El concejo de Cangas del Narcea está situado en la parte suroccidental de Asturias. Con una superficie de 825,44 km2 es el de mayor extensión del Principado. Alberga unos 15.000 habitantes que se distribuyen en 300 núcleos de población agrupados en 53 parroquias.
El paisaje es eminentemente montañoso, de abrupta orografía que le confiere una acusada personalidad. Los valles se suceden encajonados entre montañas, con bellos rincones escasamente alterados donde aún puede apreciarese la naturaleza en su estado más puro. El concejo se sitúa en la cuenca lata del río Narcea, el río vertebrador que lo cruza de sur a norte. En él confluye una extensa red fluvial de alta montaña, ideal para la pesca de la trucha. Va recogiendo en su periplo las cristalinas aguas del Gillón, el Muniellos, el Coto, el Luiña (su principal afluente que también trae las del Cibea), el Antrago, el Onón y el Arganza, para después adentrarse en tierras de Tineo.
  El suelo cangués está dominado, sobre todo, por grandes extensiones de arbolado de bosque autóctono, donde predomina el haya, el roble, el castaño o el abedul. Ello, unido a la gran riqueza faunística, hace del concejo uno de los lugares cinegéticos más atractivos.
De entre las escarpadas sierras que conforman su geografía se erigen numerosos picos. Destaca de entre todos el Cueto de Arbas, que con 2007 metros es la mayor altura del concejo. También están Caniellas (1924 m.), El Cabril (1923 m.), Monteiro (1912 m.), Rabo de Asno (1895 m.), Pico Fanarrionda (1885 m.). Casi una cuarentena sobrepasan los 1500 m. Un marco lleno de posibilidades para los amantes del senderismo.
La villa de Cangas del Narcea, capital del concejo, se ubica en la confluencia de los ríos Narcea y Luiña. Es el centro administrativo y comercial, además de la cabecera de servicios de toda la comarca suroccidental.
La larga y dilatada historia de este concejo quedó grabada en los túmulos, en los abundantes castros, en las visibles huellas de la minas de oro romanas, en las piedras de las numerosas iglesias románicas diseminadas por todo su territorio, y , como no, en los relieves de los abundantísimos blasones heráldicos grabados en las fachadas de casonas señoriales y palacios rurales, en cantidad sólo superada por la capital, Oviedo.
La agricultura, la ganadería y la minería constituyen hoy las principales fuentes de vida de la población canguesa. Además de un incipiente turismo atraído por una impresionante belleza natural, un rico patrimonio cultural y artístico, una excelente gastronomía, una singular artesanía y, sobre todo, por la hospitalidad de sus gentes.
(Información obtenida de la Guía del Concejo de Cangas del Narcea, editada por el Ayuntamiento de Cangas y el Principado de Asturias)

Parroquia de Abanceña

Abanceña

♦ Casa Agudín ♦ Casa Andrés ♦ Casa Balbino ♦ Casa Campa ♦ Casa Casera (deshabitada) ♦ Casa Colás ♦ Casa Cristo ♦ Casa Diego ♦ Casa Filuca ♦ Casa Paco (antes Casa Juaquín) ♦ Casa Pachón ♦ Casa Perucho

Casares

♦ Casa Ambrosio ♦ Casa Cordeiro ♦ Casa Farrín (desaparecida) ♦ Casa Flor ♦ Casa Fonso ♦ Casa Manejo ♦ Casa Queitana (por temporadas)

Cerveiriz

♦ Casa Silveiro

Escrita

♦ Casa Agudín ♦ Casa Águeda (vacía) ♦ Casa Caseiro (vacía) ♦ Casa Cibuyo (vacía) ♦ Casa Colás ♦ Casa Combo (vacía) ♦ Casa Juanito (vacía) ♦ Casa Pablo (vacía) ♦ Casa Patrón ♦ Casa Pedrón (vacía) ♦ Casa Pericón ♦ Casa Primo (vacía) ♦ Casa Rubio (vacía) ♦ Casa Terrao ♦ Casa Xicón

Sandamías

♦ Casa Campillo ♦ Casa Farrín ♦ Casa Manolón ♦ Casa Ribao ♦ Casa Vicente ♦ Casa Xabel

El Val.le

♦ Casa Antón ♦ Casa Arideiro ♦ Casa Diego ♦ Casa Fernando ♦ Casa Fonso ♦ Casa Mayo (vacía) ♦ Casa Pumarín (vacía)

El Visu

♦ Casa Colás ♦ Casa Florento ♦ Casa Rapa ♦ Casa Santiago (vacía)


La miel, Genestoso y el oso

Genestoso, Cangas del Narcea

Por Enrique Rodríguez García
Santolaya de Cueiras (Cangas del Narcea)

La siguiente historia transcurre en el pueblo de Genestoso, del concejo de Cangas del Narcea, lugar mítico por su belleza natural. Este pueblo está coronado por el pico del Cabril, de 1.923 m. de altura, montaña desde la que se ve la vertiente de Cangas del Narcea con el pueblo de Genestoso y la vertiente de Somiedo con Villar de Vildas y la braña de La Pornacal.

En Genestoso vive Juan, un chaval joven y emprendedor, que viendo la afluencia de turistas que tiene este pueblo, quiso sacarle partido y se decidió a producir miel para venderla a los visitantes. Para ello compró colmenas modernas que permiten mejorar la producción de miel. Las instaló al lado de la casa familiar, en una era protegida con una pared de mediana altura. Juan, ilusionado, colocó las colmenas, calculó todos los posibles gastos de producción y los futuros beneficios por la venta de la miel. Estos números le salían sobradamente inclinados hacia el lado de los beneficios, ingresos que le permitirían ayudar en los gastos familiares. La miel sería de un sabor dulce y de color oscuro debido a la flora que tienen estos parajes de Genestoso. Pensaba Juan que esta miel se vendería sola y competiría con cualquier otra miel de las que hay en el mercado; por lo cual podría venderla tres o cuatro euros más cara. Si además en el tarro especificaba que era de Genestoso, producida a 1.140 m. de altura, dentro de un paisaje natural protegido, debería subirla todavía un euro más. Él pensaba que los turistas que visitan la zona se la quitarían de las manos.

Resumiendo, Juan estaba cambiando el cuento de la lechera por el de la miel. Digo esto porque no contó con otro socio que estaba echando las mismas cuentas, pero con más ganancia, pues no pensaba invertir ni un euro en colmenas, ni una gota de sudor en trabajo. Este personaje, ladrón y desconsiderado, es un vago que duerme meses enteros, día y noche, en una cueva, y que vigila como Juan coloca las colmenas en la era, escondido enfrente del pueblo, por el camino que sube al Cabril.

Reguero La Posadina

Cuando las colmenas están repletas de miel las visita de noche el socio de Juan: un oso pardo de avanzada edad que baja de la zona denominada La Carrizosa, por el camino que está a la izquierda del reguero de La Posadina; cuando llega al pueblo penetra en la era destrozando las colmenas para darse un buen festín.

La miel debe ser muy buena, como proyectaba el dueño, pues el oso repite la visita a las colmenas una noche si y otra también. Juan, aburrido, intenta asustar al oso poniendo un pastor eléctrico alrededor de las colmenas, pero aunque parezca imposible este oso, que no tuvo acceso a estudios, reaccionó de forma inteligente al latigazo eléctrico del pastor. Una vez que se dio cuenta del cable eléctrico, furó por debajo del mismo hasta abrir un agujero para acceder a la era; otras veces tiraba la pared contra el cable del pastor, permitiéndole pasar a comer la miel sin el menor sobresalto.

A estas alturas de la situación Juan ya se pone nervioso y opta por el sistema directo. Cuando el perro de la casa ladre porque sienta llegar el oso, saldrá con una trompeta y la tocará muy fuerte para asustar al ladrón, y Juan piensa que haciendo esto varios días seguidos el oso no volverá jamás.

Pobre Juan, no se daba cuenta que él tenía que trabajar de día y de noche, tendría que estar de guardián de las colmenas, mientras que el oso por el día estaba folgado sin pegar golpe y podía permitirse estar de juerga toda la noche.

Vino la noche y, como todas, el oso entró en el colmenar, se escuchó el perro ladrar y Juan salió tocando la trompeta. Daba gusto ver aquel panorama, una noche preciosa, un paisaje emblemático, un paisano en calzoncillos tocando la trompeta al oso que estaba robando la miel.

El oso cuando vio a Juan en paños menores tocando la trompeta, ¿qué pensaría?, se asustó tanto que echó a correr por el monte de Esquilón y no paró hasta que llegó al monte de Regla de Cibea, bien lejos de Genestoso. Esto pasó varias noches, hasta que el oso se acostumbró a las sonatas de la trompeta de Juan. El oso bajaba decidido, entraba rápido en la era, cogía una colmena con las patas y la tiraba al camino; cuando Juan reaccionaba y salía con la trompeta, el oso cogía la colmena del camino y la llevaba a comer junto al río, arropado por la oscuridad de la noche.

Enrique Rodríguez con Juan, Perales y otros vecinos de Genestoso

Juan desesperado pidió consejo a su vecino Perales, un minero prejubilado de Castro de Limés que está casado en la casa de Gavilán de Genestoso. Le preguntó que podía hacer con el oso para que no volviera a robarle. Perales, que siempre fue astuto y prefiere negociar antes que enfrentarse, le dijo lo siguiente: “creo vecino, que sólo hay una solución y es que vayáis a medias el oso y tú en el negocio de la miel”.

Juan siguió el consejo de Perales y así fue como solucionó el problema permitiendo al oso ir a medias en los beneficios de la miel. Puso la mitad de las colmenas, las más productivas, en el centro de la era y otras, las menos productivas, fuera de la era para que el oso las cogiera sin esforzarse y dejara las buenas. Esto dio resultado, el oso cumplió el contrato y no molestó más a las colmenas que estaban dentro de la era.

Por el verano venían turistas a Genestoso, visitaban el Pico del Cabril y al bajar pasaban por casa de Juan y le compraban miel. En una de esas excursiones, tomando un vino de Cangas en casa de Gavilán, tuve el privilegio de escuchar la siguiente conversación entre Juan y un andaluz que le quería comprar miel. El andaluz era un asiduo de la zona, era alto, desgarbado, con la barba de cinco días. Se presentó con el nombre de David, un abogado de Medina Sidonia (Cádiz) y en tiempo libre aprendiz de torero. Éste con acento andaluz le decía a Juan que quería diez litros de miel de la zona, pero se quejaba de que era el doble de cara que la que compraba en Andalucía. Juan le contestó, un poco desairado, que la miel que le vendía era el doble de buena que cualquier otra del mercado y si era el doble de cara era porque para producirla había que pagar los impuestos normales, más un excedente para mantener “fartos y gordos a los osos que tanto os gustan a los turistas venir a ver a Genestoso”.

Así acabó la conversación y el problema de Juan con el oso de Genestoso, y aunque parezca ficción doy fe de que es tal como lo cuento.

Pepe el de Corros

El Cueto Arbas desde Laguna Seca

Por Enrique Rodríguez García

Santolaya de Cueiras (Cangas del Narcea)

En la falda del Cueto de Arbas, enfrente de Brañas de Arriba, pasa inadvertido el pueblo de Corros, pueblo que por su altura es azotado por el invierno y la nieve cada vez que la naturaleza desata los elementos por los contornos del puerto de Leitariegos.

Este pueblo de Corros, vecino del Monte del Gato, en sus buenos tiempos mantenía seis casas, que vivían de la ganadería. Sus dominios limitan con Trascastro, Gillón, Riomolín y la provincia de León; posee lugares naturales de verdadera belleza paisajística: el valle donde nace el río de Corros; la laguna denominada Chaguna Seca, desde la que se ve de forma privilegiada el Cueto de Arbas; el pico del Fraile que deja ver el valle del puerto de Leitariegos y el valle de Riomolín; el Pico de la Corona y el Monte del Gato, bastante conocido por albergar todo tipo de fauna en su interior, en el que destaca la visita de algún oso pardo.

Corros, Cangas del Narcea

El nombre del pueblo nos traslada a otros tiempos, en que los vaqueiros trashumantes subían por el verano a pastar los ganados a estas zonas altas y construían pequeñas cabañas de piedra que denominaban “corros”. Es posible que posteriormente ya se quedaran en la zona todo el año, formando el pueblo tal como lo conocemos hoy.

En las décadas de los setenta y ochenta, la emigración del campo hacia la ciudad hizo que en este pueblo sólo quedara un vecino, quedando las demás casas para ser visitadas durante los fines de semana. Este vecino es conocido como Pepe el de Corros, su nombre real es José Santor Antón, de Casa de Santos, tiene casi ochenta años y la primera impresión que suele dar cuando se le visita no deja dudas de su fortaleza: se presenta erguido como una vara de avellano, tiene fuerte semblante, en pleno invierno casi nunca le hace falta chaqueta, tiene que hacer mucho frío para que lo note. Cuando Pepe siente algo de frío los demás ya estamos en proceso de congelación, él dice con humor: “es que la juventud hoy coméis muchas cosas raras y no valéis ni para…”

Pepe el de Corros y Enrique Rodríguez

Pepe denota en sus facciones y ojos azules que de mozo debió de ser un buen representante de la zona en las fiestas populares. En la conversación puede esperarse que al estar aislado en el pueblo, los temas que se puedan abordar sean escasos, sin embargo nada más lejos de la realidad; pues Pepe, como es muy sociable, siempre tiene visitas de todo tipo. Además, lee constantemente y con las nuevas tecnologías, móvil, emisora…, está enterado de todos los temas de actualidad.

Siempre me llamó la atención, que muchas veces que subí a visitarlo sabía más de lo que pasaba en Cangas y alrededores que yo.

Políticamente es reservado y muy diplomático, como él dice hay que vivir y respetar a todos: “yo tengo que llevarme bien hasta con los osos del Monte del Gato”. Al final, Pepe deja ver que es un hombre de centro y respetuoso con todas las ideas.

Me decido a escribir estas líneas porque en una de tantas veces que lo visité, mantuvo una larga conversación conmigo en su cocina, comiendo buen jamón y tomando un buen vino de Cangas y, por supuesto, el chupito de hierbas hecho en casa, que según dice él cura todo: la barriga, el corazón, los ojos, etc. Solo es malo para la cabeza, si se abusa, pues con la presión atmosférica cambiando por la altura, la bajada de Corros puede entrañar alguna dificultad.

En aquella ocasión, Pepe me empezó a contar historias pasadas, relacionadas con la caza y el oso, que él vivió en primera persona, y consideré que tenían cierto valor por la peculiaridad de las mismas; indicaban fielmente como se vivía no hace tantos años en pleno contacto con la naturaleza.

Supe por otros vecinos que este hombre en sus tiempos mozos era un gran cazador, cazaba por el Monte del Gato, Pico del Fraile, Braña de Trascastro… , todos contornos del pueblo de Corros. Después vendía las pieles en la feria del sábado de Ramos donde peleteros de varios sitios venían a comprarlas ese día.

A algunas personas jóvenes y no tan jóvenes, esto puede parecernos que es una historia de los cazadores tramperos del Canadá, nada más lejos, esto se vivía no hace mucho en Cangas del Narcea.

Sentado en la cocina con Pepe, me empieza a hablar, con detalles meticulosos fruto de su proverbial memoria, como cazaba cuando tenía 20 años, donde se vendían las pieles y anécdotas que le ocurrieron. Intentaré describir aquí lo más significativo de lo que me cuenta entre trago y trago de vino.

Cuenta que todo lo que cazaba se vendía en la feria del sábado de Ramos, si quedaba algo se vendía posteriormente en la feria de La Cruz, en esta feria las pieles se pagaban menos. Muchas pieles se vendían en la zapatería de Casa Carchuelas de Cangas y otras veces venía un intermediario directamente desde Caboalles a comprarlas.

Las pieles que más se pagaban eran las de marta, aunque cazaba también gato montés, zorro…

Río Corros, afluente del río Naviego

Recuerda Pepe con añoranza la agilidad que da la juventud, pues una vez que estaba nevado, él y su vecino Aniceto, vieron un corzo que bajaba paralelo al río de Corros; Pepe se decidió a cazarlo vivo. El corzo y Pepe, los dos corriendo entre la nieve, bajaron desde el pueblo hasta el río que baja de la Braña de Trascastro, allí el corzo se rindió a la agilidad y resistencia de Pepe, que se abalanzó sobre él y lo cogió vivo; Aniceto no se lo podía creer, la dificultad de andar por la nieve era igual para los dos corredores.

Si algo no le gusta a Pepe es que le hablen de los lobos, siente gran respeto y desconfianza hacia este animal. Opina que es verdad el mito de que si un lobo te observa, se te ponen todos los pelos de punta y se tiene la sensación de que se despegan las ropas del cuerpo. Cuando le digo que eso no tiene lógica, que la explicación de esas sensaciones es el miedo, él me contesta con una pregunta: “¿Por qué no ocurre lo mismo con el oso que es un animal de mayor envergadura?”

Me cuenta como una vez estaba su hermana cuidando las cabras y vino una loba con cinco lobeznos pequeños, y sin respeto ninguno empezaron a matar a los cabritos con la hermana de Pepe presente: esta al ver la situación fue a salvar un cabrito, cogiéndolo con las manos; la loba al percatarse, se abalanzó sobre la niña, le quitó el cabrito de las manos y se lo ofreció a los lobeznos para que lo mataran. La niña, asustada, lo único que pudo hacer fue huir para no ser atacada.

Sin embargo a Pepe, cuando le hablas del oso le cambia la expresión, se queda más relajado, dice que está harto de encontrarse con él y tiene muchas anécdotas para contar. Siempre que se ven se asustan los dos, Pepe del oso y el oso de Pepe, y así conviven con cierto equilibrio de fuerzas que lleva a que se tengan el suficiente respeto para vivir juntos: el oso por el Monte del Gato y Pepe en el pueblo de Corros.

Cuenta como una vez los guardas forestales le preguntaron si viera el oso y si venía de la zona de Somiedo o de Muniellos. Pepe les contestó, con el buen humor que le caracteriza, que él cuando veía al oso nunca le pedía la documentación para saber de dónde venía; como es tan feo y habla tan poco, tiene miedo a que se enfade si lo molesta.

A pesar de la altura, los parajes de Corros cuentan con abundante vegetación y rincones naturales de verdadera belleza

Recuerda como una vez subían él y su vecino Aniceto de la fiesta de San Juliano y a media ladera, después de una noche de fiesta, Aniceto sintió la necesidad de vaciar las tripas escondiéndose entre unos matorrales. Pepe siguió andando y de repente se encontró cara a cara con un gran ejemplar que lo miraba fijamente; al verlo le dio una voz y el oso echo a correr asustado en dirección a los matorrales donde tranquilamente meditaba Aniceto, este al escuchar tan tremendo ruido solo le dio tiempo a subirse los pantalones y tirar piedras al oso mientras que corría precipitadamente delante de él para que no lo atropellara.

Otra vez me cuenta que estaba su padre, Pedro Santor, cortando mangos de avellano por el Monte del Gato para venderlos a los mineros de Villablino, cuando vio algo moverse encima del camino que baja de Corros hacia la braña de Trascastro; pensó que lo que se movía era un corzo que pastaba plácidamente. Se agachó y sigilosamente se acercó al borde de arriba del camino para coger el corzo por sorpresa y pegarle un golpe para cazarlo. Fue metiendo la mano por las matas hasta que tocó un brazo que era mucho más gordo que las cuatro patas juntas de un corzo, dándose cuenta Pedro del error, se tiró rápido hacia el camino y el oso asustado también se tiró, quedando los dos mirándose cara a cara; Pedro empezó a vocear y amenazando con la macheta que llevaba, consiguió que el oso se volviera y se marchara.

Dice Pepe que su padre llegó para casa sin ningún mango de avellano y no volvió nunca más a buscarlos al Monte del Gato.

Me sigue contando que siempre que se encuentra con el oso de frente, el animal es el que huye, salvo una vez que subía a ver unas vacas a Chaguna Seca y vio desde lejos un oso grande, un buen ejemplar descansando en un prado. Pepe por curiosidad se acercó por encima y le tiró una piedra a vueltas para ver que hacía; el oso al sentir la piedra se levantó y quedó mirándole fijamente; en ese momento los dos se echaron un pulso con los gestos y las miradas, Pepe lo describe muy bien, me dice: “Enrique, era como si me mirara con chulería y después de un tiempo decidiera irse, pero indicándome que se iba porque quería, no porque me tuviera miedo”.

Pepe me siguió contando encuentros y desencuentros con el oso, me dijo que últimamente los osos invernaban poco, cree que es porque los inviernos vienen más cálidos. También me enseñó una cueva que está debajo del Teso del Chano, donde siempre invernaba algún oso.

Molino abandonado de Corros

Me siguió contando como en el pueblo, aunque estaba alto, antiguamente se sembraban patatas y trigo, muestra de ello es que había en el río de Corros seis molinos, de las casas del Sastre, Natalio, Andaluz, el Maestro, el Rubio y Santos. Actualmente sólo queda uno en ruinas, pues los demás los llevó una avalancha en una gran nevada.

Me despido de nuestro anfitrión y cuando llego al Teso del Chano miro hacia atrás y veo todavía a Pepe enfrente, junto al corral de la casa; veo ochenta años de trabajo y de vida sencilla, sin grandes complicaciones ni explicaciones filosóficas. Sigo bajando en dirección a Trascastro ensimismado, pensativo, dándome cuenta que en ningún momento miré el reloj, ni pensé en el móvil, ni tuve prisa por marchar de este mundo tranquilo de Pepe. Claro está que como todo lo bueno dura poco, llego a la carretera de Leitariegos y ya empieza el ajetreo, ya empieza otra forma de vida más complicada, ya el reloj empieza a ser importante.

Nota: Pepe el de Corros, José Santor Antón, de Casa de Santos falleció en 2016, seis años después de este reportaje, a los 84 años. ¡Que la tierra te sea leve, amigo!

Concejo de Cangas del Narcea

Topónimos oficiales

Concejo de Cangas del NarceaListado obtenido del DECRETO 89/2008, de 3 de septiembre, por el que se determinan los topónimos oficiales del concejo de Cangas del Narcea.
Accede al BOPA del DECRETO

Adralés

L’Altu Santarvás, Adralés, Vil.lar d’Adralés

Auguera

Auguera, Ciel.la, L.luberiu, Los Chanos, Penas, Ratu, Santiagu

Ambres

Ambres, Las Cuadriel.las d’Ambres, Las Defrades, Ridera, La Casa la Campa

San Xulianu

Arbas, Corros, La Fonda, Xilán, L.lindouta, Miraval.les, Tardexugu, L’Outeiru, Rimolín, San Xulianu, San Romanu d’Arbas, Veigairréi, Veigaimiedru, Vil.laxer, Vil.lar de Rogueiru, La Chabola, Oul.ladas

San Pedru D’Arbas

Caldevil.la d’Arbas, La L.linde, Rubial, San Pedru d’Arbas, Socarral, La Cueta, La Raposa, Sancéu, Las Tablas, El Valiñu

Bergame

Bergame d’Abaxu, Bergame d’Arriba, El Cadal.leitu, Tremáu del Coutu, Vil.lar de Bergame, Casa’l Ferreiru

Berguñu

Berguñu, Combarru, El Pládanu

Bisuyu

Bisuyu, Zreicéu, Cupuertu, Feidiel, Eirrondu de Bisuyu, L’Outriel.lu, Pousada de Bisuyu, San Romanu de Bisuyu, Sanabuega, La Barguera, Pontones

Bimeda

Bimeda, Bustiel.lu, L.lavachos, Murias de Paronche, San Xuan del Monte, Samartinu, El Val.le los Umeiros, Vil.louril de Bimeda, Vil.lar de Bimeda, La Pena Samartinu, La Mata, La Venta Murias

Cangas del Narcea

Cangas del Narcea (capital), Curriel.los, L.lamas, El Pinar, Las Carballidas, La Cogol.la, La Cortinona, San Tisu, Sienra, El Barriu del Carme, El Barriu Nuevu, El Calial, La Carretera Nueva, La Cartuja, La Casa’l Conde, Casa Fariñas, El Cascarín, El Corral, La Cortina, El Cuetu, Entrambasauguas, El Fuexu, El Mataderu, El Mercáu, El Paséu, La Plaza la Oliva, El Regueirón, Santa Catalina, La Veiga, La Veiguitina

Carbachu

Carbachu, Corveiru, Las Tiendas, Tremáu de Carbachu, El Campizu, Casa Carmelu, Casa Espina, Casa Farrapín, La Casa’l Matu, El Picu’l Pueblu, La Reguera’l Cabu

Carceda

Viescas, Carceda, Castrusín, Vialar, L’Aveséu, La Cuadriel.la, Quintana, La Sel.lar, La Solana, El Val.le, La Vecera d’Arriba, La Vecera’i Baxu, El Viveiru

Castanéu

Augüera, Castanéu, Sierra de Castanéu, Táranu, Casa María la Fonte, La Chana, Las Frauguas,

Cibea

L’Abechera, L.lamera, Riegla de Cibea, La Reguera’l Cabu, Sigueiru, Sonande, Sorrodiles, Val.láu, Vil.lar de los Indianos, Vil.larín de Cibea, L’Arenal, El L.lobornal, La Poza, El Téranu, La Vecera

Cibuyu

Arbolente, Cibuyu, Folgueirúa, Las Frauguas, Outás, Saúrciu, San Esteban, Soutu de Cibuyu, Veigalcastru, El Cristu, La Gaitera, La Ponte

San Pedru Culiema

Barnéu, Fontaniel.la, San Pedru Culiema, Soutu los Molinos, Vecil, Vil.ladestre, Vil.louril de Sierra, Antráu

Courias

La Gubia, Courias, Retuertas, San Pedru de Courias, Santana, Val.linas, Basián, Castru, Grandiel.la, El Palombar d’Abaxu, El Palombar d’Arriba, El Polvorín, El Ribón, La Riegla, Veigalabá

Abanceña

Abanceña, Casares, Cerveiriz, Escrita, Folgueras, Sandamías, El Val.le, El Visu

Santolaya

Arayón, Cueiras, Chanu, Santolaya, Santuyanu, La Casa’l Burru, El Pradón de L.lope, La Veiga

San Cristóbal

Borracán, La Braña, Las Colinas, Rañeces, Robléu, Rucabu, Brixemada, Vil.lanueva, Veigalapiedra, Casa’l Chapas, Casa’i Farrucu

Fontes de Corveiru

Fontes de Corveiru, Valmayor

Xedré

Xedré, Xalón, Piedrafita, El Barrial, El Barriu Nuevu, El Campu, La Casa’l Chacal, La Casa , Uriel.los, El Corral, El Val.le

Xinestosu

Xinestosu, Los Val.les

Xichón / Gillón

El Cotu, Xichón / Gillón, Vidal, La Feltrosa

Xarceléi

Bárzana, La Braña d’Ordial, Xarceléi, Ordial, Uviéi, Pambléi, Vil.lar de L.lanteiru, Casa’l Madreñeiru, L.lanteiru, Los Molinos, El Palaciu

Larna

Larna, Pandiel.lu, La Pescal, Sasturrasu, Soutiel.lu, Casa’i L.luis, Navéu, La Ponte

L.larón

L.larón, La Viliel.la, El Pedregal

Brañas / Leitariegos

Brañas d’Abaxu, Brañas d’Arriba, La Farruquita, La Pacharina, El Puertu, Trescastru, Cabuezos, La Casa las Galanas

L.lumés

L’Ardalí, Las Barzaniel.las, Castru de L.lumés, Fonceca, La Imera, L.lumés, Moral, Pixán, Pontón, Ponticiel.la, Vil.larín de L.lumés, El Codexal, La Galiana, Penamuelas, El Rial, Valdequintas

L.linares

Bornazal, El Cabanal, Castilmoure, L.linares, L’Acebu, Brendimiana, El Cabanu

Maganes

L.lugarnes, Ordiales, Soucéu, Val.liciel.lu, La Casa la Escuela

Mieldes

Dagüeñu, Mieldes, D’Acó’l Regueiru, El Cabu la Vil.la, La Calecha, El Campu’l Rei, El Cepu, La L.lomba, El Val.le

Monasteriu d’Ermu

Monesteriu d’Ermu, La Residencia

Las Montañas

Las Abieras, Las Defradas, Fontes de las Montañas, El L.leirón, El Pumar, San Fliz, San Pedru las Montañas, Bisnuevu, Braniegu, La Campa d’Abaxu, La Campa d’Arriba, La Drada, La Rubia

Naviegu

Folgueraxú, La Mata, Murias de Pontarás, Naviegu, Palaciu, Penel.lada, Pontarás, Riegla de Naviegu, Vil.laicanes, Vil.laxur, Vil.lar de Naviegu, El Baúl, Las Boubas, Casa’l Cesteiru, La Cuesta, La Moucada, Las Perales

Noceda

La Cuitada, Noceda, Retornu, Tresmonte d’Abaxu, Tresmonte d’Arriba, La Madalena

Ubachu

Oubachu, Las Tablizas, La Veiga’l Tachu, Arbechales, La Veiga’l Pumar

Santa Marina

Amáu, Carbaéu, Zrame, Eirrondu la Folguera, Oubanca, Santa Marina

Ounón

Ounón, La Veiguiel.la, Casa Oliveros, La Cuesta

Piñera

Fontesdevil.la, Piñera, Las Mestas, La Ponte Piñera

Santianes

Castru Sierra, Medéu, La Nisal, Parada la Nueva, Porl.léi, Rañeces de Sierra, Santianes, L’Acebal

Pousada de Rengos

Caldevil.la de Rengos, Pousada de Rengos, La Venta, Vil.lar de Pousada, El Barriu los Diablos, El Barriu los Santos, El Cascarín, La Mata, La Pacharina, La Pasadina, El Ribáu

La Riela

Aciu, Caldevil.la d’Aciu, Pinl.lés, Parandones, Perdiel.lu, Rebol.las, La Riela, Sebil, Veigaipope, Veiga, Yema, La Veiga de Pinl.lés, L’Arnosa, La Carretera, Las Casas de la Viña la Veiga, El Cascarín, La Casilla, El Cutrión, El Ganzalón, Los Peneirinos, La Plaza, Sante, El Santu

Samartín de Sierra

Anderbe, Bruel.les, Ciérades, L.lamas del Mouru, Samartín, Tabladiel.lu, Tandes, Valcabu, L’Auteiru, La Calea, El Calvariu, El Campu, El Campu Pandu, El Canalón, La Casa d’Abaxu, La Casa d’Arriba, Fontarmada d’Abaxu, Fontarmada d’Arriba, Fontuel, La Iriel.la, L.lamas, El Mouru, El Pizarreiru, La Tiera, Valdelaforca, El Val.lagón, Vamba, La Veiga, La Venta, La Vil.la Abaxu, La Vil.la Arriba, El Xardín

Santiáu de Sierra

Becerrales, Cadrixuela, La Castañal, Bendiel.lu, Nandu, Parrondu, Santiáu, Siasu, La Cabana, Lunardu, La Casa las Ánimas, El Col.láu, El Toral

Robléu de Teinás

Castiel.lu, Zreizalí, Chanos, Parada la Viecha, Porciles, Robléu de Teinás, Teinás, La Casa la Miguelina, Las Chanadas del Piensu, Fontes, El Teixedal, Xunqueras

Tubongu

Antráu, Xavita, Portiel.la, El Puelu, Pontelinfiernu, Robléu Biforcu, Tubongu, Arenas, Cadariu, La Casilla, Chanu, El Fondu’l Pueblu, Los Molinos, El Picu’l Pueblu, La Ponte, La Reguera, Santa Icía, El Tableiru, Vil.lar de Tubongu

Trones

Araniegu, Faéu, L.lourante, Olgu, Paraxas, Rozas, Trones

Veiga de Rengos

Cruces, Los Eiros, Mual, Moncóu, El Pueblu, Samartinu los Eiros, Veiga de Rengos, La Mouriel.la, Casa Manuel, El Cascarín, El Chamazu, El Corralín, El Fuexu, El L.lugar, La Pruída, El Val.le

Veigal.lagar

Combu, L’Artosa, Monesteriu, Veigadhorru, La Viña

Vil.lacibrán

Tabláu, Vil.lacibrán, Las Barrosinas, La Casa la Escuela, La Casa las Penas, El Picón, Saldepuestu, Santa L.locaya, La Venta l’Aire, Las Ventas

Vil.lalái

Coubos, Las Cuadriel.las de Vil.lalái, Vil.lalái, La Casa la Benita, La Casa las Mestas, La Casilla, Las Mestas, La Venta la Perra

Vil.larmental

L.ladréu, Los Pedrueños, Los Tablaos, Vil.larmental, L.lamazales

Vil.latexil

Las Mestas, Morzóu, Vil.latexil, El Barriu, Las Rapegueras, El Rebol.lu


54 parroquias y 300 núcleos de población

El concejo de Cangas del Narcea, el más extenso del Principado de Asturias, está dividido en 54 parroquias compuestas por cerca de 300 núcleos de población entre pueblos, aldeas y caseríos.

Adralés

Adralés, Villar de Adralés y el Alto Santarbás.

Agüera del Coto

Agüera del Coto, Ciella, Los Llanos, Luberio, Peñas, Rato y Santiago de Peñas.

Ambres

Ambres, Las Cuadriellas de Ambres, Las Defradas de Ambres y Ridera.

Bergame

Bergame de abajo, Bergame de arriba, El Cadaleito, Tremao del Coto y Villar de Bergame.

Berguño

Berguño, Combarro y El Pládano.

Besullo

Besullo, Cerecedo de Besullo, Cuarto la Barguera, Cubopuerto, El Otriello, Faidiel, Forniellas, Irrondo de Besullo, Pontones, Posada de Besullo, Sanabuega y San Romano.

Bimeda

Bimeda, Bustiello, Labayos, Murias de Peronche, Peña de San Martín, San Juan del Monte, San Martín de Bimeda, Valle de los Humeros, Villaoril de Bimeda y Villar de Bimeda

Cangas del Narcea

Cangas del Narcea (capital), Las Carballidas, La Cogolla, La Cortinona, Curriellos, Llamas de Ambasaguas, El Pinar, San Tirso y Sienra.

Carballo

Carballo, Corbero, Las Tiendas y Tremao de Carballo.

Carceda

Carceda, Biescas, Castrosín y Villalar.

Castañedo

Castañedo, Agüera de Castañedo, Sierra de Castañedo y El Tárano.

Cibea

La Avellera, Llamera, Regla de Cibea, Reguera del Cabo, Siero, Sonande, Sorrodiles de Cibea, Vallao, Villalar de los Indianos y Villarino de Cibea.

Cibuyo

Cibuyo, Arbolente, Folguerua, Las Fraguas, Otás, Saburcio, San Esteban de Cibuyo, Soto de Cibuyo y Vega de Castro.

Corias

Corias, La Bubia, Retuertas, San Pedro de Corias, Santana y Vallinas.

Coto

Abanceña, Casares, Cerveriz, El Valle del Coto, El Viso, Escrita, Folgueras y San Damías.

Cueras

Cueras, Arayón, Llano, Santa Eulalia de Cueras y Santullano.

Entreviñas

Borracán, La Braña de San Cristobal, Las Escolinas, Rañeces de San Cristobal, Robledo de San Cristobal, Rocabo, Veigalapiedra, Villajimada y Villanueva de San Cristobal.

Fuentes de Corbero

Fuentes de Corbero y Valmayor

Gedrez

Gedrez, Jalón y Piedrafita.

Genestoso

Genestoso.

Gillón

Gillón, Coto de Gillón y Vidal.

Jarceley

Jarceley, Bárcena, La Braña de Ordial, Jarceley, Ordial, Ovilley, Pambley y Villar de Lantero.

La Regla de Perandones

La Regla de Perandones, Acio, Caldevilla de Acio, Penlés, Perandones, Prediello, Rebollas, Robledor, Sevil, Vegapope, Vegaperpera y Yema.

Larna

Larna, Pandiello, La PescalSextorraso y Sotiello.

Larón

Larón y La Viliella

Las Montañas

Las Avelleras, Defradas de las Montañas, Fuentes de las Montañas, Leirón, Pomar de las Montañas, San feliz de las Montañas y San Pedro de las Montañas.

Leitariegos

El Puerto de Leitariegos, Brañas de Arriba, Brañas de Abajo, La Farruquita, La Pachalina y Trascastro.

Limés

Limés, Ardaliz, Las Barzaniellas, Castro de Limés, Fonceca, La Himera, Moral, Peján, Pontón, Puenticiella y Villarino de Limés.

Linares del Acebo

Linares del Acebo, Bornazal, Brañameana, El Cabanal, Castil del Moure y el Santuario del Acebo.

Maganes

Luarnes, Ordiales, Soucedo y Valleciello.

Mieldes

Mieldes y Dagüeño.

Monasterio de Hermo

Monasterio de Hermo.

Naviego

Naviego, Folguerajú, La Mata, Murias de Puntarás, Palacio de Naviego, Penellada, Puntarás, Regla de Naviego, Villacanes, Villajur y Villar de Naviego.

Noceda de Rengos

Noceda de Rengos, La Cuitada, Riotorno, Trasmonte de Abajo y Trasmonte de Arriba.

Oballo

Oballo, Tablizas de Muniellos y Vega del Tallo.

Obanca

Amago, Carballedo, Cerame, Irrondo de la Folguera, Obanca y Santa Marina de Obanca.

Onón

Onón y La Veiguiella.

Piñera

Piñera y Fondos de Villa.

Porley

Porley, Castro de Sierra, Medeo,  La Nisal, Parada la Nueva, Rañeces de Sierra y Santianes de Porley.

Posada de Rengos

Posada de Rengos, Caldevilla de Rengos, Ventanueva y Villar de Posada.

San Julián de Arbás

San Julián de Arbás, Arbás, La Chabola de Vallao, Corros, La Fonda, Gelán, Lindota, Miravalles, Otardejú, El Otero, Riomolín, San Romano de Arbás, Vega de Rey, Vegameoro, Villager y Villar de Roguero.

San Martín de Sierra

San Martín de Sierra, Anderbe, Bruelles, Ciérades, Llamas del Mouro, Tabladiello, Tandes y Valcabo.

San Pedro de Arbás

San Pedro de Arbás, Caldevilla de Arbás,  La Linde, Rubial y Socarral.

San Pedro de Coliema

San Pedro de Coliema, Barnedo, Fontaniella, Soto de los Molinos, Vecil, Villadestre y Villaoril de Sierra.

Santiago de Sierra

Santiago de Sierra, Becerrales, Cadrijuela, La Castañal, Mendiello, Nando, Parrondo y Sillaso.

Tainás

Tainás, Castiello, Cerezaliz, Los Llanos de Tainás, Parada la Vieja, Porciles y Robledo de Tainás.

Tebongo

Tebongo, Antrago, Javita, Portiella,  El Puelo, Puente el Infierno y Robledo de Biforco.

Trones

Trones, Araniego, Faedo, Lorante, Olgo, Parajas y Rozas.

Vega de Rengos

Vega de Rengos, Cruces, Los Eiros, Moal, Moncó, La Muriella, Rengos y San Martín de los Eiros.

Vegalagar

La Artosa, Combo, Monasterio del Coto, Vega de Hórreo y La Viña.

Villacibrián

Villacibrián y Tablado de Villacibrán.

Villaláez

Villaláez, Cobos y Las Cuadriellas de Villaláez.

Villarmental

Villarmental, Ladredo, Pedrueño y Los Tablados de Villarmental.

Villategil

Villategil, Las Mestas y Morzó.

Etimología

Muchas y muy diversas interpretaciones se vertieron para explicar etimológicamente el topónimo “Cangas“. Algunas son las que se detallan a continuación:

La forma latinizada “cánicas” la utilizaban los moros con el significado de “perros canallas“. Aunque esta voz latina tenía el significado de “carrascas“, collar fuerte con clavos que protege el cuello de los perros pastores de los lobos.

No faltan interpretaciones, como por ejemplo, que Cangas quiere decir “loma quebrada“. Para otros, significa “lugar de aguas termales” (se apoyaba diciendo que en El Puelo existió un balneario), o también “lugar bañado por abundante agua“. Mas hay quien hace una interpretación mitológica, derivándolo de “Chan“, hijo de Noé, que dio nombre a los “changros“, posibles pobladores de aquellas tierras después del diluvio universal.

Pero la explicación más aceptada y probable es la que deriva del latín “cannica“, con un significado metafórico de garganta o valle. De aquí proviene la palabra asturiana “canga“, con la acepción de “valle cerrado entre dos alturas“, y que es la interpretación más adecuada para responder a las condiciones geográficas de la villa.

Otra explicación vendría del céltico “cámbrica“, madera curva, derivada a su vez de “cambos“, que significa “curva“, que apoya también la idea de valles profundos en forma de “u“.

En definitiva, parece actualmente unánime el criterio de que Cangas proviene del asturiano “canga“.

Por su parte,”Narcea“, nombre del principal río que baña el concejo y del cual coge el apellido, es de origen prerromano, pues contiene la raíz celta “nara“, que significa “agua“.

Pero Cangas no siempre se llamó “del Narcea“, pues las primeras referencias que se encuentran en los textos medievales mencionan al “territorio de Pesgos” o “territorio Pésico“. En el siglo XI se documenta por primera vez en una escritura la denominación de Cangas para la villa. Sabemos que en el año 1255, en que se concedió la Carta Puebla, ya se le denominaba “de Sierra“.

Con posterioridad, posiblemente a finales del siglo XIII, adquirió el “de Tineo“, influenciado por la denominación que con las “Asturias de Tineo” se venía designando gran parte del occidente, desde La Espina a Leitariegos. Este nombre lo sobrellevó hasta que en 1927 se lleva a cabo el cambio de nominación por “del Narcea“, el cual fue promovido como consecuencia de los muchos confusionismos y dificultades que acarreaba, a causa de las equivocaciones que se suscitaban con el concejo vecino de Tineo.

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De Cangas de Tineo a Cangas del Narcea

Barrio de Ambasaguas y El Cascarín

Cansados los cangueses de la confusión tan grande que le ocasionaba su apellido “de Tineo”, y en evitación de cualquier sospecha, por pequeña que fuere, respecto a lo que el mismo pudiera significar para alguien en cuanto a dependencia del concejo vecino, decidieron, en pleno del Ayuntamiento, en reunión celebrada el 2 de septiembre de 1925, “visto acuerdo tomado por la Comisión Permanente y relativo a que se cambie el nombre de Cangas de Tineo por el de Cangas del Narcea, atendiendo a la confusión que con las villas de Cangas y Tineo existe fuera de ellas, se acordó por todos los concejales, excepción hecha de don Víctor Menéndez, aceptar la propuesta de la Comisión Permanente y, en consecuencia, que se tramite el oportuno expediente para lograr el referido cambio de nombre”.

Es de suponer que seguidos los referidos trámites, éstos desembocan en la real orden número 1.381, de fecha 12 de noviembre de 1927, publicada en la página 918 de “La Gaceta de Madrid”, número 317, de fecha 13 de noviembre del mismo año de 1927, la cual, textualmente, dice: “Excelentísimo señor: Pasado a informe del Consejo de Estado el expediente relativo al cambio de nombre del Ayuntamiento de Cangas de Tineo por el de Cangas del Narcea. Por lo expuesto, la Comisión Permanente opina que procede autorizar al Ayuntamiento de Cangas de Tineo para que cambie su nombre por el de Cangas del Narcea. Y de acuerdo con lo informado por la Comisión Permanente del Consejo de Estado, Su Majestad el Rey (que Dios guarde), se ha servido resolver como la misma propone”.

Por lo que antecede Cangas ya tiene legalizado oficialmente su nuevo apellido “de Narcea”, y para el mayor realce de tan feliz acontecimiento (entre otras cosas), “en las Consistoriales de Cangas de Tineo, a doce de diciembre de 1927, bajo la presidencia del señor alcalde, don Antonio Arce Díaz y ante el secretario autorizante, se reunieron para celebrar sesión primera ordinaria del periodo cuatrimestral, previa convocatoria hecha al efecto, los señores concejales siguientes: don Porfirio Ordás, don Santiago de Castro, don José Villa, don Gonzalo Ortega, don Ángel Rodríguez, son Celestino Ferreiro, don César Meléndez, don Emilio Colubi, don Ibo Menéndez Solar, don Luis Arias, don Francisco Rodríguez Solar y los suplentes, don Antonio Rodríguez, don Antonio Fernández y don Francisco Suárez Doriga. Abierta la sesión, leyese y se aprobó el acta de la anterior. La presidencia dio cuenta de haberse publicado ya la resolución recaída en el expediente tramitado para cambiar el nombre de Cangas de Tineo por de Cangas del Narcea, y en su virtud propuso, visto que el cambio ya está autorizado por real orden, que se acuerde comenzar a usar el nuevo nombre desde el día 1 de enero próximo venidero, comunicándolo al público, con el fin de que resulte unanimidad en la aplicación de la reforma. Se acordó de conformidad con lo propuesto”.

Haciéndose eco de tan justificado júbilo, en su número 11 de diciembre de 1927, “La Maniega”, boletín de “El Tous pa Tous”, Sociedad Canguesa de Amantes del País, que es ajena a la política y que sus fines son tan sólo benéficos y culturales transcribe íntegra esta real orden por la gran importancia que tiene para todos los cangueses y por anhelo de conseguirla que había en Cangas. “De casi todos eran conocidas las confusiones que en Telégrafos, en Correos, en giros y facturaciones se sufrían por las coincidencias de aquellos nombres; era también molesto, los extraños a estos concejos, creyesen en una supeditación de Cangas de Tineo, cual si fuese esa villa la capital de este concejo, todo lo cual explica nuestra congratulación por el cambio de nombre. El Concejo que durante siglos fue llamado Cangas de la Sierra, y el que por el capricho de un poderoso señor pasó a llamarse Cangas de Tineo, toma ahora, y después de otros siglos el nombre que mejor le corresponde, el del famoso río que lo baña y el que acaso al simplificarse la toponimia hispana, sea él sólo a nombrarnos, llamándose simplemente Narcea la villa y el Concejo. Una aclaración debe hacerse al dejar Cangas el apellido tinetense, y es que este cambio no significa despego alguno hacia el Concejo vecino, con el que siempre sostuvimos y sostenemos muy cordiales relaciones. Si en adelante Cangas no ha de llamarse de Tineo, lo que deja de filial lo suplirá en fraternal, y muy hermanos seguirán siendo siempre uno de otro”.

El Mercao, palacio de los condes de Toreno

Después del desacato del Ayuntamiento de la villa en pleno a la real orden por la que se da nuevo apellido a la misma y con motivo del mismo se ha creado tal confusión entre las gentes, que aún hoy, muchos desconocen el nombre verdadero y legal del concejo y villa donde nacieron, viven e incluso murieron, y para que cada uno de los que leyeren la presente nota pueda sacar las conclusiones que mejor estime oportuno, a continuación exponemos algunos datos de interés y dignos de tener en cuenta:

1º.- Según acta del pleno del Ayuntamiento de Cangas de Tineo, de fecha 2/09/1925, se acuerda en atención a las confusiones con las villas de Cangas y Tineo, se tramite el oportuno expediente para cambiar el nombre por el de Cangas del Narcea.

2º.- Por real orden de fecha 12/11/1927, se autoriza al Ayuntamiento de Cangas de Tineo para que cambie su nombre por el de Cangas del Narcea.

3º.- Justamente un mes después de la publicación referida en el apartado anterior se comienza el acta de la sesión del pleno del Ayuntamiento figurando el nombre de la villa como Cangas de Tineo.

4º.- En la citada reunión, la presidencia de la misma, al dar cuenta de la publicación de la real orden pide “que se acuerde comenzar a usar el nuevo nombre desde el día 1 de enero próximo venidero”.

5º.- También en dicha reunión se acuerda la comunicación (en dichos términos: es decir, Cangas del Narcea, y no Cangas de Narcea, como indica la real orden), a todas las oficinas de la localidad y comunicándolo al público.

6º.- Del apartado anterior se desprende que “La Maniega”, en su publicación número 11 de diciembre de 1927, a la hora de transcribir la real orden, donde ésta dice Cangas de Narcea, ellos figuran Cangas del Narcea.

7º.- Cada pueblo es libre de elegir su propio destino, y por tanto el nombre de su patria chica, por lo que para siempre de los siglos habrá cangueses del Narcea y de Narcea en el corazón y en el sentir de los mismos, aunque no en el “Boletín Oficial del Estado”, donde por regla general se publican todas las leyes, órdenes y normas por las que debemos regirnos los españoles, nos guste o no, aunque en el supuesto de este último caso, lo que mejor procede es tratar de corregir estas normas y leyes que no nos gusten, pero siempre a través de los medios legales establecidos al efecto.

8º.- Por último, y para mejor discernir lo que deba prevalecer, es seguir las indicaciones de Mario Gómez en un artículo de hace algún tiempo, que titulaba “Algo sobre el cambio de nombre de nuestro concejo”, en el que en el apartado de notas, la número 4 dice literalmente: “De todos los cangueses es conocido el empeño de la Administración en suprimir la “l” que corresponde a Cangas del Narcea, a lo que se puede comprobar fácilmente a través del examen de documentos oficiales, planos, mapas, guías, etcétera. Nada mejor para legitimar la autenticidad del nombre de Cangas del Narcea, con “l” que esta real orden por la que se autoriza la sustitución del apellido de nuestro concejo

Localización

El concejo de Cangas del Narcea está situado en la parte suroccidental de Asturias. Con una superficie de 825,44 km2 es el de mayor extensión del Principado. Alberga unos 15.000 habitantes que se distribuyen en 300 núcleos de población agrupados en 54 parroquias.

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