Castrosín, Cangas del Narcea (Asturias)

Este Power Point titulado “CASTROSÍN, CANGAS DEL NARCEA (ASTURIAS)” ha sido finalista del II PREMIO JOVEN TOUS PA TOUS-CANGAS DEL NARCEA. Una buena idea de su joven autor, el cangués Manuel Ángel Rodríguez Menéndez, de quince años, en el que resalta la buena vecindad que reina en este pueblo del concejo de Cangas del Narcea.

Este trabajo ha conseguido el tercer premio de esta edición dotado con 300 euros y diploma y que se ha compartido ex aequo entre dos participantes.


Castrosín, Cangas del Narcea (Asturias)


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Bolo vaqueiro

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Clara Martínez Peláez autora del ppt ‘Bolo vaqueiro’.

La joven canguesa de quince años, Clara Martínez Peláez, nos muestra en este Power Point finalista del II PREMIO JOVEN TOUS PA TOUS-CANGAS DEL NARCEA, diferentes detalles de uno de los juegos autóctonos más tradicional del suroccidente asturiano y la comarca de Laciana, “el juego de los bolos”.

Clara con este trabajo ha conseguido el tercer premio de esta edición dotado con 300 euros y diploma y que se ha compartido ex aequo entre dos participantes.


 


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Pelayo, un perro callejero

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Sara Llano Arce autora del cuento ‘Pelayo, un perro callejero’

Con el cuento titulado “PELAYO, UN PERRO CALLEJERO”, la joven canguesa de veintidós años, Sara Llano Arce, ha sido finalista del II PREMIO JOVEN TOUS PA TOUS-CANGAS DEL NARCEA obteniendo el segundo premio dotado de 400 euros y diploma.


Un cuento realizado a base de colores, recortes e imaginación, con dibujos bien elaborados, donde el perro protagonista recorre diversos lugares del concejo y la villa de Cangas del Narcea.

A continuación presentamos el trabajo premiado para que todo el que lo desee lo pueda leer y descargar.

Pelayo, un perro callejero

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Acta fallo jurado II Premio Joven Tous pa Tous-Cangas del Narcea

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Sara LLano (izda) y Clara Martínez en la entrega de premios recogiendo sus diplomas.

En Cangas del Narcea a 24 de mayo de 2015

Reunidos los miembros de El Payar del Tous pa Tous, Sociedad Canguesa de Amantes del País: Alfonso López Alfonso, Victorino López Mendivil, Benito Álvarez Pereda, Dionisio Morodo Magadán, actuando como secretario Manuel Álvarez Pereda y como presidente Juaco López Álvarez, para deliberar sobre los trabajos presentados al II Premio Joven Tous pa Tous-Cangas del Narcea 2015 toman el acuerdo siguiente:

1. Declarar desierto el primer Premio Joven Tous pa Tous-Cangas del Narcea 2015 por estimar que no concurren los méritos necesarios para la concesión del mismo en las candidaturas presentadas.

2. Otorgar el segundo Premio Joven Tous pa Tous–Cangas del Narcea 2015 a Sara Llano Arce por el trabajo “Pelayo un perro callejero”, un cuento realizado a base de colores, recortes e imaginación, con dibujos bien elaborados, donde el perro protagonista recorre diversos lugares del concejo y la villa de Cangas del Narcea.

3. Otorgar el tercer Premio Joven Tous pa Tous-Cangas del Narcea 2015 ex aequo a:

Clara Martínez Peláez por el Power Point “Bolo vaqueiro”, donde se describen diferentes detalles de uno de los juegos autóctonos más tradicional del suroccidente asturiano y la comarca de Laciana, “el juego de los bolos”.

Manuel Ángel Rodríguez Menéndez por el Power Point “Castrosín, Cangas del Narcea (Asturias)”, una buena idea a través de la cual su autor resalta la buena vecindad que reina en este pueblo del concejo de Cangas del Narcea.


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Fallado el II Premio Joven Tous pa Tous-Cangas del Narcea

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‘Si estuvieramos en la Edad Media…’. Autor: David García Rodríguez (15 años)

El jurado del PREMIO JOVEN TOUS PA TOUS-CANGAS DEL NARCEA se reunió el pasado 24 de mayo para dilucidar qué obras y qué autores serán los galardonados en el certamen de este año. Entre los finalistas seleccionados se encuentran:

  • Clara Martínez Peláez con el Power Point “Bolo vaqueiro”, donde se describen diferentes detalles de uno de los juegos autóctonos más tradicionales del suroccidente asturiano y de la comarca de Laciana, “el juego de los bolos”.
  • Sara Llano Arce con el trabajo “Pelayo un perro callejero”, un cuento realizado a base de colores, recortes e imaginación, con dibujos bien elaborados, donde el perro protagonista recorre diversos lugares de la villa de Cangas del Narcea.
  • Manuel Ángel Rodríguez Menéndez con el Power Point “Castrosín, Cangas del Narcea (Asturias)”, una buena idea a través de la cual su autor resalta la buena vecindad que reina en este pueblo del concejo de Cangas del Narcea.

El próximo sábado 13 de junio a las 19:30 horas, una vez concluida la Asamblea General de Socios del Tous pa Tous, se dará a conocer el fallo definitivo del jurado y se celebrará en el auditorio de la Casa de Cultura Palacio de Omaña de Cangas del Narcea el acto de entrega de diplomas y premios a los finalistas de este II PREMIO JOVEN TOUS PA TOUS-CANGAS DEL NARCEA 2015.

NOTA: El dibujo publicado en este artículo es uno de los trabajos presentados al concurso que no pudo estar entre los tres seleccionados como finalistas. Título: ‘Si estuvieramos en la Edad Media…’. Autor: David García Rodríguez (15 años)

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El primer estreno de Alejandro Casona en el exilio: Prohibido suicidarse en primavera (Ciudad de México, 1937)

altAntonio Fernández Insuela, Catedrático de Literatura Española en la Universidad de Oviedo y especialista en teatro, cuenta con una trayectoria intelectual tan sólida como diversa, pues en su campo de trabajo se ha ocupado tanto del análisis de la narrativa breve del siglo XVIII como del teatro realista y social del siglo XX –es autor del libro Aproximación a Lauro Olmo-, además de realizar estudios sobre tradición oral, el romancero y algunos aspectos de la obra de Leopoldo Alas Clarín. Sin embargo, para el Tous pa Tous y los cangueses reviste mayor importancia el hecho de que lleve muchos años sacando adelante minuciosos estudios sobre la vida y la obra de Alejandro Casona. Cabe recordar que Antonio Fernández Insuela fue, con la complicidad de José Rodríguez Richart, el principal impulsor del Congreso Internacional que celebró la Universidad de Oviedo entre el 5 y el 8 de noviembre de 2003 como homenaje a Alejandro Casona en el centenario de su nacimiento (las Actas del congreso se editaron por Nobel / Fundación Universidad de Oviedo en 2004).

Ya en otras ocasiones hemos traído al Tous pa Tous trabajos de este profesor, unos dedicados a desenterrar obra olvidada de Casona, otros a detallar algunos aspectos de su exilio. Y ahora, recién publicado en la revista Anales de la Literatura Española Contemporánea. Drama / Theater, editada en Temple University (Filadelfia, Estados Unidos) bajo la supervisión de los especialistas José Manuel Pereiro Otero y María Francisca Vilches de Frutos, nos llega su último artículo: “El primer estreno de Alejandro Casona en el exilio: Prohibido suicidarse en primavera (Ciudad de México, 1937)”, que tanto su autor como los editores han tenido la amabilidad de permitirnos reproducir.



El primer estreno de Alejandro Casona en el exilio:
Prohibido suicidarse en primavera (Ciudad de México, 1937)

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Don Lorenzo Menéndez, el hombre que hacía tocar las cañaveras

Don Lorenzo Menéndez Alonso, año 1935

En junio de 2015 el Tous pa Tous participó en la celebración de los 25 años del primer concierto de la Banda de Música de Cangas del Narcea de la Asociación Canguesa de Amigos de la Música, con una exposición en la sala que nuestra asociación tiene en la Casa de Cultura “Palacio de Omaña” y con la publicación en esta web de noticias históricas y fotografías de la banda de música desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad. En esta tarea han colaborado Angel Luis Álvarez, Elena Barrero, la presidenta de la Asociación Canguesa de Amigos de la Música, Alicia Arias y Sonia Álvarez.

Comenzábamos nuestro reconocimiento a la banda de música con un artículo de Juaco López Álvarez sobre don Lorenzo Menéndez (1892-1947), que fue director de la banda en 1913 y entre 1925 y 1947, en un periodo que fue, sin duda, uno de los más brillantes de esta agrupación. La biografía de este hombre, apasionado de la música y su enseñanza, es la historia de la música en Cangas del Narcea en la primera mitad del siglo XX.

‘Mientras corre el tiempo’

Ediciones Hontanar publica el libro ‘Mientras corre el tiempo’, un poemario compilado por la hija de Tomás Tornadijo García, María Eugenia Tornadijo Rodríguez, que hace así realidad el viejo sueño de su autor. En él están recogidas gran parte de las poesías que fue escribiendo a lo largo del tiempo y que son precisamente un compendio de recuerdos bucólicos, sentimientos y reflexiones serenas dibujadas con sencillas palabras. Leer más

La vitivinicultura en Cangas del Narcea en 1965, por Miguel Palacios Valderrama.

El enólogo Miguel Palacios Valderrama, maestro de bodega en la Estación Pomológica de Villaviciosa, perteneciente a la Diputación Provincial de Oviedo, publicó en 1965, en el número 11 del Boletín del Instituto de Estudios Asturianos (Suplemento de ciencias), un breve articulo sobre la situación del vino en Asturias, que esta dedicado únicamente al viñedo y la elaboración del vino en Cangas del Narcea. Es un artículo muy interesante para conocer cual era la realidad de esta industria en aquel tiempo. Palacios Valderrama fue coautor de los libros La sidra y otros derivados de la manzana y La manzana y la sidra en Asturias. Falleció en 1984.



La vitivinicultura en Cangas del Narcea en 1965, por Miguel Palacios Valderrama

Hacia el Trópico: José Fernández Rodríguez en Guinea Ecuatorial

José Fernández Rodríguez, en su casa de Villacanes, el 26 de julio de 2013

José Fernández Rodríguez, en su casa de Villacanes, el 26 de julio de 2013

Cuentan que los bueyes tiraron tan fuerte que a Mariano Mora, de casa Castán, en el pueblo de Chía, del aragonés valle de Benasque, se le rompió el arado cuando estaba un día labrando la tierra, y agarró tal cabreo que allí dejó bueyes, arado y campo. Se fue a casa y con cuatro trapos hizo un hatillo que colocó en el extremo de un palo para descender la montaña hasta alcanzar Barcelona. Desde allí, con la ayuda de los padres claretianos con los que había estudiado, llegó a la isla de Fernando Poo, en Guinea Ecuatorial, donde se estableció fundando una empresa de cultivo y exportación de cacao y desde donde pronto comenzó a reclamar ayuda de familiares y vecinos ribagorzanos del valle de Benasque, que fueron llegando para trabajar en el cacao y la madera. Mariano Mora, por cierto, se convertiría en el primer representante de una saga, la de la casa Mora-Mallo, propietaria de algunas de las fincas más importantes de la isla y que adquiriría fama dedicándose al cultivo del cacao.
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Pepe Avello. Donde viven los amigos

Pepe Avello conversando con Alfonso López Alfonso

Pepe Avello conversando con Alfonso López Alfonso

18 Feb de 2015.- El pasado lunes fallecía en Madrid, el socio fundador del Tous pa Tous, Pepe Avello, autor de la letra del himno de nuestra asociación y el mejor escritor de Cangas del Narcea del último tercio del siglo XX. Sus familiares y gran cantidad de amigos acudieron a despedir sus restos que desde esta misma tarde descansan en su última morada en el cementerio cangués de Arayón.

Para rendir homenaje a su memoria publicamos a continuación un escrito de nuestro socio, el también escritor cangués, Alfonso López Alfonso.

Descanse en paz Pin Estela.


Pepe Avello. Donde viven los amigos

Todos sabemos que la vida, en el mejor de los casos, es un estado transitorio que no presagia nada bueno. “Mi vida es ligera, esperando el viento de la muerte, / como una pluma en el dorso de mi mano”, escribió T. S. Eliot. Sí, es la muerte tan avariciosa que vivir es ir muriendo un poco, y, en cambio, morir es no vivir en absoluto. Sin embargo, hay una frase que le gusta mucho repetir a Javier Cercas y sirve de consuelo a todo escritor: la realidad mata y la ficción salva. A José Avello Flórez, Pepe Avello, o Pin Estela, como le llamaban los que más le conocían, le ha llegado la muerte tan callando que quienes esperábamos volver a verle nos sentimos como si nos hubieran disparado por la espalda. Juega sucio la muerte, y nunca da explicaciones. “Vale más desaparecer sin huella. Desconocer el propio origen es un don precioso del que muy pocos hombres gozan”. Son palabras del personaje José Manuel Río en la novela La subversión de Beti García. Bellas palabras, cargadas de poesía y verdad literaria, esa clase de verdad que suele resultar mentira en la vida. Son palabras que escribió Pepe Avello, pero que no sirven para retratarle, porque siempre tuvo muy claro su origen y porque ha desaparecido dejando el legado literario más valioso que cangués alguno haya sido capaz de amasar de Alejandro Casona a esta parte.

Narrador ambicioso, para conseguir esto le han bastado dos novelas, publicadas con un intervalo de diecisiete años entre ambas: La subversión de Beti García, con la que fue finalista del Premio Nadal en 1983 y que se publicó en la editorial Destino al año siguiente, y Jugadores de billar, premio Villa de Madrid, editada por Alfaguara en 2001. Nacido en Cangas del Narcea en 1943, Pepe Avello fue uno de esos hombres que “hacen país”. Lo hizo desde las páginas de La subversión de Beti García, donde no cuesta identificar a la villa de Ambasaguas con Cangas y en la que aparecen, entreverados en la ficción, topónimos como el partido de Sierra, Onón, Ambres, Genestoso o Leitariegos. Para hacer país escribió la letra del himno del refundado Tous pa Tous, a la que puso música Gerardo Menéndez y cantó Joaquín Pixán. Y haciendo país nos dio a conocer a todos un puñado más de letras de canciones al publicarlas en La Maniega -en el número de septiembre-octubre de 2014-. Letras  que tenían que ver con ese mismo espíritu entre nostálgico y festivo que le llevó a escribir el himno del Tous pa Tous. “Al cruzar el Puente Roto / rompióseme el corazón, / ella bailaba con otro / abrazada en la verbena / y a mi me abrazó la pena”, comienza, evocadora e irónica, la titulada “El Puente Roto”.

Pepe Avello bajo la sombra del tejo de Regla de Cibea, marzo de 2014

Pepe Avello bajo la sombra del tejo de Regla de Cibea, marzo de 2014

Licenciado en Derecho, trabajó para una empresa francesa de obras públicas en Guinea Ecuatorial y allí le tocó vivir el proceso de independencia de esta antigua colonia española en 1968. Durante los primeros años setenta se instala definitivamente en Madrid, donde, mientras trabaja como directivo para una empresa de producción industrial, establece relación con gente de las letras y del cine, entre otros Marcos Ricardo Barnatán, Álvaro del Amo, Marisa Paredes o Javier Maqua. En 1973 publica el cuento “La confesión” en Papeles de Son Armadans, la revista que dirigía Camilo José Cela, y unos años más tarde, en 1978, aparece su cuento “Cómo vencer al reúma” en el libro colectivo Sueños de la razón. Cuentos y dibujos, en el que también participan algunos nombres que pronto alcanzarían notoriedad, como Luis Antonio de Villena o Pedro Almodóvar. Y en la revista venezolana Zona franca publica en 1983 el relato titulado “La violación”. Eran ensayos previos a esa gran novela totalizadora que pretendía con La subversión de Beti García –el primer borrador llegó a alcanzar las mil páginas-, que terminaría por dejarlo exhausto y desencantado durante algunos años. En los primeros ochenta también dirigió con los argentinos Santiago Sylvester y Héctor Tizón una revista literaria de vida efímera (1980-1981), como casi toda quimera de este orden. Estaciones, se titulaba, y en sus cuatro números unió la literatura latinoamericana con la que se hacía en España en esos momentos. Y es también en este tiempo cuando se vincula a la Universidad Complutense de Madrid, primero como profesor de Teoría de la Comunicación, en la Facultad de Ciencias de la Información, y después de Sociología de la Cultura, en la de Bellas Artes, hasta su jubilación en el año 2010.

A Pepe Avello, amante de la vida, sociable, amable, entrañable, no le podría pasar nunca lo que le pasa a Álvaro, ese personaje que comienza siendo el más raro y esquinado de Jugadores de billar y que acaba siendo de los pocos que se salvan. Álvaro es un hombre con esa “edad en que ya es tarde para hacer lo que antes no se hizo, ni se intentó, ni se pudo, la edad en que los anhelos y los sueños pierden verosimilitud ante la conciencia y, si se persiste ciegamente en ellos, comienzan a convertirse en torpes delirios”. Pepe Avello soñó un tipo de literatura y la llevó a cabo con ambición y sosiego, con la ambición de quien cree que ha llegado para decir algo nuevo, para establecer un discurso, y con la calma que dan la sabiduría, la experiencia y la ecuanimidad de haber vivido de manera lo bastante intensa y con la suficiente diversidad como para alcanzar a comprender buena parte de esos conflictos que azotan eternamente el alma humana.

Conocí a Pepe Avello, como tantas otras cosas que merecen la pena, a través de Juaco López Álvarez, y a finales de 2013 Cristóbal Ruitiña y yo nos reunimos con él en un hotel de Oviedo para hacerle una entrevista que se publicó en la revista Clarín a principios de 2014. Para terminar aquella entrevista le preguntamos en qué proyectos literarios ocupaba su jubilación, y nos decía que tenía una novela empezada desde hacía mucho tiempo. La novela estaba ambientada en África y el título provisional que nos dio fue La distancia. “En Guinea, si queréis que os lo resuma mucho –nos decía-, lo primero que se percibe es la distancia. Primero el país es fascinante, pero la gente es impenetrable para un europeo. Yo esa distancia cultural no la conseguí traspasar nunca”. Y en relación a ese proyecto, añadía: “Pero ya veremos, porque ya soy muy viejo, y o lo hago ahora o ya nunca”. No sé si le habrá dado tiempo a terminar aquella novela. Ojalá sí, porque me gustaría leerla.

No me resisto a meter en esta especie de improvisada elegía una escena de La subversión de Beti García, porque esa escena también tiene un tono elegiaco y porque nos hace entender que la ficción puede salvar incluso cuando mata. En esta novela aparece brevemente Conrado, un viejo limpiabotas que cuando llega la Revolución de Octubre de 1934 cree vislumbrar una nueva aurora y participa activamente en los acontecimientos de aquellos quince días que conmovieron al mundo. Derrotado, acabará huyendo junto a Beti y otros revolucionarios hacia la braña del Acebal. El cansancio y el frío terminarán por dar muerte al viejo Conrado antes de que alcancen la braña, y entre sus cosas, los compañeros encuentran un cuaderno en el que hay anotados unos versos: “Yo sé que no hay en la vida / ni amores ni amigos ciertos / así que cómo ha de haberlos / cuando uno ya está muerto”. Son palabras desengañadas, que cuadran a la perfección con el personaje de Conrado, cargadas por tanto de verdad literaria, pero que, de nuevo, no nos servirían en absoluto en esa verdad de la vida si se las quisiéramos aplicar a quien las escribió, porque si algo tuvo Pepe Avello en vida y sigue teniendo cuando ya está muerto es una inacabable ristra de amigos ciertos. Y tuvo además el valor y la elegancia de dejarnos a todos una muy valiosa lista de amigos inciertos, ficticios -José Manuel Río, Beti García, Álvaro Atienza, Floro Santerbás, Rodrigo de Almar o Manolo Arbeyo-, amigos que nos ayudan a salvarnos. Son amigos que se levantan del papel, que salen de la ficción y toman la realidad, caminan a nuestro lado y nos acompañan. Están ahí para hacernos reír, como Floro, o para hacernos temblar, como Álvaro. Están ahí, algunos orondos y risueños, otros esquinados y cortantes. Todos tan creíbles como si fueran de carne y hueso, como si por sus venas circulara la sangre que nos mantiene de pie, vivos.

Pepe Avello supo, como todo auténtico escritor, ser un fingidor, meterse en la piel de éste y aquél, auscultar la sociedad, capturar la realidad, condensarla, pasarla por su tamiz y convertirla en verdad a través de la ficción, que no otra cosa hace un novelista. En la triste verdad de la realidad, Pepe Avello está muerto, pero la verdad de sus ficciones permanece viva entre nosotros para alumbrarnos el camino, para ayudarnos a conocernos, para poner el foco sobre nuestros defectos y virtudes y hacernos algo más llevadero el enigma de vivir, para, en definitiva, hacernos mejores. A Pepe Avello le ha matado la cruel realidad, pero supo construir una obra literaria lo suficientemente consistente como para que la ficción lo salve. Ya se sabe, lo dice Javier Cercas, que la realidad mata y la ficción salva.


Doña Cloti

Doña Cloti y alumnos a principios de los años 60

Doña Cloti y alumnos a principios de los años 60

Abuelita, te has ido, pero eso no quiere decir que te vayamos a olvidar, tenlo por seguro, por eso con esta carta quiero describirte tal y como eras, mostrando los valores que nos has inculcado, tanto a nosotros, tu familia, como a los tantos y tantos alumnos a los que has dado clase. Muchas son las palabras que podría usar para definirte, pero en especial estas que voy a relatar a continuación son las más significativas para mi:

  • Sabiduría: a lo largo de los años has demostrado ser una persona sabia, todos tus consejos rara vez han caído en saco roto, demostrándose con el paso del tiempo ser los más acertados. Sabiduría no solo significa ser sabio, sino también saber discernir entre lo bueno y lo malo, tenías experiencia.
  • Presencia: has demostrado siempre saber estar en todos y cada uno de los lugares a los que has ido sin protagonismos, has sabido acudir a aquellos sitios en los que se te valoraba tal y como eras y dejar a un lado actos frívolos y triunfalistas a los que en estos tiempos estamos tan acostumbrados a ver.
  • Amor: todo lo que hacías lo hacías con amor, amor al prójimo, amor por todas la cosas que hacías, amor por lo tuyo, por lo que durante tantos años te dedicaste en cuerpo y alma a construir para llevar una vida plena de felicidad y bondad.
  • Paciencia: quizás por tu dedicación a la enseñanza, quizás por tu forma de ser, el caso es que no he conocido persona que mostrase tanta paciencia como la que tu mostraste a lo largo de la vida fuesen cuales fuesen las circunstancias. Esto es tal vez es lo que intentaremos conseguir como una de las metas de nuestra vida, saber ser paciente como tu eras.
  • Prudencia: en parte la prudencia es sabiduría, ya he escrito arriba sobre ello, pero ser prudente en la vida y diferenciar cosas buenas de malas es algo que siempre has sabido hacer y ninguna o muy pocas veces equivocarte. Doy fe.
  • Amistad: a lo largo de 90 años cultivaste unas amistades que perduraron para siempre y no dejaste de hacerlo nunca, esto creo que no es fácil aunque en estos duros momentos tengo amigos que me demuestran su amistad y eso lo valoro muchísimo, como tú me enseñaste.
  • Felicidad: no importaba cuales fuesen las circunstancias, tu siempre sonreías, siempre irradiabas una felicidad contagiosa que durante estos días todo el mundo destacaba, entre otras cosas, de ti.
  • Discreción: nunca una salida de tono, nunca una palabra más alta que otra, siempre discreta, sólo preocupándote de lo tuyo y de los tuyos.
  • Generosidad: sin límites, tu generosidad abarcaba lo material y lo humano, siempre tenías palabras de ánimo y cariño hacia todo el mundo, siempre pensando en ayudar a gente que lo estaba pasando mal, siempre nos dabas alguna propina para gasolina, tomar algo, lo que fuese, daba igual. Siempre comprando cosas pensando en los demás, siempre ayudabas a todo el mundo, daba igual que fuese de la familia o no.
  • Fe: fe en lo que hacías, fe en los tuyos y sobretodo tu fe en el Señor, fe que te llevo a peregrinar a muchos sitios, a ser catequista y de esta manera poder enseñar los principios y dogmas del catolicismo en los que tu tanto creías. Todo ello nos lo inculcaste y de una manera o de otra seguimos cultivando para en algún momento de nuestra vida poder llegar a parecernos a ti.
  • Energía: la tenías toda, daba igual la circunstancia, últimamente cogías el bastón y te ponías el mundo por montera, fuese a donde fuese, eso con 90 años realmente es digno de admiración, nos gustaría tener la misma energía que has tenido tu, complicado será, ya que estabas hecha de “otra pasta”.

Con todo esto abuelita, quiero darte las gracias por haber vivido la vida junto a ti y haber disfrutado de ti hasta el último momento. Espero estar a la altura de las circunstancias y hacer vivir a mi hija lo que tú me enseñaste y me permitiste vivir.

Descansa en paz abuelita, te quiero.


Bruno Tejón Fernández-Gayón

Tapia de Casariego, octubre de 2014


El origen cangués de doña Jimena, la esposa del Cid Campeador

Doña Jimena Díaz de Vivar, mujer del Cid

Doña Jimena Díaz de Vivar, mujer del Cid

Ya hace algún tiempo, un amigo asturiano de aventuras invernales me comentó que estaba leyendo una libro sobre el Cid Campeador y que le había llamado la atención descubrir que doña Jimena, la esposa del Cid, era de Cangas del Narcea.

¿Qué me dices?, le pregunté algo incrédulo.

Lo que oyes, los de Cangas sois mundiales. La esposa del Cid Campeador es de tu pueblo, me afirmaba.

Si tú me lo dices…, voy a tener que ponerme a investigar, le contesté.

Pues no te preocupes, me dice Joaquín, que así se llama mi amigo. Te voy a regalar un ejemplar del libro para que tengas por donde empezar.

Semanas después, recibo la  grata visita de Joaquín en mi centro de trabajo en Madrid y, como es hombre de palabra, me hace entrega de un libro que lleva por título El Cid histórico. La verdadera biografía de un héroe medieval: Rodrigo Díaz de Vivar. Editorial Planeta. Su autor es el medievalista y sacerdote jesuita, Gonzalo Martínez Diez (Quintanar de la Sierra, Burgos, 20 de mayo de 1924).

Y efectivamente, es este libro el que me pone sobre la pista del origen cangués de la asturiana Jimena Díaz, esposa de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador.  Y es que el abuelo materno de doña Jimena, Fernando Gundemárez, era nieto del conde don Piñolo Jiménez y su esposa  doña Aldonza Muñoz, fundadores del monasterio de Corias en el 1032.

En su libro, Martínez Díaz sigue las tesis de Ramón Menéndez Pidal y afirma que un diploma de la catedral de Oviedo datado el 13 de agosto de 1083 testimonia perfectamente que la madre de doña Jimena se llamaba Cristina.

Menéndez Pidal, en su libro La España del Cid, p.720, basándose principalmente en dos aspectos, echa por tierra la opinión de la gran mayoría de historiadores que pretende que la madre de Jimena fuese «Xemena Adefonsi regis filia».

Primero: si esta tal Xemena (Jimena) fuese la madre de la mujer del  Cid, entonces la mujer del Cid sería prima de Alfonso VI, y no «neptem», como dice la Historia Roderici:

Dominan Eximinam neptem suam, Didaci comitis Outensis filiam, ei in uxorem dedit, ex qua genuit filios et filias.

[El Rey] le dio como esposa a doña Jimena, su “sobrina”, hija de Diego, el conde de Oviedo, de  la cual tuvo hijos e hijas.

Alfonso VI, rey de Castilla y León, primo carnal de la madre de doña Jimena

Alfonso VI, rey de Castilla y León, primo carnal de la madre de doña Jimena

La Historia Roderici nos dice que doña Jimena era sobrina del rey Alfonso; hay que aclarar que con la palabra neptem o sobrina no se indica exactamente que doña Jimena fuera sobrina carnal de Alfonso. El parentesco exacto que la unía con el rey era el de hija de una prima carnal del rey, esto es, la madre de doña Jimena, de nombre Cristina como ha quedado dicho anteriormente, era prima carnal del rey Alfonso VI por parte de la madre de éste.

Segundo: Afirma Menéndez Pidal que «nadie reparó en el documento de nuestro Cartulario Cidiano, fechado en 13 de agosto de 1083, donde los hermanos de doña Jimena nombran a su madre doña Cristina, y a su tía, la condesa doña Urraca, y ésta, a su vez, dice ser hija de Fernando Gundemárez».

Puestos así en el buen camino, la familia de doña Jimena, la esposa del Cid, y los ascendientes de su abuelo materno, el conde Fernando Gundemárez, nos son conocidos por el citado documento ovetense datado el 13 de agosto de 1083 únicamente conservado en el Liber Testamentorum del obispo Pelayo.

Despedida del Cid a doña Jimena en el momento de salir para el exilio. Monasterio de Cardeña, óleo de Cándido Pérez (2002)

Despedida del Cid a doña Jimena en el momento de salir para el exilio. Monasterio de Cardeña, óleo de Cándido Pérez (2002)

Fernando Gundemárez, abuelo materno de doña Jimena, según diploma de 18 de mayo de 1063, es hijo de Gundemaro y Mumadonna y su madrina fue la reina Velasquita (primera mujer del rey de León, Vermudo el Gotoso [Vermudo II, si no me equivoco], por los años 983-986, la cual, repudiada, vivía aún en 1024; FLÓREZ, Reinas Católicas, I, 1761, págs. 116-121). Contrajo matrimonio con la infanta Jimena, hija de Alfonso V. De ella, de su abuela, le viene el nombre a doña Jimena, la esposa del Cid, pues era costumbre imponer el nombre del abuelo o de la abuela al nieto o nieta. Esto mismo ocurre con la hija del Cid llamada Cristina, como la madre de doña Jimena. Con esto tenemos que la mujer del Cid era sobrina segunda de Alfonso VI, esto es, según la Historia Roderici, neptum en el sentido medieval de “sobrina”.

Bisabuelos maternos de doña Jimena: El conde Gundemaro Piñólez, gobernador de Asturias durante muchos años (según doc. de 1037, aducido en nuestro Cartulario Cidiano en nota del 26 de marzo de 1075); vivía aún en 1011, pero ya había muerto, sin duda muy joven, en 1012, C.M VIGIL, Asturias  Monumental, págs. 65-66. Casó en segundas nupcias con la condesa Mumadonna, con quien tuvo dos hijos, Fernando y Pelayo.

Genealogías Cidianas y otras complementarias

Genealogías Cidianas y otras complementarias

Tatarabuelos maternos de doña Jimena: El conde don Piñolo Jiménez (hijo de Jimeno Jiménez venido de Navarra a Asturias y de la condesa Aragonti), que figura en diploma de Alfonso V de 1019 (FERREIRO, Historia de la Iglesia de Santiago, II, Apéndice 86º); casado con la condesa Aldonza Muñoz (hija del conde Muño Rodríguez y de la condesa Ederquina, España Sagrada, XXXVIII, Apéndice 17º); son fundadores ambos de la iglesia de San Juan, en 1032 y del monasterio de Corias, acabado en 1043. Piñolo murió el 22 de mayo de 1049, sin duda octogenario, y Aldonza murió el 26 de noviembre de 1063 (España Sagrada, XXXVIII, 1793, págs. 58 b-63). Además de su hijo Gundemaro, tuvieron una hija, Elvira Piñólez.

Manuel Álvarez Pereda
Madrid, 21 de agosto de 2014

Un paseo por Cangas en 1985

“Un paseo por Cangas” es un conjunto de veinte fotografías en blanco y negro realizadas por Ignacio Martínez Alonso, “Naciu‘i Riguilón”, en la villa de Cangas del Narcea en el mes de noviembre de 1985. Aunque las fotografías no tienen una gran calidad técnica, conforman un reportaje gráfico de una época de grandes cambios en la villa de Cangas en el que aparecen algunos espacios que ya son solo recuerdos fijados en estas imágenes.

 

El Museo del Vino de Cangas del Narcea

Santiso, Cangas del Narcea. Museo del Vino. Foto: jorgelorenzo.net

Santiso, Cangas del Narcea. Museo del Vino. Foto: jorgelorenzo.net

El 30 de enero de este recién estrenado año 2015, se cumplirán diez años desde que abrió sus puertas el Museo Etnográfico del Vino “Lagar de Santiso”, en el homónimo barrio bodeguero de Cangas del Narcea, con el fin de difundir los orígenes y evolución de la actividad vitivinícola en la comarca.

Subimos aquí a nuestra web un artículo sobre este museo que ha sido publicado en la Revista de Museología, n. 60, 2014. Su autora, Carolina Peláz Soto, es Licenciada en Geografía e Historia, especialidad Historia del Arte, por la Universidad de Oviedo, Master en Museum Studies por la Universidad de Leicester (Reino Unido) y Curso Superior de Gestión de Empresas y Organizaciones Culturales, Grupo Xabide/ Universidad Complutense de Madrid. Ha trabajado como conservadora, coordinadora de exposiciones y, desde junio de 2013, es la responsable del Museo del Vino de Cangas del Narcea.

Tanto Carolina como nosotros queremos agradecer a la dirección de Revista de Museología, y en especial a doña Ana Carro Rossell, su colaboración a la hora de facilitarlos el artículo y la cesión de los derechos de reproducción del mismo para esta colaboración en El Tous pa Tous.



El Museo del Vino de Cangas del Narcea