, y en 1966 concluyó sus estudios en San Esteban de Salamanca con la Licencia en Teología. Completó su formación en la escuela de periodismo de la Universidad de Navarra (1966-1969) y, a partir de esa fecha, desarrolló su actividad pastoral y profesional en la editorial OPE en Guadalajara, en Salamanca como Director 15 años de Radio Popular y en la comunidad de Parquelagos-Galapagar (Madrid). Falleció el 15 de noviembre de 2020.

Creó y participó en grupos literarios en Madrid, en El Escorial y, sobre todo, en Salamanca, donde animó una tertulia literaria en San Esteban, aún activa, y la revista a ella vinculada Papeles del martes. Es autor de una extensa e importante obra poética, que ahora se edita en dos tomos. El primero reúne veinticuatro poemarios publicados en vida del autor, sus entregas en Papeles del martes, y algunas de las colaboraciones en revistas y obras colectivas. A su muerte, Emilio Rodríguez mantenía aún inédita una parte de su creación literaria, parcialmente conocida por lecturas públicas, por difusión en la red o por dedicatorias personales. Queda toda ella reunida en el segundo volumen. La edición se completa con una selección de sus dibujos, actividad también destacada del autor, y con diversas fotografías de su vida.

Bernardo Fueyo Suárez, responsable de la edición, fue compañero de curso de Emilio Rodríguez y dominico como él, psicólogo profesional y profesor durante años, fue director de la Editorial San Esteban (1987-2007) y en la actualidad es responsable de la Biblioteca Histórica, anexa a la Facultad de Teología San Esteban, de Salamanca.

María del Sagrario Rollán, autora del estudio introductorio sobre la poética de Emilio Rodríguez, es doctora en Psicología, y Profesora de Filosofía. Perteneció al grupo fundacional de poetas en torno a Papeles del martes y, desde los años 80, ha asistido de cerca al nacimiento de casi todos los versos del autor y ha prologado y presentado varios de sus libros.

A continuación se muestra la invitación a la presentación de la edición completa de la poesía de Emilio Rodríguez.

 

Jugadores de billar de José Avello, por Miguel Martinón

José Avello es el autor de una de las mejores novelas de la literatura española contemporánea.

En el número 159, de mayo-junio de 2022, la revista literaria Clarín, editada en Oviedo, dedica un artículo a la novela Jugadores de billar, del ínclito escritor José Avello Flórez (1943-2015), el literato más importante que dio el concejo de Cangas del Narcea desde Alejandro Casona hasta el presente.

De profundizar en la obra de Pepe Avello se ha encargado el profesor Miguel Martinón, quien nos ha cedido amablemente su trabajo para poder reproducirlo en esta página web.

Miguel Martinón (Islas Canarias, 1945) cursó estudios de Filología Románica en la Universidad de La Laguna, y de Filosofía en la Complutense de Madrid. Hasta 2011 fue profesor de Literatura Española en la Universidad de La Laguna. Su larga trayectoria poética, representada en la antología La casa sobre el mar, se ha continuado luego con los poemarios Estación sucesiva (2018) y Esta es la hora (2020). Entre sus últimos estudios publicados figuran los libros Ciudadano del viento y de los mares (Poesía y poética de Pedro García Cabrera) (2014) y Era obra de su tiempo (Texto y contexto de «La Regenta») (2016).



Los últimos de Guinea Ecuatorial eran de Cangas del Narcea. Francisco de Villarmental

Francisco de Villarmental e Higinio de Caldevilla en Guinea.

Hace algunos años, bajo el título: “Hacia el Trópico: José Fernández Rodríguez en Guinea Ecuatorial“, el escritor cangués Alfonso López Alfonso nos relataba en esta misma web la experiencia en Guinea que José le había contado desde su casa de Villacanes en el verano de 2013.

Decía entonces López Alfonso que «sería interesante estudiar cuáles fueron las causas de que unos cuantos cangueses, predominantemente del Río Naviego, pero no solo, se embarcaran con rumbo a Guinea. ¿Quién, cuándo, cómo y por qué fue el primero o los primeros?».

Seguimos sin poder dar respuesta a nada de esto, pero otro colaborador del «Tous pa Tous», esta vez, Enrique RG Santolaya, ha estado con otro de los cangueses que permaneció allí y que vivió, tanto los últimos años de la colonia, como los primeros meses del país independiente.

Guinea Ecuatorial fue un país vinculado a España que se desenvolvió como metrópolis de esta pequeña república del África negra durante cerca de dos siglos (1778-1968). Este período de soberanía hispana no aquietaría el proceso de descolonización auspiciado en el marco de un movimiento global motivado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y al aparecer un gobernador opresor, capaz de apisonar a la urbe y de paso truncar las relaciones con la vieja madre-patria.

El 12 de octubre de 1968 nacía en África un nuevo Estado con el nombre de República de Guinea Ecuatorial. Definitivamente, Guinea Ecuatorial se independizaba de España.

Tras la Independencia de Fernando Poo y el Río Muni, siete mil españoles optaron por permanecer en la recién estrenada Guinea Ecuatorial, pero, ni tan siquiera habían transcurrido seis meses, cuando apresuradamente tuvieron que renunciar a este territorio. Entre ellos, un número importante de cangueses que Enrique RG Santulaya ha bautizado como “los últimos de Guinea Ecuatorial”.



 

La Cátedra Randall de Providence College (EE. UU.) reconoce la labor de Fr. Sixto Castro en el campo de la cultura cristiana

Fr. Sixto Castro Rodríguez (Cangas del Narcea, 1970)

El dominico español Fr. Sixto J. Castro ha sido distinguido por la prestigiosa Cátedra de Cultura Cristiana Robert Randall con el título de Profesor Distinguido 2022-23.

La Cátedra Randall está a cargo de un reconocido académico cuyo trabajo se concentra en una comprensión de la cultura que encarna una visión cristiana de los logros humanos. La persona seleccionada contribuye a la enseñanza de grado en los departamentos de Teología, Filosofía, Historia, Literatura o Ciencias sociales, dirige la investigación de los estudiantes e imparte conferencias públicas.

Fr. Sixto J. Castro Rodríguez

Es un fraile dominico, nacido en Cangas del Narcea (Asturias, España) en 1970. Ingresó en la Orden de los Dominicos en 1988 y estudió Filosofía en el Instituto Superior de Filosofía de Valladolid. Continuó su formación en la Universidad de Valladolid, donde obtuvo el doctorado, estudió teología en la Facultad de Teología de San Esteban de Salamanca, y obtuvo también el título de profesor de órgano en el conservatorio de esta ciudad.

Fr. Sixto Castro, O.P. en la clausura de curso en el Colegio Mayor Aquinas en la Ciudad Universitaria de Madrid (14/05/2022)

Castro es Catedrático de Estética y Teoría de las artes en la Universidad de Valladolid. Sus intereses académicos se centran en la teoría del arte, la cuestión de la belleza y los elementos religiosos y teológicos presentes en las teorías estéticas contemporáneas. Ha sido profesor invitado en la Bayreuth Universität (Alemania) y académico visitante en las universidades de Temple (Filadelfia), Houston, Oxford, Lovaina y Columbia.

Fray Sixto es autor de varios libros, entre ellos La trama del tiempo (2002), En teoría, es arte (2005), Vituperio de orbanejas (2007), Lógica de la creencia (2012), Sobre la risa y la belleza (2015), Filosofía del arte (2017), Teología estética (2018) y ha coordinado varios volúmenes, incluido Los caminos de la creación (2011).

Ha publicado numerosos artículos en diversas revistas, incluyendo Estudios Filosóficos, Ciencia Tomista, Revista de Filosofía, Anuario Filosófico, Diánoia, Veritas, American Catholic Philosophical Quarterly, Angelicum, Analogía, Aísthesis, Technoetic Arts and Religions, así como capítulos en volúmenes editados, incluyendo The Hand. Perception, Cognition, Action (Springer, 2017) y A Companion to Arthur Danto (Wiley, 2022). Ha traducido al español a Richard Swinburne, George Dickie, Lydia Goehr y GE Lessing. Actualmente es editor de la revista Estudios Filosóficos, editada por el Instituto Superior de Filosofía de Valladolid (España).

Se puede seguir su extensa bibliografía en en el siguiente enlace: Catálogo de las publicaciones de Sixto Castro 

Filosofía en la vida cotidiana – Fr. Sixto J. Castro